LA INMUNIDAD Y CORONAVIRUS
La inmunidad durante la epidemia de coronavirus real podría ser el doble de la que indican los tests serológicos
La inmunidad que estamos sufriendo durante esta epidemia podría ser el doble de la que indican los tests serológicos
El 40% de positivos sin síntomas no tiene anticuerpos, pero sí células T específicas
Es imprescindible conocer los mecanismos por los que el coronavirus del Covid-19 nos está atacando y para ello es imprescindible conocer su fisiopatología para poder ponerle barreras imprescindibles para su detección y detensión, porque hasta ahora es imparable . Recientemente sabemos que, el 20% de los hospitalizados por Covid-19, con su PCR positivo, no tienen anticuerpos que neutralicen el virus. Han generado inmunidad a través de los linfocitos
La principal diferencia entre la inmunidad celular y la inmunidad humoral son los efectores que en ella intervienen. En la inmunidad celular los mediadores son células, principalmente linfocitos T, en cambio, en la inmunidad humoral son los anticuerpos.
Existen varios tipos de anticuerpos o inmunoglobulinas que utiliza el sistema inmune para identificar y eliminar sustancias extrañas, como bacterias o virus.
Existen muy diversas modalidades de anticuerpos y cada una de ellas tiene varios tipos. Esta gran diversidad de anticuerpos humano permite al sistema inmunitario reconocer una gran cantidad de antígenos.
En los humanos existen 5 grandes tipos de anticuerpos (isotipos). Cada uno de ellos se nombra con las “Ig” de inmunoglobulina, junto a una letra según el tipo de cadena pesada que tienen.:
IgA: cadenas pesadas tipo alfa (α). Contiene cuatro sitios de unión a antígenos. Tienen dos subtipos estructurales, el IgA1 y el IgA2. Es característico de las mucosas, donde cumple una función inmune contra las infecciones, como el tracto respiratorio y digestivo, así como en secreciones (leche materna, lágrimas, saliva).
IgD: cadenas pesadas tipo delta (δ). Se produce en forma de monómeros de 185 kDa aproximadamente y representa el 1% de los anticuerpos séricos, mientras que en el suero, en forma libre, representa el 0.25%. Si bien se desconoce su función específica, se cree que podría estar relacionada con la activación y diferenciación de los linfocitos B en los plasmocitos, así como en la activación de mastoncitos y basófilos.
IgE: cadenas pesadas tipo delta epsilon (ε). Se produce en forma de monómeros de 200 kDa aproximadamente. Es un anticuerpo poco frecuente que representa solamente el 0.02% de las inmunoglobulinas séricas y se encuentra generalmente en las mucosas del sistema intestinal y respiratorio, ofreciendo una protección inmunitaria, especialmente frente a gusanos parásitos.
IgG: cadenas pesadas tipo delta gamma (γ). Se produce en forma de monómeros con un peso molecular de 150 kDa aproximadamente. Es el anticuerpo más abundante en la sangre y en el fluido extracelular. Existen varios tipos de IgG: IgG1, IgG2, IgG3 e IgG4, siendo el más común el IgG1. Estos anticuerpos protegen a casi todos los órganos y tejidos de los agentes patógenos.
IgM: cadenas pesadas tipo mu (μ). En el cuerpo humano, es el anticuerpo más grande, pues su forma libre mayor es un pentámero que puede superar los 900 kDa de peso molecular.
El IgM es el tipo de anticuerpo que produce una respuesta más rápida ante un agente patógeno, por ello es considerado el anticuerpo primordial en la respuesta primaria humoral. Según el tipo de estímulo del que se trate, los linfocitos B que se encuentran activos cambiarán hacia los isotipos IgG, IgE o IgA en la respuesta secundaria humoral.
El 40% de positivos sin síntomas no tiene anticuerpos, pero sí células T específicas
La inmunidad frente al coronavirus de la Covid-19 es un importante galimatías que se intenta desenredar a toda velocidad en cientos de lugares del mundo simultáneamente, para saber por dónde ponerle coto. Y uno de los hallazgos recientes es que, aunque el 20% de los hospitalizados por Covid-19, con su PCR positivo, no tiene anticuerpos que neutralicen el virus, sí han generado inmunidad. Pero de otro tipo, a través de los linfocitos.
Es lo que están investigando en uno de los proyectos que lleva a cabo el consorcio de IrsiCaixa (Can Ruti), el CReSA, Grifols y el supercomputador MareNostrum (BSC). El Instituto Karolinska ya ha dado a conocer un avance de sus resultados provisionales en esta misma línea de investigación y ven que la respuesta inmunitaria a través de células T es el doble que la que dan los test de anticuerpos entre las personas positivas asintomáticas o con pocos síntomas. Así que la protección de la población, a pesar de que los test de serológicos hayan dado unos resultados muy bajos, podría ser muy superior. Quizás el doble de lo que se pensaba.
“En los pacientes, hospitalizados por Covid-19 han desarrollado anticuerpos eficaces, Sólo el 20% y el 40% tiene muy poco
Los anticuerpos pertenecen a una faceta de la inmunidad, la llamada inmunidad humoral. Es la que fabrica inmunoglobulinas (como las IgG y las IgM). De estas inmunoglobulinas, no todas son capaces de neutralizar al virus y su aparición varía mucho según lo expuesto que hayan estado los infectados. “Por ejemplo, en el 40% de nuestros asintomáticos, o con síntomas muy leves, no hay anticuerpos neutralizantes. Ni siquiera inmunoglobulinas que sean detectables en los test rápidos”, explica Clotet. “Pero eso no quiere decir que no haya respuesta inmune: sí pueden tener inmunidad celular, de la que se ocupan los linfocitos, sobre todo los CD4 y CD8. El trabajo que desarrollan aquí Christian Brander y Julia García pretende identificar dianas de esa inmunidad celular para conseguir una vacuna potente y duradera”. En esa investigación participan los fondos recogidos en la iniciativa YoMeCorono.
Y aún hay más. Muchos ciudadanos del planeta, sin haber estado nunca en contacto con este coronavirus nuevo, se cree que han de¬sarrollado una sensibilización previa eficaz contra el coronavirus, gracias a antígenos comunes de este SARS-CoV-2 con otros virus del resfriado común. Así que puede haber inmunes, capaces de una reacción baja “pero que, de forma rápida incrementan su respuesta al virus y es suficiente para protegerles. Y sin desarrollar inmunoglobulinas”, indica Clotet.
Los test serológicos por lo tanto resultan insuficientes para medir la inmunidad de la población. “Estamos trabajando en una cohorte muy amplia de población para conocer personas expuestas que no tienen anticuerpos neutralizantes. Unos con PCR positiva, otros con PCR negativa pero que son contactos estrechos de positivos y que tienen muchas posibilidades de haber hecho una inmunidad celular, la de los linfocitos”, explica Clotet.
Se puede Complicar un poco más. “Hay personas con inmunidad innata que la desarrollan inmediatamente, a base de interferón. Sin CD4, ni anticuerpos”.
Clotet insiste que nunca se había sabido y estudiado tanto y tan rápidamente un virus, lo que no quita que haya mucho que no se sabe. “Casi todo lo que tenemos es a partir de los pacientes hospitalizados, con cargas virales muy altas. Tenemos que mirar qué pasa en el positivo que no fabrica anticuerpos, en el negativo en contacto estrecho con el virus, en los que no enferman”.
La posibilidad que en la pandemia que estamos sufriendo intervenga más de un germen podría aclarar el problema en cuanto a la producción de inmunidad