El blog del Dr. Enrique Rubio

Categoría: DEGENERATIVAS (Página 6 de 10)

Bacterias de las encías y ALZHÉIMER

BACTERIAS DE LAS ENCÍAS, ¿IMPLICADAS EN EL ALZHEIMER?

Científicos demuestran en ratones que la bacteria puede encontrar su camino desde la boca hasta el cerebro
Ep / Madrid 08.04.2019 | 12:28
Bacterias de las encías, ¿implicadas en el Alzheimer? Shutterstock
Investigadores informan sobre nuevos hallazgos acerca de cómo las bacterias involucradas en la enfermedad de las encías pueden viajar por todo el cuerpo, exudando toxinas relacionadas con la enfermedad de Alzheimer, la artritis reumatoide y la neumonía por aspiración. Detectaron evidencia de la bacteria en muestras de cerebro de personas con Alzheimer y usaron ratones para demostrar que la bacteria puede encontrar su camino desde la boca hasta el cerebro.
Tenemos unas enormes ganas de encontrar una causa objetivables en las enfermedades neurodegenerativas
El número de estas enfermedades es abrumador y básicamente en una causa inicial que pone en marcha una serie de procesos que confunden lo primario con lo secundario. En síntesis son macrófagos que se precipitan sobre gérmenes y anulan funciones vitales
El conocimiento de los microbios, las vacunas y los antibióticos nos lleno de verdadera felicidad. Pensamos que todo estaba reparado la felicidad está en nuestra mano solamente hay que aplicarla.
Y esto no es así, y no lo es de tal manera, que la enfermedad crónica y neurodegenerativa nos está lesionando severamente.
Y además confundiendo. Ya crónico, es hasta el cáncer. Cada día hay más, cada día el enfermo vive más, pero no se cura y vive muy lesionado durante mucho tiempo.
Necesitamos buscar una causa primera, sobra la que se precipiten macrófagos y alteren funciones
Este trabajo intenta demostrar que una serie de gérmenes de la boca son los causantes de esta terrible enfermedad que demencia y vlada María aquella mala kladusa
La bacteria, ‘Porphyromonas gingivalis’, es el agente nocivo involucrado en la periodontitis, la forma más grave de enfermedad de las encías. Estos nuevos hallazgos subrayan la importancia de una buena higiene dental, ya que los científicos buscan formas de controlar mejor esta infección bacteriana común.
«La higiene oral es muy importante a lo largo de nuestra vida, no solo para tener una hermosa sonrisa sino también para disminuir el riesgo de muchas enfermedades graves», afirma Jan Potempa, profesor de la Facultad de Odontología de la Universidad de Louisville y director del Departamento de Microbiología de la Universidad Jagellónica de Cracovia, Polonia. «Las personas con factores de riesgo genéticos que los hacen susceptibles a la artritis reumatoide o la enfermedad de Alzheimer deben estar extremadamente preocupadas por prevenir la enfermedad de las encías», añade.
Aunque investigadores anteriores revelaron la presencia de ‘P. Gingivalis’ en muestras de cerebro de pacientes con Alzheimer, el equipo de Potempa, en colaboración con Cortexyme, Inc., ofrece evidencia sólida de que la bacteria puede contribuir al desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. Potempa presenta la investigación en la reunión anual de la Asociación Americana de Anatomistas celebrada en el marco de la reunión de Biología Experimental en Orlando, Florida, Estados Unidos.
Los investigadores compararon muestras de cerebro de personas fallecidas con y sin enfermedad de Alzheimer que tenían aproximadamente la misma edad cuando murieron. Encontraron que ‘P. Gingivalis’ era más común en muestras de pacientes con Alzheimer, como lo demuestra la huella del AND de la bacteria y la presencia de sus toxinas clave, conocidas como gingipains.
Posibilidad de bloquear la migración bacteriana
En estudios con ratones, mostraron que ‘P. Gingivalis’ puede moverse de la boca al cerebro y que esta migración puede bloquearse por sustancias químicas que interactúan con gingipains. Un fármaco experimental que bloquea gingipains, conocido como COR388, se encuentra actualmente en ensayos clínicos de fase 1 para la enfermedad de Alzheimer. Cortexyme, Inc. y el equipo de Potempa están trabajando en otros compuestos que bloquean enzimas importantes de ‘P. Gingivalis’ y otras bacterias de las encías con la esperanza de interrumpir su papel en el avance del Alzheimer y otras enfermedades.
Los investigadores también informan sobre el papel de la bacteria en la artritis reumatoide de la enfermedad autoinmune, así como en la neumonía por aspiración, una infección pulmonar causada por la inhalación de alimentos o saliva. «Las principales toxinas de ‘P. Gingivalis’, las enzimas que la bacteria necesita para realizar sus tareas diabólicas, son buenas dianas para posibles nuevas intervenciones médicas para contrarrestar una variedad de enfermedades –dice Potempa–. La belleza de estos enfoques en comparación con los antibióticos es que estas intervenciones están dirigidas solo a patógenos claves, dejando las bacterias buenas y comensales, que necesitamos».
‘P. Gingivalis’ comúnmente comienza a infiltrarse en las encías durante la adolescencia. Aproximadamente una de cada cinco personas menores de 30 años tiene niveles bajos de bacteria en sus encías. Aunque no es dañina en la mayoría de las personas, si crece en grandes cantidades, las bacterias provocan que el sistema inmunológico del cuerpo produzca inflamación, lo que genera enrojecimiento, hinchazón, sangrado y la erosión del tejido de las encías.
Para empeorar las cosas, ‘P. Gingivalis’ incluso hace que las bacterias benignas en la boca cambien sus actividades y aumenten aún más la respuesta inmunitaria. Las bacterias pueden viajar desde la boca al torrente sanguíneo a través del simple acto de masticar o cepillar los dientes.
La mejor forma de evitar que ‘P. Gingivalis’ se descontrole es cepillarse los dientes y usar hilo dental con regularidad y visitar a un higienista dental al menos una vez al año, aconseja Potempa. Los fumadores y las personas mayores tienen un mayor riesgo de infección. También se cree que los factores genéticos desempeñan un papel, pero todavía no se entienden bien.
Cómo podemos escribir sin censura podemos utilizar el cepillo de dientes como curador de la enfermedad de alzheimer. Lo malo es que esto no sirve o sirve poco.
El más difícil de lo que creemos y asi estamos
Existen múltiples gérmenes en todas las cavidades y se las ingenian para modificar el entorno y nuestra inmunidad tan capaz, lo es para destruir todo lo que encuentra a su paso . Pero esto está por demostrar y su tratamiento por ahora no está en nuestras manos.
Quién pudiera fabricar un perfumen de menta y canela.
Esta era una canción de mis tiempos, la cantaban, Lole y Manuel y es un canto a un sueño.

FRENAR LA PÉRDIDA DE SINAPSIS EN EL ALZHEIMER

FRENAR LA PÉRDIDA DE SINAPSIS EN EL ALZHEIMER
En los cerebros de personas afectas de demencia por enfermedad de Alzheimer se han identificado depósitos anormales de dos proteínas que forman agregados e inclusiones, desestructurando la arquitectura cerebral. Estas proteínas se denominan beta-amiloide y proteína tau.
Un equipo del CSIC encuentra un procedimiento para alterar la molécula Abeta42, causante del Alzheimer, y permitir que se exprese una enzima que ‘rescata’ las sinapsis deterioradas.
Este intento aunque simple, teóricamente ayudaría a desbloquear las sinapsis afectadas

A la izquierda, imagen del cerebro de una mosca (Drosophila) en el que la molécula identificada provoca la pérdida de sinapsis. A la derecha, cuando se altera la molécula para que el gen pueda expresarse, el número de sinapsis se mantiene.

Un equipo liderado por científicos del Instituto Cajal, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha revelado un mecanismo que causa pérdida de sinapsis en las neuronas en el Alzheimer:
Una molécula bloquea un gen y ocasiona la pérdida de conexiones entre neuronas.
En un estudio con moscas (Drosophila melanogaster), han observado que alterando la composición química de la molécula patológica, el péptido Aß42, se logra que esta permita al gen PI3K expresarse y “rescatar” las sinapsis deterioradas.
El estudio, publicado en la revista Molecular Biology of the Cell, ha reproducido los resultados en una línea celular humana (células de neuroblastoma humano SH-SY5Y). Esto permitiría diseñar una nueva estrategia para combatir el Alzheimer.
“La transmisión de información entre neuronas ocurre en la sinapsis. En el caso de pacientes afectados por enfermedades neurodegenerativas –como el Alzheimer–, estas conexiones funcionan de manera incorrecta y disminuyen en número. Los cerebros dañados tienen como característica la acumulación de niveles tóxicos de dicha molécula.
Los científicos han expresado la molécula patológica humana en moscas para estudiar los mecanismos que causan esa pérdida de conexiones sinápticas. “El estudio ha demostrado que la molécula patológica silencia la expresión de un gen que codifica una enzima clave. Esta enzima es una especie de factor de supervivencia para todas las células del cuerpo y su reducción en las neuronas conlleva la pérdida de sinapsis, la cual se acelera con la edad
Cuando se alteraron la composición química de la molécula, lograron que el gen se expresase, y observaron que las sinapsis se mantenían en cantidades normales, así como el tráfico interno en las neuronas, la capacidad de movimiento, la olfacción y longevidad de los cerebros.
En concreto, han mostrado que el síndrome de toxicidad Aβ42 incluye el cierre transcripcional de la expresión de PI3K. Los resultados descubren una nueva estrategia farmacológica potencial contra esta enfermedad a través de la restauración de la actividad PI3K.
“El mecanismo de esta alteración está basado en la introducción de un grupo fosfato en la molécula patológica, lo que en química se denomina fosforilación, un procedimiento que reduce la cantidad relativa de monómeros y oligómeros de dicha molécula, que son tóxicos para la célula.
De esa manera las neuronas no pierden sinapsis. Es decir, el gen identificado rescata las neuronas que expresan la molécula humana, alterada químicamente para no ser patológica”.
Tratamiento de alzhéimer reduce depósitos de proteínas en el cerebro se había intentado desde en otras ocasiones
Intentando con anticuerpos reducir los depósitos de proteínas que se producen en el cerebro de los pacientes de alzhéimer y parece ralentizar el deterioro de las capacidades mentales, informaron científicos estadounidenses y suizos en un artículo publicado este miércoles 31 de agosto de 2016 por la revista Nature.
Muchos autores creen. que los sedimentos son la causa principal de la enfermedad y que destruyen las neuronas, provocan reacciones inflamatorias e impiden la transmisión de señales en el cerebro.
El hecho de que haya personas que tienen ese tipo de depósitos pero que no muestren síntomas de la enfermedad contradice esta teoría. Además, la disolución de las placas no conlleva necesariamente la mejora del estado mental.
Por otra parte existen pacientes que sin tener depósitos proteicos, tienen la clínica de la enfermedad . Es decir el precipitado de la proteína necesita un acontecimiento previo, como puede ser una llegada previa de gérmenes
El equipo dirigido por Alfred Sandrock en la empresa estadounidense de biotecnología Biogen trataron una vez al mes a 165 pacientes con síntomas leves de alzhéimer con el anticuerpo Aducanumab o con un placebo.
El anticuerpo ataca las proteínas típicas del alzhéimer y reduce su cantidad. «Este es un estudio es muy valioso por muchas razones, por ejemplo porque consigue por primera vez reducir con un anticuerpo los agregados de proteínas, tanto en animales como en humanos»,.
Este algoritmo de precipitado de proteína tales como la alfa sinucleína o la proteína tau. Y la lesión determinante de la enfermedad, es insuficiente, si no se agrega a un precipitante de los macrófagos
En la práctica el alzhéimer se diagnostica mucho más tarde, en un punto en el que ya hay grandes partes del cerebro afectadas. Al parecer, los medicamentos que hasta ahora están disponibles no actúan especialmente bien por esta razón, porque llegan demasiado tarde.
«Lo que realmente necesitamos es un diagnóstico precoz. Y entonces unos anticuerpos destruiría las placas. Esto lo habían demostrado investigadores, procedentes de Suiza y Estados Unidos, mostraron primero con ensayos con ratones que el anticuerpo penetra en el cerebro y ataca los depósitos de proteínas.
Después realizaron el estudio con 165 pacientes y vieron que el anticuerpo actúa contra la proteína beta-amiloide ya sea en su estado soluble o insoluble. Los pacientes del estudio presentaban al principio del ensayo solo leves síntomas del alzhéimer, es decir, desde los primeros trastornos cognitivos hasta leve demencia y los típicos sedimentos en el cerebro.
Un año después estos depósitos se habían reducido considerablemente. Esta reducción fue mayor cuanto más tiempo fueron tratados los pacientes y cuanto mayor era la dosis de anticuerpos que recibieron.
Además, la capacidad cognitiva de los pacientes que recibieron el tratamiento se redujo menos que la de los que recibieron el placebo. Los investigadores encontraron una relación entre el retroceso de las placas y el estado mental del paciente.
La proteína amiloide y el desarrollo del anticuerpo para el tratamiento de alzhéimer, no ha demostrado efectividad hace falta modificar el algoritmo introduciendo un elementos previo. Con un germen y siempre los gérmenes.

Redacción
27 febrero, 2020
Estudio del Instituto Cajal en línea celular humana
Científicos estadounidenses y suizos en un artículo publicado este miércoles 31 de agosto de 2016 por la revista Nature.

LAS DRUSAS MACULARES PARA PREVENIR LA DMAE

BORRAR LAS DRUSAS MACULARES PARA PREVENIR LA DMAE

¿Que son las drusas?
Las drusas son depósitos amarillos debajo de la retina. Están formadas por lípidos, una proteína grasa. Es probable que las drusas no causen degeneración macular relacionada con la edad (DMRE), pero tener drusas aumenta el riesgo de una persona de desarrollar DMRE.
Existen diferentes tipos de drusas. Las drusas “duras” son pequeñas, bien delineadas y alejadas unas de otras. Es posible que este tipo de drusas no provoquen problemas con la visión durante largo tiempo, si es que en algún momento los provocan.
Las drusas “blandas” son grandes y se agrupan más cerca unas de otras. Sus bordes no están tan claramente definidos como en el caso de las drusas duras. Este tipo de drusas, las blandas, aumentan el riesgo de DMRE.

Drusas del nervio óptico
Las drusas también se pueden producir en el nervio óptico. Estas drusas están formadas por proteínas y sales de calcio, y generalmente aparecen en ambos ojos. A diferencia de las drusas asociadas con la DMRE, las drusas del nervio óptico (también conocidas como drusas del disco óptico) no están relacionadas con el envejecimiento y con frecuencia aparecen en niños. Las drusas del nervio óptico generalmente no afectan la visión, pero algunos pacientes con estas drusas pueden perder la visión periférica (lateral).

Las drusas maculares se localizan cuando aparecen, entre la membrana basal y emigran del epitelio pigmentario de la retina (EPG) y la membrana de Bruch.

Se presentan como nódulos de color blanco o amarillo, de diferentes tamaños y, si no se asocian a una lesión de la mácula, no suelen producir síntomas. Son los residuos en definitiva que el cuerpo no es capaz de eliminar a través de la circulación sanguínea y se almacenan pudiendo aparecer en el nervio óptico o en la mácula del ojo (zona central de la retina que nos permite percibir los detalles).28 ene. 2018
Las inyecciones de líquido subretiniano son una terapia emergente para eliminar drusas maculares y prevenir la degeneración macular asociada a la edad (DMAE).

Hasta fechas recientes poco se podía hacer para eliminar las drusas, que en muchos casos son un paso inicial en la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), una enfermedad que altera la visión y que, en sus formas más graves, progresa a ceguera. “Las drusas mayores de 125 micras tienen riesgos”.
Una serie de autores se han preocupado por destruyen o disminuya el
Hugo Quiróz-Mercado, exdirector del Laboratorio de Cirugía Experimental del Hospital Luis Sánchez de la Asociación para la Prevención de la Ceguera (México). Este oftalmólogo relata que las drusas pueden verse incluso en pacientes con agudeza visual 20/20 y ya operados de cataratas.
“A los pacientes podemos decirles que no fumen, que coman zanahorias, que cuiden su salud, pero su visión irá deteriorándose hasta desembocar en una degeneración macular húmeda, que es la que ocasiona la grave y rápida disminución de la agudeza visual”. De hecho, supone en torno al 10 por ciento de todas las DMAE, pero en el 90 por ciento de los casos conducen a la ceguera un
“Los depósitos que se forman bajo el epitelio pigmentario retiniano (EPR) tienen una fisiopatología muy compleja desde el punto de vista bioquímico y genético, las son €kojh ocurrió con en depósitos amarillos que se forman entre el EPR y la membrana de Bruch, y que dependiendo de su tipología producen manchas borrosas o negras en el campo visual.
A día de hoy se ensayan diferentes terapias a base de inyecciones subretinianas, energía láser subumbral, vitrectomía pars plana y medicamentos para la DMAE húmeda. “Introducir líquido subretiniano en los agujeros maculares, hubo una sola sino la da elasticidad a la retina”, avanza el experto, que confía menos en el láser subumbral porque, a pesar de disminuir las drusas los pacientes siguen desembocando en una DMAE húmeda o seca. No obstante cree que separando los pacientes con drusas de los que tienen depósitos drusoides, podría tratarse con más precisión. La tomografía de coherencia óptica (OCT) revela que el 14 por ciento de los pacientes con drusas tienen oculta una membrana neovascular coroidea –vasos sanguíneos nuevos y dañinos que crecen en la coroides-. Eso podría ser el impedimento para prevenir la DMAE con láser subumbral.
También quiso repasar lo que ocurre con otras cirugías que logran eliminar drusas, aunque en casos individualizados. Así, un paciente con agudeza visual (AV) de 20/60 y drusas al que se le desprende la retina y presenta una AV de 20/100, pero al año de la operación su AV es de 20/25 y las drusas han disminuido.
“Estamos viendo que en pacientes con agujero macular las drusas se modifican, o sea, que algo pasa con la cirugía”, incide el oftalmólogo, recordando el estudio de Luis fuerte con otro paciente a quien le desaparecieron las drusas en el ojo intervenido por agujero macular (pasó de AV 20/200 a 20/25), pero en el ojo no operado siguió con 20/100. “Y con el síndrome de tracción vítreomacular pasa algo muy interesante. Al 60 por ciento de los pacientes que además tienen drusas les desaparecen simplemente haciéndoles la vitrectomía. La explicación podría ser que al quitar el vítreo se oxigena la retina.
uno de los objetivos futuros es saber qué sucede en el espacio subretiniano a nivel molecular
Otros tratamientos singulares que alcanzan resultados pioneros son la nyección subretinal de solución salina balanceada para irrigación oftálmica, que inicialmente muestra beneficios superiores a la terapia génica; o, en algunos casos, si no desaparecen las drusas con la inyección, los pacientes podrían beneficiarse de cirugía, con vitrectomía. “Sería interesante que pudiéramos inyectar una sustancia con péptidos mediadores que propicien un mejor funcionamiento del EPR.

Aparecen aquí nuevas pistas. El uso de terapias anti-integrinas en diabetes se relaciona con el estrés oxidativo, pero también con la neurodegeneración en retinopatía diabética. En algunos trabajos se ha visto menos isquemia cuando se usa terapia anti-integrinas en modelos animales. En el laboratorio experimental de Quiróz-Mercado utilizaron células neuronales y de EPR y se comprobó una sobrevida celular si se someten a estrés con un ácido determinado, incluso con peróxido. Secuencialmente otros investigadores han visto con el mismo tratamiento una protección de las mitocondrias, o un efecto neuroprotector de las anti-integrinas. Esto último también se ha experimentado cultivando células de epitelio pigmentario humano, incluso se ha visto en expresión genética.
Ellos han provocado daño en el nervio óptico de ratas y las han tratado con y sin integrinas, resultando que las células ganglionales están más preservadas en el grupo de las anti-integrinas. En 2017, su equipo de investigación logró mejorar la visión con una terapia anti-integrinas en 12 pacientes que presentaban drusas y disminución de la agudeza visual.
Un estudio multicéntrico de la Universidad de Miami concluye que todos los pacientes que recibieron inyección intravítrea de anti-integrinas mejoraron la agudeza visual.
La presencia de drusas calcificadas retinianas en pacientes con degeneración macular relacionada con la edad (DMAE) se asocia con un riesgo más de seis veces mayor de progresión tardía de la enfermedad, según un reciente artículo de investigación publicado en Science Translational Medicine. Los investigadores correlacionaron las características de las imágenes funduscópicas con la histología de los ojos de donantes fallecidos con DMAE.

Drusas calcificadas

En una cohorte de pacientes con DMAE, se observó una mayor progresión a formas avanzada en aquellos que tenían evidencia histológica y en las imágenes del fondo de ojo de patrones extensos de nódulos de hidroxiapatita policristalina que se acumulan en la retina. Investigaciones anteriores ya habían vinculado el patrón de reflexión interna heterogénea dentro de las drusas con la progresión de la DMAE, pero este es el primer estudio que identifica la composición de las drusas.

DMAE avanzada

Los análisis de regresión demostraron una asociacion independiente muy significativa entre la reflectividad interna de las drusas y la progresión a formas de DMAE avanzada a los 12 meses (odds ratio, 6,36; IC del 95%, 2,99 a 13,53; p <0,001). Los hallazgos sugieren que la reflectividad interna podría tener un valor pronóstico para la DMAE neovascular y la atrofia geográfica. La patologías degenerativas tienen una morfología al y función repetitiva. Un germen o cualquier tipo de agresor o varios agresores a la vez invaden una estructura orgánica, y como respuesta inmunológica se precipitan sobre el lugar invadido una variedad grande de macrófagos . Lo que viene después es el verdadero mutilante de la estructura. Esto no parece diferente al Alzheimer, Parkinson, Ela y otras varias enfermedades degenerativas y de lo que se trata es de quitar el depósito de macrófagos que es el productor del daño pero lo que iniciar el cuadro es posiblemente un germen o varios a la vez. Y el caso de las Drusas en la Retina, es mas de lo mismo. Las estructuras oculares son tan superficiales, que cualquier partícula viviente o no quería más de desencadenar el algoritmoGermenes variados y multiples, abandonan las grandes cavidades del orgasnismo. Se alojan en distintos parénquimas y entre ellos en el sistema nervioso Las vias por las que estos germenes, perforan los intestinos y se alojan en cualquier parte, pueden ser muy bien el Vago que extiende a todas partes. Los macrofagos de los mas variados, que en condiciones normales tienen funciones fisiológicas, cuando reciben avisos de infección microbiana, agreden a estos germenes y anulan las partes del sistema nervisoso donde asientan. Los germenes pueden ser multipples y variados, los macrofagos lo mismo y las lesiones que se producen destruyen todo lo que se les pone por delante y adema con carácter progresivo. Acuerdense de las vacunas que cuando evitaban la reproducion del germen no solo evitaban la enfermedad, sino la hacían desaparecer. Podíamos con esto decir que las druzas y sus lesiones de la retina son una enfermedad degenerativa también, y un germen puede poner en marcha el proceso. Cabe la pregunta de dónde está el germen o los germenes

Alzheimer y Robert Moir

Alzheimer y Robert Moir

Dr. Moir completed his Ph.D. at the University of Melbourne in Australia under the mentorship of Prof Colin Masters, one of the founders of the modern field of Alzheimer’s disease (AD) research. Dr. Moir immigrated to the US in 1994 and joined the Genetics and Aging Research Unit (GARU) shortly after the group’s formation. Dr. Moir now heads his own research lab within GARU and has been a faculty member of Harvard Medical School and Massachusetts General Hospital since 1998. Dr. Moir’s research focus is the Cure Alzheimer’s Fund Distribution Form interaction of biomolecules involved in AD pathology. His more notable contributions include the first paper to identify the low density lipoprotein receptor-related protein as the cell surface receptor for the APP (the catabolic product of which is Aβ, the primary neurotoxic agent in AD), the first to demonstrate the efficacy of clioquinol in dissolving β-amyloid aggregates, the characterization of Aβ’s role in the formation of supranuclear cataracts in the lens of AD patients, and possible abnormalities in circulating Aβ autoantibodies in AD patients. In addition to Dr. Moir’s research into AD, his work also encompassed studies of other aspects of diabetes and cataracts. Dr. Moir’s most recent studies have identified the normal biological function of Aβ and of the insoluble β-amyloid deposits the peptide can generate- that of an antimicrobial peptide of the innate immune system that traps and kills pathogens invading the brain. This novel discovery suggests AD may be an inappropriate response to a real or falsely perceived infection in the brain. This finding may also shed light on the pathological mechanisms associated with other major amyloid-associated diseases, including diabetes and arteriolosclerosis.

Cuando murió en las primeras horas del viernes de glioblastoma a los 58 años, Moir, profesor asistente de neurología en el Hospital General de Massachusetts y la Facultad de Medicina de Harvard, dejó un legado de ciencia brillante: su idea de que
El Alzheimer tiene algo que ver con los microbios en el cerebro, que las placas amiloides se forman en respuesta defensiva a esos patógenos, y algo además de eliminar el amiloide es probablemente nuestra mejor opción para prevenir o tratar el Alzheimer.
Antes que Moir tuviera esta idea otros científicos tuvieron el mismo presentimiento, pero Moir más fuerte que ellos
Habían sido criticado por querer estudiar algo (un origen microbiano para el Alzheimer) que no había sido probado; esto no suponían descubrir nuevos conocimientos. También se burlaron de el porque era un simple profesor asistente, en los tiempos que vivimos el academicismo está por encima de la sabiduría, el rango sigue siendo un mérito para decidir. Una revista importante casi publicó un artículo clave suyo, pero retrocedió cuando sus expertos en Alzheimer (léase: defensores de la ortodoxia de Alzheimer) lo criticaron.
Moir empezó la investigación de la enfermedad de Alzheimer desafiando las teoría existentes en la que se afirmaba la preponderancia de amiloide en la enfermedad
En 2016 se público que el amiloide es parte de una respuesta inmune a los microbios cerebrales, y se le consideró uno de los cinco principales descubrimientos en neurología ese año.
«No debería haber sido tan difícil para él obtener el apoyo y el reconocimiento que se merece», me dijo la esposa de Moir, Julie Alperen, poco antes de su muerte.
Tal vez fue su humilde pasado lo que le dio a Moir el coraje de seguir la ciencia y no la multitud, malditas las consecuencias de su carrera. Creció en una granja en el medio de la nada en el oeste de Australia y no aprendió a leer ni escribir hasta que tenía 12 años. La educación sólo le sirvió para saber que estaba solo y tenía que responder a los eventos . Su cerebro estaba por encima de la circunstancias, su educación fue tan dura por cuestionar la ortodoxia, que el esfuerzo por descubrir de Alzheimer fue soportable
«Rob siempre fue un investigador obstinado, es decir, como un perro con huesos», me contó Colin Masters, el distinguido investigador de Alzheimer en la Universidad de Melbourne que entrenó a Moir, para la historia de 2018. «Nunca se da por vencido y nunca ha sido uno que siga la línea estándar». Su mentor, Rudolph Tanzi, general de Massachusetts, lo llamó «el pensador más innovador que he conocido en cualquier campo».
Cuando le pregunté a Moir de dónde sacó su racha contra el establecimiento, mencionó que tomó un curso de microbiología del futuro premio Nobel Barry Marshall, quien desafió la ortodoxia durante años argumentando que una infección bacteriana (H. pylori) causa úlceras. «Todos pensaban que estaba loco», recordó Moir el año pasado. «Estaba loco, pero también tenía razón».

Aunque Moir era conocido por la hipótesis microbiana de la enfermedad de Alzheimer,e hizo un estudio en 2005 que identificó anticuerpos naturales contra el fragmento de proteína beta-amiloide que define el Alzheimer; se fabricó un anticuerpo similar en el laboratorio, el aducanumab, podría convertirse en el primer fármaco anti-amiloide de Alzheimer exitoso. Y aunque el consenso de los investigadores de Alzheimer es que una proteína llamada apoE actúa eliminando el amiloide o no lo hace, Moir creía que las semillas de apoE amiloide.
«Fue la primera persona en sugerir eso», dijo Tanzi. «Te garantizo que esa idea será redescubierta» e inspirará los tratamientos para el Alzheimer.
Moir recibió de la agencia NIH. $ 3.2 millones en 2019 para apoyar la investigación en ratones y en neuronas humanas que crecen en placas de laboratorio («Alzheimer en un plato») que examinan si el herpes u otros virus en el cerebro pueden exacerbar la acumulación de amiloide y tau, una muerte neuronal fragmento de proteína que también se encuentra en el cerebro de Alzheimer.
Su laboratorio ha seguido funcionando durante su enfermedad y la investigación será completada por sus alumnos, supervisados por Tanzi.
Es curioso que se permite la historia y perdemos nuestra referencia. Tengo muchas dudas de que la educación sirva siempre, a no lo hace y una pléyade de insolventes imponen su criterio.
Pero no hay problemas, seguir es el camino. Lo único importante es el tesón

Sharon Begley
Escritor Senior, Ciencia y Descubrimiento
Sharon cubre la ciencia y el descubrimiento.
sharon.begley@statnews.com
@sxbegle

LA PROTEÍNA TAU, SE EXPRESA EN LOS GLIOMAS

LA PROTEÍNA TAU, , TAMBIÉN SE EXPRESA EN LOS GLIOMAS
Proteína Tau

Proteína tau asociada a microtúbulos

La proteína tau, abundante en el sistema nervioso central (SNC) y en el sistema nervioso periférico (SNP), radica a nivel neuronal en los axones. Su función está vinculada a la unión de los microtúbulos que a su vez se asocian a la tubulina para estabilizar el citoesqueleto neuronal.1
Las tau son proteínas microtubulares muy poco frecuentes fuera del sistema nervioso central. Su principal función es la estabilización de los microtúbulos axonales a través de la interacción con la tubulina. Sin embargo, cuando la cinesina se adhiere a las tiras de la proteína tau, el motor tiende a desprenderse completamente del microtúbulo. De esta forma, la proteína tau ayuda a regular el equilibrio del tráfico de células nerviosas, lo que puede explicar que las alteraciones de tau se asocien con las patologías neurodegenerativas.2La modulación diferencial de la motilidad de la dineína y de la cinesina sugieren que las proteínas asociadas al microtúbulo pueden regular espacialmente el equilibrio del transporte axonal dependiente del microtúbulo. Dixit ha indicado que el objetivo de estudio ha sido analizar cómo la proteína tau controla el balance del transporte neuronal. Las tau fueron descubiertas en 1975 en la Universidad de Princeton en el laboratorio de Marc Kirschner.
La tau humana contiene seis isoformas que resultan de un proceso de empalme («splicing») alternativo, esto debido a que se originan diferentes especies de ARNm.3
El gen de la proteína tau se encuentra en el (brazo largo) en la banda q21, su transcrito primario consta de 16 exones y origina diferentes isoformas por procesamiento alternativo. En el SNC existen 6 isoformas de los exones 2,3 y 10.El transcrito primario de tau contiene 16 exones de los 2 son específicos de isoformas de tau en el SNP y los otros generan las seis isoformas humanas en el SNC (los exones 1,4,5,7,9,11,12 y 13 son constitutivos).3
La expresión de las distintas isoformas de tau es característica durante el desarrollo del cerebro. Las isoformas que carecen del exón 10 se encuentran en estadios del desarrollo temprano o en determinados tipos celulares.3
La proteína tau experimenta diferentes modificaciones postraduccionales como: fosforilación, glicosilación, ubicuitinación, oxidación y truncaciones.4
Fosforilación
Tau se ha definido como una fosfoproteína desde 1980, esto debido a estudios en la fosforilación de serina/treonina. Existen 79 sitios de fosforilación en la isoformas más larga de tau, dichos sitios se han dividido en 2 grupos: los que se modifican por cinasas dirigidas por prolina (cinasa glucógeno sintasa 3, GSK3) y los que pueden ser modificados por cinasa no dirigidas por prolina (proteína cinasa A, PKA).4
Glicosilación
Cuando Tau se encuentra hiperfosforilada se presenta una N-Glicosilación, mientras que la O-glicosilación se presenta en una tau no modificada.4
Ubiquitinación
La ubiquitinación de tau ocurre principalmente en los agregados aberrantes como los encontrados en la enfermedad de Parkinson, o los filamentos de pares helicoidales en la Enfermedad de Alzheimer.4
Oxidación
En el exón 10 de tau existe la posibilidad de formar enlaces disulfuro intramoleculares que resultan en la agregados aberrantes, lo cual da lugar a la oxidación de tau.4
Truncación
La truncación en tau, se define como la escisión de la misma, causada por una gran variedad proteasas, entre ellas se pueden mencionar algunas como: capasas, calpaínas, catepsinas. Las truncaciones de tau se han reportado en la enfermedad de alzheimer.5
Referencias[editar]
↑ Micheli, F.; Martín, A.N.; Aconapé, J.J.; Pardal, M.; Biller, J. (2003). Tratado de Neurología Clínica. España: Médica Panamericana.
↑ Sobre su relación con el Alzheimer, véase Meredith Wadman, «Alzheimer’s protein may spread like an infection, human brain scans suggest», sciencemag.org, 5-1-18.
↑ Saltar a:a b c Pérez, S.M.I. (2008). Estudios sobre la fosforilación y agregación de la proteína Tau y su posible relación con la enfermedad de Alzheimer. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid.
↑ Saltar a:a b c d e AVILA, J; LUCAS, J.J; PÉREZ, M; HERNÁNDEZ, F. (2004). Role of Tau Protein in Both Physiological and Pathological Conditions 84.
↑ Hanger, D.P.; Wray, S. (2010). Tau cleavage and tau aggregation in neurodegenerative disease 38. doi:10.1042/BST0381016.
La proteína tau, abundante en el sistema nervioso central (SNC) y en el sistema nervioso periférico (SNP), radica a nivel neuronal en los axones. Su función está vinculada a la unión de los microtúbulos que a su vez se asocian a la tubulina para estabilizar el citoesqueleto neuronal.1
Las tau son proteínas microtubulares muy poco frecuentes fuera del sistema nervioso central. Su principal función es la estabilización de los microtúbulos axonales a través de la interacción con la tubulina. Sin embargo, cuando la cinesina se adhiere a las tiras de la proteína tau, el motor tiende a desprenderse completamente del microtúbulo. De esta forma, la proteína tau ayuda a regular el equilibrio del tráfico de células nerviosas, lo que puede explicar que las alteraciones de tau se asocien con las patologías neurodegenerativas.2La modulación diferencial de la motilidad de la dineína y de la cinesina sugieren que las proteínas asociadas al microtúbulo pueden regular espacialmente el equilibrio del transporte axonal dependiente del microtúbulo. Dixit ha indicado que el objetivo de estudio ha sido analizar cómo la proteína tau controla el balance del transporte neuronal. Las tau fueron descubiertas en 1975 en la Universidad de Princeton en el laboratorio de Marc Kirschner.
Isoformas de la proteína tau[editar]
La tau humana contiene seis isoformas que resultan de un proceso de empalme («splicing») alternativo, esto debido a que se originan diferentes especies de ARNm.3
El gen de la proteína tau se encuentra en el (brazo largo) en la banda q21, su transcrito primario consta de 16 exones y origina diferentes isoformas por procesamiento alternativo. En el SNC existen 6 isoformas de los exones 2,3 y 10.El transcrito primario de tau contiene 16 exones de los 2 son específicos de isoformas de tau en el SNP y los otros generan las seis isoformas humanas en el SNC (los exones 1,4,5,7,9,11,12 y 13 son constitutivos).3
La expresión de las distintas isoformas de tau es característica durante el desarrollo del cerebro. Las isoformas que carecen del exón 10 se encuentran en estadios del desarrollo temprano o en determinados tipos celulares.3
Modificaciones postraduccionales[editar]
La proteína tau experimenta diferentes modificaciones postraduccionales como: fosforilación, glicosilación, ubicuitinación, oxidación y truncaciones.4
Fosforilación
Tau se ha definido como una fosfoproteína desde 1980, esto debido a estudios en la fosforilación de serina/treonina. Existen 79 sitios de fosforilación en la isoformas más larga de tau, dichos sitios se han dividido en 2 grupos: los que se modifican por cinasas dirigidas por prolina (cinasa glucógeno sintasa 3, GSK3) y los que pueden ser modificados por cinasa no dirigidas por prolina (proteína cinasa A, PKA).4
Glicosilación
Cuando Tau se encuentra hiperfosforilada se presenta una N-Glicosilación, mientras que la O-glicosilación se presenta en una tau no modificada.4
Ubiquitinación
La ubiquitinación de tau ocurre principalmente en los agregados aberrantes como los encontrados en la enfermedad de Parkinson, o los filamentos de pares helicoidales en la Enfermedad de Alzheimer.4
Oxidación
En el exón 10 de tau existe la posibilidad de formar enlaces disulfuro intramoleculares que resultan en la agregados aberrantes, lo cual da lugar a la oxidación de tau.4
Truncación
La truncación en tau, se define como la escisión de la misma, causada por una gran variedad proteasas, entre ellas se pueden mencionar algunas como: capasas, calpaínas, catepsinas. Las truncaciones de tau se han reportado en la enfermedad de alzheimer.5

Un estudio, publicado en Science Translational Medicine, demuestra que la proteína tau, que tradicionalmente se ha relacionado con diversas patologías degenerativas en el cerebro, está presente en las células de los gliomas. La proteína TAU bloquea la capacidad de las células cancerosas para formar nuevos vasos sanguíneos tumorales y dificultar así su progresión.
Investigadores de la Unidad Funcional de Investigación de Enfermedades Crónicas del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), en colaboración con investigadores de la Asociación Española de Lucha contra el Cáncer (AECC), del CiberNED y del Centro de Biología Molecular del CSIC y con médicos del Hospital 12 de Octubre, integrados en el Instituto de Investigación Sanitaria i+12, han descubierto una conexión entre los gliomas y las enfermedades neurodegenerativas. Entre sus conclusiones, los investigadores destacan que el hallazgo supone un punto de partida muy importante para el diseño de nuevas estrategias terapéuticas en esta patología que, además, es resistente a quimioterapia y radioterapia.
El estudio, publicado en Science Translational Medicine, demuestra que la proteína tau, que tradicionalmente se ha relacionado con diversas patologías degenerativas en el cerebro, está presente en las células de los gliomas. En dichos tumores tau estaría regulando la capacidad que tienen las células tumorales para promover la formación de nuevos vasos sanguíneos, que son fundamentales para el crecimiento de este tipo de cáncer.
La investigación permite conocer mejor los gliomas, que suponen el 2% de los tumores cerebrales primarios y que son los causantes del 7 % de las muertes por cáncer. Estos tumores deben su nombre a su similitud con las células de glía, que están presentes en el sistema nervioso central y que dan soporte a las neuronas. Este tipo de cáncer representa alrededor del 60 % de las neoplasias cerebrales y se clasifican según su grado de malignidad. Los pacientes que son diagnosticados con los gliomas más agresivos tienen un índice de supervivencia muy bajo, de en torno a 15 meses. La investigación abre una nueva vía para la búsqueda de tratamientos que pudieran ser utilizados para controlar esta patología, la más agresiva dentro de los tumores cerebrales.
Marcador de buen pronóstico
La caracterización de muestras tumorales de pacientes con gliomas, así como en el estudio de diversos modelos preclínicos, tanto con cultivo de células tumorales como con modelos animales ha permitido obtener estos resultados en los que se muestra que la proteína tau está presente en los gliomas menos agresivos y que su expresión se pierde a medida que aumenta el grado de malignidad del tumor. Por ello, los datos sugieren que TAU podría servir también como un marcador de buen pronóstico para los pacientes.
TAU también parece regular la capacidad que tienen las células de glioma de promover la formación de nuevos vasos sanguíneos. Estos vasos sanguíneos tumorales son diferentes de los vasos normales en el cerebro y son fundamentales para proveer de nutrientes a las células del glioma, favoreciendo un crecimiento más agresivo de los mismos. De hecho, los resultados demuestran que existe una correlación inversa entre la presencia de TAU en los tumores, y la cantidad de vasos “aberrantes” de los tumores.
Otra conclusión relevante del estudio es que la función de la proteína TAU en los gliomas se puede imitar con compuestos derivados del taxol, que ya se utilizan como agentes antitumorales en otros tumores y que producen un efecto aditivo con la quimioterapia convencional de los gliomas.
Perspectivas de futuro
Este hallazgo podría abrir la puerta a nuevas terapias basadas en el empleo de compuestos que ya estén aprobados para su uso en otros pacientes con cáncer, o incluso en el uso de fármacos que hubieran sido inicialmente diseñados para pacientes con enfermedades neurodegenerativas. En este sentido, el trabajo también podría tener importantes implicaciones para caracterizar nuevas funciones de la proteína TAU en dichas patologías degenerativas, donde ya existen evidencias de la relevancia que podría tener la vasculatura cerebral de los pacientes en la evolución de la enfermedad.

Referencias
↑ Micheli, F.; Martín, A.N
.; Aconapé, J.J.; Pardal, M.; Biller, J. (2003). Tratado de Neurología Clínica. España: Médica Panamericana.
↑ Sobre su relación con el Alzheimer, véase Meredith Wadman, «Alzheimer’s protein may spread like an infection, human brain scans suggest», sciencemag.org, 5-1-18.
Pérez, S.M.I. (2008). Estudios sobre la fosforilación y agregación de la proteína Tau y su posible relación con la enfermedad de Alzheimer. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid.
↑ Saltar a:a b c d e AVILA, J; LUCAS, J.J; PÉREZ, M; HERNÁNDEZ, F. (2004). Role of Tau Protein in Both Physiological and Pathological Conditions 84.
↑ Hanger, D.P.; Wray, S. (2010). Tau cleavage and tau aggregation in neurodegenerative disease 38. doi:10.1042/BST0381016.
El proyecto ha contado con financiación del Ministerio de Economía y Competitividad, de la Asociación Española contra el Cáncer y del NIH (National Institutes of Health).

HONGOS Y ELA

40894232 – superoxide dismutase 1 (sod1) enzyme. converts superoxide radical in hydrogen peroxide. gene mutations cause als (amyotrophic lateral sclerosis). cartoon + line representation. n-to-c gradient coloring.

HONGOS Y ELA

La esclerosis lateral amiotrófica o ELA, es una enfermedad de las neuronas en el cerebro, el tronco cerebral y la médula espinal que controlan el movimiento de los músculos voluntarios.
La ELA también es conocida como la enfermedad de Lou Gehrig.

LA ELA ES UNA DE LAS ENFERMEDADES MÁS TERRIBLES QUE CONOCEMOS
La enfermedad suele atacar entre los 40 y los 60 años y es más común entre los hombres que entre las mujeres. No se conoce la causa de la enfermedad. Puede ser parte de una tendencia familiar, pero generalmente se presenta aleatoriamente. No existe una cura. Las medicinas pueden aliviar los síntomas y, algunas veces, prolongar la supervivencia.
Síntomas
Los signos y síntomas de la ELA varían mucho de una persona a otra, según qué neuronas estén afectadas. Algunos signos y síntomas son:
Dificultad para caminar o realizar actividades diarias normales
Tropezones y caídas
Debilidad en las piernas, los pies o los tobillos
Debilidad o torpeza en las manos
Dificultad para hablar o problemas para tragar
Calambres musculares y espasmos en brazos, hombros y lengua
Llanto, risa o bostezos inapropiados
Cambios cognitivos y de comportamiento
La ELA con frecuencia comienza en las manos, los pies o las extremidades y luego se extiende a otras partes del cuerpo. A medida que la enfermedad avanza y las células nerviosas se destruyen, los músculos se debilitan. Esto eventualmente afecta la masticación, la deglución, el habla y la respiración.
Generalmente no hay dolor en los estadios tempranos de la ELA, y el dolor es poco común en los estadios avanzados. La ELA no suele afectar al control de la vejiga ni a los sentidos.
Causas
La ELA afecta las células nerviosas que controlan los movimientos voluntarios de los músculos, como caminar y hablar (neuronas motoras). La ELA hace que las neuronas motoras se deterioren gradualmente y luego mueran. Las neuronas motoras se extienden desde el cerebro hasta la médula espinal y los músculos de todo el cuerpo. Cuando las neuronas motoras están dañadas, dejan de enviar mensajes a los músculos, por lo que los músculos no pueden funcionar.
La ELA se hereda en el 5 % al 10 % de las personas. Se desconoce la causa en el resto de las personas.
Los investigadores continúan estudiando las posibles causas de la ELA. La mayoría de las teorías se centran en una interacción compleja entre los factores genéticos y ambientales.
Factores de riesgo
Estos son algunos de los factores de riesgo establecidos para la esclerosis lateral amiotrófica:
Factor hereditario. Entre el 5 y el 10 % de las personas con esclerosis lateral amiotrófica la heredaron (esclerosis lateral amiotrófica familiar). La mayoría de los hijos de personas con esclerosis lateral amiotrófica familiar tienen un 50 % de probabilidades de desarrollar la enfermedad.
La edad. El riesgo de esclerosis lateral amiotrófica aumenta con la edad, y es más común entre los 40 y mediados de los 60 años.
Sexo. Antes de los 65 años, la esclerosis lateral amiotrófica es un poco más común en hombres que en mujeres. Esta diferencia de sexo desaparece después de los 70 años.
La genética. Algunos estudios que examinan todo el genoma humano encontraron muchas similitudes en las variaciones genéticas de las personas con esclerosis lateral amiotrófica familiar y algunas personas con esclerosis lateral amiotrófica no hereditaria. Estas variaciones genéticas podrían hacer que las personas sean más susceptibles a la esclerosis lateral amiotrófica.
Los siguientes factores ambientales podrían desencadenar la esclerosis lateral amiotrófica.
Tabaquismo. Fumar es el único factor de riesgo ambiental probable de la esclerosis lateral amiotrófica. El riesgo parece ser mayor para las mujeres, particularmente después de la menopausia.
Exposición a toxinas ambientales. Cierta evidencia sugiere que la exposición al plomo u otras sustancias en el lugar de trabajo o el hogar podría estar relacionada con la esclerosis lateral amiotrófica. Se han realizado muchos estudios, pero ningún agente o sustancia química ha sido asociado consistentemente con la esclerosis lateral amiotrófica.
Servicio militar. Los estudios indican que las personas que han servido en las Fuerzas Armadas tienen un mayor riesgo de sufrir de esclerosis lateral amiotrófica. No está claro qué podría desencadenar el desarrollo de esclerosis lateral amiotrófica. Podría incluir la exposición a ciertos metales o productos químicos, lesiones traumáticas, infecciones virales y esfuerzo intenso.
Es una patología neurodegenerativa y progresivo, con una múltiple cantidad de mutaciones en diversos genes, que tienen como resultado su principal manifestación clínica que es la afectación de la neurona motora superior (primera motoneurona), y neurona motora inferior (segunda motoneurona), siendo este el fenotipo de la forma clásica presente en un 80 % de los casos. Existen otras variantes fenotípicas donde predomina específicamente un componente clínico las cuales son: Esclerosis lateral primaria (afectación neurona motora superior), Atrofia muscular progresiva (afectación de neurona motora inferior), y parálisis bulbar progresiva (sintomatología bulbar). Es necesario aclarar que no es una patología puramente motora ya que también existen afecciones extra motoras como alteraciones cognitivas y del comportamiento.
Una media de vida 3 a 5 años
La esclerosis lateral amiotrófica tiene una supervivencia realmente corta de 3 a 5 años en su forma clásica (mayor edad de inicio entre 65 y75 años), y en sus otras variantes llega a alcanzarse 20 años o más, encontrando que es menos letal cuanto más temprano sea la edad de inicio. Predomina con mayor frecuencia en hombres.
Respecto a su etiología, si bien es cierto que puede ser causada por diversas mutaciones genéticas las más comunes son: Mutación del gen C9orf72 en 40 % de las formas familiares y 8 % de las esporádicas; Mutación del gen SOD1(participa en mecanismos de defensa celular contra radicales libres) en 10-20% de las formas familiares y esporádicas. Por otro lado, se investigan aun alguna posible asociación con factores de riesgo ambientales o tóxicos.
Clínicamente se presenta con un déficit motor por paresia y atrofia muscular principalmente en las extremidades de carácter simétrico y que progresa rápidamente teniendo como desenlace el fallo respiratorio. Algunas otras manifestaciones con menor frecuencia, que son características de afección bulbar son disfagia y disartria. Es muy importante decir que no hay afectación motora en la musculatura ocular ni alteraciones de tipo sensitivo lo cual es un gran refuerzo para el diagnóstico diferencial de otras entidades patológicas similares. Recordemos que el predominio de algunas manifestaciones clínicas nos ayudara a definir a alguna variante de la esclerosis lateral amiotrófica.
La fisiopatología del alzhéimer y la ELA, clave para adelantar el diagnóstico
La esclerosis lateral amiotrófica (ELA), el párkinson y el alzhéimer afectan a la capacidad cognitiva y están cada vez más presentes en la sociedad. No tienen cura y, pese a que se han dado pasos importantes, aún no se conocen bien sus causas, por eso estudiar su fisiopatología sigue siendo la clave.
Una serie de personalidades científicas han sufrido esta patología de una manera dramática que pasó a describir
La ELA
El científico británico Stephen Hawking sufrió esclerosis lateral amiotrófica. EFE/TAL COHEN
Jeffrey D. Rothstein, director del Brain Science Institute (Baltimore, EE.UU.), es experto en ELA, una enfermedad con una incidencia anual de tres casos por cada 100.000 habitantes en España.
Afecta a las neuronas motoras de la corteza cerebral, al tronco cerebral y a la médula espinal y produce una debilidad y atrofia muscular progresiva. Sus causas aún no se conocen pero en “los últimos años se han producido descubrimientos clave”, asociando alteraciones en el transporte de proteínas a nivel celular con ésta.
“Los avances en la genética de la ELA suponen para nosotros una revolución”, señaló este investigador, quien insiste en que entender sus mecanismos es lo que abre la puerta a los tratamientos.
En cuanto a si en este tipo de enfermedades se invierten menos recursos, este científico ha remachado que “todo el mundo pide más dinero”, aunque reconoció que es una “ecuación complicada”.
A su juicio, es una cuestión de retorno, pero en el caso de los pacientes con enfermedades neurodegenerativas el gasto para las arcas públicas es altísimo, lo que habría que tener en cuenta.
Para Arthur Konnerth, del Instituto de Neurociencia de la Universidad Técnica de Múnich (Alemania) e investigador en la enfermedad de Alzheimer, no es tanto la inversión, en este caso de la industria, sino que se pueda investigar con primates, que “sería fundamental”.
El alzhéimer
El envejecimiento activo busca la participación social de las personas mayores. Este concepto es cada vez más visible en la sociedad. EFE/Kiyoshi Ota
Kommerth explicó que el alzhéimer es la principal causa del declive intelectual en la población mundial ya que se caracteriza por la pérdida progresiva de memoria, funciones cognitivas y demencia.
En la actualidad se conoce aún muy poco sobre las causas que llevan al deterioro de las funciones cerebrales en la enfermedad, pero una característica esencial es la acumulación de proteína beta-amiloide en el cerebro, ha subrayado este experto.
Koomerth, quien señaló que otra de las cosas implicadas en alzhéimer es el mal funcionamiento de los circuitos cerebrales, detalló que muchos ensayos con fármacos no terminan de funcionar -el 60 % de los ensayos clínicos en fase II se abandonan- porque aún no entienden a fondo las causas tempranas de la enfermedad y porque se trata de patologías de progreso lento: “no sabemos cuándo empiezan”.
Christian Haass, jefe de la división de Bioquímica de la Universidad Ludwig-Maximilians (Múnich), dijo que parte de la esencia de las investigaciones ahora está en tratar de prevenir la producción del péptido beta-amiloide: un “abordaje precoz”.
Hace unos días vuelve a aparecer uno de los varios trabajos del trabajos publicados por el Doctor Carrasco, de la facultad de medicina de Madrid

He visto publicados varios trabajos de este autor en los que afirma de una manera muy da que se etiología está claramente relacionada con los hongos , y lo repite y parece tan lógico que llama la atención que otros autores no corroboren estos hallazgos.
Recientemente he tenido ocasión de leer una publicación

La presencia de hongos en pacientes con ELA nos vuelve a ilusionar con el origen microbiano de la enfermedad. Estas aéreo clínico lleva ya varios años en los medios y de difícil de entender cómo sólo el Dr. Carrasco, habla sólo del tema

Crédito de
El grupo de investigación que lidera Luis Carrasco, catedrático de microbiología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), ha vuelto a detectar hongos en el sistema nervioso central de pacientes fallecidos con esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
El profesor Carrasco y sus colegas sostienen desde hace años que la ELA y otras enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer tienen un origen microbiano, específicamente en infecciones fúngicas que, dependiendo de la enfermedad, varía la vía de infección, las regiones infectadas y el tipo de especies.
En una entrevista que realizamos a Carrasco en 2015 en relación a los descubrimientos de hongos en pacientes fallecidos con alzhéimer, opinó que la vía más directa para saber si sus hipótesis —cuestionadas por muchos— son o no acertadas, es hacer un ensayo clínico con fármacos antifúngicos. La ELA podría estar causada por hongos en el cerebro
Hasta diez veces he visto publicadas y siempre por el Dr. Carrasco la relación entre hongos y
ELA, pero no la he vuelto a ver publicada por nadie más parece muy lógica y sobre todo muy apetecible.
Sigo teniendo presente: el algoritmo
La alteración de la microbiota
Desequilibró de los gérmenes que la componen
En migración de los mismos
Alineación en regiones varios de nuestra economía
La invasión de esta región es por macrófagos y la enfermedad neurodegenerativa

Está claro que esto no debe ser así, no hay publicaciones sobre el tema. Recientemente vuelvo a encontrar una publicación sobre el tema
¿Hongos? Una noticia que nos ha cogido a absolutamente todos con el pie cambiado
Un grupo de científicos españoles ha publicado un estudio que apunta que una compleja infección por hongos podría ser clave para desarrollar esclerosis lateral amiotrófica

CARLOS MATALLANAS
Este es el artículo número 32 del presente blog y, sin duda, hasta ahora no he afrontado ninguno tan complejo de escribir. Seguro que toda la comunidad de pacientes de ELA, nuestros seres queridos y los profesionales que nos atienden estarán al corriente de la noticia. Para el resto, la recuerdo rápidamente en este inicio.
Un grupo de científicos españoles publicó el último día de abril un pequeño estudio pero cuyas conclusiones son, en sí mismas, muy sorprendentes. Según sus resultados, una compleja infección por hongos podría ser clave para desarrollar esclerosis lateral amiotrófica.
Estos profesionales del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, sustentado por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), analizaron muestras de tejido cerebral y de líquido cefalorraquídeo de fallecidos por ELA y encontraron varias especies de hongos, en abundancia y de forma diseminada. Elementos no hallados en los cadáveres sin ELA usados para el experimento.
Según Luis Carrasco, catedrático de Microbiología de la UAM y responsable del estudio, el sistema que ellos han elaborado para la detección de estos hongos no deja lugar a dudas, por lo que entiende que los resultados son rotundos y esclarecedores. Si bien, con ellos simplemente han podido elaborar una hipótesis del posible origen de la ELA, instando al resto de la comunidad científica a seguir esa teoría para comprobarla, completarla y darle validez y uso, llegado el caso.
El estudio del doctor Carrasco y su equipo lanza básicamente una hipótesis, que debe ser confirmada primero, y completada a continuación
La rotundidad de esas conclusiones, publicadas en una modesta revista científica (International Journal of Biological Sciences), hizo que la prensa generalista lanzara rápidamente la noticia a la sociedad. El mismo jueves, pasados unos pocos minutos de la una de la tarde, escuché en el boletín informativo de la emisora de radio que tenía puesta un titular espectacular: “Hallan la causa de la esclerosis lateral amiotrófica”. La frase, digna de los mejores dramas de Hollywood, me hizo dar un respingo y subir el volumen para no perder detalle al desarrollo de la información. Ahí todo se atenuó bastante al escuchar al propio Luis Carrasco dando, a grandes rasgos, las nociones que les acabo de explicar líneas más arriba.
De una a dos, a Marta y a mí nos dio tiempo a buscar bien la publicación científica, leerla con detalle, mandársela a la gente que conocemos que saben bien sobre todo esto, calmar a los familiares y amigos que seguro al enterarse podrían estar viviendo o iban a vivir un momento de euforia aún injustificado y, por supuesto, dentro de la mesura, también nos dio tiempo para emocionarnos.
Cuando dieron las dos, la misma emisora seguía incluyendo la noticia en el boletín, si bien (seguro que alertados por lo que significa no ser fieles a la estricta realidad en algo tan delicado), el titular fue reescrito y redactado sin tanta rotundidad. Algo así como “científicos españoles hallan una posible causa de la esclerosis lateral amiotrófica en un estudio preliminar”. Habrá quien piense que ambas afirmaciones son prácticamente la misma, pero tanto por mi condición de periodista como por la de afectado por la noticia, les aseguro que son como la noche y el día. La primera es casi temeraria, la segunda es precisa e informativamente correcta.
Esa misma tarde, a mi hermano Javier le llamaron del programa La Ventana de la Cadena Ser para entrar en directo y hablar acerca del hallazgo. Habló después del doctor Carrasco, que explicó más profundamente su estudio, y mi hermano simplemente dio nuestra visión particular de como una familia afectada por la ELA había reaccionado ante esto.
[‘Cryptococcus spp’. y ‘Malasezzia spp’ y ‘Candida albicans’, los tres hongos que podrían estar relacionados con la ELA. (Creative Commons)]
‘Cryptococcus spp’. y ‘Malasezzia spp’ y ‘Candida albicans’, los tres hongos que podrían estar relacionados con la ELA. (Creative Commons)
Una llamada a la calma
Explicado todo el mapa de la novedad en sí, ahora intentaré ser lo más responsable posible, como me obliga el seguimiento que tiene este blog. Como a los periodistas que se lanzaron a la piscina para luego rebajar sus eufóricas palabras, la publicación del estudio también ha cogido con el pie cambiado a todas las personas implicadas. En las redes sociales, a lo largo del puente, se fueron enviando de aquí para allá las noticias de los distintos medios que recogían el resultado del estudio. Así que supongo que la expectación que sentimos en mi familia será compartida por todas las que están en la misma situación.
Es analizando todo el fenómeno en su conjunto donde toca llamar a la calma y a la prudencia. Es fenomenal que se siga investigando, y cada vez se hace más y con más recursos. Solo así se ganará a la ELA y la humanidad logrará dominar a esta asesina y a otras que se le parecen, aunque no sean tan crueles y devastadoras. Pero el estudio del doctor Carrasco y su equipo lanza básicamente una hipótesis, que debe ser confirmada primero, y completada a continuación. Quizá con demasiada ligereza, el propio investigador pedía a los enfermos en una entrevista publicada este lunes que instasen a los respectivos médicos a buscarles hongos y a tratarlos de inmediato si se encontraban. Y esta iniciativa creo que debe tenerla siempre el facultativo, jamás el enfermo. Si bien, no está de más que cualquier enfermo informe sobre este estudio a su médico, por si no está al corriente de ello. Y será este quien deba tomar cualquier decisión al respecto o recomendarle cualquier línea a seguir si lo ve necesario.
Si los enfermos debemos tener el talante de aguantar y no dejar que la euforia nos embriague, los científicos están obligados a mantenerse expectantes
Esos son los tiempos de la ciencia, y hay que respetarlos. Ya sabemos que la enfermedad avanza a una velocidad mayor y da dolor a quienes la sufren no poder encontrar nunca algo a lo que agarrarse para mejorar. O al menos, algo con lo que dejar de empeorar día a día. Pero aquí no hay elección, cada uno debe permanecer en su trinchera, peleando en su día a día contra todas las bombas que le caen sin cesar y haciendo todo lo posible por mantenerse lo más entero posible. Llegará un momento, seguro, que los enfermos de ELA empezarán a salir de esa trinchera. Y será la gente de ciencia quien encuentre el camino seguro. Lógicamente, hasta que eso llegue, seguirán cayendo muchos dentro de estas crueles trincheras donde estamos confinados. Es imposible saber a día de hoy si cada uno de nosotros será uno de los elegidos o las ayudas llegarán demasiado tarde en nuestro caso concreto.
Eso por el lado de los enfermos. Pero la misma mesura, aunque en sentido contrario, le pido modestamente desde aquí a los científicos y profesionales. Nos consta que hay expertos en la investigación de la ELA que han acogido con demasiado escepticismo los resultados del estudio. Está claro que tiene elementos muy mejorables, empezando por el número de muestras (solo se analizaron tres cadáveres con la enfermedad y cinco sin ella) y pasando por la falta de explicación de algunos pormenores del sistema de análisis que hacen dudar a los más puristas.
Aun así, es totalmente imprudente y nada inteligente rechazar de plano los resultados. Si los enfermos debemos tener el talante de aguantar y no dejar que la euforia nos embriague, los científicos están obligados (por ética profesional y respeto profundo a la condición humana) a mantenerse expectantes ante lo expuesto por este estudio de investigadores españoles. Y por supuesto que los más críticos (que ya los ha habido a nivel internacional) deberían ser los primeros en intentar comprobar si de verdad hubo fallos o si los resultados no son del todo tan rotundos o convincentes.
Para ello, si he entendido bien a los expertos que me han informado, lo primero es repetir el estudio de manera más completa en un ambiente y escenario diferente. Si todo sale igual, habrá motivos firmes para la alegría y lo siguiente será empezar a desarrollar ensayos con pacientes, donde entra la medicina y las farmacéuticas. Según la hipótesis del doctor Carrasco, este paso sería mucho más sencillo que habitualmente, al ser las infecciones fúngicas bastante conocidas y existir tratamientos efectivos desde hace años y de uso común en la sanidad mundial. Lo que no quita que hubiara que averiguar el correcto reajuste de los mismos para tratar algo que se intuye lo suficientemente complejo como para llevar decenas de años escondido del saber médico.
Paralelamente, debería continuar también la búsqueda de respuestas, acerca de cómo se daría esa infección, si los hongos son causa o consecuencia del proceso, como influyen exactamente en el fallo de las motoneuronas, qué tipo de genética tienen las personas a las cuales les apareció la enfermedad, y un largo e indeterminado etcétera. Porque no se trata solo de salvar a los enfermos actuales. Dominar una enfermedad significa que se pueda prever su aparición, tratarla una vez aparecida y, por supuesto, el fin último, curarla. Por eso, y lo recuerdo de nuevo, estos avances nos incumben a todos.
Se pide celeridad, eficiencia y eficacia
En definitiva, la pelota está en el tejado de los expertos, institutos y centros investigadores de la ELA, es ahí donde corresponde demostrar que Carrasco está equivocado o que acierta. Entiendo que les haya cogido a ellos también con el pie cambiado, como a todos, pero se pide celeridad, eficiencia y eficacia científica. Y creo que la espectacularidad de lo hallado merece ser confirmado o descartado lo antes posible. Las creencias, las suposiciones y la suficiencia profesional deben permanecer fuera de los laboratorios. La gente de la calle no necesita ese rigor para subsistir, pero el científico sí, y sin él es inviable que haga bien su trabajo. Yo soy ajeno a ese mundo, pero el propio sentido común me hace pensar de esa manera.
Les he comentado alguna vez que los hallazgos de un pequeño laboratorio de un rincón del planeta donde apenas hay recursos pueden resultar clave para encontrar respuestas importantes que ni en los centros más especializados y con más recursos lograron dar con ellas. Es la grandeza del saber y la ciencia, una suma de trabajos continua que no cesa. Podríamos estar ante uno de esos casos, de esas carambolas inesperadas que marcan un hito. O no, podría resultar que las muestras estaban contaminadas o el sistema fue erróneo o algo desvirtuó los resultados. Profesionales, como son, de nuestras universidades y colaboradores del CSIC sabemos que tienen una preparación de primer orden mundial. Pero como en todo, aquí también hay egos, y este pequeño estudio no está dentro de las líneas generales de investigación mundial de la ELA. De ahí supongo el escepticismo que ha levantado de primeras.
A todos nos gustaría que ese fuera al fin el camino tan ansiado por el que avanzar. Y merecemos saber todos si de verdad es o no es ese
Aunque desde aquí recuerdo una cosa. Nadie, ninguno de los expertos que durante décadas persiguen la explicación de la enfermedad que ahora sufro, ha encontrada nada relevante. Nada relevante es eso, nada relevante. Se van sabiendo detalles de aquí y allá, pero absolutamente nada que de verdad abra siquiera un camino por el que avanzar en la investigación y comprensión de la enfermedad. Eso ha sido muy frustrante tanto para los profesionales como para los millones de muertos por la enfermedad y los que la sufrimos ahora. Simplemente por esa falta de resultados histórica, el hecho de que los hongos (donde nunca jamás nadie miró) puedan ser el camino por el que seguir merece que gran parte de los expertos pongan todos sus ojos en esa dirección hasta ver si es la correcta.
A todos nos gustaría que ese fuera al fin el camino tan ansiado por el que avanzar. Y merecemos saber todos si de verdad es o no es ese. Para andar hay que empezar dando el primer paso, y en la lucha científica contra la ELA no tenemos ni eso.
Para terminar, me gustaría ampliar información sobre Luis Carrasco, porque su biografía lo merece. Catedrático de Microbiología de la UAM, se quedó ciego por una retinopatía hace dos décadas y fue capaz de ser el primer enfermo en hallar la causa de su enfermedad, hasta entonces desconocida y que afecta a 12.000 personas en España al año. Su éxito llegó en 2005, y repasando la hemeroteca encontré estas palabras suyas nada más publicar sus conclusiones tras nueve años investigándose a sí mismo: “Prefiero estar ciego y saber la causa que seguir viendo mientras la ignoro”. Ese es, en resumen, el espíritu del saber y la ciencia, ¿no?
Por cierto, la causa de su enfermedad resultaron ser los hongos, de ahí que se especializara en buscarlos de manera diseminada por el organismo y especialmente en el sistema nervioso, y que siga centrándose en ellos, ahora para intentar explicar el Alzheimer, la esclerosis múltiple o la esclerosis lateral amiotrófica. Y con la ELA puede que, con este estudio recién publicado, haya vuelto a acertar. Les toca a sus colegas seguir el trabajo y ver si hay camino por recorrer en esa dirección. Él y su equipo, seguros de estar en lo correcto, prometen seguir esos pasos.
Si así resultara de forma definitiva, Carrasco lo habría conseguido mirando hacia donde nadie había mirado nunca. Eso se llama talento, no depende de grandes presupuestos y en España lo tenemos y lo formamos de sobra. Aunque luego se le desprecie y no se le dé las oportunidades que merece. Algo que nos convierte en un país más triste y pobre en todos los sentidos. Quizá si eso no pasara, un estudio como este sería mucho más completo, tendría mayor recorrido y no sería mirado con tanto escepticismo en la escena internacional. Pero eso ya es otra historia, que me lío y empiezo a hablarles de temas que no tocaban hoy. Hoy nos tocaba mirar al futuro, no a los erróneos caminos ya recorridos.

INSOMNIO Y ALZHEIMER

EL INSOMNIO CAUSA ALTERACIONES CEREBRALES PRECURSORAS DE ALZHEIMER

Un estudio del Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC) ha confirmado que las personas con insomnio tienen un peor rendimiento cognitivo y un menor volumen en algunas regiones cerebrales afectadas en etapas tempranas del Alzheimer

Efectos del insomnio en la microestructura de la sustancia blanca,

No es la primera vez que una alteración del niño produce un aumento de la proteína que inducen a la enfermedad de alzheimer
El trabajo actual y con poca casuística que llega a la conjunción que una noche mal dormida por distintas razones aumenta una de las proteínas que supuestamente inducen a la enfermedad de alzheimer.
Ya previamente se había querido demostrar que la proseguirá amiloide también se altera durante el insomnio
La proteína tau se eleva en sangre en varones jóvenes que pasaron una noche sin dormir, lo que sugiere una relación entre la privación de sueño y el Alzheimer.

Una noche sin dormir se asocia a niveles altos de tau en sangre

El trabajo se realizó en el Barcelona βeta Brain Research Center (BBRC) y afirma que las personas que sufren insomnio tienen cambios en la estructura cerebral congruentes con las etapas iniciales de la enfermedad de Alzheimer, ahora, una nueva investigación sugiere que la privación de una noche de sueño ya se asocia a mayores niveles de proteína tau, considerada un biomarcador de esta patología.
Estos resultados se publican en el último número de Neurology, la revista de la Academia Americana de Neurología. Problemas de sueño en los enfermos de Alzheimer
A grandes rasgos, las personas que padecen algún tipo de demencia sufren lo que se conoce como agitación vesperal o síndrome vespertino. Este trastorno supone que cuando cae la noche su confusión aumenta, se muestran más agitadas y ansiosas y son incapaces de conciliar el sueño y quedarse dormidas. Todavía no se sabe muy bien a qué se deben estos síntomas, pero se sabe que hay factores que contribuyen a este comportamiento, como el cansancio al final del día o una necesidad de dormir menos de lo que suelen hacerlo los adultos mayores, según la Asociación de Alzheimer de Estados Unidos.
Las personas con Alzheimer pueden sufrir también, como en cualquier demencia, insomnio -es decir, dificultad para quedarse dormidas, tener problemas para dormir de un tirón durante toda la noche o despertarse muy pronto por la mañana–, hipersomnia –sueño muy prolongado y profundo, sobre todo durante el día–, o hiperactividad motora nocturna, sobre todo en fases avanzadas de la enfermedad.

El trabajo del BBRC mostraba, a través de diversas técnicas de imagen, que el insomnio se asocia con un menor volumen en algunas regiones cerebrales, como el precúneo y el córtex cingulado posterior, además de a otros cambios en la sustancia blanca cerebral.
En el estudio más reciente, los análisis se centraron en el nivel de tau en sangre de los participantes: un total de 15 varones sanos, de peso normal con una edad media de 22 años. Todos solían dormir de forma regular entre siete y nueve horas cada noche.
El autor principal de la investigación, Jonathan Cedernaes, de la Universidad de Upsala, en Suecia, expone que “muchos de nosotros experimentamos privación de sueño en algún momento de nuestras vidas sea por un jet-lag, preparando algún proyecto, o bien cubriendo turnos de trabajo. Nuestro estudio exploratorio muestra que incluso en individuos jóvenes, sanos, perder una sola noche de sueño eleva el nivel de tau en sangre, lo que sugiere que a lo largo del tiempo, la privación de sueño podría tener efectos dañinos”.
La investigación se llevó a cabo en dos fases: en una primera se tomaron muestras de los niveles de la proteína en sangre mientras los participantes mantenían sus hábitos de sueño y alimentación normales; en la siguiente fase, se midieron esos niveles tras pasar en blanco una noche, en la que los sujetos estudiados estuvieron viendo películas, jugando con videojuegos o charlando.
El aumento de tau registrado fue del 17% tras la noche sin dormir, frente al 2% de incremento cuando se había dormido bien. Los investigadores buscaron cambios en otros marcadores de Alzheimer sin éxito.
El trabajo se ha hecho con una muestra evidentemente pequeña, y tampoco ha incluido a mujeres, lo que suponen limitaciones claras. Aunque estos niveles elevados Cedernaes reconoce también que si bien los niveles elevados de tau en el cerebro no son buenos, “en el contexto del sueño, no sabemos qué representan”. De hecho, la producción de proteína tau se eleva cuando las neuronas están activas, pero su presencia en sangre indica que no se han eliminado adecuadamente en el cerebro. “En próximos estudios tendremos que investigar más todo esto, así como determinar cuánto duran los cambios en tau y si estos cambios obtenidos en sangre reflejan un mecanismo por el que una exposición recurrente por un sueño interrumpido o irregular puede elevar el riesgo de demencia”.
Los hábitos irregulares de sueño y, en concreto, su déficit se estudian desde hace tiempo en relación con la enfermedad de Alzheimer, aunque aún no se comprende del todo cómo esa privación llega a impulsar la patología. Precisamente, otro trabajo, publicado hace casi un año en Science, planteaba también el aumento de la proteína tau debido al insomnio y su relación con el Alzheimer. En ese trabajo, desarrollado desde la Universidad Washington en San Luis (EE.UU.), también se observaron niveles elevados de la proteína tras una noche sin dormir.

Ese mismo grupo había demostrado también una relación inversa entre la reducción del sueño profundo y la cantidad de proteína tau, y en un estudio en Science Translational Medicine sugería que la disminución en la calidad del sueño podría ser un marcador de transición entre la normalidad y la disfución.
En otros estudios, la asociación entre problemas de sueño y Alzheimer se ha establecido a través de otra proteína, la beta-amiloide. En modelo de ratón de la patología, se ha comprobado una mayor presencia (y de aparición más rápida) de las placas formadas por esta proteína con la privación de sueño

ENFERMEDAD DE ALZHEIMER SIN PLACAS AMILOIDE

ENFERMEDAD DE ALZHEIMER SIN PLACAS AMILOIDE<

Un nuevo estudio cuestiona que los niveles anómalos de placa de amiloide en el cerebro aparezcan antes que la pérdida de memoria en la enfermedad de Alzheimer.

Una hipótesis prevalente entre la comunidad científica es que la proteína beta-amiloide constituye el primer signo de la enfermedad de Alzheimer. La acumulación anómala de esta proteína conduce, entre otras alteraciones cerebrales, a la neurodegeneración y, finalmente, a problemas de razonamiento y memoria. Pero un nuevo estudio desafía esa teoría: sugiere que los trastornos sutiles de pensamiento y memoria pueden aparecer antes o incluso junto con el desarrollo de placas beta-amiloides del cerebro. El trabajo se acaba de publicar en el último número de Neurology, la revista de la Academia Estadounidense de Neurología.
Mediante el estudio con escáner, se comprobó que “el amiloide no es necesariamente lo primero en el proceso de la enfermedad de Alzheimer”, afirma el autor del trabajo Kelsey R. Thomas, médico del Sistema de Salud de los Veteranos de San Diego. “Gran parte de la investigación que explora posibles tratamientos para la enfermedad de Alzheimer se ha centrado en destruir la placa de beta-amiloide, pero, según nuestros hallazgos, tal vez ese enfoque debe cambiar a otros objetivos”.
El estudio incluyó a 747 personas con una edad media de 72 años. Los investigadores analizaron a los participantes con pruebas neuropsicológicas y de imagen al comienzo del estudio, que cotejaron con otras realizadas durante la investigación. Sobre esos resultados los dividieron en tres grupos: 305 personas con habilidades de razonamiento y memoria normales; 153 con sutiles diferencias, y 289 personas con deterioro cognitivo leve. Las exploraciones de imagen se realizaron anualmente durante cuatro años.
Acumulación más rápida
Tras ajustar la edad, la educación, el sexo, el riesgo genético de la enfermedad de Alzheimer y el nivel de amiloide al comienzo del estudio, los investigadores descubrieron que las personas con diferencias sutiles de razonamiento y memoria tenían una acumulación más rápida de amiloide en comparación con las personas con esas capacidades normales. Al medir los niveles de amiloide, se obtuvo nivel medio de 1,16 entre los participantes con dificultades sutiles de razonamiento y memoria; ese nivel aumentó 0,03 en este grupo, pero entre los que tenían capacidades normales, lo hizo aún más. Las personas con diferencias sutiles presentaron además un adelgazamiento más rápido de la corteza entorrinal, una región del cerebro que se ve afectada muy temprano en la enfermedad de Alzheimer.
Por otro lado, si bien las personas con deterioro cognitivo leve tenían más cantidad de amiloide en sus cerebros al comienzo del estudio, no experimentaron una acumulación más rápida de amiloide en comparación con aquellos con habilidades cognitivas normales. Sin embargo, sí tuvieron un adelgazamiento más rápido de la corteza entorrinal, así como una contracción cerebral del hipocampo.
Proteína tau
“De investigaciones anteriores, sabemos que otro biomarcador de la enfermedad de Alzheimer, la proteína tau, muestra una relación constante con los síntomas cognitivos. Por lo tanto, se necesita más investigación para determinar si la tau ya está presente en el cerebro cuando empiezan a aparecer sutiles alteraciones en el pensamiento y la memoria”, destaca Thomas.
El investigador concluye que el trabajo demostró un método para detectar alteraciones cognitivas sutiles antes o durante la fase en la que la placa de amiloide se acumula a un ritmo más rápido: “Esto podría justificar la realización de exámenes no invasivos que podrían detectar muy temprano quién está en riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer”.
De este trabajo se puede deducir que la proteína beta amiloide no es fundamental para la enfermedad de Parkinson y como algunos autores han propuesto los gérmenes tendrían un lugar en esta patología
Los gérmenes llegarían primero, posiblemente como consecuencia de la ruptura de la microbiota, y se depositarían de forma plural en distintos parénquimas, desencadenando después una reacción inmunitaria de tal forma que los macrófagos tales como la beta amiloide y tau entre otras se precipitarían sobre los gérmenes.
La clínica se iniciaría por los gérmenes y el sistema inmunitario y sus proteínas agravarían el conflicto.

¿Podrían las placas y la neuroinflamación en el Alzheimer ser en realidad una respuesta inmune a un verdadero desafío inmunitario de los microbios en el cerebro?

Robert Blair y Alonso, ya hace algún tiempo descubrieron gérmenes bajo las placas beta amiloide. De distintas enfermedades neurodegenerativas
Este esquema parece sencillo pero no lo es más que el admitido hasta ahora.
El algoritmo: que se puede idealizar es como sigue
Rotura de la microbiota
Invasión de gérmenes
Lesión del parénquima,
Precipitación de macrófagos
Desarrollo y evolución de la enfermedad

Biografía una guapa

Neurology, Kelsey R. Thomas, médico del Sistema de Salud de los Veteranos de San Diego.

ELA Y HONGOS. Alonso 1 , Pisa D 1 , Fernández-Fernández AM 1 , Rábano A 2 , Carrasco L 3 .
. Robert Blair

ENFERMEDAD DE ALZHEIMER SIN PLACAS AMILOIDE

ENFERMEDAD DE ALZHEIMER SIN PLACAS AMILOIDE<

Un nuevo estudio cuestiona que los niveles anómalos de placa de amiloide en el cerebro aparezcan antes que la pérdida de memoria en la enfermedad de Alzheimer.

Una hipótesis prevalente entre la comunidad científica es que la proteína beta-amiloide constituye el primer signo de la enfermedad de Alzheimer. La acumulación anómala de esta proteína conduce, entre otras alteraciones cerebrales, a la neurodegeneración y, finalmente, a problemas de razonamiento y memoria. Pero un nuevo estudio desafía esa teoría: sugiere que los trastornos sutiles de pensamiento y memoria pueden aparecer antes o incluso junto con el desarrollo de placas beta-amiloides del cerebro. El trabajo se acaba de publicar en el último número de Neurology, la revista de la Academia Estadounidense de Neurología.
Mediante el estudio con escáner, se comprobó que “el amiloide no es necesariamente lo primero en el proceso de la enfermedad de Alzheimer”, afirma el autor del trabajo Kelsey R. Thomas, médico del Sistema de Salud de los Veteranos de San Diego. “Gran parte de la investigación que explora posibles tratamientos para la enfermedad de Alzheimer se ha centrado en destruir la placa de beta-amiloide, pero, según nuestros hallazgos, tal vez ese enfoque debe cambiar a otros objetivos”.
El estudio incluyó a 747 personas con una edad media de 72 años. Los investigadores analizaron a los participantes con pruebas neuropsicológicas y de imagen al comienzo del estudio, que cotejaron con otras realizadas durante la investigación. Sobre esos resultados los dividieron en tres grupos: 305 personas con habilidades de razonamiento y memoria normales; 153 con sutiles diferencias, y 289 personas con deterioro cognitivo leve. Las exploraciones de imagen se realizaron anualmente durante cuatro años.
Acumulación más rápida
Tras ajustar la edad, la educación, el sexo, el riesgo genético de la enfermedad de Alzheimer y el nivel de amiloide al comienzo del estudio, los investigadores descubrieron que las personas con diferencias sutiles de razonamiento y memoria tenían una acumulación más rápida de amiloide en comparación con las personas con esas capacidades normales. Al medir los niveles de amiloide, se obtuvo nivel medio de 1,16 entre los participantes con dificultades sutiles de razonamiento y memoria; ese nivel aumentó 0,03 en este grupo, pero entre los que tenían capacidades normales, lo hizo aún más. Las personas con diferencias sutiles presentaron además un adelgazamiento más rápido de la corteza entorrinal, una región del cerebro que se ve afectada muy temprano en la enfermedad de Alzheimer.
Por otro lado, si bien las personas con deterioro cognitivo leve tenían más cantidad de amiloide en sus cerebros al comienzo del estudio, no experimentaron una acumulación más rápida de amiloide en comparación con aquellos con habilidades cognitivas normales. Sin embargo, sí tuvieron un adelgazamiento más rápido de la corteza entorrinal, así como una contracción cerebral del hipocampo.
Proteína tau
“De investigaciones anteriores, sabemos que otro biomarcador de la enfermedad de Alzheimer, la proteína tau, muestra una relación constante con los síntomas cognitivos. Por lo tanto, se necesita más investigación para determinar si la tau ya está presente en el cerebro cuando empiezan a aparecer sutiles alteraciones en el pensamiento y la memoria”, destaca Thomas.
El investigador concluye que el trabajo demostró un método para detectar alteraciones cognitivas sutiles antes o durante la fase en la que la placa de amiloide se acumula a un ritmo más rápido: “Esto podría justificar la realización de exámenes no invasivos que podrían detectar muy temprano quién está en riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer”.
De este trabajo se puede deducir que la proteína beta amiloide no es fundamental para la enfermedad de Parkinson y como algunos autores han propuesto los gérmenes tendrían un lugar en esta patología
Los gérmenes llegarían primero, posiblemente como consecuencia de la ruptura de la microbiota, y se depositarían de forma plural en distintos parénquimas, desencadenando después una reacción inmunitaria de tal forma que los macrófagos tales como la beta amiloide y tau entre otras se precipitarían sobre los gérmenes.
La clínica se iniciaría por los gérmenes y el sistema inmunitario y sus proteínas agravarían el conflicto.

¿Podrían las placas y la neuroinflamación en el Alzheimer ser en realidad una respuesta inmune a un verdadero desafío inmunitario de los microbios en el cerebro?

Robert Blair y Alonso, ya hace algún tiempo descubrieron gérmenes bajo las placas beta amiloide. De distintas enfermedades neurodegenerativas
Este esquema parece sencillo pero no lo es más que el admitido hasta ahora.
El algoritmo: que se puede idealizar es como sigue
Rotura de la microbiota
Invasión de gérmenes
Lesión del parénquima,
Precipitación de macrófagos
Desarrollo y evolución de la enfermedad

Biografía una guapa

Neurology, Kelsey R. Thomas, médico del Sistema de Salud de los Veteranos de San Diego.

ELA Y HONGOS. Alonso 1 , Pisa D 1 , Fernández-Fernández AM 1 , Rábano A 2 , Carrasco L 3 .
. Robert Blair

AUTISMO Y PLACENTA

AUTISMO Y PLACENTA

Del blog de José Ramón Alonso NEUROCIENCIA siempre he extraído magnífica información, que me permite elucubrar sobre enfermedades tan frecuentes y de moda que llegan a avasallar nuestra atención.
El autismo no solamente está de moda, sino que además es una continua controversia su etiología.
Nuestra mente está llena de fabulaciones , pero que pueden ser verdad.
Tienen un denominador común de alteración de la microbiota. Y es muy posible que tenga un marcado número de error pero en ello estamos y hace falta sacarle punta

Esta vez le toca a la placenta como origen del AUTISMO al que podríamos definir como es un trastorno del desarrollo que se caracteriza por dificultades en las relaciones sociales y la comunicación, y por comportamientos restringidos y repetitivos. La placenta es un órgano esencial y poco estudiado que comparten el feto en desarrollo y la madre embarazada y que se encarga de hacer llegar al feto oxígeno, glucosa y otros nutrientes y de transportar a la madre los productos de desecho del metabolismo fetal para que ella se encargue de expulsarlos. La placenta es fundamental para el crecimiento normal del feto y si algo no funciona bien se suele producir un desarrollo anómalo, en particular en el cerebro.

La placenta produce numerosas hormonas que afectan a la evolución del feto, en particular al crecimiento y maduración del sistema nervioso. También libera algunos mensajeros bioquímicos que provocan inflamación en el cerebro en desarrollo, un proceso también asociado al autismo, pues muchas de las personas con autismo presentan inflamación cerebral. En tercer lugar, una placenta dañada puede presentar una mayor permeabilidad de la barrera placentaria, lo que puede permitir que algunas sustancias tóxicas tengan un acceso más fácil al sistema nervioso en formación y puedan afectarlo La alteración de la placenta podría estar implicada no solo en los TEA sino también en el trastorno del déficit de atención y en psicosis como la esquizofrenia. El estudio de las alteraciones de la placenta puede ayudar a establecer mecanismos protectores que eviten el riesgo de sufrir un trastorno cerebral y nuevos métodos de tratamiento que limiten los daños en las personas afectadas.
La alteración de la placenta podría estar implicada no solo en los TEA sino también en el trastorno del déficit de atención y en psicosis como la esquizofrenia. El estudio de las alteraciones de la placenta puede ayudar a establecer mecanismos protectores que eviten el riesgo de sufrir un trastorno cerebral y nuevos métodos de tratamiento que limiten los daños en las personas afectadas.
negativamente. Panagiotis Kratimenos y Anna Penn consideran que la relación entre la función de la placenta y el desarrollo cerebral es tan importante que abre un nuevo campo de investigación al que han llamado neuroplacentología.
Uno de los claros factores de riesgo para tener un TEA es un nacimiento prematuro. Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos casi uno de cada diez bebés nace prematuro, antes de las 37 semanas de gestación. Nacer prematuro es uno de los claros factores de riesgo para tener un TEA y evidentemente genera la pérdida súbita de la influencia que las hormonas placentarias tienen en el feto. La pérdida del soporte ejercido por la placenta puede ser un factor importante para que un niño tenga o no un TEA.

En los niños prematuros extremos, que nacen antes de las 23 semanas de gestación, el número de ellos que desarrolla un TEA está en torno al 30%, treinta veces superior que en la población que nace a término.
Kliman y su grupo de la Universidad de Yale y el MIND Institute estudiaron 117 placentas de niños de alto riesgo, aquellos cuyas familias habían tenido previamente uno o más niños con autismo. Estas familias participaban en un estudio denominado “Markers of Autism Risk in Babies – Learning Early Signs”. Kliman comparó las placentas de esos embarazos con 100 placentas control recogidas en el mismo área geográfica. Analizaron las placentas tras el parto fijándose en dos características los pliegues anómalos de la placenta y la presencia de unos crecimientos celulares aberrantes denominados inclusiones de trofoblastos. Estas inclusiones son el resultado de pliegues anómalos en la bicapa de trofoblastos, ya sea debido a un aumento del citotrofoblastos o a una caída en el índice de fusión de la capa sincitial de trofoblastos. Al principio se consideraron marcadores de gestaciones triploides pero en la actualidad se consideran comunes en un amplio rango de gestaciones cariotípicamente anómalos y de abortos espontáneos.
Las placentas en los embarazos de alto riesgo tenían una probabilidad ocho veces mayor de tener dos o más inclusiones de trofoblastos en comparación con las placentas control.

La presencia de dos o más inclusiones daba una sensibilidad del 41% y una especificidad del 92% para predecir riesgo de TEA mientras que que tener cuatro o más inclusiones tenia una especificad del 99,9% y predecía que un niño tendría TEA con una probabilidad del 74%. Las placentas en el grupo de alto riesgo tenían hasta 15 inclusiones de trofoblastos, mientras que ninguna de las cien placentas control tenía más de dos inclusiones de trofoblastos.
La allopregnanolona o ALLO es una hormona no glucocorticoide producida por la placenta que alcanza el pico en su expresión al final del embarazo y que modula los receptores GABA-A, parte clave de los circuitos de inhibición del sistema nervioso. Es un neurosteroide potente y su pérdida súbita tras un parto prematuro deja al recién nacido vulnerable al daño cerebral asociado a los trastornos neurológicos. La función de la placenta y por tanto la producción de allopregnanolona también puede ser afectada por problemas como la preeclampsia, una combinación de aparición de hipertensión arterial después de la vigésima semana de gestación, y la presencia de niveles elevados de proteína en la orina (proteinuria). Estas alteraciones, menos dramáticas que un parto prematuro pero también significativas, pueden causar déficits de por vida en la función cerebral.
Los investigadores del grupo de Claire-Marie Vacher generaron un modelo experimental, un ratón transgénico en el cual el gen que codifica la enzima responsable de la síntesis de la ALLO (Akr1c14) está eliminado en los trofoblastos de la placenta, pero no en el cerebro, mediante un sistema CRE-LOX. El análisis de los animales permitió comprobar que los niveles de ALLO eran bajos, en torno al 50% de los controles tanto en la placenta como en el cerebro, indicando que la placenta es el principal órgano productor de esta hormona y que esa hormona placentaria llega y afecta al cerebro. Una vez que nacieron las crías, los investigadores compararon los ratones del modelo experimental con un grupo control, realizaron neuroimagen de todo el encéfalo, analizaron la expresión génica y estudiaron el comportamiento de los ratones knock-out y los controles. El principal resultado que encontraron fue que los animales sin ALLO presentaban cambios permanentes en la estructura encefálica y en el comportamiento y que estos cambios eran más notables en los machos y en el cerebelo, una de las regiones más claramente afectadas en las personas con TEA. En particular, la insuficiencia de ALLO placentaria llevó a una serie de anomalías en la sustancia blanca del cerebelo de los machos, en particular un exceso de mielinización con un aumento del grosor de la cubierta mielínica y un incremento de la proteína básica de la mielina, similar también a los cambios observados en niños con TEA.
La parte final del embarazo coincide con un momento clave en el desarrollo del cerebelo. El cerebelo es una región encefálica situada debajo de la nuca y que es esencial para la coordinación muscular, la postura, el equilibrio, la cognición social y el manejo de las emociones. El desarrollo de esta sustancia blanca cerebelar es mayoritariamente postnatal, pero los investigadores han visto que la pérdida de la allopregnanolona placentaria causa un impacto potente. En relación con el comportamiento los crías macho que veían súbitamente reducidos sus niveles de ALLO veían un incremento de los comportamientos repetitivos y un déficit en la sociabilidad, dos características fundamentales de las personas con TEA. Como aspecto positivo, dar una única inyección de ALLO durante la preñez era suficiente para evitar tanto las anomalías cerebelares como los comportamientos sociales aberrantes en este modelo experimental.

Más sobre el tema del
Kratimenos P, Penn AA (2019) Placental programming of neuropsychiatric disease. Pediatr Res 86: 157–164.
Vacher C-M, O’Reilly JJ, Salzbank J, Lacaille H, Bakalar D, Sebaoui-Illoul S, Liere P, Clarkson-Paredes C, Sasaki T, Sathyanesan A, Imamura Kawasawa Y, Popratiloff A, Hashimoto-Torii K, Gallo V, Schumacher M, Penn AA (2019) Placental neurosteroids shape cerebellar development and social behaviour. Biorxiv https://www.biorxiv.org/content/10.1101/730150v1
Walker CK, Anderson KW, Milano KM, Ye S, Tancredi DJ, Pessah IN, Hertz-Picciotto I, Kliman HJ (2013) Trophoblast inclusions are significantly increased in the placentas of children in families at risk for autism. Biol Psychiatry 74(3): 204-211. doi: 10.1016/j.biopsych.2013.03.006

Neurociencia
El blog de José Ramón Alonso

« Entradas anteriores Entradas siguientes »