ENDIQUELA
Alzhéimer, párkinson, ELA… ¿Y si los culpables son microbios?
LUIS CARRASCO LLAMAS Miércoles, 28 noviembre 2018, 20:04
Este autor lleva muchos años defendiendo la teoría de que los hongos intervienen en enfermedades degenerativas y no solo hongos, sino también un conjunto de gérmenes.
No le hace caso casi nadie, pero el insiste.
Las enfermedades neurodegenerativas constituyen uno de los problemas más graves de la medicina actual. La causa de muchas de ellas es aún desconocida y, por lo tanto, no se dispone de tratamientos eficaces para frenar su evolución. Tampoco para revertir los síntomas clínicos.
Hablamos de patologías tan devastadoras como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), el alzhéimer, el párkinson y la esclerosis múltiple, que son objeto de estudio en todo el mundo. Por eso, el descubrimiento de la causa de estas enfermedades es uno de los mayores retos de la investigación científica en la actualidad.
Algunos investigadores han sugerido la posibilidad de que virus o incluso bacterias constituyan la causa de estas enfermedades. Nuestro grupo ha publicado varios estudios que demuestran que la ELA, el alzhéimer y la esclerosis múltiple pueden estar causadas por infecciones de hongos.
Por ejemplo, se han encontrado levaduras e hifas en el tejido nervioso de pacientes fallecidos por estas enfermedades. Estas estructuras fúngicas se han observado de manera directa con anticuerpos específicos capaces de reconocer hongos.
¿Dónde se encuentran estos microorganismos? Algunos de ellos se localizan en el interior de la célula, incluso en el núcleo de neuronas. Esto indica que la infección se produjo cuando las células estaban vivas.
Además, se han podido identificar las especies de hongos que infectan a pacientes con estas enfermedades. Todo gracias a técnicas muy sensibles que detectan el ADN fúngico con gran precisión, como la PCR y la secuenciación masiva.
Cada paciente puede tener infecciones mixtas, con diversos hongos. Estos, en general, son distintos en cada enfermedad. La existencia de especies diferentes en el sistema nervioso central explicaría por qué la enfermedad de cada paciente puede mostrar una evolución distinta.
La severidad de los síntomas clínicos en cada enfermo también es muy variada, y estaría de acuerdo con la diversidad de especies fúngicas presentes en el sistema nervioso central. Por último, también hemos demostrado la existencia de hongos mediante estudios de proteómica que señalan la presencia de proteínas de hongos.
Estos estudios de proteómica no han encontrado proteínas virales, ni de virus del herpes ni de otros virus animales. Los resultados obtenidos con anticuerpos específicos contra proteínas de herpes tampoco muestran su presencia en el sistema nervioso central de pacientes con alzhéimer.
Otro descubrimiento importante en la microbiota del sistema nervioso central es la existencia de infecciones polimicrobianas. Mediante el uso de anticuerpos específicos que reconocen bacterias, se han encontrado células procarióticas que, junto con los hongos, coinfectan a los pacientes.
Posiblemente estas bacterias sean oportunistas que aprovechan la infección principal de los hongos, que disminuye la respuesta inmune, para su crecimiento. De nuevo, mediante técnicas de PCR y de secuenciación masiva hemos identificado estas especies.
Otros grupos han llevado a cabo estudios similares que también demuestran la existencia de bacterias en el sistema nervioso central de pacientes con alzhéimer o esclerosis múltiple. Estos, sin embargo, no analizan la presencia de hongos.
Podemos concluir que todos los pacientes analizados con este tipo de patologías neurodegenerativas cuentan con hongos en su sistema nervioso central. Estos están acompañados de infecciones bacterianas.
La gran pregunta es si estas infecciones son la causa o la consecuencia de la neurodegeneración que tiene lugar en estos pacientes.
En principio, todos los síntomas clínicos observados en estas enfermedades se pueden explicar mediante estas infecciones. Se sabe que hay una respuesta inmune clara, con infiltración de linfocitos en el tejido nervioso. Para comprobarlo de forma segura, deben llevarse a cabo estudios clínicos.
Si la causa del alzhéimer, el párkinson, la ELA y la esclerosis múltiple es de origen microbiana… ¿significa eso que podríamos curar estas enfermedades? Contamos con la ventaja de disponer de compuestos antifúngicos y antibacterianos de gran eficacia, que ya han sido aprobados en distintos países. Son muy seguros y se usan a diario.
El paso siguiente sería comprobar cuáles de ellos son los más eficaces y cuál sería la dosis óptima para el tratamiento de estos enfermos. Se abre así una puerta a la esperanza de remedios seguros, en lugar de esperar al descubrimiento de nuevos compuestos.
Llegados a este punto, los germenes casi seguro que están en el cerebro de los pacientes con enfermedades neurodegenerativas, ¿pero son ellos los responsables, de la enfermedad? o la serie de macrofagos que se depositan, tales como : Cuerpos de Lewy , alfa sinucleina, placas de amiloides y Tau, que son claros exponentes de la inflamación, los responsables.
Quiere esto decir que lo que mutila el sistema nervioso es el deposito de estas sustancias sobre el Y entonces estamos de nuevo ante la enfermedades de autoinmunidad y que el germen es el inductor e incluso no tienen que ser específicos, cualquier germen puede inducir los depósitos anormales de macrofagos en un sentido ampko. Lo especifico es la reacción del cerebro .
De nuevo la microbiota, los germenes que emigran desde las cavidades y se asientan e xcualquier parte o en todas las pates ede la biología, los depósitos anormales de proteínas, dan lugar a la enfermedad.
Las enfermedades neurodegenerativas, son secundarias a la respuesta del tejido nervioso a un germen a través de la inmunidad.
A esto le llamo “ENDIQUELAR” una palabra gitana que significa, ver lo que quiere decir.
Recuerdo haber oído a unos gitanos decir ante una chica explendida que se contornea “endiquela, o endica”. Mira lo que quiere decir..

Bibliografia
Luis Carrasco Llamas, Catedrático de Microbiología, Centro de Biología Molecular (CBM-CSIC).