BIOROBOTS CAPACES DE REPRODUCIRSE POR SÍ SOLOS
El hombre no para, sigue y sigue haciendo lo que le gusta y probablemente para lo que esta hecho.
Evolucionar, “caiga quien caiga”.
Esto nos lleva a las películas de terror, que tanto nos gustaban y asustaban al mismo tiempo.
Hasta que no conozcamos nuestra mente y sus entrecijos, mentales. Pues esto “Va como Va”
Están hechos a partir de embriones de rana y se mueven para capturar células, juntarlas y tener descendencia, que también podrá reproducirse por sí sola
Xavier Duran 30/11/2021 – 14.13
Los Biorobots, son máquinas hechas con material biológico que se mueven para capturar células que guardarán y juntar para, finalmente, dar lugar a una cría de biorobot que podrá hacer lo mismo.
Es lo que han creado investigadores estadounidenses: robots biológicos o biorobots capaces de reproducirse y tener descendencia que también podrá reproducirse. Al igual que animales y vegetales, pero surgidos en el laboratorio y con posibilidades de programarlos .
Este hallazgo propio de la ciencia ficción, pero muy real, lo ha llevado a cabo un equipo de biólogos e informáticos formado por Sam Kriegman, Douglas Blackiston y Michael Levin , de las universidades Tufts y Harvard, en Massachusetts, y Josh Bongard , de la Universidad de Vermont. Los resultados se han publicado en los Proceedings os the National Academy of Sciences (PNAS).
Son los mismos investigadores que hace cerca de dos años, en enero del 2020, presentaron los primeros xenobots , unos robots diminutos, de décimas de milímetro, que actúan por sí solos y están construidos con células de rana. Las células son de embriones de la rana con uñas africana, de nombre científico Xenopus laevis . Por eso les llamaron «xenobots».
Ahora los xenobots han dado un paso más y pueden nadar en una placa de Petri –pequeños recipientes planos utilizados en los laboratorios-, recoger piezas y juntarlas. Se han convertido en progenitores que crean sus crías . Y éstas podrán convertir a sus padres en abuelos, porque tendrán la misma capacidad. Y así generación tras generación.
El descubrimiento se describe en este vídeo de la Universidad de Vermont:
Microrobot polinizador
Del experimento mental a la realidad
A finales de los años 50, el matemático estadounidense nacido en Hungría John von Neumann creó un concepto teórico fruto de un experimento mental. Son las máquinas que llevan su nombre. Describió detalladamente cómo podrían ser unos autómatas que solo recogieran materiales y construyeran congéneres . Máquinas que se reproducirían y que así facilitarían, por ejemplo, la colonización de otros astros, porque ya no habría que enviar a miles de robots a la Luna o a Marte, sino unos cuantos que se irían multiplicando, como si fueran seres humanos.
El experimento mental se ha convertido en real de la mano de estos autores.
Tal y como explica Bongard de estos xenobots, «con el diseño adecuado, pueden autorreplicarse».
Y precisamente encontrar el diseño adecuado no es fácil. Los xenobots que crean descendencia tienen una forma de Pac-man o comecocos , como los del famoso y ya antiguo videojuego.
Pero no se ha llegado a esa solución pensando y probando . La forma usual que tomaban los xenobots era una esfera.
Según explica Kriegman, podía crear descendencia pero el sistema se extinguía después de hacer esto.
Había que encontrar una forma que permitiera al sistema perpetuarse. Y esto fue posible gracias a un programa de inteligencia artificial que se hizo funcionar en el superordenador Deep Green de la Universidad de Vermont.
El sistema consistía en un algoritmo muy potente que evaluaba muchas formas diferentes , desde triángulos y pirámides hasta estrellas y otras estructuras más complejas, y hacía simulaciones hasta encontrar las más eficientes.
Y una era ese comecocos, que, según Kriegman, es una solución simple pero contraintuitiva y que «ningún ingeniero habría sugerido».
Abre muchas posibilidades en medicina
En una rana real, las células utilizadas en los biorobots pueden desarrollarse en la piel, pero los científicos ya piensan en otras opciones, como explica el biólogo Michael Levin, que dirige el Allen Discovery Center en Tufts:
«Las células se pueden situar fuera de un renacuajo y alejar patógenos y redistribuir mucosidad, pero los hemos puesto en un contexto nuevo.
Les damos la oportunidad de reimaginar su multicelularidad.»
Los autores ya ven muchas posibilidades, porque “ la vida aloja comportamientos sorprendentes que están justo por debajo de la superficie esperando a ser descubiertos».
Concretamente, como ya habían demostrado que los xenobots se pueden programar para realizar tareas relativamente sencillas, creen que el hecho de que se puedan reproducir llevará a tecnologías que, sin demasiadas intervenciones externas, sean más útiles y se esparzan.
Los nanobots capaces de desplazarse por dentro de nuestro cuerpo ya son reales y nadan como las almejas
La velocidad a la que necesitamos producir soluciones tiene mucha
importancia y esto puede ayudar, escriben:
«La autoreplicación cinemática puede proporcionar formas de desplegar pequeñas cantidades de elementos biotecnológicos que crezcan rápidamente, pero que estén diseñados para ser el máximo de controlables.»
Y esto puede llevar, por ejemplo, a desarrollar más rápidamente máquinas vivientes que eliminen microplásticos de las aguas o fabriquen nuevas medicinas. También ven muchas posibilidades en medicina regenerativa, para tratar lesiones traumáticas, defectos congénitos, cánceres o efectos del envejecimiento, como apunta Levin:
«Todos estos problemas están aquí porque no sabemos cómo predecir y controlar qué grupos de células debemos construir. Los xenobots son una nueva plataforma para enseñárnoslo.»
Y todo esto es más factible gracias a la inteligencia artificial.
«Incluso si los comportamientos exhibidos por estos organismos reconfigurables son rudimentarios, como se ha visto en el pasado y en este trabajo, los diseños con inteligencia artificial se han mostrado capaces de explotar su flexibilidad para magnificar los comportamientos y, en el futuro, posiblemente guiarnos hacia formas más útiles.»
Intentar comprender, sin miedo
Y eso, ¿no da miedo, por si se descontrola? Por ahora, los xenobots tienen milímetros, pero fantasías de robots que pasan a controlar a los humanos hay muchas. Josh Bongard, informático de la Universidad de Vermont, es contundente:
» No es lo que me quita el sueño por la noche . Los riesgos reales son la próxima pandemia, los daños acelerados a los ecosistemas por la contaminación, las amenazas del cambio climático que se intensifican?»
Lo que quieren seguir haciendo los investigadores es trabajar para comprender lo que han descubierto y Bongard añade esto sobre el deber de trabajar para darle un buen uso :
«Es un sistema ideal para estudiar los sistemas autorreplicantes. Tenemos un imperativo moral para comprender las condiciones bajo las cuales podemos controlarlo, dirigirlo, apagarlo, intensificarlo.»
Pararse y contentarse con lo establecido, es imposible en el humano, pero que se atenga a las consecuencias. O mejor que nos atengamos todos
Autores
Sam Kriegman, Douglas Blackiston y Michael Levin , de las universidades Tufts y Harvard, en Massachusetts, y Josh Bongard , de la Universidad de Vermont. Proceedings os the National Academy of Sciences (PNAS