CONTRADICCIONES EN TIEMPO DE EPIDEMIA

Cada día muy tempranito, consulto las noticias medicas de Interned que me regala el Dr Google, que Dios bendiga . Y paso por dos estadios.
Primero esto es verdad?
Un rato mas tarde me encuentro otro articulo que diverge e incluso niega lo anterior.
Y despues inteno poner en claro las idea que surge de lo anterior

Esta vez la cosa es seria, porque son contradicciones que llegan sorprendentes.

LA CARRAGENINA O CARRAGENANO

Es una mezcla de polisacáridos naturales procedentes de algas de varias familias de Rhodophyceaes, algas marinas rojas, considerado por la FDA como un agregado inocuo. La carragenina se utiliza como aditivo alimentario también conocido como E-407.
Carragenina, que está presente en todos los productos lácteos. Algunos expertos han señalado que produce cáncer, otros no. Según la ministra de Salud, Patricia García, sostuvo que la Carragenina es un elemento para espesar la leche y conservar otros productos.19 jun. 2017

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Autor/a: GABRIEL STEKOLSCHIK

Una barrera eléctrica contra el coronavirus
Fuente: nexciencia.exactas.uba.ar
Un equipo de investigación argentino iniciará los ensayos clínicos para evaluar un spray nasal que impediría que el virus ingrese al organismo a través de la nariz, que es la principal vía de infección.

Un spray nasal aprobado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) “PODRÍA” brindar protección contra el SARS-CoV-2, el coronavirus causante de la actual pandemia.
Se trata de un medicamento cuyo principio activo es la CARRAGENINA, una molécula obtenida de ciertas algas rojas, que se usa en las industrias alimentaria, farmacéutica y cosmética.
Por tratarse de un compuesto con carga eléctrica negativa, se estima que la carragenina interactúa con las cargas positivas de la superficie de las partículas virales previniendo la penetración de los virus en las células del huésped.
“Numerosos estudios han descripto el potencial antiviral de la carragenina contra distintos tipos de virus respiratorios, como el del resfrío común, el de la influenza y algunos coronavirus. Pero, hasta donde sabemos, todavía nadie probó en seres humanos el efecto de la carragenina sobre el SARS-CoV-2”, revela Osvaldo Uchitel, investigador del CONICET y director científico del proyecto financiado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. “En pocos días iniciaremos los ensayos clínicos con un spray que contiene carragenina para probar su efectividad contra el SARS-CoV-2”, anuncia.
El equipo comandado por Uchitel y por el médico Juan Manuel Figueroa, director clínico del proyecto, pondrá a prueba el potencial de la carragenina en dos centros de salud porteños: el Hospital Británico y el CEMIC. “Estamos en tratativas con centros de salud del conurbano bonaerense para extender el estudio”, anticipan.
El proyecto apunta a administrar el medicamento a tres poblaciones. Una de ellas es el personal de salud que está a cargo de pacientes con COVID-19: “Son personas que están expuestas a un alto riesgo de contagio y queremos ver si podemos protegerlos disminuyendo la tasa de infección que los afecta actualmente”, señala Uchitel, y avisa: “Con el personal sanitario comenzamos el estudio la semana que viene”.
Otra población que ingresará al estudio son los pacientes que se internan con un cuadro leve de la enfermedad: “Deben iniciar el tratamiento dentro de las 48 horas de efectuado el diagnóstico y aplicarse el spray durante unos 20 días. La expectativa es evitar que esos pacientes se agraven y tengan que pasar a terapia intensiva”.
Finalmente, el estudio también se llevaría a cabo en las zonas donde podría surgir algún foco de infección. En ese caso, se administraría el medicamento a los contactos cercanos para disminuir la probabilidad de contagios.
Uchitel destaca el hecho de que “es un tratamiento muy sencillo, es un spray que se aplica cada cuatro a seis horas en cada orificio nasal, por lo que puede hacerlo cualquier persona sin necesidad de asistencia profesional”.
El uso de la carragenina comenzó hace más de 600 años en un pueblo de Irlanda llamado Carrigeen, donde ciertas algas rojas (musgo irlandés o musgo carrageen) se hervían para formar gelatinas que se usaban para la elaboración de postres.
Siglos después, mientras el mundo explota su sofisticado potencial tecnológico para desarrollar antivirales o vacunas que permitan enfrentar la mayor pandemia de la historia, es posible que, paradójicamente, un producto de origen natural pueda ser útil para combatir los estragos que provoca a la humanidad otro producto de la naturaleza.
Hasta aquí estupendo esto si fuera verdad al menos parcialmente, podrían ser un buen sistema para defendernos del virus.
Pero revisando la literatura actual, encontramos severas discordancia y para ello copió algunas de ellas.

¿Es preferible evitar productos con carragenina?
PROHIBICIÓN de una marca de leche evaporada en Panamá, el debate a nivel alimentario en la región se ha prolongado: ahora un aditivo presente en una gran variedad de lácteos, la carragenina, está bajo la lupa.
Por estos días, los consumidores de la región viven una situación de incertidumbre, especialmente luego de la prohibición de una marca leche evaporada de la multinacional Gloria en Panamá: esta se promocionaba como “leche”, cuando en verdad solo es hecha a base ciertos productos lácteos, algo que la autoridad panameña rechazó. El alcance del problema se amplía teniendo en cuenta que, según su propio sitio web, el grupo empresarial “exporta leche evaporada a 40 países en el Caribe, América Latina, El Medio Oriente y el Oeste de Africa”. Para ello, N + 1 pudo hablar con un experto en seguridad alimentaria para entender la ciencia detrás de los procesos de fabricación de la leche evaporada.
Pero en el país andino ha resurgido un nuevo debate ya tocado por distintas instancias a nivel internacional y académico: ahora, la inseguridad la trae la carragenina. Un organismo local (la ASPEC, Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios) alertó que este aditivo, presente en los productos de Gloria y otras marcas como la trasnacional Nestlé y la peruana Laive, podría causar daños intestinales y hasta cáncer. Aquí, te explicamos por qué hay que poner atención a este químico y de preferencia, ser cautos en su consumo.
¿Qué es la carragenina?
También presente en etiquetas de productos lácteos como carragenano o SIN 120, E-407, este químico de nombre raro es un tipo de polisacárido sulfatado obtenido de la celulosa algas comestibles rojas. Las empresas lo usan para darle viscosidad y propiedades estabilizantes a los productos. En otras palabras, para que se vea bien, y sus componentes se mantengan distribuidos en todo el cuerpo líquido.
¿En qué productos la puedo encontrar?
El tema va más allá de las bebidas lácteas (pasando por yogures, natillas, leche condensada): también está en productos farmacéuticos, cervezas, refrescos light, postres, aderezos, quesos, productos sin lactosa, conservas de pescados, embutidos, surimi, productos cárnicos, y la lista sigue. Hasta alimentos para mascotas y productos de higiene personal la contienen.
Lo que más interesa: ¿me hace mal?
La respuesta, por el momento no es concluyente. Hay sectores académicos y gubernamentales de peso que dicen que hace daño, y otros que no. Pero el tema está lejos de ser zanjado. La verdad es que la evidencia actual sobre los daños que esta ocasionaría en el ser humano no es comprobada contundentemente, al tiempo que no existe, hay que decirlo, evidencia de que sea un elemento beneficioso a nivel nutricional (más allá del beneficio comercial del producto con buena pinta, que jamás se asienta y no hay que sacudir).
Si es un alimento aparentemente inofensivo ¿por qué tanta controversia?
Precisamente porque no todo está dicho. Hay, por otro lado, razones para sospechar. ¿Qué nos obliga a consumir productos con aditivos que no suman (es decir no son nutritivas), si no es el bombardeo publicitario?
Desde los 60, experimentos en animales y células humanas en el laboratorio dan cuenta de daños en dos áreas: la carragenina puede ser inflamatoria y mostró un (alarmante) efecto cancerígeno en roedores de laboratorio. El principal rostro en contra el aditivo fue la Dra. Joanne Tobacman, veterana científica de la Universidad de Chicago, quien tras revisar 45 estudios sobre el tema, concluyó en el 2001 que “la carragenina degradada debía ser reconsiderada”. Tobacman formalizó un pedido a la FDA (Food and Drug Administration) en el 2008 para que se prohíba el aditivo, aunque la organización la desatendió al considerar que la solicitud carecía de evidencia científica. La Unión Europea permite su uso, aunque por precaución (atención a esta palabra), se prohíbe en lactantes.
Finalmente, para añadir (o restarle puntos a la carragenina), un reciente estudio publicado en marzo concluye que esta podría recrudecer los cuadros de colitis ulcerativa. No obstante, para los expertos, la muestra (12 individuos) es pequeña.
¿Cómo debo proceder?
Habría, en cualquier caso, que ser cautos. Una vez más, el debate no está cerrado y aún faltan estudios concluyentes sobre su presunto estatus de dañino, y por otra parte, sabemos que la carregenina, nutritiva no es. “Lo chocante aquí es que no posee valor nutricional”, afirma Charlotte Vallaeys, experta del Instituto Cornucopia, EEUU, organización defensora de los cultivos familiares. El uso de la carragenina es además innecesario: el rótulo “agítese antes de usar” en el empaque de los productos solucionaría uno de los problemas que justifican su presencia.
Finalmente, no está demás dudar de todo, hasta de lo oficial: no olvidemos que entre el 2011 y 2015, Coca-Cola y Pepsi gastaron millones de dólares en patrocinar a más de 96 organizaciones científicas y médicas de EEUU. El objetivo de ambas multinacionales no era precisamente promover la ciencia, sino silenciar estudios que ventilaran la relación entre el exceso de azúcar y enfermedades como la diabetes o la obesidad.
Si en tu país no está prohibida para tus pequeños, lo mejor sería, como hace Europa evitar ‘alimentarlos’ con estos productos por precaución. Si es que hablar de inflamación, úlceras y cáncer no te asusta lo suficiente como temer por tu salud y variar tus propios hábitos, al menos cuídalos a ellos

Carragenina, enemigo mortal
Recordemos que como mencionamos en nuestro anterior post, sobre los aditivos y conservantes, todo alimento procesado siempre contiene una serie de productos químicos cuya finalidad es lograr que éstos duren almacenados por mucho más tiempo, en perfecta condición, sabor, textura y color….es decir que se vea ¡taaaan delicioso que no puedo comer solo uno!
Seguramente has escuchado sobre la carragenina, pero ¿sabes qués es? Bueno es un extracto de alga roja que se utiliza en diversos alimentos procesados como: cremas, yoghurt, helado, embutidos, margarinas, productos lácteos, panes, productos farmacéuticos, cervezas, refrescos light, postres, natillas, leche condensada, aderezos, productos sin lactosa, conservas de pescados, entre otros con propósito de gelificante, estabilizador y texturizador.
La recolección de esta alga se realiza durante la marea baja, entre la primavera y el otoño en las costas de países como Chile, Perú, Argentina y Francia. El proceso de extracción de la carragenina para su producción industrial se basa en dos de las propiedades de dicha alga: su solubilidad en agua caliente y su insolubilidad en solventes orgánicos polares. Después de un proceso de lavado, triturado y filtrado, se obtiene un jarabe transparente que se somete a otro proceso que finaliza con una obtención de un fino polvo o granulado, insípido e inodoro, de color blanco a beige.
El investigador de dicho aditivo, Joanne Tobacman, explica que las células intestinales absorben muy fácilmente la carragenina, pero no la pueden metabolizar, es decir que en medida que se acumula en nuestro organismo puede causar inflamación, produciendo úlceras, hemorragias, toxicidad fetal, colitis e incluso el cáncer. Nuestro cuerpo reconoce la carragenina como un invasor peligroso y trata de protegernos de ello.
La FDA (organismo que regula los alimentos y medicamentos), ha propuesto desde 1972 limitar el uso de carragenina en los alimentos procesados. A pesar de esto, no se han hecho estudios o revisiones detalladas que alerten sobre sus efectos nocivos a la salud, ya que la información y evidencia existente no es estadísticamente significativa para erradicar su empleo en la industria alimenticia.
La recomendación sería que procures reducir lo más que se pueda el consumo de productos procesados en tu hogar, por tu bien y el de tu familia pero…si quieres de vez en cuando consumirlos aplica los tips que anteriormente les dimos sobre Lectura de etiquetas ; eso sí mucho ojo por que probablemente en su mayoría no venga identificada tal cual como «carragenina» si no con siglas como SIN 407, E407.
Estos artículos a mí me sorprenden por lo menos, y me huelen a comerciales y por lo menos pido tener PRECAUCIÓN