El siguiente paso de la evolución ya está aquí, efectivamente todos los estamos viendo y además esto no tiene vuelta a tras.

Se van a utilizar estas tecnologías para todo, pero también para lo malo y sobre todo, fíjense que en este artículo, el dinero es mencionado en primer lugar y el de el que llega antes.

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Pero qué es exactamente el transhumanismo? «Es una ideología que aboga por la transformación profunda de lo humano por medios tecnológicos.

El transhumanismo, la integración del cuerpo humano con la máquina, ya es una realidad. Los protagonisatas de este reportaje se ven a sí mismos como la vanguardia del nuevo ‘homo sapiens’; mientras, los fondos de inversión se lanzan a un negocio que en seis años moverá 55.000 millones de euros. Elon Musk ya está en ello.

Elon Musk ha anunciado que su empresa Neuralink está a punto de comenzar los ensayos en humanos de sus chips cerebrales, después de haber tenido éxito en enseñar a un mono a jugar a un videojuego con la mente. El macaco fue capaz de mover el cursor sin necesidad de un mando gracias a una red de dos mil microcables implantados en su córtex neuronal.

Los creadores afirman que estos dispositivos ayudarán a los tetrapléjicos a caminar y a los ciegos a ver y que podremos conectar directamente nuestro cerebro a Internet…

La tecnología permitirá a los tetrapléjicos caminar, pero también conectar nuestro cerebro a Internet. «No se trata solo de mejorar la vida humana, sino de modificar a fondo el ser humano»

Neurocientíficos y activistas cíborgs de todo el mundo, como Neil Harbisson (en la imagen superior), trabajan en proyectos similares desde hace años. China incluso tiene su propia versión (militar) de Neuralink, llamada Neuromatrix, enfocada a desarrollar armas de control mental, según el Financial Times, mientras que el Pentágono está financiando un programa secreto para que sus marines sean capaces de comunicarse telepáticamente en el campo de batalla. Al fin y al cabo, los grandes avances impulsados por la inteligencia artificial y la ciencia de los datos han ido de la mano de tres industrias: LAS DE MATAR, ESPIAR Y VENDER. Pero Elon Musk tiene prisa. El nuevo mercado aún se está fraguando, aunque la experiencia de Silicon Valley sostiene que el que llega primero será el que domine. Y los fondos de inversión ya están haciendo cola para no perdérselo.

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El cuerpo humano se ha quedado obsoleto». El artista tecnológico australiano Stelarc se implantó una oreja extra en el antebrazo. Está hecha de células de cartílago cultivadas en laboratorio. Pensaba colocársela en la cara, pero los cirujanos se lo desaconsejaron. La oreja lleva un micrófono conectado a Internet para que cualquiera pueda escuchar lo que ‘oye’.

A simple vista no se distingue de una broma, pero lo importante es que no es mentira. Lo que da miedo es su utilidad , y no hay mas remedio que pasar por ella, para llegar a la necesario y util

Ese mercado tiene un nombre: transhumanismo. Y tiene un valor: moverá 66.700 millones de dólares (55.300 millones de euros) en 2028, según el índice Global Biohacking Market. ¿Pero qué es exactamente el transhumanismo? «Es una ideología que aboga por la transformación profunda de lo humano por medios tecnológicos. No se trata solo de mejorar la vida humana, porque entonces sería un humanismo; se trata de modificar a fondo al ser humano con herramientas tecnológicas», explica Alfredo Marcos, catedrático de Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Valladolid.

Y repito lo malo es que el dinero ocupa el primer lugar en la consecución de estos menesteres

«Parece que la naturaleza perdió interés en nuestra evolución hace unos cien mil años… o ha estado esperando a que demos el siguiente paso nosotros mismos».

Las dos cosas son posible, pero lo probable es que esto sea un paso mas en la evolución. La hacemos los hombres influenciados por lo menos por un medio. Que medio es y si es controlable, es la cuestión.

Localizar el medio que interviene en la evolcuion, y controlarlo con buenas intenciones, seria lo ideal.

En realidad, los transhumanos ya están entre nosotros, como documentan las fotos de este reportaje, solo que se movían en la periferia de la ciencia, el arte, la medicina… Poco a poco han ido ocupando el centro del escenario. Se empezó hablando de los cíborgs, la fusión de hombre y máquina. Luego llegaron los grinders, un subgrupo de individualistas a ultranza. Estos van por libre. Se implantan imanes, luces leds, chips y biosensores; se someten a cirugías caseras; intentan modificar su propio ADN (ya hay kits baratos de edición genética); consumen sustancias nootrópicas, alimentos, enzimas y fármacos que supuestamente aumentan las capacidades cognitivas; toman rapamicina con la esperanza de alargar la vida…

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El exoesqueleto desarrollado por los ingenieros neuronales del Neurorex Project, de la Universidad de Houston, es una interfaz cerebro-máquina que logra que piernas robóticas reemplacen a la silla de ruedas. Pero ya hay avances mayores. En Lausana (Suiza), tres parapléjicos han vuelto a caminar gracias a unos electrodos insertados en la columna que circunvalan los nervios dañados, reconectando la mente con las piernas.

Hay quien los tacha de narcisistas, pero los grinders se ven a sí mismos como la fuerza de choque del transhumanismo. La avanzadilla del nuevo Homo sapiens, tuneado, reseteado y optimizado. Consideran que en sus cuerpos solo ellos tienen jurisdicción; por tanto, no están sometidos a las leyes de los gobiernos ni al principio de cautela. En sus foros incluso se especula sobre la amputación de extremidades con el fin de reemplazarlas por prótesis biónicas. Y argumentan que, si algo es técnicamente factible, alguien lo está haciendo ya…

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Sostienen que tampoco hay que rasgarse las vestiduras y que todo esto es más normal de lo que parece: al fin y al cabo, si alguien lleva gafas, ya podría considerarse un biohacker, pues mejoran su visión mediante un dispositivo no invasivo.

Pero, de momento, los que más se han beneficiado del entusiasmo de los transhumanos son los fondos de inversión. ¡Les están haciendo gratis el estudio de mercado! Y es que la biotecnología abre nuevas oportunidades a los negocios, con un sinfín de prótesis, cascos y diademas cerebrales, implantes subcutáneos, órganos sintéticos… Hay cientos de start-ups dispuestas a convertirse en el próximo unicornio que reciben inversiones millonarias. Por eso, Musk corre que se las pela. Tanto que media docena de investigadores, de los ocho que formaban el equipo fundacional de Neuralink, han desertado porque se les exigen resultados en semanas para experimentos que, en ámbitos académicos, tardan años.

El filósofo británico Max More resume así la situación: «Le damos las gracias a la naturaleza por habernos creado, pero nos ha hecho defectuosos. Y parece que perdió el interés en nuestra evolución hace unos cien mil años. O tal vez ha estado esperando a que demos el siguiente paso nosotros mismos».

Y ahí asoma una última e inquietante cuestión. En un futuro, como no todos podrán pagarse estas mejoras tecnológicas, se produciría un ensanchamiento de la brecha entre ricos y pobres. Como advierte el filósofo Antonio Diéguez, «las clases sociales se convertirán en clases biológicas». Como yo advertiría “mas de lo mismo”. Marcar diferencias, ya no soportadas o vias de estarlo.

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Kevin Warwick | Ingeniero cibernético

«Pronto seremos seres ‘mejorados’»

Se considera el primer ‘cíborg’ del mundo desde que en 2002 conectó los nervios de su brazo a una mano robótica. Luego ensambló su sistema nervioso a una mano de su mujer: cuando ella la movía, él sentía los impulsos y podían comunicarse en morse. «Fue una experiencia más íntima que el sexo». Este catedrático por la Universidad de Reading empezó siendo radical: «El cuerpo es un estorbo para el cerebro. Prescindiremos de él». Con los años se ha moderado y trabaja en aplicaciones terapéuticas. Con estimulación profunda del cerebro ha logrado la remisión de los síntomas en pacientes de párkinson. Warwick cree que la frontera entre hombres y máquinas se difuminará y pronto seremos seres ‘mejorados’. «Extenderemos nuestro cuerpo:  mente y cuerpo no tienen que estar en el mismo sitio».

Y mas sorprendente todavía, mezcla de utilísimo y psicopatas

Rich Lee | biohacker «Llevo un implante que convierte el pene en vibrador»

El biohacker Rich Lee ha patentado el Lovetron 9000, un dispositivo casero fabricado con el motorcito de un cepillo de dientes «pensado para optimizar la experiencia sexual». Se instala en el hueso púbico y convierte el pene en un vibrador. Tiene varias velocidades.

Este estadounidense es, además, conocido por sus experimentos en aumento sensorial, dispositivos cibernéticos implantados por bricolaje y autoexperimentación con terapia génica. Tiene en sus dedos imanes y chips de comunicación de campo cercano (NFC) que pueden vincularse a sitios web o abrir puertas de automóviles y un chip biotérmico en su brazo para controlar la temperatura de su cuerpo.

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James Young | Hombre biónico

«No es un ‘aparato’: es parte de mí»

Sufrió una doble amputación tras caer a la vía del tren. Ha reconstruido su cuerpo con implantes de titanio y la compañía de videojuegos Konami financió su brazo biónico de fibra de carbono, que conecta sus músculos con sensores. Su tecnología le permite hacer muchas más cosas que una prótesis, incluido cargar su móvil. Young es ahora padre de una niña de 2 años.

Neil Harbisson | Primer ciudadano ‘cíborg’ «’Oigo’ los colores»

En su pasaporte británico consta su condición de ‘cíborg’. Neil Harbisson —activista cíborg y artista vanguardista con residencia en Nueva York​ y Barcelona— nació con acromatismo, una rara enfermedad que le hace ver el mundo en blanco y negro. Se hizo implantar en 2003 una antena conectada a su cerebro con las que capta las ondas del espectro cromático.

Pero en los Paraplejicos esta técnica ya es un hecho

Tres pacientes quedaron en parálisis sensoriomotora completa de las extremidades inferiores y del tronco, producida por un accidente de moto, que cortó por completo la médula espinal de cada uno de ellos.

Después de una operación en fase experimental, estos tres pacientes pudieron volver a caminar de forma autónoma. En cuestión de un día, los afectados pudieron ponerse de pie, caminar, andar en bicicleta, nadar y controlar los movimientos del tronco.

Estos resultados, publicados en la revista Nature Medicine, han sido posibles gracias a la implantación de 16 electrodos en la médula espinal, los cuales imitan las señales que circulan a lo largo de esta y que vinculan los miembros inferiores de los pacientes con el cerebro. A su vez, estos electrodos están conectados a un ordenador con un sistema de inteligencia artificial que reproduce los impulsos necesarios para asegurar la movilidad.

Para ello, los investigadores desarrollaron un software que respalda la configuración rápida de programas de estimulación específicos de la actividad y que reproducen la activación natural de las neuronas motoras subyacentes.

Los responsables de este hito han sido Grégoire Courtine, neurocientífico de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza), y la neurocirujana Jocelyne Bloch, del hospital universitario de la misma ciudad, quienes han cambiado la vida de tres varones helvéticos de entre 29 y 41 años.

Pasados unos meses, sus autores se congratulan de que la estimulación eléctrica de la médula espinal sea actualmente una opción terapéutica prometedora para restaurar la función motora en personas con lesión medular.

“Aquí planteamos la hipótesis de que, una disposición de electrodos dirigida al conjunto de raíces dorsales involucradas en los movimientos de las piernas y el tronco, daría como resultado una eficacia superior, restaurando actividades motoras más diversas después de la lesiones de médula espinal más grave“, expone Courtine.

Desde España, expertos en neurología ven estos resultados como un logro esperanzador y mantienen la esperanza de que se consoliden, no a corto, pero sí, al menos, a medio plazo. Sobre todo por las “escalofriantes” cifras que se dan cada año, en las que un gran número corresponden a personas muy jóvenes.

“Los logros que relata el artículo son muy prometedores, porque, además, se trata de pacientes con una cierta cronicidad y conexiones completas, que no son el mejor pronóstico. Para nosotros es una noticia fantástica”, explica Carolina Colomer, vocal de la Sociedad Española de Neurorrehabilitación de la Sociedad Española de Neruología (SEN).

Los tratamientos de estimulación personalizados para cada paciente, en lugar de otros más generales, proporcionan una eficacia superior y actividades motoras más diversas.

Cortine y colaboradores devolver la movilidad a pacientes que sufren de paraplejia ha sido su propósito desde hace varios años. Ya en otoño de 2018, estos investigadores presentaron nuevos resultados con David Mzee, un joven que perdió la movilidad a los 20 años. Con una estimulación epidural y un andador, lograron que Mzee volviese a andar.

Michel Rocatti, uno de los tres pacientes, haciendo deporte y de pie en la terraza de un bar.

No obstante, este ensayo presenta una diferencia respecto a las anteriores investigaciones: los electrodos han sido fabricados teniendo en cuenta las lesiones particulares de cada participante, es decir, la estimulación eléctrica ha sido personalizada.

Según indica Courtine, hasta ahora todos los implantes de este tipo reutilizaban electrodos originalmente diseñados para tratar el dolor. Por lo que no conseguían estimular todos los nervios de la médula espinal asociados con los movimientos de las piernas y el tronco, lo que podía limitar la recuperación de todas las funciones motoras.

Este enfoque optimizado de estimulación de la médula espinal resulta a priori ser más eficaz que sus antecesores, lo que abre la puerta a ayudar a más personas que sufran lesiones medulares de todo tipo. Por ende, Cortine espera que su equipo pueda comenzar los primeros ensayos clínicos con más pacientes en 2023.

No sólo se ha logrado estimular los nervios que mueven las piernas, sino también los músculos del abdomen y espalda baja.

Una vez más, los expertos demuestran la importancia de la implantación y mejora de la medicina personalizada en el Sistema Nacional de Salud. Al igual que los suizos, Colomer reafirma esta conclusión e insiste en que, para ello, deberá ser necesaria una mayor actuación e inversión en este campo.

Al mismo tiempo, los investigadores del Centro Sagol de Biotecnología Regenerativa de la Universidad de Tel Aviv han diseñado tejidos de la médula espinal humana en 3D.

Según sus autores, los resultados fueron muy alentadores con una tasa de éxito de aproximadamente el 80 por ciento en la restauración de la capacidad para caminar en aquellos con parálisis crónica y en un 100 por ciento en los afectados por una fase aguda (recientes).

Ahora los investigadores se preparan para la siguiente etapa del estudio: ensayos clínicos en pacientes humanos. Esperan que, dentro de unos años, los tejidos diseñados se implanten en personas paralizadas que les permitan ponerse de pie y caminar de nuevo.

En aquellos con parálisis crónica, hubo una tasa de éxito del 80 por ciento en la restauración de la capacidad para caminar y un 100 por ciento en los afectados por una fase aguda.

“Las personas lesionadas a una edad muy temprana son destinados a sentarse en una silla de ruedas por el resto de sus vidas, soportando todos los costos sociales, financieros y relacionados con la salud de la parálisis. Nuestro objetivo es producir implantes de médula espinal personalizados para cada persona paralizada, lo que permite la regeneración del tejido dañado sin riesgo de rechazo”, concluye

Bibiografia

CARLOS MANUEL SÁNCHEZ | FOTOGRAFÍA: DAVID VINTINER

Tal Dvir Centro Sagol de Biotecnología Regenerativa. Universidad de Tel Aviv.

Carolina Colomer, vocal de la Sociedad Española de Neurorrehabilitación de la Sociedad Española de Neruología (SEN).

Cortine y colaboradores

Biohacker Rich Lee ha patentado el Lovetron 9000

Elon Musk empresa Neuralink