El blog del Dr. Enrique Rubio

Autor: Enrique Rubio (Página 26 de 142)

ENRIQUE RUBIO GARCIA
Jefe del Servicio de Neurocirugía Valle de Hebron
Profesor Titular de Neurocirugía
Academico de España, Portugal, European Society of Neurosurgery, Word Federation of Neurosurgery.
Investigador del I Carlos III
Veintidós tesis doctorales dirigidas
250 trabajos publicados
Presidente de la academia de Neurocirugía de Barcelona
Academico de Cadiz y Jerez de la Frontera
Acadenico de Honor de Andalucia y Cataluña
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SISTEMA LINFATICO Y GLINFATICO DEL CEREBRO.

SISTEMA LINFATICO Y GLINFATICO DEL CEREBRO.

Durante años, pensamos que el cerebro no tenia circulación Linfatica, y ello hacia pensar de como este órgano se liberaba de sus deshechos o de parte de ellos.

No podía ser, tenían que eliminarse residuos, que sin duda se producen en todo metabolismo.

Sistema linfático: qué es, función y sus partes - Tua Saúde El sistema linfático es uno de los sistemas más importantes implicados en la eliminación de los desechos metabólicos producidos en el cuerpo no obstante los vasos de este sistema no llegan al cerebro por ello antes se pensaba que el cerebro no tenía la capacidad de eliminar sus propios desechos, pero para sorpresa de todos se ha descubierto que esto no es así

¿Dónde van aparar todos esos desechos se volatilizan o es que son inexistentes ¿

El cerebro al ser un órgano tan especial tiene un sistema de eliminación especial no podría ser de otra manera y a pesar de que carece de vasos linfáticos sí que tiene vasos sanguíneos las arterias le llevan la sangre y las venas la devuelven al corazón la cuestión es que ambas se engloban en unos conductos que se comunican con las células de la glía las que abastecen a las neuronas de todo loque necesitan

Entre los vasos sanguíneos del cerebro, existe un espacio llamado espacio perivascular este se encuentra lleno de líquido cefalorraquídeo y permite que los astrocitos se comunican directamente con este espacio y con el líquido cefalorraquídeo a través de unos agujeritos las aucoporinus no sólo eso sino que además tienen más agujeritos y que les sirven para comunicarse con mas astrocitos que están por todo el cerebro

Los astrocitos son las que acumulan los residuos del cerebro que son arrastrados por el líquido cefalorraquídeo de astrocitos en astrocitos hasta desembocar en el espacio perivascular, que rodea a las venas y no a las arterias una vez allí estos residuos pasan del espacio perivascular a la sangre y serán tratados de la misma manera que todos los demás producidos por el cuerpo hasta ser secretados

Este sistema funciona mejor cuando dormimos por el día el sistema nervioso simpático secreta altas dosis de noradrenalina que produce la vasoconstricción es decir el estrechamiento de los vasos de nuestro cuerpo hacen más pequeño el espacio perivascular al reducir el espacio fluye menos líquido y se eliminan menos desechos esto es un grave problema dado que si se acumulan nos causarán enfermedades como el Alzheimer o Parkinson

El descanso permite a nuestro sistema linfático limpiar todos los desechos de nuestro cerebro.

Neurocientíficos del Centro Médico de la Universidad de Rochester, en Estados Unidos, descubrieron en 2012 el sistema glinfático. Hace diez años, en 2012, neurocientíficos del Centro Médico de la Universidad de Rochester, en Estados Unidos, liderados por Maiken Nedergaard, publicaron en Science Translational Medicine el descubrimiento del sistema glinfático, un mecanismo cuya función es eliminar o limpiar los residuos que se van acumulando en el parénquima cerebral

El descubrimiento de ese sistema ha abierto la puerta a posibles avances en relación con determinadas enfermedades neurodegenerativas, incluyendo la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson, o la demencia fronto-temporal, así como determinados casos de epilepsia, ictus y lesiones cerebrales por traumatismo.

El sistema glinfático, implica un flujo de líquido intersticial, facilitado por las células gliales, y hace en el cerebro la misma función (drenaje de deshechos) que el sistema linfático lo hace en el resto de órganos del cuerpo. Mediante este drenaje, se pueden eliminar productos de desecho de distinta naturaleza, de origen neuronal, astrocítico o hematológico, o incluso sustancias relacionadas con infecciones fúngicas y microbianas que se encuentren en el intersticio cerebral. Un nuevo concepto: insuficiencia glinfática.

Vilaplana y su equipo de investigación, co liderado por Carme Pelegrí, ambos de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la UB, el Instituto de Neurociencias de la UB (UBNeuro) y el Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Enfermedades Neurodegenerativas (Ciberned), acaban de publicar un nuevo estudio en el que se define el concepto de insuficiencia glinfática como la incapacidad del sistema glinfático para llevar a cabo de forma correcta la función de limpieza del cerebro; y se describe que esa insuficiencia puede ser aguda o crónica, en función de la duración del proceso.Además, la insuficiencia puede producirse por un fallo del mismo sistema glinfático o por una sobreproducción de sustancias de desecho que sobrepasa la capacidad de limpieza de este sistema. El resultado del funcionamiento anómalo, al margen de si es agudo o crónico y si se debe al sistema glinfático o a una sobreproducción de sustancias de desecho, es el mismo: se acumulan sustancias de desecho en el parénquima cerebral, en las zonas afectadas por esta insuficiencia.En este estudio, además, indican que en caso de insuficiencia glinfática crónica, y por tanto cuando se acumulan de forma crónica sustancias de desecho en el parénquima cerebral, los astrocitos recogen estas sustancias y forman unas estructuras, denominadas corpora amylacea o wasteosomes, que actúan como contenedores. Por lo tanto, concluyen los autores, estos contenedores pueden ser usados como marcadores de la insuficiencia glinfática crónica.Este estudio lo han publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), lo han co dirigido Vilaplana y Carme Pelegrí y han participado Marta Riba y Jaume del Valle, de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación, UBNeuro y Ciberned, y Laura Molina-Porcel, del Banco de Tejidos Neurológicos del Biobanco del Hospital Clínic e Idibaps, también de Barcelona.Envejecimiento, trastornos cardiovasculares y mala calidad del sueñoInforma Vilaplana de las evidencias que relacionan los wasteosomes con la insuficiencia glinfática: grandes cantidades de ellos guardan relación con el envejecimiento, trastornos cardiovasculares y la mala calidad del sueño, y todos ellos son factores relacionados con la insuficiencia glinfática. El sistema glinfático muestra un marcado ritmo circadiano, y su función de limpieza se produce principalmente durante el sueño; por ello los trastornos crónicos del sueño se relacionan con la insuficiencia glinfática.Al mismo tiempo, los autores observan que las regiones cerebrales que tienden a presentar un mayor número de wasteosomes están a menudo relacionadas con las zonas de drenaje de este sistema de limpieza.  Y, además, se da la particularidad de que los wasteosomes raramente se detectan en personas jóvenes o en procesos agudos, lo que indica que son estructuras que se forman lentamente (con los años de vida) y ha conducido a relacionarlos concretamente con la insuficiencia glinfática crónica.Es así como los investigadores de la UB han llegado a la conclusión de que “el número de wasteosomes podría considerarse un marcador de la insuficiencia glinfática crónica, y puede mostrar si existe ese tipo de insuficiencia y en qué partes del cerebro se produce”. Sugieren que ese conocimiento debe facilitar el estudio de la insuficiencia glinfática y permitir establecer cuáles son las variables que tienen mayor impacto en su buen o mal funcionamiento, todo lo cual muestra potencial para futuro uso clínico.¿Tiene relación con enfermedades neurodegenerativas?Según Vilaplana, hay además evidencias que invitan a pensar que la insuficiencia glinfática crónica es un factor de riesgo de las enfermedades neurodegenerativas, especialmente de las que cursan con agregación de determinadas proteínas fibrilares, como la proteína β-amiloide en el Alzheimer, la tau fosforilada en la demencia frontotemporal y la misma enfermedad de Alzheimer y la α-sinucleína en la enfermedad de Parkinson.En caso de insuficiencia glinfática, queda restringida la eliminación de esas proteínas y eso podría estar contribuyendo al desarrollo de esas patologías. De hecho, estudios publicados en Annals of Neurology en octubre de 2022 indican que las alteraciones del sistema glinfático están relacionadas con la disfunción cognitiva en la enfermedad de Alzheimer. De estos trabajos también se ha hecho eco la revista Nature Reviews Neurology, .

La existencia de los cuerpos amiláceos se conocía desde hace mucho -los describió por primera vez en 1837 el anatomista y fisiólogo Jan Evangelist Purkinje- pero su función e interpretación era motivo de dudas, hipótesis diversas y controversia. El variado contenido de los productos de rechazo capturados en los wasteosomes cerebrales ha contribuido a generar esta confusión

Vilaplana. Además, su equipo puso de manifiesto, ya en 2017, en un artículo publicado en Scientific Reports, que en los estudios inmunohistoquímicos de estas estructuras había un problema metodológico importante que daba lugar a inmuno marcajes erróneos y consecuentemente a falsas observaciones e interpretaciones de los resultados. Por ello, el equipo alertó de la necesidad de adaptar y consensuar protocolos experimentales para este tipo de investigaciones. La función de los cuerpos amiláceos como contenedores de productos de desecho lo demostraron estos mismos autores barceloneses, en un estudio previo, de 2019, también publicado en PNAS, y en él se describía, además, que los cuerpos amiláceos pueden ser expulsados por los astrocitos (las células que los generan) hacia el líquido cefalorraquídeo (el líquido que rodea el cerebro).Y posteriormente, en noviembre del año pasado, en un artículo publicado en Ageing Research Reviews, el mismo grupo barcelonés propuso a la comunidad científica internacional, llamar a los cuerpos amiláceos con el término wasteosomes, que significa cuerpo que contiene productos de desecho. El término, precisa Vilaplana, se propuso para evitar la confusión terminológica que el término amiláceo o amiloide generaba con las proteínas amiloides, que son características de algunas enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer. En este mismo artículo se concluye que los wasteosomes, que son generados por células específicas como los astrocitos (en el caso del cerebro) o determinadas células epiteliales (en otros órganos), contienen sustancias o productos de desecho que quedan empaquetados en un esqueleto de glicano. Una vez formados, los cuerpos amiláceos son expulsados al medio externo o a espacios intersticiales, y en este último caso son fagocitados posteriormente por macrófagos. Productos de rechazo de distinto tipo y origen

Los productos de rechazo capturados en los wasteosomes cerebrales son de distinto tipo y origen, y difieren de los que se encuentran en los wasteosomes presentes en los demás órganos y tejidos, de lo que se desprende que su composición dependerá del entorno donde se hayan formado. A pesar de la variedad en su composición, lo que tienen en común los cuerpos amiláceos es que todos presentan una estructura de glicano —polisacárido que constituye el esqueleto del contenedor—, lo que explica que Virchow los llamase corpora amylacea. Por todo ello, algunas de las líneas de investigación que el equipo de la UB quiere desarrollar contemplan diseñar nuevas metodologías para estudiar con precisión la composición de los wasteosomas cerebrales aislados a partir del líquido cefalorraquídeo obtenido por punción lumbar, entendiendo que pueden contener sustancias que actúen como biomarcadores de enfermedades cerebrales. Por otra parte, están estudiando también la relación entre la cantidad de wasteosomas cerebrales y diferentes enfermedades cerebrales, intentando esclarecer en cuales de estas enfermedades se produce insuficiencia glimfàtica crónica, e intentando esclarecer cuales son las variables que tienen más impacto, de forma crónica, sobre este sistema.

Se pensaba que el sistema nervioso central no contaba con sistema linfático. Recientemente se ha demostrado la existencia de un auténtico sistema linfático cerebral, denominado sistema glinfático, constituido por los espacios paravasculares arteriales y venosos y linfáticos durales, encargado de limpiar el espacio intersticial cerebral. La proteína acuaporina-4, localizada en los pies astrocitarios opuestos a los espacios paravasculares, juega un papel crucial en la eliminación de moléculas de desecho, tales como la proteína beta-amiloide o la tau. El sistema glinfático se activa durante el sueño, sobre todo durante la fase de ondas lentas y si se duerme de lado, con el ejercicio físico y se deteriora con el envejecimiento. Aunque disponemos de datos preliminares, probablemente el sistema glinfático interviene de forma decisiva en la fisiopatología de enfermedades neurológicas tales como enfermedades neurodegenerativas, desmielinizantes, hidrocefalia a presión normal, ictus o determinadas cefaleas. La descripción de este sistema debería conllevar nuevas posibilidades de tratamiento para estas enfermedades.

Referencias

Maiken Nedergaard, Science Translational Medicine el descubrimiento del sistema glinfático Hace diez años, en 2012, neurocientíficos del Centro Médico de la Universidad de Rochester,

 

SOBRE FEDERICO PROHIBIDO MATAR

SOBRE FEDERICO

PROHIBIDO MATAR

Rafael Rodríguez Rapún, el gran amor de García Lorca, murió en Santander en 1937

Las tres erres, como acostumbraba a decir Federico al referirse a quien durante algún tiempo había actuado en calidad de secretario particular en el grupo teatral La Barraca, falleció en el Hospital de sangre nº 4, de Santander, el 18 de agosto de 1937, ocho días antes de caer la ciudad en manos de las tropas franquistas.

Federico García Lorca y Rafel Rodríguez Rapún  Federico García Lorca y Rafel Rodríguez Rapún

 

Rafael Rodríguez Rapún (Madrid, 1912-Santander, 1937), el gran amor de Federico García Lorca, falleció en el hospital de sangre nº 4, de Santander, el 18 de agosto de 1937, ocho días antes de caer la ciudad en manos de las tropas franquistas. Hacía dos meses que había cumplido veinticinco años.

Conocíamos este hecho por haber sido incluido en el libro de recuerdos de Luis Sáenz de la Calzada sobre La Barraca, pero recientemente se ha corroborado y ampliado la información gracias a la publicación de las últimas investigaciones efectuadas por un estudioso de la vida y la obra de Federico García Lorca: el escritor irlandés nacionalizado español Ian Gibson.

Después de morir Lorca –a los pocos días de que también fuera asesinado su amigo Constantino Ruiz Carnero (1887-1936), director del periódico republicano El Ideal de Granada—, Rafael Rodríguez Rapún (las tres erres, como acostumbraba a decir Federico al referirse a quien durante algún tiempo había actuado en calidad de secretario particular en el grupo teatral La Barraca), tomó la decisión de alistarse en el Ejército republicano. Esta versión, más o menos parecida, la escuchó también Cipriano Rivas Cherif (1891-1967) al salir de prisión en El Dueso, pero nunca supo si era verdad o leyenda.

La escritora María Teresa León (1903-1988), esposa de Rafael Alberti, conocía bien a Rapún y estaba al tanto de la relación que existía entre él y Lorca. Cuando en octubre de 1936 se publicó en los periódicos de Madrid la respuesta del coronel González Espinosa al telegrama de H. G. Wells, quedando confirmado con toda certeza que el poeta había sido asesinado en Granada, María Teresa fue a ver a Rapún. «Nadie como este muchacho silencioso debió sufrir por aquella muerte –escribe en sus memorias—. Terminadas las noches, los días, las horas. Mejor morirse. Y Rapún se marchó a morir al frente del Norte. Estoy segura de que después de disparar su fusil rabiosamente se dejó matar. Fue su manera de recuperar a Federico«, dejará escrito en sus memorias.

Después de hacer un curso de artillería –nada menos que en Lorca (Murcia)- Rapún consiguió la graduación de teniente, y en el verano de 1937 se encontraba destinado al frente de una batería no lejos de Reinosa, en la localidad cercana de Matamorosa. Uno de los hombres a sus órdenes lo ha recordado como persona seria, cultivada y que hablaba poco. Eran los días de la ofensiva franquista contra Santander, y la lucha era intensa en toda la zona. La mañana del 10 de agosto la batería entró en acción contra la aviación rebelde y, alrededor del mediodía, ante un fuerte avance del enemigo, Rapún se adelantó con dos soldados para ocupar una nueva posición. Se apostaron en las afueras de Bárcena de Pie de Concha, donde un ataque aéreo inesperado los sorprendió. A diferencia de sus compañeros, Rapún no se echó al suelo, permaneciendo sentado en un parapeto. Una bomba explotó cerca y fue mortalmente herido.

Lorca había sido asesinado exactamente el mismo día hacía un año

“El certificado de defunción de Rafael Rodríguez Rapún precisa que éste murió el 18 de agosto de 1937 en el hospital militar de Santander, a consecuencia de las heridas de metralla recibidas en la espalda y en la región lumbar. Lorca había sido asesinado exactamente el mismo día hacía un año. Nadie en el hospital sabía la edad, lugar de nacimiento o los nombres de los padres del teniente de artillería fallecido. No hay testimonio alguno acerca de sus últimas horas, de sus últimas palabras. Fue enterrado en el cementerio de Ciriego, en una de las muchas tumbas que se iban abriendo paso loma abajo hacia el mar Cantábrico”.

Diez años más tarde, el 8 de septiembre de 1947 sus restos fueron trasladados por solicitud de su padre, Lucio Rodríguez, y en la actualidad se encuentran en las Urnas Centro 3 norte nº 214, del mismo cementerio.

Una idea nos ronda insistentemente: si Lorca hubiera podido cumplir la promesa hecha en el verano de 1934 en su visita el estudio santanderino del pintor Antonio Quirós de regresar a la  ciudad para recoger el cuadro que con que éste quería obsequiarle, su destino quizás hubiera tomado un rumbo bien diferente. Pero en el mes de julio de 1936 negras premoniciones se cernieron sobre un temeroso poeta que prefirió refugiarse en el seno familiar de su Granada, en vez de dirigirse hacia el Norte. El desarrollo de los hechos es bien conocido: en Granada cayó en manos de sus verdugos pronto sublevados, mientras que en Santander hubiera permanecido durante algo más de un año bajo el paraguas protector del Frente Popular. Quizás, también, la decisión desesperada de Rapún no hubiera estado sujeta a la fatalidad de los acontecimientos vividos. En ambos casos, todo ello sometido al quizás de un guerra cruenta y sujeta a un trágico desenlace para las personas de su mentalidad.

«BUEN FUTBOLISTA Y SOCIALISTA APASIONADO»

Rafael Rodríguez Rapún se incorporó a La Barraca en los primeros meses de 1933, cuando el grupo ensayaba la obra Fuenteovejuna, sustituyendo a Miguel González Quijano en el puesto de secretario del grupo que éste dejaba vacante.

Así le describe Gibson: «Es de constitución atlética, buen futbolista y socialista apasionado. Hace unos meses que se ha incorporado a La Barraca, y es ya su secretario, cargo que desempeña con tanta eficacia y con contabilidad tan transparente que todos lo respetan”. El diplomático chileno Carlos Morla Lynch (1888-1969), que asiste a la función, ha conocido a Rodríguez Rapún hace un mes con motivo del estreno de Don Perlimplín, de Lorca, interpretado por el santanderino Santiago Ontañón (1903-1989), encontrándolo «simpático, de fisonomía franca, insolente y gentil a un tiempo, y lleno de personalidad«, impresión que ahora se confirma.

Luis Sáenz de la Calzada (1912-1994), uno de los componentes de La Barraca, nos ha dejado una descripción más completa del aspecto de Rapún: “Cabeza más bien grande, braquicéfala, cabello ensortijado, frente no muy amplia surcada por una profunda arruga transversal; nariz correcta emergiendo casi de la frente, lo que le daba, en cierta medida, perfil de estatua griega; boca generosa de blanquísimos dientes con mordida ligeramente cruzada; ello hacía que, al reírse, alzara una comisura mientras descendía la otra. Barbilla enérgica, cuerpo fuerte con músculos descansados, poco hechos al deporte; me parece que no sabía nadar; solía ir vestido de oscuro, color que hacía más luminosa su sonrisa. Pisar seguro y andar decidido”.

Gibson, recogiendo declaraciones del director escénico Modesto Higueras (1910-1985), afirma que Rapún no era homosexual pero que acabó sucumbiendo a la magia de Lorca y ya no hubo vuelta atrás: «A Rafael le gustaban las mujeres más que chuparse los dedos, pero estaba cogido en esa red, no cogido, inmerso en Federico. Lo mismo que yo estaba inmerso en Federico, sin llegar a eso, él estaba inconscientemente en este asunto. Después se quería escapar pero no podía… Fue tremendo«, dice Higueras, ayudante que fue de Federico en La Barraca.

Lorca en La Barraca

En 1933 La Barraca actúa en Cantabria. No es la primera vez que acude a la provincia de Santander, puesto que ya en el verano de 1932, al regreso de su gira norteña por Galicia y Asturias, por recomendación de Carlos Morla sus componentes estuvieron en Santillana del Mar a finales de la primera decena de setiembre, y ante el mal tiempo reinante se contentaron con visitar la romántica villa, penetrando en las cuevas de Altamira, cuyas pinturas asombraron a Lorca, para después asistir a la lectura de una obra de Federico en la tranquilidad del hotel Pereda, «donde en la noche junto a la chimenea nos leyó Federico «Así que pasen cinco años«, obra que nos causó impacto y asombro«, recordará una de las más activas componentes del grupo: la actriz Mari Carmen García Lasgoity. Los santanderinos, conocedores de la gira, tenían todavía esperanzas de poder asistir a una de las representaciones, pero no hubo ocasión para ello.

En el verano de 1933, Carlos Morla Lynch, asiduo veraneante de la localidad trasmerana de Somo en una casita situada cerca de la bahía, espera que el conjunto universitario visite el pueblo y que Federico cumpla su promesa hecha en Madrid de montar una representación para sus rústicos habitantes. Con Morla y su mujer Bebe se encuentra otro matrimonio, compuesto por los escritores franceses Marcelle Auclair –que después será biógrafa de Federico— y Jean Prevost, y entre las visitas que reciben está la del historiador Américo Castro, uno de los profesores de la Universidad Internacional de La Magdalena.

Una tarde de agosto desembarcan de una de las lanchas que unen al pueblito con Santander tres muchachos, uno de los cuales es Rafael Rodríguez Rapún: «Los cuatro visten el mono azul que constituye el uniforme del teatro ambulante de Federico«. Otro es Luis Sáenz de la Calzada. Ese día Federico no acude a la visita, pero sí lo hace posteriormente vistiendo también el mono azul, en esta ocasión acompañándole el guitarrista Regino Sainz de la Maza (1896-1981), yerno ya de la escritora Concha Espina, con la cual ha coincidido en una noche neoyorkina de 1929. La vuelta a Santander la hacen con el poeta Gerardo Diego (1896-1987), profesor en los cursos de la Universidad Internacional de La Magdalena y que ha caído por el lugar inopinadamente. Calzada, Ugarte, Federico y Rapún fueron a la casa de Gerardo Diego, donde éste tocó el piano para sus visitantes y después lo hizo el propio Federico.

Lorca va con Rapún a Somo y a Tudanca para saludar a José María de Cossío

Según Gibson, habría una visita más en compañía de Rafael, porque dice que Lorca va con Rapún a Somo y a Tudanca para saludar a José María de Cossío, donde nombraron a éste «barraquito de honor» entregándole una certificación firmada por todos los componentes; después La Barraca cumplirá su gira apalabrada con las representaciones en Santander, sin poder hacer la prometida en Somo, para desencanto de Carlos Morla: debido a un accidente automovilístico, el grupo se ha visto obligado a reducir sus actuaciones en la capital montañesa de cuatro a tres, puesto que en el puerto asturiano de Pajares se fundieron las cuatro bielas del automóvil y perdieron tres días en la espera de la reparación.

En el verano de 1934 Santander recibe nuevamente la visita de La Barraca, que llega a finales de la primera quincena de agosto. Federico se hospeda esta vez en el Hotel Real, coincidiendo con el ex-ministro Fernando de los Ríos, profesor en esta ocasión en los cursos de la Universidad que tanto contribuyó a crear y por lo cual le había sido otorgado el título de «hijo adoptivo de Santander». El día 13, primero de las representaciones, les llega la noticia de que Ignacio Sánchez Mejías ha muerto en Madrid a consecuencia de una cogida en la plaza de toros de Talavera de la Reina. Dos días más tarde, tenía lugar la representación de El burlador de Sevilla, en cuyo reparto artístico el joven Rapún –que se ha librado del servicio militar— tiene el papel del pescador Coridón. Carlos Morla también asiste a la representación y dejará escrito en su diario:

«Es tan bonito todo, tan sugestivo, tan lleno de encanto propio; y es tan cautivador el ambiente. Los muchachos con su mono azul -entre los cuales se mueve más que ninguno Rafael Rodríguez Rapún- corrigen los desperfectos: acomodan el escenario, disponen la colocación adecuada de las luces, dirigen el desarrollo del espectáculo, a la vista del público, como en los teatros japoneses. Impresión de algo único, maravillosamente logrado dentro de la espontaneidad de una cosa improvisada» .

El día 18 dan su última representación en Santander, y salen para la localidad de Ampuero, donde por sugerencia de Alfredo Matilla actúan el día 21 en la plaza de la Constitución representando los entremeses cervantinos La cueva de SalamancaLos dos habladores y El retablo de las maravillas. Federico se retrata con un grupo de ampuerenses en una comida celebrada en el Café La Juventud, entre los cuales se encontraba el abogado Alfredo Matilla, veraneante en la villa del Asón y principal promotor de esta visita. Después pasan por Limpias y suben el puerto hasta llegar a Medina de Pomar y Villarcayo, itinerario inverso al que unos años antes hiciera Alberti.

Ya habían comenzado a ser bien palpables las dificultades económicas de La Barraca, puesto que el Gobierno, ahora de Centro-Derecha, no hace efectivos sus compromisos, quizás en un intento de impedir que continuaran su labor los animosos estudiantes. Rapún, consciente de la dificultad en que se encuentran, escribe en el Anuario de 1935 sobre las posibilidades existentes. De todas formas, en una tumultuosa junta de la Unión Federal de Estudiantes Hispanos (UFEH) celebrada a finales de 1935, Rapún, que en este año ya había actuado en calidad de secretario personal de Lorca, decide dejar su puesto vacante: desde las fechas posteriores a la fracasada Revolución de Octubre de 1934, algunos componentes de La Barraca se habían cuestionado si era adecuado seguir con las representaciones cuando «en España hay tantas viudas«.

(“El gran amor de Lorca murió en Santander”,

se publicó por primera vez en Crónica de Cantabria,

Santander, 12-18 de febrero de 2000, p. 30).

JOSÉ RAMÓN SAIZ VIADERO

24 DE AGOSTO DE 2018, 20:25

LA CASADA INFIEL

Federico García Lorca: 1936-2016 | Cultura Home | EL MUNDO

Y que yo me la lleve al río pensando que era mozuela pero tenía marido

Fue una noche de Santiago y casi por compromiso

Se apagaron los faroles y se encendieron los grillos y en las últimas esquinas toque sus pechos dormidos y se me abrieron de pronto como ramos de jacintos.

El almidón de su enagua me sonaba en el oído como una pieza de seda rasgada por diez cuchillos

sin luz de plata en sus copas los árboles han crecido un horizonte de perros muy lejos del río

Pasada las zarzamoras los juncos y los espinos bajo su mata de pelo hice un hoyo sobre el limo, yo me quité la corbata ella se quitó el vestido yo el cinturón con revólver ella sus cuatro corpiños

Ni nardos ni caracolas tienen el cutis tan fino ni los cristales con luna relumbran con tanto brillan.

Sus muslos se me escapaban como peces sorprendidos la mitad llenos de lumbre, la mitad llenos de frío.

Aquella noche corrí el mejor de los caminos montado en potra de nácar sin bridas y sin estribos.

No quiero decir por hombre las cosas que ella me dijo la luz del entendimiento me hace ser muy comedido.

Sucia de besos y arena yo me la llevé del río en el aire se batían las espadas de los lirios

Y me porte como quien soy como un gitano legítimo le regalé un costurero grande de razo pajizo,y no quise

Yo enamorarme, porque teniendo marido me dijo que era mozuela cuando la llevaba al río.

 

CÉLULAS MADRE Y SISTEMA NERVIOSO

CÉLULAS MADRE Y SISTEMA NERVIOSO

Todas las células sanguíneas del cuerpo (glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas) comienzan como células jóvenes (inmaduras) llamadas.

Células madre Hematopoyéticas”.

Hematopoyética significa formadora de sangre. Estas son células muy jóvenes que no están completamente desarrolladas. A pesar de que comienzan de la misma manera, estas células madre pueden madurar en cualquier tipo de célula sanguínea, dependiendo de lo que el cuerpo necesite cuando cada célula madre se está desarrollando.

Las células madre viven principalmente en la médula ósea (la parte interior esponjosa de ciertos huesos). Es aquí donde se dividen para la producción de nuevas células sanguíneas. Una vez que las células sanguíneas maduran, salen de la médula ósea y entran al torrente sanguíneo. Asimismo, un pequeño número de células madre inmaduras entra en el torrente sanguíneo. Éstas se conocen como las células madre de la sangre periférica.

Las células madre constituyen una de las principales líneas de investigación en la biomedicina moderna. Las células madre tienen el potencial de dividirse y aumentar su número y también de diferenciarse y convertirse en células especializadas del cuerpo humano. Teóricamente, ofrecen una fuente ilimitada de células que pueden intervenir en la sustitución o reparación de tejidos dañados.

Pero una célula que se divide de forma incontrolada puede dar lugar a un tumor. Esta es una de las principales preocupaciones ante una posible aplicación de células madre.

Los primeros estudios sobre aplicabilidad de células madre ya han pasado del laboratorio a la clínica. En las últimas tres décadas, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), la agencia reguladora norteamericana de los tratamientos sanitarios y fármacos, ha aprobado varios productos basados en células madre. Entre ellos se encuentran los trasplantes de médula ósea, que han transformado favorablemente el pronóstico para muchos pacientes con leucemia, y las terapias para el sistema inmunitario. Otros tratamientos aprobados basados en células madre incluyen usos dentales para el tratamiento de enfermedades de las encías y la producción de piel para el abordaje de las quemaduras. Otro ámbito en el que desde principios de la década de 2000 se han explorado terapias basadas en células madre son las enfermedades oculares, como la degeneración macular asociada a la edad y el glaucoma (Stern et al., 2018). También se están explorando terapias basadas en células madre para las enfermedades neurodegenerativas y las lesiones cerebrales, como la enfermedad de Alzheimer o el ictus, y para innumerables otras afecciones, pero se hallan todavía en fase de investigación y especular sobre su aplicabilidad y utilidad es todavía prematuro.

Con el tiempo, confiamos en que la investigación vaya produciendo nuevas terapias basadas en células madre para muchas afecciones. Las necesidades son enormes, de la diabetes a la artrosis, de la esclerosis múltiple a la enfermedad de Parkinson. ¿Encontraremos solución para todos esos problemas? No lo sabemos y es imposible predecir el futuro, pero si de algo estamos seguros es que llevará tiempo, más experimentación y es necesario combinar esperanza y prudencia. Nunca ha sido buena idea saltarse los controles, correr más de la cuenta y jugar a aprendiz de brujo, pero aún menos en un tema como este.

El problema es que la codicia no quiere esperar. Cientos de clínicas deshonestas, impulsadas por la falta de ética y el ansia de dinero, se están aprovechando de los pacientes desesperados por curarse y están ofreciendo, sin base real alguna, expectativas irreales. El problema lo agravan los testimonios sensacionalistas de algunos medios de comunicación, que repiten mensajes propagandísticos sin ningún espíritu crítico o simplemente entran en el reparto del dinero saqueado a las familias de los enfermos. Las clínicas suelen imitar prácticas legítimas y buscan subterfugios legales para que el paciente, cuando vea lo vanas que han sido sus expectativas, no pueda reclamar. Pueden extraer las células madre del propio paciente, concentrarlas o modificarlas o no hacerlas nada y luego reinyectarlas. Las clínicas también pueden proporcionar información engañosa y anunciar que realizan ensayos clínicos, pero estas clínicas casi siempre trabajan sin la aprobación reglamentaria de la FDA o las agencias regulatorias europeas y al margen de los enfoques y controles legítimos de los ensayos clínicos. Por último, el efecto placebo tiene cierto recorrido y los placebos caros son más «poderosos» que los placebos baratos, una familia que se ha gastado un dinero importante puede «creer ver» que hay cierta mejoría, pero luego se estrellan con la realidad.

Micrografía de células madre embrionarias de ratón teñidas con un marcador fluorescente verde.1

Los tratamientos con células madre no comprobados y no regulados conllevan un riesgo significativo. Los peligros van desde reacciones locales en el punto de la administración hasta peligrosos acontecimientos adversos. Por ejemplo, las células inyectadas pueden multiplicarse en tipos de células inapropiadas o incluso convertirse en tumores peligrosos. Un artículo publicado en el New England Journal of Medicine (Kuriyan et al., 2017) describió una clínica de Florida que dejó ciegos a los pacientes tras aplicarles inyecciones de células madre en el ojo.

La «Pew Charitable Trusts» es una organización no gubernamental sin fines de lucro, fundada en 1948 y con más de 6 mil millones de dólares en activos. Su misión declarada es servir al interés público «mejorando la política pública, informando al público y fortaleciendo la vida cívica». Esta ONG ha recopilado 360 informes de eventos adversos relacionados con terapias de células madre no aprobadas, incluidos 20 casos cuyo resultado fue la muerte del paciente. Además, es probable que los eventos adversos no se denuncien porque estos productos no están aprobados ni regulados. Cuando trabajé en San Diego a veces iba a Tijuana y me asombraba la de cobertizos que tenían un letrero que ponía «Surgery Room» o sea quirófano. Personas que habían sido desahuciadas en Estados Unidos iban allí a operarse, algunos llegaban en aviones medicalizados o en jet privados y muchos morían en la mesa de operaciones. Puede ser comprensible en un paciente que se agarra a un clavo ardiendo, pero deleznable para los profesionales implicados.

Micrografía de una célula madre de adulto que muestra características ultraestructurales típicas.

Luego está el coste económico que a menudo es devastador para las familias: muchas terapias con células madre cuestan miles de euros a los pacientes y no están cubiertas por los sistemas nacionales de salud ni por los seguros, por esa misma carencia de evidencia científica. Un tercer aspecto, común a las pseudoterapias, es que los pacientes pueden sufrir las consecuencias negativas de retrasar o abandonar los tratamientos basados en la evidencia por entregarse a una falsa esperanza de mejora rápida. La quimioterapia, la radioterapia, las cirugías, no son agradables, pero tienen ese factor fundamental: estudios científicos de calidad que demuestran la relativa seguridad y la relativa eficacia.

La FDA ha hecho progresos sustanciales hacia la regulación de las terapias basadas en células madre. En 2017, publicó una guía en el marco de la Ley de Tratamientos del Siglo XXI que aclaraba qué terapias basadas en células madre entraban en la regulación de la FDA. También definió mejor cómo actuará la agencia contra los productos inseguros o no regulados (Declaración de 2 de febrero de 2022 sobre regulación de medicina regenerativa). Confirmaba la línea iniciada a partir de mayo de 2021, de refuerzo y control del cumplimiento de las clínicas que siguen comercializando tratamientos no probados. Es necesario un avance similar de los sistemas regulatorios españoles y europeos.

A pesar de esta mayor regulación, las clínicas deshonestas siguen siendo relativamente comunes. Un estudio (Turner, 2021) estimó que hay más de 2.500 clínicas estadounidenses que comercializan tratamientos con células madre no probados. La salud es un gran negocio y siempre ha habido curanderos envueltos en diseño y mercadotecnia. A los pacientes de estas clínicas a menudo se les hace creer que los tratamientos están aprobados , registrados, o que no requieren la aprobación de las agencias regulatorias. En el caso español, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios advierte sobre la posible confusión en la oferta de tratamientos con células madre pero echo en falta más contundencia en sus declaraciones y sus actuaciones y además siempre subterfugios como el uso compasivo (que a veces demuestra poca compasión) o los ensayos clínicos con criterios laxos y que no se publican sus resultados.

Los avances en la ciencia de las células madre se están trasladando rápidamente a la clínica, pero todavía no son la respuesta contundente que deseamos. Con el tiempo, las terapias basadas en células madre probablemente ampliarán las opciones de tratamiento. Las personas que estén considerando una terapia basada en células madre deben averiguar si el tratamiento está aprobado o si se está estudiando bajo un plan de investigación clínica aprobado en lo que se conoce como Solicitud de Nuevo Medicamento en Investigación. Es importante destacar que el hecho de estar registrado en una página estatal como ClinicalTrials.gov no significa que una terapia o estudio clínico haya sido autorizado o revisado por la FDA. Para bien o para mal, no es garantía de nada.

Mientras miramos con esperanza al futuro, necesitamos una mayor concienciación sobre las limitaciones actuales de la terapia con células madre y los peligros que plantean las clínicas de células madre no reguladas. Necesitamos un mayor control del ministerio de Sanidad, las consejerías autonómicas y las agencias regulatorias para garantizar que las terapias con células madre hayan demostrado, antes de su aplicación, que son seguras y eficaces para los pacientes. Hay vidas en juego.

Las células madre producen glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Necesitamos todos estos tipos de células sanguíneas para mantenernos vivos. Para que estas células sanguíneas cumplan su función, necesitamos tener en la sangre la cantidad suficiente de ellas.

Los glóbulos rojos transportan el oxígeno desde los pulmones a todas las células del cuerpo. Traen el dióxido de carbono de las células a los pulmones para ser exhalado. Una prueba sanguínea de laboratorio llamada hematocrito muestra el porcentaje de su sangre compuesto por glóbulos rojos. Los límites normales para los adultos se encuentran entre el 35 y 50 por ciento. Las personas cuyo hematocrito está por debajo de este nivel padecen anemia, y pueden estar pálidas, sentirse débiles y cansadas, y con falta de aire.

Los glóbulos blancos ayudan a combatir las infecciones causadas por bacterias, virus y hongos. Existen diferentes tipos de glóbulos blancos.

Los neutrófilos son el tipo más importante para combatir las infecciones. Son las primeras células que responden a una lesión o cuando los gérmenes entran en el cuerpo. Cuando sus niveles son bajos, usted tiene un mayor riesgo de infección. El recuento absoluto de neutrófilos (ANC) es una medida del número de neutrófilos en la sangre. Cuando su ANC está por debajo de cierto nivel, usted tiene neutropenia. ​Cuanto menor sea el ANC, mayor será el riesgo de infección.

Los linfocitos son otro tipo de glóbulo blanco. Existen diferentes tipos de linfocitos, como los linfocitos-T (células-T), linfocitos-B (células-B) y las células citolíticas naturales (NK). Algunos linfocitos producen anticuerpos útiles en combatir las infecciones. El cuerpo depende de los linfocitos para reconocer sus propias células y rechazar aquellas que no pertenecen al cuerpo, tal como una invasión de gérmenes o las células que son trasplantadas de otra persona.

Las plaqueta son partes de las células que sellan los vasos sanguíneos dañados y ayudan a que la sangre coagule, ambos factores son importantes para detener una hemorragia. Un recuento normal de plaquetas por lo general está entre 150,000/mm³ y 450,000/mm³, dependiendo del laboratorio que haga el análisis. Se dice que una persona tiene trombocitopenia cuando el recuento de plaquetas está por debajo del nivel normal, y se puede magullar con mayor facilidad (tener moretones con la mínima provocación), sangrar por más tiempo, tener hemorragias nasales y hemorragias en las encías. El sangrado espontáneo (sangrado que surge sin que haya alguna lesión) puede suceder cuando el recuento de plaquetas de una persona baja a menos de 20,000/mm3. Esto puede ser peligroso si el sangrado ocurre en el cerebro, o si aparece sangre en los intestinos o el estómago.

Dependiendo del tipo de trasplante que se realiza, hay tres posibles fuentes de células madre para usar en trasplantes:

  • Médula ósea (ya sea del paciente o de alguien más)
  • Torrente sanguíneo (la sangre periférica, ya sea del paciente o de alguien más)
  • Sangre del cordón umbilical de recién nacidos

La médula ósea es el tejido esponjoso y líquido que se encuentra en el centro de algunos huesos. Esta cuenta con un rico suministro de células madre y su función principal es producir las células sanguíneas que circulan en su cuerpo. Los huesos de la pelvis (cadera) contienen la mayor parte de la médula ósea, y por tanto, tienen grandes cantidades de células madre. Por esta razón se usan con más frecuencia las células del hueso pélvico para el trasplante de médula ósea. Se debe extraer suficiente médula para obtener una gran cantidad de células madre sanas.

La médula ósea se extrae (recolecta) mientras el donante está bajo anestesia general (se suministra medicamentos para adormecer al paciente por completo con el fin de que no sienta dolor). Se inserta una aguja grande a través de la piel en la parte inferior de la espalda y en la parte posterior del hueso de la cadera. La médula líquida y espesa se extrae mediante la aguja. Este procedimiento se repite hasta que se haya obtenido suficiente médula.

La médula recolectada se filtra y almacena en bolsas en una solución especial y luego se congela. Cuando la médula va a ser utilizada, esta se descongela y luego se coloca en la sangre del paciente a través de una vena, igual que una transfusión de sangre. Las células madre viajan a la médula ósea del receptor, donde se injertan y comienzan a producir células sanguíneas. Por lo general, estas nuevas células sanguíneas se pueden empezar a medir en los análisis de sangre de los pacientes después de unas pocas semanas.

Normalmente, no se encuentran muchas células madre en la sangre. Pero cuando se administran sustancias similares a las hormonas (conocidas como factores de crecimiento) a los donantes de células madre algunos días antes de la recolección, esto provoca que sus células madre crezcan con más rapidez y pasen de la médula ósea a la sangre.

Para un trasplante de células madre de sangre periférica, las células madre se obtienen de la sangre. Se coloca un tubo muy delgado y flexible (llamado catéter) en una de vena grande del donante y se conecta a un tubo que transporta la sangre a una máquina especial. La máquina separa las células madre del resto de la sangre, la cual luego es retornada al donante durante el mismo procedimiento. Esto lleva varias horas y es probable que sea necesario repetirlo a los pocos días a fin de obtener suficientes células madre. Las células madre recolectadas son filtradas y almacenadas en bolsas, y congeladas hasta que el paciente esté listo para recibirlas. (Para obtener más información al respecto, consulte Donación de células madre y médula ósea).

Cuando se administran al paciente, las células madre se introducen en una vena, muy similar a una transfusión de sangre. Las células madre viajan a la médula ósea, se injertan, y luego comienzan a producir nuevas células sanguíneas normales. Las nuevas células por lo general se encuentran en la sangre del paciente en aproximadamente 4 semanas.

La sangre de los recién nacidos normalmente tiene una mayor cantidad de células madre. Después del nacimiento de un bebé, la sangre que queda en la placenta y el cordón umbilical (conocida como sangre del cordón) puede ser recolectada y almacenada para uso posterior en un trasplante de células madre. La sangre del cordón se puede congelar hasta que se necesite. El trasplante de sangre del cordón umbilical usa sangre que normalmente se desecharía tras el nacimiento de un bebé. Después del nacimiento del bebé, los miembros del equipo de atención médica especialmente capacitados se aseguran de que la sangre del cordón umbilical se obtenga cuidadosamente y que el bebé no sea perjudicado de ninguna manera.

Aun cuando la sangre de los recién nacidos tiene muchas células madre, la sangre del cordón es solo una pequeña parte de ese número.  Por lo tanto, una posible desventaja de la sangre del cordón umbilical es que contiene una cantidad menor de células madre. Pero esto, en parte puede ser compensado por el hecho de que cada célula madre de la sangre del cordón puede formar más células sanguíneas que una célula madre de la médula ósea de un adulto. No obstante, puede que los trasplantes de células de la sangre del cordón tomen más tiempo para establecerse y comenzar a funcionar. La sangre del cordón se ingresa en la sangre del paciente al igual que en una transfusión de sangre.

Algunos tipos de cáncer se originan en la médula ósea y otros pueden propagarse a ella. El cáncer en la médula ósea hace que se produzca un número excesivo de algunas células, las cuales no están sanas y no funcionan como deberían, y sobrepasan en número a otras, previniendo su normal desarrollo.  Para que estos cánceres dejen de crecer, se necesita que las células de la médula ósea funcionen correctamente y comiencen a producir nuevas células sanas.

La mayoría de los cánceres que afectan la función de la médula ósea son leucemias, mielomas múltiples y linfomas. Todos estos cánceres comienzan en las células sanguíneas. Otros cánceres se pueden propagar a la médula ósea, lo que puede afectar también la función de las células sanguíneas.

Para ciertos tipos de leucemia, linfoma y mieloma múltiple, un trasplante de células madre puede ser una parte importante del tratamiento. El objetivo del trasplante es eliminar las células cancerosas y las células dañadas o no sanas que no funcionan bien, y dar al paciente nuevas células madre sanas para «empezar de nuevo».

Los trasplantes de células madre se utilizan para reemplazar las células de la médula ósea que han sido destruidas por el cáncer o por la quimioterapia y/o la radiación que se usa para tratar el cáncer.

Existen diferentes tipos de trasplantes de células madre. En todos ellos se usan dosis muy altas de quimioterapia (a veces junto con radiación) para eliminar las células cancerosas. Pero las dosis altas también pueden eliminar todas las células madre que tiene una persona y pueden ocasionar que la médula ósea deje de producir completamente células sanguíneas durante un tiempo. En otras palabras, se destruyen a propósito todas las células madre originales de una persona. Pero como nuestros cuerpos necesitan células sanguíneas para funcionar, aquí es donde los trasplantes de células madre son útiles. Las células madre trasplantadas ayudan a «rescatar» la médula ósea reemplazando las células madre del cuerpo que han sido destruidas por el tratamiento. Por lo tanto, el trasplante de las células sanas permite a los médicos utilizar dosis mucho más altas de quimioterapia para tratar de matar todas las células cancerosas, y las células madre trasplantadas pueden convertirse en células sanguíneas sanas y maduras que funcionan normalmente y reproducen células que están libres de cáncer.

Otra forma en que un trasplante de células madre puede funcionar, consiste en utilizar células madre de otra persona (no del paciente con cáncer). En estos casos, el trasplante puede ayudar a tratar ciertos tipos de cáncer de una manera que no sea simplemente reemplazar las células madre. Con frecuencia, las células donadas pueden encontrar y eliminar a las células cancerosas mejor de lo que lo podrían hacer las células del sistema inmunitario de la persona que tuvo cáncer. A esto se le conoce como efecto “injerto-contra-cáncer” o “injerto-contra-leucemia”. El «injerto» consiste en células donadas. El efecto significa que ciertos tipos de trasplantes efectivamente ayudan a matar las células cancerosas, junto con el rescate de la médula ósea y permitiendo que las células sanguíneas normales se desarrollen a partir de las células madre.

Aunque un trasplante de células madre puede ayudar a algunos pacientes, incluso hasta brindar a algunos pacientes de cáncer la oportunidad de una cura, la decisión de someterse a un trasplante no es fácil. Hay personas que han muerto por complicaciones del trasplante de células madre. Los riesgos y beneficios que se pueden esperar deben sopesarse cuidadosamente antes de proceder con el trasplante.

Estas son algunas preguntas que debe considerar. Para contestar algunas de estas preguntas, es posible que necesite hablar con el equipo de trasplante o las personas que se encargan del seguro médico y pagos en el consultorio médico y/o el hospital:

  • ¿Es el trasplante mi mejor opción? ¿Por qué? ¿Cuál es el objetivo?
  • ¿Cuántos trasplantes hace cada año para mi tipo de cáncer? ¿Cuál es su porcentaje de casos exitosos?
  • ¿Hay algún estudio clínico que deba considerar?
  • ¿Hay otras opciones de tratamiento que deba considerar?
  • ¿Qué tipo de trasplante de células madre recibiré? ¿Por qué?
  • ¿Cuáles son las probabilidades de encontrar un donante compatible?
  • ¿Cuáles son las probabilidades de que el trasplante sea eficaz?
  • ¿Cuál es el plan si el trasplante no es eficaz?
  • ¿Cuáles son los riesgos de esperar o probar con otros tratamientos primero?
  • ¿Es considerado el trasplante de células madre como un tratamiento experimental para mi enfermedad? ¿Por qué?
  • ¿Cuáles son los riesgos que enfrentaré?
  • ¿Qué tipo de tratamiento necesitaré antes del trasplante?
  • ¿Cuánto cuesta un trasplante?
  • ¿Qué gastos, si alguno, cubrirá mi seguro? ¿Cuánto tendré que pagar?
  • ¿Cubrirá los costos de encontrar a un donante?
  • ¿Podré tener hijos después del trasplante? ¿Cuáles alternativas tengo si deseo tener hijos después?
  • ¿Qué efectos secundarios puedo esperar? ¿Serán muy graves? ¿Cuánto tiempo durarán?
  • ¿Qué tipo de medicamentos o de auto atención se utilizarán para controlar los efectos secundarios?
  • ¿Por cuánto tiempo necesitaré estar en el hospital?
  • ¿Podré recibir visitas?
  • ¿Qué tipo de atención médica de seguimiento necesitaré? ¿Cuán seguido será el seguimiento?
  • ¿Qué vacunas necesitaré recibir después del trasplante y cuándo me pondrán dichas vacunas?
  • ¿Cuáles son las probabilidades de que mi cáncer recurra después del trasplante?
  • ¿Cuándo podré volver a trabajar?

Es importante que exprese todas sus inquietudes y que obtenga respuestas que entienda. Asegúrese de que el médico sepa también todo aquello que sea de importancia para usted. El trasplante es un procedimiento complicado. Infórmese tanto como le sea posible y planifique con anticipación antes de empezar el procedimiento.

Es importante que conozca la tasa de éxito del trasplante previsto en base a su diagnóstico y etapa en el tratamiento, junto con cualquier otra condición que podría afectarle tanto a usted como a su trasplante. Por lo general, los trasplantes suelen ser más eficaces si se realizan en las etapas iniciales de la enfermedad o cuando la persona se encuentra en remisión, que es cuando el estado general de salud es bueno. Pregunte sobre estos factores y cómo pueden afectar los resultados que se pueden esperar de su trasplante o de otra parte del tratamiento.

Los trasplantes de células madre son costosos, y algunos tipos cuestan más que otros, las compañías de seguro quizás no cubran los costos.

La National Foundation for Transplants (NFT) proporciona una guía para la recaudación de fondos a fin de ayudar a los pacientes, sus familias y amigos a recaudar dinero para todos los tipos de trasplantes de células madre en los Estados Unidos. Puede comunicarse con la NFT en línea en www.transplants.org o llamando al 1-800-489-3863.

 

Bibliografia

 

IMÁGENES DE ASTROCITOS, INVOLUCRADOS EN LA NEUROINFLAMACIÓN

IMÁGENES DE ASTROCITOS, INVOLUCRADOS EN LA NEUROINFLAMACIÓN

Una resonancia magnética permite ver la inflamación del cerebro ‘in vivo’ por primera vez

El número de enfermedades degenerativas aumenta y las Nurodegenerativas son las primeras.

Su incidencia llega a cifras muy altas y sobre todo la mayoría de ellas no tienen tratamiento específico.

De forma que es imprescindible encontrar que las produce y sobre todo cómo reacciona el organismo ante agentes invasores.

Todos sospechábamos que los fenómenos inflamatorios del cerebro no eran primarios sino secundarios a agentes externos que precipitaban macrofagos sobre ellos y estos eran los causantes del daño de los parénquimas en que se asentaban.

Enel caso del cerebro, las enfermedades Neurodegenerativas, son mutilantes y con incidencias progresivas y para las que no tenemos tratamientos eficaces.

La existencia de gliosis reactiva entre las formas de manifestarse los macrófagos es una idea, que solo en algunas imágenes de Resonancia se pueden objetivar las “Gliosis.”

La aparición de este trabajo que escribo a continuación en la que es relativamente sencillo tío localizar el material inflamatorio crónico lo que supone un adelanto importante para conocer estas enfermedades neurodegenerativas.

Al parecer es relativamente sencillo con las pruebas de imagen localizar los detritus inflamatorios .

Científicos del Instituto de Neurociencias (CSIC-UMH) obtienen imágenes de la activación de la microglía y los astrocitos, dos tipos de células involucradas en la neuroinflamación

Fecha de noticia:

Viernes, 27 mayo, 2022

Una investigación dirigidas por Silvia de Santis y Santiago Canals, científicos del Instituto de Neurociencias de Alicante (CSIC-UMH), ha permitido visualizar por primera vez y con gran detalle la inflamación cerebral utilizando Resonancia Magnética Ponderada por difusión. Esta destallada radiografía de la inflamación no puede obtenerse con una resonancia magnética convencional, sino que requiere secuencias de adquisición de datos y modelos matemáticos especiales. Una vez desarrollado el método, los investigadores han podido cuantificar las alteraciones en la morfología de las diferentes poblaciones de células implicadas en el proceso inflamatorio cerebral.  Este avance, que aparece publicado en la revista Science Advances, podría llegar a ser clave para cambiar el rumbo del estudio y tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como el alzheimer, el parkinson y la esclerosis múltiple. La intensidad del color (del amarillo al naranja) indica el nivel de inflamación. / IN-CSIC-UMH

La intensidad del color (del amarillo al naranja) indica el nivel de inflamación. / IN-CSIC-UMH

La investigación, cuya primera autora es Raquel Garcia-Hernández, demuestra que la Resonancia Magnética ponderada por difusión puede detectar de forma no invasiva y diferenciada la activación de la microglía y los astrocitos, dos tipos de células del cerebro que están en la base de la neuroinflamación y su progresión. Enfermedades cerebrales degenerativas como el alzheimer y otras demencias, como el parkinson o la esclerosis múltiple, son un problema acuciante y difícil de abordar. La activación sostenida de dos tipos de células del cerebro, la microglía y los astrocitos, conduce a una inflamación crónica en el cerebro que es una de las causas de la neurodegeneración y contribuye a su progresión.

Sin embargo, hay una carencia de enfoques no invasivos capaces de caracterizar específicamente la inflamación cerebral in vivo. El estándar de oro actual es la tomografía por emisión de positrones (PET), pero es difícil de generalizar y está asociada a exposición a la radiación ionizante, por lo que su uso está limitado en poblaciones vulnerables y en estudios longitudinales, que requieren el uso de PET de manera repetida durante un período de años, como es el caso de las enfermedades neurodegenerativas.

Otro inconveniente del PET es su baja resolución espacial, que la hace inadecuada para obtener imágenes de estructuras pequeñas, con el inconveniente añadido de que los radiotrazadores específicos de la inflamación se expresan en múltiples tipos de células (microglía, astrocitos y endotelio), lo que impide diferenciarlas.

Frente a estos inconvenientes, la resonancia magnética ponderada por difusión tiene la capacidad única de obtener imágenes de la microestructura cerebral in vivo de forma no invasiva y con alta resolución, al capturar el movimiento aleatorio de las moléculas de agua en el parénquima cerebral para generar contraste en las imágenes de resonancia magnética. Células microglia y amiloide en la enfermedad de Alzheimer. Ilustración de placas amiloideas (naranja) y células microglia (luz púrpura, centro) entre cerebro ce Fotografía de stock - Alamy

Una estrategia innovadora

En este estudio, los investigadores del IN-CSIC-UMH han desarrollado una estrategia innovadora que permite obtener imágenes de la activación de la microglía y de los astrocitos en la materia gris del cerebro mediante resonancia magnética ponderada por difusión (dw-MRI).

“Es la primera vez que se demuestra que la señal de este tipo de resonancia magnética (dw-MRI) puede detectar la activación microglial y astrocitaria, con huellas específicas para cada población de células. Esta estrategia que hemos utilizado refleja los cambios morfológicos validados post mortem por inmunohistoquímica cuantitativa”, señalan los investigadores.

También han demostrado que esta técnica es sensible y específica para detectar la inflamación con y sin neurodegeneración, por lo que ambas condiciones pueden ser diferenciadas. Además, permite discriminar entre la inflamación y la desmielinización característica de la esclerosis múltiple.

Este trabajo ha logrado demostrar también el valor traslacional del enfoque utilizado en una cohorte de humanos sanos a alta resolución, “en la que realizamos un análisis de reproducibilidad. La asociación significativa con patrones de densidad de microglía conocidos en el cerebro humano apoya la utilidad del método para generar biomarcadores de glía fiables. Creemos que caracterizar, mediante esta técnica, aspectos relevantes de la microestructura tisular durante la inflamación, de forma no invasiva y longitudinal, puede tener un tremendo impacto en nuestra comprensión de la fisiopatología de muchas afecciones cerebrales, y puede transformar la práctica diagnóstica actual y las estrategias de seguimiento del tratamiento de las enfermedades neurodegenerativas”, destaca de Santis.

Para validar el modelo, los investigadores han utilizado un paradigma establecido de inflamación en ratas basado en la administración intracerebral de lipopolisacáridos (LPS). En este paradigma, se preserva la viabilidad y la morfología neuronal, al tiempo que se induce, primero, una activación de la microglía (las células del sistema inmune del cerebro), y de manera retardada, una respuesta de los astrocitos. Esta secuencia temporal de eventos celulares permite que las respuestas gliales puedan ser disociadas transitoriamente de la degeneración neuronal y la firma de la microglía reactiva investigada independientemente de la astrogliosis.

Para aislar la huella de la activación astrocitaria, los investigadores repitieron el experimento tratando previamente a los animales con un inhibidor que anula temporalmente alrededor del 90% de la microglía. Posteriormente, con un paradigma establecido de daño neuronal, comprobaron si el modelo era capaz de desentrañar las huellas neuroinflamatorias con y sin una neurodegeneración concomitante. “Esto es fundamental para demostrar la utilidad de nuestro enfoque como plataforma para el descubrimiento de biomarcadores del estado inflamatorio en las enfermedades neurodegenerativas, donde tanto la activación de la glía como el daño neuronal son actores clave”, aclaran.

Por último, los investigadores utilizaron un paradigma establecido de desmielinización, basado en la administración focal de lisolecitina, para demostrar que los biomarcadores desarrollados no reflejan las alteraciones tisulares que se encuentran frecuentemente en los trastornos cerebrales.

Bibliografia

Silvia de Santis y Santiago Canals, científicos del Instituto de Neurociencias de Alicante Science Advances

Raquel Garcia-Hernández, demuestra que la Resonancia Magnética ponderada por difusión puede detectar de forma no invasiva y diferenciada la activación de la microglía y los astrocitos, dos tipos de células del cerebro que están en la base de la neuroinflamación

Pilar Quijada / Comunicación IN

TRANSMICION DE LA SEÑAL NERVIOSA

TRANSMICION DE LA SEÑAL NERVIOSA

 

Este esquema que utiliza nuestra sociedad para el transporte de electricidad es terriblemente ridículo en su complejidad comparado, con el que utiliza nuestro sistema Nervioso, donde cada paso es todo un compendio de biología.

El Encéfalo en un ser humano promedio contiene hasta 100 millones de células nerviosas conocidas como neuronas Las Neuronas no sólo se encuentran en el encéfalo miles de millones más se encuentran formando el sistema nervioso, estas células nerviosas varían en forma y tamaño pero todas cumple la misma función recibir y transmitir información

Las neuronas son células eucariotas por lo tanto poseen un núcleo que contiene información genética en su interior este núcleo se encuentra dentro del cuerpo celular

Las fibras que se extienden fuera del cuerpo celular permiten a la neurona realizar su trabajo a travez de sus terminaciones, que se ramifican alrededor del cuerpo.

Las Dendritas son las mas numerosas., su función, es recibir los mensajes provenientes de otras neuronas y en ciertos casos de otras células como la de la piel, para luego transmitirlos al grupo celular.

La fibra larga que sale del soma de la célula es el Cilindroeje. que se extiende desde el cuerpo celular hasta la sinapsis, y transmite un mensaje de salida a las neuronas vecinas o a un músculo o glándula.

los axones varían de longitud desde 12 milímetro hasta unos 90 centímetros .

La neurona cerca del su extremo distal , el axón se divide en muchas ramas terminales .

El axón está recubierto por mielina, esta proporcióna aislamiento e incrementa la velocidad de transmisión del mensaje.

Un grupo de axones unidos conforman un nervio .

Existen tres tipos de neuronas

Las neuronas sensoriales o Aferentes que reciben mensajes de los órganos sensoriales y lo transmiten a la médula espinal o al encéfalo

Las neuronas motoras o eferentes éstas transmiten los mensajes de la médula espinal y a los músculos y las glándulas

El tercer tipo son las neuronas asociativas o internas estas transmiten los mensajes de una neurona a otra.

En el funcionamiento de las células nerviosas.

En el cerebro y a través del sistema nervioso unas determinadas neuronas convierten lo que vemos olemos oímos y tocamos en señales eléctricas, que viajan a través de las largas ramificaciones existentes entre las células cerebrales.

Estas ramificaciones son el nexo de comunicación del sistema nervioso, en el extremo de cada ramificación existen unas vesículas que contienen elementos químicos llamados neurotransmisores.

Las vesículas están situadas en uno de los lados de una diminuta abertura de un tamaño 50.000 veces menor al de un milímetro son los llamados espacios sinápticos que separan una neurona de otra, las células se comunican a través de esta abertura mediante los neurotransmisores aquí vemos dos neuronas formando una sinapsis entre sus ramificaciones. En el extremo de la neurona superior se ve la vesícula del neurotransmisor, en el lado opuesto de la sinapsis están las filas de receptores que son los objetivos de los estimulos »

¿Cómo se generan los recuerdos en el cerebro?» Cuando la señal eléctrica de una neurona alcanza el extremo de esta, se activan las vesículas que contienen los elementos químicos, las vesículas se abren y sus moléculas bombardean la neurona vecina, las moléculas son recogidas en unos receptores de la neurona vecina y en ese momento los receptores se abren y permiten la entrada de unas partículas con carga eléctrica llamadas iones, estos activan una nueva señal eléctrica débil en la neurona receptora .

Algunas estructuras cerebrales, modulan las señales que reciben. Los sucesivos bombardeos de neurotransmisores en el hipocampo que amplían esta débil señal eléctrica y la estimulación repetida abre este receptor que deja entrar un flujo de iones de calcio.

Estos activan enzimas y las enzimas activadas, se mueven en torno a la célula provocando con la ayuda de otras enzimas una reacción en cadena las enzimas actúan como una especie de equipo de construcción cambiando la estructura de los receptor.

Estos receptores modificados facilitan el paso de la corriente eléctrica a través de las sinapsis a partir de este cambio en los receptores que antes sólo permitían el paso de la corriente eléctrica débil permiten el paso de señales fuertes. este cambio denominado potenciación prolongada perdura durante varias semanas.

Estas conexiones reforzadas que llegan al hipocampo son los recuerdos de reciente creación y al cabo de un tiempo la memoria necesita almacenarse de forma permanente y cuando el hipocampo consolida la información traslada su contenido al Córtex, aquí los pensamientos y las experiencias destinados a convertirse en memoria permanente a través de señales eléctricas, pero los recuerdos no se almacenan intactos sino que son divididos en fragmentos y distribuidos por el córtex, por ejemplo la forma el color y el olor de una manzana son analizados y archivados en diferentes ramificaciones de neuronas. El córtex alberga las dos terceras partes del total de células cerebrales además de todos los millones de intrincados circuitos que éstas crean la puesta en funcionamiento de algunos de esos circuitos bastará para producir un encadenamiento de comunicaciones que termine en la percepción completa de la manzana.

Quizas sea mas fácil, cuando se habla de esta vorágine de hechos, pensar que la emisión de un potencial en el Soma de la neurona, camina por el cilindroeje, hasta la sinapsis, potenciando su carga eléctrica como lo haría un Transistor, en cualquiera de los artilugios electrónicos que utilizamos

El organismo no soportaría una diferencia de potencial tan grande entre el Soma y la sinapsis, sino fuera porque un voltaje de 50 microvoltios, no fuera potenciado en cada nódulo de Ranvier, que no es mas que una glía, que la potencia en cada uno de sus hendiduras, la potencia energética que necesita.

Lo contrario, una diferencia de potencial de 150 voltios por ejemplo, primero no llegaría a la sinapsis en cantidad suficiente para activar la siguiente neurona, y después quemaría sin duda la neurona base y todo su trayecto.

En transistor que el hombre ha tardado mucho en descubrir, tiene como misión, potenciar continuamente y a lo largo del cilindroejes y dendritas, la descarga que se producen en las dendritas, estimulan el Soma neuronal y caminan luego por el cilindroeje, tapizados de nódulos de Ranvier (transistores) que periódicamente potencias la descarga eléctrica para en la sinapsis liberar neurotransmisores.

transistor

Esta descripción anterior es una síntesis del complejo problema y supone la conducción nerviosa , desde su producción y transporte cómo su modulación y almacenamiento y el mantener con cierta constancia la intensidad de la corriente qué necesita el sistema nervioso .

Pero lo más importante de todo esta mecánica es como nuestra biología aplica una espiritualidad que aún no podemos localizar , pero estamos en ello

Resumenes de Internet

 

LAS PROTEÍNAS Y SUS FUNCIONES.

LAS PROTEÍNAS Y SUS FUNCIONES.

Las proteínas transportan moléculas por todo el organismo, transmiten señales de una célula a otra y ayudan a defendernos de los agentes infecciosos. Existen miles de proteínas en nuestro cuerpo y cada proteína es única en su estructura y función.

Nuestro ADN fabrica 20.000 tipos de proteínas diferentes, aunque la realidad es que seguramente haya muchas más.

La inmensa mayoría de nuestras proteínas son desconocidas

De las proteínas que conocemos , algunas tienen una función esencial .

Dada su abundancia, dedicare solo a cinco de estas proteínas.

Antes que nada, este tema fue elegido por los Patreons

Patreon es una plataforma de suscripción que facilita que los creadores obtengan ingresos.

La primera proteina con valores extraordinarios ess la “p53”, llamada el guardan del genoma. Es imprecindible en la lucha contra el .

cáncer.

Nuestras células se dividen constantemente, para regenerar los tejidos en unas condiciones de equilibrio entre células que mueren y nuevas célulasque se dividen. Que una célula se divida para dar lugar a una nueva célula es un proceso muy complejo.

Para que una célula se divida y dé lugar a una nueva célula, necesita duplicar todo su contenido y luego partirse en dos. Por tanto, entre otras cosas, la célula necesitará hacer una copia de todo su ADN. El ADN es esa molécula que contiene las instrucciones para que la célula funcione, cada célula nueva que se forma necesita tener una copia completade esas instrucciones.

El problema es que este proceso de replicación del ADN, no siempre sale bien.

Todos organismos sufre cambios accidentales en el ADN,

ya sea debido al propio metabolismo de la célula o a causas ambientales que no podemos controlar. Los cambios en nuestro ADN son las mutaciones.

Si el ADN se alter, es muy posible que se produzcan consecuencias tanto para esa célula como para el individuo.

Las células, tienen una manera de evitar esto: la proteína p53.

La p53 es una proteína la “guardiana del genoma”.

Cuando una célula se está dividiendo y se produce una alteración accidental en su ADN, por ejemplo una mutación mientras se replicaba, la p53 frena la división, DETIENE TODA LA MAQUINARIA, dando tiempo a que se corrija el error. Si el error se corrige: se reinicia el ciclo; PERO si ese error no puede repararse, p53 induce la muerte de la célula para impedir que ese error se propague y tenga consecuencias más graves. Si la p53 no actuase ante las lesiones en elADN, la célula iría transmitiéndolas sus defectos y con el tiempo acumularían daños y mutaciones que podrían dar lugar a una célula cancerosa.

De hecho, la replicación del ADN no es la única manera en la que este puede dañarse: cosas como la exposición al humo del tabaco o la radiación ultravioleta del sol también pueden dañarlo. Y ahí p53 también actúa, intentando que se repar el daño, y, si el daño es tan grave que no puede repararse, condenando a la célula a morir por el bien del organismo.

La Kinesina .Este tipo de proteínas son lo que llamamos kinesinas, y se encargan de transportar todo tipo de “paquetes” dentro de una célula, ya sean vesículas que contengan moléculas en su interior, cromosomas y hasta orgánulos enteros como las mitocondrias. Para ello, las kinesinas se desplazan sobre una especie de “carreteras” que atraviesan la célula, los llamados microtúbulos, que son algo así como una red de autopistas que se distribuyen a lo largo de la célula tanto para darle forma y estructura como para el transporte en su interior.

La transmisión de partículas o de señales en general es común en todas las células.

Las neuronas son las células por excelencia de nuestro sistema nervioso, y como tal, son las encargadas de transmitir el impulso nervioso. Y transmiten impulso nervioso de unas a otras a través de unas moléculas llamadas neurotransmisores.

Una neurona libera un tipo de neurotransmisor (por ejemplo: dopamina, adrenalina o serotonina); este viaja a través del espacio entre una neurona y otra, llamado sinapsis, y es captado por los receptores de la siguiente neurona, transmitiendo así la señal de una neurona a la siguiente

Los neurotransmisores se sintetizan en el cuerpo de la neurona, aquí, pero para poder transmitir el impulso nervioso, necesitan ser transportados hasta la otra punta de la neurona. Y aquí es donde entran en juego las kinesinas, utilizando los microtúbulos que recorren el interior de las neuronas, transportan vesículas cargadas de neurotransmisores. De esta forma, los neurotransmisores llegan a su destino, el extremo de la neurona, listos para que, cuando llegue el impulso eléctrico, puedan liberarse y transmitir la señal hacia la siguiente neurona.

La siguiente proteína es una de las más populares tanto por su implicación en la industria cosmética como por la enorme cantidad de productos que se venden relacionados con ella: “El Colágeno”

Las proteínas como moléculas van de un lugar para el otro, y transportan cosas, y digieren alimentos y transforman moléculas aquí y allá, pero algunas proteínas son un tanto distintas. Algunas proteínas sencillamente conforman nuestra estructura, dando lugar a nuestra piel, nuestros huesos, cartílago y ligamentos, o incluso el recubrimiento de nuestros órganos.

Nuestro cuerpo, por muy activo que sea, no tendría sentido sin una estructura que le diese forma y consistencia.

Una de las proteínas estructurales más importantes que conocemos: el Colágeno es una proteína dura y fibrosa que constituye básicamente un tercio de las proteína del cuerpo humano. Las moléculas de colágeno suelen agruparse para formar fibrillas largas y delgadas que actúan como estructuras de soporte y anclan las células entre sí, proporcionando, entre otras cosas, resistencia a los tendones y ligamentos o elasticidad a la piel.

Existen muchos tipos de colágeno que forman las diferentes estructuras de nuestro cuerpo. Los más abundantes son estos:

Colágeno I: se encuentra en huesos, tendones y órganos.

Colágeno II: se encuentra principalmente en el cartílago.

Colágeno III: forma una malla de soporte que recubre y sostiene algunos de nuestros órganos y tejidos, como el hígado, las paredes de los vasos sanguíneos o la dermis de la piel.

Colágeno IV: forma parte de la red de soporte de algunas de nuestras células, manteniéndolas en su sitio.

Colágeno V- que se encuentra en el cabello y las uñas, entre otras cosas.

Una manera de entender la importancia que tiene una proteína en nuestro cuerpo, es observar qué ocurre en aquellas enfermedades en las que esa proteína no funciona correctamente.

Existen muchos tipos de trastornos asociados con el colágeno, como por ejemplo el síndrome de Ehlers-Danlos, en el que el colágeno no se forma como es debido y los afectados presentan afecciones como una hiper elasticidad de la piel, hipermovilidad de las articulaciones, mala cicatrización y fragilidad de sus vasos sanguíneos, además de muchísimas otros problemas.

El colágeno es una proteína fundamental para dar estructura a nuestro cuerpo .

La siguiente proteína es una hormona, popularmente conocida como la hormona de la felicidad. Serotonina.

La serotonina es conocida como “la hormona de la felicidad”. podríamos decir, que la serotonina nos ayudaría a calibrar lo satisfechas que están nuestras necesidades básicas: es decir, cuando nuestros niveles de comida, agua y sueño son suficientes, tendríamos niveles más altos de serotonina, lo que se correlacionaría con una mayor percepción de felicidad; sin embargo, cuando faltan estas necesidades fisiológicas, se produce un efecto adverso. Pero la serotonina es una hormona más compleja que eso, ya que sus funciones en nuestro sistema nervioso central son muy amplias: entre otras cosas, ayudan a regular la temperatura, el apetito, memoria, aprendizaje, los ciclos del sueño, además del comportamiento y estado de ánimo. Tanto es así que los niveles bajos de esta hormona a menudo se asocian con trastornos como la depresión, la ansiedad o el trastorno obsesivo-compulsivo. De hecho, algunos de los fármacos que suelen utilizarse para tratar estos trastornos incrementan la actividad de la serotonina en el cerebro. Aunque sigue habiendo discusión respecto a si la serotonina debería ser la única “diana” en este tipo de tratamientos, ya que son trastornos realmente complejos y de los que todavía nos queda muchísimo por conocer.

A pesar de que la serotonina se asocie popularmente más al cerebro, lo cierto es que se estima que el 90% de la serotonina en el cuerpo humano no está en el cerebro, sino que se almacena en unas células especializadas de nuestros intestinos. Cuando estas células del intestino detectan que hay comida en el estómago, liberan serotonina como respuesta, que estimula los movimientos intestinales para ayudar con la digestión y reduce el apetito. Pero no solo eso, sino que la serotonina juega un papel en la coagulación de la sangre. La serotonina contribuye a que las plaquetas de nuestra sangre se agreguen formando un coágulo y a que nuestros vasos se estrechen, lo cual es importante a la hora de curar las heridas que podamos hacernos.

Los anticuerpos son unas de las proteínas más populares en la actualidad: “vacunas contra el COVID, tests de anticuerpos, que si inmunización! Los anticuerpos, también conocidos como inmunoglobulinas, son unas proteínas con forma de tirachinas que secretan nuestras células inmunitarias. El objetivo es que estos anticuerpos se unan a los agentes infecciosos y los “marquen” para que otras células inmunitarias los localicen y eliminen más fácilmente. Los anticuerpos se liberan cuando tenemos una infección para que esta se elimine lo antes posible y no cause grandes daños. Pero no solo sirven para actuar en el momento de la infección, sino que esconden una de las claves que hace que nuestro sistema de defensa sea tan increíble:

La memoria inmunitaria. Nuestro sistema inmunitario no solo es capaz de detener una infección en el momento, sino también de “guardar información” sobre el microorganismo que la causó, por si acaso nos lo topamos en un futuro. Esto se consigue gracias a las llamadas células de memoria, que dan vueltas por la sangre y que, si se encontrasen de nuevo con el microorganismo, secretarían rápidamente anticuerpos específicos contra él, dando lugar a una respuesta inmunitaria mucho más rápida y masiva que la primera. Esta es la clave de cómo funcionan las vacunas: algunas vacunas, por ejemplo, están formadas por microorganismos atenuados o inactivados, o directamente por partes de los mismos. Esto hace que las vacunas actúen como una especie de “simulacro de infección”: ponen en contacto a nuestro sistema inmunitario con el microorganismo en cuestión para que genere células de memoria y por tanto quede “entrenado” para una posible infección en un futuro.

Bibliografia

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“LÍQUIDO CEFALORRAQUIDEO” MEMORIA Y FUNCIONES COGNITIVAS

“LÍQUIDO CEFALORRAQUIDEO” MEMORIA Y FUNCIONES COGNITIVAS

Como verán los lectores, si es que los hay, repito este trabajo que me encanta, porque objetiva materia a la función, que es lo que necesitamos, para saber donde atacar.

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Es una investigación experimental conducida por científicos de la Universidad de Stanford. Una inyección de líquido cefalorraquídeo de ratones jóvenes a otros envejecidos mejoró sus capacidades cognitivas. El hallazgo fue publicado en Nature

11 de Mayo de 2022

El equipo de la Universidad de Stanford tardó más de un año en perfeccionar el proceso de recolección de LCR e infundirlo en otro cerebro El equipo de la Universidad de Stanford tardó más de un año en perfeccionar el proceso de recolección de LCR e infundirlo en otro cerebro

La memoria y las funciones cognitivas del cerebro humano se van deteriorando a medida que envejecemos y los científicos han buscado entender por qué sucede durante décadas. Ahora han descubierto una fórmula natural para revertir el proceso: el líquido cefalorraquídeo de cerebros más jóvenes.

El líquido cefalorraquídeo (LCR) es un fluido que baña el tejido cerebral y la médula espinal de todos los animales vertebrados. Según un estudio de la Universidad de Stanford, EEUU, el LCR de ratones jóvenes puede mejorar la función de la memoria en ratones más viejos.

La infusión cerebral de LCR joven mejora la conexión de las neuronas, lo que potencia el proceso de creación y recuperación de recuerdos, afirmaron los investigadores en el documento publicado hoy en la revista Nature. Además, el equipo científico sugirió que las mejoras se deben en gran parte a una proteína específica contenida en el LCR.

El líquido cefalorraquídeo (LCR) es un fluido que baña el tejido cerebral y la médula espinal de todos los animales vertebrados El líquido cefalorraquídeo (LCR) es un fluido que baña el tejido cerebral y la médula espinal de todos los animales vertebrados

El envejecimiento y el deterioro cognitivo relacionado con la edad afecta hasta una cuarta parte de los adultos mayores de 60 años. Una dieta saludable y ejercicio regular pueden ayudar a prevenir este declive, pero aún no existen tratamientos para revertirlo, señalaron los autores del estudio.

“Sabemos que la composición del LCR cambia con la edad y, de hecho, estos cambios se usan de forma rutinaria en la clínica para evaluar los biomarcadores de salud y enfermedades del cerebro”, dijo Tal Iram, neurólogo de la Universidad de Stanford y autor principal del estudio.

En el estudio, se inyectó LCR de ratones jóvenes (que no superaban las 10 semanas de edad) a otros los ratones de 18 a 25 meses de edad (comparable a unos 70 años en un humano). Después de tres semanas de tratamiento con LCR, los animales más viejos mostraron mejoras en las destrezas cerebrales en tareas de memoria.

La infusión cerebral de LCR joven mejora la conexión de las neuronas, lo que potencia el proceso de creación y recuperación de recuerdos, afirmaron los investigadores (iStock) La infusión cerebral de LCR joven mejora la conexión de las neuronas, lo que potencia el proceso de creación y recuperación de recuerdos, afirmaron los investigadores (iStock)

Los autores del estudio explicaron que este rejuvenecimiento cerebral se debe al crecimiento de nuevos oligodendrocitos, que apoyan a otras células cerebrales al producir mielina, un compuesto que protege las células nerviosas.

Los hallazgos sugieren que el LCR joven puede restaurar el deterioro en las habilidades de un cerebro envejecido. “La conclusión más amplia es que el cerebro aún es maleable y hay formas de mejorar su función. No todo está perdido, apuntó Tony Wyss-Coray, neurocientífico de Stanford y coautor del estudio.

“Esto es súper emocionante desde la perspectiva de la ciencia básica, pero también desde la perspectiva de las aplicaciones terapéuticas”, señaló Maria Lehtinen, neurobióloga del Boston Children’s Hospital en Massachusetts a Nature.

Uno de los grandes hallazgos del estudio radica en la plasticidad del cerebro para revertir el proceso de envejecimiento (Getty)

El equipo de la Universidad de Stanford tardó más de un año en perfeccionar el proceso de recolección de LCR e infundirlo en otro cerebro.

“La recolección es extremadamente desafiante y debe hacerse con precisión”, explicó Iram a Nature. Cualquier contaminación con sangre podría arruinar el fluido y la presión en el cerebro tiene un equilibrio delicado, por lo que la recolección del líquido cefalorraquídeo debe ser lenta y en un lugar específico dentro del cerebro: el ventrículo cerebral.

“El delicado procedimiento podría plantear desafíos para su uso en personas”, dijo a Nature Julie Andersen, que estudia la enfermedad de Alzheimer y Parkinson en el Instituto Buck para la Investigación sobre el Envejecimiento en California.

La investigación sobre el LCR está inspirada en el trabajo anterior del neurólogo Wyss-Coray de la Universidad de Stanford, que mostró que el plasma sanguíneo de ratones jóvenes podría restaurar la función de la memoria en roedores mayores. La empresa Alkahest cofundada por Wyss-Coray en California, ha realizado pequeños ensayos que sugieren algunos beneficios cognitivos en ratones y personas con demencia tras las transfusiones de plasma sanguíneo joven. Sin embargo aún no ha demostrado que puedan curar o frenar afecciones vinculadas al deterioro cognitivo.

Por todo esto, convertir la transfusión de LCR en un tratamiento para humanos todavía es un desafío formidable, dijeron los autores del estudio.

 

LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO Y MEMORIA DE LOS RATONES VIEJOS

LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO Y MEMORIA DE LOS RATONES VIEJOS

Ya escribí un articulo sobre este sorprendente trabajo, que objetiviza una causa de la de memoria

El líquido cefalorraquídeo aporta nutrientes y otros elementos a las células cerebrales. Un grupo demuestra ahora que obteniéndolo de ratones jóvenes e inyectándolo en el cerebro de ratones viejos, estos recuperan memoria. El efecto se atribuye a una proteína,

La proteína Fgf17 es un posible factor de rejuvenecimiento para el cerebro que envejece.

La proteína Fgf17 es un posible factor de rejuvenecimiento para el cerebro que envejece.

Es un trabajo bastante bueno. Hace surgir preguntas acerca de su alcance terapéutico, y acerca de qué más moléculas y mecanismos pueden estar involucrados en los efectos rejuvenecedores del líquido cefalorraquídeo (LCR) joven.

El trabajo describe que el LCR constituye un medioambiente bioquímico determinado por la edad, que influye en los procesos cognitivos y de supervivencia celular. Pero van al fondo del asunto y determinan qué genes, además de incrementar la proliferación de oligodendrocitos y la mielinización del hipocampo, se ponen en marcha o se apagan cuando a los ratones se les trata con líquido de jóvenes.

Encuentran que es el Factor de Respuesta al Suero (SRF), entre otros, el que se estimula. Este es un factor de transcripción que pone en marcha la expresión de varios genes relacionados con el citoesqueleto [las proteínas en el medio celular]  la proliferación de los oligodendrocitos [células que forman la capa de mielina protege los tejidos nerviosos]. Con los estudios de expresión genómica determinan que el Fgf17 (factor de crecimiento fibroblástico 17) es el factor principal que orquesta todo esto.

Un aspecto interesante es que, aunque al principio estos efectos beneficiosos los estudian con infusión de LCR de ratones jóvenes, luego prueban los LCR de humanos jóvenes (24 años) y ven que ejerce el mismo efecto en ratones. Es decir, que el panorama bioquímico que favorece los procesos cognitivos en jóvenes y los empobrece en mayores está conservado. Así que esto tiene valor traslacional serio. 

Es una suerte que identifiquen el Fgf17 como agente protagonista, porque sugiere que con su infusión o estimulando su síntesis se podría lograr retrasar el proceso de declive cognitivos que ocurre, no ya en patologías como el alzhéimer, sino el fisiológico, el que las personas maduras tenemos la oportunidad de experimentar cada día.

Un problema ético que surge es si a alguien con mucho dinero se le ocurre comprar fuentes de LCR joven para que le hagan transfusiones. Claro que esto tiene problemas, porque no se sabe qué se puede transferir con el LCR además de Fgf17.

En resumen, estos datos confirman que el LCR representa un medio nada simple, cuya composición tiene la firma de la edad y que determina ciertas cualidades cognitivas, a través de actores importantes como son los oligodendrocitos y factores asociados, como el SRF y el Fgf17.

Esto abre una esperanza para tratamientos relativamente fáciles de administrar que puedan paliar las pérdidas de memoria en alzhéimer y otras demencias, pero también el declive conjuntivo fisiológico.  Naturalmente, hay que aprender más, hacia un lado (aspectos básicos mecanísticos) y hacia el otro (en qué grado esto es

Bibliograafia

Nature factor de rejuvenecimiento cerebral.

Director del Centro Internacional de Neurociencias Cajal (CINC-CSIC). Consejero de la Sociedad norteamericana de Neurociencia (SfN). Editor jefe de Neuroscience.

 

 

TRANSPORTADORES DE GLUTAMATO Y DE GLICINA:

FISIOPATOLOGÍA DE LOS TRANSPORTADORES DE GLUTAMATO Y DE GLICINA:

Los mecanismos de regulación del glutamato y glicina para que hagan sus efectos neurotransmisores es tan compleja, que cuesta trabajo entender.

La homeostasis de la transición de señales en sí ya es un problema de entendimiento, enzarzar está propiedades de algunos neurotransmisores dentro de la complejidad de un cerebro que además piensa a mí personalmente me cuesta un trabajo extraordinario.

La neurofisiología de estos componentes son entendibles, pero cuando actúan en un medio inesperado que casi siempre termina en inflamación, ya es inimaginable

Los aminoácidos glutamato y glicina, aparte de su papel en la síntesis de proteínas, son dos neurotransmisores fundamentales en el sistema nervioso central de los mamíferos. El primero es ubicuo y está implicado en vías excitatorias de la neocorteza, la retina y el cerebelo, y el segundo está asociado a vías inhibitorias de zonas caudales del cerebro. Sin embargo, ambos comparten su manera de actuar al integrarse en el funcionamiento de los receptores de glutamato del tipo NMDA, fundamentales en la regulación de sistemas motores, sensitivos y cognitivos.

El conocimiento de la forma molecular de actuar de los transportadores de glutamato y de glicina está permitiendo la identificación y el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas para patologías como las descritas y el desarrollo de nuevos fármacos.)

El glutamato, además de sustrato en la síntesis de proteínas, es el neurotransmisor excitador más abundante en el cerebro. La neurotransmisión glutamatérgica está implicada y regula sistemas motores, sensitivos y cognitivos. Igualmente, desempeña un papel primordial en la plasticidad sináptica. La concentración de glutamato en el cerebro es entre 1.000 a 10.000 veces superior a la de las aminas biógenas [1,2]. Sin embargo, unos niveles anormalmente elevados de glutamato provocan la muerte neuronal por neurotoxicidad [35].

Para que la neurotransmisión mediada por el glutamato sea eficiente, sus niveles en el interior de las neuronas y de las células de la glía, y principalmente en el espacio intercelular, deben estar muy finamente regulados y mantenidos en concentraciones adecuadas.

Este proceso se lleva a cabo mediante una serie de transportadores localizados en la membrana plasmática de las neuronas y las células gliales [2,68] (Fig. 1).

Concretamente, existen cinco transportadores de glutamato (EAAT) que difieren en su secuencia aminoacídica, capacidad de transporte para glutamato, afinidad, velocidad de transporte, conductancia al cloruro y, sobre todo, localización celular. Todos comparten la dependencia del sodio en el ciclo de transporte, aparte de otros iones adicionales. Los genes que codifican los transportadores en los humanos son SLC1A3SLC1A2SLC1A1SLC1A6 y SLC1A7, correspondientes a las proteínas EAAT1, EAAT2, EAAT3, EAAT4 y EAAT5 (las tres primeras llamadas GLAST, GLT-1 y EAAC1 en los roedores). Además, los transportadores EAAT1, 2 y 3 presentan variantes de splicing alternativo en el procesamiento de sus ARN mensajeros que difieren en sus extremos amino o carboxilo. Esta característica confiere a cada variante posibilidades diferentes para interaccionar con otras proteínas, aunque no hay evidencias de diferencias funcionales entre ellas [9,10].

La concentración estimada de glutamato en el cerebro está en el rango de 5-15 mM [2]. Sin embargo, este neurotransmisor no está distribuido uniformemente. La concentración extracelular de glutamato se mantiene probablemente por debajo de 100 nM (entre 10 y 100 nM) [11,12], a diferencia de concentraciones intracelulares de alrededor de 10 mM en el citoplasma [13] y de 60 mM en el interior de las vesículas sinápticas [14].

Los transportadores de glutamato, funcionando en situaciones fisiológicas, son capaces de mantener gradientes de concentración a través de la membrana plasmática hasta de un millón de veces. El mantenimiento de estos gradientes en condiciones celulares de reposo requiere un esfuerzo termodinámico de enormes proporciones llevado a cabo por el funcionamiento de los transportadores de glutamato que operan a través de ciclos de transporte con una estequiometria de una molécula de glutamato, tres de iones sodio y un protón, que se contraponen al movimiento de un ion potasio [15]

(Fig. 1). El funcionamiento de todos los transportadores de glutamato lleva aparejado un flujo termodinámico de iones cloruro no acoplado a través del transportador [13,15,16]. En este sentido, en los transportadores neuronales EAAT4 y EAAT5, este flujo de iones cloruro es muy acusado, y ambos funcionan como verdaderos canales de cloruro. El resto de los transportadores EAAT1-3 presentan un flujo desacoplado de cloruro mucho más limitado [1719]. En muchos casos, el significado fisiológico de estas corrientes desacopladas de cloruro no está aún bien establecido.

Figura 1. Esquema de una sinapsis glutamatérgica excitatoria. Se representan los receptores postsinápticos del tipo NMDA; los transportadores de glicina del tipo GlyT1 y el transportador de glutamato del tipo GLT-1. El glutamato almacenado en vesículas sinápticas del terminal presináptico se libera al espacio intersináptico y se une, junto con la glicina, a receptores NMDA, provocando la entrada de calcio al terminal postsináptico.

La localización regional y celular de los trasportadores de glutamato es muy específica, lo que hace que su funcionamiento en condiciones fisiológicas no resulte redundante, como podría parecer en un principio. EAAT1 (GLAST) y EAAT2 (GLT-1) se expresan de forma abundante y ubicua en el cerebro, aunque GLT-1 se encuentra principalmente en la neocorteza y el hipocampo, y GLAST en el cerebelo [2]. EAAT3, aunque ubicuo en el sistema nervioso central, se localiza principalmente en el soma y las dendritas de las neuronas del hipocampo, así como en el cerebelo y los ganglios basales. EAAT4 tiene una localización preferente en las dendritas de las células de Purkinje del cerebelo [2023], y EAAT5 es una proteína confinada a terminales presinápticos de las células bipolares de la retina y fotorreceptores, con muy poca presencia en el resto del sistema nervioso [24,25].

GLT-1, que probablemente represente el 1% de todas las proteínas del cerebro, se expresa mayoritariamente en los astrocitos y es responsable de la mayor cantidad del transporte de glutamato al interior celular [2628]. Por ello, la deleción genética de GLT-1 tiene como resultado la aparición de convulsiones en las primeras etapas del desarrollo y la muerte prematura de los animales [29]. Aunque en mucha menor proporción que en los astrocitos, se ha demostrado expresión presináptica de GLT-1 [30]. Este transportador localizado presinápticamente podría actuar reponiendo las reservas presinápticas de glutamato como vía alternativa al ciclo glutamato-glutamina. Tradicionalmente se ha postulado que el glutamato almacenado en las neuronas se recupera del entorno mediante el transportador GLT-1 localizado en los astrocitos; dentro de éstos es convertido en glutamina, la cual se transporta a las neuronas presinápticas, y de nuevo es transformado en glutamato, el cual se almacena en las vesículas sinápticas a la espera de ser liberado como neurotransmisor. GLAST se expresa en los astrocitos y oligodendrocitos del sistema nervioso y, a diferencia de lo que ocurre con GLT-1, los animales con la deleción genética de esta proteína muestran pocas anormalidades funcionales [31].

La mayoría de los transportadores de glutamato (EAAT1 y EAAT2) forman complejos homotriméricos de tres subunidades idénticas, si bien algunos son heterotrímeros (EAAT3 y EAAT4) [32,33]. Parece que cada subunidad puede funcionar de forma independiente en cuanto al transporte, pero siempre en forma de trímeros [34]. A lo largo del ciclo de transporte, cada subunidad sufre varios cambios conformacionales. En primer lugar, en el espacio extracelular se une una molécula de glutamato, así como tres iones sodio y un protón. En este momento, el transportador sufre un cambio conformacional adoptando una forma de ‘cara hacia adentro’ que permite liberar estas sustancias en el citoplasma. A continuación, se une un ion potasio desde el interior, el cual es liberado al espacio extracelular mediante otro cambio conformacional de la proteína, volviendo al estado de ‘cara hacia afuera’ [35,36]. Cada protómero del complejo tiene una estructura peculiar formada por ocho regiones transmembrana orientadas no perpendicularmente a ella [7,37]. Mediante diferentes técnicas, principalmente mutagénesis dirigida, en los últimos años se ha podido determinar el sitio concreto de la proteína donde se unen tanto el sustrato como cada uno de los iones acoplantes (Na+1, 2 y 3, K+, H+), así como inhibidores y bloqueantes del transportador [38].

La actividad de los transportadores de glutamato puede ser alterada por agentes farmacológicos, mediadores endógenos y bastantes sistemas reguladores celulares. El primer grupo reúne a sustancias que pueden actuar como inhibidores transportables por el transportador (inhibidores competitivos) o como bloqueantes del transportador no transportables [8]. Los inhibidores transportables suelen ser análogos estructurales del glutamato o del aspartato, los cuales son transportados por la proteína, compitiendo así por el transporte de glutamato. Además del aspartato, en este grupo se encuentran el metilglutamato y una serie de derivados del anillo de la pirrolidina en forma de ácidos dicarboxílicos. Dentro del grupo de los bloqueantes no transportables del transportador destacan el kainato y su derivado, el dihidrokainato. Ambos compuestos reaccionan específicamente con el transportador GLT-1, aunque también se unen a receptores de glutamato del tipo kainato. Los compuestos denominados TBOA (DL-treo-beta-benzoilaspartato) se unen a los cinco tipos de transportadores de glutamato, variando en sus afinidades. Lo más interesante de estos compuestos es su nula afinidad por los receptores de glutamato. En la actualidad se están desarrollando una serie de compuestos bloqueantes específicos pa­ra los cinco tipos de transportadores de glutamato.

La neurotransmisión glutamatérgica, mantiene el equilibrio entre , cantidad de glutamato y de sus receptores.

En las sinapsis en las que hay un número importante de transportadores, el glutamato se retira rápidamente del espacio intercelular; sin embargo, en las sinapsis con una baja densidad de transportadores, el glutamato difunde hacia otras sinapsis cercanas, alterando su funcionamiento. Estos transportadores están sometidos a procesos de tráfico intracelular regulados por diversas vías de señalización. Desde hace tiempo se sabe que la proteincinasa C (PKC) tiene efectos diversos sobre los transportadores de glutamato, dependiendo del tipo celular en el que se expresen, lo que indica que la regulación del transporte de glutamato por la PKC es compleja en muchos sentidos. Y no sólo depende del tipo celular, sino también del tipo de isoforma de PKC y de la forma en que ésta se active [39,40]. Circunscribiéndonos a GLT-1, mayoritaria en los astrocitos, aunque también presente en las neuronas, procesos de fosforilación de la proteína regulan la cantidad de ésta presente en la superficie de la membrana plasmática [41]. Recientemente se ha demostrado que GLT-1 se encuentra en forma de agrupaciones dinámicas que cambian dependiendo de la actividad neuronal [42]. El número de transportadores en la membrana en un momento determinado refleja el equilibrio entre su inserción y su retirada. La endocitosis de GLT-1 depende de la ubiquitinación del transportador inducida por la activación de la PKC y mediada por la ubiquitina ligasa Nedd4-2 [43,44]. Recientemente, nuestro grupo ha demostrado que el reciclaje de GLT-1 a través de endosomas hacia y desde la membrana está influido por su actividad catalítica inducida por el propio glutamato. El mecanismo molecular a través del cual opera este proceso implica que el glutamato promueve el reclutamiento de la proteína adaptadora β-arrestina 1 en el proceso endocítico, la cual a su vez captura Nedd4-2 en la membrana [45]. Todos estos eventos preceden y son necesarios para la internalización del transportador [46]. Otras cinasas, como la GSK3β, que desempeña un papel importante en múltiples procesos celulares, como el desarrollo neuronal o la plasticidad sináptica, también influyen en el tráfico intracelular de los transportadores de glutamato [47].

Implicación de los transportadores de glutamato en estados patológicos

Isquemia cerebral

La isquemia es un proceso que impide el suministro de glucosa y de oxígeno al cerebro. Ambos hechos tienen una ingente cantidad de consecuencias en el metabolismo y otros muchos procesos. Lo más evidente es una disminución muy drástica en la producción de energía en forma de trifosfato de adenosina (ATP), tanto por la vía glucolítica como por la aerobia [48]. La parada de actividad de la Na+-K+-ATPasa colapsa los gradientes de Na+ y de Ka través de la membrana plasmática de las neuronas y de las células gliales. Puesto que los transportadores de glutamato dependen para su funcionamiento de ambos iones, un proceso de infarto o isquemia cerebral reduce drásticamente el funcionamiento de los transportadores y, como consecuencia, las concentraciones de glutamato extracelular aumentan rápidamente [49,50]. Se ha calculado que el glutamato puede variar desde concentraciones en el orden de nanomoles hasta concentraciones del orden de micromoles, lo que implica un impacto importante en su interacción con receptores de glutamato. La liberación masiva de glutamato inicia una cascada de acontecimientos que terminan en la muerte neuronal a la cual contribuyen en mayor o menor medida procesos de apoptosis, necrosis, inflamación y estrés oxidativo [51].

A este proceso de aumento de concentraciones extracelulares de glutamato mediante la reversión de su transporte influyen los transportadores GLAST (EAAT1), GLT-1 (EAAT2) y EAAT3 [52]. GLT-1 es especialmente relevante, porque es mayoritario en los astrocitos, mientras que en las neuronas, aunque minoritario, la concentración de glutamato en su citoplasma es mucho más elevada que la correspondiente en las células gliales. Por otra parte, se ha demostrado que un proceso de isquemia prolongado modifica los patrones de expresión de los transportadores indicados.

Dolor crónico

Tal como se ha descrito anteriormente, TBOA es un bloqueante de los transportadores de glutamato que se manifiesta igualmente efectivo inhibiendo tanto el proceso de recaptura como el funcionamiento reverso. En condiciones fisiológicas, el tratamiento de TBOA a animales de experimentación induce respuestas nociceptivas de forma dependiente de la dosis. Estos resultados son la consecuencia de elevar las concentraciones de glutamato que llevarían a una sobreestimulación de los receptores de glutamato presentes en neuronas sensitivas de la médula espinal. De cualquier manera, los resultados con tratamiento de TBOA dependen de las condiciones. En condiciones fisiológicas, TBOA induce dolor, mientras que en modelos de dolor crónico, la administración de TBOA lo alivia. La explicación para estos resultados contradictorios es difícil y hace complicado sacar conclusiones con fines terapéuticos [8].

Enfermedades neurodegenerativas

Desde hace tiempo, evidencias experimentales de estudios en muestras de cerebro post mortem demuestran una reducción significativa de la cantidad de GLT-1 en la corteza motora y la médula espinal en pacientes con esclerosis lateral amiotrófica, lo que lleva a un aumento importante de las concentraciones de glutamato en el líquido cefalorraquídeo [53,54]. Ello puede contribuir a la desaparición por neurotoxicidad de motoneuronas de la médula espinal. La pérdida del transportador GLT-1 parece ser selectiva porque otros transportadores, como EAAT1 y EAAT3, se mantienen sin sufrir variaciones [53]. En este sentido, hay que señalar que uno de los genes implicados en la enfermedad es SOD1, que codifica la superóxido dismutasa, una enzima implicada en la inactivación de radicales libres a los que GLT-1 es especialmente susceptible [55].

Se ha demostrado igualmente una disminución relevante de GLT-1 en la corteza cerebral motora de pacientes con enfermedad de Alzheimer. Más concretamente, de las variantes génicas de GLT-1, la que parece más afectada es GLT-1a. De cualquier manera, el resultado sería un aumento en la concentración extracelular de glutamato y el inicio de un proceso de neurotoxicidad. Un tema de actualidad e interés es intentar correlacionar tipos celulares, isoformas de GLT-1 y regiones de especial vulnerabilidad en el cerebro de pacientes con enfermedad de Alzheimer [56,57].

Desde hace algunos años, el concepto de muerte celular por excitotoxicidad se aplica no sólo a la muerte neuronal, sino que se ha extendido a células de la glía, incluyendo los astrocitos, los oligodendrocitos y la microglía. Por este motivo, se propuso que la muerte de oligodendrocitos por neurotoxicidad podría estar involucrada en la patogenia de enfermedades desmielinizantes caracterizadas por la destrucción de mielina [58,59]. Se ha demostrado una disminución importante en las cantidades y actividad de los transportadores gliales de glutamato GLT-1 y GLAST en animales con encefalomielitis autoinmune experimental [60], un modelo animal que reproduce las características clínicas y patológicas de la esclerosis múltiple [61]. Ello hace pensar que en esta enfermedad se puede dar un proceso como los descritos anteriormente, con el aumento de las concentraciones extracelulares de glutamato hasta niveles excitotóxicos, que contribuya al daño celular y al proceso de astrogliosis encontrados en la esclerosis múltiple [62,63].

Transportadores de glutamato como potenciales dianas terapéuticas

Además de las implicaciones de los transportadores de glutamato en las condiciones patológicas reseñadas, a lo largo de los últimos años se los ha involucrado en las enfermedades de Huntington y de Parkinson, la epilepsia, la esquizofrenia, los trastornos obsesivos compulsivos, la patogenia en los gliomas, la ataxia episódica y algunas enfermedades metabólicas, como la aminoaciduria dicarboxílica. Debido a la complejidad que presentan los transportadores de glutamato tanto en su distribución celular y regional como en su regulación a través de diferentes mecanismos celulares, ha hecho muy difícil delimitar el papel de cada forma en situaciones patológicas concretas y su consideración como dianas terapéuticas novedosas.

Posiblemente el área más prometedora y donde se están realizando esfuerzos y avances en la investigación es el conocimiento de los mecanismos neuroprotectores que puedan activarse tras un episodio de isquemia cerebral, o incluso antes, en el paradigma del llamado precondicionamiento isquémico y que podrían contribuir a la recuperación funcional del cerebro dañado. Muchos de estos mecanismos conllevan procesos de plasticidad y remodelaciones tanto morfológicas como funcionales de las células gliales, y alteraciones en la neurogénesis [64].

Transportadores de glicina

La glicina, el aminoácido proteinogenético más pequeño, representa, junto con el ácido γ-aminobutíri­co (GABA), uno de los dos transmisores inhibidores de la neurotransmisión rápida. La glicina es especialmente abundante en zonas caudales del sistema nervioso central, como el tallo cerebral, la zo­na pontinocerebelosa y la médula espinal. En estas áreas se une y activa los receptores de glicina (GlyRs), causando una hiperpolarización de la membrana neuronal debido a la corriente de Cl generada. En el tallo cerebral y la médula espinal, las interneu­ronas glicinérgicas inhibitorias controlan la gene­ración de ritmos motores, la coordinación de respuestas reflejas espinales y el procesamiento de señales sensoriales y nociceptivas [65]. Las neuronas glicinérgicas inhibitorias se encuentran en numerosas zonas del sistema nervioso central, aunque son especialmente abundantes en las astas dorsales de la médula espinal, particularmente en la lámina III [66]. Las interneuronas espinales glicinérgicas del tipo Ia median circuitos reflejos de inhibición recíproca, permitiendo de esta forma la relajación de músculos antagónicos y la contracción coordinada de músculos agonistas, mientras que las interneuronas de Renshaw regulan la excitabilidad de las motoneuronas mediante la producción de señales inhibidoras recurrentes a través de un sistema de retroalimentación negativa [67,68]. Por otra parte, la glicina es un importante neurotransmisor implicado en el procesamiento de la información auditiva en los núcleos cocleares, en el complejo de la oliva superior y en el colículo inferior, donde interviene en la modulación de diversos circuitos neuronales [68,69]. Asimismo, la glicina está implicada en la supresión de las señales nociceptivas en la médula espinal [70]. Un importante aspecto de las acciones de la glicina se refiere al procesamiento de la información visual: hay neuronas glicinérgicas inhibidoras involucradas en la modulación de los campos receptivos en la retina [71].

La glicina se considera actualmente un neurotransmisor excitador en muchas regiones del sistema nervioso central al actuar como un coagonista obligado junto con el glutamato en los receptores ionotrópicos de glutamato del tipo NMDA (N-metil-D-aspartato), los cuales, tras su activación, producen una despolarización de la membrana neuronal [72,73].

De una forma similar a la descrita para el caso del glutamato, las concentraciones de glicina extracelulares deben mantenerse en unos límites de concentración muy estrictos. Los niveles de glicina extracelulares en condiciones de equilibrio deben estar en el rango de nanomoles, mientras que sus niveles intracelulares se mantienen entre 10 y 20 mM. Las bajísimas concentraciones de glicina extracelulares se mantienen mediante el funcionamiento de transportadores de glicina situados en la membrana plasmática de las neuronas y las células de la glía, lo que permite la activación precisa y específica de los receptores de glicina. Por otra parte, los altos niveles de glicina intracelulares permiten un rellenado eficiente de las vesículas sinápticas a través de los transportadores vesiculares de aminoácidos inhibidores [74,75] (Fig. 2).

Figura 2. Esquema de una sinapsis glicinérgica inhibitoria. Se representan los transportadores de glicina GlyT1 y GlyT2, y el receptor postsináptico de glicina. La glicina almacenada en vesículas sinápticas, una vez liberada al espacio intersináptico, se une a receptores postsinápticos, abriendo el paso de iones cloruro y causando la hiperpolarización del terminal. La glicina liberada es recapturada mediante los transportadores de glicina del tipo GlyT1 (en la glía) o GlyT2 (en las neuronas glicinérgicas).

Se conocen dos tipos de transportadores de glicina GlyT1 y GlyT2. Ambas proteínas pertenecen a la familia SLC6 o NSS, que incluye los transportadores de los neurotransmisores noradrenalina, dopamina, serotonina y GABA, así como a transportadores de sustancias no neurotransmisoras, como osmolitos o aminoácidos. GlyT1 y GlyT2 están codificados por los genes SLC6A9 y SLC6A5, respectivamente [74], y son proteínas homólogas que ostentan alrededor del 50% de identidad de secuencia. Hasta la fecha se han descrito cinco variantes de GlyT1 (GlyT1a-e) y tres variantes de GlyT2 (GlyT2a-c) como resultado del uso alternativo de promotores, o como resultado de un splicing alternativo.

GlyT1 tiene una distribución mayoritariamente rostral y se concentra en los astrocitos que circundan y envuelven tanto las sinapsis inhibidoras glicinérgicas como las excitadoras glutamatérgicas, y se encuentra, además, en tejidos periféricos como el páncreas y el hígado [7678]. GlyT2 reside principalmente en áreas caudales del sistema nervioso central, como la médula espinal, el tallo cerebral y el cerebelo, donde se halla exclusivamente localizado en los axones y terminales de las neuronas glicinérgicas [79]. Los dos transportadores de glicina no sólo difieren en su localización regional y celular, también se diferencian en sus propiedades funcionales mediante un acoplamiento termodinámico diferencial que hace que ambos transportadores posean capacidades concentrativas muy diferentes. Ambos transportadores son dependientes de los iones Na+ y Cl para el transporte acoplado de glicina, pero mientras que GlyT1 se acopla a dos iones sodio, GlyT2 lo hace a tres iones sodio (Fig. 2). Este hecho hace que GlyT2 sea, desde el punto de vista termodinámico, mucho más eficiente que GlyT1 en cuanto al transporte concentrativo de glicina, y no sólo esto, sino que es capaz de operar en un rango mucho más amplio de concentraciones de glicina [80].

De forma similar al resto de transportadores de la familia SLC6/NSS, GlyT1 y GlyT2 son proteínas politópicas con 12 dominios transmembrana y extremos amino y carboxilo localizados en el interior celular. La estructura tridimensional de estos transportadores ha sido revelada por homología con una proteína bacteriana, el transportador de leucina de Aquifex aeolicus (LeuTAa), cuya estructura cristalina se ha establecido a una resolución de 1,65 Å [81]. Esta elevada resolución, infrecuente entre las proteínas de membrana, ha proporcionado numerosas claves para desentrañar las bases estructurales del funcionamiento de los transportadores de la familia SLC6/NSS. Más recientemente se han descrito las estructuras de los transportadores de dopamina de Drosophila melanogaster [82] y de serotonina humano [83] a muy alta resolución, ambos pertenecientes a la misma familia génica. GlyT2 es una proteína bastante más grande que GlyT1, debido a su extremo N-terminal intracelular de casi 200 aminoácidos. Esta característica es única entre los miembros de la familia SLC6 [8486].

El funcionamiento molecular de estos transportadores sigue un esquema de apertura y cierre ya ampliamente aceptado. Exponen de forma alternante los sitios de unión a los sustratos a un lado y otro de la membrana, lo que permite captarlos en un compartimento y liberarlos en el opuesto. Para que esto suceda es necesario que las compuertas externa e interna no estén abiertas simultáneamente. El ciclo catalítico del transporte se inicia con la unión en el exterior de iones y sustrato a la conformación ‘hacia fuera’ del transportador que mantiene abierta la compuerta externa. Esta unión provoca simultáneamente el cierre de la compuerta externa y la apertura de la interna, con la adquisición de la conformación ‘hacia dentro’. La coordinación en el funcionamiento de las dos compuertas es clave, ya que si se abriesen simultáneamente, la energía contenida en el gradiente de sodio se perdería. Tras la liberación del sustrato y los iones al interior celular, la compuerta interna se cierra a la vez que la externa se abre, completando el ciclo [81]. La última etapa, el retorno del transportador vacío, es la más lenta y limitante del proceso global, y las mutaciones que bloquean el transportador en esta etapa impiden que el ciclo de transporte se complete, aunque no afectan al intercambio reversible de sustrato e iones a ambos lados de la membrana. Esto explica que el transporte sea más lento que el intercambio, en el que esta etapa de retorno no está implicada [87].

La información de la que se dispone actualmente sobre las funciones fisiológicas de los transportadores de glicina es bastante amplia y proviene del estudio de animales deficientes en cada una de estas proteínas y del desarrollo de compuestos que actúan como inhibidores de los transportadores. Ratones modificados genéticamente en los que no se encuentra GlyT1 muestran una neurotransmisión glicinérgica exacerbada debido a la sobreexposición de receptores de glicina postsinápticos como consecuencia de elevadas concentraciones de glicina en el espacio sináptico. Al no funcionar GlyT1, no hay capacidad de recuperación de glicina en el interior celular. Este hecho sugiere, por otra parte, que el otro transportador de glicina, GlyT2, no suple la carencia de GlyT1 y, por lo tanto, es este transportador en solitario el responsable de mantener las concentraciones extracelulares de glicina a niveles apropiados [88,89]. De forma contraria, ratones deficientes en GlyT2 muestran una neurotransmisión glicinérgica inhibitoria muy disminuida, debido a que las concentraciones intracelulares de glicina no se mantienen, lo que impide el rellenado eficiente de las vesículas sinápticas y su posterior liberación al espacio sináptico. Un fallo importante en la neurotransmisión glicinérgica inhibidora conduce a problemas motores y respiratorios graves y a la muerte poco después del nacimiento [90,91].

Durante los últimos años se han publicado revisiones muy completas que describen el desarrollo de compuestos que interfieren en la función de los transportadores GlyT1 y GlyT2. Nuestro grupo describió que la sarcosina (N-metilglicina) inhibe el transporte de alta afinidad de glicina en células de la glía [92,93] y más tarde se demostró que este compuesto inhibe GlyT1, pero no GlyT2 [94]. Esta es la razón por la cual la sarcosina se utilizó como ‘molde’ para el desarrollo de la primera generación de inhibidores específicos de GlyT1 [95]. La mayoría actúa como inhibidores competitivos del transportador, aunque no siempre; por ejemplo, la (±)-N-[3(4’fluo-ro­fenil)-3-(4’-fenilfenoxi)propil]sarcosina (NFPS) se une al transportador de forma no competitiva, con una alta afinidad y una baja velocidad de disociación, lo que hace que se eleven de forma continua los niveles de glicina en el espacio sináptico. Por este motivo, cuando la NFPS se administra a roedores, provoca una activación tónica de los receptores postsinápticos de glicina GlyRs, lo cual causa una disminución en la actividad motora y respiratoria. Varios laboratorios farmacéuticos (Merck, Pfizer, Organon, Lundbeck, Amgen) han desarrollado compuestos derivados de la NFPS con el objetivo de poder utilizarlos en situaciones como la esquizofrenia. Tanto la utilización de la NFPS y sus derivados como de otros compuestos inhibidores de GlyT1 ha sido, y sigue siendo, de gran utilidad para desvelar los mecanismos y las funciones de GlyT1 [96,97].

De forma paralela, se han desarrollado moléculas que funcionan como inhibidores de GlyT2 con varios propósitos: por un lado, investigar sobre el funcionamiento del transportador, y por otro, desarrollar compuestos que puedan ser de utilidad co­mo analgésicos en situaciones de dolor crónico, lo cual se verá más adelante. Los dos compuestos más ampliamente utilizados son ALX1393 (Alexis, labs) y ORG25543 (Organon, labs). Ambos actúan eliminando parcialmente la actividad de GlyT2. La utilización de ambos compuestos en animales da como resultado un incremento en la neurotransmisión glicinérgica. ALX1393 tiene unos claros efectos analgésicos con relativamente pocos efectos secundarios. ORG25543 difiere con ALX1393 en su mecanismo de acción sobre GlyT2. Se comporta como un inhibidor irreversible del transportador, lo que conlleva que su uso prolongado tenga más efectos secundarios indeseados que ALX1393 [96,98].

GlyT1 y GlyT2 son proteínas sometidas a un estricto control regulador. GlyT1 se inhibe por el ácido araquidónico, un segundo mensajero liberado tras la activación de la fosfolipasa A2 [99,100]. Además, se modula por niveles de pH y por concentraciones de Zn2+ [101,102]. La regulación de la actividad de GlyT2 ha resultado ser compleja, al estar involucrados diferentes mecanismos en el control del tráfico intracelular. Cabe destacar la activación de la PKC [103105], los receptores purinérgicos P2X y P2Y [106], la chaperona calnexina [107], la modificación postraduccional de ubiquitinación [108] y la interacción de GlyT2 con diferentes proteínas: Na+/K+-ATPasa [109], Ca2+-ATPasa [110], el intercambiador Na+/Ca2+ y la proteína SNARE sintaxina-1a [111], así como por las ‘enzimas dependientes de Ca2+/calmodulina’ [112]. Por otra parte, recientemente se ha establecido la asociación de GlyT2 con microdominios lipídicos ricos en colesterol y fosfolípidos, lo que ha puesto de manifiesto un estadio de complejidad superior [113]. La modificación farmacológica de los componentes lipídicos de los dominios reduce tanto su inclusión en ellos como su actividad de transporte de glicina, lo que indica que GlyT2 requiere la localización en balsas lipídicas para mantener una función óptima [114]. Además, la endocitosis del transportador y su reciclaje a la membrana podrían estar relacionados con su asociación a dominios concretos de la membrana plasmática [115].

Implicación de los transportadores de glicina en estados patológicos

Dolor neuropático

En condiciones fisiológicas normales, cualquier proceso de lesión en tejidos periféricos o un proceso inflamatorio llevan aparejada la activación de neuronas nociceptivas especializadas en la transmisión de dolor. Este fenómeno es un mecanismo de alerta, agudo, reversible y conlleva cambios adaptativos del sistema. Sin embargo, un daño en el sistema nervioso central o periférico puede conducir a la aparición de un dolor crónico persistente más allá del tiempo en el que se ha producido la lesión con una duración de entre tres a seis meses y que se caracteriza por dolor espontáneo, hiperalgesia y alodinia, tanto con estímulos térmicos como mecánicos. Desde hace tiempo se conoce la relación existente entre situaciones de dolor crónico y la adap­tación patológica persistente que se produce en la neurotransmisión excitadora, inhibidora y en las relaciones neurona-glía.

La información de dolor se transmite desde la periferia hasta el tálamo a través de centros espinales que utilizan, entre otros, mecanismos glutamatérgicos. En este sistema, una serie de interneuronas glicinérgicas y gabérgicas filtran y modulan el flujo de información, de forma que un desequilibrio entre sistemas de neurotransmisión excitadora e inhibidora en la médula espinal conduce a un incremento de las respuestas a estímulos nocivos. Una reducción en la neurotransmisión inhibitoria, así como un aumento en la neurotransmisión excitadora en la médula espinal, contribuye al desarrollo de un incremento en la sensibilidad al dolor. Como se indicaba al comienzo de este apartado, las neuronas y los receptores glicinérgicos inhibidores son especialmente abundantes en las astas dorsales de la médula espinal, particularmente en la lámina III, coincidiendo con las regiones donde hay una especial abundancia de transportadores GlyT1 y GlyT2 y de receptores de glicina GlyR sensibles a la estricnina [66,67,116]. Estas neuronas glicinérgicas contribuyen a la inhibición de señales nociceptivas y desempeñan un papel clave para discriminar información nociceptiva de información no nociva (Fig. 3). La desregulación de estos sistemas glicinérgicos, junto con los gabérgicos, subyace al dolor neuropático o inflamatorio [117]. Además de las vías de transmisión de dolor antes descritas, existe un sistema descendente de inervación glicinérgica importante en la médula espinal que arranca en áreas supraespinales [116]. La estimulación de estas vías inhibitorias descendentes inhibe la nocicepción. Se trata de un número importante de neuronas glicinérgicas y gabérgicas localizadas en la zona rostral ventromedial de la médula que proyectan a la lámina I-II y a la IV-V [118]. Todas estas vías descendentes parece ser que se encuentran inhibidas o abolidas en el dolor crónico y pueden contribuir a la sintomatología de esta patología [119,120].

Figura 3. Esquema de las vías glicinérgicas de la médula espinal implicadas en el procesamiento del dolor. Las neuronas de proyección (P) localizadas en capas superficiales de las astas dorsales de la médula espinal que se proyectan hacia el tálamo están estrechamente reguladas por señales glicinérgicas inhibitorias. La inhibición de los transportadores de glicina GlyT1 y GlyT2 conduce al aumento de los niveles de glicina en el espacio intersináptico, provocando la activación de la neurotransmisión glicinérgica inhibitoria. Las fibras nociceptivas del tipo C y Ab estimulan las neuronas de proyección (P) y activan las interneuronas glicinérgicas (que median las señales antinociceptivas noradrenérgicas y serotoninérgicas descendentes), las cuales inhiben las neuronas de proyección dolorosa (figura modificada, con permiso de [90] y [130]).

Esquizofrenia

La esquizofrenia es una enfermedad compleja que afecta a alrededor del 1% de la población mundial y constituye una de las causas más importantes de discapacidad crónica. Aunque su etiología se desconoce, la enfermedad implica diversas anomalías neuromorfológicas y neuroquímicas, y se acepta que factores genéticos, bien solos o potenciados por factores ambientales y epigenéticos, desempeñan un papel importante en su patogenia. Numerosos estudios realizados durante los últimos 40 años han relacionado la patología de las psicosis esquizofrénicas con alteraciones en la neurotransmisión mediada por aminas biógenas, la neurotransmisión glutamatérgica y la gabérgica. Aunque desde hace bastantes años la esquizofrenia se ha tratado con antipsicóticos antagonistas de receptores dopaminérgicos del tipo D2, estudios preclínicos y clínicos realizados en la última década han llevado a desarrollar la hipótesis glutamatérgica, que postula que muchos de los síntomas de la patología que afectan al deterioro cognitivo se deben a una reducida función del receptor de glutamato del tipo NMDA. Co­mo se describió al inicio de este apartado, el transportador de glicina GlyT1 desempeña un papel doble, regulando los niveles de glicina en la sinapsis inhibidora glicinérgica y excitadora glutamatérgica, lo que convierte a esta proteína en una diana terapéutica potencial para algunas patologías asociadas a alteraciones de estas vías nerviosas. Puesto que GlyT1 regula las concentraciones de glicina en el microentorno de los receptores de NMDA y la reducción de la actividad de GlyT1 neuronal mejora el aprendizaje asociativo, en la actualidad parece claro que el bloqueo de transportador GlyT1 constituye un abordaje farmacológico para el tratamiento de la esquizofrenia [96].

Hiperplexia hereditaria

La hiperplexia hereditaria o enfermedad del sobresalto (denominada en ocasiones ‘síndrome del bebé entumecido’, OMIM 149400) es un síndrome clínico poco común que se manifiesta muy pronto después del nacimiento o incluso en el período intra­uterino, caracterizado por sobresaltos enérgicos, exagerados y sostenidos en respuesta a estímulos triviales inesperados auditivos, somatosensoriales o visuales [121,122]. La reacción tras estímulos de este tipo es una apreciable rigidez del tronco y las extremidades, puños apretados y frecuentes temblores, que en ocasiones pueden recordar actitudes o respuestas propias de ataques epilépticos tónicos, lo que puede llevar a un diagnóstico erróneo de daño cerebral perinatal con espasticidad y síntomas epilépticos. Sin embargo, el electroencefalograma es normal y existen una serie de tests motores que ayudan a discriminar síntomas y permiten llegar a un diagnóstico claro [123]. Aunque con el paso de los meses alguno de los síntomas iniciales, como la rigidez muscular, pueda atenuarse, el riesgo de muerte súbita del bebé es alto como consecuencia de fallos cardiorrespiratorios y espasmos laríngeos. Con un desarrollo mental generalmente normal, en los niños con hiperplexia hereditaria subsisten alteraciones motoras a lo largo de la vida, más claramente hasta la adolescencia, como los espasmos exagerados ante estímulos externos triviales. Los individuos afectados se mantienen erguidos con dificultad, caminan con una gran inseguridad y requieren, en muchos casos, asistencia externa. Esta sintomatología se hace especialmente patente cuando se enfrentan a un apuro, en una concentración de gente o si se ven, de algún modo, forzados por la prisa. Como consecuencia de estas situaciones, no son infrecuentes caídas fortuitas, con el consiguiente riesgo de lesiones importantes.

Se han descrito varias mutaciones en el gen SLC6A5, localizado en el brazo corto del cromosoma 11, que codifica el transportador presináptico de glicina, y que causan hiperplexia. El gen posee 16 exones distribuidos en una región de aproximadamente 21,4 Mb, en la que sólo el primer exón contiene el sitio de iniciación de la traducción. De los 16 exones del gen SLC6A5, en varios de ellos se han encontrado mutaciones relacionadas con hiperplexia [124,125]. La mayor parte tiene carácter recesivo, aunque en un caso era dominante. Algunas de estas mutaciones generan un transportador truncado y, por tanto, inactivo. Otras son mutaciones puntuales o sinsentido que, aunque producen una proteína que se expresa en la membrana plasmática, es una proteína inactiva por fallos en la unión de alguno de sus ligandos glicina o Na+, o por estar la sustitución en regiones cruciales para la actividad de transporte. En otros polimorfismos de hiperplexia hereditaria se produce un GlyT2 que queda retenido en compartimentos intracelulares, impidiendo su llegada a la membrana plasmática [126].

Hiperglicinemia no cetósica

La hiperglicinemia no cetósica (OMIM 605899) es una enfermedad rara autosómica recesiva muy po­co frecuente que cursa con una encefalopatía grave causada por una deficiencia en el sistema mitocondrial de ruptura de la glicina [127]. Aunque existen diferentes fenotipos entre los pacientes, la mayoría se caracteriza por hipotonía, convulsiones, problemas cognitivos, retraso en el desarrollo y espasmos mioclónicos que conducen a períodos de apnea e incluso a la muerte. Pacientes con este tipo de hiperglicinemia no cetósica, muy grave desde el punto de vista clínico, se caracterizan por presentar unos niveles de glicina extraordinariamente altos en el plasma y en el líquido cefalorraquídeo. Sin embargo, recientemente se ha descrito un fenotipo más benigno de la enfermedad en la que los individuos afectados presentan niveles moderadamente elevados de glicina en el líquido cefalorraquídeo y niveles normales en el suero. Estos pacientes no poseen mutaciones en el sistema mitocondrial de ruptura de glicina, sino mutaciones en el gen SLC6A9, que codifica el transportador de glicina GlyT1 [128130].

Transportadores de glicina como potenciales dianas terapéuticas

En el tratamiento sintomático de la esquizofrenia se han venido utilizando antipsicóticos de primera y segunda generación, casi todos dirigidos contra receptores de dopamina de los tipos D1 y D2, así como receptores de serotonina. Los efectos secundarios (sedación, ganancia de peso, disfunción se­xual, etc.) de estos fármacos se basan en su baja especificidad; por otra parte, sólo son efectivos en una parte de pacientes y alivian sólo algunos síntomas. El convencimiento más reciente de que en la esquizofrenia se produce un déficit en el funcionamiento de los receptores glutamatérgicos NMDA y su relación con el transportador de glicina GlyT1 ha despertado un gran interés en el desarrollo de inhibidores de este transportador como nuevos agentes antipsicóticos [131,132]. La glicina es un agonista obligado del receptor NMDA; si de alguna forma podemos manipular los niveles de glicina en el microentorno de los receptores NMDA, provocaremos su estimulación. La manera más directa de conseguir esto es interfiriendo en la recaptura de glicina en el interior de las neuronas y de las células de la glía mediante inhibidores del transportador de glicina GlyT1. Estos compuestos son efectivos en el alivio de la mayor parte de los síntomas típicos de la esquizofrenia (síntomas positivos, síntomas negativos y deterioro cognitivo) (Fig. 4).

Durante los últimos años, diversas compañías farmacéuticas han desarrollado inhibidores de GlyT1 pertenecientes a varias familias de compuestos con modalidades de actuación diferentes y afinidades diferentes. Muchos de estos compuestos se encuentran en fases clínicas avanzadas y abren posibilidades muy prometedoras para el tratamiento no sólo de la esquizofrenia, sino de otras enfermedades co­mo la adicción al alcohol, la ansiedad y algunos tipos de depresión, en las cuales, de una u otra forma, se encuentran involucrados los receptores de glutamato NMDA [96]. De entre todos los inhibidores de GlyT1 conocidos hasta la fecha, la bitopertina (conocida también como RG1678 y RO4917838) es el compuesto que se encuentra en fases clínicas de desarrollo más avanzadas (actualmente en fase clínica III). La bitopertina es el primer compuesto que representa de forma más clara la aplicación directa de la hipótesis glutamatérgica a la práctica clínica, y puede ser el inicio de una nueva clase de antipsicótico de tercera generación [96] (Fig. 4).

Figura 4. Se representan los posibles efectos antipsicóticos resultantes de la inhibición del transportador de glicina GlyT1. HPC, hipocampo; NAC, núcleo acumbens; PFC, corteza prefrontal; VTA, área tegmental cen­tral. Tras la inhibición del transportador de glicina GlyT1 se espera observar los siguientes efectos: a) una potenciación de los receptores de glutamato del tipo NMDA que debería afectar positivamente a funciones corticales, incluyendo áreas de la corteza asociativa y del sistema límbico; b) un aumento en las señales desde el sistema límbico hacia el núcleo accumbens propiciado por la activación de los receptores NMDA; c) la inhibición del transportador de glicina GlyT1 podría activar señales de recompensa mediadas por conexiones neuronales ente el VTA y el NAC debido a la desinhibición de señales gabérgicas desde el NAC al VTA (este hecho podría tener un efecto positivo sobre los síntomas negativos característicos de esquizofrenia, como la apatía o la falta de motivación); y d) la desinhibición del VTA podría reforzar vías dopaminérgicas a la corteza prefrontal influyendo positivamente en el llamado ‘síndrome de hipofrontalidad’ característico de la enfermedad, que es responsable de síntomas cognitivos y negativos de la esquizofrenia, incluyendo disfunciones en la memoria de trabajo, las funciones ejecutivas, el comportamiento y la atención (figura modificada, con permiso de [90]).

Por otra parte, recientemente se ha demostrado en modelos preclínicos de dolor que la inhibición de GlyT1 o de GlyT2 puede ser un método muy efectivo de mejorar el dolor neuropático con muchos menos efectos secundarios que los típicos de los tratamientos actuales con antidepresivos tricíclicos [133135]. Era conocida la implicación de la neurotransmisión glicinérgica en los mecanismos de dolor neuropático: la inhibición de los receptores de glicina GlyR en la médula espinal por estricnina induce hiperalgesia y alodinia mecánica y, por otra parte, el aumento en la neurotransmisión glicinérgica mediante la inhibición de los transportadores de glicina reduce el dolor [135137] (Fig. 5).

Figura 5. Localización y funciones de los transportadores de glicina en las sinapsis inhibitorias y excitatorias. Supresión de señales dolorosas como consecuencia de la inhibición de los transportadores de glicina GlyT1 y GlyT2. En las sinapsis excitatorias glutamatérgicas, la glicina actúa como un agonista obligado del receptor de glutamato del tipo NMDA. La activación de este receptor lleva a una apertura del canal y a la entrada de cationes al terminal postsináptico con la consecuente despolarización del terminal. La neurotransmisión es regulada mediante la recaptura de glicina a través de sus transportadores dependientes de iones sodio y cloruro. GlyT2 está localizado en los terminales presinápticos de neuronas glicinérgicas y se encarga de mantener niveles de glicina intracelulares adecuados para asegurar el relleno de glicina a las vesículas sinápticas, las cuales aseguran la liberación del neurotransmisor para su interacción con receptores postsinápticos de glicina. GlyT1 se expresa principalmente en las células de la glía y, en menor medida, en los terminales presinápticos glutamatérgicos. Este transportador es el responsable de mantener niveles de glicina en el espacio extracelular adecuados para actuar sobre los receptores de glutamato del tipo NMDA como un agonista obligado. La inhibición de GlyT1 llevaría a un aumento de la concentración de glicina en los receptores de glicina GlyR, una estimulación de las vías inhibitorias glicinérgicas y una supresión de la sensación dolorosa. Por otra parte, el incremento de glicina en las proximidades de los receptores NMDA llevaría a su activación y, como consecuencia, a un aumento en la sensación dolorosa y al desarrollo de efectos psicóticos (figura modificada, con permiso de [90] y [130]).

 

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Pathophysiology of the glutamate and the glycine transporters: new therapeutic targets

Introduction. The amino acids glutamate and glycine, apart from their role in protein synthesis, are two fundamental neuro­transmitters in the central nervous system of mammals. The first one is ubiquitous and is involved in excitatory pathways of the neocortex, the retina and the cerebellum, and the second is involved in inhibitory pathways of brain caudal areas. However, both share their way of acting by integrating into the functioning of glutamate receptors of the NMDA type fundamentals in the regulation of motor, sensory and cognitive systems.

Aim. To highlight the need for a fine regulation of glutamate and glycine concentrations in the intracellular and extra­cellular spaces of the nervous system through the action of very specific transporters for both neurotransmitters located in the plasma membrane of neurons and glial cells.

Development. The role of the glutamate and glycine transporters in glutamatergic and glycinergic neurotransmission and in the functioning of the nervous system is described. The pathological consequences of imbalances in these signaling pathways are pointed out. We also describe its involvement in pathologies such as schizophrenia, chronic pain, cerebral ischemia, diseases such as hereditary hyperekplexia and the non-ketotic hyperglycinemia, and neurodegenerative disorders.

Conclusions. The knowledge at molecular level of the way of acting of these transporters for glutamate and glycine is allowing the identification and development of new therapeutic strategies for pathologies such as those described above and the development of new drugs.

Key words. Cerebral ischemia. Chronic pain. Glutamate. Glycine. Hyperekplexia. Neurodegenerative disorders. Non-ketotic hyperglycinemia. Schizophrenia. Transporters.

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