El blog del Dr. Enrique Rubio

Categoría: DEGENERATIVAS (Página 5 de 10)

LA ‘BOMBA DE RELOJERÍA’ DEL ALZHEIMER

LA ‘BOMBA DE RELOJERÍA’ DEL ALZHEIMER

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada tres segundos se diagnostica un nuevo caso de demencia en el mundo. Tres de cada cinco de esos diagnósticos serán de la enfermedad de Alzheimer, el tipo más común de demencia. La dificultad para encontrar un fármaco que detenga su declive cognitivo (más de 200 posibles tratamientos han fracasado en los ensayos clínicos en pacientes) ha provocado que uno de los principales retos de la investigación en estos momentos se centre en la prevención y en la detección precoz.

Sobre esos retos y sobre el grandísimo impacto del Alzheimer en las familias de los afectados debatieron la doctora Mercè Boada, neuróloga y fundadora y directora médica de Fundación ACE, y el doctor Arcadi Navarro, catedrático de Genética, profesor de Investigación ICREA en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y director del Barcelona Brain Research Center (BBRC) y de la Fundación Pasqual Maragall, en un encuentro digital enmarcado dentro del ciclo Debates de Vanguardia, organizado por Fundación La Caixa.

En un mundo con la esperanza de vida en aumento, la ausencia de un tratamiento para prevenir o detener el curso del Alzheimer puede triplicar el número de casos en 2050, lo que en 30 años podría hacernos hablar ya de una epidemia. “Estamos delante de una bomba de relojería”, aseguró la doctora Mercè Boada, que destacó que hablamos de una patología “socialmente agresiva” (por su impacto en cuidadores, sistemas de salud y en la economía) y difícilmente soportable para el sistema.

«El Alzheimer es una enfermedad socialmente agresiva y difícilmente soportable para el sistema”

Su opinión la compartió Arcadi Navarro, que comparó el Alzheimer con la actual pandemia provocada por la covid-19. “Estamos viviendo una pandemia gravísima, pero circunstancial. Ya vemos la luz al final del túnel. Con el Alzheimer, sin embargo, no pasa eso. Hablamos de una pandemia estructural, una ola que avanza lentamente, que no llama tanto la atención y en la que los poderes públicos no están invirtiendo suficiente ni en investigación ni en cuidados de las personas que sufren la enfermedad”.

Ambos expertos destacaron el impacto económico “brutal” que tiene la enfermedad y que asciende cada año a decenas de miles de millones de euros, un gasto que, además, recae mayoritariamente sobre las familias de los afectados. “La diferencia con otras enfermedades como el cáncer es que en éstas el coste lo asume la sociedad a través del Sistema de Salud. En el Alzheimer, sin embargo, el 80% del coste lo asume la familia, lo que supone una causa de precarización tremenda”, denunció Navarro, que recordó que han llevado al Congreso de los Diputados una propuesta para el cambio del modelo de atención a los afectados por una enfermedad “proporcionalmente muy mal atendida” y cuyo peso suele recaer sobre los hombros de las mujeres. “Según un estudio que realizamos, el 65% de los cuidadores eran mujeres; por este orden: la esposa del afectado, la hija y la esposa del hijo mayor. También vimos que había muchos pacientes leves diagnosticados de demencia que vivían solos. ¿Quiénes eran mayoritariamente? Mujeres”, añadió Boada.

Tanto Mercè Boada como Arcadi Navarro se mostraron en todo momento optimistas con el futuro de la enfermedad.

En primera instancia, por el aumento de la conciencia de la población y de los médicos, lo que ha facilitado que aumente el número de pacientes que llegan a centros especializados como la Fundación ACE en un estado aún leve de la enfermedad, cuando hace no tanto, lo normal era que lo hiciesen en una fase moderada-grave.

El Alzheimer es una pandemia estructural que avanza lentamente y no llama la atención social”

En segundo lugar, por el desarrollo de más y mejores técnicas para el diagnóstico precoz de los pacientes que hace un lustro ni siquiera existían. “Tenemos algoritmos de Inteligencia Artificial que son capaces de clasificar ante una imagen del cerebro si éste ya muestra un síntoma de deterioro aunque no se haya manifestado, hay biomarcadores en sangre que clasifican con una certeza del 90% la acumulación de proteínas…”, enumeró Navarro, que aseguró que estos avances les hacen ser optimistas, ya que ante un diagnóstico precoz existe la opción de prescribir tratamientos no farmacológicos para aumentar la resiliencia cerebral.

En ese sentido, Mercè Boada destacó la importancia de que poco a poco estas técnicas de diagnóstico precoz del Alzheimer se integren en nuestro ADN como hoy en día, por ejemplo, está integrada la importancia de hacerse una mamografía para detectar el cáncer de mama en fases tempranas de su desarrollo.

Los expertos, por último,  se mostraron optimistas respecto al desarrollo de fármacos que en un futuro próximo permitan llegar a un “escenario ideal” en el que cada paciente de Alzheimer, como ocurre en el caso del cáncer, tenga “un tratamiento a medida con una multiplicidad de alternativas terapéuticas”. 

Querida Mercedes siempre te he admirado por tú afición y constancia en el estudio de las enfermedades neurodegenerativas. Me parece deducir de tu trabajo que no eres , o si le eres, lo es escasamene, optimista en su pronóstico y me asusta la idea de una epidemia terrible, para la que no tenemos ninguna solución efectiva y que cada día se extiende más.

Yo estoy obsesionado con la idea de la inflamación. las proteínas de depósito que tienen las enfermedades degenerativas, son macrofagos que se depositan sobre algo qué está debajo. muy probablemente gérmenes y varios.

Me llama la atención, que tú que te lo lees todo no hables de los gérmenes como primer causante de estas enfermedades concretamente del Alzheimer. Ya sabes qué Eloy Alzheimer , hasta que no se descubrió la proteína beta amiloide como depósito, creía que era una enfermedad infecciosa, como hizo después Rover Moir , que acaba de morir víctima de un Glioblastoma. Y cómo sigue reclamando el doctor Carrasco microbiólogo de la Universidad de Madrid desde hace 20 años , que reclama el haber descubierto repetidas veces varios tipos de gérmenes, sobre todo hongos en el cerebro de estos enfermos, sobre todo con ELA.

La fotografía que circula, en la que se ven las proteínas depositándose sobre  gérmenes es

Gérmenes en el cerebro procedentes del intestino

                                         

El patrón de toda enfermedad neurodegenerativa es el mismo , Un macrófago que segrega una proteína que se deposita es una estructura nerviosa vital . y yo estoy ilusionado, con que esta proteína tapa a una serie de gérmenes que están debajo y qué son la fuente que desencadena todo lo demás.

                                    Amiloides envolviendo Levaduras

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Prácticamente toda la medicación para la enfermedad de Alzheimer intenta eliminar la proteínas beta amiloide o la Tau, Y hasta ahora y que yo sepa, no lo han conseguido. La apuesta de los laboratorios por conseguir una medicación efectiva en esta enfermedad es enorme.

Luis Carrasco es un científico que desde hace unos 20 años insiste en la posibilidad de que las enfermedades neurodegenerativas tengan como origen un germen o varios a la vez . No es el primero que afirma esto, ya Rober Moir, insistio y lucho por demostrar este postulado. Y a su muerte, sigue sin admitirse la teoría microbiana, que a mi me parece indiscutible. La aparicion reciente de dos casos de Parkison, por el coronavirus, potencian esta idea, de que cualquier germen puede asentar en el cerebro, lesionarlo y desencadenar una respuesta inmunitaria, que es la que perpetua el daño.

Si lleganos a la conclusion, que si, que son germenes, o varios a la vez, los antibioticos, las vacunas, o lo que toque, podria evitar estas epidemias de enfermedades cronicas y mutilantes.

Mientras tanto, solo tenemos mas de lo mismo

Gracias Mercedes por tu entusiasmo y perdona mi atrevimiento

AMLOIDE Y MEMORIA

AMLOIDE Y MEMORIA

En noviembre de 1906, en la XXXVII Conferencia de Psiquiatría del Sudoeste Alemán, Alzheimer presentó la comunicación «Sobre una enfermedad específica de la corteza cerebral», en la que se hacía por primera vez la descripción de una inusual enfermedad de la corteza cerebral cuyos síntomas principales eran pérdida de memoria, desorientación, alucinaciones y finalmente muerte. La enfermedad se había diagnosticado en Augusta D., una mujer de 51 años que ingresó en 1901 en el Hospital de Frankfurt con un cuadro clínico cuyas manifestaciones eran delirio de celos, pérdida de memoria, alucinaciones, desorientación temporo espacial, paranoia, alteraciones de conducta y un grave trastorno del lenguaje. Finalmente, Augusta falleció por una infección a causa de las escaras producto de la inmovilidad e infección pulmonar.

Cuando el Dr. Alzheimer estudió el cerebro de Augusta, encontró que la corteza cerebral era más estrecha de lo normal (atrófica) y, además, que existían dos tipos de anomalías muy llamativas, que hoy en día siguen siendo las características histopatológicas principales de la Enfermedad de Alzheimer:

 Placas, especie de esferas o acúmulos extraneuronales constituidos por un material anómalo (denominado, desde un principio, amiloide por teñirse como el almidón, pero que hoy se sabe que es de naturaleza proteica) y que puede contener terminaciones de neuronas degeneradas y estar rodeado de células gliales reactivas.

Ovillos neurofibrilares, acumulaciones de material aparentemente fibroso en el interior de las propias neuronas.

Alois Alzheimer pensó  la demencia de aquella paciente que tanto le impresionó era debida a un germen y esto se mantuvo en general hasta que se encontró un depósito de proteína beta amiloidótica, a partir de entonces existe una  opinión muy extendida, que esta proteína junto a la TAU, se precipitan sobre determinadas estructuras del cerebro y son las responsables de la enfermedad de Alzheimer

Las fibras amiloides,  son la forma anómala de la proteína responsable de la homeostasis del ion calcio intracelular, induce la apoptosis celular. ​ Se sabe también que la Aβ se acumula selectivamente en las mitocondrias de las células cerebrales afectadas en el alzhéimer y que es capaz de inhibir ciertas funciones enzimáticas, así como alterar la utilización de la glucosa por las neuronas. ​

Desde hace mucho tiempo se interpretó pero el depósito de estas proteínas anormales como un fenómeno inflamatorio  y la intervención de las citoquinas pueden también jugar un papel en la patología de la enfermedad de Alzheimer.

La inflamación es el marcador general de daño en los tejidos en cualquier enfermedad y puede ser el daño producido en el alzhéimer por la expresión de una respuesta inmunológica.

Existe evidencia de que, Amiloide, ApoE4 y envejecimiento,  aumentan el riesgo de la enfermedad de Alzheimer. Pero existen dudas, de la incidencia y aparición de cada uno de estos factores sobre si cada factor debilita la memoria en el estado cognitivamente saludable. 

Los Australian Imaging, Biomarkers and Lifestyle (AIBL) En un análisis durante  seis años, vieron  que la memoria episódica disminuye solo en los ancianos con depositos de amiloide cerebral.

Y concluyeron que:

ApoE4 cambia la pérdida de memoria relacionada con amiloide una década antes.

Sin amiloide cerebral, los portadores de ApoE4 envejecen sin pérdida de memoria.

En el 22 de enero JAMA Neurology, los investigadores dirigidos por Paul Maruff, Universidad de Melbourne, Australia, informan que en personas sin amiloide cerebral, la memoria episódica desciende por debajo de un umbral de normalidad a partir de los 76 años, mientras que que en portadores de ApoE con amiloide cerebral, esto comienza una década más temprano.  Sorprendentemente, sin embargo, las personas sin amiloide cerebral recuerdan muy bien, incluso aquellos que portan un alelo ApoE4. «Esto desafía la noción de pérdida de memoria relacionada con la edad, ya que se asume ampliamente que el envejecimiento en sí mismo juega un papel en el declive». Esto lo afirma , el primer autor, Yen Ying Lim, a Alzforum. En cambio, parece que Aβ explica gran parte de la variación en la disminución de la memoria observada en los estudios de envejecimiento, dijo Lim.

Este estudio se suma otros que están comenzando a mostrar que la función cognitiva permanece relativamente estable a lo largo del tiempo cuando no hay amiloide ( Lim et al., 2016 ; Jack et al., 2015).

INTERVENCION DEL AMILOIDE.

El análisis de datos obtenidos de forma longitudinal durante  seis años, la memoria episódica se mantuvo estable en personas sin amiloide cerebral, independientemente de si portaban ApoE4. En aquellos con la patología, la memoria vaciló, y esto comenzó a una edad más temprana en aquellos con ApoE4 que en los que no. [© 2018 American Medical Association. Todos los derechos reservados.]

Para descubrir cómo interactúan el amiloide, la edad y la ApoE, Lim y sus colegas incluyeron 447 participantes cognitivamente normales de AIBL en su análisis. Tienen un promedio de 72.5 años. Los científicos los genotiparon para ApoE, tomaron sus valores de PET amiloide cerebral al inicio, luego dividieron la cohorte en cuatro grupos dependiendo del estado de Aβ y ApoE4. En promedio, el grupo amiloide positivo fue cuatro años mayor que el grupo amiloide negativo. Todos los participantes tomaron pruebas de memoria episódica cada 18 meses durante seis años, y los investigadores combinaron los resultados de la prueba de aprendizaje verbal de California, la prueba de memoria retardada de memoria lógica y la prueba de figura compleja en una puntuación compuesta.

Los positivos de amiloide fueron los únicos con pérdida de memoria episódica. Su declive comenzó, en promedio, alrededor de los 76 años. Si un participante también portaba un alelo ApoE4, su declive comenzó casi una década antes: a los 65 años. A los 85 años, los portadores de ApoE4 positivos a amiloide habían caído 1.5 unidades de desviación estándar por debajo de amiloide -negativos no portadores en el compuesto, característicos de alguien que tiene problemas para recordar los recuerdos adquiridos recientemente y se acerca al deterioro cognitivo leve, dijo Lim. Los no portadores de amiloide positivo habían disminuido en 0,7. Por el contrario, la memoria episódica se mantuvo estable en personas sin placas, independientemente de su estado ApoE4.

Los autores utilizaron un modelo cuadrático transversal para correlacionar la edad con el cambio en la memoria episódica . Esto explica mejor la varianza que los modelos lineales que se habían utilizado en la mayoría de los otros estudios. El modelo sugiere que la disminución de la memoria en las personas positivas para Aβ puede acelerarse con la edad avanzada, y que esta aceleración puede deberse a ApoE4.

Los datos confirman lo que los estudios más cortos insinuaron, a saber, que ApoE4 por sí solo no aumenta el riesgo de pérdida de memoria en personas cognitivamente sanas ( Mormino et al., 2014 ).

«La única contribicion  del estudio AIBL es el largo seguimiento clínico de los participantes, que fortalece la confianza en las conclusiones sobre las relaciones entre amiloide, ApoE y deterioro cognitivo», afirma  Clifford Jack de la Clínica Mayo en Rochester. La sospecha apareció  después de analizar datos de estudios longitudinales en la Clínica Mayo.

«El mecanismo principal por el cual ApoE4 afecta negativamente la cognición está mediado por la amiloidosis», afirma  Alzforum.

Es importante demostrar esta interacción entre ApoE4 y amiloide. Ya anteriormente se había pensado que  la memoria tiene un impacto en portadores de ApoE4 cognitivamente saludables ( Caselli et al., 2009 ). Sin embargo, ese estudio no determinó si los sujetos tenían amiloide en el cerebro, por lo que no pudo decir si ApoE4 funcionaba solo o a través de amiloide.

Con fines terapéuticos ,  los ensayos de prevención que están basados ​​en el genotipo ApoE,  nos recuerdan que una intervención dirigida al amiloide debe aplicarse a aquellos individuos cuyos cerebros albergan amiloide, y que no podemos suponer que lo hacen en base a la posesión de un E4 alelo «,

No  se menciona en este trabajo, como ApoE4 afecta la acumulación del amiloide en este estudio. Se afirma,  que si un portador de ApoE4 es amiloide negativo, entonces su memoria no disminuirá durante al menos seis años, según  este estudio. Estas decisiones  pueden ser útiles para determinar el riesgo de disminución de la memoria asociada con Aβ y ApoE4 en cada edad.

Los autores del trabajo, advierten  que, dado que la muestra proviene de una población seleccionada, mayoritariamente con educación universitaria, excluyendo a las personas con factores de riesgo cardiovascular y otras afecciones médicas y psiquiátricas, es necesario repetirla en una muestra basada en la población. También advierten que tenían muy pocos homocigotos de ApoE4 para saber qué hacen dos copias de este alelo a lo largo del tiempo. Finalmente, dado que solo utilizaron escaneos iniciales para este análisis, los autores no calcularon cómo la disminución de la memoria se correlacionaba con la cantidad de acumulación, o cómo ApoE4 afectaba esa acumulación.

Existe algunos trabajos, que están de acuerdo en el deposito anormal, de proteínas en el Alzheimer y otras enfermedades degenerativas, pero son los resultados de un fenómeno inflamatorio de respuesta a la invasión de uno o varios gérmenes .

Esto lo mantiene de manera sostenida el profesor Carrasco y Moir, y tienen una lógica aplastante.

Primero un germen, después un macrófago segrega una proteína para destruirlos, y cuando estas proteínas superan, ciertos niveles, aparece la enfermedad.

Pese a lo bondadosa que parece esta teoría, no tienen todavía mucha aceptación.

Habra que esperar

Bibliografia

Lim YY, Leyes SM, Villemagne VL, Pietrzak RH, Porter T, Ames D, Fowler C, Rainey-Smith S, Snyder PJ, Martins RN, Salvado O, Bourgeat P, Rowe CC, Masters CL, Maruff P .La disminución de la memoria relacionada con Aβ en APOE ε4 no portadores: implicaciones para la enfermedad de Alzheimer . Neurología . 26 de abril de 2016; 86 (17): 1635-42. Epub 2016 Mar 30 PubMed .

Jack CR Jr, Wiste HJ, Weigand SD, Knopman DS, Vemuri P, Mielke MM, Lowe V, Senjem ML, Gunter JL, Machulda MM, Gregg BE, Pankratz VS, Rocca WA, Petersen RC . Efectos de la edad, el sexo y el APOE ε4 sobre la memoria, la estructura del cerebro y el β-amiloide a lo largo de la vida adulta .JAMA Neurol . Mayo de 2015; 72 (5): 511-9. PubMed .

Mormino EC, Betensky RA, Hedden T, Schultz AP, Ward A, Huijbers W, Rentz DM, Johnson KA, Sperling RA, Alzheimer’s Neuroimaging Initiative, Australian Imaging Biomarkers y Lifestyle Flagship Study of Ageing, Harvard Aging Brain Study . El amiloide y el APOE ε4 interactúan para influir en la disminución a corto plazo de la enfermedad de Alzheimer preclínica .Neurología . 2014 20 de mayo; 82 (20): 1760-7. Epub 2014 Abr 18 PubMed .

Caselli RJ, Dueck AC, Osborne D, Sabbagh MN, Connor DJ, Ahern GL, Baxter LC, Rapcsak SZ, Shi J, Woodruff BK, Locke DE, Snyder CH, Alexander GE, Rademakers R, Reiman EM . Modelado longitudinal de la disminución de la memoria relacionada con la edad y el efecto APOE epsilon4 . N Engl J Med . 2009 16 de julio; 361 (3): 255-63. PubMed .

Lim YY, Williamson R, Laws SM, Villemagne VL, Bourgeat P, Fowler C, Rainey-Smith S, Salvado O, Martins RN, Rowe CC, Masters CL, Maruff P, AIBL Research Group . Efecto del genotipo APOE sobre la deposición de amiloide, el volumen cerebral y la memoria en personas mayores cognitivamente normales . J Alzheimers Dis. 2017; 58 (4): 1293-1302. PubMed .

Lim YY, Leyes SM, Villemagne VL, Pietrzak RH, Porter T, Ames D, Fowler C, Rainey-Smith S, Snyder PJ, Martins RN, Salvado O, Bourgeat P, Rowe CC, Masters CL, Maruff P .La disminución de la memoria relacionada con Aβ en APOE ε4 no portadores: implicaciones para la enfermedad de Alzheimer . Neurología . 26 de abril de 2016; 86 (17): 1635-42. Epub 2016 Mar 30 PubMed .

TIPOS DE ENFERMEDAD DE PARKINSON

Alfa sinucleina


TIPOS DE ENFERMEDAD DE PARKINSON

La enfermedad de Parkinson puede formar parte de un síndrome extrapiramidal producido por un germen sobre el que se deposita una proteína llamada cuerpos de Levy . Y lesiona preferentemente las zonas dopaminérgicas. Algunos actores están afirmando, qué tras la epidemia de coronavirus que estamos padeciendo, otra epidemia en pacientes crónicos de  tipo extrapiramidal aparecerá y de hecho ya hay algunos casos descritos.  Y ello no es extraño qué varios parénquimas estén afectados al mismo tiempo. Los artículos que vienen a continuación , podrían  explicar este postulado

A menudo, las personas afectadas por la enfermedad de Parkinson comienzan teniendo síntomas que difieren mucho de un paciente a otro, una circunstancia que ha suscitado numerosas especulaciones. Una reciente investigación ha apuntado la existencia de dos subtipos de la enfermedad, según el lugar del organismo en el que comience: el cerebro o el sistema nervioso autónomo periférico.
Mediante tomografía por emisión de positrones e imágenes de resonancia magnética, los investigadores examinaron a 37 pacientes con enfermedad de Parkinson de novo. También se incluyó en el estudio a 22 personas que aún no habían sido diagnosticadas pero tenían un alto riesgo de desarrollar la enfermedad.
Los resultados del estudio demuestran que algunos pacientes tenían dañado el sistema dopaminérgico del cerebro antes de que se produjeran lesiones en el sistema nervioso autónomo periférico. En otros pacientes, las pruebas revelaron daños en el sistema nervioso autónomo periférico (intestinales y cardíacos) antes de que el daño en el sistema dopaminérgico cerebral fuera visible.
Y ALGUNOS  pacientes con enfermedad de Parkinson tienen un microbioma intestinal distinto al de las personas sanas, podría ser particularmente interesante, en el caso de la enfermedad de Parkinson iniciada fuera del cerebro, estudiar el microbioma intestinal del paciente porque podría ser factible frenar la patología mediante un tratamiento dirigido al microbioma.

¿Que se afecta primero en la enfermedad de Parkinson, el cerebro o el cuerpo ¿ 

La enfermedad de Parkinson se caracteriza por la presencia de agregados de α-sinucleína intraneuronales anormales, que pueden propagarse de una célula a otra de forma priónica. Sin embargo, sigue siendo incierto dónde se originan los agregados iniciales de α-sinucleína. Hemos planteado la hipótesis de que la enfermedad de Parkinson comprende dos subtipos. Un tipo de cerebro primero (de arriba hacia abajo), donde la patología de la α-sinucleína surge inicialmente en el cerebro con una extensión secundaria al sistema nervioso autónomo periférico; y un tipo de cuerpo primero (de abajo hacia arriba), donde la patología se origina en el sistema nervioso autónomo entérico o periférico y luego se disemina al cerebro. También planteamos la hipótesis de que el trastorno de conducta del sueño REM aislado (iRBD) es un fenotipo prodrómico para el tipo de cuerpo primero. Usando imágenes multimodales, Probamos la hipótesis cuantificando la disfunción neuronal en estructuras correspondientes a la afectación de las etapas I, II y III de Braak en tres grupos distintos de pacientes. Incluimos 37 consecutivos pacientes de novo con enfermedad de Parkinson en este estudio PET de casos y controles. Los pacientes con enfermedad de Parkinson se dividieron en 24 casos RBD negativos (PD RBD− ) y 13 casos RBD positivos (PD RBD + ) y un grupo comparador de 22 pacientes iRBD. Usamos 11 C-donepezil PET / CT para evaluar la inervación colinérgica (parasimpática), gammagrafía con 123 I-metayodobencilguanidina (MIBG) para medir la inervación simpática cardíaca, resonancia magnética sensible a neuromelanina para medir la integridad de las neuronas pigmentadas del locus coeruleus y 18PET con F-dihidroxifenilalanina (FDOPA) para evaluar la capacidad de almacenamiento de dopamina putaminal. El volumen del colon y los tiempos de tránsito se evaluaron con tomografías computarizadas y marcadores radiopacos. Los datos de imágenes de los tres grupos se interrogaron con ANOVA y pruebas de Kruskal-Wallis corregidas para múltiples comparaciones. 

Los PD RBD y PD RBD + grupos mostraron marcadas reducciones similares en la captación de putaminal FDOPA-específico, mientras que dos tercios de los pacientes tenían IRBD exploraciones normales ( P  < 10 -13 , ANOVA). Cuando se compara con los PD RBD pacientes, los PD RBD + pacientes y IRBD demostraron una reducción cardíaca media MIBG: relaciones de mediastino ( P  < 10 -5 , ANOVA) y el colon11 Valores de captación estándar de C-donepezilo ( P  = 0,008, ANOVA). El grupo PD RBD + tendió a una reducción media del locus coeruleus: pons de la resonancia magnética en comparación con PD RBD- ( P  = 0,07, prueba t ). 

En comparación con los otros grupos, el grupo PD RBD + también tenía volúmenes de colon agrandados ( P  < 0,001, ANOVA) y tiempos de tránsito colónico retrasados ​​( P  = 0,01, Kruskal-Wallis). Los datos del paciente combinados de iRBD y PD RBD + fueron compatibles con una trayectoria de cuerpo primero, caracterizada por la pérdida inicial de la señal MIBG cardíaca y 11Señal de donepezilo C-colónico seguida de pérdida de captación de FDOPA putaminal. Por el contrario, los datos de PD RBD− fueron compatibles con una trayectoria de cerebro primero, caracterizada por una pérdida primaria de la captación de FDOPA putaminal seguida de una pérdida secundaria de la señal de MIBG cardíaca y de la señal de 11 C-donepezil. Estos hallazgos apoyan la existencia de subtipos de la enfermedad de Parkinson

Esta investigación me parece buena, pero los gérmenes, seguro que van por donde pueden y en poco tiempo

Si asientan de forman preferente, lo hacen en las grandes cavidades y de preferencia en el intestino y cuando las condiciones les son adversas y aumenta la porosidad intestinal, se va a donde un antígeno receptor se lo permita.

Primero el  cerebro y después el cuerpo.  O todo a la vez

University Press

[Brain 2020; 143: 3077-88]Horsager J, Andersen KB, Knudsen K, Skjærbæk C, Fedorova TD, Okkels N, et al.

https://academic.oup.com/journals/pages/open_access/funder_policies/chorus/standard_publication_model )

Jacob Horsager Katrine B. Andersen Karoline Knudsen Casper Skjærbæk Tatyana D Fedorova Niels Okkels Eva Schaeffer Sarah K Bonkat Jacob Geday Marit Otto … Mostrar más

Brain , Volumen 143, Número 10, octubre de 2020, páginas 3077–3088, https://doi.org/10.1093/brain/awaa238

Germenes en Alzheimer Robert Moir;

Germenes en Alzheimer Robert Moir; 

Su investigación cambió sus puntos de vista sobre la enfermedad de Alzheimer

Las teorías radicales e iconoclastas del Dr. Moir desafiaron los puntos de vista convencionales de la enfermedad.

Robert D. Moir en 2017. Desarrolló teorías sobre el papel de la beta amiloide, la proteína distintiva de la enfermedad de Alzheimer, que desafió la sabiduría convencional. Crédito… Jon Chase/Universidad de Harvard

Tengo una especial afición a este doctor

Como otro mucho a lo largo de la historia , no te reconocido en vida sus trabajos y sobre todo el encontrar a un germen como causante de una placa de macrofagos qué producía  la la enfermedad con muchas posibilidades este esquema es extensible sino a todas las enfermedades neurodegenerativas , sí a muchas de ellas. Com el mismo patrón : un germen o varios, procedentes de la ruptura el equilibrio de la microbiota, emigra a una o varias regiones de nuestro Organismo , y desde allí provoca el precipitado de un macrófago o de varios qué tienen por misión destruir el germen invasor . la enfermedad que aparece está producida por el daño que sobre el parénquima afectado producen macrófago e inhibe una función. El Alzheimer, Ela, Parkinson, demencias por cuerpos de Levy. Huntinthon, y otras varias. Son expresivas de esta epidemia de enfermedades que nos invaden. Donde, una región es afectada de preferencia, pero también otras muchas. Las reacciones inflamatorias, son desmedidas y la existencia de gérmenes, probablemente como rotura de la microbiota, es la causante. Desde un germen a la enfermedad existe un exceso de inflamación. Y estamos dando palos de ciego, a ver quien acierta.

No es la primera vez que escribo sobre Moir, pero su teson, como el de muchos investigadores, merecen una gratitud

Robert D. Moir, un científico de Harvard cuyas teorías radicales de las placas cerebrales en la enfermedad de Alzheimer desafiaron los puntos de vista convencionales de la enfermedad, pero cuya investigación finalmente condujo a importantes propuestas sobre cómo tratarla, murió el viernes en un hospicio en Milton, Misa. Tenía 58 años.

Su esposa, Julie Alperen,dijo que la causa era el glioblastoma, un tipo de cáncer cerebral.

El Dr. Moir, que creció en una granja en Donnybrook, una pequeña ciudad en Australia Occidental, tenía un historial de expectativas confusas. No aprendió a leer ni a escribir hasta los casi 12 años; La Sra. Alperen  dijo que le había dicho que la maestra de su escuela de una habitación era «una monja demente». Sin embargo, dijo, él también sabía desde los 7 años que él quería ser un científico.

El Dr. Moir logró convertirse en un investigador modesto y cuidadoso, dijo su asesor de doctorado, el Dr. Colin Masters,un neuropatólogo de la Universidad de Melbourne. Así que  el Dr. Masters se sorprendió cuando el Dr. Moir comenzó a publicar artículos que proponían un replanteamiento iconoclasta de la patología de la enfermedad de Alzheimer.

La hipótesis del Dr. Moir «fue y es una idea realmente novedosa y controvertida que él solo desarrolló», dijo el Dr. Masters.

«Nunca esperé que esto viniera de este logro tranquilo», dijo.

La teoría del Dr. Moir involucró la proteína beta amiloide, que forma placas en el cerebro de los pacientes con Alzheimer.

La sabiduría convencional sostenía que la acumulación de beta amiloide era una parte central de la enfermedad, y que limpiar el cerebro de beta amiloide sería algo bueno para los pacientes.

El Dr. Moir propuso en su lugar que el amiloides beta está allí por una razón: Es la forma en que el cerebro se defiende contra las infecciones. Beta amiloide, dijo, forma una telaraña pegajosa que puede atrapar microbios. El problema es que a veces el cerebro se va por la borda produciendo, y cuando eso sucede el cerebro se daña.

La implicación es que los tratamientos diseñados para limpiar el cerebro de amiloide podrían ser perjudiciales. El objetivo sería eliminar parte de la sustancia pegajosa, pero no todo.

La idea, que el Dr. Moir propuso por primera vez hace 12 años, fue recibida con escepticismo. Pero se mantuvo en ello, produciendo una serie de artículos con hallazgos que apoyaron la hipótesis. Cada vez más, algunos de los que dudan han sido conquistados, dijo Rudolph  Tanzi,un amigo cercano y compañero investigador de Alzheimer en Harvard.

Las ideas no convencionales del Dr. Moir le dificultan obtener subvenciones federales. Casi cada vez que presentaba una propuesta de subvención a los Institutos Nacionales de Salud, el Dr. Tanzi  dijo en una entrevista telefónica, dos de cada tres revisores estarían entusiasmados, mientras que un tercero simplemente no lo creería. La propuesta no se financiaría.

Moir tomó esos rechazos con calma.

«Haría una broma al respecto», dijo el Dr. Tanzi.  «Nunca se enojó. Nunca vi a Rob enojado en mi vida.  Diría:  ‘¿Qué tenemos que hacer a continuación?’ Siempre fue optimista, siempre optimista».

El Dr. Moir fue apoyado por el Fondo de Alzheimer Cura,y finalmente obtuvo algunas becas de la N.I.H.

El Dr. Moir llegó por primera vez a los Estados Unidos en 1994, cuando el Dr. Tanzi  estaba buscando un bioquímico de Alzheimer para trabajar en su laboratorio. Trabajando con el laboratorio como becario postdoctoral y más tarde como miembro de la facultad con su propio laboratorio, el Dr. Moir hizo una serie de descubrimientos importantes sobre la enfermedad de Alzheimer.

Por ejemplo, el Dr. Moir y el Dr. Tanzi  encontraron que las personas naturalmente anticuerpos contra formas específicas de amiloide. Estos anticuerpos protegen el cerebro de la enfermedad de Alzheimer, pero no eliminan completamente el amiloide. Cuantos más anticuerpos fabrica una persona, mayor será la protección contra el Alzheimer.

Ese hallazgo, dijo el Dr. Tanzi,  inspiró el desarrollo de un medicamento experimental,que sufabricante, Biogen, dice que está ayudando a tratar a algunas personas con la enfermedad de Alzheimer. Biogen planea solicitar la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos.

Uno de los hallazgos del Dr. Moir, que las personas naturalmente hacen anticuerpos a formas específicas de amiloide, se dice que inspiró el desarrollo de un fármaco experimental hecho por Biogen que la compañía dice que ha ayudado a algunos pacientes de Alzheimer. Crédito… a través del Hospital General de Massachusetts

Robert David Moir nació el 2 de abril de 1961 en Kojonup,Australia, hijo de Mary y Terrence Moir, quienes eran granjeros. Estudió la bioquímica de la enfermedad de Alzheimer en la Universidad de Australia Occidental antes de unirse al laboratorio del Dr. Tanzi. 

Una vez que aprendió a leer, la Sra. Alperen  dijo que nunca se detuvo: leyó ciencia ficción, la revista británica New Scientist e incluso PubMed, la base de datos federal de publicaciones científicas.

«Rob tenía un conocimiento enciclopédico del mundo natural», .

Compartió ese amor con su familia, en caminatas frecuentes y en viajes con sus hijos pequeños para buscar rocas, insectos  y fósiles. También jugó fútbol australiano, que tiene elementos de rugby, así como fútbol americano, y ayudó a formar el Boston Demons Australian Rules Football Team en 1997, dijo su esposa.

Además de su esposa, con quien vivió en Sharon, Mass., los sobrevivientes del Dr. Moir incluyen tres hijos, Alexander, Maxwell  y Holly Moir; un hermano, Andrew; y una hermana, Catherine Moir.

 Que Dios lo guarde

Alzhéimer, párkinson, ELA… ¿Y si los culpables son microbios?

Alzhéimer, párkinson, ELA… ¿Y si los culpables son microbios?

  

      Dr Carrasco Lamas                  Dr Robert Moir

Luis Carrasco es un científico que desde hace unos 20 años insiste en la posibilidad de que las enfermedades neurodegenerativas tengan como origen un germen o varios a la vez . No es el primero que afirma esto, ya Rober Moir, insistio y lucho por demostrar este postulado. Y a su muerte, sigue sin admitirse este postulado, que a mi me parece indiscutible. La aparicion reciente de dos casos de Parkison, por el coronavirus, potencian esta idea, de que cualquier germen puede asentar en el cerebro, lesionarlo y desencadenar una respuesta inmunitaria, que es la que perpetua el daño.

Este trabajo del Dr Carrasco, tienen el proposito que se le preste atencion.

Si lleganos a la conclusion, que si, que son germenes, o varios a la vez, los antibioticos, las vacunas, o lo que toque, podria evitar estas epidemias de enfermedades cronicas y mutilantes

Las enfermedades neurodegenerativas constituyen uno de los problemas más graves de la medicina actual.

Hablamos de patologías tan devastadoras como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), el alzhéimer, el párkinson y la esclerosis múltiple, que son objeto de estudio en todo el mundo. Por eso, el descubrimiento de la causa de estas enfermedades es uno de los mayores retos de la investigación científica en la actualidad.

Algunos investigadores han sugerido la posibilidad de que virus o incluso bacterias constituyan la causa de estas enfermedades. Nuestro grupo ha publicado varios estudios que demuestran que la ELA, el alzhéimer y la esclerosis múltiple pueden estar causadas por infecciones de hongos.

Por ejemplo, se han encontrado levaduras e hifas en el tejido nervioso de pacientes fallecidos por estas enfermedades. Estas estructuras fúngicas se han observado de manera directa con anticuerpos específicos capaces de reconocer hongos.

¿Dónde se encuentran estos microorganismos? Algunos de ellos se localizan en el interior de la célula, incluso en el núcleo de neuronas. Esto indica que la infección se produjo cuando las células estaban vivas.

Además, se han podido identificar las especies de hongos que infectan a pacientes con estas enfermedades. Todo gracias a técnicas muy sensibles que detectan el ADN fúngico con gran precisión, como la PCR y la secuenciación masiva.

Cada paciente puede tener infecciones mixtas, con diversos hongos. Estos, en general, son distintos en cada enfermedad. La existencia de especies diferentes en el sistema nervioso central explicaría por qué la enfermedad de cada paciente puede mostrar una evolución distinta.

La severidad de los síntomas clínicos en cada enfermo también es muy variada, y estaría de acuerdo con la diversidad de especies fúngicas presentes en el sistema nervioso central. Por último, también hemos demostrado la existencia de hongos mediante estudios de proteómica que señalan la presencia de proteínas de hongos.

Estos estudios de proteómica no han encontrado proteínas virales, ni de virus del herpes ni de otros virus animales. Los resultados obtenidos con anticuerpos específicos contra proteínas de herpes tampoco muestran su presencia en el sistema nervioso central de pacientes con alzhéimer.

Infecciones polimicrobianas

Otro descubrimiento importante en la microbiota del sistema nervioso central es la existencia de infecciones polimicrobianas. Mediante el uso de anticuerpos específicos que reconocen bacterias, se han encontrado células procarióticas que, junto con los hongos, coinfectan a los pacientes.

Posiblemente estas bacterias sean oportunistas que aprovechan la infección principal de los hongos, que disminuye la respuesta inmune, para su crecimiento. De nuevo, mediante técnicas de PCR y de secuenciación masiva hemos identificado estas especies.

Otros grupos han llevado a cabo estudios similares que también demuestran la existencia de bacterias en el sistema nervioso central de pacientes con alzhéimer o esclerosis múltiple. Estos, sin embargo, no analizan la presencia de hongos.

Podemos concluir que todos los pacientes analizados con este tipo de patologías neurodegenerativas cuentan con hongos en su sistema nervioso central. Estos están acompañados de infecciones bacterianas.

¿Causa o consecuencia?

La gran pregunta es si estas infecciones son la causa o la consecuencia de la neurodegeneración que tiene lugar en estos pacientes.

En principio, todos los síntomas clínicos observados en estas enfermedades se pueden explicar mediante estas infecciones. Se sabe que hay una respuesta inmune clara, con infiltración de linfocitos en el tejido nervioso. Para comprobarlo de forma segura, deben llevarse a cabo estudios clínicos.

Si la causa del alzhéimer, el párkinson, la ELA y la esclerosis múltiple es de origen microbiana… ¿significa eso que podríamos curar estas enfermedades? Contamos con la ventaja de disponer de compuestos antifúngicos y antibacterianos de gran eficacia, que ya han sido aprobados en distintos países. Son muy seguros y se usan a diario.

El paso siguiente sería comprobar cuáles de ellos son los más eficaces y cuál sería la dosis óptima para el tratamiento de estos enfermos. Se abre así una puerta a la esperanza de remedios seguros, en lugar de esperar al descubrimiento de nuevos compuestos.

Cualquier cosa, menos seguir intentando destruir, las capas de macrófagos, que el organismo deposita sobre los gérmenes , y responsables del gran daño.

La inflamación es la responsable del daño. 

Intento llamar la atención del que lea esto y motivarlo en el sentido de buscar microbios en el grupo de las enfermedades neurodegenerativas

Carrasco Lamas. Catedrático de Microbiología, Centro de Biología Molecular (CBM-CSIC) 26 noviembre 2018 23:03 CET

COVID-19 Y LA ENFERMEDAD DE PARKINSON

COVID-19 Y LA ENFERMEDAD DE PARKINSON

Una investigación reveló que un paciente habría empezado con síntomas de la enfermedad de Parkinson luego de su internación, sin poseer antecedentes familiares. Las hipótesis

17 de Septiembre de 2020

Una investigación publicada en la revista científica The Lancet Neurology reveló que un hombre de 45 años, que fue internado en el Hospital Universitario Samson Assuta de Israel por COVID-19, notó que luego de ser internado su letra había cambiado y se había vuelto más pequeña y menos legible que antes. Comenzó a tener dificultades para hablar y escribir. También tuvo episodios de temblor en la mano derecha

La Enfermedad de Parkinson es una afección del sistema nervioso central causada por pérdida de células productoras de dopamina en el cerebro. Sin embargo, no es claro exactamente por qué las células productoras de dopamina se pierden. La investigación sugiere que una combinación de factores genéticos y ambientales puede ser responsable. La manera en que estos dos factores interactúan varía de persona a persona. Tampoco es claro por qué algunas personas desarrollan enfermedad pero otras no.Compartir en Twitter

El Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente luego del Mal de Alzheimer (Shutterstock)

Parece claro que COVID-19 es capaz de penetrar dentro del sistema nervioso y no es extraño que se asiente en la sustancia negra . Es conocido que varios tipos de virus son capaces de afectar la sustancia negra y producir Parkinson , la literatura aporta varias virasis capaces de producir el síndrome de Parkinson , en el que se inutiliza la sustancia negra productoras de dopamina

En este sentido, una investigación publicada en la revista científica The Lancet Neurology reveló que un hombre de 45 años, que fue internado en el Hospital Universitario Samson Assuta de Israel por COVID-19, notó que luego de ser ingreado, su letra había cambiado y se había vuelto más pequeña y menos legible que antes. Comenzó a tener dificultades para hablar y escribir. También tuvo episodios de temblor en la mano derecha.

El Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente luego del mal de Alzheimer. Se estima que para 2030 su prevalencia se duplicará y afectará a unas 9 millones de personas en el mundo.

La enfermedad se produce cuando las células que generan dopamina, principales transmisores químicos del cerebro que posibilita la comunicación entre neuronas, dejan de funcionar

Lo que sorprendió a los médicos es que el paciente no informó antecedentes familiares de enfermedad de Parkinson, tampoco había estado expuesto a neurotoxinas o drogas recreativas. Una tomografía computarizada del cerebro mostró secuencias de recuperación de inversión de difusión y atenuada por líquido en la resonancia magnética y un electroencefalograma fueron todos normales. La secuenciación de próxima generación se realizó para detectar otros genes relacionados con la enfermedad de Parkinson pero esto también fue negativo. El paciente fue diagnosticado con parkinsonismo, cumpliendo los criterios de la escala unificada de calificación de la enfermedad de Parkinson.

La enfermedad se produce cuando las células que generan dopamina, principales transmisores químicos del cerebro que posibilita la comunicación entre neuronas, dejan de funcionar de manera prematura, dificultando la coordinación de los movimientos finos de los músculos. Si bien el síntoma más conocido refiere a los temblores, puede afectar también la capacidad de caminar, hablar, escribir e incluso tragar, dificultando las tareas diarias y la rutina del paciente.

propuesto la denominada hipótesis de impacto múltiple, por la cual la combinación de estrés tóxico y una inhibición de las respuestas neuroprotectoras puede conducir a la muerte neuronal (EFE/ Juan Ignacio Roncoroni)

Durante sus 9 días de internación, el paciente comenzó a quejarse de temblores en ambas piernas, más en el lado derecho que en el izquierdo, y aumento de la frecuencia urinaria. Al momento del alta, todavía tenía letra ilegible, entre otros síntomas.

No está claro el mecanismo que llevó a la presunta degeneración de las terminales nerviosas dopaminérgicas nigroestriatales. Una hipótesis podría ser que el virus causa inflamación a través de la activación microglial, contribuyendo a la agregación de proteínas y la neurodegeneración. Sin embargo, el breve intervalo de tiempo entre la infección aguda y los síntomas parkinsonianos hace que esta hipótesis sea poco probable. Otros investigadores han propuesto la denominada hipótesis de impacto múltiple, por la cual la combinación de estrés tóxico y una inhibición de las respuestas neuroprotectoras puede conducir a la muerte neuronal.

La enfermedad de Parkinson a menudo está precedida por anosmia, que es una característica común de la infección por SARS-CoV-2. La activación inmune en el sistema olfativo podría eventualmente conducir al desarrollo de la enfermedad de Parkinson. Además, los pacientes con enfermedad de Parkinson tenían una respuesta elevada de anticuerpos a los coronavirus estacionales, en comparación con los controles sanos de la misma edad.

Lo que sí parece claro es que un enfermo con coronavirus 19 sufre en el curso inmediato de esta enfermedad un síndrome de Parkinson. La evolución de este paciente nos lo dirá el tiempo .

Hagamos una breve revisión de parkinson en las enfermedades infecciosas por virus

La enigmática epidemia del sueño que el covid-19 puede despertar cien años después

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Una aterradora epidemia de encefalitis letárgica se extendió por el mundo tras el fin de la I Guerra Mundial… hasta que medio siglo después un doctor logró curarla

Foto: Una misteriosa encefalitis sacudió el mundo en los años veinte.Una misteriosa encefalitis sacudió el mundo en los años veinte.

«La llamada enfermedad del sueño siguió extendiéndose. La gente se dormía y ya no despertaba. Vivían como sonámbulos, comían solo si se les daba de comer, a veces decían cosas sin sentido, como entre sueños… Un residuo psíquico de la guerra mundial, decían unos. Otros, médicos y científicos, lo atribuían más sensatamente a un virus». 1920. Una sociedad ocultista ejecuta un arcano ritual para atrapar a la Muerte, pero algo sale mal y es otro Eterno el que cae preso en su tetragramaton: Sueño, también llamado Oniros, el Formador, el Príncipe de las Historias. Y desde ese momento miles de personas se sumergen en un sueño del que nadie puede despertarlos hasta que 70 años después y gracias a un error de sus captores, ‘The Sandman’ es liberado.

En realidad, la epidemia del sueño en la que se basó Neil Gaiman para el inolvidable arranque de su cómic duró un poco menos, al menos para un reducido grupo de 20 pacientes supervivientes de la aterradora y enigmática encefalitis letárgica que se extendió por el mundo tras el fin de la I Guerra Mundial. Un tercio de los cinco millones de afectados murió entre delirios, esclerosis e hidrofobias mientras otros, sencillamente, se sumergieron en un profundo coma. Hasta que a un joven neurólogo del hospital Monte Carmelo de Nueva York se le ocurrió administrarles un nuevo medicamento en 1969. Y, medio siglo después, aquellos que se acostaron jóvenes se levantaron surcados de arrugas en un mundo irreconocible.

‘The Sandman’.

Un nuevo estudio del University College de Londres ha advertido esta misma semana sobre una inesperada secuela del covid-19 en una muestra de 43 pacientes que sufrieron disfunción cerebral temporal, derrames cerebrales, daño a los nervios u otros efectos cerebrales graves. Y Michael Zandi, del Instituto de la UCL de Neurología, y codirector del estudio, añadía: «Ya sea que veamos una epidemia a gran escala de daño cerebral relacionado con la pandemia, tal vez similar al brote de encefalitis letárgica en los años 1920 y 1930 después de la pandemia de gripe de 1918, aún está por verse». ¿Qué fue aquella misteriosa epidemia del sueño que podría repetirse ahora y que además de un cómic célebre ha inspirado libros, documentales y una gran película de Hollywood? ¿Y quién fue aquel joven neurólogo que logró despertar a los durmientes medio siglo después?

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‘The sleepy microbe’

La Gran Guerra acababa de llevarse por delante a veinte millones de personas. La mal llamada gripe española de 1918 fulminó a otros cincuenta millones (aprox.). Pero faltaba un tercer jinete del apocalipsis -tal vez relacionado con el segundo-, una extraña encefalitis letárgica también llamada, por los muy variopintos síntomas que desencadenaba, la ‘Hidra de mil cabezas’. O ‘The sleepy microbe’, como lo bautizó la prensa por el profundo sueño que provocaba en los enfermos.

Quedó un puñado menguante de desahuciados recluido en tétricas instituciones psiquiátricas, aislados, privados de toda experiencia

El joven doctor que lograría curarla medio siglo después describe así sus secuelas: «En general, quienes sobrevivieron a esos ataques de somnolencia e insomnio no recuperaron su anterior vitalidad. Volvieron a estar conscientes, pero no llegaron a despertar plenamente, permanecían inmóviles y mudos, con una total ausencia de energía, ímpetu, motivaciones, apetitos, afectos o deseos; veían lo que ocurría a su alrededor sin prestarle una atención activa y con gran indiferencia. No parecían sentir la animación de la vida y, desde luego, no la transmitían; eran inmateriales como espectros y pasivos como zombis».

Oliver Sacks.

Como vino, se fue. De la misma forma que la gripe homicida se esfumó dos años después de su irrupción, la encefalitis letárgica desapareció sorpresivamente en 1927. Quedó un puñado menguante de desahuciados recluido en tétricas instituciones psiquiátricas, aislados, privados de toda experiencia, anclados en la vigilia del mundo de ayer. Todos se olvidaron de ellos. Pasaron años, fascismos, otra guerra mundial, una fría, una revolución cultural… Aquellos durmientes, al margen de la historia acelerada del mundo, se sabían condenados. A finales de los sesenta apenas quedaba medio centenar de pobres diablos en el hospital Monte Carmelo de Nueva York. Y entonces llegó el doctor Sacks.

El doctor Sacks

En la película ‘Despertares’, basada en el fascinante libro homónimo de Oliver Sacks, Robin Williams interpreta al neurólogo que, tras experimentar varios años con lombrices, consigue un trabajo en el mencionado hospital al cargo de pacientes en estado catatónico. Un buen día repara en que uno de ellos sujeta sus gafas instintivamente antes de que caigan al suelo. Algo prende en su cerebro y comienza a investigar la enfermedad y cómo tratarla ante el escepticismo de sus colegas médicos. Un nuevo fármaco acaba de comercializarse para el tratamiento del párkinson, se llama L-dopa y el buen doctor lo prueba con uno de sus pacientes, un tal Leonard, al que encarna Robert De Niro. Tras muchos intentos fallidos, una noche Leonard despierta.

Tráiler de ‘Despertares’

Oliver Sacks nos dejó hace un lustro y con él se fue también un gigante, una figura pública de referencia y un divulgador excepcional que indagó en los fatales cortocircuitos del cerebro humano en obras maestras como ‘El hombre que confundió a su mujer con un sombrero’, ‘Veo una voz’, ‘Un antropólogo en Marte’ o ‘Alucinaciones’. Ya con su primer libro, ‘Despertares’, en 1973, en el que contaba cómo ‘despertó’ a veinte pacientes, se convirtió en una celebridad al describir, caso a caso, qué ocurrió cuando aquellos viajeros del tiempo abrieron los ojos.

‘Despertares’ (Anagrama)

«Este volver a ser el que uno era antes, esta ‘eutestesia’, este ‘renacimiento’, es un acontecimiento infinitamente conmovedor y dramático; sobre todo cuando quien lo experimenta es un paciente con una rica y compleja personalidad que se ha visto desposeída de ella por la enfermedad durante décadas. Además nos manifiesta, con meridiana claridad, la relación dinámica entre la enfermedad y la salud, entre un ‘yo falso’ y el yo real, entre un mundo de enfermedad y un mundo óptimo. La vuelta automática al ser y a la salud reales, que ocurre al mismo tiempo que se expulsa la enfermedad, muestra que esta carece de entidad propia y no es más que un parásito de la salud, la vida y la realidad: un parásito ontológico que vive en el territorio del yo real y lo va consumiendo lentamente; y muestra, asimismo, la naturaleza dinámica e implacable de nuestra ‘íntima contienda’ y lo opuestas que son las formas de ser que pugnan por poseernos y por expulsarse mutuamente de nosotros para perpetuarse a sí mismas».

El doctor Sacks liberó al Príncipe de las Historias.

Bibliografia

Juan Ignacio Roncoroni The Lancet Neurology reveló que un hombre de 45 años, que fue internado en el Hospital Universitario Samson Assuta de Israel

University College de Londres ha advertido esta misma semana sobre una inesperada secuela del covid-19

[REV NEUROL 2019;68:82-88]PMID: 30638258DOI: https://doi.org/10.33588/rn.6802.2018259

Oliver Sacks. Despertares. El Hombre que confundio a su mujer con un sombrero. Musicofilia

PARKINSONISMO POSTENCEFALÍTICO,

PARKINSONISMO POSTENCEFALÍTICO,

El Parkinson y el parkinsonismo en general, es una enfermedad muy frecuente y mutilante, ahora estamos en plena epidemia del coronavirus 19, y empiezan a publicarse algunos casos de Parkinson después de sufrir el coronavirus.

Era natural que esto ocurriese, pues desde hace más de un siglo sabemos qué las enfermedades infecciosas, y epidémicas, lesionan frecuentemente al cerebro y producen entre otras manifestaciones clínicas,  un cuadro clínico de alteración de las funciones  cerebrales y sobre todo un síndrome parkinsoniano y esto es aplicable a gérmenes tan variados cómo el virus del herpes. Y posiblemente también la enfermedad de Parkinson prootopatica, este producida por algún germen sobre todo virales y  en esta epidemia de coronavirus los empezamos a ver.

Tras pasar a la fase crónica del coronavirus empieza a aparecer, parkinsonismos . Y se manifiestan cuando ha pasado la enfermedad principal, es decir cuando se cronifican y se hacen degenerativas y por supuesto se lesiona  entre otras partes del cerebro la sustancia negra.

La afección del sistema nervioso central posterior a infecciones es bien conocida, generando secuelas graves y discapacitantes 

El parkinsonismo se define como un conjunto de síntomas similares a la enfermedad de Parkinson primaria, aunque producida por causas distintas como lo son las infecciones.

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Dentro de este grupo se incluye el parkinsonismo postencefalítico, generalmente provocado por la encefalitis letárgica, una enfermedad poco común en la actualidad pero que llegó a convertirse en una epidemia hace muchos años.

Es sobre esta temida secuela y sus principales características

Las podemos ver en la  

La encefalitis letárgica que se trata de una enfermedad que cobró especial importancia en el siglo pasado por haber adquirido carácter de epidemia, siendo responsable de una enorme cantidad de muertes.

Esta entidad, a diferencia de otras infecciones del sistema nervioso central, suele encontrarse fuertemente asociada a infecciones respiratorias. En este caso, se asoció a la pandemia de la influenza, una de las más grandes de los últimos siglos.

Su sintomatología incluye trastornos comunes en una neuroinfección (cefalea, fiebre, déficit focal o generalizado) aunque también incluye alteraciones particulares como trastornos del sueño, secuelas neuropsiquiátricas y movimientos anormales.

Dentro de este grupo destaca el parkinsonismo postencefalítico, probablemente causado por una afección directa de los ganglios basales en ambos hemisferios cerebrales.

El parkinsonismo lo constituyen  un conjunto de síntomas que asemejan a la enfermedad de Parkinson sin que el mecanismo patológico subyacente sea el que provoque la verdadera enfermedad.

En este caso, algunas variables como el pronóstico de vida y su evolución son diferentes dependiendo del origen del parkinsonismo.

Otros.

Existen muchas causas, por lo que se han elaborado varias categorías para intentar agruparlos. Estos incluyen los trastornos relacionados con los medicamentos, traumatismos e infecciones, como es el caso del parkinsonismo postencefalítico.

En este caso, se sabe que la infección previa (encefalitis letárgica) suele cursar con una respuesta autoinmune desproporcionada, al parecer desencadenada por bacterias del género Streptococcus que generan una enorme cantidad de anticuerpos defectuosos que reconocen al tejido propio como extraño, lo que origina una reacción citotóxica con graves consecuencias.

Un ejemplo de estos tejidos son los ganglios basales, estructuras de sustancia gris subcortical involucradas en el movimiento muscular. Esto permite explicar los característicos trastornos del movimiento de esta entidad.

A pesar de que no es tan llamativo, también se han reportado casos después de episodios de encefalitis virales.

¿Cuáles son los síntomas del parkinsonismo postencefalítico?

Como se comentó anteriormente, es una entidad que tiende a imitar a la enfermedad de Parkinson primaria.

La progresión suele ser lenta, produciéndose temblor, rigidez muscular y lentitud del movimiento. Además, las crisis de movimientos oculares y tortícolis también son comunes.

La mayoría de los casos en la actualidad son esporádicos, ya que la mayor parte se produjo durante la epidemia de encefalitis letárgica antes comentada. Es por ello que la mayoría de los estudios provienen de aquella época, en la que la disponibilidad de medicamentos era limitada.

Se sabe que la evolución es muy lenta pero inevitablemente discapacitante, comprometiendo cada vez más la capacidad del individuo de valerse por sí mismo.

De forma que una enfermedad infecciosa cuando se cronifica da lugar a la aparición a un cuadro extrapiramidal qué se parecía al Parkinson

Recientemente en la etiología del Parkinson, o mas genéricamente a los desordenes extrapiramidales que remedan al Parkinson, se enumeran varias hipótesis, pero llama la atención, que una causa infecciosa, no termina por asentarse.

Múltiples hipótesis se elaboran para explicar este desorden extrapiramidal, lógicamente todos no pueden ser ciertos aunque si una causa en común. Se lesiona la sustancia negra y se produce déficits de DOPAMINA y sus receptores.

Las infecciones y la exposición a ciertos factores ambientales como la contaminación o los pesticidas. Las infecciones virales pueden desempeñar un papel en el desencadenamiento de las primeras etapas de la enfermedad de Párkinson al desencadenar una cascada que da como resultado la muerte de las células cerebrales que producen dopamina, un mensajero químico vital cuya ausencia conduce a problemas de movimiento como congelación y temblores.

La pandemia COVID-19 ha afectado a las personas con enfermedad de Parkinson tanto por la propia infección como por los efectos negativos del confinamiento. En el caso del Parkinson protopatico se encuentran en las células de la sustancia negra, cuerpos de Lewi

Los cuerpos de Lewy son depósitos anormales de proteína llamada alfa-sinucleína. Los investigadores no saben exactamente por qué estos depósitos se forman. Pero saben que otras enfermedades, como el mal de Parkinson, también involucran la acumulación de esta proteína.

se repite en las enfermedades la existencia serví Germen sobre el que se deposita una proteína fabricada por los mutiples células capaces de producirlos, y que no son solo las células dendríticas.

Este deposito anormal, de una proteína macrofagica sobre el gurme, no esta totalmente demostrado, pero e otras enfermedades neurodegenerativos comoe el Alzheimer, sobre la existencia de varios gérmenes, se deposita la proteína beta amiloidotica que es la causante del daño neurológico. Y empieza a demostrarse que esto se puede generaliar a todas o a muchas enfermedades neurodegenerativas

El hallazgo en la viremia del Cov Sar 2 de algún caso orientaría en esta dirección.

Cuando los casos crónicos de la viremia en cuestión, aparezcan , veremos como se depositan sobre las células productores de dopamina y encontraremos a la proteína macrofagica que la produce.

Esto o esta demostradpo pero ya existen varios autores que la defienden

Y como siempre será cuestión de detectar estos gérmenes y convatirlos como sea.

Muerto el perro se acabo’ la ravia

Investigadores avisan de que la infección por Covid-19 puede sentar las bases para el desarrollo del Párkinson



Como curiosidad, muestro un caso que describe en su trabajo sobre parkinson posencefálitico

Juan Carlos Martinez Manzano

2018-12-30 a las 01:51

Mi nombre es Juan Carlos y desde los 7 años padezco parkinson posencefálitico. En la actualidad tengo 51, estoy casado y tengo un hijo. He estudiado dos carreras y llevo una vida aparentemente normal. Además de levodopa, tomo opicapona y ripirinol. Realizo mucho deporte y me encuentro bastante bien, pero siempre tengo la incertidumbre de cual será mi futuro.

GÉRMENES Y ARTERIOSCLEROSIS

GÉRMENES Y ARTERIOSCLEROSIS
La existencia de gérmenes en las placas de ateroma es un ideal que al igual que se esta haciendo con la microbiota y las enfermedades degenerativas nos lleva al sueño de fabricar un antigermen, o algo parecido que nos lleve a la eliminación de esta enfermedad, la arterioesclerosis, a la que no podemos vencer por otro camino________________________________________
La arteriosclerosis se ha convertido en la primera causa de mortalidad en Occidente. Así la cifra de defunciones secundarias a enfermedades directamente relacionadas con la arteriosclerosis representan el 30% de la mortalidad total en el mundo, siendo responsables del 25% de las muertes en países en vías de desarrollo y del 50% en los países industrializados(1).
La importante repercusión social y económica del proceso ha hecho que sea este uno de los campos de la medicina donde más se ha trabajado en las últimas décadas.
Fruto de este estudio se ha llegado a la evidencia de que arteriosclerosis es un proceso inflamatorio (2). De hecho las lesiones ateromatosas presentan una serie de cambios específicos secundarios a respuestas tanto celulares como moleculares. La estría grasa, que es el tipo de lesión más temprana en la arteriosclerosis está constituida por macrófagos y linfocitos T. Entre los factores que promueven la arteriosclerosis, y por tanto la placa de ateroma se encuentran la hipercolesterolemia, las LDL oxidadas, el déficit de homocisteína, la hipertensión y determinadas infecciones (3,4).
En esta revisión analizamos los hallazgos que sustentan la relación entre la arteriosclerosis y la bacteria Chlamydia pneumoniae, la controversia que rodea a esta relación así como el estado actual de conocimientos y las perspectivas futuras

La hipótesis de que factores infecciosos estuvieran en relación con la arteriosclerosis viene dada por diferentes razones. La observación de las curvas de incidencia de enfermedad coronaria en EEUU entre 1940 y 1970 simulaba un patrón epidémico similar al de algunas enfermedades infecciosas.
A finales de los años 70 se observó que la infección, de forma experimental, en pollos por un tipo de herpesvirus producía una afectación arterial similar a la arteriosclerosis(5).
La implicación de Helicobacter pylori en el desarrollo del úlcus péptico, una enfermedad tradicionalmente considerada sin relación con la infección contribuyó a aumentar la creencia de que agentes infecciosos estuvieran implicados en otros procesos.
Entre los microorganismos implicados en la progresión de la lesión arteriosclerosa destaca el herpesvirus, Chlamydia y Helicobacter pylori. La mayoría de estudios que relacionan estos microorganismos con la arteriosclerosis se fundamentan en datos seroepidemiológicos basados en la titulación de anticuerpos (6).
Nos centraremos en la relación entre Chlamydia y arteriosclerosis. Chlamydia es una bacteria Gram negativa. En el humano son patógenas tres especies: C. trachomatis, C. psittaci y C. pneumoniae (también conocida como agente TWAR). Es precisamente esta última especie la que se ha relacionado con la arteriosclerosis (7).
La relación Chlamydia-arteriosclerosis viene avalada por diferentes evidencias:
EVIDENCIA SEROEPIDEMIOLÓGICA
Saikku y col describieron en 1988 la elevación de anticuerpos anti-Chlamydia determinados mediante microinmunofluorescencia en pacientes con infarto agudo de miocardio y enfermedades coronarias respecto a un grupo control (8).
Posterior a este estudio distintos autores han corroborado los datos de Saikku.
En la mayoría de estudios publicados se ha encontrado una odds ratio dos veces superior para serología positiva a Chlamydia en pacientes ateroscleróticos. Sin embargo estos estudios utilizan diferentes poblaciones, emplean distintos criterios para la clasificación de casos y controles en cada uno de los estudios y además, no valoran de igual manera las diferentes variables de confusión. La mayoría de estudios publicados a este respecto son descriptivos, por lo que permiten establecer la hipótesis pero no la relación causal. Además los estudios descriptivos no distinguen, generalmente, determinadas variables de confusión. Así por ejemplo el tabaco, un factor de riesgo para patología coronaria, podría predisponer a la infección por Chlamydia pneumoniae y contribuir ala elevación de los anticuerpos (9).
En este tipo de estudios la técnica empleada para la detección y titulación de anticuerpos es la microinmunofluorescencia, que tiene el grave inconveniente de su poca reproductibilidad (10).
EVIDENCIA HISTOPATOLÓGICA
En 1992 Shor y col detectaron, en autopsias, la presencia de Chlamydia pneumoniae en estrías grasas y placas de ateroma (11).
Posteriormente, y a través de distintas técnicas, como la inmunocitoquímica, reacción en cadena de la polimerasa, microscopía electrónica y por cultivo se ha observado Chlamydia en placas de ateroma procedentes de arterias coronarias, carótidas, aorta abdominal, y placas ateroscleróticas, tanto de pacientes jóvenes como de ancianos (12).
Estudios in vitro han demostrado que C. pneumoniae es capaz de infectar y reproducirse en células musculares lisas, células endoteliales coronarias y macrófagos. En 1996, Ramírez aisló Chlamydia en un cultivo procedente de tejido coronario ateromatoso en un paciente sometido a trasplante cardiaco (13). Otros investigadores han aislado Chlamydia en otros tejidos con ateroma (14).
Existen nuevos datos acerca de la presencia de Chlamydia en tejido arterial no ateromatoso. En muchos de los estudios histopatológicos se define la presencia de Chlamydia a través de la existencia de DNA bacteriano, antígenos o cuerpos elementales. Pero ninguno de estos marcadores indica la presencia de bacterias viables.
Además el DNA de Chlamydia pneumoniae se ha detectado en válvulas aórticas estenosadas, vasos hepáticos y bazo, lo que ha llevado a levantar la hipótesis de que pudiera tratarse de un observador inocente presente en el tejido inflamatorio (9). El hecho de haber aislado la bacteria en diferentes tejidos, levanta la hipótesis de si el organismo se disemina y persiste en múltiples tejidos además del tejido cardiovascular. Estos hallazgos sustentan la hipótesis del observador inocente. A este respecto Jackson y colaboradores al analizar la presencia de Chlamydia en diferentes tejidos (cardiovascular, pulmonar, esplénico, médula ósea, hepático,…) procedente de autopsias, encontraron una presencia bacteriana en tejido cardiovascular mayor con respecto al resto de tejidos, siendo esta diferencia estadísticamente significativa. Este resultado refuerza la hipótesis de que Chlamydia pneumoniae juegue un papel en la patogénesis de la enfermedad aterosclerótica cardiovascular (15).
El mecanismo fisiopatológico que explicaría la participación de C. pneumoniae en el proceso aterogénico sería a través de la infección de los macrófagos, ya que se trata de una bacteria intracelular obligada. Bajo determinadas circunstancias Chlamydia desarrollaría una infección crónica en los macrófagos. Los mecanismos que favorecerían dicha infección no han sido aclarados todavía. La infección por distintos microorganismos produciría la transformación de las células musculares lisas y de las células endoteliales de la pared arterial. Así producirían disfunción endotelial, a través del aumento de sustancias procoagulantes, disminución de la fibrinolisis, aumento de la adhesión leucocitaria y aumento en la producción de citokinas. Junto a esto también se produciría disfunción en las células musculares lisas a través del aumento de su proliferación, disminución de los mecanismos de apoptosis, aumento de la esterificación del colesterol y aumento en la producción de citokinas. Todo ello produciría una alteración y reclutamiento de leucocitos (6).
Diferentes estudios han demostrado la capacidad de diferentes virus para modificar las propiedades procoagulantes y anticoagulantes de la célula endotelial. Sin embargo existen pocos datos que soporten la participación de Chlamydia en la regulación de las células endoteliales. Al igual que otras bacterias Gram negativas posee una endotoxina, la lipopolisacaridasa, si bien sus efectos sobre la coagulación son todavía desconocidos.
Las lipopolisacaridasas bacterianas son activadores clásicos de la producción de citokinas. La mayoría de estos estudios se centran en la endotoxina derivada de E.coli. Pocos datos existen sobre la capacidad de Chlamydia en producir efectos similares. Además los resultados obtenidos con E.coli no tienen porque ser extrapolados en su totalidad a otras especies bacterianas (16).
También ha podido demostrarse la capacidad de algunos virus en la transformación de células musculares lisas (17). Actualmente no existen datos que sustenten la capacidad de C. pneumoniae en la modulación o transformación de las células musculares lisas.
Con todo esto solo nos queda saber si la relación entre Chlamydia y aterosclerosis cumple los postulados propuestos por Koch a finales del siglo XIX. Dichos postulados establecen que para considerar a un microorganismo responsable de una enfermedad deben cumplirse las siguientes condiciones: (18)
1. El germen causante de la enfermedad puede ser aislado del individuo afectado.
2. El agente infeccioso puede ser identificado mediante cultivo, o bien a través de microscopio.
3. Al inocular a un huésped susceptible el microorganismo, este es capaz de producir la enfermedad.
En lo referente al primer punto, aunque las placas de ateroma contienen frecuentemente antígenos de Chlamydia o ácidos nucleicos de este, otros casos carecen de la evidencia, aunque sea de forma indirecta de la presencia de C.pneumoniae. Además a pesar de que la bacteria está presente en la lesión eso no implica que participe en la patogenia.
A lo largo de esta revisión ya se ha comentado la identificación de C. pneumoniae en las placas de ateroma, confirmando así el segundo postulado de Koch.
El tercer postulado no ha podido ser demostrado hasta el momento actual (6).
Si bien Chlamydia no cumple las tres condiciones, numerosos autores has puesto en tela de juicio su validez para considerar a un microorganismo responsable de la enfermedad (19).
Si C. pneumoniae juega un papel en la aterogénesis sería lógico pensar que actuando sobre ella podríamos prevenir la enfermedad derivada de la artrioesclerosis. Bajo esta premisa en 1997 se realizó el primer estudio en este sentido (2,6). Para ello se empleo azitromicina, un macrólido de nueva generación, efectivo en infecciones respiratorias por C. pneumoniae, bien tolerado y con excelente perfil farmacocinético respecto de los macrólidos clásicos (20).
En este trabajo se demostró que aquellos pacientes que después de haber padecido un infarto agudo de miocardio presentan títulos elevados de anticuerpos anti-Chlamydia presentan un riesgo cuatro veces superior de padecer nuevos eventos cardiovasculares que aquellos que presentan títulos más bajos.
Además se observó que en el subgrupo de pacientes con títulos de anticuerpos elevados y sometidos a tratamiento con azitromicina no había diferencias estadísticamente significativas respecto al grupo de pacientes con títulos bajos de anticuerpos.
Una de las hipótesis que explicaría esto sería que el antibiótico actuaría erradicando o suprimiendo la infección, lo que conllevaría la estabilización de la placa de ateroma al frenar, en cierta medida, los efectos inflamatorios y procoagulantes atribuidos a Chlamydia.
Posteriores a este estudio se han diseñado otros que valoran la efectividad del tratamiento antibiótico en la patología aterosclerótica (21,22).
CONCLUSIÓN:
En la última década se ha avanzado de manera espectacular en el conocimiento de la patogénesis de la aterosclerosis. Fruto de este avance es la implicación de agentes infecciosos en el proceso. Con estos antecedentes, y la situación actual del problema, es de esperar que los próximos años sean decisivos para conocer la implicación real de Chlamydia pneumoniae en el proceso y de ello derivarse un tratamiento efectivo.
BIBLIOGRAFÍA.
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2. Gupta S. Chronic infection in the etiology of atherosclerosis, focus on Chlamydia pneumoniae. Atherosclerosis 1999; 143(1): 1-6.
3. Ross R. Atherosclerosis – An inflammatory disease. N Engl J Med 1999; 340 (2): 115-26.
4. Muhlestein JB. Chronic infection and coronary artery disease. Med Clin North Am 2000; 84(1): 123-48.
5. Fabricant CG, Fabricant J, Litrenta MM, Minick CR. Virus-induced atherosclerosis. J Exp Med 1978; 148: 335-40.
6. Libby P, Egan D, Skarlatos S. Roles of infectius agents in atherosclerosis and restenosis. Circulation 1997; 96: 4095-103.
7. Peeling RW. Chlamydiae as pathogens: new species and new issues. Emerging Infectious Diseases 1996; 2(4): 307-19.
8. Muhlestein JB. The link between Chlamydia pneumoniae and atherosclerosis. Infect Med 1997; 14(5): 380-82.
9. Danesh J, Collins R, Peto R. Chronic infections and coronary heart disease: is there a link?. Lancet 1997; 350: 430-36.
10. Wnag SP, Grayston JT. Microimmunofluorescence serology in Chlamydia trachomatis. In: de la Maza LM, ed. The 1983 International Symposium on Medical Virology, New York: Elsevier Science, 1984:87-118.
11. Shor A, KuoCC, Patton DL. Detection of Chlamydia pneumoniae in coronary arterial fatty streaks and athermatous plaques. S Afr Med J 1992; 82: 158-61.
12. Ong G, Thomas BJ, Mansfield AO. Detection and widespread distribution of Chlamydia pneumoniae in the vascular system and its posible implications. J Clin Path 1996; 49: 102-06.
13. Ramirez JA. Isolation of Chlamydia pneumoniae from the coronary artery of a patient with coronary atherosclerosis. The Chlamydia pneumoniae Atherosclerosis Study Group. Ann Int Med 1996; 125: 979-82.
14. Taylor-Robinson D, Thomas BJ. Chlamydia pneumoniae in atherosclerotic tissue. J Infect Dis 2000; 181 suppl 3: S437-40.
15. Jackson L, Campbell L, Schimidt R, Kuo C, Capuccio A, LeeMJ et al. Specificity of detection of Chlamydia pneumoniaein cardiovascular atheroma. Evaluation of the innocent bystander hypothesis. Am J Pathol 1997; 150(5): 1785-1790.
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17. Nachtingal M, Legrand A, Greenspan p, Nachtingal SP Nagpal ML. Immortalization of rabbit vascular smooth muscle cells after transfection with a fragment of the Bg1II N region of herpes simplex virus type 2 DNA. Intervirology. 1990; 31: 166-74.
18. O’Connor S. Fulfillment of Koch’s postulates and the causes of atherosclerosis. Am Heart J 1999; 138: s550-1.
19. Fredericks DN, Relman Da. Sequence-based identification of microbial pathogens: a reconsideration of Koch’s postulates. Clin Microbiol Rev 1996; 9: 18-33.
20. Prieto J, Anta L, Alou L, Garcia del Potro M. Macrólidos. En: Antimicrobianos en Medicina. García Sánchez JE, ed Prous Science, Madrid 1999: 349.
21. Gurfinkel E, Bozovich J, Daroca A, Beck E, Mautner B. Randomised trial of roxithromycin in non-Q-wave coronary syndromes: ROXIS Pilot Study. ROXIS Study Group. Lancet 1997; 350: 404-07.
22. Dunne M. WIZARD and the design of trials for secondary prevention of atherosclerosis with antibiotics. Am Heart J 1999; 138: S542-44.

GÉRMENES Y MACRÓFAGOS EN LAS ENFERMEDADES NEURODEGENERATIVAS

GÉRMENES Y MACRÓFAGOS EN LAS ENFERMEDADES NEURODEGENERATIVAS

Es muy probable que las enfermedades degenerativas y concretamente las neurodegenerativas, tengan un patrón microbiano y desde aquí desarrollen una respuesta inmunitaria que sea responsable de la destrucción cerebral
De forma pues que podríamos fabricar un algoritmo donde se comprendiera una alteración de la flora microbiana de las cavidades lo que llamaríamos rotura de la microbiota, los gérmenes desencantados por su ambiente emigran a otra regiones donde desencadenan una respuesta inmunitaria y este conjunto desencadena a su vez una enfermedad.
A este algoritmo le llamaremos “ ENDIQUELA” qué el lenguaje gitano significa “ explicame lo que ves ”. Es algo así como no te quedes sólo de los iconos de morfológica hay algo más.
De una manera escalonada podríamos describir alguna de estas enfermedades y empezaremos por enfermedad dramática y terrible. De Ca
El Alzheimer (AL) es una enfermedad neurodegenerativa, y la causa principal y más conocida Enfermedades demenciales, cuya característica principal es la pérdida de memoria. Su relación
con la proteína amiloide y tau es indiscutible. Su acumulo en el lóbulo temporal entre otras zonas del cerebro mutila la funciones cognoscitiva y produce demencia.
La Esclerosis Múltiple, (EM) también es una enfermedad neurodegenerativa, y afecta a los nervios, destruye la mielina que es su aislante Los nervios están envueltos en mielina que los aisla y permite su función. Cuando se desmielinizan, y este aislante se rompe o desaparece, las señales nerviosas no llegan correctamente, y poco a poco impiden la conducción nerviosa.
Que relación existe entre AL y AM ? Aparentemente ninguna, pero ahora se ha descubierto que la molécula causante de la enfermedad de AL, una proteína llamada beta-amiloide, causante de la degeneración neuronal, es capaz de curar e incluso revertir los efectos de la EM.
Esto supone un nuevo y alentador método de tratamiento, según afirman , en la Universidad de Stanford, en California, cuyo trabajo ha sido publicado en la revista Science Traslational Medicine. Como ellos mismos dicen, esta molécula debería agravar los daños en la mielina, ya que es tóxica para las neuronas. Sin embargo, cuando realizaron un experimento inyectando la proteína beta-amiloide en las cavidades corporales de ratones con EM , esta molecula consiguió retrasar el inicio de la parálisis típica de esta enfermedad, e incluso se llego a revertir.
La beta-amiloide sería capaz de luchar contra la reacción inflamatoria autoinmune que causa la EM.
Lo más raro del asunto es que en otras investigaciones anteriores a esta se había descubierto que la proteína beta-amiloide y su precursor se encuentran en las lesiones de la EM . De hecho, la proteína se identificaba como un marcador de daño en la mielina, por eso en la investigación se pensaba que la molécula dañaría más a la mielina, y no al contrario.
Lawrence Steinman, ya había usado ratones en otros estudios para desarrollar fármacos contra la EM, como el natalizumab, un potente medicamento que modifica la activación y proliferación de células inmunes externas al sistema nervioso central, impidiendo que estas afecten a las células nerviosas, ya que la EM, al ser autoinmune, lo que provoca es que el mismo sistema inmunitario ataque a las células del sistema nervoso.
Por ello, sabiendo esto sobre las células inmunes externas, analizaron que pasaría con la administración de la proteína beta-amiloide fuera del cerebro, concretamente se inyectó en el vientre de los ratones y no en el cerebro. Aunque los sistemas inmunes de estos ratones estaban preparados para atacar al aislante nervioso o mielina, con la administración de la beta-amiloide se produjo todo lo contrario. Así lo expresa Steinman: “Esta es la primera vez que la beta amiloide demuestra tener propiedades antiinflamatorias”
En definitiva, la beta-amiloide fuera del sistema nervioso central tendría propiedades como antiinflamatorio, todo lo contrario a lo que produce cuando se encuentra dentro del mismo cerebro o de los nervios.
El juego inflamatorio en enfermedades degenerativas, llegan siempre a las misma situaciones, un problema de inflamación y reparación complejo e imbricado.
No es la primera vez que se analizan las propiedades de la beta amiloide, El Hospital General de Massachusetts (MGH,), evidencio que la proteína beta-amiloide se deposita en forma de placas en el cerebro de pacientes con enfermedad de AL y se la considera una parte normal del sistema inmune innato, primera línea de defensa del cuerpo contra la infección.
Su estudio, publicado en ‘Science Translational Medicine’, concluye que la expresión de beta-amiloide humana resulta protectora contra las infecciones potencialmente letales en ratones, en el C elegans y en células cerebrales humanas en cultivo. “Se ha pensado que la neurodegeneración en la enfermedad de AlL es causada por el comportamiento anormal de moléculas de beta-amiloide, que son conocidas por reunirse en resistentes estructuras de fibrillas llamadas placas amiloides en el cerebro de los pacientes
En 2010 , Moir y Rudolph Tanzi, director del MGH-MIND y concluyeron que la beta-amiloide tenía muchas de las cualidades de un péptido antimicrobiano (AMP) y se trata de una pequeña proteína innata del sistema inmune que protege contra una amplia gama de patógenos.
En ese estudio se compararon formas sintéticas de A-beta con un conocido AMP llamado LL-37 y se encontró que la beta inhibe el crecimiento de varios patógenos importantes, a veces igual de bien o mejor que LL-37. La beta amiloide de los cerebros de los pacientes de AL también suprimió el crecimiento del hongo ‘Candida’ cultivado para esa investigación y, posteriormente, otros grupos han documentado la acción de A-beta sintético contra los virus de influenza y herpes.
En este nuevo trabajo, los investigadores encontraron que los ratones transgénicos que expresan A-beta humano sobrevivieron significativamente más tiempo después de inducir la infección por ‘Salmonella’ en sus cerebros frente a los ratones sin alteración genética. Los ratones que carecen de la proteína precursora de amiloide murieron incluso más rápidamente.
La expresión de la beta transgénica parece proteger a los gusanos ‘C.elegans’ de cualquier infección por ‘Candida’ o ‘Salmonella’. Del mismo modo, la expresión de beta humana protegio las células neuronales cultivadas de ‘Candida’. De hecho, la beta amiloide humano expresado por células vivas parece ser mil veces más potente contra la infección que el beta amiloide sintético utilizado en estudios previos.
Esa superioridad parece referirse a propiedades de beta amiloides que se han considerado parte de la patología en la enfermedad AL, la propensión de moléculas pequeñas a combinarse en lo que se denominan oligómeros y luego se agregan en placas de beta-amiloide.
Las preparaciones sintéticas de beta amiloide utilizadas en los estudios anteriores no inclujeron oligómeros; pero en el actual estudio, el oligómero de beta amiloide humano no sólo mostró una actividad antimicrobiana aún más fuerte, sino que también se observó su agregación en los tipos de fibrillas que forman las placas de beta-amiloide para atrapar los microbios en los modelos de ratones y gusanos redondos.
Tanzi explica que “se sabe que AMP juega un papel en las patologías de una amplia gama de enfermedades inflamatorias”. “Por ejemplo, LL-37, que ha sido nuestro modelo para la actividad antimicrobiana de beta amiloide, ha sido implicado en varias enfermedades al final de la vida, incluyendo artritis reumatoide, lupus y aterosclerosis. El tipo de desregulación de la actividad de AMP que puede causar inflamación mantenida en esos trastornos podría contribuir a las acciones neurodegenerativas de beta amiloide en la enfermedad de AL.
Moir añade: “Nuestros resultados plantean la intrigante posibilidad de que puede surgir la patología de AL, cuando el cerebro se percibe a sí mismo como bajo el ataque de los patógenos invasores, aunque se necesitan estudios adicionales. No parece probable que las vías inflamatorias del sistema inmune innato puedan ser posibles dianas de tratamiento. Si se validan, nuestros datos también justifican la necesidad de tener precaución con terapias dirigidas a la eliminación total de las placas de beta-amiloide. Las terapias basadas en la disminución de amiloides, pero no en la eliminación de beta amiloide en el cerebro podría ser una estrategia mejor”.
El siguiente paso es la búsqueda de microbios en los cerebros de pacientes de AL y enfermedades degenerativas en general, que puedan haber desencadenado la deposición de amiloide como una respuesta protectora, llevando más tarde a la muerte de las células nerviosas. “Si podemos identificar a los culpables –ya sean bacterias, virus u hongos– podemos ser capaces de dirigirnos a ellos terapéuticamente para la prevención primaria de la enfermedad”, concluye Tanzi

La contaminación en el desarrollo mental

Desarrollo neuronal y contaminación
Este trabajo desarrollan de una manera evidente como la polución ambiental deteriorar el tamaño de terminar ayer en el cerebro y su funcionalidad . Hace mucho tiempo que sabemos que la contaminación ambiental es un severo problema para la salud sobre todo en las ciudades en todo lugares donde se manejen elementos que polucionen. Pero aunque lo sabemos desde hace mucho tiempo es muy difícil controlarlos y forman parte del deterioro estamos sufriendo en este planeta.
La epidemia de coronavirus que estamos sufriendo es un severo aviso de que hay que limpiar nuestro planeta, está demasiado sucio para seguir bello y útil. Y es imprescindible que lo limpiemos y con mucho amor.
Nos enteramos pronto que el tetraetilo de plomo como aditivo para las gasolinas, era muy tóxico y así lo había demostrado Derek Bryce-Smith, que aviso de la neurotoxicidad de este componente, especialmente para el cerebro de los niños.
La sociedad consiguió prohibir en casi todo el mundo, el tetraetilo de plomo en la gasolina con lo cual mejoró la, contaminación ambiental que ocasionaba graves daños en el desarrollo neural, en particular en los más pequeños.
La exposición temprana a la contaminación atmosférica plantea un riesgo significativo para el crecimiento del cerebro debido a la presencia de sustancias tóxicas, tanto de forma directa (partículas diésel, monóxidos de carbono y de nitrógeno, dióxidos de carbono y de azufre, etc.) como por mecanismos indirectos que involucran a los sistemas circulatorio, respiratorio o digestivo. Vivir en entornos muy contaminados, grandes ciudades o cerca de grandes carreteras, está asociado a efectos negativos en procesos cognitivos, conductuales y psicomotrices, sobre todo en los niños.
Se ha estudiado también la influencia de la polución atmosférica sobre la estructura cerebral. Una investigación llevada a cabo en Estados Unidos (Beckwith et al., 2020) analizó si la exposición infantil a ambientes contaminados relacionados con el tráfico estaba asociada con diferencias en el volumen cerebral y el grosor cortical en el cerebro de los niños. Los investigadores utilizaron técnicas de resonancia magnética para obtener imágenes cerebrales de participantes de 12 años caracterizados por haber estado expuestos a niveles altos o bajos de contaminación atmosférica durante su primer año de vida. Se empleó la morfometría basada en vóxeles, una técnica de neuroimagen que produce representaciones en 3D con buena resolución de distintas regiones cerebrales. En los participantes del grupo de alta exposición a la contaminación se encontró una reducción del volumen de áreas de materia gris situadas en las circunvoluciones pre y post central izquierda, el cerebelo y lóbulo parietal inferior.

También observaron una reducción del grosor cortical en los niños con alta exposición a ambientes contaminados en relación con aquellos con baja exposición, principalmente en las regiones sensoriomotoras del cerebro, incluidas las circunvoluciones pre y postcentrales y el lóbulo paracentral, pero también dentro de las regiones frontales y límbicas.
Sabemos que la formación y evolución del cerebro humano es un proceso complejo que se lleva a cabo en un periodo largo de tiempo. Durante el embarazo se forman las estructuras básicas del cerebro y comienzan a establecerse los circuitos neuronales que controlarán el movimiento, el habla, la memoria y otras funciones cognitivas. También se desarrollan estructuras que están implicadas en el funcionamiento de otros órganos: control hormonal, sistema neuromuscular, inervación de glándulas, etc.
En el momento del nacimiento el cerebro tiene aproximadamente una cuarta parte de su tamaño adulto y los circuitos neuronales involucrados en funciones orgánicas vitales como la respiración están bien desarrollados. Sin embargo, la corteza cerebral está todavía inmadura. Las seis capas corticales se van formando durante los primeros dos años de vida, pero siguen desarrollándose durante las primeras dos décadas. Las funciones cognitivas, que son esenciales para el aprendizaje, experimentan un desarrollo considerable entre los 6 y 10 años, y continúan creciendo y madurando durante la adolescencia.
La exposición a agentes contaminantes del aire producidos por los combustibles fósiles durante el embarazo o la infancia pueden relacionarse con retrasos en el desarrollo cognitivo. Estos contaminantes del aire ¿inciden de forma significativa en el aprendizaje? En un metanálisis (Sunyer et al., 2015), los investigadores evaluaron si la exposición de niños de 7 a 10 años a contaminantes del aire relacionados con el tráfico en las escuelas de Barcelona se asociaba con un deterioro del desarrollo cognitivo. Estudiaron grupos de alumnos que se diferenciaban en los niveles de contaminación que les rodeaban y utilizaron pruebas computarizadas para medir el desarrollo de la memoria de trabajo y la concentración.
Repitieron la pruebas cada tres meses a lo largo de un período de un año en 2715 niños de primaria que estudiaban en 39 escuelas expuestas a niveles altos o bajos de contaminación del aire relacionada con el tráfico y emparejados por índice socioeconómico; es decir, los niños fueron organizados por parejas donde uno procedía de una escuela situada en una zona muy contaminada y otro de otra poco contaminada pero ambos eran del mismo nivel socioeconómico, lo que permitía eliminar en lo posible esta variable tan determinante del rendimiento escolar.
El tratamiento estadístico de los datos indicó que el aumento en el desarrollo cognitivo a lo largo del año entre los niños que asisten a escuelas de zonas altamente contaminadas fue menor que el de los niños que van a escuelas de zonas poco contaminadas, incluso después de ajustar factores adicionales que podrían afectar a los procesos cognitivos

Así, por ejemplo, hubo un aumento del 11,5% en la memoria de trabajo al cabo de doce meses en los niños de las escuelas poco contaminadas, pero solo un aumento del 7,4% en la memoria de trabajo durante ese periodo de tiempo de un año, en aquellos de las escuelas de entornos con mucha polución ambiental.
Estos hallazgos sugieren que, en comparación con la asistencia a escuelas en zonas con muy poca contaminación, los niños que van a escuelas con mucha contaminación pueden tener un incremento menor en el rendimiento cognitivo. La precisión de estos datos puede estar limitada por la influencia de otros factores; es decir, los niños que asisten a escuelas donde la contaminación es alta podrían haber compartido otras características desconocidas que afectaron a su desarrollo cerebral.

Se pone así de manifiesto que la contaminación del aire afecta al desarrollo de funciones cognitivas, pero, en este caso como en muchos otros, la plasticidad de nuestro cerebro es la gran baza. Esta asombrosa capacidad de reestructuración de áreas neuronales nos permite seguir aprendiendo, crear nuevas conexiones, incluso en entornos adversos. Por encima de factores ambientales, o mejor, buscando también corregir éstos, podemos hacer todo lo posible para reforzar el impulso de la motivación, las emociones positivas, la confianza, lo novedoso, los retos, etc. Aprender y seguir cuidando un órgano tan complejo, potente y vulnerable como es el cerebro humano. Es importante no olvidar que un aire limpio favorece un desarrollo óptimo del sistema nervioso y por esta razón, entre otras también muy valiosas, sería necesario usarlo para pensar en soluciones que dejen a los que vienen detrás lo mismo que nosotros recibimos: un maravilloso y habitable planeta azul.

Referencias
• Beckwith T, Cecil K, Altaye M, Severs R, Wolfe C, Percy Z, Maloney T, Yolton K, LeMasters G, Brunst K, Ryan P (2020) Reduced gray matter volume and cortical thickness associated with traffic-related air pollution in a longitudinally studied pediatric cohort. PLoS ONE 15(1): e0228092. DOI: 10.1371/journal.pone.0228092
Sunyer J, Esnaola M, Alvarez-Pedrerol M, Forns J, Rivas I, López-Vicente M, Suades-González E, Foraster M, Garcia-Esteban R, Basagaña X, Viana M, Cirach M, Moreno T, Alastuey A, Sebastian-Galles N, Nieuwenhuijsen M, Querol X (2015) Association between Traffic-Related Air Pollution in Schools and Cognitive Development in Primary School Children: A Prospective Cohort Study. PLoS Med 12(3): e1001792. DOI:10.1371/journal.pmed.1001792

El blog de José Ramón Alonso

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