Cataratas, posible vínculo entre Alzheimer y Down
La perdida de la microbiota clásica, la aparicion de gérmenes provenientes de las cavidades orgánicas, y el hallazgo de proteínas que se depositan como macrófagos sobre los gérmenes del sistema nervioso, permite explicar el deterioro de las enfermedades neurodegenerativas, de forma que el macrófago solo es dañino si se deposita sobre gérmenes que están bajo estas proteínas y sobre el cerebro
Sabemos desde hace muchos años que los enfermos con trisomía sufren con gran frecuencias, cataratas y Alzhheimer.
Por tanto es fácil deducir, que la proteína beta amiloide, que se encuentran en ambas patologías, Alzheimer y cataratas, deben tener un germen de sustrato, sin embargo hasta la fecha los gérmenes en cataratas no se mencionan en la literatura que consulto
La acumulación de la proteína beta amiloide se encuentra en los ojos de personas con Down
Científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston (Estados Unidos) sugieren que la acumulación de la proteína beta-amiloide, reponsable de la formación de placas seniles en la enfermedad de Alzheimer, también se encuentra en los ojos de las personas que sufren síndrome de
mayo 31, 2010
El trabajo, publicado en el último número de Plos One, apunta que dicha proteína influye en la determinación de los caracteres distintivos oculares. Hasta el momento, ya se conocía la aparición de cataratas en los pacientes con Down, que surgen incluso en el nacimiento, pero “este hallazgo en el que se vinculan ambas enfermedades es soprendente”, explican los autores. De hecho, este tipo de cataratas sólo aparece en las personas con enfermedad de Alzheimer cuando la alteración entra en la fase avanzada, mientras que lo hace mucho antes en el síndrome de Down.
Los pacientes con este síndrome suelen padecer síntomas de demencia alrededor de los treinta años. Esto es debido, a que tienen una réplica exacta del gen que provoca la acumulación de la proteína en el cerebro. Según explica Juliet A. Moncaster, coautora del trabajo y directora del Laboratorio de Envejecimiento Molecular y Desarrollo, también en la Universidad de Boston, “el cristalino no despeja los depósitos proteínicos del ojo de la misma manera que el cerebro”.
Investigaciones posteriores podría volver a la teoría microbios res`ponsables de la patología neurodegenerativa.
Categoría: DEGENERATIVAS (Página 9 de 10)
PROXIMO CEREBRO
Dr E. Rubio Garciá
Índice
1- El caníbal
2- Aprendizaje de la anatomía
3- Anatomía evolutiva
4- Cerebro Triuno
5- Cerebro de los reptiles
6.- Cerebro limbico emocional
7- Cerebro del Hominido
8- Como sera el proximo cerebro
La cantidad de catástrofes conque convivimos y su amplia divulgación por todos los medios, nos angustian y contribuyen a que tengamos malestar y al gran aumento de enfermedades crónicas degenerativas que estamos sufrienddo. Son las enfermedades neurodegenerativas.
No solo nos mortifican, sino tenemos la sensación que el cerebro que tenemos lo estamos utilizando mal. No funciona, tenemos que cambiarlo por otro
Vamos a resumir una serie de condiciones que dan veracidad a esto que digo.
Aunque describo solo un caso, es exponente de la cantidad de ellos que ocurren cada día,
Hace unos días una noticia de nuevo terrorífica.
Este joven es un caníbal y además no sabemos porque lo es.
Es posible que los restos que tenemos de Neandertal, del que poseemos un 3% de nuestro genoma y que muy posiblemente era caníbal, sea el responsable de este terrible acto y que además no es el único. Se repiten de igual forma o con variaciones, pero siempre matando.
1. El caníbal
Hemorragia intracerebral y amiloidosis primaria
La amiloidosis se debe al depósito extracelular de proteínas amiloideas de carácter insoluble y fibrilar en diversos órganos y tejidos. Fue Rudolph Virchow, en 1854, quien adoptó el término «amiloide» para referirse a estos depósitos tisulares. La forma más común en países desarrollados es la amiloidosis primaria o amiloidosis AL, en la que no existe otra enfermedad pre o coexistente. Estos pacientes presentan una población monoclonal de células plasmáticas en la médula ósea que produce de manera constante fragmentos de cadenas ligeras, predominando las lambda sobre las kappa en proporción de 2:1.
Posiblemente la amiloidosis interviene en multiples enfermedades y las agrava.
Sin embargo su compromisos con la hemorragia cerebral es escaso y por ello publico este caso.
Clínicamente puede presentarse con una gran variedad de signos y síntomas sistémicos, incluidos afectación renal (proteinuria asintomática o síndrome nefrótico), fallo cardíaco congestivo, edema, púrpura, macroglosia, hepatomegalia con o sin esplenomegalia, manifestaciones pulmonares, neuropatía periférica sensitivo-motora y/o neuropatía autonómica4-6.
A propósito de la afectación vascular de la amiloidosis, se han señalado infartos tisulares por infiltración vascular, por ejemplo en forma de claudicación mandibular7 o bien cardiopatía isquémica coronaria, asociada a la presencia de depósitos intramurales de proteína amiloide AL8. Dentro de su gran heterogeneidad clínica, las descripciones de afectación vascular del sistema nervioso central son escasas y generalmente corresponden a ictus isquémicos.
Presentamos un paciente con amiloidosis primaria, que en los meses siguientes a su diagnóstico presentó dos hemorragias intracraneales, la última de ellas fatal.
Varón de 78 años con antecedentes de hipertensión arterial (HTA) y síndrome nefrótico durante los dos años previos, que ingresa de urgencia como consecuencia de importantes edemas en las extremidades inferiores y disnea de moderados esfuerzos. La función renal se deteriora rápidamente, requiriendo hemodiálisis urgente. Días más tarde presenta parálisis facial izquierda, abolición de la sensibilidad vibratoria en los miembros inferiores y marcha atáxica. No se demuestra alteración vascular en resonancia magnética (RM) cerebral ni en Doppler de troncos supraaórticos y transcraneal. Se realiza un estudio inmunoelectroforético en suero y orina, objetivándose una gammapatía monoclonal IgG lambda. Una biopsia renal demuestra la existencia de depósitos masivos en el ovillo capilar glomerular y el intersticio de forma difusa y perivascular, positivos para rojo Congo y, por inmunofluorescencia directa, para C3 y cadenas ligeras lambda. Con ello se confirma el diagnóstico de amiloidosis primaria renal. Asimismo, un ecocardiograma transtorácico pone de manifiesto un aumento marcado del grosor parietal con aspecto granuloso, compatible con depósito de amiloide miocárdico. Finalmente, en la biopsia de médula ósea, se encuentra un 7% de células plasmáticas (plasmoblastos) patológicos.
Con el diagnóstico de amiloidosis primaria con afectación renal, cardiaca y sistema nervioso periférico, se inicia tratamiento con melfalán y prednisona; dada la ausencia de respuesta tras dos ciclos, se decide terapia de segunda línea asociando bortezomib.
A las 10 semanas del primer ingreso, presenta un episodio brusco de alteración del lenguaje y hemiparesia derecha; en el estudio de tomografía computarizada (TC) craneal realizado a las pocas horas del inicio de los síntomas, se evidencia un hematoma intraparenquimatoso córtico-subcortical témporo-parietal izquierdo (fig. 1). El paciente mejora posteriormente, siendo dado de alta con una moderada afasia no fluente.
Figura 1.
(0,12MB).
TC Cerebral. Corte axial. Hematoma córtico-subcortical témporo-parietal izquierdo.
Un mes más tarde acude nuevamente a nuestro centro por disminución aguda del nivel de consciencia. En la exploración está comatoso, con hemiplejía izquierda y midriasis derecha arreactiva. La TC cerebral realizada, aproximadamente, 1 h después muestra un extenso hematoma cortical témporo-parietal derecho con efecto masa y abierto a ventrículos laterales (fig. 2). El paciente fallece a las 48 h de este último ingreso.
Figura 2.
(0,23MB).
TC Cerebral. A) Corte axial. Hematoma agudo cortical temporal derecho y hematoma en resolución parietal izquierdo. B) Corte axial, a nivel de ventrículos laterales, donde se sigue observando un extenso hematoma agudo córtico-subcortical parietal derecho con efecto masa y abierto a ventrículos laterales.
.
En cuanto a la enfermedad cerebrovascular en el contexto de una amiloidosis sistémica se han descrito ictus isquémicos, bien transitorios o establecidos, que en ocasiones pueden ser la forma de presentación de la enfermedad. Generalmente, son cardioembólicos (70%) y relacionados con depósito amiloideo miocárdico o valvular9,10.
La angiopatía cerebral amiloide (ACA), caracterizada por el depósito de material congófilo en vasos de pequeño y mediano tamaño del cerebro y leptomeninges, es una causa importante de hemorragia intracerebral lobar primaria en pacientes ancianos, sobre todo en aquellos con deterioro cognitivo asociado. Esto es debido a la rotura de la pared de los vasos sanguíneos como consecuencia del depósito de material amiloide11,12. Sin embargo, es poco común que las hemorragias asociadas a ACA alcancen el sistema ventricular, como ocurre en el segundo evento del caso que aquí presentamos y, cuando recurren (21% en dos años), suelen hacerlo en el mismo lóbulo afectado en la primera hemorragia13.
En la literatura aparecen descripciones de hemorragias gastrointestinales, alveolares, hematurias, etc., en pacientes con amiloidosis primaria, en relación fundamentalmente (en hemorragias gastrointestinales puede ser debido a ulceraciones, varices esofágicas, amiloidomas) con la infiltración vascular por material amiloide, dando lugar a fragilidad de los vasos sanguíneos como ocurre en la ACA14; sin embargo, no hemos encontrado descripciones de ictus hemorrágicos en amiloidosis primaria, que suponemos podría tener el mismo sustrato histopatológico (infiltración vascular por amiloide) que el resto de hemorragias.
Aunque podría existir una asociación de ambas patologías (ACA y amiloidosis primaria) en un mismo paciente, tal coincidencia solo podría establecerse mediante el estudio anatomopatológico de los vasos cerebrales, que no se realizó.
La hemorragia intracerebral puede constituir una manifestación clínica más que se debe tener en cuenta dentro del amplio espectro sintomático de la amiloidosis primaria y con efectos, como ocurrió en nuestro caso, devastadores.
BIBLIOGRAFÍA
Recurrent intracereberal haemorrhage in primary amyloidosis
E. Rojo Martíneza,??, A.L. Guerrero Perala, S. Herrero Velázqueza, J. Núñez Garcíab
a Servicio de Neurología, Hospital Clínico Universitario de Valladolid, Valladolid, España
b Servicio de Nefrología, Hospital Clínico Universitario de Valladolid, Valladolid, España
Concurrencia de las enfermedades inmunomediadas
Los especialistas en enfermedades inmunomediadas se enfrentan al reto de su concurrencia en el mismo paciente. Conocer la relación entre estas patologías tiene, según el autor, implicaciones en el manejo clínico, pero también consecuencias económicas para el sistema sanitario.
Esta trabajo me parece fundamental y nos ayuda a entender el conjunto de las enfermedades degenerativas y por supuesto cronicas.
Las enfermedades inmunomediadas en España afectan a más de 2 millones de personas. Varios estudios han mostrado la existencia de alteraciones genéticas y factores de riesgo similares que justifican la concurrencia de varias de estas enfermedades en el mismo paciente. En concreto, casi el 10% de estos pacientes son diagnosticados de dos o más enfermedades inmunomediadas que coexisten.
En el caso de la espondilitis anquilosante, se estima que entre el 5% y el 10% de casos van a desarrollar una enfermedad inflamatoria intestinal manifiesta. En estos pacientes, la simple determinación de calprotectina fecal puede aportar gran información para evitar complicaciones y tratamientos inadecuados. Conocer la relación de estas patologías IMID, más allá de los pacientes con síntomas evidentes, podría tener importantes implicaciones en el manejo clínico de estos enfermos, además de importantes ahorros para el sistema.
En el “Estudio para evaluar la utilidad del test de Calprotectina en heces en pacientes con espondiloartritis y síntomas digestivos”, que hemos realizado recientemente en el Hospital Universitario Puerta de Hierro, de Majadahonda, y que ha sido objeto de comunicación en los congresos de Reumatología español, europeo y americano, hemos profundizado en el conocimiento de la relación entre las espondiloartritis y la enfermedad inflamatoria intestinal (enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa).
El intestino es un órgano fundamental en diversos procesos inmunomediados, debido a su estructura y a su alta organización; y las alteraciones en la mucosa intestinal son una de las primeras señales de inflamación en espondiloartritis. Este trabajo nos ha permitido saber que la mitad de los pacientes con espondiloartritis tienen algún grado de inflamación intestinal y, al mismo tiempo, que alrededor del 10% de ellos tienen formas de enfermedad inflamatoria definida por colonoscopia y biopsias, sin que necesariamente estos manifiesten una sintomatología sugestiva de dicha patología.
También hemos visto que los pacientes con calprotectina fecal elevada se acompañan de mayor actividad inflamatoria correlacionada con la proteína C reactiva, y que en los fumadores hay tendencia a que los valores de calprotectina fecal estén más incrementados. Estos hallazgos pueden ser de gran utilidad para identificar pacientes que tienen un peor pronóstico. La identificación de pacientes en riesgo de progresión temprana de la enfermedad es uno de los grandes retos para el futuro. De cualquier modo, ahora sabemos que contamos con el factor de inflamación gastrointestinal, algo novedoso que puede medir este riesgo en los pacientes.
Existen datos que demuestran que los pacientes con calprotectina fecal elevada tienen un mayor daño inflamatorio objetivado por resonancia magnética, y que comporta un mayor riesgo de progresión a lesiones radiográficas crónicas e irreversibles. Igualmente, la calprotectina fecal elevada puede predecir una mejor respuesta al tratamiento. Esto es de gran importancia a la hora de elegir el tratamiento más adecuado y evitar algunos tratamientos que puedan incluso empeorar el cuadro clínico.
Ahora bien, ¿cómo identificar a los pacientes con inflamación gastrointestinal subclínica? Los estudios de la calprotectina fecal nos indican que los niveles de ésta fueron significativamente superiores en pacientes con inflamación intestinal microscópica; quizá aquí esté la clave. Pero resulta necesario conocer con mayor exactitud el significado de estos valores elevados, así como los factores que pueden incrementarlos, como, por ejemplo, los antiinflamatorios no esteroideos, ya que esto contribuiría no solo a la elección de un tratamiento más “personalizado”, sino también a evitar pruebas invasivas y no exentas de riesgo para el paciente.
Así pues, cada vez tenemos más evidencia de la coexistencia de espondiloartritis y enfermedad inflamatoria intestinal, y de que la determinación de la calprotectina fecal puede resultar de gran utilidad en estos pacientes, aunque todavía quedan cuestiones por resolver.
Esta relEl reto de la concurrencia en las enfermedades inmunomediadas
Los especialistas en enfermedades inmunomediadas se enfrentan al reto de su concurrencia en el mismo paciente. Conocer la relación entre estas patologías tiene, según el autor, implicaciones en el manejo clínico, pero también consecuencias económicas para el sistema sanitario.
Jesús Sanz. Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Puerta de Hierro, de Majadahonda
3 febrero, 2019
Desde hace años, los especialistas que manejamos las enfermedades inmunomediadas venimos asistiendo a un reto importante para el tratamiento de estas patologías, que en España afectan a más de 2 millones de personas. Varios estudios han mostrado la existencia de alteraciones genéticas y factores de riesgo similares que justifican la concurrencia de varias de estas enfermedades en el mismo paciente. En concreto, casi el 10% de estos pacientes son diagnosticados de dos o más enfermedades inmunomediadas que coexisten.
En el caso de la espondilitis anquilosante, se estima que entre el 5% y el 10% de casos van a desarrollar una enfermedad inflamatoria intestinal manifiesta. En estos pacientes, la simple determinación de calprotectina fecal puede aportar gran información para evitar complicaciones y tratamientos inadecuados. Conocer la relación de estas patologías IMID, más allá de los pacientes con síntomas evidentes, podría tener importantes implicaciones en el manejo clínico de estos enfermos, además de importantes ahorros para el sistema.
En el “Estudio para evaluar la utilidad del test de Calprotectina en heces en pacientes con espondiloartritis y síntomas digestivos”, que hemos realizado recientemente en el Hospital Universitario Puerta de Hierro, de Majadahonda, y que ha sido objeto de comunicación en los congresos de Reumatología español, europeo y americano, hemos profundizado en el conocimiento de la relación entre las espondiloartritis y la enfermedad inflamatoria intestinal (enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa).
El intestino es un órgano fundamental en diversos procesos inmunomediados, debido a su estructura y a su alta organización; y las alteraciones en la mucosa intestinal son una de las primeras señales de inflamación en espondiloartritis. Este trabajo nos ha permitido saber que la mitad de los pacientes con espondiloartritis tienen algún grado de inflamación intestinal y, al mismo tiempo, que alrededor del 10% de ellos tienen formas de enfermedad inflamatoria definida por colonoscopia y biopsias, sin que necesariamente estos manifiesten una sintomatología sugestiva de dicha patología.
También hemos visto que los pacientes con calprotectina fecal elevada se acompañan de mayor actividad inflamatoria correlacionada con la proteína C reactiva, y que en los fumadores hay tendencia a que los valores de calprotectina fecal estén más incrementados. Estos hallazgos pueden ser de gran utilidad para identificar pacientes que tienen un peor pronóstico. La identificación de pacientes en riesgo de progresión temprana de la enfermedad es uno de los grandes retos para el futuro. De cualquier modo, ahora sabemos que contamos con el factor de inflamación gastrointestinal, algo novedoso que puede medir este riesgo en los pacientes.
Existen datos que demuestran que los pacientes con calprotectina fecal elevada tienen un mayor daño inflamatorio objetivado por resonancia magnética, y que comporta un mayor riesgo de progresión a lesiones radiográficas crónicas e irreversibles. Igualmente, la calprotectina fecal elevada puede predecir una mejor respuesta al tratamiento. Esto es de gran importancia a la hora de elegir el tratamiento más adecuado y evitar algunos tratamientos que puedan incluso empeorar el cuadro clínico.
Ahora bien, ¿cómo identificar a los pacientes con inflamación gastrointestinal subclínica? Los estudios de la calprotectina fecal nos indican que los niveles de ésta fueron significativamente superiores en pacientes con inflamación intestinal microscópica; quizá aquí esté la clave. Pero resulta necesario conocer con mayor exactitud el significado de estos valores elevados, así como los factores que pueden incrementarlos, como, por ejemplo, los antiinflamatorios no esteroideos, ya que esto contribuiría no solo a la elección de un tratamiento más “personalizado”, sino también a evitar pruebas invasivas y no exentas de riesgo para el paciente.
Así pues, cada vez tenemos más evidencia de la coexistencia de espondiloartritis y enfermedad inflamatoria intestinal, y de que la determinación de la calprotectina fecal puede resultar de gran utilidad en estos pacientes, aunque todavía quedan cuestiones por resolver.
Los clínicos desde hace años. Conocen , la existencia de procesos infecciosos que se acompañan de procesos generalizados, y difusos y saben que se generalizan y se hacen cronicos, aunque la clasificación nos lleva a la confusión.
El substrato suele ser infeccioso y la reacción inmunitariavienen detrás y se hace crónica con frecuencia.
La necesidad de buscar el origen, con mucha frecuencia germenes, plantean una nueva frontera terapéutica.
Bacterias envueltas por la B amiloide
Más de 50 millones de personas en todo el mundo padecen la enfermedad de Alzheimer (EA), que es una enfermedad incurable y fatal caracterizada patológicamente por la acumulación de depósitos cerebrales insolubles llamados amiloides. Robert Moir, profesor asistente en el Departamento de Neurología del Hospital General de Massachusetts y en la Escuela de Medicina de Harvard, comparte una investigación innovadora que sugiere que el amiloide es en realidad una respuesta inmune que funciona para atrapar y neutralizar los patógenos invasores. Este descubrimiento sugiere que la infección puede jugar un papel en la EA y está ayudando a señalar el camino hacia nuevas estrategias de tratamiento que se necesitan con urgencia
Una creciente evidencia sugiere que la infección desempeña un papel en la etiología de la enfermedad. El primer hombre que apoyó eso fue el propio Alois Alzheimer. En los años 70 y 80, muchos investigadores del Alzheimer pensaron que la infección desempeñaba un papel central. Pero el descubrimiento de la beta-amiloide en 1984 (irónicamente) desvió el enfoque de la infección. Se asumió que la beta-amiloide era mala, mala, mala y se culpaba a su acumulación por la enfermedad. Es una explicación simple a un problema complejo, que lo hizo atractivo. Pero está cada vez más en desacuerdo con los datos emergentes. El último medicamento contra el Alzheimer de la compañía farmacéutica Merck reduce los niveles de beta amiloide pero no retrasa la enfermedad.
La beta amiloide sola no produce la enfermedad de Alzheimer. También necesitas inflamación y tauopatía.(Las tauopatías son una clase de enfermedad neurodegenerativa asociadas con la agregación patológica de proteínas tau en el cerebro humano). Controlar la beta-amiloide puede ayudar a retardar la cascada de eventos que promueven la neuro inflamación que finalmente destruye las neuronas en el Alzheimer. Pero, la pregunta sigue siendo: ¿qué está impulsando la deposición de placas amiloides?
¿Podrían las placas y la neuroinflamación en el Alzheimer ser en realidad una respuesta inmune a un verdadero desafío inmunitario de los microbios en el cerebro? hay una creciente evidencia circunstancial que sugiere que la infección desempeña un papel en la etiología de la enfermedad. El primer hombre que apoyó eso fue el propio Alois Alzheimer. En los años 70 y 80, muchos investigadores del Alzheimer pensaron que la infección desempeñaba un papel central. Pero el descubrimiento de la beta-amiloide en 1984 (irónicamente) desvió el enfoque de la infección. Se asumió que la beta-amiloide era mala y se culpaba a su acumulación por la enfermedad. Es una explicación simple a un problema complejo, que lo hizo atractivo. Pero está cada vez más en desacuerdo con los datos emergentes. El último medicamento contra el Alzheimer de la compañía farmacéutica Merck reduce los niveles de beta amiloide pero no retrasa la enfermedad.
Qué está impulsando la deposición de placas amiloides en primer lugar?. Pero ¿podrían las placas y la neuroinflamación en el Alzheimer ser en realidad una respuesta inmune a un verdadero desafío inmunitario de los microbios en el cerebro?
Rudy Tanzi descubrió que el gen CD33 es un gran interruptor de encendido / apagado para las células inmunitarias en el cerebro. Tal vez la desactivación del gen podría ayudar a los pacientes a controlar los síntomas tempranos de la enfermedad de Alzheimer. La mayoría de los antiinflamatorios de primera línea actuales no tendrían el mismo efecto, ya que tienden a atacar el sistema inmunitario adaptativo. Los péptidos antimicrobianos y el beta-amiloide son parte de nuestro sistema inmune innato mucho más antiguo y primitivo
Los fracasos de medicamentos en esta enfermedad estan abriéndolos modelos alternativos, incluida la “hipótesis de protección antimicrobiana del Alzheimer”, que es lo que llamamos a este nuevo modelo de enfermedad. «Big Pharma» está explorando si la neuroinflamación en el Alzheimer puede reducirse independientemente de la producción de beta-amiloide o la deposición de placa. .
La beta-amiloide se eleva para luchar en casos de desequilibrio de microbioma cerebral. Parte de esta respuesta es la inflamación inducida por amiloide-beta. Pero, la activación prolongada de la inflamación inmune innata por la beta-amiloide conduce al daño tisular y la neurodegeneración.
Cual es el futuro?
Estudiar el microbioma real en el cerebro. Tras retirar la placa amiloide de los tejidos identificar los microbios exactos que las placas han atrapado.
Era de esperar que las enfermedades degenerativas y concretamente las neurodegenerativas, tuvieran un patron microbiano y desarrollaran autoinmunidad, que resultaba letal y que estaba en relación con múltiples procesos biologicos
El Alzheimer (AL) es una enfermedad neurodegenerativa, y la causa principal y más conocida Enfermedades demenciales, cuya característica principal es la pérdida de memoria. Su relación
con la proteína amiloide y tau es indiscutible. Su acumulo en el lóbulo temporal entre otras zonas del cerebro mutila la funciones cognoscitiva y produce demencia.
La Esclerosis Múltiple, (EM) también es una enfermedad neurodegenerativa, y afecta a los nervios, destruye la mielina que es su aislante Los nervios están envueltos en mielina que los aisla y permite su función. Cuando se desmielinizan, y este aislante se rompe o desaparece, las señales nerviosas no llegan correctamente, y poco a poco impiden la conducción nerviosa.
Que relación existe entre AL y AM ? Aparentemente ninguna, pero ahora se ha descubierto que la molécula causante de la enfermedad de AL, una proteína llamada beta-amiloide, causante de la degeneración neuronal, es capaz de curar e incluso revertir los efectos de la EM.
Esto supone un nuevo y alentador método de tratamiento, según afirman , en la Universidad de Stanford, en California, cuyo trabajo ha sido publicado en la revista Science Traslational Medicine. Como ellos mismos dicen, esta molécula debería agravar los daños en la mielina, ya que es tóxica para las neuronas. Sin embargo, cuando realizaron un experimento inyectando la proteína beta-amiloide en las cavidades corporales de ratones con EM , esta molecula consiguió retrasar el inicio de la parálisis típica de esta enfermedad, e incluso se llego a revertir.
La beta-amiloide sería capaz de luchar contra la reacción inflamatoria autoinmune que causa la EM.
Lo más raro del asunto es que en otras investigaciones anteriores a esta se había descubierto que la proteína beta-amiloide y su precursor se encuentran en las lesiones de la EM . De hecho, la proteína se identificaba como un marcador de daño en la mielina, por eso en la investigación se pensaba que la molécula dañaría más a la mielina, y no al contrario.
Lawrence Steinman, ya había usado ratones en otros estudios para desarrollar fármacos contra la EM, como el natalizumab, un potente medicamento que modifica la activación y proliferación de células inmunes externas al sistema nervioso central, impidiendo que estas afecten a las células nerviosas, ya que la EM, al ser autoinmune, lo que provoca es que el mismo sistema inmunitario ataque a las células del sistema nervoso.
Por ello, sabiendo esto sobre las células inmunes externas, analizaron que pasaría con la administración de la proteína beta-amiloide fuera del cerebro, concretamente se inyectó en el vientre de los ratones y no en el cerebro. Aunque los sistemas inmunes de estos ratones estaban preparados para atacar al aislante nervioso o mielina, con la administración de la beta-amiloide se produjo todo lo contrario. Así lo expresa Steinman: “Esta es la primera vez que la beta amiloide demuestra tener propiedades antiinflamatorias”
En definitiva, la beta-amiloide fuera del sistema nervioso central tendría propiedades como antiinflamatorio, todo lo contrario a lo que produce cuando se encuentra dentro del mismo cerebro o de los nervios.
El juego inflamatorio en enfermedades degenerativas, llegan siempre a las misma situaciones, un problema de inflamación y reparación complejo e imbricado.
No es la primera vez que se analizan las propiedades de la beta amiloide, El Hospital General de Massachusetts (MGH,), evidencio que la proteína beta-amiloide se deposita en forma de placas en el cerebro de pacientes con enfermedad de AL y se la considera una parte normal del sistema inmune innato, primera línea de defensa del cuerpo contra la infección.
Su estudio, publicado en ‘Science Translational Medicine’, concluye que la expresión de beta-amiloide humana resulta protectora contra las infecciones potencialmente letales en ratones, en el C elegans y en células cerebrales humanas en cultivo. “Se ha pensado que la neurodegeneración en la enfermedad de AlL es causada por el comportamiento anormal de moléculas de beta-amiloide, que son conocidas por reunirse en resistentes estructuras de fibrillas llamadas placas amiloides en el cerebro de los pacientes
En 2010 , Moir y Rudolph Tanzi, director del MGH-MIND y concluyeron que la beta-amiloide tenía muchas de las cualidades de un péptido antimicrobiano (AMP) y se trata de una pequeña proteína innata del sistema inmune que protege contra una amplia gama de patógenos.
En ese estudio se compararon formas sintéticas de A-beta con un conocido AMP llamado LL-37 y se encontró que la beta inhibe el crecimiento de varios patógenos importantes, a veces igual de bien o mejor que LL-37. La beta amiloide de los cerebros de los pacientes de AL también suprimió el crecimiento del hongo ‘Candida’ cultivado para esa investigación y, posteriormente, otros grupos han documentado la acción de A-beta sintético contra los virus de influenza y herpes.
En este nuevo trabajo, los investigadores encontraron que los ratones transgénicos que expresan A-beta humano sobrevivieron significativamente más tiempo después de inducir la infección por ‘Salmonella’ en sus cerebros frente a los ratones sin alteración genética. Los ratones que carecen de la proteína precursora de amiloide murieron incluso más rápidamente.
La expresión de la beta transgénica parece proteger a los gusanos ‘C.elegans’ de cualquier infección por ‘Candida’ o ‘Salmonella’. Del mismo modo, la expresión de beta humana protegio las células neuronales cultivadas de ‘Candida’. De hecho, la beta amiloide humano expresado por células vivas parece ser mil veces más potente contra la infección que el beta amiloide sintético utilizado en estudios previos.
Esa superioridad parece referirse a propiedades de beta amiloides que se han considerado parte de la patología en la enfermedad AL, la propensión de moléculas pequeñas a combinarse en lo que se denominan oligómeros y luego se agregan en placas de beta-amiloide.
Las preparaciones sintéticas de beta amiloide utilizadas en los estudios anteriores no inclujeron oligómeros; pero en el actual estudio, el oligómero de beta amiloide humano no sólo mostró una actividad antimicrobiana aún más fuerte, sino que también se observó su agregación en los tipos de fibrillas que forman las placas de beta-amiloide para atrapar los microbios en los modelos de ratones y gusanos redondos.
Tanzi explica que “se sabe que AMP juega un papel en las patologías de una amplia gama de enfermedades inflamatorias”. “Por ejemplo, LL-37, que ha sido nuestro modelo para la actividad antimicrobiana de beta amiloide, ha sido implicado en varias enfermedades al final de la vida, incluyendo artritis reumatoide, lupus y aterosclerosis. El tipo de desregulación de la actividad de AMP que puede causar inflamación mantenida en esos trastornos podría contribuir a las acciones neurodegenerativas de beta amiloide en la enfermedad de AL.
Moir añade: “Nuestros resultados plantean la intrigante posibilidad de que puede surgir la patología de AL, cuando el cerebro se percibe a sí mismo como bajo el ataque de los patógenos invasores, aunque se necesitan estudios adicionales. No parece probable que las vías inflamatorias del sistema inmune innato puedan ser posibles dianas de tratamiento. Si se validan, nuestros datos también justifican la necesidad de tener precaución con terapias dirigidas a la eliminación total de las placas de beta-amiloide. Las terapias basadas en la disminución de amiloides, pero no en la eliminación de beta amiloide en el cerebro podría ser una estrategia mejor”.
El siguiente paso es la búsqueda de microbios en los cerebros de pacientes de AL y enfermedades degenerativas en general, que puedan haber desencadenado la deposición de amiloide como una respuesta protectora, llevando más tarde a la muerte de las células nerviosas. “Si podemos identificar a los culpables –ya sean bacterias, virus u hongos– podemos ser capaces de dirigirnos a ellos terapéuticamente para la prevención primaria de la enfermedad”.
BACTERIAS INTESTINALES DENTRO DEL CEREBRO HUMANO
Fotografía de un astrocito,. La mancha gris del centro es un capilar, a la izquierda, varias bacterias – ROSALINDA ROBERTS, COURTNEY WALKER, AND CHARLENE FARMER La barrera hematoencefálica, es un conjunto de «filtros» situados en los vasos sanguíneos que evitan la entrada de patógenos, toxinas y otras moléculas, en el cerebro. Teoricamente impiden que entren patógenos en el cerebro, pero cada vez se pone este axioma mas en duda, ya que determinados patógenos, cuando cambian las condiciones del medio, pueden penetrar esta barrera y llegar al cerebro y el sistema nervioso en general
Investigadores de la Universidad de Alabama en Birmingham (EE.UU.) encontraron en muestras de cerebros por casualidad unas formas alargadas en su interior, que posteriormente vieron que eran bacterias que se suelen encontrar en el intestino y pertenecen a tres grupos de microbios.
Ponen los autores en duda si estas bacterias no son producto de la contaminación dichas bacterias entraran en las células cerebrales, pero sugieren que podría haber bacterias intestinales viviendo dentro del cerebro de personas sanas.
Este hallazgo, realizado por un pequeño equipo de investigadoras dirigido por Rosalinda Roberts, fue presentado el mes pasado en el congreso anual de la Sociedad de Neurociencia, en Estados Unidos, y revelado por Sciencemagazine.
Barrera Hematoencefalica
Los autores piensan que estos microbios, pueden ser inocuos o incluso beneficiosos para el organismo.
La investigadora, Courtney Walker y Charlene Farmer trabajaban con muestras de cerebro extraídas de 34 personas fallecidas solo unas horas antes. Su objetivo era comparar los cerebros de enfermos de esquizofrenia con los de personas no afectadas por esta dolencia. Las fotografías de microscopía electrónica, en las que se extraen pequeñas láminas de tejido que se fijan a través de complejas técnicas, revelaron la presencia de corpúsculos dentro de ciertas células y en zonas concretas de estas.
Se encontraron las bacterias predominantemente en dos o tres lugares»,
En concreto, en los pies de los astrocitos, en la barrera hematoencefálica y junto a axones mielinizados. Además, la presencia de los microbios varió en cada región cerebral. En general, resultaron ser más abundantes en la sustancia negra (implicada en movimiento de ojos, planificación de movimientos, aprendizaje y adicción), el hipocampo (memoria, entre otros procesos) y el córtex prefrontal (pensamiento, memoria a corto plazo, atención), y más escasas en el cuerpo estriado (función motora, recompensa, etc).
Descartar que las bacterias hubieran llegado al cerebro después de la muerte, como una contaminación, les hizo buscar estos microbios en 10 ratones sanos. Extrajeron los tejidos justo después de la muerte de estos animales y, ¿qué encontraron? Más bacterias. A continuación, analizaron los cerebros de cuatro ratones desprovistos de microbios, criados expresamente para nacer en ausencia de bacterias. En este caso, encontraron tejidos totalmente limpios de microorganismos, lo que apunta a que no es la técnica de extracción la que introdujo las bacterias.
Además, y según ha detallado Rosalinda Roberts, en los ratones, pero no en los humanos, observaron bacterias dentro de los de las neuronas. También las vieron en las cercanías de los axones mielinizados.
Microbios de la microbiota intestinal?
Lo próximo que hicieron fue identificar a las bacterias halladas en el cerebro. Los análisis de genomas revelaron que el 92 por ciento de dichas bacterias pertenecen a 3 grandes grupos, que se corresponden con bacterias intestinales pero también con los tipos más frecuentes de estos microorganismos: Firmicutes, Proteobacteriasy BacteroidetesEl hecho de que hayan encontrado bacterias solo en ciertas zonas específicas de las profundidades de las células sugiere que estas no llegan a sus posiciones por azar. Como tampoco hay señales de inflamación en los cerebros, lo que se esperaría si estos fueran patógenos, también hace pensar que no están atacando.
Las bacterias podrían entrar en el cerebro bajo circunstancias que no impliquen lesiones o infecciones»«Las bacterias podrían entrar en el cerebro bajo circunstancias que no impliquen lesiones o infecciones y que podrían tener preferencias muy selectivas sobre el lugar donde viven en el cerebro», ha constatado Roberts.
Entonces, ¿qué podrían estar haciendo estos microbios si, efectivamente, vivieran en el interior del cerebro? ¿Podrían ser importantes para las funciones celulares, la enfermedad y la respuesta inmune? «Si vivieran ahí, la respuesta es sí», ha dicho la investigadora. «La ausencia de inflamación sugiere que son comensales o mutualistas, o bien que llegan tras la muerte a causa de una contaminación».
Los hallazgos son interesantes porque las bacterias se localizan en lugares específicos y no sencillamente en cualquier parte», como harían en una contaminación.. Es decir, esta opción también abriría curiosos interrogantes: ¿Por qué las bacterias invaden un ambiente hostil (compuesto por glutaraldehído), que se usa como agente antibacteriano en la conservación de las muestras de cerebro? ¿Qué tienen de especial los astrocitos y la mielina para ser invadidos mientras que otras células no reciben la «visita» de estos microbios? ¿Por qué invaden los núcleos de las neuronas de los ratones pero no de los humanos?
La comunidad científica ha constatado que la microbiota del intestino humano tiene un papel crucial para evitar la entrada de patógenos, regular el sistema inmunológico y absorber nutrientes. Recientemente, se ha comenzado a observar que el microbioma intestinal parece influir en el funcionamiento del cerebro, en el comportamiento y en la aparición de enfermedad, a través de mecanismos desconocidos. Se ha sugerido que puede ser gracias a la producción de hormonas o neurotransmisores, o quizás a través de algún mecanismos de comunicación, vía nervios o vasos sanguíneos. ¿Es lo hallado por estos científicos un primer indicio de esto?
Rosalinda Roberts ha explicado que a continuación tratarán de repetir los hallazgos centrándose en la esterilidad de las técnicas, con la finalidad de confirmar si estas bacterias proceden de una contaminación o no. Además, harán nuevos análisis para averiguar cuántas bacterias hay en los tejidos y si están vivas y, más adelante, cuántas hay en cada región en personas afectadas de varias dolencias. Para saber cómo podrían llegar hasta ahí, Roberts ha dicho que examinará potenciales rutas de entrada, como el nervio olfativo, el nervio vago y el área postrema.
Otros investigadores ya han manifestado su interés en estas observaciones. Por el momento, un grupo ha obtenido una confirmación independiente en tejidos extraídos en cirugía. El reto será, según Roberts, investigar en este campo teniendo en cuenta que hay pocos microscopistas electrónicos que puedan trabajar con este tipo de muestras, y el propio hecho de que sea necesario hacer las preparaciones tan solo ocho horas después de la muerte.
El esfuerzo podría merecer la pena. Si no es una peculiar contaminación, los científicos podrían haber encontrado un filón para estudiar la evolución, el funcionamiento y las enfermedades del cerebro.
Fantastico trabajo, Pueden haber germenes en el cerebro, sin producir enfermedades sin inflamación incluso benefactores.
Es posible que sea cuestión de tiempo, pasado el cual, se hacen patógenos y aparece la inflamación y todo el camino de enfermnedades neurodegenerativas.
Algo se ha conseguido, hay que romper paradirgmas.
La microbionta se ha roto, los germenes entran en el sistema nervoso por cualquier sitio, no necesitan puerta y se existe ellos la abren y además actúan cuando pueden lo necesitan y el organismo trata de expulsarlos si se portan agresivamente
La microbiota esta siendo explotada desde muchos angulos y es muy posible que esto de resultados.
Abundando en lo anterior, cabe introducir, el manejo de los macrofagos en esta patología.
Un equipo de investigadores dirigido por científicos del Centro Max Delbrück de Medicina Molecular ha descubierto que una población de monocitos definida por la elevada expresión del marcador Ly6C (Ly6C ++) juega un papel crucial en la homeostasis cerebral. En experimentos realizados en ratones en los que el tratamiento prolongado con antibióticos había disminuido la neurogénesis hipocampal y la memoria, éstas pudieron ser restablecidas mediante el ejercicio físico y el tratamiento con probióticos.
Esta combinación se asoció a un aumento en el número de monocitos Ly6C ++ en el cerebro. La eliminación de esta población redujo la neurogénesis, mientras que su transferencia a ratones tratados con antibióticos la rescató. Ya era conocido que la macrobiota intestinal mantiene sistémicamente algunas poblaciones circulantes de célula mieloides, modulando los precursores de la médula ósea.
Los autores no descartan que la depleción de células Ly6C ++ mediante el uso de anticuerpos pueda tener algún efecto sobre otras células residentes del sistema nervioso central, como la microglia, los astrocitos o las células endoteliales. Sin embargo, el análisis de esta población celular en los diferentes paradigmas de tratamiento utilizados en este estudio les asigna, sin duda, un papel preponderante en la neurogénesis adulta en el hipocampo.
Bibliografia
– ROSALINDA ROBERTS, COURTNEY WALKER, AND CHARLENE FARMER. Universidad de Alabama en Birmingham (EE.UU.
Centro Max Delbrück de Medicina Molecular
La β-amiloide es un péptido de 36 a 43 aminoácidos que se sintetiza a partir de la proteína precursora amiloidea (APP). Su relación con la enfermedad de Alzheimer, es su mayor relevancia, pero existe evidencia de múltiples actividades no asociadas con esta enfermedad
Estas funciones no asociadas con Alzheimer incluyen la activación de quinasas, la protección contra estrés oxidativo, regulación del transporte de colesterol actuando como un factor de transcripción y actividad antimicrobiana (especialmente asociado con su acción pro-inflamatoria).
Se ha ha repetido que la neurodegeneración en la enfermedad de Alzheimer es causada por el comportamiento anormal de moléculas de beta-amiloide, que forman al reunirse, resistentes estructuras de fibrillas llamadas placas amiloides en el cerebro de los pacientes», según publicaa Unidad de Genética y Envejecimiento del Instituto de Investigación de Enfermedades Neurodegenerativas del Hospital General de Massachusetts (MGH-MIND).
En 2010 Moir y Rudolph Tanzi, director del MGH-MIND afirman que la beta-amiloide tenía muchas de las cualidades de un péptido antimicrobiano (AMP) y se trata de una pequeña proteína innata del sistema inmune que protege contra una amplia gama de patógenos.
En ese estudio se compararon formas sintéticas de beta amiloide con un conocido AMP llamado LL-37 y se encontró que A-beta inhibe el crecimiento de varios patógenos importantes, a veces igual de bien o mejor que LL-37. A-beta de los cerebros de los pacientes de Alzheimer también suprimió el crecimiento del hongo ‘Candida’ cultivado para esa investigación y, posteriormente, otros grupos han documentado la acción de A-beta sintético contra los virus de influenza y herpes.
La expresión de A-beta transgénica también parece proteger a los gusanos redondos ‘C.elegans’ de cualquier infección por ‘Candida’ o ‘Salmonella’. Del mismo modo, la expresión de A-beta humana protecc Werther estoy contigo si ión las células neuronales cultivadas de ‘Candida’. De hecho, el beta-amiloide humano expresado por células vivas parece ser mil veces más potente contra la infección que el beta-amiloide sintético utilizado en estudios previos.
Esa superioridad parece referirse a propiedades de beta-amiloide, que se han considerado parte de la patología en la enfermedad de Alzheimer, la propensión de moléculas pequeñas a combinarse en lo que se denominan oligómeros y luego se agregan en placas de beta-amiloide.
Mientras los AMP combaten la infección a través de varios mecanismos, un proceso fundamental implica la formación de oligómeros que se unen a las superficies microbianas y luego se agrupan en agregados que evitan que los patógenos se adhieran a las células huésped y permiten a los AMP matar microbios mediante la interrupción de sus membranas celulares.
Las preparaciones sintéticas de A-beta utilizadas en los estudios anteriores no incluyeron oligómeros; pero en el actual estudio, el oligómero de A-beta humano no sólo mostró una actividad antimicrobiana aún más fuerte, sino que también se observó su agregación en los tipos de fibrillas que forman las placas de beta-amiloide para atrapar los microbios en los modelos de ratones y gusanos redondos.
Tanzi explica que «se sabe que AMP juega un papel en las patologías de una amplia gama de enfermedades inflamatorias». «Por ejemplo, LL-37, que ha sido nuestro modelo para la actividad antimicrobiana de A-beta, ha sido implicado en varias enfermedades al final de la vida, incluyendo artritis reumatoide, lupus y aterosclerosis. El tipo de desregulación de la actividad de AMP que puede causar inflamación mantenida en esos trastornos podría contribuir a las acciones neurodegenerativas de A-beta en la enfermedad de Alzheimer» señala.
El Alzheimer podría ser la respuesta del cerebro a patógenos invasores, aunque se necesitan estudios adicionales. En
Y si se precipita como macrófago sobre germenes o patógenos en general, que están por confirmar, ¿Por qué no lo va a hacer en el cristalino dando lugar a la Catarata?
Se han encontrado germenes plurales y sobre todo hongos en enfermedades neurodegenerativas. Esclerosis en placas, ELA y Alzheimer, por lo menos, y estos serian la diana del deposito de la proteína amiloide.
El resto de la amiloidosis, pueden tener el mismo procesos, un germen una reacción del organismo como defensa, es decir la emisión de un macrófago.
Estos días publique en mi blog el trabajo CATARATAS Y AMILOIDE, de la que resumo , lo que me parece fundamental, el deposito de amiloide en el cristalino para formar ella Catarata
El deposito anormal de amiloide, forma lo que se llama “amiloidosis” son un grupo de procesos esporádicos, familiares y/o hereditarios, degenerativos, ligados al en los tejidos afectados de una proteína anormal plegada (amiloide). Al depositarse en los tejidos, la amiloide altera la estructura tisular normal, y por consiguiente la función tisular. Los signos y síntomas de cada proceso dependen de la localización y tamaño de los depósitos. Los depósitos pueden ser localizados (amiloidosis localizada), o distribuidos por todo el organismo (amiloidosis sistémica). También se pueden diferenciar, según se conozca su causa, en secundaria (causada por otra enfermedad), o primaria (sin causa conocida). Las amiloidosis primarias, en general, afectan a nervios, piel, lengua, articulaciones, corazón e hígado. Las amiloidosis secundarias suelen afectar a bazo, riñones, hígado y glándulas adrenales. La amiloidosis angiopática cerebral hereditaria, también conocida como angiopatía amiloide cerebral, provoca una pérdida progresiva de la función intelectual (demencia), así como ictus, u otras alteraciones neurológicas, que comienzan a mediana edad..
El depósito patológico de esta proteína, produce varios tipos de enfermedad, sobre todo era lógico pensar que el deposito de amiloide en el cristalino formando cataratas, tendría la misma etipatogenia.
Ahora empezamos a saber que la proteína beta-amiloide, componente fundamental de las placas cerebrales de las personas con enfermedad de Alzheimer (EA), también se detecta en el cristalino del ojo.
En la Unidad de Investigación en Genética e Envejecimiento del MGH, ha identificado a la proteína en muestras de cristalino pertenecientes a sujetos ancianos con y sin Alzheimer.
La formación de placas de proteína beta amiloide en el cerebro y el desarrollo de cataratas son sendos ejemplos de una acumulación de la proteína relacionada con lesiones degenerativas asociadas a la edad”. De esta forma, las personas con síndrome de Down, que suelen desarrollar precozmente Alzheimer, también son más propensas a sufrir cataratas a una edad temprana.
En el análisis de tejido cerebral y de cristalino de 9 pacientes fallecidos por EA y de 8 controles que perecieron por otras alteraciones neurodegenerativas. La proteína beta- amiloide se encontró en todas las muestras de cristalino analizadas en concentraciones similares a las que se hallaron en las muestras cerebrales.
Cabe ahora pensar que el substrato sobre el que se precipitan la proteína amiloide es el mismo.
Recientes trabajos muestran que los amiloides son producidos por macrofagos y actúan como un sistema de reparación o inmunidad. La búsqueda de germenes en los depósitos de amiloide, sobre todo en el Alzeimer, Esclerosis Multples y ELA.
El numero de germenes encontrados en estas placas amiloides, es grande y repetidos, pero según Carrasco, en estudios que llevan 20 años, se repiten el hallazgo de varios hongos y asociados a bacterias.
Al depositarse en los tejidos, la amiloide altera la estructura tisular normal, y por consiguiente la función tisular.
El profesor Don Manuel Cruz Hernandez, hombre sabio muy amigo mio, que me ayuda con sus comentarios, me dice lo que sigue:
Muy interesante aunque habría que conocer la opinión de los oftalmólogos, dado que existen
muchos tipos de cataratas, según se tome como referencia su localización anatómica, su edad
de aparición (no es excepcional la congénita) y la etiologia. Ahora se plantea el papel de
las proteinas, que son muy diversas.
Destacar la beta-amiloide puede ser digna de estudio, como su relación con las amiloidosis que tambien son numerosas en su tipos. Esperemos más noticias.
Comentario by Manuel Cruz — 7 diciembre 2018 @ 19:49 |Editar esto.
Seguro Don Manuel que soy simplista, pero de las varias capacidades que tiene la amiloide, una de ellas evidente , es depositarse sobre germenes o patógenos en general, no lo sabemos. La variedad de esta proteína no es demasiado grande, pero si su cantidad, a pequeñas dosis es fisiológica y a dosis mayor actúa precipitándose como en las enfermedades autoinmunes. Dando perdida de la organicidad y de la función.
La imagen del deposito de beta amiloide sobre vias nerviosas me parece impresionante
Estoy seguro que hablaremos mas de esto
Referencias
Lahiri DK, Maloney B (septiembre de 2010). «Beyond the signaling effect role of amyloid–β42 on the processing of AβPP, and its clinical implications». Exp. Neurol. 225 (1): 51-4. PMC 2922469. PMID 20451519. doi:10.1016/j.expneurol.2010.04.018.
20 autores mas.
CATARATAS Y AMILOIDE
La proteína beta amiloide es inprescindible para el correcto funcionamiento del cerebro, pero al mismo tiempo ambigua en su comportamiento: Si se elimina del cerebro da problemas en la capacidad de aprendizaje y memorización, pero una mayor acumulación en forma de placas produce en la enfermedad de Alzheimer, entre otras..
El deposito anormal de amiloidea, forma lo que se llama “amiloidosis” son un grupo de procesos esporádicos, familiares y/o hereditarios, degenerativos, ligados al en los tejidos afectados de una proteína anormal plegada (amiloide). Al depositarse en los tejidos, la amiloide altera la estructura tisular normal, y por consiguiente la función tisular. Los signos y síntomas de cada proceso dependen de la localización y tamaño de los depósitos. Los depósitos pueden ser localizados (amiloidosis localizada), o distribuidos por todo el organismo (amiloidosis sistémica). También se pueden diferenciar, según se conozca su causa, en secundaria (causada por otra enfermedad), o primaria (sin causa conocida). Las amiloidosis primarias, en general, afectan a nervios, piel, lengua, articulaciones, corazón e hígado. Las amiloidosis secundarias suelen afectar a bazo, riñones, hígado y glándulas adrenales. La amiloidosis angiopática cerebral hereditaria, también conocida como angiopatía amiloide cerebral, provoca una pérdida progresiva de la función intelectual (demencia), así como ictus, u otras alteraciones neurológicas, que comienzan a mediana edad.
Los cultivos de cerebro de ratones sanos, mostraron que una cantidad óptima de beta amiloide es necesaria para mantener las neuronas funcionando correctamente. Si este equilibrio se perturba, la efectividad de la transferencia de información entre las neuronas disminuye marcadamente.
La proteína beta amiloide pertenece a un grupo de moléculas endógenas que regulan la transmisión sináptica normal en el hipocampo y de esta regulación depende la actividad neuronal ya que actua sobre la liberación en las vesículas sinápticas de neurotransmisores.
El depósito patológico de esta proteína, produce varios tipos de enfermedad, sobre todo era lógico pensar que el deposito de amiloide en el cristalino formando cataratas, tendría la misma etipatogenia.
Ahora empezamos a saber que la proteína beta-amiloide, componente fundamental de las placas cerebrales de las personas con enfermedad de Alzheimer (EA), también se detecta en el cristalino del ojo.
En la Unidad de Investigación en Genética e Envejecimiento del MGH, ha identificado a la proteína en muestras de cristalino pertenecientes a sujetos ancianos con y sin Alzheimer.
La formación de placas de proteína beta amiloide en el cerebro y el desarrollo de cataratas son sendos ejemplos de una acumulación de la proteína relacionada con lesiones degenerativas asociadas a la edad». De esta forma, las personas con síndrome de Down, que suelen desarrollar precozmente EA, también son más propensas a sufrir cataratas a una edad temprana.
Los trabajos sobre cataratas por depósito anormal en el cristalino de amiloide y asociadas a la edad son escasos
La proteína beta amiloide es esencial para el correcto funcionamiento del cerebro, y que si se elimina del cerebro podría causar problemas en la capacidad de aprendizaje y memorización, así como una mayor y más rápida acumulación de placas en la enfermedad de Alzheimer.
En el análisis de tejido cerebral y de cristalino de 9 pacientes fallecidos por EA y de 8 controles que perecieron por otras alteraciones neurodegenerativas. La proteína beta- amiloide se encontró en todas las muestras de cristalino analizadas en concentraciones similares a las que se hallaron en las muestras cerebrales.
Cabe ahora pensar que el substrato sobre el que se precipitan la proteína amiloide es el mismo.
Recientes trabajos muestran que los amiloides son producidos por macrofagos y actúan como un sistema de reparación o inmunidad. La búsqueda de germenes en los depósitos de amiloide, sobre todo en el Alzeimer, Esclerosis Multples y ELA.
El numero de germenes encontrados en estas placas amiloides, es grande y repetidos, pero según Carrasco, en estudios que llevan 20 años, se repiten el hallazgo de varios hongos y asociados a bacterias.
El éxito de una intervención quirururgica, detienene el conocimiento de las cateratas. Excepcional Las amiloidosis son un grupo de procesos esporádicos, familiares y/o hereditarios, degenerativos, ligados al en los tejidos afectados de una proteína anormal plegada (amiloide). Al depositarse en los tejidos, la amiloide altera la estructura tisular normal, y por consiguiente la función tisular. Los signos y síntomas de cada proceso dependen de la localización y tamaño de los depósitos. Los depósitos pueden ser localizados (amiloidosis localizada), o distribuidos por todo el organismo (amiloidosis sistémica). También se pueden diferenciar, según se conozca su causa, en secundaria (causada por otra enfermedad), o primaria (sin causa conocida). Las amiloidosis primarias, en general, afectan a nervios, piel, lengua, articulaciones, corazón e hígado. Las amiloidosis secundarias suelen afectar a bazo, riñones, hígado y glándulas adrenales. La amiloidosis angiopática cerebral hereditaria, también conocida como angiopatía amiloide cerebral, provoca una pérdida progresiva de la función intelectual (demencia), así como ictus, u otras alteraciones neurológicas, que comienzan a mediana edad. Debido al tipo de alteración neurológica, el proceso suele ser fatal en una proporción importante de los afectados, aunque ello depende de la gravedad de los signos y síntomas. La mayoría de los individuos fallecen una década después de manifestarse los primeros signos y síntomas, aunque algunos sobreviven más tiempo. Existen muchos tipos diferentes de esta variedad de amiloidosis, que se diferencian según su causa genética y los signos y síntomas que presenta el caso. Los distintos tipos suelen denominarse según la región donde fueron diagnosticados inicialmente. El tipo holandés (Dutch type) es la forma más frecuente, siendo con frecuencia el ictus el signo inicial. Aproximadamente la mitad de los individuos con el tipo holandés presentan ataques recurrentes de epilepsia. Los tipos Flamenco e Italiano (Flemish type / Italian Type), suelen presentar ictus recurrente y demencia. El tipo Piamontés (Piedmont type) tiene uno o varios ictus y presentan alteraciones del movimiento, parestesias, confusión y demencia. El tipo Islandés (Iceland type), presenta ictus seguido de demencia. En el tipo Ártico (Arctic type), el primer signo suele ser la pérdida de memoria que progresa hacia demencia intensa. En el tipo Iowa los ictus son infrecuentes, y los pacientes tienen pérdida de memoria, problemas de vocabulario y palabra, cambios de personalidad, y movimientos involuntarios (mioclonus). En el tipo Británico existe demencia y problemas de movimiento pero es raro el ictus. En el tipo Danés, ocurre igual que en el tipo Británico, pero puede coexistir opacidad del cristalino (cataratas) y sordera. La causa más frecuente de la amiloidosis angiopática cerebral hereditaria, son las mutaciones en el gen APP (tipos Danés, Italiano, Ártico, Iowa, Flamenco, Piedmont). Las mutaciones en el gen CST3 causan el tipo Islandés. Las mutaciones en los tipos Británico y Danés son debidas a Instituto Valenciano de Microbiol
La utilidad que proporcionana la cirugía de las cataratas, como ocurre siempre con la cirugía exitosa, retrasa el conocimiento de la patología sobre la que se actúa.
Son los germenes y la reacción inmunitaria los que producen las patologías de los depósitos de amieloide y esto puede ser extensible a algunas enfermedades neurodegenerativas.
Bibliografia
[Nat Neurosci 2009; 12: 1567-1576 ]Abramov E, Dolev I, Fogel H, Ciccotosto , Ruff E y Slutsky I
The Lancet 2003;361:1258-1265 Brigham and Women’s
Massachusetts General Hospital (MGH)
http://www.mgh.harvard.edu/
http://www.brighamandwomens/
ENDIQUELA
Alzhéimer, párkinson, ELA… ¿Y si los culpables son microbios?
LUIS CARRASCO LLAMAS Miércoles, 28 noviembre 2018, 20:04
Este autor lleva muchos años defendiendo la teoría de que los hongos intervienen en enfermedades degenerativas y no solo hongos, sino también un conjunto de gérmenes.
No le hace caso casi nadie, pero el insiste.
Las enfermedades neurodegenerativas constituyen uno de los problemas más graves de la medicina actual. La causa de muchas de ellas es aún desconocida y, por lo tanto, no se dispone de tratamientos eficaces para frenar su evolución. Tampoco para revertir los síntomas clínicos.
Hablamos de patologías tan devastadoras como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), el alzhéimer, el párkinson y la esclerosis múltiple, que son objeto de estudio en todo el mundo. Por eso, el descubrimiento de la causa de estas enfermedades es uno de los mayores retos de la investigación científica en la actualidad.
Algunos investigadores han sugerido la posibilidad de que virus o incluso bacterias constituyan la causa de estas enfermedades. Nuestro grupo ha publicado varios estudios que demuestran que la ELA, el alzhéimer y la esclerosis múltiple pueden estar causadas por infecciones de hongos.
Por ejemplo, se han encontrado levaduras e hifas en el tejido nervioso de pacientes fallecidos por estas enfermedades. Estas estructuras fúngicas se han observado de manera directa con anticuerpos específicos capaces de reconocer hongos.
¿Dónde se encuentran estos microorganismos? Algunos de ellos se localizan en el interior de la célula, incluso en el núcleo de neuronas. Esto indica que la infección se produjo cuando las células estaban vivas.
Además, se han podido identificar las especies de hongos que infectan a pacientes con estas enfermedades. Todo gracias a técnicas muy sensibles que detectan el ADN fúngico con gran precisión, como la PCR y la secuenciación masiva.
Cada paciente puede tener infecciones mixtas, con diversos hongos. Estos, en general, son distintos en cada enfermedad. La existencia de especies diferentes en el sistema nervioso central explicaría por qué la enfermedad de cada paciente puede mostrar una evolución distinta.
La severidad de los síntomas clínicos en cada enfermo también es muy variada, y estaría de acuerdo con la diversidad de especies fúngicas presentes en el sistema nervioso central. Por último, también hemos demostrado la existencia de hongos mediante estudios de proteómica que señalan la presencia de proteínas de hongos.
Estos estudios de proteómica no han encontrado proteínas virales, ni de virus del herpes ni de otros virus animales. Los resultados obtenidos con anticuerpos específicos contra proteínas de herpes tampoco muestran su presencia en el sistema nervioso central de pacientes con alzhéimer.
Otro descubrimiento importante en la microbiota del sistema nervioso central es la existencia de infecciones polimicrobianas. Mediante el uso de anticuerpos específicos que reconocen bacterias, se han encontrado células procarióticas que, junto con los hongos, coinfectan a los pacientes.
Posiblemente estas bacterias sean oportunistas que aprovechan la infección principal de los hongos, que disminuye la respuesta inmune, para su crecimiento. De nuevo, mediante técnicas de PCR y de secuenciación masiva hemos identificado estas especies.
Otros grupos han llevado a cabo estudios similares que también demuestran la existencia de bacterias en el sistema nervioso central de pacientes con alzhéimer o esclerosis múltiple. Estos, sin embargo, no analizan la presencia de hongos.
Podemos concluir que todos los pacientes analizados con este tipo de patologías neurodegenerativas cuentan con hongos en su sistema nervioso central. Estos están acompañados de infecciones bacterianas.
La gran pregunta es si estas infecciones son la causa o la consecuencia de la neurodegeneración que tiene lugar en estos pacientes.
En principio, todos los síntomas clínicos observados en estas enfermedades se pueden explicar mediante estas infecciones. Se sabe que hay una respuesta inmune clara, con infiltración de linfocitos en el tejido nervioso. Para comprobarlo de forma segura, deben llevarse a cabo estudios clínicos.
Si la causa del alzhéimer, el párkinson, la ELA y la esclerosis múltiple es de origen microbiana… ¿significa eso que podríamos curar estas enfermedades? Contamos con la ventaja de disponer de compuestos antifúngicos y antibacterianos de gran eficacia, que ya han sido aprobados en distintos países. Son muy seguros y se usan a diario.
El paso siguiente sería comprobar cuáles de ellos son los más eficaces y cuál sería la dosis óptima para el tratamiento de estos enfermos. Se abre así una puerta a la esperanza de remedios seguros, en lugar de esperar al descubrimiento de nuevos compuestos.
Llegados a este punto, los germenes casi seguro que están en el cerebro de los pacientes con enfermedades neurodegenerativas, ¿pero son ellos los responsables, de la enfermedad? o la serie de macrofagos que se depositan, tales como : Cuerpos de Lewy , alfa sinucleina, placas de amiloides y Tau, que son claros exponentes de la inflamación, los responsables.
Quiere esto decir que lo que mutila el sistema nervioso es el deposito de estas sustancias sobre el Y entonces estamos de nuevo ante la enfermedades de autoinmunidad y que el germen es el inductor e incluso no tienen que ser específicos, cualquier germen puede inducir los depósitos anormales de macrofagos en un sentido ampko. Lo especifico es la reacción del cerebro .
De nuevo la microbiota, los germenes que emigran desde las cavidades y se asientan e xcualquier parte o en todas las pates ede la biología, los depósitos anormales de proteínas, dan lugar a la enfermedad.
Las enfermedades neurodegenerativas, son secundarias a la respuesta del tejido nervioso a un germen a través de la inmunidad.
A esto le llamo “ENDIQUELAR” una palabra gitana que significa, ver lo que quiere decir.
Recuerdo haber oído a unos gitanos decir ante una chica explendida que se contornea “endiquela, o endica”. Mira lo que quiere decir..
Bibliografia
Luis Carrasco Llamas, Catedrático de Microbiología, Centro de Biología Molecular (CBM-CSIC).