Evidencia del beneficio de la inmunoterapia en diferentes tumores
Simposio de Revisiones en Cáncer 2019
Las nuevas tecnologías han impulsado la investigación del cáncer y han propiciado el conocimiento de la biología tumoral y el desarrollo de numerosas opciones terapéuticas impensables hace apenas una década.
Me proporciona verdadera alegría, leer este articulo sobre el beneficio creciente de la inmunoterapia en el crecimiento de los tumores.
Da la impresión estamos ante algo grandioso como ocurrió con los antibioticos, que se van seleccionando dependiendo del germen y a pesar de sus sombras, siguen siendo un arma extraordinaria.
Esto es una copia del resumen del Simposio de Revisiones en Cáncer 2019

Los oncólogos Mariano Provencia, Enrique Aranda, Eduardo Díaz Rubio, Pedro Pérez Segura y Enrique Grande, en la apertura del simposio sobre cáncer.
7 febrero, 2019
Las nuevas tecnologías han impulsado la investigación del cáncer y han propiciado el conocimiento de la biología tumoral y el desarrollo de numerosas opciones terapéuticas impensables hace apenas una década. El avance ha sido tan relevante que Eduardo Díaz Rubio, académico de número de la Real Academia Nacional de Medicina (RANM), destaca que “nos encontramos en una etapa de gran trascendencia de para la oncología médica”.
Todos los cambios que están llegando al abordaje de las neoplasias se han presentado en el XXI Simposio de Revisiones en Cáncer, una de las citas más importantes de la oncología española y que reúne a cerca de 800 especialistas y a más de un centenar de ponentes.
Entre todas las novedades terapéuticas sobresale la inmunoterapia, para la que cada vez hay más tumores candidatos a esta línea de tratamiento. En cáncer urotelial metastásico, “sin duda, la inmunoterapia está cambiando la vida a cientos de pacientes”, destaca Enrique Grande Pulido, del MD Cancer Center, de Madrid, y prueba de ello es que en poco más de un año se han autorizado en Europa tres nuevos fármacos inmunoterápicos para estos tumores.
El experto destaca que los inmunoterápicos se toleran bien y provocan pocos efectos adversos, aunque “en un 20% de los pacientes debemos extremar la precaución y el cuidado ya que una respuesta inmune exagerada puede causar reacciones de autoinmunidad que dañen algunos órganos”. Para prever y controlar estas complicaciones, “es esencial el trabajo en equipo”, subraya.
Encontrar marcadores biológicos es esencial para predecir qué pacientes responderán a nuevas aproximaciones farmacológicas
A pesar de la importancia de los avances terapéuticos, Grande admite que los grandes retos pendientes en cáncer urotelial son “encontrar biomarcadores biológicos objetivos que nos ayuden a predecir de antemano qué pacientes van a responder a esta nueva aproximación farmacológica y lograr convertir en respondedores a los enfermos que inicialmente no lo son con la combinación de fármacos o de técnicas que permitan acondicionar el tumor para hacerlo más sensible a la acción del sistema inmune”.
Cáncer de cabeza y cuello
Pedro Pérez Segura, del Hospital Clínico Universitario San Carlos, de Madrid, insiste en que la inmunoterapia “está cambiando la historia natural de la oncología, de manera global. En los cánceres epidermoides de cabeza y cuello se están reproduciendo los datos obtenidos con otros tumores y se espera que el desarrollo de estos tratamientos en fases cada vez más precoces pueda conseguir incrementar las tasas de curación”, explica.
El oncólogo del Hospital Clínico San Carlos indica que ya hay un fármaco autorizado (nivolumab) para pacientes con cáncer de cabeza y cuello que ha progresado a una primera línea con platino y hay otro medicamento pendiente de incorporar a las guías (pembrolizumab) que “estaría indicado en pacientes recurrente o metastásico cuyos tumores expresen PD-L1 con una TPS ≥ 50% y que progresen durante o después de quimioterapia basada en platino”.
Se espera que los datos obtenidos en cabeza y cuello se trasladen a fases más precoces para incrementar las tasas de curación
Según el oncólogo, la mayor parte de la investigación se centra en los pacientes con cánceres epidermoides de cabeza y cuello (los más frecuentes) pero “también se están desarrollando estudios en cáncer de cavum y de tiroides, algunos de ellos con resultados esperanzadores”.
Secuenciación genética en pulmón
El estudio molecular de los tumores es otro motor de cambio de la práctica oncológica. Reyes Bernabé, del Hospital Universitario Virgen del Rocío, de Sevilla y moderadora, con Ernest Nadal, del Instituto Catalán de Oncología, de Barcelona, de la sesión sobre cáncer de pulmón, confirma que “la secuenciación se está incorporando a pasos agigantados al día a día de los pacientes con cáncer de pulmón y tener más información de los tumores indudablemente mejorara el resultado terapéutico de nuestros enfermos”.
La oncóloga subraya que secuenciar el tumor debe ser “una realidad” en afectados con un perfil clínico indicador de que el tumor presenta una mutación driver (jóvenes, no fumadores, con histología de adenocarcinoma). “Un segundo grupo de pacientes son aquellos donde la secuenciación en biopsia liquida podría solucionar un problema diagnóstico secundario a la falta de material de biopsia”, añade.
Combinaciones en melanoma
Con el arsenal terapéutico disponible, se destaca la importancia de los tratamientos dirigidos contra una diana molecular en este tumor, ya que la mutación en gen BRAF se da en casi la mitad de los pacientes con melanoma, como señala María González Cao, del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Dexeus, de Barcelona, que participa en el Simposio de Revisiones en Cáncer qeu se celebra en Madrid.
Asimismo, la oncóloga médica ha querido resaltar que el tratamiento con la combinación de un inhibidor de BRAF y MEK es un estándar de tratamiento en pacientes con mutación de BRAF. “Afortunadamente, en un corto plazo de tiempo podremos disponer de una nueva combinación de inhibidores de BRAF y MEK, como es encorafenib y binimetinib. Cada vez parece más claro que el desarrollo de fármacos con mayor capacidad de bloqueo del BRAF mutado puede ser clave para mejorar los resultados del tratamiento en estos pacientes”.
Además, precisa que esta combinación produce “un efecto beneficioso más prolongado en los pacientes, con un perfil de tolerabilidad que respeta su calidad de vida al minimizar efectos secundarios limitantes, como la aparición de fiebre o de quemaduras solares”.
Concluye señalando que la práctica “habitual y obligada” en algunos tumores es analizar si se trata de enfermedades susceptibles de tratamiento contra una diana molecular. “Hay ya tecnología disponible y comercializada que puede analizar muchas alteraciones genéticas en cualquier tumor de cara a orientar el tratamiento. Una vez conocido que un tumor tiene alguna de estas alteraciones, el abanico de opciones terapéuticas se amplía permitiendo el uso de inhibidores selectivos de estas dian