Filósofos y biólogos, hablan sobre los límites del ser humano .
El Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), filósofos y biólogos han reflexionado juntos sobre el impacto social de las ciencias de la vida. La jornada de puertas abiertas se apunta como la primera de una serie de encuentros entre representantes de estas dos disciplinas.
María Cerezo, Íñigo de Miguel, Maria Blasco, Alfonso Valencia, Antonio Diéguez, Arantza Etxeberria, Lluis Montoliú, Henrik Vogt y Michael Hauskeller, durante la celebración del ‘CNIO Workshop on Philosophy & Biomedical.
S.Valle. Madrid
20 noviembre, 2019

De izqda. a dcha., María Cerezo, Íñigo de Miguel, Maria Blasco, Alfonso Valencia, Antonio Diéguez, Arantza Etxeberria, Lluis Montoliú, Henrik Vogt y Michael Hauskeller, durante la celebración del ‘CNIO Workshop on Philosophy & Biomedical.
S.Valle. Madrid
20 noviembre, 2019
EL conocimiento parcelado no explica la realidad. Hace falta la conjunción de las capacidades, para obtener unos resultados científicos y humanos.

El impacto de las ciencias en nuestros días es hegemónico,de forma que no es extraño que se reúnan filósofos y biólogos para reflexionar juntos. El Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) reunión el pasado 19 de noviembre a un grupo de sobre el impacto social de las ciencias de la vida, en una jornada abierta al público.
María Blasco, directora del CNIO, creadora de la primera terapia génica que prolonga la vida en mamíferos –ratones– y Antonio Diéguez, catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Málaga, autor del libro Transhumanismo. La búsqueda tecnológica del mejoramiento humano; y Arantza Etxeberria, profesora de Filosofía de la Ciencia en la Universidad del País Vasco, fueron los impulsores de este encuentro.
Las estructuras de la reuniónes se fraguaron en tres sesiones:
longevidad, mejoramiento humano y transhumanismo, medicina personalizada y edición genética.
Envejecimiento, mejoramiento y naturaleza humana en la era del transhumanismo fue el título del primer debate, en el participaron María Blasco, Antonio Diéguez y Michael Hauskeller, director del departamento de Filosofía de la Universidad de Liverpool (Reino Unido). En el encuentro Blasco repasó sus investigaciones sobre los telómeros, que plantean un escenario donde enfermedades relacionadas con el envejecimiento pueden ser prevenidas, apuntando a una mayor longevidad con calidad de vida. Diéguez habló del transhumanismo y las alternativas que presenta este pensamiento en relación al mejoramiento del hombre.
Los límites están siempre presentes porque la ciencia es para el avance de la humanidad, no para su retroceso, ni para hacer cosas éticamente reprobables, dice María Blasco esto Dr.ª Blasco es su opinión, que qué me dice que a veces la ciencia nos hace avanzar, me lo creo. Pero no siempre, no siempre avanzamos, e incluso a veces nos hacen retroceder.
Entre lo que me da miedo cuando los investigadores se salen de su parsela. Se lo que se y el resto lo puedo adivinar, pero no siempre para avanzar.
La segunda sesión contó con la participación de Arantza Etxeberria, Henrik Vogt, médico y filósofo en el Centro para la Ética Médica de la Universidad de Oslo (Noruega), y Alfonso Valencia, director del Instituto Nacional de Bioinformática y del departamento de Ciencias de la Vida en el Centro de Supercomputación de Barcelona (BSC). Bajo el título Herencia ampliada, medicina de sistemas y medicina personalizada, los expertos cuestionaron el impacto de los factores no genéticos en la herencia, y cómo la biomedicina actual los tiene en cuenta en sentidos tanto conceptuales como prácticos. La medicina de sistemas y la medicina personalizada son parte de esta cuestión, ya que, por ejemplo, la discusión sobre cómo ha ser abordada la medicina personalizada ha de tener en cuenta puntos de vista tecnológicos y humanísticos por igual. Soy muy poco dado a vaticinar, pero que los estímulos externos modifican el comportamiento de los genes, durante la gestación, me parece que son indudable.

Valencia apuntó los trabajos que se realizan en su centro para pronosticar resultados y cómo resulta más complicado preveer que un paciente va a sufrir una enfermedad al conocer el tiempo que va a hacer dentro de una semana. Yo le diría Dr. Valencia que esto para que sirve, a quién beneficia.
La jornada se cerró con un debate sobre El impacto de la edición de CRISPR-Cas en la biología y la sociedad. Lluis Montoliú, director del Departamento de Biología Molecular y Celular del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), María Cerezo, profesora de Lógica y Filosofía de la Ciencia en la Universidad de Murcia, e Íñigo de Miguel, profesor investigador en la Cátedra Interuniversitaria de Derecho y Genoma Humano de la Universidad del País Vasco, discutieron aspectos científicos, perspectivas filosóficas y desafíos éticos de esta novedosa técnica de edición genética de alta precisión, que ha abierto la puerta al desarrollo de nuevas terapias contra enfermedades como el cáncer.
Para Antonio Diéguez, coorganizador del encuentro, una cuestión central es si la dignidad humana se ve amenazada por el abanico de posibilidades que abren las nuevas técnicas. “Cuando se habla de modificar la línea germinal, por ejemplo, quienes se oponen suelen emplear tres argumentos: que atenta contra la dignidad humana; que no se debe jugar a ser Dios; y que es intrínsecamente malo”, ha explicado. “Ninguno me convence. Si se modifica el genoma en un embrión para evitar una enfermedad, ¿por qué implica pérdida de dignidad?”.
Un reto que sí contempla Diéguez es la posible aparición de desigualdades sociales, que serían más difíciles de superar que las actuales porque estarían cristalizadas en la genética de cada individuo.
Durante su intervención en la sesión sobre medicina personalizada y herencia no genética, la coordinadora Arantza Etxeberria ha hablado sobre cómo la ciencia aborda la relación entre organismo y entorno. En su opinión, a menudo “la investigación en genética se fija mucho en la constitución biológica de las personas, pero descuida la importancia de los aspectos relacionales, tanto con el entorno en general como con otros organismos”.
En la experiencia de la también coordinadora de la jornada, María Blasco, los científicos siempre consideran la parte ética de su trabajo: “Nunca investigaría nada que no me hiciese sentir que estoy haciendo algo positivo e intrínsecamente bueno. Se investiga para mejorar las cosas. No conozco a nadie que investigue para empeorar las cosas. Los límites están siempre presentes porque la ciencia es para el avance de la humanidad, no para su retroceso, ni para hacer cosas éticamente reprobables”.
Blasco ha hecho hincapié en la importancia de los encuentros entre ciencia y filosofía para debatir sobre las cuestiones más candentes de la biología y las ciencias biomédicas, así como para hacer frente a fenómenos como las fake news: “Juntos, científicos y filósofos podemos ayudar a frenar las mentiras, a hacer que los ciudadanos estén mejor informados. Espero que este encuentro en el CNIO sea el primero de muchos”.
Me parece recordar Doctora Blasco las serias advertencias de unos científicos sobre los peligros de la técnica que revolucionó la genética
ermite eliminar y reemplazar secciones de ADN en las células de cualquier organismo.
Fue descrito como uno de los avances más importantes en la ciencia moderna. Pero ahora un nuevo estudio advierte sobre sus peligros.
La técnica de edición genética CRISPR/Cas9 permite eliminar y reemplazar secciones de ADN en las células de cualquier organismo.
Esta técnica de «corta y pega» ya está revolucionando la ciencia.
Pero investigadores del Instituto Wellcome Sanger en Inglaterra constataron que el CRISPR/Cas9 causa, a menudo, extensas mutaciones, aunque estas están localizadas a cierta distancia del sitio de edición del genoma.
«La técnica de edición genética o corta y pega es una técnica que permite cortar nuestros genes», ¿Cómo se llegó al CRISPR/Cas9?
«Lo que hemos hecho ha sido adaptar unas herramientas que las bacterias utilizan para defenderse de los virus que las infectan y convertirlas en unas nuevas herramientas que lo que nos permiten es corregir cualquier alteración que pueda existir en nuestros genes. Por eso los llamamos editores genéticos, porque son capaces de cambiar letras que están fuera de su secuencia habitual y conseguir incorporar las correctas».
La técnica es relativamente reciente y su primera utilización tuvo lugar en 2013.
«Hay que decir que a nivel del laboratorio es una herramienta extraordinaria que nos permite hacer alteraciones a voluntad de los genes que estudiamos y hacerlo con una eficiencia que nunca antes habíamos visto».
A nivel de laboratorio, de investigación básica, el CRISPR es una «herramienta revolucionaria».»Pero otra cosa son sus aplicaciones terapéuticas, que es lo que esta generando más discusión».
El problema principal de acuerdo a Montoliu es que «toda la precisión que tienen las herramientas de edición CRISPR no la tienen los sistemas de reparación que tienen que actuar a continuación para restaurar la continuidad física del cromosoma».
«Cuando cortamos un hilo, el hilo del ADN, la célula responde inmediatamente intentando volver a unir los dos extremos que se han cortado».
El genoma está formado por cuatro letras, la G, A, T y C.
Derechos de autor de la imagenSCIENCE PHOTO LIBRARYImage captionCuando se corta el ADN, la célula intenta «de todas las maneras posibles es llegar a tener As delante de Ts o Gs delante de Cs».
«La G siempre se empareja con la C y la A siempre se empareja con la T. Entonces lo que intenta hacer la célula de todas las maneras posibles es llegar a tener As delante de Ts o Gs delante de Cs y como si fuera un velcro, una cremallera, intentar unirlas y engancharlas para poder restaurar así la herida y restañar esta cicatriz y mantener la continuidad del cromosoma».
En ese intento por reparar, «de 30 o 40 veces probablemente en una de ellas la célula repara de la manera que nosotros teníamos planeado. Es lo que quisiéramos que ocurriera el cien por cien de las veces, pero solamente ocurre un 3, 4 o 5%».
«El 95% restante de las veces lo que pasa es que la célula en sus intentos de reparación lo que provoca es incluso mas daño del que queríamos restaurar».
El investigador explicó que existen por lo menos dos grandes grupos de terapias que se pueden desarrollar para tratar de evitar genes que tengan una secuencia alterada.
Cuando mezclamos la biología con la Filosofía deseamos que los resultados sean palpables y entendibles. Pero olvidamos que la dicción y la literatura nos conduce con frecuencia aunque sin intencionalidad al falseó de datos.
La ciencia es el conjunto de acontecimientos que aplicamos para explicar la vida, después con filosofía, que en muchas ocasiones no tiene nada que ver con el juego, intentamos connotaciónes.