EL LIBRE ALBEDRIO  DE QUIEN

El libre albedrio me ha tenido siempre en vilo. Yo nunca he sido capaz de ser mi dueño, estaba tan condicionado por el entorno, que mi voluntad esta siempre limitada.

Yo no soy libre, no hago en cada momento lo que deseo. Pero ojo, mi peor enemigo soy yo que tengo una escala de valores y una rutina que no me dejan despegar

Sobre todo cuando mi cabeza se llena de ruidos, no tengo forma de quitarlos, salvo que espere que se vayan los ruidos, pero que encima la sociedad me culpa, no me digan “tu puedes”, porque yo no puedo.

Y por añadidura, no encuentro a casi nadie, del campo de la medicina, que no crea que unos buenos consejos y una respuesta adecuada del enfermo, le hace recuperar su bienestar psíquico. Esto es simplemente falso, no existe.

La sociedad moderna tiene que buscar métodos fáciles, para arreglar estos desmanes psíquicos que tienen como patrón, la angustia. Un tercio de la población sufre algún tipo de distimia.

Me siento complacido cuando encuentro una señora con este bagaje intelectual, con la que estoy de acuerdo

Eva Illouz, socióloga, coautora de ‘Happycracia’ dice:

Antaño el éxito consistía en conformarse con la vida que te había tocado vivir al nacer; pero, desde los años sesenta, Seligman y la psicología positiva junto a su vulgata la autoayuda tratan de convencernos de que todo es posible si nos lo proponemos. La realidad, en cambio, es que la modernidad ha reducido nuestro ámbito de decisión y que cada vez menos cosas en las grandes administraciones o empresas dependen de cada uno de nosotros. Illouz desmonta el último mito de la psicología positiva: la autenticidad. Si no llegamos a fin de mes o no progresamos en el trabajo, es por nuestra falta de ambición, esfuerzo o talento, de acuerdo; pero aún nos queda la autenticidad: algo que cada uno de nosotros gestiona, decide, genera y consume. Siempre nos quedará ser auténticos.

No hace mucho elaboré para los divulgadores del saber, al menos biológico, el concepto de “románticos”. Que consiste en que presentan una tesis verdadera estudiada, fundamentada y reproducible, y de pronto concluían o añadían una idea personal, absolutamente personal, y que no cumplía los principios de la lógica biológica. Es decir después de una introducción magistral, añadían algo irreconocible e irrepetible.

Recuerdo en unas de mis preocupaciones, el cerebro de los criminales, que un estudio mundial sobre estudios radiológicos de un numero importante y recogido de la literatura medica mundial,  encontraron ciertas anomalías en ciertas estructuras cerebrales.

De ellas el autor llegaba a unas conclusiones, absolutamente personales y en mi opinión, sin ningún valor científico.

Una cosa es que ese señor tenga un lóbulo parietal más prominente y otra es que sea tan desacertado con una conducta tan terrible.

Quedarse contento con elementos formes del cerebro, es lo mismo que pensar que una cabeza grande es mas inteligente que otra mas pequeña. Es simplemente fantasear. Pero no con mala fe, sino que se lo creen ellos, añaden romance a lo investigado. Tienen necesidad de concluir.

Algunos criminales, tienen el lóbulo parietal mas grande, pero esto no podemos concluir, porque la función es tan compleja que encontramos, individuos con un cerebro parcialmente destruido que son superdotados en materias lógicas. Son los llamados Savan. Me parece que lo honrado es solo presentarlo y no concluir, porque esto es siempre falso. Forma o tamaño y función, no tienen por qué estar relacionados siempre y si algunas veces. Y lo contrario un cerebro mutilado es capaz de ser excepcional, sobre todo para funciones cerebrales, de segunda.

No conozco ningún poeta con síndrome de de Savan y si algún matemático.

Esta claro que hay mas cosas que la formas, la función y lo que es mas difícil, como se inserta el espíritu en el cerebro, por tanto,  ante la duda abstente

Anguna vez  la psicología ha curado patologías psiquiátricas, neurosis y traumas. Y en consecuencias, puso como terapia, la palabra, el consejo y el “usted lo que tiene que hacer”

El sanador, medico, o lo que fuera intentaba guiar al paciente con directrices culturales y valores supuestamente eticos.

Unos paradigmas, similares a jeroglíficos, por su dificultad, tales como predicar que debíamos “realizarnos” como personas, ser ”auténticos” y aspirar a una felicidad que ya sólo dependía de cada uno.

Cuando el grupo de homínidos era muy pequeño , me imagino que era fácil, con ciertas cualidades oratorias, dar unos principios elementales que convencían a los ciudadanos  les permitía vivir con cierta paz, e incluso evolucionar .

Lo que si tenían claro los jefes era, que el esfuerzo tenia que ser colectivo y sin esto  no era posible la evolución.

El futuro personal y colectivo dependía del cumplimiento de unas normas elementales, muy conseguibles en pequeños grupos. Todo depende de ti, hazlo y probablemente estarás bien, no feliz, eso no ha existido nunca. Solo estarás bien y en lo básico

Pero la evolución y la aparición de ideas reproducibles, empieza a facilitar la convivencia entre muchos, y ponerlos de acuerdo, no es que sea difícil, es imposible

El hombre de nuestro tiempo, solo depende del grupo, hace lo que se le manda y no tiene porque idear, que rompería el curso de la producción.

Es difícil entender que este conformismo  se acompañe de un estado de bienestar psíquico. Es un mandado, aunque tenga un piso con baños y calefacción.

A partir de aquí, el hombre porque lleva dentro “el ser principal”, empieza a ingeniárselas, para destacar. En los pequeños grupos de seres vivientes esto puede ser verdad. Cuando se llega a un numero importante de individuos, se separan y buscan su vida y el grupo permanece estable. Eso si se acepta al jefe o a la jefa del grupo.

Pero cuando el grupo es grande, junto a condiciones orgánicas, surge el desacuerdo. “no quiero ser uno mas, soy yo también diferente y tengo dentro de mi valores. Tienen como artimaña, la idea de que el es principal, pero la sociedad los ata, y esto posiblemente aumenta la neurosis. No me comprenden.

Se trata de buscar el camino adecuado, que no esta escrito, salvo en las ilusiones, para no ser uno mas y cuando no se realizan aparecen las neurosis.

La idea del esfuerzo personal, de saber mucho, de tener por lo menos una carrera y múltiples créditos y por supuesto muchos idiomas, no termina nunca y agota. Ya no puedo mas y además el grupo le repite, tu puedes mas.

Y no puede, porque trabaja mucho, estudia mucho y se agota. La sociedad, no entiende que el esfuerzo es finito y la memoria, mas aun y es la primera que se altera con los años

El autocontento del hombre de nuestros días, porque tienen un gran bagaje intelectual, y condiciones sociales dignas, no lo alegra, lo pudre, las enfermedades de nuestro psiquis, ocupan un tercio de la población, esto es insostenible.

Y pese a que es muy listo para algunas cosas, otras lo aturden de tal manera, que ni se lo esperaba ni lo entiende.

La epidemia de Coronavirus que sufrimos, ha revalidada la creatividad de nuestros investigadores y personas de la sanidad en general.

Magnifico, han conseguido vacunas en menos de un año y no una sino varias y útiles y están parando la epidemia.

Pero los conflictos políticos y económicos frenan el avance, no se ponen de acuerdo. Los verdaderamente expertos en microbios se quejan de que no son consultados y si lo son los políticos, de ello dimana, que las medidas no sean tan fructíferas como deseamos.

La homogeneidad del comportamiento despersonaliza nuestra sociedad de masas y esto a nivel del individuo se soporta muy mal.

Esta despersonalización propia de nuestra sociedad de masas es muy mal, soportado y además los cambios continuamente fuerzan nuestra biología a defenderse. Las llamadas enfermedades degenerativas.

Un germen una inflamación y la perpetuación de la lesión

De forma que la patología, sobre todo psíquica que estamos padeciendo, no solo esta producida, por modelos sociales insoportables, sino por microbios, que al rechazarlos nuestro organismo con la inflamacion,  da lugar a las enfermedades neurodegenerativas que detruyen nuestro organismo

Cuando entre los homínidos aparecen las ideas, se transforma el mundo y su riqueza. El mal reparto y la necesidad de que determinadas clases manden , de manera cruel a las otras en ocacioines, dificultan la solución del problema.

Pero no se asusten “en peores plazas hemos toreado”, y nos volveremos a adaptar.

Digamos que en el mundo feudal o en la sociedad burguesa de clases uno sabía desde que nacía cuál era su lugar y su valor se medía en relación al que tenía al nacer. Digamos que tu valor personal no era negociable: eras lo que eras.

¿Hoy no nacemos predestinados a tener mayores o menores oportunidades?

En teoría no tenemos límites, pero, en realidad, no son menos que antaño. Solo que ahora te van repitiendo que tienes todas las posibilidades –la psicología positiva lo avala– de conseguir todo lo que te propones y por tanto de mejorar tu valor.

¿Así pasas de ser lo que te ha tocado a ser, a ser lo que te propongas?

Un aristócrata podía actuar como un miserable y seguir siendo aristócrata. Su estatus no dependía de su conducta, pero hoy nos repiten que todo depende de lo que hagamos y se alaba la cultura del esfuerzo individual, pero no nos revelan los trucos que demuestran que no es cierto.

¿De verdad no podemos progresar con nuestro esfuerzo y aprendizaje?

Eso dice la psicología positiva: la actitud lo es todo y se impone, porque valida la posición de quienes consiguen su poder por otras vías y a veces con trucos inconfesables.

Estoy absolutamente de acuerdo con la Dra Illouz. No me culpen de lo que no puedo.

Estoy como homo sapiens sapiens limitado, en el control de mi mente, ni siquiera se donde esta, aunque el cerebro interviene mucho. Pero de eso a que sea responsable de mis actos, digo que me cuesta mucho creerlo

Si que creo que en otras civilizaciones ha sido posible un mayor equilibrio espiritual, pero en nuestros tiempos con la que está cayendo, esto necesita de una reforma.

Posiblemente la aparición de una cualidad psíquica muy superior y difícil de ejecutar, nos salvara

“el amor”

Referencias

Eva Illouz, socióloga, coautora de ‘Happycracia’

LLUÍS AMIGUET 24/06/2021 00:09