El blog del Dr. Enrique Rubio

Mes: enero 2021 (Página 3 de 3)

TRATAMIENTO MEDICO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON

TRATAMIENTO MEDICO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON

Los desordenes extrapiramidales y como prototipo la Enfermedad de Parkinson, son un problema creciente,

No hay una terapia eficaz en la enfermedad de Parkinson ni medicamentos que lo puedan evitar el aumento de las enfermedades virales están induciendo un crecimiento de esta enfermedad .

La aparición de algunos casos de Parkisonismo en la Pandemia del Covid 19, nos están asustando.

La bibliografía nos muestra que una serie de procesos microbianos en la historia desencadenaban trastornos extrapiramidales.

El manejo farmacológico de la enfermedad de Parkinson requiere un equilibrio entre optimizar la eficacia clínica y minimizar los eventos adversos3

Un resumen de los medicamentos utilizados en esta patología:

Levodopa es el pilar del tratamiento actual para la enfermedad de Parkinson1,3

Inhibidores de la decarboxilasa de la dopamina (DDC) se administran con levodopa para inhibir su metabolismo periférico1

Los inhibidores de la monoaminooxidasa B (MAOB) a veces se utilizan para el tratamiento inicial de la enfermedad de Parkinson para retrasar la necesidad de terapia con levodopa1,4  y también se puede utilizar en combinación con medicamentos a base de levodopa1

Los agonistas de la dopamina (DA) se pueden utilizar como monoterapia para el tratamiento sintomático inicial en la enfermedad de Parkinson o como complemento de la levodopa1,4

Los inhibidores de la catecol-O-metiltransferasa (COMT) previenen el metabolismo de la levodopa periférica, para aumentar la vida media de la levodopa y su entrega al cerebro5

Los anticolinérgicos se utilizan principalmente para aliviar los síntomas del movimiento leve, particularmente los temblores y la rigidez muscular, en pacientes más jóvenes en las primeras etapas de la enfermedad de Parkinson1

Los antagonistas de los receptores de N-metil-D-aspartato (NMDA) se utilizan clásicamente para reducir la discinesia y controlar los síntomas motores6

Pese a estos tratamientos, los movimientos anormales y su cortejo, son muy dificiples de controlar

Referencias:

Zahoor I, Shafi A, Haq E. Tratamiento farmacológico de la enfermedad de Parkinson. Enfermedad de Parkinson: Patogénesis y Aspectos Clínicos [Internet], eds Stoker TB, Groenlandia JC. Brisbane, Australia: Codon Publications, 2018:129–44.

DeMaagd G, Philip A. Parte 2: introducción a la farmacoterapia de la enfermedad de Parkinson, con un enfoque en el uso de agentes dopaminérgicos. P T 2015;40:590–600.

. Lancet 2014;384:1196–205.

Mejora de la terapia con L-dopa: el desarrollo de inhibidores enzimáticos. Mov Disord 2015;30:103–13.

Parkinson’s UK. Tratamientos farmacológicos para el Parkinson. Disponible en: https://www.parkinsons.org.uk. Consultado el 13 de enero de 2020. [REV NEUROL 2001;32:520-524]PMID: 11353988DOI: https://doi.org/10.33588/rn.3206.2000229

“L A ETICA EN LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL”

 “L A ETICA EN LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL”

Este articulo de la vanguardia, hecho por IMA Sanchis, sobre una entrevista a la doctora Galdon, despierta mi curiosidad, porque creo que desde la filosofía clásica hasta nuestros tiempos se  han llegado a conclusiones, tras una serie de hechos. Que aun no están consolidados y en consecuencias tienen que perfeccionarse

Que es un ALGORITMO

Conjunto ordenado de operaciones sistemáticas que permite hacer un cálculo y hallar la solución de un tipo de problemas.

Por definición, generalmente son diseños rigurosos y lógicos, como operaciones matemáticas, que han probado ser óptimos para solucionar alguna dificultad en cuestión. Básicamente un algoritmo es la mejor solución conocida para un problema en particular. Según su estrategia y su función existen muchos tipos de algoritmos. Los algoritmos tienen distintos usos en muchos campos. Desde el área de computación, pasando por las matemáticas hasta el área de marketing. Existen miles de algoritmos apropiados para resolver problemas en cada área.

La inteligencia emocional es un algoritmo.

Y es la capacidad para identificar, entender y manejar las emociones correctamente, de un modo que facilite las relaciones con los demás, la consecución de metas y objetivos, el manejo del estrés o la superación de obstáculos.

Que es un SILOGISMO:  una forma de razonamiento lógico deductivo, cuya estructura fija consta de dos proposiciones distintas actuando como premisas y una tercera como conclusión del razonamiento. A las dos primeras se las conoce como premisa mayor o universal y premisa menor o particular respectivamente.

De forma que entiendo que siempre que se utilicen una serie de verdades para llegar a una conclusión se le puede aplicar el nombre de algoritmo o silogismo , la única diferencia es que los Algorismo , son una serie de datos  que llegan a una conclusión y que están hecho para ser utilizados en Informatica , ya que el análisis de la maquina, permite obtener conclusiones de miles de datos, hasta llegar a una conclusión. mientras que Silogismo, de dos proposiciones distintas actuando como premisas y una tercera como conclusión del razonamiento , son computables solo en pequeñas cantidades .

Pero la sucesión de hechos relatados tienen que ser verdaderos y morales. De lo contrario el resultado es falso

Esrte articulo de la Dra. Galdon, esta basado en el desacierto que a veces tiene la inteligencia artificial, y que son producto, de que se están iniciando, y hace falta más experiencia de hecho ella se dedica a la ética dentro de la Comisión Europea como experta en ética y proyectos de tecnología puntera. Hacen falta datos para computarse, que obedezcan a una moral, y no a una costumbre.

Nació contra los algoritmos.

Sí, mi madre me tuvo con 14 años. Cualquier sistema informático o cálculo de probabilidades hubiera dicho que mis posibilidades, no solo de nacer sino de tener una vida normal, eran casi nulas.

Todos los algoritmos prevén que los hijos de preadolescentes tendrán problemas psicoafectivos, de relación, de inserción social y laboral.

¿Fue un estigma?

Sí. Dejó de serlo cuando yo lo acepté y dejé de sufrir por ello, pero en el entorno sociocultural en el que me crié y en la escuela fue muy estigmatizante. Los niños son muy crueles.

¿A dónde le llevó ese estigma?

A preocuparme de las personas que no encajan, y eso en tecnología es muy importante. Para un algoritmo lo aceptable es la muestra más representativa: hombre blanco de mediana edad. El resto somos discriminados.

Ellos no son la mayoría.

Pero son la norma. Por ejemplo, a las mujeres en los algoritmos crediticios siempre se nos asigna más riesgo, aunque tengamos un historial perfecto y como grupo seamos mejores pagadoras que los hombres, pero estamos infrarrepresentadas en la muestra.

¿Por qué?

Los algoritmos los definen hombres blancos ingenieros que están codificando un mundo que no entienden. En los hospitales de EE.UU. un estudio ha revelado que los algoritmos decían a qué personas se atendía antes en urgencias partiendo de criterios económicos y no médicos.

¿Los algoritmos deciden muchas cosas sobre nuestra vida?

¡Muchísimas! Cada vez se automatizan más decisiones vitales en los sectores público, privado y social. Los algoritmos deciden qué trabajo te ofrecen, la asignación de ayudas públicas, el riesgo de las mujeres maltratadas, la probabilidad de reincidencia de un preso…

Si lo hacen bien…

Estamos rodeados de algoritmos ineficientes y discriminatorios. Lo que estamos viendo es lo peor de la interacción humano-máquina.

Vaya.

En Washington un algoritmo decidía anualmente si se les rescindía el contrato a los maestros. Un maestro llevó su caso a juicio y descubrimos que se valoraban los resultados del profesorado en función de los de sus alumnos exclusivamente en matemáticas y en lengua. Ser docente es mucho más que ese resultado.

Sí, debería de serlo.

Además introdujo incentivos muy perversos porque los profesores se concentran en matemáticas y lengua sabiendo que lo demás es totalmente irrelevante.

¿Cómo se puede vender un algoritmo que no entiende la función educativa?

Porque no tenemos ningún tipo de control sobre esas tecnologías. En el último accidente de un coche autónomo, que funcionan con algoritmos, descubrimos que el coche no estaba programado para identificar personas humanas fuera de un paso de peatones.

¿Todo lo que pasa por nuestros móviles lo deciden algoritmos?

Sí. El modelo de negocio de Facebook, Google y Microsoft se basa en la publicidad segmentada. Te encajan en un perfil, te heteronormalizan y te ofrecen y muestran de acuerdo con ese perfil.

Un perfil reduccionista.

Esos datos acaban revendiéndose en el mercado para entrenar a otros algoritmos que acaban tomando decisiones sobre nuestras vidas.

¡Qué espanto!

Por eso me dedico a esto. La estructura tecnológica es de muy mala calidad, está impactando en las personas de manera muy nociva y no hay mecanismos para controlarlo.

Usted es experta ética en la Comisión Europea. El reconocimiento facial asusta.

De nuevo el algoritmo considera que la norma es: hombre blanco de mediana edad, y todo lo demás es excepcional y potencialmente peligroso. Muchos países se plantean ilegalizarla.

¿Pero funciona?

Solo en laboratorio. La policía británica, pionera en la aplicación de reconocimiento facial, publicó que fallaba en el 98% de los casos. En tecnología se vende mucho humo.

En China están a la última en ese tema.

Hay mucho teatro tecnológico y seguritario. La videovigilancia no reduce el crimen, pero la seguimos instalando porque nadie cuestiona la innovación.

¿Hay quien consigue burlarla?

Por ejemplo en la selección de personal. La gente introduce en su currículo en letras blancas, que el ojo humano no percibe pero sí los algoritmos, palabras como Harvard o Princeton .

Entiendo.

Los algoritmos son como coches sin cinturón ni control de velocidad ni de emisiones. Tenemos que acordar como sociedad cuáles son las garantías que imponemos a la innovación.

Todavía no sé si la inteligencia artificial es inteligente.

La inteligencia artificial no es inteligente. Pero es que la tecnología nos fascina, y eso nos hace ser poco críticos. Cuando un político dice que va a invertir en tecnología gana las siguientes elecciones, son estadísticas.

Lo dicho, hace falta mas experiencia para que los algoritmos, sean eticos

Rferencias

Gemma Galdon,doctora en Políticas Tecnológicas y auditora de algoritmos

IMA Sancchis La Vanguardia

Heuristic algorithms. Recuperado de students.cei.upatras.gr

What is algorithmic pricing (2016). Recuperado de simplicable.com

Numeral analysis. Recuperado de wikipedia.org

Probabilistic algorithms (2001). Recuperado de users.abo.fi

What are algorithms (2015). Recuperado de simplicable.com

Monte carlo algorithm. Recuperado de technopedia.com

Tipos de algoritmos. Recuperado de lostipos.com

What are reverse algorithms? Recuperado de simplicable.com

Algorithm: types and classification. Recuperado de gonitsora.com

ACTIVACIÓN E INHIBICIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO

 ACTIVACIÓN  E INHIBICIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO
Charles Scott Sherrington, 

El concepto de inhibición es imprescindible para entender el funcionamiento de las funciones superiores concretamente de la memoria y de la tensión. Y también para la actividad motora y senitiva

Al igual que el arco reflejo , existen unos receptores, unos procesadores intermedos y unos efectores Todo esta soportado, por una anatomía, una bioquímica , y una respuesta , atención y memoria.

Al igual que el músculo para contraer el Bíceps el necesario una estructura intermedia que dé órdenes al Triceps, para que se relaje .

Toda esta complejidad fue ya estudiada por Charles Scott Sherrington,  fue un médico neurofisiólogo británico, premio Nobel de Medicina, que estudió las funciones de la corteza cerebral.

Fue galardonado en 1932 con el premio Nobel de Medicina 

 y fue el primer autor que se preocupó de la inhibición del sistema nervioso. Este concepto estaba fuera del pensamiento de los científicos,. Era muy difícil introducir este concepto casi místico en la anatomía. Don Santiago, no se le ocurrió esta idea, porque era absolutamente somaticista en lo que al sistema nervioso se refiere.

Se tardo mucho tiempo en entender este mecanismo, de la acción  y de la inhibición. Aunque era evidente, que para que actúe, un musculo efector, tiene que relajarse el musculo antagonista.  Esta observación de Sherrington, se siguió del mecanismo a nivel molecular.  La inhibición empieza a nivel celular, tras una química, muy compleja, donde los activadores, trabajan conjuntamente con los inhibidores y esto permite , no solo la motricidad, sino también la conducción nerviosa,  y permite que el estimulo llegue a los múltiples receptores cerebrales, y provoque  su efecto.

El término  inhibición lateral es un fenómeno aplicable a una célula , cuando inhibe a otra adyacente para su, crecimiento o actividad. y diferenciación

Este fenómeno se lleva a cabo por la vía Notch, que media interacciones célula-célula. La célula inhibidora va a expresar: unas proteínas de membrana  Delta, Jagged o Serrete. Estas van a ser ligando del receptor de membrana Notch, presente en las membranas de la mayoría de las células. Claude

Esta interacción provoca un cambio conformacional en Notch, que lleva al movimiento del dominio citoplasmático de esta, que es cortada por la proteasa Presennilina I. La porción escindida se transloca al núcleo, donde se va a unir a factores de transcripción de la familia CSL. Esta unión va a permitir que los CSL interaccionen con sus dianas génicas y las activen.

Se piensa que esta activación promueve el reclutamiento de histonacetiltransferasas, y con ello la descompactación de la cromatina. Las proteínas Notch son receptores muy importantes en el desarrollo del sistema nervioso, en el que esta vía es activada por la expresión de los genes proneurales, y llevan a la inhibición de determinadas células a neuronas

Anatomía y fisiología de los ganglios basales

   Los ganglios basales son grandes estructuras neuronales subcorticales que forman un circuito de núcleos interconectados entre sí cuya función es la iniciación e integración del movimiento. Reciben información de la corteza cerebral y del tronco del encéfalo, la procesan y proyectan de nuevo a la corteza, al tronco y a la médula espinal para contribuir así a la coordinación del movimiento. Este circuito está compuesto por varias estructuras que se pueden categorizar según su anatomía o su función.

   Anatómicamente los ganglios basales son masas de sustancia gris en el telencéfalo que incluyen: 1) núcleo caudado, 2) n lenticular (formado por el n putamen y el globo pálido externo e interno, 3) y la amígdala. Funcionalmente se relacionan a través de múltiples conexiones con núcleos próximos que incluyen al núcleo subtalámico (en el diencéfalo), la sustancia negra pars compacta y reticulata (en el mesencéfalo) y el n pedúnculopontino (en el puente).

El estriado es la estructura funcional «receptora» de aferencias extrínsecas a los ganglios basales, a través de diferentes neurotransmisores, en su mayoría excitatorios. Recibe proyecciones: 1) de la corteza cerebral (glutamatérgicas), 2) del tálamo (glutamatérgicas), y 3) de estructuras del tronco del encéfalo: SNpc (dopaminérgicas), del Núcleo pedúnculo pontino (NPP) del puente (glutamatérgicas y colinérgicas), del n dorsal del rafe (serotoninérgicas) y del locus coeruleus (noradrenérgicas).

   La estructura eferente de los ganglios basales es el globo pálido interno, que envía proyecciones gabaérgicas para comunicarse con la corteza frontal a través los núcleos motores del tálamo (ventral anterior y ventrolateral). Las vías eferentes se dividen clásicamente en dos: la vía directa y la vía indirecta.

   La vía directa se activa mediante los receptores dopaminérgicos tipo 1 (D1). Las neuronas espinosas medianas del estriado, producen una inhibición gabaérgica del GPI y la SNr que a su vez inhibe el tálamo cuya función es excitatoria sobre la corteza frontal. Por tanto, cuando el estriado recibe las proyecciones dopaminérgicas de la SNpc, se activa la vía directa y se activa la corteza motora (ya que se inhibe la proyección inhibitoria del GPI sobre el tálamo). La función de la vía indirecta es la contraria y normalmente está inhibida por las proyecciones dopaminérgicas de la SNpr a través de receptores dopaminérgicos D2. Al encenderse, a través de proyecciones gabaérgicas levanta el freno sobre el NST, cuya función habitual es la activación del GPI, que como se ha mencionado previamente, actúa como inhibidor tálamico y de la corteza.

  En presencia de dopamina, neurotransmisor aferente fundamental de los ganglios basales, se activa la vía directa y por tanto la corteza está activada, mientras que se apaga la vía indirecta, y por tanto la corteza no esta inhibida.

   Los trastornos de los ganglios basales se producen como consecuencia de la neurodegeneración o agresión secundaria de cualquiera de sus estructuras, produciendo un desequilibrio en este complicado circuito y por tanto una alteración de la coordinación motora. Se dividen en patologías hipocinéticas que implican pobreza de movimiento y en patologías hipercinéticas caracterizadas por exceso de movimiento

Los circuitos de formación de memoria se originan a partir de información procesada en áreas de asociación polimodal como la corteza frontal, temporal y parietal, de ahí el circuito lleva la información a la corteza parahipocámpica y corteza perirrinal y de ahí a la corteza entorrinal. Esta se comunica a través de la vía perforante con la circunvolución dentada, esta proyecta sus axones a través de las fibras musgosas a la región CA3 del hipocampo, que a su vez se conecta, con la vía colateral de Schaffer, a la región CA1 del hipocampo. Esta región se une con el subículo, el cual proyecta de vuelta a la corteza entorrinal. De aquí la información viaja hacia la corteza parahipocámpica y entorrinal y de ambas vuelve a las cortezas de asociación polimodal

El  circuito consta de dos sub-circuitos: la vía directa y la vía indirecta. La sustancia negra compactada proyecta axones dopaminérgicos al putamen provocando la activación de este núcleo (cuando estimula los receptores D1), que aumenta su inhibición sobre el globo pálido interno y la sustancia gris reticulada mediante sus axones gabaérgicos. Esto produce una disminución de la actividad inhibitoria sobre el tálamo, el cual aumenta su activación sobre la corteza motora. De esta forma se comienza el movimiento. Este circuito es conocido como la vía directa Por otra parte, la sustancia negra compactada provoca la inhibición del putamen (cuando estimula los receptores D2), que disminuye su inhibición sobre el globo pálido externo, lo cual provoca un aumento de la actividad inhibitoria de este núcleo sobre el subtalámico, pero que al mismo tiempo este es excitado por las vías glutamatérgicas que vienen de la corteza, lo que permite que active al globo pálido externo y sustancia gris reticulada. Al ocurrir esto las vías inhibitorias de estos núcleos afectan al tálamo disminuyendo su activación, por lo cual ya no puede estimular la corteza motora y el movimiento se termina. Este circuito es conocido como la vía

Los procesos de memoria más estudiados son la habituación y la sensibilización. Un estímulo excitatorio que se repite produce una disminución del potencial sináptico de la neurona sensitiva sobre las interneuronas y sobre la neurona motora, lo que provoca que la respuesta disminuya. Esta disminución del potencial sináptico se produce por una disminución en la movilización de las vesículas que contienen el neurotransmisor glutamato, lo que provoca una menor liberación de la sustancia química y por ende disminuye la fuerza de la sinapsis, situación que puede durar varios minutos.

Este mecanismo es el que produce la memoria de corto plazo para la habituación. El sistema molecular de la memoria de corto plazo para la sensibilización es más complejo que el de la habituación.

Un estímulo nocivo aplicado en una vía produce un aumento de intensidad en otra vía a la cual se le aplica un estímulo no nocivo, esto mediante una interneurona facilitadora.

Existen dos vías de activación del botón terminal de la neurona sensitiva mediado por esta interneurona: a) en la primera vía la serotonina (5-HT) activa el receptor de la neurona sensitiva que a su vez activa una proteína G que aumenta la actividad de adenililciclasa que convierte el ATP en AMPciclico, el cual activa la proteincinasa dependiente de AMPc (PKA), esta fosforila los canales de potasio (k + ), esto prolonga el potencial de acción y permite más entrada de calcio (Ca ++ ) al botón terminal, lo que aumenta la liberación de glutamato (Glu) a la hendidura sináptica (Fig. 8.6); b) en la segunda vía la serotonina (5-HT) activa otro receptor de la neurona sensitiva que a su vez activa una proteína G que activa la fosfolipasa C (PLC) que a través del diacilglicerol, activa la proteincinasa C (PKC). Está en conjunto con PKA permiten la apertura de canales de Ca ++ con lo cual aumenta la liberación de Glu (Fig. 8.7). En ambos casos se produce una facilitación presináptica, ya que la interneurona facilitadora ayuda a la liberación del neurotransmisor de la neurona sensitiva ( …

Actualmente se acepta que la atención no es una función unitaria y que puede clasificarse en 2 grandes grupos: atención involuntaria y atención voluntaria. La primera corresponde al estado de alerta que ocurre desde que despertamos en la mañana y nos predispone para recibir los estímulos (Maureira & Flores, 2016); la atención voluntaria se clasifica en diversos tipos: a) atención focal, que ocurre cuando un sujeto presta atención a un solo estímulo, desechando otros (Maureira, 2018). También es llamada concentración (Ardila & Ostrosky, 2012); b) atención selectiva o capa- cidad de buscar un estímulo ignorando los demás; c) atención sostenida, definida como la capacidad de ejecutar una conducta cogni- tiva a lo largo de diversas ventanas tempora- les en contra de la fatiga (Maureira & Flores, 2016); d) atención alternante o capacidad de cambiar el foco atencional de un estímulo a otro rápidamente y; e) atención dividida, que corresponde a la capacidad de focalizar dos o más estímulos al mismo tiempo (Ardila & Ostrosky, 2012). …

La primera corresponde al estado de alerta que ocurre desde que despertamos en la mañana y nos predispone para recibir los estímulos (Maureira & Flores, 2016); la atención voluntaria se clasifica en diversos tipos: a) atención focal, que ocurre cuando un sujeto presta atención a un solo estímulo, desechando otros (Maureira, 2018). También es llamada concentración (Ardila & Ostrosky, 2012); b) atención selectiva o capa- cidad de buscar un estímulo ignorando los demás; c) atención sostenida, definida como la capacidad de ejecutar una conducta cogni- tiva a lo largo de diversas ventanas tempora- les en contra de la fatiga (Maureira & Flores, 2016); d) atención alternante o capacidad de cambiar el foco atencional de un estímulo a otro rápidamente y; e) atención dividida, que corresponde a la capacidad de focalizar dos o más estímulos al mismo tiempo (Ardila & Ostrosky, 2012). …

Se acepta que la atención no es un proceso único, sino que puede ser caracterizado como diversas funciones:

a) Estado de alerta, que corresponde a la atención involuntaria y sirve para aumentar la disposición para recibir información del entorno;

b) Atención selectiva, que corresponde a un tipo de atención voluntaria y sirve para seleccionar un estímulo específico ignorando los demás;

c) Atención sostenida, otro tipo de atención voluntaria, que corresponde a la capacidad de mantener una misma conducta a través del tiempo y la fatiga;

 d) Atención alternante, un tipo de atención voluntaria, que se manifiesta como la capacidad de cambiar el foco de atención de un objeto a otro;

e) Atención dividida, otro tipo de atención voluntaria, que corresponde a la capacidad de focalizarse en dos o más estímulos al mismo tiempo (Maureira y Flores, 2016). El ejercicio físico puede mejorar los niveles de muchas funciones cognitivas, constituyéndose como una herramienta importante para potenciar la actividad cerebral

CRITICA DE LA CONDUCTA EN LA PANDEMIA DEL COVID-19

CRITICA DE LA CONDUCTA EN LA PANDEMIA DEL COVID-19

La conclusión de este trabajo, sobre la Virosis cuesta trabajo entenderla.

Lo que si parece claro es que pese a las sofisticadas medidas tomadas para anular la pandemia, los factores que se imbrican deterioran los resultados, sobre todo:

Lo que se destina en esfuerzo y dinero, para controlar  la Pandemia, hacen que se abandonen el cuidado de otros procesos patológicos. Lo que hace el sistema sanitario insoportable.

La conclusión un poco vulgar es “el mundo no esta preparado para estas Pandemias”

HACE FALTA EVITARLAS

La pandemia de COVID-19 ha ejercido una enorme presión sobre países de todo el mundo, exponiendo brechas de larga data en la salud pública y exacerbando las inequidades crónicas. Aunque las investigaciones y los análisis han intentado extraer lecciones importantes sobre cómo fortalecer la preparación y la respuesta ante una pandemia, pocos han examinado el efecto que ha tenido la gobernanza fragmentada para la salud en la mitigación eficaz de la crisis. Al evaluar la capacidad de los sistemas de salud para gestionar el COVID-19 desde la perspectiva de dos enfoques clave de la política sanitaria mundial —seguridad sanitaria mundial y cobertura sanitaria universal— se pueden extraer lecciones importantes sobre cómo alinear las distintas prioridades y objetivos en el fortalecimiento de los sistemas de salud. Este documento de Política de salud compara tres tipos de sistemas de salud (es decir, con inversiones más fuertes en seguridad sanitaria mundial,

Introducción

Las respuestas nacionales al COVID-19 han variado enormemente, desde rápidas y proactivas en el mejor de los casos hasta fortuitas y negligentes en el peor. Se espera que los países hayan manejado la pandemia de manera diferente, pero COVID-19 ha llevado a todos los sistemas de salud al límite, exponiendo graves brechas en la infraestructura de salud pública, incluso en naciones que alguna vez fueron alabadas como el estándar de oro para la preparación.

Aunque se ha debatido mucho sobre cómo los países podrían haber estado mejor preparados, estos análisis han perdido en gran medida un enfoque en cómo la gobernanza de la salud fragmentada y los silos resultantes en el financiamiento de los sistemas de salud (es decir, flujos de financiamiento verticales hacia categorías de enfermedades individuales, independencia de la educación terciaria). atención desde la atención primaria, y diferencias en las prioridades de salud doméstica vs.prioridades de salud mundial) continúan obstaculizando los esfuerzos de respuesta. El análisis de la propagación del COVID-19 desde la perspectiva de la seguridad sanitaria mundial (GHS) y la cobertura sanitaria universal (CSU) ofrece una oportunidad útil para descubrir puntos ciegos en el fomento de la resiliencia del sistema de salud en el futuro. En este documento de Política de salud, buscamos comprender cómo los sistemas de salud que están fuertemente influenciados por las políticas de GHS o UHC inicialmente se han enfrentado al impacto de la pandemia de COVID-19 en curso, y concluimos con cuatro recomendaciones clave para rediseñar los sistemas de salud para una Futuro sostenible.

Sistemas de salud nacionales y mundiales fragmentados

GHS se centra en prevenir, detectar y responder a las amenazas para la salud pública, en particular protegiendo a las personas y las sociedades de todo el mundo de las amenazas de enfermedades infecciosas.

 Respaldado por el Reglamento Sanitario Internacional (RSI), el GHS guía el desarrollo de las capacidades básicas de la salud pública (es decir, la vigilancia, la comunicación de riesgos y la coordinación), pero de manera crucial no aborda las funciones de atención primaria de salud (APS), incluidos los servicios curativos, manejo y capacidad para sobrecargas clínicas.

 Mientras tanto, la cobertura universal de salud depende del acceso a servicios de salud completos, apropiados, oportunos y de calidad, sin carga financiera.

 Aunque la cobertura universal de salud habilita los sistemas de atención primaria de la salud y mejora la accesibilidad de los servicios de salud, en la práctica existe una tendencia a que las intervenciones de la cobertura universal de salud descuiden las amenazas de enfermedades infecciosas y gestionen de manera inadecuada las capacidades básicas de la salud pública mientras se centran más en los seguros médicos y los servicios de salud individuales.

 La OMS da gran prioridad tanto al SGA como a la CUS, con áreas de trabajo importantes para las emergencias sanitarias y la CUS.

Aunque la OMS aborda estas agendas en principio como aportaciones inminentemente convergentes hacia un sistema de salud sólido, la escasez de recursos y las realidades políticas obligan a los responsables de la formulación de políticas a tomar decisiones difíciles, por lo general priorizando una agenda sobre la otra. Por ejemplo, invertir en diferentes políticas podría justificarse seleccionando objetivos distintos, a menudo potencialmente convenientes, para favorecer dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.

 El «acto de la cuerda floja»

 entre los recursos inadecuados del sistema de salud y las presiones políticas nacionales e internacionales significa que los países podrían verse obligados a «elegir si aumentar la capacidad de los laboratorios o hacer que haya más enfermeras disponibles para las consultas».

 Las consecuencias de este desequilibrio de prioridades fragmentadas se ejemplificaron durante el brote del virus del Ébola en 2014-16 en África occidental, en el que murieron más personas por malaria no tratada que por la enfermedad del virus del Ébola debido a la reducción de los servicios de salud y los sistemas de salud sobrecargados.

La Comisión Lancet sobre sinergias entre la CUS, la seguridad sanitaria y la promoción de la salud ha comenzado a examinar las intersecciones entre estas tres prioridades y las agendas correspondientes.

 Este documento de Política de salud ofrece una evaluación inicial crucial para avanzar en este trabajo y ampliar nuestra comprensión de la gobernanza, las políticas y las inversiones fragmentadas para la salud mundial, y señala que los contextos están cambiando y se necesitan más análisis para sacar conclusiones definitivas.

Sistemas de salud con mayores inversiones en capacidades GHS

A pesar de que EE. UU. Recibió las calificaciones más altas de preparación para una pandemia en el Índice de seguridad sanitaria mundial, hasta la fecha ha informado el número más alto de casos y muertes por COVID-19 en el mundo.

 Aunque el país cuenta con una impresionante variedad de laboratorios públicos y privados, empresas farmacéuticas y tecnológicas innovadoras y un instituto nacional de salud pública con gran capacidad, los EE. UU. Dependen en última instancia de un sistema de atención de la salud muy fragmentado.

 Cada estado financia y opera sus propios sistemas de salud pública y vigilancia, y la nación se ha mostrado reacia a construir un sistema de salud unificado que sea financiado con fondos públicos.

 Esta ausencia de una coordinación clara, una capacidad fundamental del RSI, ha obstaculizado hasta ahora la capacidad del país para estimar y pronosticar con precisión el efecto del COVID-19, lo que ha provocado un retraso en las actividades de respuesta, incluidas las pruebas y el rastreo de contactos.

 Además, la escasez de financiación centralizada ha provocado un mal uso y una infrautilización crónicos de los recursos humanos y financieros.

Por último, las altas tasas de seguro insuficiente podrían desincentivar el uso de la atención médica y disuadir a los ciudadanos de buscar atención de emergencia, lo que provocaría enfermedades crónicas no tratadas, reduciría la capacidad de vigilancia sindrómica y socavaría la confianza general en los servicios públicos; acelerando así aún más el efecto de COVID-19. Estados Unidos es uno de los ejemplos más destacados, que muestra que la dependencia de las capacidades tradicionales del SGA para proporcionar una evaluación precisa de la preparación del sistema de salud no explica el efecto de la coordinación incoherente y la cobertura sanitaria universal y la economía política inadecuadas durante las emergencias sanitarias.

Un examen de la respuesta al COVID-19 en varios países de África sugiere de manera similar una concentración excesiva de los esfuerzos del SGA, mientras que se descuidan los pivotes sostenibles de la CUS o las inversiones cruciales en los sistemas de atención médica. Si bien la región no es monolítica, la mayoría de los países comparten la tendencia a fortalecer las competencias para la respuesta a brotes debido a brotes perennes de enfermedades infecciosas y cuentan con servicios de salud que se desarrollaron a través de iniciativas de salud global fragmentadas o prioridades de los donantes.

44 países de la región han completado una Evaluación Externa Conjunta de la OMS, lo que refleja la priorización del fortalecimiento de las capacidades nacionales de preparación después de brotes de alto perfil, como el virus del Ébola. Esta prioridad se ha reflejado inicialmente en la rápida respuesta al COVID-19.

 Por ejemplo, a fines de abril de 2020, el Centro de Control de Enfermedades de Nigeria había seguido más del 98% de los contactos de casos confirmados de COVID-19, aprovechando los 50 000 informantes comunitarios establecidos originalmente para la detección de poliomielitis.

 Mientras tanto, los Centros de África para el Control y la Prevención de Enfermedades, establecidos en 2017 por la Unión Africana y socios internacionales, continúan apoyando a los estados miembros a través de documentos de orientación, capacitación, kits de prueba y una mejor capacidad de laboratorio para confirmar casos.

A pesar de este progreso en la seguridad sanitaria, los casos de COVID-19 han aumentado rápidamente en todo el continente.

Con una gran cantidad de casos que se avecina, muchos países podrían enfrentar múltiples desafíos para finalmente controlar el virus, especialmente a la luz de las realidades sociales, como grandes poblaciones que ganan un salario diario informal, asentamientos densamente poblados y trabajadores migrantes transitorios. Estas realidades hacen que muchas intervenciones de salud pública, como el distanciamiento físico, sean inapropiadas o insostenibles. Con solo cuatro de los 55 países de la Unión Africana que han alcanzado el compromiso del 15%, que se estableció en la Declaración de Abuja en 2001, el gasto nacional en salud sigue siendo bajo en la mayoría de los países y las capacidades de atención crítica y de atención primaria, como camas y ventiladores en las unidades de cuidados intensivos, son sumamente escasos; Es probable que impulsar estas funciones de atención de la salud durante la pandemia sea demasiado tarde.

 Además, con la financiación impulsada por donantes que financian gran parte de los servicios de salud clave, como la mayoría de la atención del VIH en Nigeria y Zimbabwe, los recortes a la asistencia internacional podrían desestabilizar muchos servicios posteriores que son respaldados por inversiones aisladas en sistemas de salud.

Sistemas de salud con mayores inversiones en componentes de CUS

Mientras tanto, los países con sistemas sólidos de CSU también han luchado contra la pandemia si no implementaron de manera coherente medidas sólidas de GHS. Aunque Italia ofrece acceso universal a la atención, su provincia de Lombardía (es decir, una de las áreas más ricas de Europa) se vio afectada de manera desproporcionada por COVID-19.

 La coordinación inadecuada impidió la realización de pruebas proactivas y dejó desprotegidos a los trabajadores de la salud.

 A pesar de que la UHC brinda servicios a las personas, Lombardy marcó las capacidades básicas de GHS basadas en la comunidad, lo que podría haber mitigado los efectos del brote.

 Mientras tanto, el Reino Unido, a pesar de parecer tener un alto rango en el Índice de Seguridad Sanitaria Global y ofrecer una cobertura universal de salud generalizada, no actuó rápidamente y luchó para garantizar que su Servicio Nacional de Salud pudiera satisfacer la demanda.

 Esta lucha se debió en gran parte a la mala integración de las capacidades clave del GHS, incluida la coordinación y la vigilancia del liderazgo a través del rastreo y las pruebas, así como a la negligencia de tener en cuenta la gobernanza y la economía política de sus sistemas de salud como indicadores importantes para la preparación para una pandemia.

 Además, una disminución del 50% en las admisiones a los departamentos de urgencias y accidentes hospitalarios por ataques cardíacos sugiere un aumento en las enfermedades no informadas, como resultado de una mala comunicación de riesgos y participación comunitaria.

 Por último, tanto el Reino Unido como España retrasaron las inversiones iniciales en la creación de la capacidad de prueba necesaria y el almacenamiento de equipos de protección personal, a pesar de asegurar a la población que estaban preparados.

 Cuando los sistemas de CSU no están alineados de manera efectiva con las estrategias de GHS y ​​no están debidamente documentados en evaluaciones globales, los líderes mundiales pueden correr el peligro de tener un exceso de confianza en los sistemas de salud existentes, lo que lleva a la complacencia colectiva y la politización de las respuestas de salud pública necesarias durante las crisis.

Sistemas de salud que alinean las inversiones en GHS y ​​UHC

Aunque no se excluyen mutuamente, GHS y ​​UHC tienden a tener políticas diferentes en la práctica. Hasta ahora, a los países con políticas que están estrechamente alineadas con ambos marcos les ha ido mejor y podrían estar mejor equipados para recuperarse después de COVID-19 en comparación con naciones con sistemas de salud que no están alineados con ambos marcos, que podrían tener dificultades para hacer frente a los desafíos en el largo plazo. Es importante destacar que los sistemas de salud que integraron con éxito las capacidades básicas del SGA con los servicios de atención primaria de la salud han sido particularmente eficaces para mitigar los efectos del COVID-19.

Por ejemplo, la provincia de Veneto, Italia, aprovechó su sistema de cobertura universal de salud al tiempo que aplicaba la experiencia histórica en el control de enfermedades infecciosas. A pesar de la transmisión comunitaria temprana, Veneto logró un control de la pandemia sustancialmente mejor que otras regiones de Italia, específicamente Lombardía. Es muy probable que esta diferencia se deba a medidas de salud pública, como pruebas exhaustivas y exámenes de detección proactivos, y medidas clínicas sólidas, como diagnóstico y atención domiciliaria, trabajadores de salud de primera línea con apoyo, menor fragmentación de los servicios médicos privatizados y una sólida coordinación entre los Centros de APS.

Mientras tanto, Taiwán, Vietnam, Hong Kong, Corea del Sur y Tailandia instituyeron un estricto distanciamiento físico y comunicaciones de salud pública, y sus raíces en la cobertura universal de salud han asegurado un rápido control de la pandemia hasta la fecha.

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 La cobertura del 99,9% de Taiwán del seguro de salud nacional permitió una prevención integral de epidemias, datos médicos integrados, plataformas de información unificadas y redes de seguridad para las poblaciones vulnerables.

 Los avances en la cobertura universal de salud ayudaron a Vietnam a salvaguardar la cooperación entre el gobierno y los ciudadanos que se necesitaba para fomentar una cultura de vigilancia y rastreo integral de contactos donde las pruebas masivas eran improbables.

 Singapur aprovechó la infraestructura de salud pública, los diagnósticos innovadores, los médicos de atención primaria de salud capacitados para detectar brotes y la detección, las pruebas y el tratamiento sin costo alguno.

En Kerala, India, más de 30000 trabajadores de la salud participaron eficazmente en la respuesta de emergencia, incluida la detección temprana, el rastreo de contactos expansivo, la comunicación de riesgos y la participación comunitaria.

 Para complementar este compromiso, el compromiso de Kerala con una amplia protección social a través de inversiones en educación y CUS incluyó refugios temporales para trabajadores migrantes varados, comidas preparadas para personas necesitadas, mayor capacidad de Internet y pensiones avanzadas.

 Finalmente, Costa Rica ha sido elogiada por tener inicialmente una de las tasas más bajas de letalidad por COVID-19 en las Américas, lo que se atribuye en gran parte a su sólido sistema de salud universal, la rápida respuesta liderada por los principales líderes nacionales y el fuerte apoyo institucional de Organizaciones tanto públicas como privadas.

Reimaginando la gobernanza, las políticas y las inversiones para la salud mundial

COVID-19 muestra cuán fragmentados y con fondos insuficientes están los sistemas de salud en todo el mundo. Es hora de un enfoque radicalmente reinventado de la gobernanza para la salud mundial. Gostin y Friedman han argumentado que “los sistemas nacionales de salud sólidos, una OMS del siglo XXI, un RSI sólido con cumplimiento estatal y recursos humanos y financieros sostenibles transformarían el sistema de salud mundial”.

 A partir de recomendaciones adicionales en los informes anuales de la Junta de Monitoreo de la Preparación Mundial, las funciones esenciales de salud pública (es decir, las capacidades básicas para el SGA y el RSI) deben financiarse adecuadamente e integrarse en los sistemas nacionales de salud que tienen sus raíces en la CUS para garantizar una salud inclusiva y continua. servicios antes, durante y después de los brotes.

 El marco de la cobertura universal de salud, basado en compromisos clave en la declaración política de la ONU de la Reunión de Alto Nivel sobre Cobertura Universal de Salud, debería expandirse para incluir actividades multisectoriales, de múltiples partes interesadas e integrales en todos los niveles de gobernanza para controlar los brotes mientras se mantienen los servicios de salud de rutina y abordar los determinantes sociales de la salud.

 Otros beneficios de dicho sistema incluyen la toma de decisiones diversas, una mayor demanda pública de servicios de atención médica para facilitar la detección temprana de enfermedades, un riesgo reducido de pobreza, servicios de salud accesibles localmente y una mayor confianza, que es crucial para la colaboración y el cumplimiento público con el estado. intervenciones dirigidas.

La incorporación de la visión del Grupo Sociedades más saludables para poblaciones saludables (es decir, hacer evolucionar nuestras sociedades para permitir que las personas se mantengan saludables) en los contextos de COVID-19 asegura que los determinantes sociales de la salud se reflejen en las políticas económicas y de bienestar que las acompañan, mejorando así la respuesta estrategias.

 En particular, a pesar de haber sido inicialmente elogiado por su respuesta efectiva al COVID-19, Singapur ha visto un aumento en los casos que se originan en dormitorios superpoblados que albergan a trabajadores migrantes.

Este aumento enfatiza las costosas consecuencias de pasar por alto a las comunidades marginadas, lo que indica que, sin una consideración cuidadosa de las medidas socioeconómicas para apoyar a los grupos que son susceptibles a las enfermedades y vulnerables a los efectos desproporcionados de la desigualdad socioeconómica, los brotes pueden ser inevitables. Además, la práctica estadounidense de vincular la cobertura de salud al empleo ha dejado a muchas personas especialmente vulnerables a medida que aumentan las tasas de desempleo debido a la pandemia. En reconocimiento de la importancia de los enfoques sociales para abordar las enfermedades infecciosas, algunos estados de EE. UU. Han extendido la cobertura a las comunidades de personas sin hogar y migrantes y han considerado las instalaciones psicosociales y los refugios para mujeres como servicios esenciales de COVID-19.

Aunque romper el ciclo de pánico y negligencia, que es necesario para un SGA sostenido, puede ser poco probable, volver a imaginar la CUS como la base para la solidaridad y la acción, incluso para la seguridad sanitaria y las sociedades saludables, ofrece un camino necesario a seguir en el mundo después de COVID. -19. Un sistema con programas de protección social, APS rentable, liderazgo inclusivo y financiamiento público adecuado puede garantizar servicios de calidad para todos, especialmente en contextos frágiles donde la pobreza, las viviendas superpobladas y los recursos inadecuados hacen que las comunidades sean más susceptibles.

En la recuperación de COVID-19, las consecuencias económicas y el miedo público podrían empujar a los países a favorecer los enfoques aislacionistas de la salud, favoreciendo la atención médica privatizada y las soluciones rápidas para proporcionar la ilusión de seguridad sanitaria. Los donantes y defensores deben tener cuidado con las soluciones neoliberales o excesivamente titulizadas que durante mucho tiempo han restringido tanto el SGA como la cobertura universal de salud, en lugar de respaldar sistemas de salud verdaderamente universales, financiados con fondos públicos y propiedad del país que promuevan la equidad en la salud y los determinantes de la salud en la corriente para no dejar a nadie atrás .

 Esta implementación ampliada de las capacidades del GHS que están integradas y entregadas a través de la cobertura universal de salud se puede desarrollar a lo largo de cuatro recomendaciones básicas: integración, financiamiento, resiliencia y equidad.

Integración: construir capacidades sólidas de GHS en sistemas integrales de UHC

Debido a que los sistemas nacionales “carecen de interconectividad”, los tomadores de decisiones y los expertos en salud luchan por trabajar en los “silos de autoprotección” resultantes de especialidades de salud, que a veces se mantienen claramente diferenciadas para priorizar un área del sistema de salud sobre otra.

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Posteriormente, la mala comunicación y colaboración entre las instituciones y los sistemas de salud nacionales significa que unificar las políticas de GHS y ​​UHC en todos los niveles de gobernanza es un desafío monumental. Sin embargo, los análisis ofrecen información importante sobre dónde podrían ser posibles las sinergias. Tanto el SGA como la cobertura universal de salud mitigan el riesgo, obligan a los estados a realizar el derecho humano a la salud, pueden recibir apoyo a través de esfuerzos para fortalecer los sistemas de salud y se superponen en su enfoque en la fuerza laboral de salud, el acceso a los medicamentos y la financiación o la protección de riesgos financieros.

5

Es bien sabido que las habilidades y la infraestructura necesarias para los dos sistemas se refuerzan mutuamente; Existe la oportunidad de reexaminar áreas obvias, como el fortalecimiento de la capacidad de aumento nacional de la fuerza laboral de salud como una conexión entre la prevención y la prestación de atención médica o la integración de sistemas de información de salud de emergencia con redes de vigilancia de rutina y otras bases de datos nacionales.

En particular, los países con un historial deficiente de cobertura universal de salud, como EE. UU. E Irlanda, han comenzado a implementar políticas de tipo cobertura universal de salud para la respuesta a brotes, incluido el apalancamiento de fondos federales para proporcionar pruebas de COVID-19 que son universalmente gratuitas. Estas acciones también sugieren que la crisis podría ofrecer una oportunidad para adoptar reformas para la cobertura universal de salud como base para los sistemas de salud unificados y con suficiente financiamiento público.

 Esta oportunidad refleja el marco conceptual de la OMS que describe una relación cíclica entre la calidad de la cobertura universal de salud y el SGA, y el patrón parece ser cierto durante la respuesta COVID-19 en curso en los países de ingresos bajos, medios y altos.

Financiamiento: romper vías de financiamiento estrechas que impiden sistemas de salud unificados

La pandemia de COVID-19 muestra que los países de bajos ingresos que buscan construir sistemas de salud que estén unificados y con suficiente financiamiento público están bajo el poder de la financiación impulsada por los donantes, que en realidad podría estar fragmentando los servicios de salud. Kutzin y Sparkes han argumentado que fortalecer los sistemas de salud requiere un enfoque sustancial e intencional en la mejora del desempeño yendo más allá de invertir en las capacidades básicas de los sistemas de salud y reformando cómo estas capacidades operan juntas en los sistemas de salud, con financiamiento conjunto.

 Por lo tanto, los países de bajos ingresos que dependen de la asistencia internacional deberían aumentar la financiación nacional al menos al 5% del producto interno bruto y tener la flexibilidad de integrar programas verticales en un sistema de salud unificado que sea compatible con la consecución de la cobertura universal de salud.

Mientras tanto, los países de ingresos bajos, medianos y altos, incluidos el Reino Unido y los EE. UU., Deben tener la intención de abordar la negligencia deliberada y la subinversión en los sistemas de salud existentes mediante el desarrollo de estrategias innovadoras para el financiamiento interno. Estas estrategias incluyen eliminar las tarifas de los usuarios en los centros de atención primaria de la salud, garantizar que el seguro médico no esté vinculado a la situación laboral y ampliar los mecanismos de adquisición conjunta de recursos vitales; todos fueron barreras críticas para la atención y socavaron la respuesta COVID-19. El desarrollo de nuevas fuentes de financiamiento que reflejen los compromisos en la cobertura universal de salud y el SGA mantendrá los sistemas de salud unificados, disminuirá los riesgos individuales y colectivos de amenazas a la salud y reparará los mecanismos fragmentados de gobernanza de la salud.

Resiliencia: desarrollar y evaluar la resiliencia del sistema de salud

COVID-19 prueba la capacidad de los sistemas nacionales de salud para resistir las crisis de salud mientras mantienen las funciones de rutina. Kruk y sus colegas definen la resiliencia del sistema de salud como “la capacidad de los actores, instituciones y poblaciones de la salud para prepararse y responder eficazmente a las crisis; mantener las funciones básicas cuando ocurre una crisis; y, informado por las lecciones aprendidas durante la crisis, reorganizar si las condiciones lo requieren ”.

 Fundamentalmente, debido a que crisis como la de COVID-19 no ocurren en el vacío, la resiliencia requiere una colaboración intencional entre las agendas de salud y desarrollo tradicionalmente distintas, incluida la cobertura universal de salud, la Agenda de Seguridad Sanitaria Global, el enfoque de Una Salud y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.

La resiliencia del sistema de salud, que debe enmarcarse como una capacidad más que como un resultado, puede ser un poderoso indicador de adaptabilidad, capacidad de respuesta y estabilidad y, por lo tanto, es crucial evaluarla.

Debido a que los modelos tradicionales (p. Ej., Modelos de preparación para una pandemia, índices del SGA y evaluaciones externas conjuntas del RSI) no tuvieron plenamente en cuenta los diversos efectos del COVID-19, se deben desarrollar nuevos índices que exploren la resiliencia de la gobernanza del sistema de salud para hacer frente a crisis de salud. Estos modelos revisados ​​deben contextualizar cuidadosamente las dinámicas de poder explícitas e implícitas, los intereses y prioridades en competencia y las partes interesadas nuevas y emergentes.

 Además, las evaluaciones existentes, como las Evaluaciones Externas Conjuntas de la OMS y las Evaluaciones de Disponibilidad y Preparación de Servicios, pueden revisarse y llevarse a cabo juntas en modelos de resiliencia, junto con la consideración de los determinantes sociales de la salud para evaluar los efectos sobre las inequidades en salud, para desarrollar una comprensión coherente del SGA. y brechas de la CUS en la gobernanza de la salud.

Equidad: aplicar un enfoque de derechos como base necesaria para los sistemas de salud

La respuesta COVID-19 ha enfatizado la flagrante ausencia de determinantes sociales de la salud y una participación comunitaria significativa en los principales marcos para emergencias de salud, como el RSI.

En el futuro, se debe construir una agenda unificada GHS-UHC con equidad interseccional en el centro. Incorporar la visión de fomentar poblaciones saludables (como lo defiende la OMS, el Grupo Sociedades más saludables para poblaciones saludables y otras partes interesadas) con un enfoque de economía política que considere “intereses, instituciones e ideas en competencia”,

puede salvaguardar la UHC y GHS en una recesión económica mundial. Esta perspectiva incorpora los valores de no dejar a nadie atrás al proteger los derechos de los grupos más vulnerables, incluidas las poblaciones y los refugiados LGBTQ + (lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, queer y otros), a través de políticas de salud en todos que reconstruyen sistemas de salud de manera sostenible y equitativa.

 Además, un enfoque de la salud global descolonizante, basado en los derechos y consciente del clima para la gobernanza de la salud protegería la capacidad de los países de ingresos bajos y medianos de acceder de manera equitativa a los recursos necesarios, como vacunas y equipo de protección personal, al tiempo que obliga a los países de ingresos altos países, el sector privado y los principales donantes a “contribuir con una mayor proporción de la financiación de sistemas de APS universales de calidad que atiendan a todos independientemente de la capacidad de pago”.

En última instancia, el esfuerzo colectivo por la equidad en salud requerirá que los responsables de la formulación de políticas garanticen que el liderazgo en la preparación, respuesta y recuperación para emergencias de salud coloque a grupos marginados, como mujeres y minorías, en roles de toma de decisiones.

 Por tanto, las estructuras de salud multisectoriales y de múltiples partes interesadas deberían poder equilibrar eficazmente la constelación de intereses del sector privado, demandas del sector público y mareas políticas.

Conclusión

Se necesita un trabajo urgente para marcar el comienzo de un cambio estratégico hacia programas de CSU alineados con el GHS, especialmente con la expansión de la cobertura de salud que muestra signos de desaceleración a nivel mundial, ya que el gasto público no satisface las demandas de la sociedad.

 Aunque la respuesta al COVID-19 está en curso y los contextos evolucionan constantemente, la forma en que los países responden a las pandemias depende en última instancia de la capacidad de recuperación de sus sistemas de salud, y se requiere una respuesta eficaz para controlar el brote inmediato y mitigar los efectos sanitarios posteriores.

Con los efectos de factores sociopolíticos adicionales, como las crisis prolongadas, la raza, el género, el cambio climático, el estado económico y los diferentes contratos sociales entre los ciudadanos y sus gobiernos, la influencia de las prioridades en competencia en la gobernanza para la salud global debe integrarse en la preparación tradicional. y orientación de respuesta. Un marco reinventado para la salud mundial que prioriza la integración del sistema de salud en todos los dominios de la cobertura universal de salud y el SGA, la financiación de la salud innovadora y unificada, los indicadores de resiliencia intersectoriales y la equidad como valor fundamental ofrece un camino necesario a seguir. Las autoridades nacionales que desarrollan las prioridades del sistema de salud y los financiadores, que controlan el gasto, el establecimiento de la agenda y la priorización de la inversión, no pueden continuar como de costumbre. Para reconstruir un futuro más sostenible después de COVID-19, Integrar las capacidades centrales de GHS en sistemas de UHC holísticos y financiados con fondos públicos es el siguiente paso claro. No podemos seguir saltando de una epidemia a otra ignorando la voluntad política necesaria para invertir en los cimientos de la salud para todos. Al final, los sistemas de salud verdaderamente universales e integrales en todos los países, que tienen capacidades básicas integradas para la salud pública y están alineados en todos los niveles de gobernanza, serán nuestra defensa más sólida contra la próxima gran pandemia.

Estrategia de búsqueda y criterios de selección

Se realizaron búsquedas en PubMed y Google Scholar de artículos publicados entre el 1 de enero de 2015 y el 31 de julio de 2020. Los términos de búsqueda incluyeron «seguridad sanitaria global» O «cobertura sanitaria universal» Y «COVID-19» Y «fortalecimiento de los sistemas de salud» O «preparación y respuesta ”O“ gobernanza ”O“ financiamiento ”O“ resiliencia ”O“ equidad ”. Se identificaron más artículos mediante una técnica de bola de nieve. Solo incluimos artículos en inglés que discutían una combinación de conceptos clave, incluida la respuesta al COVID-19, la preparación para una pandemia, la seguridad sanitaria mundial, la cobertura sanitaria universal, la gobernanza para la salud global y el fortalecimiento del sistema de salud, y literatura que examina los impulsores políticos o sociales y implicaciones de diferentes agendas de políticas de salud. Se excluyeron los artículos que se centraban exclusivamente en emergencias de salud anteriores o políticas y programas de salud global que solo eran relevantes principalmente antes de 2015 para garantizar la relevancia contextual de la pandemia de COVID-19 y las prioridades actuales en la salud global. Finalmente, complementamos nuestra búsqueda de literatura académica con una búsqueda de literatura gris utilizando términos de búsqueda similares, incluidos informes de la OMS y planes de respuesta estratégicos nacionales, para analizar y brindar reflejos auténticos del panorama en rápida evolución para guiar a las partes interesadas clave en la pandemia actual de COVID-19.

NUEVA ZELANDA Y EL CORONAVIRUS

NUEVA ZELANDA LO HA HECHO TAN BIEN FRENTE AL CORONAVIRUS QUE HA LOGRADO ERRADICAR HASTA LA GRIPE

No hay nadie en este mundo que no esté deseando encontrar un sistema que detenga la pandemia del coronavirus Covid19 .

Y los procedimientos utilizados, son exactamente iguales en todo el mundo. “Aislarse” y sin embargo la incidencia de virus oscila, incluso en los países más desarrollados, sube cuando quiere y baja como le da la gana.

Sin embargo en Nueva Zelanda, esto no es así. Prácticamente no sufren epidemia.

Posiblemente son mas ordenados y disciplinados. Pero eso lo han hecho muchos otros paises sin éxito.

Inglaterra, Alemania, España y otros paises, donde las olas se suceden, pese a los consejos de las autoridades, y merced al incumplimiento de ellas.

Quiero decir con esto, que hay algo más , que se nos escapa, para explicar el devenir de la pandemia.

De entre todos los países que han servido de ejemplo y modelo al resto de la humanidad por su gestión del coronavirus, sólo un grupo muy reducido han sostenido su éxito a lo largo del tiempo. De entre todos ellos, Nueva Zelanda brilla con luz propia. El archipiélago ha sostenido los contagios por debajo de los 2.100 (población: 4.800.000) y los muertos por debajo de los 25. Entre mayo y diciembre sólo ha registrado tres fallecidos atribuibles al coronavirus.

Ha exterminado a la epidemia. Y de paso a la gripe.

El efecto secundario. Lo ilustra un estudio preliminar, no revisado, publicado en The Lancet esta semana. Frente a los abultados excesos de mortalidad identificados en otros países, muy en especial en Europa, Nueva Zelanda ha contado menos muertos este año que en los precedentes. Desde la instauración del confinamiento y hasta nuestros días el número de fallecidos absoluto registrado por las autoridades neozelandesas ha caído un 11% respecto a la media de los cinco años anteriores.

123 muertes por cada millón de habitantes vs. 138. Similares conclusiones se pueden extraer tomando como referencia un periodo de tiempo más amplio (2011-2019).

¿Por qué? Debemos atribuirlo a las medidas destinadas a contener la epidemia. Hasta la 13ª semana del año, es decir, marzo, justo antes de que el gobierno cerrara el país, el volumen de fallecidos apenas se desviaba de la media histórica. El confinamiento y las restricciones hundieron los accidentes de tráfico, la contaminación, los suicidios, los accidentes laborales y un amplio número de muertes relacionadas con el día a día de cualquier sociedad. Nada que no sucediera en otros países.

Una "burbuja social" de diez personas: la idea para recuperar los contactos tras el confinamiento

EN MAGNET

Una «burbuja social» de diez personas: la idea para recuperar los contactos tras el confinamiento

Lo peculiar. Sucede que Nueva Zelanda fue tan efectiva en la supresión del virus que también acabó con otros problemas de salud pública. Entre ellos la gripe. La reducción de la mortalidad se mantuvo por debajo de la media histórica, explican los autores, incluso «durante un periodo habitualmente marcado por el aumento de los fallecimientos debido a la gripe estacional y a la neumonía». Tan prolongada reducción, concluyen, «se debe a la ausencia de la gripe en Nueva Zelanda en 2020».

Las medidas. ¿A qué podemos atribuir el éxito? Primero cerró sus fronteras de forma inmediata e impuso cuarentenas obligatorias, aún vigentes, para todos aquellos viajeros que aterrizaran en las islas. Segundo, a su estrategia de testeo. Si bien no ha hecho más pruebas por millón de habitantes que otros países, sí ha hecho más pruebas por número de casos positivos. Dicho de otro modo: su positividad ha sido siempre muy baja.

Esto, como sabemos, es crucial, dado que permite a los gobiernos dibujar un mapa muy preciso de la epidemia y atajar los casos allí donde se encuentren. Nueva Zelanda elaboró un estricto protocolo de trazabilidad y aislamiento desde muy temprano, y también diseño un sistema de «burbujas sociales» que limitó los contactos de personas contagiadas. A esto debemos sumar factores exógenos: un archipiélago remoto y una distribución habitacional muy dispersa, muy poco densa.

Drástico. Partiendo de una epidemia más controlada que sus pares europeos, Nueva Zelanda siguió la estrategia de los países asiáticos, más exitosos en la gestión del coronavirus: la «eliminación» del virus. Cuando el pasado mes de noviembre un sólo caso fue identificado en Auckland, la principal ciudad del país, el gobierno recomendó a todos los trabajadores quedarse en sus casas. También identificó y siguió los movimientos de la persona contagiada. Una respuesta drástica y rapidísima.

Es decir, Nueva Zelanda se ha beneficiado a largo plazo de su éxito inicial. La epidemia está controlada, lo que hace más sencillo identificar y atajar los pocos casos que surgen. Pese a todo, sí ha habido un celo que otros países no se han permitido. Auckland salió del último nivel de alerta y restricciones (reuniones limitadas, aforos reducidos, confinamientos parciales, etcétera) a mediados de agosto, cuando el país contaba… 37 casos activos. Una cifra que Europa ni ha rozado desde la primavera.

El resultado de todo este proceso ha sido no sólo un volumen de fallecimientos atribuibles a la epidemia muy bajo, sino una caída de la mortandad a todos los niveles. Las comparaciones son dolorosas: España cuenta 70.000 más fallecidos que en años precedentes (29% al alza); Reino Unido, en torno a las 60.000 (20% al alza). Incluso Alemania, el estado europeo que mejor había sorteado la pandemia, ya registra un exceso del 5%. Nueva Zelanda mira desde la absoluta lejanía.

Posiblemente olvidamos que mucha gente tiene otro tipo de inmunidad, que es la que manda y permite o no que el germen anide.

Hace falta un receptor, para que el germen penetre desde las mucosas y basta que este receptor, este bloqueado o no exista, para que no anide el germen, o que exista una inmunidad cruzada. O otros tipos de inmunidad.

Lo que a mi me perece que existe algo mas que el aislamiento para que no nos infecte el virus.

En todo el país africano, existe una menor invasión de esta pandemia, y las medidas sanitarias, son claramente menores, aunque si estan muy invadidos por otros gérmenes.

Lo que quiero decir es que las ventanas materiales externas para el virus, no son suficientes.

Imaginemos, que bloqueamos los receptores virales ACE2, con la pulverización en las mucosas, de algún preparado, que no haga daño al resto de las mucosas, y que destruya al virus, o que se produzca mas cantidad inmediata de IgA, la gamma globulina que primero ataca al virus y que se produce de preferencia en la mucosa nasal.

O antivirales, que lleguen a tener el éxito de los antibióticos

Es posible que esto no sea posible por el momento, pero permítanme soñar

Mohorte

16 diciembre 2020, 13:14 – Actualizado 17 diciembre 2020, 17:52

No hay nadie en este mundo que no esté deseando encontrar un sistema que detenga la pandemia del coronavirus Covid19 .

Y los procedimientos utilizados, son exactamente iguales en todo el mundo. “Aislarse” y sin embargo la incidencia de virus oscila, incluso en los países más desarrollados, sube cuando quiere y baja como le da la gana.

Sin embargo en Nueva Zelanda, esto no es así. Prácticamente no sufren epidemia.

Posiblemente son mas ordenados y disciplinados. Pero eso lo han hecho muchos otros paises sin éxito.

Inglaterra, Alemania, España y otros paises, donde las olas se suceden, pese a los consejos de las autoridades, y merced al incumplimiento de ellas.

Quiero decir con esto, que hay algo más , que se nos escapa, para explicar el devenir de la pandemia.

De entre todos los países que han servido de ejemplo y modelo al resto de la humanidad por su gestión del coronavirus, sólo un grupo muy reducido han sostenido su éxito a lo largo del tiempo. De entre todos ellos, Nueva Zelanda brilla con luz propia. El archipiélago ha sostenido los contagios por debajo de los 2.100 (población: 4.800.000) y los muertos por debajo de los 25. Entre mayo y diciembre sólo ha registrado tres fallecidos atribuibles al coronavirus.

Ha exterminado a la epidemia. Y de paso a la gripe.

El efecto secundario. Lo ilustra un estudio preliminar, no revisado, publicado en The Lancet esta semana. Frente a los abultados excesos de mortalidad identificados en otros países, muy en especial en Europa, Nueva Zelanda ha contado menos muertos este año que en los precedentes. Desde la instauración del confinamiento y hasta nuestros días el número de fallecidos absoluto registrado por las autoridades neozelandesas ha caído un 11% respecto a la media de los cinco años anteriores.

123 muertes por cada millón de habitantes vs. 138. Similares conclusiones se pueden extraer tomando como referencia un periodo de tiempo más amplio (2011-2019).

¿Por qué? Debemos atribuirlo a las medidas destinadas a contener la epidemia. Hasta la 13ª semana del año, es decir, marzo, justo antes de que el gobierno cerrara el país, el volumen de fallecidos apenas se desviaba de la media histórica. El confinamiento y las restricciones hundieron los accidentes de tráfico, la contaminación, los suicidios, los accidentes laborales y un amplio número de muertes relacionadas con el día a día de cualquier sociedad. Nada que no sucediera en otros países.

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Lo peculiar. Sucede que Nueva Zelanda fue tan efectiva en la supresión del virus que también acabó con otros problemas de salud pública. Entre ellos la gripe. La reducción de la mortalidad se mantuvo por debajo de la media histórica, explican los autores, incluso «durante un periodo habitualmente marcado por el aumento de los fallecimientos debido a la gripe estacional y a la neumonía». Tan prolongada reducción, concluyen, «se debe a la ausencia de la gripe en Nueva Zelanda en 2020».

Las medidas. ¿A qué podemos atribuir el éxito? Primero cerró sus fronteras de forma inmediata e impuso cuarentenas obligatorias, aún vigentes, para todos aquellos viajeros que aterrizaran en las islas. Segundo, a su estrategia de testeo. Si bien no ha hecho más pruebas por millón de habitantes que otros países, sí ha hecho más pruebas por número de casos positivos. Dicho de otro modo: su positividad ha sido siempre muy baja.

Esto, como sabemos, es crucial, dado que permite a los gobiernos dibujar un mapa muy preciso de la epidemia y atajar los casos allí donde se encuentren. Nueva Zelanda elaboró un estricto protocolo de trazabilidad y aislamiento desde muy temprano, y también diseño un sistema de «burbujas sociales» que limitó los contactos de personas contagiadas. A esto debemos sumar factores exógenos: un archipiélago remoto y una distribución habitacional muy dispersa, muy poco densa.

Drástico. Partiendo de una epidemia más controlada que sus pares europeos, Nueva Zelanda siguió la estrategia de los países asiáticos, más exitosos en la gestión del coronavirus: la «eliminación» del virus. Cuando el pasado mes de noviembre un sólo caso fue identificado en Auckland, la principal ciudad del país, el gobierno recomendó a todos los trabajadores quedarse en sus casas. También identificó y siguió los movimientos de la persona contagiada. Una respuesta drástica y rapidísima.

Es decir, Nueva Zelanda se ha beneficiado a largo plazo de su éxito inicial. La epidemia está controlada, lo que hace más sencillo identificar y atajar los pocos casos que surgen. Pese a todo, sí ha habido un celo que otros países no se han permitido. Auckland salió del último nivel de alerta y restricciones (reuniones limitadas, aforos reducidos, confinamientos parciales, etcétera) a mediados de agosto, cuando el país contaba… 37 casos activos. Una cifra que Europa ni ha rozado desde la primavera.

El resultado de todo este proceso ha sido no sólo un volumen de fallecimientos atribuibles a la epidemia muy bajo, sino una caída de la mortandad a todos los niveles. Las comparaciones son dolorosas: España cuenta 70.000 más fallecidos que en años precedentes (29% al alza); Reino Unido, en torno a las 60.000 (20% al alza). Incluso Alemania, el estado europeo que mejor había sorteado la pandemia, ya registra un exceso del 5%. Nueva Zelanda mira desde la absoluta lejanía.

Posiblemente olvidamos que mucha gente tiene otro tipo de inmunidad, que es la que manda y permite o no que el germen anide.

Hace falta un receptor, para que el germen penetre desde las mucosas y basta que este receptor, este bloqueado o no exista, para que no anide el germen, o que exista una inmunidad cruzada. O otros tipos de inmunidad.

Lo que a mi me perece que existe algo mas que el aislamiento para que no nos infecte el virus.

En todo el país africano, existe una menor invasión de esta pandemia, y las medidas sanitarias, son claramente menores, aunque si estan muy invadidos por otros gérmenes.

Lo que quiero decir es que las ventanas materiales externas para el virus, no son suficientes.

Imaginemos, que bloqueamos los receptores virales ACE2, con la pulverización en las mucosas, de algún preparado, que no haga daño al resto de las mucosas, y que destruya al virus, o que se produzca mas cantidad inmediata de IgA, la gamma globulina que primero ataca al virus y que se produce de preferencia en la mucosa nasal.

O antivirales, que lleguen a tener el éxito de los antibióticos

Es posible que esto no sea posible por el momento, pero permítanme soñar

Mohorte

16 diciembre 2020, 13:14 – Actualizado 17 diciembre 2020, 17:52

NUEVA ZELANDA LO HA HECHO TAN BIEN FRENTE AL CORONAVIRUS QUE HA LOGRADO ERRADICAR HASTA LA GRIPE

No hay nadie en este mundo que no esté deseando encontrar un sistema que detenga la pandemia del coronavirus Covid19 .

Y los procedimientos utilizados, son exactamente iguales en todo el mundo. “Aislarse” y sin embargo la incidencia de virus oscila, incluso en los países más desarrollados, sube cuando quiere y baja como le da la gana.

Sin embargo en Nueva Zelanda, esto no es así. Prácticamente no sufren epidemia.

Posiblemente son mas ordenados y disciplinados. Pero eso lo han hecho muchos otros paises sin éxito.

Inglaterra, Alemania, España y otros paises, donde las olas se suceden, pese a los consejos de las autoridades, y merced al incumplimiento de ellas.

Quiero decir con esto, que hay algo más , que se nos escapa, para explicar el devenir de la pandemia.

De entre todos los países que han servido de ejemplo y modelo al resto de la humanidad por su gestión del coronavirus, sólo un grupo muy reducido han sostenido su éxito a lo largo del tiempo. De entre todos ellos, Nueva Zelanda brilla con luz propia. El archipiélago ha sostenido los contagios por debajo de los 2.100 (población: 4.800.000) y los muertos por debajo de los 25. Entre mayo y diciembre sólo ha registrado tres fallecidos atribuibles al coronavirus.

Ha exterminado a la epidemia. Y de paso a la gripe.

El efecto secundario. Lo ilustra un estudio preliminar, no revisado, publicado en The Lancet esta semana. Frente a los abultados excesos de mortalidad identificados en otros países, muy en especial en Europa, Nueva Zelanda ha contado menos muertos este año que en los precedentes. Desde la instauración del confinamiento y hasta nuestros días el número de fallecidos absoluto registrado por las autoridades neozelandesas ha caído un 11% respecto a la media de los cinco años anteriores.

123 muertes por cada millón de habitantes vs. 138. Similares conclusiones se pueden extraer tomando como referencia un periodo de tiempo más amplio (2011-2019).

¿Por qué? Debemos atribuirlo a las medidas destinadas a contener la epidemia. Hasta la 13ª semana del año, es decir, marzo, justo antes de que el gobierno cerrara el país, el volumen de fallecidos apenas se desviaba de la media histórica. El confinamiento y las restricciones hundieron los accidentes de tráfico, la contaminación, los suicidios, los accidentes laborales y un amplio número de muertes relacionadas con el día a día de cualquier sociedad. Nada que no sucediera en otros países.

Una "burbuja social" de diez personas: la idea para recuperar los contactos tras el confinamiento

EN MAGNET

Una «burbuja social» de diez personas: la idea para recuperar los contactos tras el confinamiento

Lo peculiar. Sucede que Nueva Zelanda fue tan efectiva en la supresión del virus que también acabó con otros problemas de salud pública. Entre ellos la gripe. La reducción de la mortalidad se mantuvo por debajo de la media histórica, explican los autores, incluso «durante un periodo habitualmente marcado por el aumento de los fallecimientos debido a la gripe estacional y a la neumonía». Tan prolongada reducción, concluyen, «se debe a la ausencia de la gripe en Nueva Zelanda en 2020».

Las medidas. ¿A qué podemos atribuir el éxito? Primero cerró sus fronteras de forma inmediata e impuso cuarentenas obligatorias, aún vigentes, para todos aquellos viajeros que aterrizaran en las islas. Segundo, a su estrategia de testeo. Si bien no ha hecho más pruebas por millón de habitantes que otros países, sí ha hecho más pruebas por número de casos positivos. Dicho de otro modo: su positividad ha sido siempre muy baja.

Esto, como sabemos, es crucial, dado que permite a los gobiernos dibujar un mapa muy preciso de la epidemia y atajar los casos allí donde se encuentren. Nueva Zelanda elaboró un estricto protocolo de trazabilidad y aislamiento desde muy temprano, y también diseño un sistema de «burbujas sociales» que limitó los contactos de personas contagiadas. A esto debemos sumar factores exógenos: un archipiélago remoto y una distribución habitacional muy dispersa, muy poco densa.

Drástico. Partiendo de una epidemia más controlada que sus pares europeos, Nueva Zelanda siguió la estrategia de los países asiáticos, más exitosos en la gestión del coronavirus: la «eliminación» del virus. Cuando el pasado mes de noviembre un sólo caso fue identificado en Auckland, la principal ciudad del país, el gobierno recomendó a todos los trabajadores quedarse en sus casas. También identificó y siguió los movimientos de la persona contagiada. Una respuesta drástica y rapidísima.

Es decir, Nueva Zelanda se ha beneficiado a largo plazo de su éxito inicial. La epidemia está controlada, lo que hace más sencillo identificar y atajar los pocos casos que surgen. Pese a todo, sí ha habido un celo que otros países no se han permitido. Auckland salió del último nivel de alerta y restricciones (reuniones limitadas, aforos reducidos, confinamientos parciales, etcétera) a mediados de agosto, cuando el país contaba… 37 casos activos. Una cifra que Europa ni ha rozado desde la primavera.

El resultado de todo este proceso ha sido no sólo un volumen de fallecimientos atribuibles a la epidemia muy bajo, sino una caída de la mortandad a todos los niveles. Las comparaciones son dolorosas: España cuenta 70.000 más fallecidos que en años precedentes (29% al alza); Reino Unido, en torno a las 60.000 (20% al alza). Incluso Alemania, el estado europeo que mejor había sorteado la pandemia, ya registra un exceso del 5%. Nueva Zelanda mira desde la absoluta lejanía.

Posiblemente olvidamos que mucha gente tiene otro tipo de inmunidad, que es la que manda y permite o no que el germen anide.

Hace falta un receptor, para que el germen penetre desde las mucosas y basta que este receptor, este bloqueado o no exista, para que no anide el germen, o que exista una inmunidad cruzada. O otros tipos de inmunidad.

Lo que a mi me perece que existe algo mas que el aislamiento para que no nos infecte el virus.

En todo el país africano, existe una menor invasión de esta pandemia, y las medidas sanitarias, son claramente menores, aunque si estan muy invadidos por otros gérmenes.

Lo que quiero decir es que las ventanas materiales externas para el virus, no son suficientes.

Imaginemos, que bloqueamos los receptores virales ACE2, con la pulverización en las mucosas, de algún preparado, que no haga daño al resto de las mucosas, y que destruya al virus, o que se produzca mas cantidad inmediata de IgA, la gamma globulina que primero ataca al virus y que se produce de preferencia en la mucosa nasal.

O antivirales, que lleguen a tener el éxito de los antibióticos

Es posible que esto no sea posible por el momento, pero permítanme soñar

Mohorte

16 diciembre 2020, 13:14 – Actualizado 17 diciembre 2020, 17:52

La mucosa nasal


La mucosa nasal

La fosa nasal está recubierta de una membrana mucosa que, en su parte más alta, está formada por un epitelio que contiene células que producen el moco y células ciliadas recubiertas de finos pelos, llamados cilios vibrátiles (véase la figura de abajo). Bajo el epitelio se halla una rica red de vasos sanguíneos capilares.

La mucosa nasal es fundamental para el correcto funcionamiento de todo el aparato respiratorio.

La nariz calienta y humidifica más de 12.000 litros de aire al día.
Funciona mediante diversos mecanismos de defensa: su epitelio y la densa red de capilares, el moco, los cilios vibrátiles que desplazan el moco, las células del sistema inmunitario y numerosas sustancias capaces de bloquear bacterias, virus y sustancias nocivas.

La nariz es también una primera línea de defensa del sistema inmunitario.

La mucosa nasal es la primera línea de defensa de la nariz

El moco atrapa las sustancias nocivas (virus, bacterias, polvo, polen, etc.) en la superficie de la mucosa y los cilios vibràtiles desplazan el moco hacia la faringe para eliminarlo.

Científicos españoles intentan reforzar las mucosas nasales y orales para evitar que el virus del COVID-19 penetre

Científicos españoles intentan reforzar las mucosas nasales y orales para evitar que el virus del COVID-19 penetre Corte mediante mucotomo de mucosa bucal porcina para estudios ex vivo. – UNIVERSIDAD DE GRANADA MADRID, 6 Nov. (EUROPA PRESS) – Científicos de la Universidad de Granada (UGR), en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Barcelona (UB), trabajan en un proyecto que pretende reforzar las mucosas nasales…

De las medidas utilizadas, no se han obtenido éxitos:

Los micronutrientes, como las vitaminas D y C o el zinc, son fundamentales para el buen funcionamiento del sistema inmunológico y desempeñan un papel vital para la salud y el bienestar nutricional. En la actualidad, no hay ninguna indicación sobre el uso de suplementos de micronutrientes como tratamiento de la COVID-19. 

Se han estudiado los efectos de la hidroxicloroquina y la cloroquina —fármacos empleados para tratar el paludismo, el lupus eritematoso y la artritis reumatoide— como posibles terapias contra la COVID-19. Los datos actuales indican que no reducen la mortalidad de los pacientes de COVID-19 hospitalizados ni son de ayuda para las personas con síntomas moderados de esta enfermedad*. En general, se considera que es seguro tomar hidroxicloroquina o cloroquina para tratar el paludismo y las enfermedades autoinmunes, pero que si se toman sin estar indicadas y sin supervisión médica pueden ocasionar efectos secundarios graves, por lo que deben evitarse.

La dexametasona se debe reservar para los enfermos que más la necesitan. No es conveniente acumular existencias de este fármaco.

Se ha comprobado que la dexametasona no mejora la salud de los pacientes con síntomas leves. Este fármaco es un corticosteroide que se utiliza por sus propiedades antiinflamatorias e inmunosupresoras. Además, se ha observado que, a dosis diarias de 6 miligramos durante 10 días, mejora la salud de algunos pacientes de COVID-19 conectados a respiradores. 

No es conveniente llevar mascarilla para hacer ejercicio físico, porque podría reducir la capacidad de respirar con comodidad. Además, la mascarilla se puede humedecer más rápidamente con el sudor, lo cual puede dificultar la respiración y promover el crecimiento de microorganismos. Lo importante para protegerse durante el ejercicio físico es mantenerse al menos a un metro de distancia de las demás personas. 

El virus que causa la COVID-19 no se contagia a través del agua o mientras se nada. Sin embargo, sí se puede transmitir con el contacto cercano con una persona infectada.

La probabilidad de que el virus de la COVID-19 se propague con los zapatos e infecte a personas es muy baja. Como medida de precaución, especialmente en hogares donde haya bebés y niños pequeños que gateen o jueguen en el suelo, considere dejar los zapatos a la entrada de su casa. Esto ayudará a prevenir el contacto con la suciedad o cualquier desecho que pueda ser transportado en las suelas de los zapatos.

El virus que causa la COVID-19 pertenece a una familia de virus llamados Coronaviridae. Los antibióticos no funcionan contra los virus.

Algunas personas que enferman de COVID-19 también pueden desarrollar una infección bacteriana como complicación. En este caso, un proveedor de atención sanitaria puede recomendar antibióticos.

Actualmente no existe ningún medicamento autorizado para curar la COVID-19.

Utilizar mascarillas médicas durante mucho tiempo puede ser incómodo, pero no provoca intoxicación por CO2 ni hipoxia. Una vez puesta la mascarilla médica, compruebe que está bien colocada y que le permite respirar con normalidad. No reutilice una mascarilla desechable y cámbiela cuando se humedezca.

La mayoría de las personas que contraen la COVID-19 presentan síntomas leves o moderados y pueden recuperarse con medidas de apoyo. Si tiene tos, fiebre y dificultades para respirar, busque atención médica pronto, pero llame antes por teléfono al centro de salud. Si tiene fiebre y vive en una zona con paludismo o dengue, busque atención médica inmediatamente.  

Los pimientos picantes (chiles) son muy sabrosos, pero su consumo no previene ni cura la COVID-19. El mejor modo de protegerse contra el nuevo coronavirus es mantener una distancia de al menos 1 metro respecto a otras personas y lavarse las manos con frecuencia y a fondo. También es beneficioso para la salud general seguir una dieta equilibrada, mantener una adecuada hidratación, hacer ejercicio de forma habitual y dormir bien. 

Hasta la fecha no existe ningún dato ni información que indique que las moscas domésticas puedan transmitir el virus causante de la COVID-19. Dicho virus se propaga fundamentalmente a través de las minúsculas gotas generadas cuando una persona infectada tose, estornuda o habla. También es posible infectarse si se toca una superficie contaminada y a continuación se lleva uno la mano a los ojos, la nariz o la boca sin lavarse antes las manos. Para protegerse se recomienda mantener una distancia de al menos 1 metro del resto de personas y desinfectar las superficies que se toquen a menudo. Lávese las manos con frecuencia y a fondo y evite tocarse los ojos, la boca o la nariz. 

El metanol, el etanol y la lejía son sustancias tóxicas: beberlas puede provocar discapacidad o incluso la muerte. Algunos productos de limpieza contienen metanol, etanol o lejía para eliminar el virus de las superficies, pero nunca deben beberse. No solo no destruirían los virus presentes en el organismo sino que dañarían los tejidos y órganos internos.

Para protegerse contra la COVID-19, desinfecte los objetos y superficies, especialmente los que toque a menudo. Para ello puede utilizar lejía diluida o alcohol. Asegúrese de lavarse las manos con frecuencia y a fondo y no tocarse los ojos, la boca ni la nariz. 

Los virus no se desplazan por las ondas electromagnéticas ni las redes de telefonía móvil. La COVID-19 se está propagando en numerosos países en los que no existe una red 5G.

La COVID-19 se transmite a través de gotículas minúsculas de secreciones respiratorias expulsadas cuando una persona infectada tose, estornuda o habla. También es posible infectarse si se toca una superficie contaminada y posteriormente se lleva uno la mano a los ojos, la boca o la nariz. 

Puede contraer la COVID-19, por muy soleado o cálido que sea el clima. Se han notificado casos de COVID-19 en países cálidos. Para protegerse, lávese las manos con frecuencia y a fondo y evite tocarse los ojos, la boca y la nariz.

Puede recuperarse de la enfermedad por coronavirus (COVID-19). Y contraer el nuevo coronavirus no significa que vaya a conservarlo de por vida.

La mayoría de las personas que contraen la COVID-19 pueden recuperarse y eliminar el virus de sus cuerpos. Si contrae la enfermedad, asegúrese de tratar sus síntomas. Si tiene tos, fiebre y dificultad para respirar, busque rápidamente atención médica, pero antes llame por teléfono a su centro de salud. La mayoría de los pacientes se recuperan gracias a los cuidados de apoyo.

El hecho de poder contener la respiración durante diez segundos o más sin toser o sentir molestias,no significa que no tenga la enfermedad por coronavirus (COVID-19) o cualquier otra enfermedad pulmonar.

Los síntomas más comunes de la COVID-19 son la tos seca, el cansancio y la fiebre. Algunas personas pueden desarrollar formas más graves de la enfermedad, como la neumonía. La mejor manera de saber si tiene el virus que produce la enfermedad de la COVID-19 es someterse a una prueba de laboratorio. No podrá salir de dudas llevando a cabo este ejercicio de respiración, que incluso podría resultar peligroso. 

 Beber alcohol no protege de la COVID19 y podría ser peligroso

El consumo frecuente o excesivo de alcohol puede aumentar el riesgo de sufrir problemas de salud. 

Aunque algunas pruebas indican que enjuagarse la nariz regularmente con solución salina puede acelerar la recuperación tras un resfriado común, no se ha demostrado que prevenga las infecciones respiratorias.

El ajo es un alimento saludable que puede tener algunas propiedades antimicrobianas. Sin embargo, no se han obtenido pruebas de que comerlo proteja contra el virus que causa el brote actual.

El nuevo coronavirus (2019-nCoV) puede infectar a personas de todas las edades, si bien se ha observado que las personas mayores y las que padecen algunas enfermedades (como el asma, la diabetes o las cardiopatías) tienen más probabilidades de enfermarse gravemente cuando adquieren la infección.

La OMS aconseja a las personas de todas las edades que tomen medidas para protegerse del virus, por ejemplo, mediante una buena higiene de manos y respiratoria.

Los antibióticos son eficaces contra las bacterias, pero no contra los virus.

Puesto que el nuevo coronavirus (2019-nCoV) es un virus, no deben utilizarse antibióticos ni para prevenir ni para tratar la infección.

Sin embargo, si resulta usted infectado por este virus y le hospitalizan, es posible que le administren antibióticos para que no contraiga infecciones bacterianas.

Por el momento, no se recomienda ningún medicamento específico para prevenir o tratar la infección por el nuevo coronavirus (2019-nCoV).

Como conclusión provisional, estamos casi a la misma altura que en los tiempos precristianos para evitar el contagio.

Aislarse, pero ojo se necesita la colaboración del ciudadano, no de algunos, sino de todos. Esta demostrado que tras las aglomeraciones, aparece un nuevo brote, entres una y dos semanas después.

Hace falta inducir en el cerebro del ciudadano, que depende de el, el contagio y la colaboración es imprescindible, que es lo mismo que decirle que colabore desinteramente con los demás.

Y esto no sabemos hacerlo. INTRODUCIR UN GEN DE COLABORACION ES A LO QUE ASPITA LA HUMANIDAD.

Para el virus y para seguir viviendo. Y esto solo lo obtendrá el hombr evolucionando

Mientras tanto confiemos en la vacuna.

Pero y si pudieramos introducir en las vías de penetración alguna sustancia que mutile al virus. Y evite su contagio, seria por lo menos magnifico.

Esto no parece tan dificil, aunque si lo ha sido hasta ahora.

Por tanto hay que insistir,

LOS RECEPTORES NASALES PARA EL CORONAVIRUS

LOS RECEPTORES NASALES PARA EL CORONAVIRUS

El virus se propaga por el sistema nervioso desde la mucosa olfativa, pero los nervios de la mucosa no tienen receptores ACE2, que uiliza el COVID-19 para adherirse a las células.

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En esta sección de una célula de la mucosa olfativa vista al microscopio electrónico se observan en rojo las partículas del coronavirus (el color no es real).

Dada la anatomía de las fosas nasales , el coronavirus lo tiene fácil para entrar dentro del sistema nervioso.

La lámina cribosa del ETMOIDE, da paso a múltiples fibrillas del nervio olfatorio

La pérdida temporal del olfato, o anosmia, es el principal síntoma neurológico y uno de los primeros y más comunes indicadores de COVID-19.

Los pulmones, corazón, riñones, intestino, testículos y cerebro (SNC), expresan receptores ACE2 y son posibles objetivos de COVID-19, estando además documentado el virus en muestras del líquido que baña al SNC, el líquido cefalorraquídeo2. Los receptores ACE2 son los que usa COVID-19 para adherirse a las células, pero estas no existen en las terminaciones nasales del nervio Olfatorio en la mucosa olfatoria

En un artículo publicado en la revista ‘Science Advances’, el equipo de investigación encontró que las neuronas sensoriales olfativas no expresan el gen que codifica la proteína del receptor ACE2, que el SARS-CoV-2 utiliza para entrar en las células humanas. En cambio, la ACE2 se expresa en células que proporcionan apoyo metabólico y estructural a las neuronas sensoriales olfativas, así como a ciertas poblaciones de células madre y células de vasos sanguíneos.

Los hallazgos sugieren que la infección de tipos de células no neuronales puede ser responsable de la anosmia en los pacientes con COVID-19 y ayudan a informar los esfuerzos para entender mejor el progreso de la enfermedad.

«Nuestros hallazgos indican que el nuevo coronavirus cambia el sentido del olfato en los pacientes no al infectar directamente las neuronas sino al afectar la función de las células de apoyo», explica el autor principal del estudio, Sandeep Robert Datta.

Esto implica que en la mayoría de los casos, es poco probable que la infección por SARS-CoV-2 dañe de forma permanente los circuitos neurales olfativos y conduzca a una anosmia persistente, una afección que se asocia con una variedad de problemas de salud mental y social, sobre todo con la depresión y la ansiedad.

La mayoría de los pacientes de COVID-19 experimentan algún nivel de anosmia, la mayoría de las veces temporal, de acuerdo con los datos emergentes. Los análisis de los registros sanitarios electrónicos indican que los pacientes con COVID-19 tienen 27 veces más probabilidades de sufrir pérdidas de olor, pero sólo entre 2,2 y 2,6 veces más probabilidades de tener fiebre, tos o dificultades respiratorias, en comparación con los pacientes sin COVID-19.

Algunos estudios han insinuado que la anosmia en COVID-19 difiere de la anosmia causada por otras infecciones virales, incluso por otros coronavirus. Por ejemplo, los pacientes con COVID-19 suelen recuperar el sentido del olfato en el transcurso de semanas, mucho más rápido que los meses que pueden tardar en recuperarse de la anosmia causada por un subconjunto de infecciones virales que se sabe que dañan directamente las neuronas sensoriales olfativas. Además, muchos virus causan una pérdida temporal del olfato al desencadenar problemas respiratorios superiores como la congestión nasal. Algunos pacientes con COVID-19, sin embargo, experimentan anosmia sin ninguna obstrucción nasal.

La mucosa olfativa aparece con la mayor carga viral, pero los médicos también hallaron sus restos más allá. También encontraron material genético del virus en otras partes del sistema del olfato, como el bulbo olfativo, que forma parte nominalmente del cerebro, y en el tubérculo olfativo, el centro de procesamiento sensorial ya alojado en la propia corteza cerebral. “En algunos casos, confirmamos la presencia del virus en el cerebro visualizándolo mediante el uso de tinciones, que representan proteínas del virus,

Charité y coautora del estudio, la doctora Helena Radbruch, “el virus se mueve de célula nerviosa a célula nerviosa hasta que llega al cerebro”. Sin embargo, no han encontrado su rastro en las terminaciones nerviosas que, desde la mucosa y el bulbo, acaban en el cerebro. Así que no descartan otras opciones, como la de la propagación por medio de los vasos sanguíneos. Eso podría explicar que hayan encontrado restos de coronavirus en otras partes, como el cerebelo, que no intervienen en el olor.

 “La probabilidad de hallar el virus en la mucosa olfativa es inversa a la duración de la enfermedad”. Esto apunta a que el impacto del coronavirus sobre el sistema nervioso se produce ya desde el inicio. “Las cefaleas y la anosmia aparecen en los dos o tres primeros días”, añade. Para este neurólogo, este trabajo en el que no ha intervenido apunta a que el virus podría llegar al sistema nervioso central, pero “les falta demostrar la segunda parte, hallarlo en el cerebro”.

De lo que se deduce es que el defecto olfatorio no se produce porque el virus anide en las terminaciones naturales del olfatorio, sino por fenómeno inflamatorio o metabólico adlátere.

Bibliografia

FRANK HEPPNER. director del departamento de neuropatología de charité, el hospital universitario de berlín

EL CEREBRO UNA CAJA NEGRA

La ‘caja negra’ del cerebro

La comprensión de cada una de las partes de las áreas cerebrales necesita de muchos y variados enfoques y su conocimiento total se dilatará en el tiempo.

Esto es un buen sistema, entre muchos investigadores trabajando, ofrecen opiniones a veces muy distintas, y de ellas se obtiene lo mas cercano a la verdad, ponerse de acuerdo, ya es otra cosa. Esta  cuestión esmuy difícil pero es el producto de la competitividad.

La frase del cantor Vicente Fernández – El Rey

“que no hay que llegar primero pero hay que saber llegar”, es una llamada a la templanza. Todo se adquiere con la tenacidad, pero piano.

Este artículo debía llamarse “buscando” y ofrece verdades personales sin terminar, y recoge opiniones de eruditos qué tienen como proyecto descifrar el cerebro

“El cerebro sigue siendo un misterio y desvelar su funcionamiento total es uno de los grandes retos por alcanzar”, señala Javier de Felipe, neurocientífico del Instituto Cajal del CSIC, en Madrid. Es más, Carmen Cavada, catedrática de Anatomía Humana y Neurociencia de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), considera que “el cerebro humano es el gran reto de la ciencia; no sólo de la neurociencia, también de la sociología, de la pedagogía…”

Francisco Clascá:  “Ante una ingente maraña de datos, hay que establecer bases de datos con formatos y lenguajes comunes”

¿Se traducen estas consideraciones en que se ha avanzado menos de lo esperado desde que en los años noventa empezara a acuñarse la idea del comienzo de la “era del cerebro”? Ciertamente, los avances que se producen en neurociencia pueden parecer pequeños si se sopesan las patologías que se encierran en el cerebro humano, pero los investigadores consideran que en esta parcela del conocimiento se aúna el mayor el número mundial de científicos, incluidos los profesionales dedicados a la psiquiatría, neurología y neurocirugía.

En España, por ejemplo, “la neurociencia ya tiene mucha calidad y tradición”, advierte Cavada, quien introduce un nuevo punto de especial relevancia: la inversión que, en lo que se refiere a investigaciones, “no sólo debe aumentar, sino diversificarse en cuanto a su origen para poder investigar más y más”. El desarrollo de programas como el estadounidense Brain Initiative, impulsado por la anterior administración Obama, y el Brain Human Project de la UE, empiezan a aportar datos, centrados especialmente en el desarrollo de tecnologías de computación que profudicen el conocimiento cerebral. Pero, además, proyectos específicos de grupos de neurocientíficos aportan su grano de arena a la ingente producción de datos sobre áreas concretas del funcionamiento del cerebro.

En último término, los resultados de estos trabajos necesitan un punto de encuentro común que facilite la transmisión del conocimiento. “Comprender el cerebro necesita de muchos enfoques, como el estudio de la organización y funcionamiento de los circuitos y sistemas que sustentan las funciones nerviosas, sin dejar de lado aspectos que podrían aportarse si se llegara a desarrollar un genoma cerebral como ayudar a entender riesgos de sufrir ciertas enfermedades o sus mecanismos”, puntualiza Cavada.

Carmen Cavada: “El cerebro humano es el gran reto de la ciencia; no sólo de la neurociencia, sino de la sociología, de la pedagogía…”

Juan Lerma, del Instituto de Neurociencias CSIC-Universidad Miguel Hernández, de Elche, Alicante, y editor jefe de Neuroscience, redunda en la idea del actual desconocimiento de muchas de las funciones fundamentales del cerebro y de cómo se organizan, pero sí subraya dos avances, a su juicio significativos, producidos en neurociencia durante este último año.

Avances significativos

Cita, en primer término, los ensayos llevados a cabo en las universidades de Tufts y Harvard, Estados Unidos, con la aplicación de técnicas de la formación de organoides del cerebro y gracias a las cuales se han “generado mini-cerebros en 3D en una placa de andamiaje, con actividad eléctrica espontánea y que parten de células pluripotentes de la piel humana. Si estas células se obtienen de pacientes con esquizofrenia o con autismo, por ejemplo, se supone que estos mini-cerebros reproducen la enfermedad y posibilitarían analizar qué partes de la comunicación neuronal está alterada”.

Juan Lerma: “La plasticidad es una de las vías más interesantes: usar las propiedades intrínsecas cerebrales, reconducir y restaurar”

Otro de los acontecimientos que abre nuevas posibilidades investigadoras se produjo el pasado mes de noviembre (ver DM del 5-11-2018) cuando el equipo de Grégoire Courtine, de la Escuela Politécnica Federal de la Universidad de Lausana (EPFL), en Suiza, daba a conocer los resultados de la eficacia de la estimulación eléctrica en la médula espinal con neurorrehabilitación para restaurar la función, no sólo motora sino también sensitiva, en el sistema nervioso central (SNC), hecho que ha permitido caminar a tres personas parapléjicas.

Para Lerma, la relevancia de estos trabajos, además de la de permitir la deambulación, es que se ha puesto de manifiesto que “una de las propiedades fundamentales del SNC, la plasticidad, puede ser usada y, de alguna manera, ‘despertada’, para reconducir y reinstaurar circuitos”. De hecho, considera que la plasticidad cerebral es una de las “avenidas de investigación más interesantes del momento: utilizar las propiedades intrínsecas del cerebro para conducir su actividad a valores normales, lo que sería de especial utilidad en autismo, esquizofrenia, trastorno bipolar o adicciones, entre otras alteraciones”, y que han sido objetivos de trabajo del equipo de Elche. En el caso de patología neurodegenerativa -Parkinson o Alzheimer, fundamentalmente- el problema es que la muerte neuronal no se recupera, aunque tal vez se podrían aprovechar los procesos de plasticidad sináptica para recomponer algunos circuitos.

Pequeñas y grandes observaciones, comprobaciones y nuevos hallazgos van desenmarañando, poco a poco, parcelas de los muchos misterios que sigue encerrando el cerebro humano. Es un reto mundial que no se resolverá a corto plazo; necesitará algunas generaciones, pero que “la Humanidad y su ciencia acabarán resolviendo”, considera Clascá. ¿Qué no daríamos todos, y muy especialmente Ramón y Cajal, por estar presentes en ese momento?

Comprender los circuitos y mecanismos que están alterados en algunas enfermedades neurodegenerativas, como el Parkinson, ha aportado beneficios tangibles para los pacientes y es una de las parcelas en las que Carmen Cavada considera que se han producido beneficios notables de la investigación en neurociencia. “Además de poder tratar la enfermedad eficazmente, en fases iniciales sobre todo, con fármacos, es posible paliar sus efectos en fases avanzadas a base de intervenciones sobre el cerebro, como la estimulación cerebral profunda o aplicación de ultrasonidos de alta frecuencia”.

No obstante, y según la catedrática, “con todo ello se consigue controlar los síntomas, pero la neurodegeneración sigue avanzando porque aún no comprendemos su causa. Este es el gran reto: comprender cómo y por qué comienza y se mantiene la neurodegeneración, ya sea en Parkinson o en Alzheimer”. Estos procesos, en su mayoría asociados al envejecimiento, impactan en la sociedad en general, pero no olvida el otro “gran reto de las enfermedades mentales”, cuyos mecanismos patogénicos parecen aún mas inalcanzables que los de las clasificadas como “neurológicas”,

Cada enunciado evoca una multitud de respuestas y divisiones, y no es así como funciona el cerebro.

Una materia de incontables células y millones conexiones, las redes neuronales fabrican el hacer y el pensar y este ultimo, se escapa a nuestros instrumentos de medida.

Es necesario seguir buscando

Este artículo debía llamarse “buscando” y ofrece verdades personales sin terminar, y recoge opiniones de eruditos qué tienen como proyecto descifrar el cerebro

“El cerebro sigue siendo un misterio y desvelar su funcionamiento total es uno de los grandes retos por alcanzar”, señala Javier de Felipe, neurocientífico del Instituto Cajal del CSIC, en Madrid. Es más, Carmen Cavada, catedrática de Anatomía Humana y Neurociencia de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), considera que “el cerebro humano es el gran reto de la ciencia; no sólo de la neurociencia, también de la sociología, de la pedagogía…”

Francisco Clascá:  “Ante una ingente maraña de datos, hay que establecer bases de datos con formatos y lenguajes comunes”

¿Se traducen estas consideraciones en que se ha avanzado menos de lo esperado desde que en los años noventa empezara a acuñarse la idea del comienzo de la “era del cerebro”? Ciertamente, los avances que se producen en neurociencia pueden parecer pequeños si se sopesan las patologías que se encierran en el cerebro humano, pero los investigadores consideran que en esta parcela del conocimiento se aúna el mayor el número mundial de científicos, incluidos los profesionales dedicados a la psiquiatría, neurología y neurocirugía.

En España, por ejemplo, “la neurociencia ya tiene mucha calidad y tradición”, advierte Cavada, quien introduce un nuevo punto de especial relevancia: la inversión que, en lo que se refiere a investigaciones, “no sólo debe aumentar, sino diversificarse en cuanto a su origen para poder investigar más y más”. El desarrollo de programas como el estadounidense Brain Initiative, impulsado por la anterior administración Obama, y el Brain Human Project de la UE, empiezan a aportar datos, centrados especialmente en el desarrollo de tecnologías de computación que profudicen el conocimiento cerebral. Pero, además, proyectos específicos de grupos de neurocientíficos aportan su grano de arena a la ingente producción de datos sobre áreas concretas del funcionamiento del cerebro.

En último término, los resultados de estos trabajos necesitan un punto de encuentro común que facilite la transmisión del conocimiento. “Comprender el cerebro necesita de muchos enfoques, como el estudio de la organización y funcionamiento de los circuitos y sistemas que sustentan las funciones nerviosas, sin dejar de lado aspectos que podrían aportarse si se llegara a desarrollar un genoma cerebral como ayudar a entender riesgos de sufrir ciertas enfermedades o sus mecanismos”, puntualiza Cavada.

Carmen Cavada: “El cerebro humano es el gran reto de la ciencia; no sólo de la neurociencia, sino de la sociología, de la pedagogía…”

Juan Lerma, del Instituto de Neurociencias CSIC-Universidad Miguel Hernández, de Elche, Alicante, y editor jefe de Neuroscience, redunda en la idea del actual desconocimiento de muchas de las funciones fundamentales del cerebro y de cómo se organizan, pero sí subraya dos avances, a su juicio significativos, producidos en neurociencia durante este último año.

Avances significativos

Cita, en primer término, los ensayos llevados a cabo en las universidades de Tufts y Harvard, Estados Unidos, con la aplicación de técnicas de la formación de organoides del cerebro y gracias a las cuales se han “generado mini-cerebros en 3D en una placa de andamiaje, con actividad eléctrica espontánea y que parten de células pluripotentes de la piel humana. Si estas células se obtienen de pacientes con esquizofrenia o con autismo, por ejemplo, se supone que estos mini-cerebros reproducen la enfermedad y posibilitarían analizar qué partes de la comunicación neuronal está alterada”.

Juan Lerma: “La plasticidad es una de las vías más interesantes: usar las propiedades intrínsecas cerebrales, reconducir y restaurar”

Otro de los acontecimientos que abre nuevas posibilidades investigadoras se produjo el pasado mes de noviembre (ver DM del 5-11-2018) cuando el equipo de Grégoire Courtine, de la Escuela Politécnica Federal de la Universidad de Lausana (EPFL), en Suiza, daba a conocer los resultados de la eficacia de la estimulación eléctrica en la médula espinal con neurorrehabilitación para restaurar la función, no sólo motora sino también sensitiva, en el sistema nervioso central (SNC), hecho que ha permitido caminar a tres personas parapléjicas.

Para Lerma, la relevancia de estos trabajos, además de la de permitir la deambulación, es que se ha puesto de manifiesto que “una de las propiedades fundamentales del SNC, la plasticidad, puede ser usada y, de alguna manera, ‘despertada’, para reconducir y reinstaurar circuitos”. De hecho, considera que la plasticidad cerebral es una de las “avenidas de investigación más interesantes del momento: utilizar las propiedades intrínsecas del cerebro para conducir su actividad a valores normales, lo que sería de especial utilidad en autismo, esquizofrenia, trastorno bipolar o adicciones, entre otras alteraciones”, y que han sido objetivos de trabajo del equipo de Elche. En el caso de patología neurodegenerativa -Parkinson o Alzheimer, fundamentalmente- el problema es que la muerte neuronal no se recupera, aunque tal vez se podrían aprovechar los procesos de plasticidad sináptica para recomponer algunos circuitos.

Pequeñas y grandes observaciones, comprobaciones y nuevos hallazgos van desenmarañando, poco a poco, parcelas de los muchos misterios que sigue encerrando el cerebro humano. Es un reto mundial que no se resolverá a corto plazo; necesitará algunas generaciones, pero que “la Humanidad y su ciencia acabarán resolviendo”, considera Clascá. ¿Qué no daríamos todos, y muy especialmente Ramón y Cajal, por estar presentes en ese momento?

Comprender los circuitos y mecanismos que están alterados en algunas enfermedades neurodegenerativas, como el Parkinson, ha aportado beneficios tangibles para los pacientes y es una de las parcelas en las que Carmen Cavada considera que se han producido beneficios notables de la investigación en neurociencia. “Además de poder tratar la enfermedad eficazmente, en fases iniciales sobre todo, con fármacos, es posible paliar sus efectos en fases avanzadas a base de intervenciones sobre el cerebro, como la estimulación cerebral profunda o aplicación de ultrasonidos de alta frecuencia”.

No obstante, y según la catedrática, “con todo ello se consigue controlar los síntomas, pero la neurodegeneración sigue avanzando porque aún no comprendemos su causa. Este es el gran reto: comprender cómo y por qué comienza y se mantiene la neurodegeneración, ya sea en Parkinson o en Alzheimer”. Estos procesos, en su mayoría asociados al envejecimiento, impactan en la sociedad en general, pero no olvida el otro “gran reto de las enfermedades mentales”, cuyos mecanismos patogénicos parecen aún mas inalcanzables que los de las clasificadas como “neurológicas”,

Cada enunciado evoca una multitud de respuestas y divisiones, y no es así como funciona el cerebro.

Una materia de incontables células y millones conexiones, las redes neuronales fabrican el hacer y el pensar y este ultimo, se escapa a nuestros instrumentos de medida.

Es necesario seguir buscando

Nature

Raquel Serrano. Madrid

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