LA ATENCION
La atención es la capacidad de generar, dirigir y mantener un estado de activación adecuado para el procesamiento correcto de la información.
Es el estado de observación y de alerta que nos permite tomar conciencia de lo que ocurre en nuestro entorno.
La cualidad más importante de los seres vivos es la Atencion.
La atención da nombre a una variedad de fenómenos.
Es una cualidad de la percepción y decide entre los estímulos ambientales mas relevantes dándoles prioridad por medio de la concentración de la actividad psíquica sobre el objetivo, para un procesamiento más profundo en la conciencia.
Por otro lado, la atención es entendida como el mecanismo que controla y regula los procesos cognitivos; desde el aprendizaje por condicionamiento hasta el razonamiento complejo.
Tanto las características como la anatomía y función de la atención, son muy primitias e importantes.
La atención nos protege de un mundo agresivo
Llama la atención que todos los seres vivientes, tienen la atención, como pantalla ante un mundo agresivo y la complejidad de un mecanismo tan fundamental, que va desarrollándose con la evolución, va desde el mecanismo elemental que tiene un organismo unicelular para sobrevivir, a la que tiene un hominido.
Intentar explicar su anatomía, no solo es difícil, sino difícil de imaginar.
Esta claro que en el Homo, existen varias estructuras para sustentar esta cualidad, vital y lo lógico es que este repartida por toda la anatomía evolutiva del cerebro. Lo único que la diferencia en unos animales de otros, es la complicación que tienen esta cualidad a medidas que el ser viviente se desarrolla
Las características de la emoción, son mas metafísicas que físicas, y su intento de atribuirle cualidades esta mas en relación, con nuestra imposibilidad de definir el conjunto. La separacion de sus cualidades y condicionamientos, es propio de la necesidad del humano, de usar muchas palabras para describir, lo inconsciente.
No oftante es necesario tenerlas en cuenta, sobre todo para saber, que se parecen en algo a la realidad, pero no demasiado
Amplitud Hace referencia a la cantidad de información a la que podemos atender al mismo tiempo y al número de tareas que podemos realizar simultáneamente.
Intensidad Es innegable que todos sentimos alguna vez la sensación de estar más o menos atentos, a esto se le denomina intensidad de la atención o tono atencional. Puede definirse entonces como la cantidad de atención que le prestamos a un objeto o tarea y está directamente relacionada con el nivel de vigilia y alerta de un individuo. Pueden producirse variaciones en la intensidad denominadas como fluctuaciones de la atención, al descenso de la intensidad de la atención se le denomina “lapsus de atención”. Los cambios de atención pueden ser cortos y transitorios denominándose “cambios fásicos”, cuando son largos y relativamente permanentes se denominan cambios tónicos.
La atención cambia y oscila continuamente, ya sea porque procesamos dos o más fuentes de información (estímulos atendidos) o bien porque nos encontramos realizando dos tareas y la atención se va dirigiendo alternativamente de una a otra (shifting). El tiempo de las oscilaciones de la atención puede ser variable.
La atención necesita ser controlada para poner en marcha sus mecanismos de funcionamiento en función de las demandas del ambiente y de la tarea que vamos a realizar, en este caso hablamos de atención controlada.
La atención controlada a diferencia de la no controlada requiere un esfuerzo por parte del sujeto para mantenerla. Muchos autores afirman que es ésta, la característica más importante de la atención.
Los determinantes externos son los que proceden del medio y posibilitan que el individuo mantenga la atención hacia los estímulos que se le proponen, es decir, depende del medio ambiente.
Tienen unos determinantes Externos e Internos
Externos
Potencia del estímulo. Es evidente que un sonido de gran intensidad es capaz de atraer nuestra atención. Lo mismo sucede con los colores intensos con respecto a los tonos más suaves.
Cambio. Siempre que se presenta un cambio que modifica nuestro campo de percepción, nuestra mente es atrapada por los estímulos que modifican la situación de estabilidad.
Tamaño. La publicidad emplea con gran eficacia este principio. Sin embargo, se ha logrado descubrir que el tamaño posee menos atractivo que el cambio o que la potencia del estímulo.
Repetición. Un estímulo débil, pero que se repite constantemente, puede llegar a tener un impacto de gran fuerza en la atención. Es muy utilizado en anuncios comerciales.
Movimiento. El desplazamiento de la imagen (real o aparente) provoca reacción y tiene un gran poder para la atención
Contraste. Cuando un estímulo contrasta con los que le rodean, llama más la atención. Puede haber dos situaciones: El contraste por aparición, en la que el estímulo contrasta porque no estaba presente hasta ese momento, y el contraste por extinción, donde el contraste lo provoca el hecho de darse cuenta de que ya no está.
Organización estructural. Los estímulos que se presentan deben estar organizados y jerarquizados, de manera que posibiliten recibir correctamente la información.
Internos
Dependen del individuo, y condicionan aún más, no solo la capacidad y desarrollo de la atención, sino también su rendimiento.
Emoción. Los estímulos que provocan emociones de mayor intensidad tienden a atraer la atención del sujeto que los percibe. Esto depende también del nivel interno de activación emocional de la persona, también llamado arousal.2
Organicidad.. Este factor se relaciona con las pulsiones que experimenta el individuo al momento de recibir la estimulación.
Intereses. Hace referencia lo que atrae la atención en función de los intereses que se tengan.
Del esfuerzo que requiere la tarea evaluadas por una persona lleva a cabo sobre el esfuerzo que puede suponerle una tarea determinada puede producir un mayor o menor grado de activación de la atención en su desempeño.2
Distracción. Se relaciona con objetivos transitorios dependientes de las necesidades del momento.2 Pero la distracción también puede hacer referencia a la concentración excesiva del sujeto en su mundo interior, ordinariamente llamada «ensimismamiento».
Sugestión social. Puede llegar a atraer la atención de otras personas por invitación, que es más que por simple imitación.
Curso del pensamiento. Independientemente de las pulsiones o de los intereses del individuo, si el curso de su pensamiento se encuentra siguiendo ciertas ideas y un estímulo relacionado se le presenta en ese momento, este último captará su atención en forma inmediata.
La clasificación, no se libra de la necesidad de los escritores, de intentar definir lo abstracto e intenta estudiar la implicación del sujeto
Activa y voluntaria (deliberada) cuando se orienta y proyecta mediante un acto consciente, con un fin de utilidad práctica y en su aplicación buscamos aclarar o distinguir algo. La motivación activa nuestra atención hacia ese objeto.
Activa e involuntaria: Es la orientada por una percepción.
Pasiva: es atraída sin esfuerzo. Como un simple movimiento de una hoja nos llama la atención.
Según el objeto y el grado de activación psicológica
Atención selectiva Es la capacidad de un organismo para concentrarse en una sola fuente de información, desechando otros estímulos que puedan interferir.2
Atención dividida Consiste en los procesos que un sujeto pone en funcionamiento para atender, de modo simultáneo, varias demandas del ambiente que se le presentan a la vez en un momento o tarea dadas, distribuyendo los recursos atencionales entre las actividades o estímulos.2
Atención sostenida . Es la persistencia de la atención en el tiempo para concentrarse en una tarea antes de que empiece a cometer errores. Resulta fundamental en las actividades escolares y laborales.2
Patologías
Las perturbaciones de la atención se conocen como «disprosexias» y son fundamentalmente de orden cuantitativo:
La alteración de la atención, esta incluida en toda la patología, no solo del sistema nervioso, sino en la de todo el organismo
Alteraciones cuantitativas
Hiperprosexia: hiperactividad de la atención, característica de trastornos con ideas delirantes.
Hipoprosexia: disminución de la capacidad de la atención, incluso para estímulos relevantes.
Aprosexia: es la pérdida total de la atención.
Alteraciones cualitativas
Pseudoaprosexia: atención centrada en estímulos internos y desatendiendo a los estímulos externos.
Paraprosexia: inestabilidad de atención, característica de trastornos maníacos.
Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad se trata de un cuadro diagnóstico en el que hay implicados otros síntomas que afectan a la actividad, las relaciones y la vida diaria de la persona. Se considera una condición permanente del desarrollo neuropsiquiátrico. Se clasifica en 3 subcategorías diagnósticas:3
TDAH predominantemente hiperactivo/impulsivo.
TDAH predominantemente inatento.
TDAH combinado.
Es necesrio incluir dentro las características de trastornos maníacos.
Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)[editar]
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad se trata de un cuadro diagnóstico en el que hay implicados otros síntomas que afectan a la actividad, las relaciones y la vida diaria de la persona. Se considera una condición permanente del desarrollo neuropsiquiátrico. Se clasifica en 3 subcategorías diagnósticas:3
TDAH predominantemente hiperactivo/impulsivo.
TDAH predominantemente inatento.
TDAH combinado.
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), también en adultos
Aunque se suele pensar que es un trastorno propio de la niñez, el TDAH también aparece en adultos.
Durante más de 70 años, las investigaciones del trastorno por déficit de atención con hiperactividad se han centrado en la población infantil. Pero a partir del 1976, se demostró que este trastorno puede existir en el 60% de los adultos los síntomas de los cuales ya empezaron antes de los siete años (Werder PH. te. 2001).
Un origen biológico común permite que los adultos puedan ser diagnosticados con los mismos criterios adaptados del DSM-IV-TR, pero debido al hecho que en el adulto el observador se encuentran dificultades diagnósticas, puesto que facilita una dispersión más grande y sesgo en las opiniones.
Aunque en los adultos se dispone de menos datos epistemológicos, el TDAH se manifiesta persones adultas con gran frecuencia. Los primer trabajos encontraron prevalencias en adultos entre el 4 y el 5%. (Murphy K, Barkley RA, 1996 y Faraone et. al., 2004)
Los criterios diagnósticos del TDAH en los adultos son los mismos que para los niños, registrados al DSM-IV-TR. Ya a partir del DSM-III-R se describe formalmente la posibilidad de realizar el diagnóstico a estos.
Los signos y síntomas en los adultos son subjetivos y sutiles, sin prueba biomédica que pueda confirmar su diagnóstico. Para poder diagnosticar el TDAH en una persona adulta, hace falta que el trastorno sea presente desde la infancia, como mínimo desde los siete años, dato esencial para el diagnóstico, y tiene que persistir una alteración clínicamente significativa o un deterioro en más de una área importante de su actividad, como el funcionamiento social, laboral, académico o familiar. Por eso, es muy importante que en la historia clínica se anoten los antecedentes infantiles junto con los síntomas actuales y sus repercusiones en la vida actual, familia, trabajo y relaciones sociales.
Los adultos con TDAH señalan principalmente síntomas de inatención y de impulsividad, puesto que los síntomas de hiperactividad disminuyen con la edad. Así mismo, los síntomas de hiperactividad en los adultos suelen tener una expresión clínica ligeramente diferente del encuentro en los niños (Wilens TE, Dodson W, 2004) puesto que se manifiesta como un sentimiento subjetivo de inquietud.
Los problemas más comunes del trastorno por déficit de atención con hiperactividad en adultos son los siguientes: problemas para la concentración, falta de memoria y pobre memoria a corto plazo, dificultad para la organización, problemas con rutinas, falta de autodisciplina, comportamiento impulsivo, depresión, baja autoestima, inquietud interior, escasa capacidad para administrar el tiempo, impaciencia y frustración, pobres habilidades sociales y sensación de no conseguir objetivos, entre otros.
Las escaleras de autovaloración son una buena herramienta de diagnóstico por los síntomas más generales (Adler LA, Cohen J. 2003):
Escalera de autoevaluación de los adultos (EAVA): (McCann B. 2004) se puede utilizar como una primera herramienta de autoevaluación para identificar los adultos que pueden tener TDAH. Copeland Symptom Checklist: ayuda para evaluar si un adulto tiene síntomas característicos del TDAH. Brown Attention Deficit Disorder Scale: explora el funcionamiento ejecutivo de los aspectos de la cognición que están asociados con el TDAH. Wender-Reimherr Adulto Attention Deficit Disorder Scale: mide la gravedad de los síntomas de los adultos con TDAH. Es especialmente útil para evaluar el estado de ánimo y labilidad del TDAH. Conners´Adulto ADHD Rating Scale (CAARS): los síntomas se evalúan con una combinación de frecuencia y gravedad.
Según Murphy y Gordon (1998), para realizar una buena evaluación del TDAH se tiene que tener en cuenta si hay evidencias sobre la relación entre los síntomas de TDAH durante la infancia y un deterioro posterior significativo y crónico en diferentes ámbitos, si hay una relación entre los síntomas del TDAH actuales y un deterioro sustancial y consciente en diferentes ámbitos, si hay otra patología que justifique el cuadro clínico mejor que el TDAH, y finalmente, si para los pacientes que cumplen los criterios diagnósticos del TDAH, hay alguna evidencia que existan condiciones comórbidas.
El diagnóstico tiene que ser clínico, apoyado por las escaleras de autoevaluación, comentadas anteriormente. Es imprescindible evaluar condiciones psiquiátricas, descartar posibles comorbilidades y ciertas condiciones médicas como la hipertensión y descartar el abuso de sustancias.
Cómo muy bien destacan Biederman y Faraone (2005), para poder realizar un diagnóstico de TDAH en adultos es fundamental saber qué síntomas son propios del trastorno y cuáles son debidos a otra patología comórbida.
Las comorbilidades más frecuentes son los trastornos de humor como la depresión mayor, la distimia o el trastorno bipolar, que tiene una comorbididad con el TDAH que va desde el 19 al 37%. Para los trastornos de ansiedad, la comorbilidadt oscila entre el 25 y el 50%. En el caso del abuso del alcohol es del 32 al 53% y en otro tipo de abuso de sustancias como la cocaína es del 8 al 32%. Los tasa de incidencia de los trastornos de personalidad es del 10 al 20% y para la conducta antisocial del 18 al 28% (Barkley RA, Murphy KR. 1998).
Tratamiento farmacológico
Los fármacos utilizados para tratar este trastorno son los mismos que en la infancia. De los diferentes fármacos psicoestimulantes, se ha demostrado la eficacia en los adultos con TDAH del metilfenidato y atomoxetina.
El metilfenidato de liberación inmediata inhibe la recaudación de la dopamina; y la atomoxetina, tiene como función principal inhibir la recaudación de la noradrenalina. Actualmente, y gracias a varios estudios realizados por Faraone (2004), se sabe que el metilfenidato es más eficaz que el placebo.
Entre los fármacos no estimulantes para el tratamiento del TDAH en adultos se incluyen los antidepresivos tricíclicos, inhibidores de la aminooxidasa y fármacos nicotínicos entre otros.
Tratamiento psicológico
La aproximación más efectiva para tratar el TDAH en adultos es la cognitivo-conductual, tanto en una intervención individual como grupal (Brown, 2000; McDermott, 2000; Young, 2002). Este tipo de intervención mejora los síntomas depresivos y ansiosos. Los pacientes que recibían terapia cognitivo-conductual, junto con sus medicamentos, controlaban los síntomas persistentes mejor que con el uso de medicamentos combinados con ejercicios de relajación.
Los tratamientos psicológicos pueden ayudar al paciente a afrontar los problemas emocionales, cognitivos y conductuales asociados, así como un mejor control de la sintomatología refractaria al tratamiento farmacológico. Por eso se considera que los tratamientos multimodales son la estrategia terapéutica indicada (Young S. 2002).
El aumento de frecuencia de los trastornos de la Atención, en nuestros tiempos, es evidente, pero no como entidad autónoma, sino formando parte de un conjunto de trastornos psquicos, en los que es necesario englobarlas.
La aparición de cuadros, añadidos, nos hablan de la falta de conocimiento del tema.
Junto a una compleja anatomía y función, algo medioambiental, físico y psíquico, esta motivando estas patologias
Referencias
1. Anderson, John R. (2004). Cognitive psychology and its implications (6th ed.). Worth Publishers. p. 519. ISBN 978-0-7167-0110-1.
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4. Franke, B., Faraone, S.V., Asherson, P., Buitelaar, J., Bau, C.H., Ramos-Quiroga, J.A., Mick, E., Grevet, E.H., Johansson, S., Haavik, J., Lesch, K.P., Cormand, B., Reif, A. (2012). The genetics of attention deficit/hyperactivity disorder in adults, a review. Molecular Psychiatry. 17 (10): 960-87.
5. Miranda, A., Jarque, S., Soriano, M. (1999) Trastorno de hiperactividad con déficit de atención: polémicas actuales acerca de su definición, epidemiología, bases etiológicas y aproximaciones a la intervención. REV NEUROL 1999; 28 (Supl 2): S 182-6. Ramos-Quiroga J.A., R. Bosch-Munsó, X. Castells-Cervelló, M. Nogueira-Morais, E. García-Giménez, M. Casas-Brugué (2006) Trastorno por déficit de atención con hiperactividad en adultos: caracterización clínica y terapéutica. REV NEUROL 2006; 42: 600-6.
7. Valdizán, J.R., Izaguerri-Gracia A.C. (2009) Trastorno por déficit de atención/ hiperactividad en adultos. REV NEUROL 2009; 48 (Supl 2): S95-S99.
8. Wilens, T.E., Dodson, W. (2004) A clinical perspective of attention-deficit/hyperactivity disorder into adulthood. J Clin Psychiatry. 2004;65:1301-11