El blog del Dr. Enrique Rubio

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EL TRANSHUMANISMO: Y LA INMORTALIDAD HUMANA

EL TRANSHUMANISMO: Y LA INMORTALIDAD HUMANA

Neuronas | Fuente: NIH Image Gallery, Leterrier, NeuroCyto Lab, INP, Marseille, France. (Flickr)

Desde los albores de la humanidad, se ha considerado que es nuestra consciencia quien reside en el cerebro. El cerebro es el que alberga toda la información que dicta quiénes somos, qué debemos hacer y por qué. Es la parte de nosotros que nos otorga la tan estudiada autoconsciencia. Pero ¿y si pudiéramos generar más de repuesto? ¿Y si pudiéramos crear una copia de seguridad? ¿Puede el ser humano burlar a la muerte de esta manera?

Esta idea viene muy desarrollada en una corriente reciente llamada transhumanismo. La idea defiende el desarrollo de la especie a un nivel extracorpóreo. Siempre en los límites de la ciencia y la tecnología y muy alejados del misticismo que suele preceder a estos planteamientos. Digamos que este salto de la humanidad aún sigue muy anidado en la ciencia ficción, con ejemplos tan extendidos como Matrix, pero cada vez deberíamos verlo más cerca. Según Ray Kurzweil, ingeniero de Google, en torno a mediados de este siglo el ser humano podría lograr migrar datos cerebrales al entorno digital.

Ray Kurzweil

Hoy en día, solo hemos conseguido crear lo que los ingenieros de tejidos llaman organoides: una especie de protocerebros capaces de crear pequeñas interconexiones que sirven para testar ciertas funciones cerebrales aisladas. Desde la Universidad de Stanford han conseguido crear este tipo de organoides para ratas.

 

La creación en el laboratorio de estructuras que imitan a los órganos permite estudiar las enfermedades humanas y sus posibles tratamientos.

La técnica ha sido declarada método del año 2017 por la revista Nature Methods.

Michael Eisenstein

Organoide renal derivado de células embrionarias, marcadas en diversos colores, tras su trasplante a un ratón.  Emi Yoshizawa y Takanori Takebe]

Los organoides son cultivos tridimensionales derivados de células madre que presentan una estructura y funcionamiento similares a los órganos.

Estos miniórganos, cuya producción se está perfeccionando, ofrecen modelos cada vez más complejos para estudiar el desarrollo embrionario y las enfermedades humanas, además de proporcionar potentes herramientas para los tratamientos personalizados.

No obstante, todavía están lejos de generar órganos completamente funcionales, debido en parte a la dificultad que supone incorporar ciertos elementos esenciales, como un sistema circulatorio que sostenga su total desarrollo.

Dentro de cada célula madre hay un órgano latente. Aunque los biólogos lo saben desde hace generaciones, hace poco que ha aprendido con qué facilidad puede despertarse ese potencial en los cultivos celulares.

Investigadores de todo el mundo convierten células madre en conjuntos tridimensionales organizados, u «organoides», que imitan la estructura y la función de órganos tan diversos como el colon o el cerebro. «La capacidad que tienen estas células, tras cientos de millones de años de evolución, para construir estructuras de orden superior es increíble», afirma Hans Clevers, del Instituto Hubrecht de los Países Bajos y una autoridad en este campo.

Muchos investigadores refieren que descubrieron esa capacidad por casualidad. Así, Madeline Lancaster obtuvo organoides cerebrales por un accidente afortunado, mientras cultivaba células madre neurales de ratón durante su trabajo posdoctoral en el laboratorio de Jürgen Knoblich, en el Instituto de Biología Molecular de Austria. «Nos habían sobrado unos reactivos que sirven para que las células se adhieran a la placa, pero tal vez se habían estropeado porque las células no se adherían», comenta Lancaster. «En lugar de ello, formaron unas estructuras esféricas tridimensionales muy interesantes.» Cuando transfirió esas esferas a un sustrato sólido, dieron lugar a estructuras corticales sencillas sin apenas más intervención. Cerebro: ¿Puede un cerebro en miniatura creado en laboratorio tener consciencia? | Público

EL objetivo es crear un cerebro en miniatura en un cultivo, para estudiar sus propiedades

Si bien esas formaciones primitivas constituyen solo un punto de partida, los investigadores se están esforzando para que la producción de organoides sea más robusta, reproducible y representativa de los tejidos vivos. Su trabajo está dando buenos frutos y los primeros estudios han dejado patente la utilidad de los organoides como herramientas para la biología del desarrollo, la investigación de enfermedades y la medicina regenerativa. Todo ello ha motivado que la revista Nature Methods eligiera los organoides como la técnica del año 2017.
Aunque el cultivo celular tridimensional se remonta a hace más de un siglo, el trabajo fundamental de investigadores pioneros como Mina Bissell, del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, ha demostrado en tiempos más recientes que las células pueden ensamblarse en estructuras tridimensionales que reflejan su organización y comportamiento in vivo. Los organoides, tal y como suelen caracterizarse hoy en día, se construyen a partir de células madre adultas o pluripotentes, proporcionan modelos capaces de reproducir el desarrollo o la hemostasia tisular y también reflejan la configuración genómica del donante.

Gran parte de la labor reciente sobre los organoides se ha centrado en estructuras tisulares relativamente sencillas, como el tubo digestivo. En un trabajo fundamental publicado en 2009, el grupo de Clevers estimuló a células madre adultas individuales para que formaran estructuras tridimensionales que imitaban a las criptas y vellosidades del intestino delgado. El laboratorio de Jason Spence, en la Universidad de Michigan, también ha demostrado su competencia para generar organoides que reproducen la estructura y la función del duodeno y el íleon a partir de células madre embrionarias (CME) o células madre pluripotentes inducidas (CMPI). «Se diferencian en células caliciformes que fabrican moco y lo segregan a la luz de los organoides», «y generan enterocitos capaces de absorber aminoácidos y péptidos pequeños».

Teniendo en cuenta que crear un órgano artificial es todo un reto para la ciencia y la ingeniería hoy por hoy, ¿cómo hacemos una copia de seguridad de nuestra conciencia? No la podemos introducir en un órgano similar y tenerlo ahí por si acaso muere nuestro cuerpo, ya que la tecnología solo llega a hacer pequeños cerebros con funciones limitadas. La ciencia de datos y la informática tienen la clave.

Convertir aquello que nos conforma en datos digitales parece descabellada. Hay que enfrentar dos grandes problemas que todavía no están a nuestro alcance.

La primera barrera a superar es la del estudio de todas las conexiones neuronales. Para poder emular el cerebro debemos tener en cuenta sus interconexiones. Estas interconexiones son casi cien mil millones, un número incapaz de manejar por un ordenador actual.

Esto nos traslada a la segunda idea a traspasar. No solo debemos estudiar estas conexiones a nivel eléctrico para poder emular nuestros recuerdos o pensamientos, sino que hay que añadir el plano molecular. Sobre este nivel, de hecho, no se tiene aún suficiente conocimiento.

Esta idea también explorada en la serie de Netflix Altered Carbon quedaría, por tanto, lejana. No sabemos si hasta el punto de dicha serie (año 2384) o antes, pero lo que es seguro es que la ciencia llega a sitios que creemos imposibles, superando con creces a la ciencia ficción.

Podríamos fabricar un órgano aire que sustituyera a un cerebro reaccionado en la parte dañada

Pero identificar esta estructura de tantos millones de neuronas y millones de comunicaciones entre ellas no sería nada fácil.

Teniendo en cuenta además que estamos sometidos a una producción que continuamente destruye estructuras nerviosas y tienen que ser reemplazadas.

Esto en cuanto a la arquitectura del cerebro pero no digamos en cuanto a contenido de su conciencia cuya relación con la estructura orgánica del cerebro no tiene por qué coincidir

De todas formas los árboles y algunos peces viven mucho tiempo y algunos como los de Cefalopodos pueden ser eternos.

Es posible que podamos conseguir esto con el tiempo pero primero tenemos que estar seguro de cómo engarzamos la parte del parénquima cerebral alterada, y el contenido intelectual necesario para que actúen.

La llegada de la informática supone que una cantidad de nuevas cosas pueden estar a nuestro alcance pero antes de llevarla a la práctica necesitamos conocer más la arquitectura del cerebro las piezas que se repiten y sobran y el contenido espiritual cómo es y dónde se aloja. Está claro que el hombre es un buscador un curioso y esto le puede abrir puertas.

Pero vivimos una época donde las enfermedades son múltiples y se prolongan cada día y hay que curar una por una y evitar los agentes poluciónantes que fabrican sustancias que promueven la inflamación, que a fin de cuentas y en nuestros días es la mortificante y muy probablemente la informática solucionará estos problemas y no muy tarde.

Pero la prudencia debe percibir presidir nuestros actos y sobre todo pedir a Dios que nos ilumine que lo necesitamos

Bibliografia

Mina Bissell, del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley

Jason Spence, en la Universidad de Michigan, también ha demostrado su competencia para generar organoides

Nature Methods eligio los organoides como la técnica del año 2017.

Emi Yoshizawa y Takanori Takebe organoide renal derivado de células embrionarias, marcadas en diversos colores, tras su trasplante a un ratón.

 Miguel Grande

Ray Kurzweil

Madeline Lancaster obtuvo organoides cerebrales

Image Gallery, Leterrier, NeuroCyto Lab, INP, Marseille, France. (Flickr)

Ray Kurzweil, ingeniero de Google,

 

REPRODUCCION DEL HOMO SAPIENS

LA REPRODUCCIÓN DEL HOMO SAPIENS Y SUS PARIENTES extinción de los neandertales puede h

La reproducción entre nuestros ancestros Homo sapiens y sus parientes ha dado lugar a la presencia de ADN neandertal en los genomas de muchos seres humanos vivos en la actualidad | foto Gorodenkoff en depositphotos.com

Hacer el amor, no la guerra, podría haber sido la causa de la extinción de los neandertales. Mientras que alrededor del 2% del genoma de todas las personas que descienden de las que viven fuera de África procede de los neandertales, hay muy pocas pruebas de que este proceso haya ido en sentido contrario.

Un nuevo trabajo, publicado en la revista PalaeoAnthropology, plantea la posibilidad de que el mestizaje con nuestros antepasados hubiera reducido el número de neandertales que se reproducían entre sí, lo que habría provocado su eventual extinción.

Aunque hasta la fecha sólo se han secuenciado 32 genomas de neandertales, lo que deja abierta la posibilidad de que la falta de ADN de Homo sapiens en su genoma sea en realidad una peculiaridad del muestreo, los autores esperan que los avances en la tecnología de secuenciación del ADN puedan resolver esta hipótesis al poner a disposición más genomas.

El profesor Chris Stringer, jefe de investigación sobre la evolución humana del Museo de Historia Natural de Londres, es el autor del nuevo artículo junto con su colega, la Dra. Lucile Crété.

Chris afirma: Nuestro conocimiento de la interacción entre Homo sapiens y neandertales se ha hecho más complejo en los últimos años, pero todavía es raro ver una discusión científica sobre cómo ocurrió realmente el mestizaje entre los grupos.Proponemos que este comportamiento podría haber llevado a la extinción de los neandertales si se reproducían regularmente con los Homo sapiens, lo que podría haber erosionado su población hasta su desaparición.

Los primeros encuentros entre neandertales y Homo sapiens

Los neandertales y los Homo sapiens divergieron entre sí hace unos 600.000 años y evolucionaron en zonas muy diferentes del mundo. Se han encontrado fósiles de neandertales en toda Europa y Asia, llegando hasta el sur de Siberia. Se cree que pasaron al menos 400.000 años evolucionando en este entorno, adaptándose a un clima predominantemente más frío que el actual.

Mientras tanto, los ancestros de nuestra especie evolucionaron en África. Actualmente no se sabe con certeza si los Homo sapiens son descendientes directos de un grupo de antiguos homininos africanos o si son el resultado de la mezcla de diferentes grupos repartidos por el continente.

Según los datos genéticos, parece que las dos especies se encontraron por primera vez cuando el Homo sapiens empezó a hacer incursiones ocasionales fuera de África hace unos 250.000 años. Sin saber exactamente cómo eran o se comportaban los neandertales, sólo podemos especular sobre lo que los Homo sapiens habrían pensado de sus parientes, dice Chris. Las diferencias lingüísticas habrían sido probablemente mayores de lo que podríamos imaginar, dada la profundidad temporal de la separación, y habrían sido mucho mayores que las existentes entre las lenguas modernas.

Neandertales representados en el Museo de Historia Natural de Viena | foto kulakov en depositphotos.com

La barrera lingüística podría haberse visto reforzada por los atributos individuales de ambas especies, ya que las comparaciones entre neandertales y Homo sapiens sugieren que los cerebros y el aparato vocal de las especies eran diferentes. Los genomas de los neandertales también muestran que casi 600 genes se expresaban de forma diferente entre nuestra especie y la suya, sobre todo los asociados a la cara y la voz.

Otra diferencia destacada habría sido la frente, ya que los neandertales poseían una cresta frontal prominente que podría haber sido utilizada para la comunicación social. Sin embargo, las señales que estas crestas intentaban transmitir bien podrían haberse perdido en nuestros antepasados. Algunos estudios sugieren que la reducción de las crestas de las cejas permitió a los Homo sapiens recurrir a ellas para transmitir una serie de señales más sutiles y temporales.

En cualquier caso, estos encuentros acabaron conduciendo a la reproducción entre ambas especies, pero la forma exacta en que esto ocurrió también está rodeada de misterio.

El mestizaje entre neandertales y Homo sapiens

Sabemos que nuestra especie se cruzó con los neandertales desde que se secuenciaron los primeros genomas de nuestros parientes. Sin embargo, los genes neandertales que tenemos hoy en día no son el resultado de estas primeras interacciones esporádicas que tuvo el Homo sapiens cuando salió de África. En cambio, proceden de las migraciones mucho más amplias que los humanos modernos emprendieron hace unos 60.000 años.

El mestizaje en esta época pudo ser el resultado de un cortejo mutuo o pudo ser menos amistoso. Los encuentros entre grupos separados de nuestros parientes vivos más cercanos, los chimpancés, muestran pruebas de ambos comportamientos.

El éxito del mestizaje parece depender de la pareja exacta que se reproducía. Hasta ahora no hay pruebas de la genética del Homo sapiens en los genomas de los neandertales tardíos que datan de hace 40–60.000 años.

Es posible que esto se deba al propio proceso de hibridación, ya que algunas especies sólo son capaces de producir descendencia en determinadas direcciones. Por ejemplo, el polen de la planta Capsella rubella puede fecundar con éxito las semillas de Capsella grandiflora, pero no al revés.

Capsella rubella en Cruz de Tejeda, Gran Canaria | foto Krzysztof Ziarnek, Kenraiz en Wikimedia Commons

La falta de ADN mitocondrial, que se hereda a través de las hembras, de los neandertales en los seres humanos vivos se ha sugerido como prueba de que sólo los neandertales masculinos y los Homo sapiens femeninos podían aparearse, pero también hay algunas pruebas de que los híbridos masculinos pueden haber sido menos fértiles que las hembras.

Con menos neandertales reproduciéndose entre sí y con grupos ya pequeños y dispersos debido al medio ambiente, la hibridación fuera de los grupos familiares neandertales podría haber contribuido a empujar la especie hacia el declive. Sin embargo, por el momento no hay suficientes pruebas para decidir en uno u otro sentido.

No sabemos si el aparente flujo genético unidireccional se debe a que simplemente no se produjo, a que la reproducción tuvo lugar pero no tuvo éxito o a que los genomas neandertales que tenemos no son representativos, afirma Chris.

A medida que se secuencien más genomas neandertales, podremos comprobar si el ADN nuclear del Homo sapiens se transmitió a los neandertales y demostrar si esta idea es correcta o no». En el futuro, la investigación también podría analizar cuestiones similares relacionadas con otra especie de homínidos conocida como los denisovanos, lo que nos daría una idea más clara de cómo interactuaba nuestra especie con sus parientes más cercanos.

Fuentes

The Natural History Museum | Chris Stringer, Mapping Interactions of H. neanderthalensis and Homo sapiens from the Fossil and Genetic Records, PaleoAnthropology Vol. 2022 No. 2 (2022), DOI:doi.org/10.48738/2022.iss2.130

 

NEANDERTALES

NEANDERTALES

Crean minicerebros de Neandertales

Neandertales

Nuestros antepasados sapiens y los neandertales compartieron cama. De aquellos escarceos venimos nosotros, que, por lo que delata nuestro genoma, tenemos entre un 1 y un 4% de ADN Neandertal según de dónde seamos. Esto ya nos dice que no debíamos ser tan diferentes cuando las dos especies podían reproducirse y dar lugar a descendientes fértiles

Posiblemente, lo primero en lo que pensemos sea en el lenguaje. Claramente, los Homos sapiens hemos llevado la comunicación a otro nivel difícilmente comparable con el del resto de animales.

Tenian lenguaje los neandertales?.

No podemos saberlo con total seguridad, aunque hay cada vez más indicios de que poseían (al menos), la capacidad de hablar y un pensamiento simbólico que podría haber dado lugar a un lenguaje complejo, como el nuestro, aunque limitado por el desarrollo cultural de su momento y otras contingencias.

Por ejemplo, el hueso hioides, ubicado en la garganta e implicado en la fonación, tenía en los neandertales una anatomía compatible con el habla, dando espacio a su laringe para la producción de sonidos complejos, como los nuestros. Ahora mismo, por lo tanto, el consenso científico está claro: es muy posible que los neandertales hablaran de forma no muy diferente a los sapiens de su tiempo.

Una serie de datos físicos y sociales, nos aparean a los sapiens con los Neandertales

Los ritos son otro de nuestros rasgos por excelencia, vertebran nuestra cultura, desde sus expresiones más rurales hasta las más tecnológicas. Y, si hablamos de ritos prehistóricos, es inevitable pensar en aspectos religiosos. Algunos estudios de principios del siglo pasado sugirieron que los neandertales tenían ritos funerarios aparentemente espirituales. Y, si bien es cierto que aquellas investigaciones fueron refutadas, desde entonces hemos encontrado enterramientos neandertales acompañados de cuernos y huesos de animales. Posiblemente, había algo más que pura practicidad en estos enterramientos, que no solo buscaban apartar el cadáver de la comunidad por motivos sanitarios o para que no se acercaran las alimañas, sino con algún propósito algo más trascendental.

Arte no era ajeno a los Nneandertales, se pintaban la piel con pigmentos que producían ellos mismos. Esto no es una prueba irrefutable de la percepción estética neandertal, ya que podía deberse a otros propósitos, desde infundir temor en el enemigo, hasta usarlo como pintura de ojos para desviar el desagradable reflejo del Sol.

Las pinturas más antiguas de nuestra península no son de sapiens, sino de neandertales. Y además los neandertales producían objetos decorativos. Si ponemos todo esto en conjunto veremos que se hace algo más complejo negar la percepción estética de los neandertales.

La gastronomía con su complejidad y abstracción los neandertales dominarban el fuego, y parecían usarlo para cocinar sus alimentos, tanto carnes como vegetales. Y eso sí lo sabemos con bastante certeza, porque se han encontrado restos de alimentos cocinados en sus yacimientos.

Medicina

Por aquel entonces nuestros antepasados sapiens estaban empezando a desarrollar su protomedicina, lo que debemos preguntarnos es si los neandertales tenían su propia versión. La respuesta, una vez más, parece ser afirmativa. En el sarro quedan atrapadas muchas sustancias y, gracias a ello, sobreviven al paso del tiempo. Así es como sabemos que un neandertal aquejado de una infección dental había consumido un hongo con ciertas propiedades antibióticas. Y, si queremos ser más rotundos y entender esa protomedicina como el cuidado a los enfermos y ancianos, encontraremos muchos ejemplos más de esqueletos mutilados o con lesiones serias cuyos huesos tuvieron tiempo para recuperarse, lo cual significa que recibieron cuidados de su tribu.

Los neandertales eran diferentes a nosotros en muchos aspectos, pero sorprendentemente parecidos. Porque si efectivamente tenían lenguaje, una percepción artística, rituales, pensamiento simbólico, cocina y protomedicina.

Llamarles humanos o no hacerlo es pura semántica.

Por otro lado, los neandertales no eran sapiens, había muchas diferencias entre nosotros. Sabemos que su altura era comparable a la de nuestros antepasados, pero su masa muscular era mucho mayor. Eso requería de más oxígeno, por lo que su tórax era más ancho. Su nariz era más gruesa y el ceño era mucho más pronunciado. La mandíbula también era más robusta y, aunque todo ello pueda sonar bastante burdo, su cara podría haber pasado por la de un humano contemporáneo, uno raro, pero dentro de lo convencional. El otro rasgo que nos diferenciaba de ellos era su cerebro, que resultaba ser mayor que el nuestro.

El volumen del cráneo no es en nuestros días un dato de valor intelectual.

Esto nos significa que fueran necesariamente más inteligentes que nosotros, podía ser una necesidad para controlar mejor su mayor corpulencia, como sabemos que ocurre en otros animales. Sin embargo, tampoco podemos descartar que, efectivamente, los neandertales nos sobrepasaran en algunas habilidades congnitivas.

ADN PREHISTÓRICO QUE ACLARA LA EVOLUCIÓN HUMANA

Svante Pääbo, con un modelo de cráneo de neandertal

Svante Pääbo, con un modelo de cráneo de neandertal

Lo que si parece importante es el trabajo de Svante Pääbo

Que encuentra que afirma que el ADN prehistórico que han cambiado la comprensión de la evolución humana han sido galardonados con el premio Nobel de Medicina de este año. En 2014, se secuenció por primera vez el genoma de un neandertal, entre otras modificaciones genéticas se identificaron 96 aminoácidos (los componentes básicos que forman las proteínas) que difieren entre los neandertales y los humanos modernos. Desde entonces, se han estudiado todas para averiguar cuáles de ellas ayudaron a los humanos modernos a superar a los neandertales y a otros homininos.

La Asamblea Nobel del Instituto Karolinska de Estocolmo ha concedido el premio al sueco Svante Pääbo, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig (Alemania).

Pääbo ha sido reconocido «por sus descubrimientos sobre los genomas de homininos extinguidos y sobre la evolución humana», según el veredicto de la Asamblea Nobel.

«A través de su investigación pionera, Svante Pääbo logró algo aparentemente imposible: secuenciar el genoma del neandertal, un familiar extinguido de los humanos actuales». «También realizó el descubrimiento sensacional de un hominino anteriormente desconocido, el denisovano».

Pääbo descubrió asimismo que los Homo sapiens y los neandertales se aparearon y tuvieron descendencia en común. Por ello, entre el 1% y el 4% del genoma de todas las personas de ascendencia europea o asiática es de origen neandertal.

“Estos descubrimientos sientan las bases para explorar lo que nos hace singularmente humanos».

Pääbo es hijo del bioquímico sueco Sune Bergström, que también ganó el premio Nobel de Medicina -lo hizo en 1982 por el descubrimiento de las prostaglandinas-.

Pääbo ha mantenido relación con investigadores españoles en las dos útimas décadas. De las seis investigaciones que la Asamblea Nobel cita como «publicaciones clave» en la carrera de Pääbo, dos tienen coautores españolas.

La primera fue la publicación del genoma completo de los neandertales en Science en 2010, que se basó en parte en restos hallados en la cueva del Sidrón en Asturias y en la que participaron el paleontólogo Antonio Rosas (director de las excavaciones del Sidrón, del Museo Nacional de Ciencias Naturales en Madrid), los especialistas en genómica Carles Lalueza-Fox y Tomàs Marquès-Bonet (del Institut de Biologia Evolutiva en Barcelona), y los prehistoriadores Javier Fortea y Marco de la Rasilla (de la Universidad de Oviedo). Todos ellos aparecen citados en el comunicado de la Asamblea Nobel que anuncia la concesión del premio a Pääbo.

Cita de nuevo a Tomàs Marquès-Bonet como coautor de la investigación sobre los denisovanos que Pääbo publicó en Nature en 2010.

EVOLUCIÓN HUMANA

La mutación de un gen impulsó la evolución del cerebro de los humanos modernos

Un pequeño cambio en el gen TKTL1  impulsó el crecimiento neuronal.

Reseñas

Sara Reardon

IGNACIO CRESPO@SdeStendhal

Tomàs Marquès-Bonet como coautor de la investigación sobre los denisovanos

Svante Pääbo, publicado en Nature en 2010.

 

EL ADN DE NEANDERTALES DE RUSIA

EL ADN DE NEANDERTALES DE RUSIA

Por primera vez se ha hallado un grupo de neandertales con relación genética. Gracias al estudio del ADN sabemos cómo se organizaban, sus miembros, y quiénes pertenecían al clan.

Es el estudio de mayor dimensión en el que más neandertales se han podido relacionar. Una especie de familia, 13 homínidos, un estudio que además confirma la teoría pasada de un grupo de españoles

 

Coincide además   con el Nobel de Medicina Svante Pääbo  por sus estudios y descubrimientos sobre el genoma de homínidos extintos.

Unos científicos han estudiado el ADN de trece neandertales

Antonio Rosas, investigador del CSIC, que analizaba los datos que ha arrojado el estudio y los comparaba con otro que su propio equipo había realizado hace unos años. Las conclusiones son muy similares a la hipótesis que los investigadores del Consejo Superior de Investigaciones.

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Natalia Garriga Ibánez, consejera de Cultura de la Generalitat d Cataluña, y Eudald Carbonell Roura, coodirector del yacimiento de Capellades, posan juntos con los restos del cráneo de un neandertal encontrados en el yacimiento del Abric Romaní en Capellades / EFE

Un estudio del ADN de 13 neandertales

El ADN de trece neandertales encontrados en Siberia, en dos cuevas diferentes, que vivieron en ellas hace más de 50.000 años. Con este estudio, se han obtenido diferentes conclusiones que nos permiten saber un poco más sobre nuestros antepasados,

“Este estudio lo protagoniza el Instituto de Antropología Evolutiva de Alemania. Lo que han hecho es secuenciar el ADN de diferentes huesos de este grupo de neandertales: varones, mujeres y niños. Y no solo se trata de un descubrimiento único, sino que además es el de mayor tamaño”, aclaran ambos presentadores. Todos los homínidos están relacionados entre sí, aunque no sabemos el grado de relación.

Antonio Rosas, investigador del CSIC, aclara que se trata de “un grupo reproductor cercano, un grupo de neandertales o una comunidad reproductiva. Lo que se pone de manifiesto es el descubrimiento por datos genéticos de un grupo de neandertales que tienen lazos de parentesco”. Según apunta, se trata de relaciones “paternofiliales o más distantes, pero datos genéticos próximos, lo que supone un paso más en el conocimiento de esta especie, en la organización de los grupos sociales, circunstancia que hasta hace poco era muy esquiva porque desde el registro arqueológico es complicado aprender estas variables cercanas”.

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Un trabajo científico con tecnología puntera y con antecedentes en el CSIC

El estudio constituye un paso más con el que las relaciones entre ellos se esclarecen bastante. Pero que sin la tecnología propia, no podrían haberlo llevado a cabo. Este estudio se ha desarrollado en Alemania con la mejor tecnología posible, como explica el investigador del CSIC: “Un trabajo muy sofisticado con un aparato estadístico muy potente y de primera línea, y ahí están los resultados”.

A esos resultados genéticos hay que añadir que es la primera vez que se lleva a cabo un análisis tan grande: “Se ha abordado de una manera más masiva, porque una vez que las técnicas se van depurando y sofisticando, permite el manejo de datos cada vez mayores”, subraya Rosas. La parte que se hereda de las madres era una proporción mayor. ¿Esto qué sugiere? Que las mujeres eran quiénes se desplazaban en este clan, migraban de un sitio a otro, siempre próximo. Como las dos cuevas en las que han encontrado a estos neandertales. Y esta conclusión, ya se obtuvo tiempo atrás: el grupo de investigación de Antonio, estudió en El Sidrón, Asturias, esto mismo pero unos años antes.

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“Proponíamos relaciones de parentesco entre los individuos y llegábamos a la misma conclusiones: que los grupos de neandertales eran al principio de pequeño tamaño y las prácticas endogámicas eran frecuentes y que eran las mujeres las que cambiaban de grupo”.

Y es que se trata de una estrategia de localidad: los masculinos se quedan en el grupo parental y los femeninos los que cambian. Y la proximidad también ha jugado a favor de que esto sucediera. Las dos cuevas estaban relativamente cerca y por eso esta migración que hacían las mujeres podía darse. “Un grupo de neandertales vive a este lado de la cordillera y, al otro lado de la montaña, otro grupo. Por lo que podía haber un flujo de mujeres entre estas mujeres”.

Autores

Svante Pääbo  Nobel de Medicina por sus estudios y descubrimientos sobre el genoma de homínidos extintos.

Expósito y Pilar García Muñiz en La Linterna.

Antonio Rosas, investigador del CSIC Instituto de Antropología Evolutiva de Alemania

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EL CULTIVO DE ORGANOIDES 

EL CULTIVO DE ORGANOIDES

No solo está de moda, sino aprovechando los métodos rapidos de difusión se hace propagando en cuanto se puede.

No obstante me parece interesante como se están simplificando estos metodos que ya están al alcance de cualquier laboratorio.

Y da igual donde se hace propaganda lo importante es vender pero al mismo tiempo difundir el conocimiento

ULTIMATRIX está calificado para el cultivo de organoides,

¿El extracto de membrana basal de factor de crecimiento reducido Cultrex UltiMatrix?

Reduced Growth Factor Basement Membrane Extract es un nuevo hidrogel de matriz extracelular soluble especialmente formulado que está diseñado para mejorar el rendimiento y la consistencia de los cultivos celulares 2-D y 3-D. Las características de esta matriz incluyen una concentración de proteína elevada, niveles mejorados de entactina, alta resistencia a la tracción y claridad y pureza sólidas. Cultrex UltiMatrix RGF Basement Membrane Extract está calificado para el cultivo de células organoides, la formación de esferoides y la expansión y el mantenimiento de células madre pluripotentes embrionarias o inducidas, junto con otras aplicaciones de cultivo de células 2-D y 3-D.

Nuestros científicos de desarrollo han probado rigurosamente el extracto de membrana basal Cultrex UltiMatrix RGF para que los investigadores puedan estar seguros de que sus condiciones de cultivo serán reproducibles de un experimento a otro. Cultrex UltiMatrix RGF Basement Membrane Extract apoya el crecimiento de organoides robustos y difíciles de cultivar, la incorporación de adhesión ultrabaja para esferoides y el recubrimiento de capa delgada para la expansión y el mantenimiento de células madre embrionarias e iPSC. También se realizaron pruebas de comparación lado a lado con el extracto de membrana basal comercial líder y demostraron que el extracto de membrana basal Cultrex UltiMatrix RGF tiene concentraciones de proteína y tasas de gelificación más consistentes en todos los lotes.

Imágenes de organoides cultivados con extracto de membrana basal Cultrex UltiMatrix RGF

Human lung organoids grown in Cultrex UltiMatrix RGF BME and stained for Cytokeratin 5, p63, Podoplanin, Muc5a, and SOX2.

iPSC-derived cerebral organoids (day 45) grown in Cultrex UltiMatrix BME and stained for Syto16, Pax6, and Vimentin. Cerebral Organoids Grown in Cultrex UltiMatrix RGF Basement Membrane Extracto de membrana de sótano Cultrex™ UltiMatrix RGF

Organoides de pulmón humano cultivados en extracto de membrana basal Cultrex UltiMatrix RGF. Células madre adultas aisladas de tejido de biopsia de pulmón humano se incluyeron en extracto de membrana basal de factor de crecimiento reducido Cultrex UltiMatrix (R&D SystemsTM, n.° de catálogo BME001-05) y se cultivaron en medios durante 20 a 60 días. Los organoides pulmonares pudieron diferenciarse y exhibir marcadores para varios tipos de células del pulmón. A) Los organoides de pulmón se tiñeron con anticitoqueratina 5 (KRT5) (verde; Novus BiologicalsTM, n.° de catálogo NB110-56916) y con anti-p63/TP73L (rojo; R&D Systems, n.° de catálogo AF1916) para visualizar las células basales. B) Los organoides pulmonares se tiñeron con antipodoplanina (PDPN) (verde; Novus Biologicals, nº de catálogo NB600-1015) para visualizar las células alveolares de tipo I. C, D) Los organoides de pulmón se tiñeron con anti-Muc5ac (verde; Novus Biologicals, n.º de catálogo NBP2-15196) para visualizar células caliciformes y con anti-Sox2 (rojo; R&D Systems, n.º de catálogo MAB2018). Todas las muestras se contrastaron con la tinción nuclear DAPI (azul; Tocris, nº de catálogo 5748).

 

Organoides cerebrales cultivados en extracto de membrana basal Cultrex UltiMatrix RGF. Los organoides cerebrales derivados de iPSC (día 45) se cultivaron usando Cultrex UltiMatrix RGF Basement Membrane Extract (R&D Systems, Catalog # BME001-05) y se tiñeron para Syto16 (azul), Pax6 (rojo) y vimentina (verde). A) Imágenes tomadas con un aumento de 4x. B) Una vista ampliada del área que se muestra dentro del cuadro blanco en la parte A de la figura. C) Imágenes tomadas con un aumento de 15x. Imágenes cortesía de LifeCanvas Technologies.

¿Qué es el extracto de membrana basal de factor de crecimiento reducido Cultrex UltiMatrix?

Cultrex UltiMatrix Reduced Growth Factor Basement Membrane Extract es un nuevo hidrogel de matriz extracelular soluble especialmente formulado que está diseñado para mejorar el rendimiento y la consistencia de los cultivos celulares 2-D y 3-D. Las características de esta matriz incluyen una concentración de proteína elevada, niveles mejorados de entactina, alta resistencia a la tracción y claridad y pureza sólidas. Cultrex UltiMatrix RGF Basement Membrane Extract está calificado para el cultivo de células organoides, la formación de esferoides y la expansión y el mantenimiento de células madre pluripotentes embrionarias o inducidas, junto con otras aplicaciones de cultivo de células 2-D y 3-D.

Nuestros científicos de desarrollo han probado rigurosamente el extracto de membrana basal Cultrex UltiMatrix RGF para que los investigadores puedan estar seguros de que sus condiciones de cultivo serán reproducibles de un experimento a otro. Cultrex UltiMatrix RGF Basement Membrane Extract apoya el crecimiento de organoides robustos y difíciles de cultivar, la incorporación de adhesión ultrabaja para esferoides y el recubrimiento de capa delgada para la expansión y el mantenimiento de células madre embrionarias e iPSC. También se realizaron pruebas de comparación lado a lado con el extracto de membrana basal comercial líder y demostraron que el extracto de membrana basal Cultrex UltiMatrix RGF tiene concentraciones de proteína y tasas de gelificación más consistentes en todos los lotes.

Imágenes de organoides cultivados usando Cultrex UltiMatrix RGF Basement

 

LA INFLUENCIA DEL PASADO EN NUESTRA PSIQUE

COMO INFLUYO EL PASADO EN NUESTRO PSIQUE

Sigo aprendiendo, ergo soy joven. Nací en Durango, pero elegí vivir en Barcelona. He descrito el síndrome de Ulises en inmigrantes ante el Parlamento Europeo. La psicodiversidad es nuestra garantía genética de supervivencia. Ayudemos a los inadaptados hoy, porque su diversidad nos ayudará mañana. Mi investigación, libros y artículos se pueden seguir en www.josebaachotegui.com.

Joseba Achotegui,psiquiatra, investiga y enseña psicopatología evolucionista en la UB

 

El poder de ser diversos

Los humanos “raros”, tal vez hoy tachados de enfermos mentales, en realidad son portadores de genes que fueron valiosos en otras circunstancias y constituyen el acervo genético que permitiría a la humanidad adaptarse a los cambios del medio. Los genes del anoréxico en épocas de escasez salvaron a los débiles poniendo sus calorías a su disposición. Y el hoy obeso porta genes que ayudarían a la especie en una hambruna mejorando su acumulación de energías; los asperger, antaño inadaptados, son hoy grandes informáticos; y quienes sufren el síndrome de Moisés quizás un día, como Gengis Kan, vuelvan a repoblar la tierra… Achotegui investiga y defiende la diversidad genética y cultural, que garantiza la supervivencia de la especie. De ahí que los más adaptados deban ayudar hoy a los menos para que todos tengamos un futuro.

Putin es un loco o un patriota? Lo que podríamos considerar sin duda una locura es su imperialismo ruso, como toda ideología que presupone la superioridad de un grupo humano sobre otro.

¿Su ultra nacionalismo le enloquece? Nietzsche definió bien su caso: “La locura en individuos es más bien rara; pero es la norma en partidos y naciones…”.

¡Qué nos va a contar! Pero como investigador evolucionista constato que esas personas que consideramos “raras” por sus características mentales o incluso enfermas, cuando solo son diversas, no son una desgracia, sino una necesidad para que evolucionemos como especie.

¿Son necesarios los locos? Todo el espectro de sus diversidades constituye el acervo genético que va aprovechando la humanidad para ir adaptándose a los cambios del medio. Nos ayudan a evolucionar.

¿Si cambia nuestro entorno, los que hoy son los mejores serían unos inadaptados? Si, como quería Hitler, todos fuéramos una única “raza pura”, pereceríamos, porque al ser todos iguales no podríamos adaptarnos a los cambios del entorno. Desapareceríamos.

¿Acumular grasa aunque comieras poco fue una ventaja en tiempos de hambruna? Y hoy, en cambio, con dulces en cada esquina es una epidemia de obesidad. Del mismo modo, la tendencia a la anorexia de algunos pudo servir –y tal vez un día sirva– para que el resto del grupo pudiera aprovechar sus calorías. Hay lobos que pasan 100 días sin comer.

¿De qué pudo servir estar deprimido? En un grupo que avanza en la selva, el deprimido, porque un mal jefe lo maltrata, sería como un huelguista. Llamaba la atención a los demás para que cuestionaran el liderazgo y la ruta. Y tal vez les salvara así de un error.

¿Y la ansiedad, tan habitual hoy? Es la sobrerreacción ante un peligro; pero pudo ser útil en la prehistoria cuando salía el grupo a cazar: quizás el más ansioso era el único que volvía… Y transmitía sus genes.

Me encanta esto, pero yo diría es la exageración del reflejo de lucha o huida

¿Para qué servía el obsesivo y por qué hoy somos tantos? Si vas a cazar y te olvidas de afilar la flecha, serás tú el cazado. Por eso, aún hoy los aborígenes realizan largos y complejos rituales que repiten obsesivamente antes de cada cacería… Pero así no se olvidan de las flechas y todavía sobreviven. Sin obsesión morirían.

¿Algún día los obsesivos volveremos a tener una utilidad social? Como los fóbicos… ¿Claustrofobia? ¿No cree usted que alguien claustrofóbico en una región repleta de tigres de las cavernas era muy útil para toda la tribu?

Puedo imaginarlo. Lo mismo con el miedo a la oscuridad o la agorafobia: lo sufría un solo individuo, pero protegía a todo el grupo. Y que hoy tengamos humanos con esa predisposición genética puede sernos útil un día si cambia el entorno y hay que adaptarse. Hasta la minusvalía…

¿Un ciego de nacimiento podría ayudar? Si Putin está loco, y desencadena una guerra nuclear, en la noche radiactiva los ciegos, acostumbrados a arreglárselas sin vista, serían los únicos supervivientes y tal vez ayudaran a los demás.

Un asperger creó el P2P. Y revolucionó la informática, que tanto debe a individuos con una genética de espectro autista, igual que las matemáticas.

¿Sin diversidad genética no se progresa? Nos extinguiríamos sin remedio. Y por eso los mejor adaptados al medio ahora deben ponerles los medios a los que menos lo están para que subsistan, porque eso nos ayudará a todos a sobrevivir si el planeta cambia.

Pero ¿y el sádico o el violento…? Hay que ayudarles a no hacer daño. La diversidad genética –aceptémoslo– es desigualdad; pero necesaria para nuestro futuro, por eso hay que gestionarla solidariamente.

Me gustaría saber como se enseña a un sadico

¿Eso es, además de moralmente deseable, invertir en ese nuestro banco de semillas? En momentos de crisis: terremotos, hambrunas, catástrofes… el tipo raro y tal vez esquizoide que habla con los dioses puede ser el Moisés que nos salve… Y repueble la tierra como un nuevo Gengis Kan que tuvo miles de descendientes. Lo apodan síndrome de Moisés, repetido en la historia. Y quizás explica migraciones de grupo muy arriesgadas.

¿No somos ya lo bastante diversos? Pues no. Y la covid nos lo ha demostrado al dañar igual a todas las etnias en el planeta. En los millones de años que nos separan de los primates, ellos han evolucionado con más diversidad genética que nosotros. Los humanos somos demasiado iguales: desde la agricultura nos diferenciamos poco.

¿Nos adaptamos ya con cultura y no por genes? ¿Frente al frío, abrigos; no más pelo? Nuestra excepcionalidad solo la manifestamos en crisis personales o de grupo: el histérico, el antisocial… Se expresa frente al estrés que le genera un cambio súbito en su entorno al que debe adaptarse.Y esa diversidad genética puede ayudarnos a todos.

La Paleoimaginacion, no puede contener ni un atisbo de verdad

Y si la tiene no puede comprobarse.

Algo de esto debió pasar, pero quien lo demuestra

Achotegui,psiquiatra, investiga y enseña psicopatología evolucionista en la UB

LLUÍS AMIGUET

 

EL TAMAÑO DEL CEREBRO

EL TAMAÑO DEL CEREBRO:

 

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Los animales con el cerebro más grande tienen más peligro de extinguirse

El tamaño del cerebro ha sido siempre un tema científico. Nos cuesta mucho trabajo pensar algo como que no es fundamental el tamaño para mostrar una buena inteligencia,

“No sobrevive el más fuerte ni el más rápido, sino el que mejor se adapta a los cambios”, había postulado Charles Darwin en El origen de las especies.

En esto el cerebro tiene mucho que ver: un tamaño más grande permitió al hombre evolucionar y, aunque no tuviera ni garras, ni alas, ni fuerza ni velocidad, pudo sobrevivir y al final impuso su voluntad sobre el planeta.

Pero la velocidad con que se están modificando los ecosistemas revierte la moneda: tener un cerebro más grande, que fue una ventaja evolutiva, ahora es una carga.

Se desprende que los mamíferos que tienen un cerebro grande –en comparación a la masa muscular- tienen más posibilidades de extinción.

Un cerebro grande es negativo por un efecto indirecto: el coste de mantenimiento es muy alto, y no compensa a la especie

Esta es la conclusión a la que llegaron un grupo de científicos tras estudiar a más de 470 especies de mamíferos, y que publicaron su estudio en la revista Evolution. Un miembro de este equipo, Eloy Revilla, detalló “en las condiciones actuales, ante el proceso de selección, un cerebro grande es negativo por un efecto indirecto: el coste de mantenimiento es muy alto, y no compensa a la especie”. Una serie de argumentos se muestran a favor y otros en contra de un cerebro grande, en algún periodo de la vida el cerebro grande es más útil sin embargo portadores te celebró muy lesionados tienen un cerebro muy capaz.

Y sobre todo algunos cerebros muy lesionados tienen también unas capacidades extraordinarias, de forma que aquí hay más cosas de las que vivimos el tamaño no lo es todo pero sí es importante aunque gracias mucha energía y en consecuencia no siempre es rentable Cristina llobet n

El gasto del cerebro

Lo cerebro es muy caro: en los humanos, representa el 2% de la masa corporal, pero consume el 20% de la energía”.

Los grandes mamíferos (desde el hombre al gorila, o desde un tigre a un elefante) tienen un desarrollo más dilatado, comparado con otras especies más pequeñas: se alarga el período de gestación, el destete se retrasa y el período de dependencia de la madre se estira más tiempo. Y por lógica, las camadas son más pequeñas.

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Comparativa de tamaños de cerebros ( Frontiers in Neuroscience)

Un ejemplo sencillo: una mujer necesita nueve meses para tener un hijo, y, en contadas ocasiones, puede dar luz a mellizos. Una perra requiere de unos 63 días para parir una camada de cinco a siete crías, y una coneja, tras 30 días de gestación, puede traer al mundo a 8 o 10 conejitos.

Esta idea también se puede extrapolar a las sociedades humanas si observamos sus niveles de vida: las que gozan de un alto bienestar, donde sus ancianos llegan a lo 80 años en muy buena forma, apenas tienen uno o dos hijos. Es lo que le sucede a muchos países de Europa occidental, donde en un futuro cercano habrá más viejos que niños. En cambio, en los países subdesarrollados con menor tasa de bienestar y con una esperanza de vida menor a los 60 años, hay una alta tasa de natalidad (y también altos índices de mortalidad infantil).

Se establece el binomio de que en los países ricos se vive más y se nace menos mientras que en los países pobres se vive menos pero la natalidad es muy superior arriba los dos

El ser humano y las consecuencias de sus acciones

Si bien hemos adaptado el planeta para considerarlo como nuestro hábitat óptimo, “los cambios que aplicamos son tan fuertes que vamos a cruzar los umbrales que pueden complicarnos la supervivencia de nuestra especie”
Eloy Revilla
Biólogo del CSIC

El desarrollo del cerebro no depende solamente de él sino del ambiente que llega a tener tanta fuerza como la propia biología personal.

El ambiente que nos rodea tiene tanta fuerza que puede modular la biología de forma que no hay que etiquetar al individuo de sus posibilidades si no mezclarlas con el ambiente en que vive

“El factor fundamental en la extinción, en estos momentos, es la pérdida del hábitat”. “Esto reduce el tamaño poblacional, porque quedan poblaciones fragmentadas, que sufren de endogamia, la llegada de especies invasoras y la persecución”.

Frente a este panorama, en términos evolutivos, los animales con cerebro más grande tienen una capacidad de respuesta más lenta, o sea, no se reproducen con la velocidad suficiente para garantizar la supervivencia.

“Esto ha pasado con las diferentes extinciones masivas de la historia: los que desaparecen son los animales de mayor tamaño.

Eliminar el 90% de una especie, que además tiene pocos individuos, facilita su extinción.

Quitar a una población con muchos ejemplares el 90% de sus individuos, los que quedan son un número suficiente para regenerarse y vivir en nuevas condiciones”,

 

Comparativa de tamaños de cerebros | Frontiers in Neurosicence

Al ser el responsable de este desaguisado evolutivo, el hombre también debería sufrir las consecuencias de un mayor riesgo de extinción.

Hemos adaptado el planeta para considerarlo como nuestro hábitat óptimo, “los cambios que aplicamos son tan fuertes que vamos a cruzar los umbrales que pueden complicarnos la supervivencia de nuestra especie”,

Pero muchas mas cosas que aun se nos escapan, modulan estas conclusiones.

SÍNDROME DE SAVANT:

Síndrome de savant: los 5 casos más famosos

El 50% de los que sufren el síndrome de savant tienen trastornos del espectro autista y solo un 10% de ellos muestran este tipo de habilidades prodigiosas

Estas personas sufren desórdenes mentales y discapacidades físicas, mentales o motrices, pero “a cambio” poseen habilidades mentales increíbles, por ejemplo, un trastorno del espectro autista, puede tener una habilidad cognitiva sumamente prodigiosa.

Benjamín Rush describió el síndrome de savant por primera vez en 1789. Vio un paciente que era capaz de calcular la edad de las personas tan solo observándolas durante unos segundos. Desde entonces, los casos de “savantistas” han sido muy escasos, apenas se han detectado un centenar.

Se trata de un conjunto de síntomas cognitivos anómalos, que el investigador Darold Treffert define como un estado patológico.  Las personas que lo padecen poseen una sorprendente habilidad o habilidades mentales específicas. Pero, a su vez presentan desórdenes mentales y/o discapacidades físicas

Por lo general, las habilidades más usuales de los Savant se centran en 4 categorías principales:

Arte (música, pintura y escultura): Suelen ser brillantes intérpretes musicales (especialmente al piano), pintores y escultores. Asimismo, tienden a presentar habilidades innatas para la compresión e interpretación de la música.

Cálculo de fechas: algunos Savant pueden memorizar calendarios enteros y recordar datos específicos referentes a cada uno de esos días.

Cálculo matemático: Realizan cálculos matemáticos complejos de forma instantánea y con enorme precisión. Por ejemplo, calcular números primos, decimales de pi o realizar de divisiones con 100 decimales, todo ello, por supuesto, mentalmente.

Habilidades mecánicas y espaciales: Tienen la capacidad para medir distancias, casi exactas, sin herramienta alguna. También construyen maquetas altamente detalladas, memorizan mapas y direcciones, etc.

Además de estas habilidades existen otras más inusuales y en general más particulares del individuo, como facilidad para el aprendizaje de múltiples idiomas, fuerte agudización de los sentidos, perfecta apreciación del paso del tiempo sin necesidad de relojes, etc.

Kim Peek: Ha sido el caso más famoso y prodigioso de esta patología. Tanto que hasta Dustin Hoffman le dio vida en la película Rain Man. El caso de Kim es asombroso. Nació con macrocefalia, una malformación permanente en el cerebelo, y agenesia en el cuerpo calloso, una condición que obstaculizaba la conexión entre sus hemisferios.

Kim Peek

Esto le convirtió en una persona muy dependiente, incapaz de realizar tareas básicas, como abrocharse una camisa. Sin embargo, sorprendió al mundo entero con sus portentosas capacidades intelectuales. Tenía una de las memorias más extraordinarias que la ciencia ha podido datar.

Fue capaz de aprenderse cerca de los 8.000 libros que había leído y podía leer dos páginas al mismo tiempo, una con cada ojo. Además, reproducía cosas habiéndolas escuchado o leído tan solo una vez. Llegó a saberse de memoria todos los mapas de Estados Unidos, de manera que aunque no hubiera hecho nunca un determinado recorrido, podía realizarlo sin necesidad de indicaciones o señales.

Su nivel de procesamiento mental era impresionante. Pero, por otro lado, sus limitaciones motrices y cognitivas también eran manifiestas. Por ejemplo, era incapaz de interpretar un poema o inferir conclusiones de una obra. No tenía aptitudes musicales, sin embargo, si escuchaba una canción, podía reproducirla tocando en un piano sin mayor dificultad.

Jason Padgett: síndrome de savant adquirido

Aunque este estado patológico, según lo define el investigador Darold Treffert, es congénito, Jason Padgett es una excepción. No nació con sus habilidades, sino que estas llegaron cuando tenía 30 años. Es uno de esos casos clínicos que transforman paradigmas científicos y ponen de manifiesto lo sorprendente que puede llegar a ser la mente humana.

Jason Padgett

Jason era un joven poco estudioso y más preocupado por pasárselo bien con sus amigos. Una noche, saliendo con ellos, fue agredido violentamente. Sufrió una conmoción cerebral y, tras pasar por el hospital y volver a casa, se dio cuenta de que todo había cambiado.

Por un lado, empezó a sufrir distintos trastornos como TOC, agorafobia o depresión. Y, por otro lado, el síndrome de savant le llevó a ser un genio de las matemáticas, a pesar de que antes era casi un inepto en esta materia. Realizaba cálculos mentales y visualizaba la realidad mediante patrones geométricos.

Con una visión corta, se deducia que, tras sufrir la conmoción cerebral, algunas áreas del cerebro que en su día a día permanecían inactivas, con el golpe se activaron para sustituir las funciones dañadas.

Tony DeBlois: un músico prodigio

Si la habilidad musical de Kim Peek era sorprendente, lo de este niño prodigio no es para menos. Tony DeBlois nació ciego y con autismo. Su síndrome de savant se hizo patente a los 2 años, edad a la que empezó a tocar el piano sin haber recibido ningún tipo de clase o instrucción. Y ¡de qué manera!

A partir de ahí, aprendió a tocar una veintena de instrumentos y se sabe de memoria cerca de 8.000 piezas musicales. Le basta escuchar una pieza musical para ser capaz de interpretarla de memoria en cualquiera de los instrumentos que toca.

Stephen Wiltshire: un artista con memoria fotográfica

Este artista inglés, de ahora 43 años, fue diagnosticado con autismo severo cuando tenía apenas 3. Su interés por el dibujo le llevó a estudiar en una escuela londinense, donde comenzó a expresarse a través de su arte. Pronto destacó su brillantez. Era capaz de pintar paisajes y rostros tras un terremoto imaginario. Su habilidad era asombrosa.

Lo más impresionante de Wiltshire no fue su precocidad artística, sino su impresionante y envidiable memoria visual. Es capaz de dibujar una imagen tras solo haberla visto una sola vez, con una precisión y detalle parecidos a los de una cámara de fotos. Solamente una mirada le vale para reproducirlo de manera exacta y en escala en el lienzo.

George y Charles Finn: los gemelos calculadores

En la década de los 60 en Estados Unidos, dos gemelos con asperger fueron apodados como los “calendarios humanos”. A pesar de que su coeficiente intelectual se encontraba entre 60 y 70 (cerca de la discapacidad intelectual), sus habilidades eran espectaculares. Eran capaces de recordar el clima y qué ocurrió cualquier día su vida. Asimismo, eran capaces de calcular a qué día de la semana corresponde cualquier fecha. ¡Hasta fechas de hasta 40.000 años!

Un Caso reciente

Un joven de 21 años, claramente superdotado para las matemáticas, se quejaba de cefaleas y una TAC demostró esta impresionante hidrocefalia

Las personas que padecen síndrome de savant cuentan con discapacidades y capacidades sorprendentes al mismo tiempo. Las hipótesis científicas son partidarias, por el momento, de que una configuración tan especial tiene que ver con que estas personas tienen el hemisferio derecho más desarrollado, lo que hace que tengan este tipo de talentos tan extraordinarios.

Los cambios del hombre han sido tan drásticos y radicales que, ante una escala evolutiva, que cuenta con plazos de millones de años, no hay forma de revertir el proceso. La ventaja, entonces, está del lado de los mamíferos pequeños.

Usando una frase bulgar, podemos decir

“Esto no hay quien lo entienda”

Bibliografia.

Darold Treffert

Frontiers in Neuroscience tamaños de cerebros

Bob Elsdale / Getty JP MISSÉ

Eloy Revilla Biólogo del CSICEvolution

Benjamín Rush : síndrome de savant

LA MUTACIÓN DE UN GEN IMPULSÓ LA EVOLUCIÓN DEL CEREBRO DE LOS HUMANOS MODERNOS

LA MUTACIÓN DE UN GEN IMPULSÓ LA EVOLUCIÓN DEL CEREBRO DE LOS HUMANOS MODERNOS

Un pequeño cambio en el gen TKTL1  impulsó el crecimiento neuronal.

Sara Reardon

Cráneos de un humano moderno y de un neandertal [hairymuseummatt/Reconocimiento-CompartirIgual 2.0 Genérica (CC BY-SA 2.0), imagen derivada]

Científicos de la universidad de Yale han confirmado en ratones la existencia de al menos un gen con su proteína asociada en lo que tiempo atrás se consideraba mero ADN basura,

Aunque la definición de gen ha ido cambiando, se considera que es un segmento de ADN con la información necesaria para fabricar una proteína (previo paso intermedio por una molécula de ARN). Con esa asunción, ahora mismo se acepta que hay alrededor de 20.000 genes.

En algunos casos, lo que se llamó ‘ADN basura’ no solo marca el ritmo , sino que también la protagoniza

Para filtrar de entre todo el ADN las partes candidatas a ser un gen, los científicos asumen al menos dos criterios: que comience por tres letras concretas y que tenga una longitud mínima antes de que aparezca una información de Stop.

Se necesitaban reglas evitar cantidades enormes de errores”, comenta Ruahidri Jackson, primer firmante del nuevo trabajo. Las reglas en biología, tienen excepciones”.

Desde hace tiempo se sospechaba que podía haber otras regiones del ADN dando lugar a lo que, por salirse de las reglas clásicas, se llamaron ‘productos proteináceos’. Si buena parte de lo que se llamó ‘ADN basura’ estaba en realidad activo y funcionaba regulando la acción de los genes a la manera de un director, resulta que hay casos en que los que no solo marca el ritmo de la película, sino que también la protagoniza. Contra la tendencia a la poda en el número de genes, aparecen ahora nuevos actores y funciones en lugares antes ignorados.

Hace más de 500.000 años, cuando los antepasados de los neandertales y los humanos modernos se dispersaron por el mundo, una mutación genética provocó que los cerebros de algunos de ellos mejorasen repentinamente. Esta mutación, de la que se informa en Science, incrementó drásticamente el número de células cerebrales en los homininos anteriores a los humanos modernos. Eso les pudo conferir una ventaja cognitiva sobre sus primos neandertales.

Arnold Kriegstein, neurólogo de la Universidad de California en San Francisco, señala que «este gen es sorprendentemente importante». Espera que resulte ser una de las muchas alteraciones genéticas que confirieron una ventaja evolutiva a los humanos sobre otros homininos. «Creo que arroja nueva luz sobre la evolución humana.»

Cuando, en 2014, se secuenció por primera vez el genoma de un neandertal, entre otras modificaciones genéticas se identificaron 96 aminoácidos (los componentes básicos que forman las proteínas) que difieren entre los neandertales y los humanos modernos. Desde entonces, se han estudiado todas para averiguar cuáles de ellas ayudaron a los humanos modernos a superar a los neandertales y a otros homininos.

Anneline Pinson y Wieland Huttner, del Instituto Max Planck de Biología Celular Molecular y Genética de Dresde, un gen en concreto es uno de los posibles responsables. El gen TKTL1 codifica una proteína que se fabrica cuando el cerebro del feto se desarrolla. Una única mutación genética en la versión humana de TKTL1 cambió un aminoácido, lo que dio lugar a una proteína diferente de las encontradas en los ancestros de los homínidos, los neandertales y los primates no humanos.

El equipo sospechó que esta proteína impulsaba la proliferación de células progenitoras neuronales (que se convierten en neuronas) a medida que se desarrolla el cerebro, concretamente en una zona llamada neocorteza, implicada en la función cognitiva. Esto, razonaron, dotaría a los humanos modernos de una ventaja cognitiva sobre sus antepasados.

Para comprobarlo, Pinson y su equipo insertaron el gen TKTL1 en el cerebro de embriones de ratón y hurón; en unos, introdujeron la versión humana, y en otros, la versión ancestral. Los animales con el gen humano desarrollaron un número significativamente mayor de células progenitoras neuronales. Cuando los investigadores modificaron las células de la neocorteza de un feto humano para que produjeran la versión ancestral, descubrieron que en el tejido fetal había menos células progenitoras y menos neuronas de las que tendría en circunstancias normales. Lo mismo ocurrió cuando insertaron la versión ancestral de TKTL1 en organoides cerebrales (estructuras similares a un minicerebro cultivadas a partir de células madre humanas).

Los registros fósiles indican que los humanos y los neandertales tenían aproximadamente el mismo tamaño cerebral. Esto significa que la neocorteza de los humanos modernos es más densa u ocupa una mayor parte del cerebro. A Huttner y a Pinson les sorprendió que un cambio genético tan pequeño pudiera afectar al desarrollo de la neocorteza de forma tan drástica. Según Huttner, «fue una mutación casual que tuvo enormes consecuencias».

Alysson Muotri, neurocientífica de la Universidad de California en San Diego, es más escéptica. Señala que las distintas líneas celulares se comportan de forma diferente cuando se convierten en organoides, y le gustaría que se probase la versión ancestral de TKTL1 en más células humanas. Además, añade, el genoma neandertal se comparó con el de un europeo moderno, pero las poblaciones humanas de otras partes del mundo podrían compartir algunas variantes genéticas con los neandertales.

Pinson señala que la versión neandertal de TKTL1 es muy rara entre los humanos modernos y añade que se desconoce si causa alguna enfermedad o provoca diferencias cognitivas. Según Huttner, la única manera de demostrar que desempeña un papel en la función cognitiva sería diseñar genéticamente ratones o hurones que siempre tuvieran la forma humana del gen, y comparar su comportamiento con animales que tuvieran la versión ancestral. Pinson planea investigar más a fondo los mecanismos a través de los cuales TKTL1 favorece la proliferación de células progenitoras neuronales.

La Neurobiología interpersonal (IPNB) es esencialmente un marco teórico asociado con el desarrollo humano y su funcionamiento para integrar un mejor entendimiento de la salud mental asi como tratamientos más efectivos para promover un bienestar mental.

Su desarrollo se deben a Dr Daniel Siegel La mutación de un gen impulsó la evolución del cerebro de los humanos modernos y a Sara Reardon Un pequeño cambio en el gen TKTL1  impulsó el crecimiento neuronal

Hace más de 500.000 años, cuando los antepasados de los neandertales y los humanos modernos se dispersaron por el mundo, una mutación genética provocó que los cerebros de algunos de ellos mejorasen repentinamente. Esta mutación, de la que se informa en Science, incrementó drásticamente el número de células cerebrales en los homininos anteriores a los humanos modernos. Eso les pudo conferir una ventaja cognitiva sobre los neandertales.

Arnold Kriegstein, neurólogo de la Universidad de California en San Francisco, señala que «este gen es sorprendentemente importante». Espera que resulte ser una de las muchas alteraciones genéticas que confirieron una ventaja evolutiva a los humanos sobre otros homininos. «Creo que arroja nueva luz sobre la evolución humana.»

Cuando, en 2014, se secuenció por primera vez el genoma de un neandertal, entre otras modificaciones genéticas se identificaron 96 aminoácidos (los componentes básicos que forman las proteínas) que difieren entre los neandertales y los humanos modernos. Desde entonces, se han estudiado todas para averiguar cuáles de ellas ayudaron a los humanos modernos a superar a los neandertales y a otros homininos.

Para los neurocientíficos Anneline Pinson y Wieland Huttner, del Instituto Max Planck de Biología Celular Molecular y Genética de Dresde, un gen en concreto es uno de los posibles responsables. El gen TKTL1 codifica una proteína que se fabrica cuando el cerebro del feto se desarrolla. Una única mutación genética en la versión humana de TKTL1 cambió un aminoácido, lo que dio lugar a una proteína diferente de las encontradas en los ancestros de los homínidos, los neandertales y los primates no humanos.

El equipo sospechó que esta proteína impulsaba la proliferación de células progenitoras neuronales (que se convierten en neuronas) a medida que se desarrolla el cerebro, concretamente en una zona llamada neocorteza, implicada en la función cognitiva. Esto, razonaron, dotaría a los humanos modernos de una ventaja cognitiva sobre sus antepasados.

Para comprobarlo, Pinson y su equipo insertaron el gen TKTL1 en el cerebro de embriones de ratón y hurón; en unos, introdujeron la versión humana, y en otros, la versión ancestral. Los animales con el gen humano desarrollaron un número significativamente mayor de células progenitoras neuronales. Cuando los investigadores modificaron las células de la neocorteza de un feto humano para que produjeran la versión ancestral, descubrieron que en el tejido fetal había menos células progenitoras y menos neuronas de las que tendría en circunstancias normales. Lo mismo ocurrió cuando insertaron la versión ancestral de TKTL1 en organoides cerebrales (estructuras similares a un minicerebro cultivadas a partir de células madre humanas).

Los registros fósiles indican que los humanos y los neandertales tenían aproximadamente el mismo tamaño cerebral. Esto significa que la neocorteza de los humanos modernos es más densa u ocupa una mayor parte del cerebro. A Huttner y a Pinson les sorprendió que un cambio genético tan pequeño pudiera afectar al desarrollo de la neocorteza de forma tan drástica. Según Huttner, «fue una mutación casual que tuvo enormes consecuencias».

Alysson Muotri, neurocientífica de la Universidad de California en San Diego, es más escéptica. Señala que las distintas líneas celulares se comportan de forma diferente cuando se convierten en organoides, y le gustaría que se probase la versión ancestral de TKTL1 en más células humanas. Además, añade, el genoma neandertal se comparó con el de un europeo moderno, pero las poblaciones humanas de otras partes del mundo podrían compartir algunas variantes genéticas con los neandertales.

Pinson señala que la versión neandertal de TKTL1 es muy rara entre los humanos modernos y añade que se desconoce si causa alguna enfermedad o provoca diferencias cognitivas. Según Huttner, la única manera de demostrar que desempeña un papel en la función cognitiva sería diseñar genéticamente ratones o hurones que siempre tuvieran la forma humana del gen, y comparar su comportamiento con animales que tuvieran la versión ancestral. Pinson planea investigar más a fondo los mecanismos a través de los cuales TKTL1 favorece la proliferación de células progenitoras neuronales.

Lo que hace un sistema nervioso es construir un modelo del mundo para integrar de manera comprensible el significado de ese innumerable volumen de datos sensoriales.

El tener que imaginar lo que existió, conduce sin duda a la confusión y error

Se pretende conocer los procesos mentales de las personas que ni siquiera tenían posibilidad de dejarnos información pero lo que pretendían o hacían eran esencia de los procesos mentales de las personas que ya no están y ni siquiera encontraron herramientas para expresarse?

Las cuevas donde se han conservado manifestaciones de quienes ya poseían imaginación son muy posteriores a los primates cuyo nivel de conciencia en el árbol de la vida es más cercano a las musarañas que a nosotros. Además, los sistemas nerviosos están conformados por tejido blando que se destruye muy poco tiempo después de la muerte de un organismo. Los fósiles, pues, aportan sólo una clave para resolver el enigma.

Harry Jerison estudió durante décadas los registros de sitios como la Sima de los Huesos en Atapuerca, provincia de Burgos, a fin de hallar claves evolutivas, esto es, cuáles fueron las presiones selectivas que permitirían no sólo el aumento de la masa cerebral de nuestros antepasados primates, sino la complejidad de sus conexiones neuronales.

El profesor Jerison trataba de encontrar una aguja en un pajar.. A partir de restos de cavidades craneanas fosilizadas se puede inferir, entre otras cosas, que los neandertales tenían un área prefrontal exactamente del mismo tamaño que la nuestra. Los insignificantes mamíferos de hace unos 200 millones de años evolucionaron por su capacidad de construir, durante la noche, un mapa cognitivo de la realidad circundante gracias al poder de su sistema auditivo. A diferencia de reptiles como los dinosaurios, quienes sólo conocían el estímulo-respuesta y su actitud frente a los avatares cotidianos era errática, los mamíferos sabían diseñar estrategias de acción. Cuando los grandes reptiles desaparecieron hace poco menos de 70 mda, la vista comenzó a adquirir preponderancia en el concierto de instrumentos que permiten a los mamíferos, como nosotros, diagnosticar lo que pasa “allá afuera”. Su evolución fue tal que ahora somos organismos visuales.

Interpreto que la utilización variada de los órganos de los sentidos, modifico la evolución del hominido y de otros animales.

El tamaño del cerebro de los mamíferos aumentó de tamaño, explica Jerison, y se llenó de receptores sensoriales. Así, el reto era integrar todos los sentidos para adquirir la capacidad de reconocer un objeto que, en teoría, podía definirse mediante un número casi infinito de diferentes tipos de receptores. La solución consistió en desarrollar una manera básica y visual, que compartimos muchas especies, cuyo propósito es representar el mundo que percibimos a cada momento, usar dicha imagen para reconocer objetos y establecer una jerarquía entre ellos.

Mientras que el cerebro de los reptiles es en esencia un mecanismo reflejo ante la realidad circundante, en el cerebro de los mamíferos surgió la capacidad de darse cuenta de sí mismo y de que hay un mundo real en movimiento. Así aparecieron especies con la habilidad de procesar estímulos mediante una representación perceptual y consciente del mundo.

Para Jerison la función prístina de la conciencia fue generar una imagen de infinidad de objetos, sin importar qué tipo de receptores sensoriales se utilicen para reconocerlos, pero entendiendo el significado de cada uno de ellos. Los reptiles jamás llegarían a tal conclusión dado que su sistema nervioso reacciona sin buscar mayor significado, mientras que el cerebro de los mamíferos logró transformar el estímulo en un “objeto” existente en el espacio tiempo y pudo, en consecuencia, enfrentarlo de manera activa porque significa algo en cada ocasión.

El profesor Jerison insistió en afirmar que el cerebro humano no es más que un viejo marrullero, como aquel equipo de veteranos por los que, uno por uno, no darías un quinto pero que, en conjunto, suelen dar el campanazo. Dicho de otra manera, entender cada trozo de información sensorial coherente (bytes) e incoherente (bits) nos llevaría a la debacle, nuestro dispositivo se colapsaría y ya habríamos desaparecido de la faz de la Tierra. De acuerdo con el paleoneurobiólogo, lo que hace un sistema nervioso es construir un modelo del mundo para integrar de manera comprensible el significado de ese innumerable volumen de datos sensoriales. Lo individual no vale, pero el conjunto es armonioso.

En la medida que el tiempo evolutivo siguió su curso la capacidad de imaginar modelos mejoró y, por ende, fue más fácil reconocer cierto patrón en diversas clases de datos (desde el zumbido de un mosquito hasta el estallido de un relámpago, por ejemplo). Dado que es imposible reconocer cada dato, lo que el modelo nos permite imaginar es su ubicación en la escena (si el mosquito ya hizo de la suyas o apenas se acerca amenazante, si la tormenta es inminente o habrá de disiparse). Sabemos que el mundo que percibimos es únicamente el modelo que hemos podido crearnos de él (algunos somos más sensibles que otros al ataque nocturno de insectos), si bien no es el mundo mismo.

La autoconciencia nos deja distinguir el conocimiento que adquirimos por el lenguaje articulado y el que proviene de los sentidos. Los esquizofrénicos que escuchan voces y los paranoicos que se sienten perseguidos por alguna fuerza del mal han perdido esta capacidad de entender y enfrentar la realidad. Algo similar sucede con lo sueños y las experiencias místicas, donde no estamos seguros de que el acontecer sea real o no. Para Jerison, cuando parece que abandonamos nuestro cuerpo en un evento extático de hecho lo que sucede es el derrumbe de nuestra habilidad para ir y venir entre los sentidos externos (datos sensoriales) y el sentido del lenguaje.

La mutación de un gen impulsó la evolución del cerebro de los humanos modernos

Un pequeño cambio en el gen TKTL1  impulsó el crecimiento neuronal.

Hace más de 500.000 años, cuando los antepasados de los neandertales y los humanos modernos se dispersaron por el mundo, una mutación genética provocó que los cerebros de algunos de ellos mejorasen repentinamente. Esta mutación, de la que se informa en Science, incrementó drásticamente el número de células cerebrales en los homininos anteriores a los humanos modernos. Eso les pudo conferir una ventaja cognitiva sobre sus primos neandertales.

Arnold Kriegstein, neurólogo de la Universidad de California en San Francisco, señala que «este gen es sorprendentemente importante». Espera que resulte ser una de las muchas alteraciones genéticas que confirieron una ventaja evolutiva a los humanos sobre otros homininos. «Creo que arroja nueva luz sobre la evolución humana.»

Cuando, en 2014, se secuenció por primera vez el genoma de un neandertal, entre otras modificaciones genéticas se identificaron 96 aminoácidos (los componentes básicos que forman las proteínas) que difieren entre los neandertales y los humanos modernos. Desde entonces, se han estudiado todas para averiguar cuáles de ellas ayudaron a los humanos modernos a superar a los neandertales y a otros homininos.

Para los neurocientíficos Anneline Pinson y Wieland Huttner, del Instituto Max Planck de Biología Celular Molecular y Genética de Dresde, un gen en concreto es uno de los posibles responsables. El gen TKTL1 codifica una proteína que se fabrica cuando el cerebro del feto se desarrolla. Una única mutación genética en la versión humana de TKTL1 cambió un aminoácido, lo que dio lugar a una proteína diferente de las encontradas en los ancestros de los homínidos, los neandertales y los primates no humanos.

El equipo sospechó que esta proteína impulsaba la proliferación de células progenitoras neuronales (que se convierten en neuronas) a medida que se desarrolla el cerebro, concretamente en una zona llamada neocorteza, implicada en la función cognitiva. Esto, razonaron, dotaría a los humanos modernos de una ventaja cognitiva sobre sus antepasados.

Para comprobarlo, Pinson y su equipo insertaron el gen TKTL1 en el cerebro de embriones de ratón y hurón; en unos, introdujeron la versión humana, y en otros, la versión ancestral. Los animales con el gen humano desarrollaron un número significativamente mayor de células progenitoras neuronales. Cuando los investigadores modificaron las células de la neocorteza de un feto humano para que produjeran la versión ancestral, descubrieron que en el tejido fetal había menos células progenitoras y menos neuronas de las que tendría en circunstancias normales. Lo mismo ocurrió cuando insertaron la versión ancestral de TKTL1 en organoides cerebrales (estructuras similares a un minicerebro cultivadas a partir de células madre humanas).

Los registros fósiles indican que los humanos y los neandertales tenían aproximadamente el mismo tamaño cerebral. Esto significa que la neocorteza de los humanos modernos es más densa u ocupa una mayor parte del cerebro. A Huttner y a Pinson les sorprendió que un cambio genético tan pequeño pudiera afectar al desarrollo de la neocorteza de forma tan drástica. Según Huttner, «fue una mutación casual que tuvo enormes consecuencias».

Alysson Muotri, neurocientífica de la Universidad de California en San Diego, es más escéptica. Señala que las distintas líneas celulares se comportan de forma diferente cuando se convierten en organoides, y le gustaría que se probase la versión ancestral de TKTL1 en más células humanas. Además, añade, el genoma neandertal se comparó con el de un europeo moderno, pero las poblaciones humanas de otras partes del mundo podrían compartir algunas variantes genéticas con los neandertales.

Pinson señala que la versión neandertal de TKTL1 es muy rara entre los humanos modernos y añade que se desconoce si causa alguna enfermedad o provoca diferencias cognitivas. Según Huttner, la única manera de demostrar que desempeña un papel en la función cognitiva sería diseñar genéticamente ratones o hurones que siempre tuvieran la forma humana del gen, y comparar su comportamiento con animales que tuvieran la versión ancestral. Pinson planea investigar más a fondo los mecanismos a través de los cuales TKTL1 favorece la proliferación de células progenitoras neuronales.

Referencia:

Sara Reardon Cráneos de un humano moderno y de un neandertal [hairymuseummatt/Reconocimiento-CompartirIgual 2.0 Genérica (CC BY-SA 2.0), imagen derivada]

Anneline Pinson y Wieland Huttner, del Instituto Max Planck de Biología Celular Molecular y Genética de Dresde

Alysson Muotri, neurocientífica de la Universidad de California en San Diego

 

 

PALEONEUROBIOLOGÍA

PALEONEUROBIOLOGÍA, CIENCIA POSMODERNA

La Neurobiología interpersonal (IPNB) es esencialmente un marco teórico asociado con el desarrollo humano y su funcionamiento para integrar un mejor entendimiento de la salud mental asi como tratamientos más efectivos para promover un bienestar mental.

IPNB tiene un extensa fundamentación científica para la salud mental y las relaciones saludables, brindando nuevos conocimientos en in las interacciones de la mente, cerebro y las relaciones.

Es desarrollada en los años 90’s por el Dr Daniel Siegel quien buscaba traer un cojunto de evidencia científica en diferentes campos sobre la mente, cerebro y las relaciones para ser integrados en un solo campo de estudio y aplicación.

La ciencia la paleoneurobiología busca descubrir los procesos mentales de nuestros antepasados.

La arqueoastronomía nos permite releer las antiguas culturas y encontrar las huellas de ese ser mítico que parece determinar nuestra visión de la realidad escatológica llamado uróboros, la posmoderna paleoneurobiología está empeñada en romper con visiones enquistadas de la evolución de la vida.

Lo que hace un sistema nervioso es construir un modelo del mundo para integrar de manera comprensible el significado de ese innumerable volumen de datos sensoriales.

El tener que imaginar lo que existió, conduce sin duda a la confusión y error

¿Cómo saber la esencia de los procesos mentales de las personas que ya no están y ni siquiera encontraron herramientas para expresarse?

Las cuevas donde se han conservado manifestaciones de quienes ya poseían imaginación son muy posteriores a los primates cuyo nivel de conciencia en el árbol de la vida es más cercano a las musarañas que a nosotros. Además, los sistemas nerviosos están conformados por tejido blando que se destruye muy poco tiempo después de la muerte de un organismo. Los fósiles, pues, aportan sólo una clave para resolver el enigma.

Harry Jerison estudió durante décadas los registros de sitios como la Sima de los Huesos en Atapuerca, provincia de Burgos, a fin de hallar claves evolutivas, estos es, cuáles fueron las presiones selectivas que permitirían no sólo el aumento de la masa cerebral de nuestros antepasados primates, sino la complejidad de sus conexiones neuronales.

El profesor Jerison trataba de encontrar una aguja en un pajar.. A partir de restos de cavidades craneanas fosilizadas se puede inferir, entre otras cosas, que los neanderthales tenían un área prefrontal exactamente del mismo tamaño que la nuestra. Los insignificantes mamíferos de hace unos 200 millones de años evolucionaron por su capacidad de construir, durante la noche, un mapa cognitivo de la realidad circundante gracias al poder de su sistema auditivo. A diferencia de reptiles como los dinosaurios, quienes sólo conocían el estímulo-respuesta y su actitud frente a los avatares cotidianos era errática, los mamíferos sabían diseñar estrategias de acción. Cuando los grandes reptiles desaparecieron hace poco menos de 70 mda, la vista comenzó a adquirir preponderancia en el concierto de instrumentos que permiten a los mamíferos, como nosotros, diagnosticar lo que pasa “allá afuera”. Su evolución fue tal que ahora somos organismos visuales.

Interpreto que la utilización variada de los órganos de los sentidos, modifico la evolución del hominido y de otros animales.

El tamaño del cerebro de los mamíferos aumentó de tamaño, explica Jerison, y se llenó de receptores sensoriales. Así, el reto era integrar todos los sentidos para adquirir la capacidad de reconocer un objeto que, en teoría, podía definirse mediante un número casi infinito de diferentes tipos de receptores. La solución consistió en desarrollar una manera básica y visual, que compartimos muchas especies, cuyo propósito es representar el mundo que percibimos a cada momento, usar dicha imagen para reconocer objetos y establecer una jerarquía entre ellos.

Mientras que el cerebro de los reptiles es en esencia un mecanismo reflejo ante la realidad circundante, en el cerebro de los mamíferos surgió la capacidad de darse cuenta de sí mismo y de que hay un mundo real en movimiento. Así aparecieron especies con la habilidad de procesar estímulos mediante una representación perceptual y consciente del mundo.

Para Jerison la función prístina de la conciencia fue generar una imagen de infinidad de objetos, sin importar qué tipo de receptores sensoriales se utilicen para reconocerlos, pero entendiendo el significado de cada uno de ellos. Los reptiles jamás llegarían a tal conclusión dado que su sistema nervioso reacciona sin buscar mayor significado, mientras que el cerebro de los mamíferos logró transformar el estímulo en un “objeto” existente en el espacio tiempo y pudo, en consecuencia, enfrentarlo de manera activa porque significa algo en cada ocasión.

El profesor Jerison insistió en afirmar que el cerebro humano no es más que un viejo marrullero, como aquel equipo de veteranos por los que, uno por uno, no darías un quinto pero que, en conjunto, suelen dar el campanazo. Dicho de otra manera, entender cada trozo de información sensorial coherente (bytes) e incoherente (bits) nos llevaría a la debacle, nuestro dispositivo se colapsaría y ya habríamos desaparecido de la faz de la Tierra. De acuerdo con el paleoneurobiólogo, lo que hace un sistema nervioso es construir un modelo del mundo para integrar de manera comprensible el significado de ese innumerable volumen de datos sensoriales. Lo individual no vale, pero el conjunto es armonioso.

En la medida que el tiempo evolutivo siguió su curso la capacidad de imaginar modelos mejoró y, por ende, fue más fácil reconocer cierto patrón en diversas clases de datos (desde el zumbido de un mosquito hasta el estallido de un relámpago, por ejemplo). Dado que es imposible reconocer cada dato, lo que el modelo nos permite imaginar es su ubicación en la escena (si el mosquito ya hizo de la suyas o apenas se acerca amenazante, si la tormenta es inminente o habrá de disiparse). Sabemos que el mundo que percibimos es únicamente el modelo que hemos podido crearnos de él (algunos somos más sensibles que otros al ataque nocturno de insectos), si bien no es el mundo mismo.

La autoconciencia nos deja distinguir el conocimiento que adquirimos por el lenguaje articulado y el que proviene de los sentidos. Los esquizofrénicos que escuchan voces y los paranoicos que se sienten perseguidos por alguna fuerza del mal han perdido esta capacidad de entender y enfrentar la realidad. Algo similar sucede con lo sueños y las experiencias místicas, donde no estamos seguros de que el acontecer sea real o no. Para Jerison, cuando parece que abandonamos nuestro cuerpo en un evento extático de hecho lo que sucede es el derrumbe de nuestra habilidad para ir y venir entre los sentidos externos (datos sensoriales) y el sentido del lenguaje.

Todo esto que no es mas mas que imaginar el pasado, es muy entretenido, pero seguro que falso.

Nuestro cerebro todavía no esta preparado para imaginar en serio

Por Carlos Chimal19 febrero 2014

el Dr Daniel Siegel Que es la Neurobiología

 

 

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