La autolesión, también conocida como autolesión deliberada o autoagresión, O CUTTING es una práctica consistente en la producción intencionada de heridas sobre el propio cuerpo, comúnmente realizadas sin intenciones suicidas.1 Estos y otros nombres se emplean en la literatura médica más actual en un intento de utilizar una terminología neutral. La antigua literatura, especialmente la que precede al Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV-TR), empleaba en la mayoría de los casos el término automutilación.

Hoy en LA VANGUARDIA, Ana Macpherson, publica un articulo sobre esta terrible entidad que da escalofrios.
El articulo como todos los que escribe esta señora es interesante.
La forma más común de autolesión son los cortes en la piel. que incluye, entre otros: quemaduras, rasguños, golpes, dermatilomanía, tricotilomanía e ingesta de sustancias tóxicas u objetos.23
Se asocian también la ingestión de drogas y. es confuso conocer si las lesiones se las practican con animos de sufrir , o pueden representar efectivamente una autolesión si se realizan como un intento explícito de causar daños tisulares.4. El suicidio no parece ser la intención, o por lo menos no es la intención principipal. Aunque la autolesión es potencialmente una amenaza a la vida.5, pero la automutilación como ansiolítico, paece una paradoja.

Como todas estas patologías, sobre todo del joven está asociada con problemas como traumas y abusos emocionales o sexuales.67
Según el DSM-IV-TR, esta patología es un síntoma de un trastorno límite de la personalidad. Sabemos que otros pacientes, bajo la acción de enfermedades como depresión, trastornos de ansiedad, abuso de sustancias, desórdenes alimenticios, trastorno por estrés postraumático, esquizofrenia y otros trastornos de personalidad., también pueden lesionarse a si mismo1 Aunque otras veces aparece en sujetos sin diagnóstico médico.4
Lo que motiva esta patología es desconocido y la autolesión puede estar motivada por una estrategia de afrontamiento que proveé un alivio temporal a intensas sensaciones tales como ansiedad, depresión, estrés, insensibilidad emocional o sensaciones de fracaso u odio a sí mismo, además de baja autoestima o perfeccionismo.
La autoagresión no se limita a los humanos; los animales cautivos, como aves y monos, también muestran comportamientos similares.

Tratar estos enfermos, se reduce a las causas subyacentes o directamente en el tratamiento del comportamiento. Cuando se asocia con depresión, el tratamiento con antidepresivos puede ser efectivo.8 Lo fundamental es evitar daños irreversibles mantener al paciente ocupado en otras actividades o en reemplazar el acto con otros métodos más seguros que no conduzcan a daños permanentes.9 En 2013, se registraron cerca de 3.3 millones de casos de autoagresión.10.
Aparece esta patología de preferencia entre las edades de 12 a 24 años, y en la infancia es relativamente rara su aparición., esta patología esta aumentando desde la década de 1980. No obstante, puede ocurrir a cualquier edad, incluso en la población de edad avanzada. El riesgo de lesiones serias y de suicidio aumenta en personas mayores. Por otro lado,

Porque se lesionan estas personas ¿
Quieren sufrir o quieren expresar el sufrimiento de manera no verbal . La autodestrucción, que se manifiesta en cortes, quemaduras, rasguños, arañazos, tirones del pelo, golpes, etc. Cualquier forma de producción de dolor es una forma de expresar el sufrimiento, una forma no verbal de comunicación donde los sentimientos se transmiten visualmente a través del cuerpo. Generalmente, se usa para liberarse de sentimientos de rabia, ira, tristeza, soledad, rencor y dolor emocional. Se efectúa para liberar esas emociones que el autoagredido no puede expresar. Loos autoflageladores se cortan para cerciorarse de que siguen vivos.
En pacientes con dolores emocionales fuertes, se puede explicar porque es más fácil controlar el dolor físico que el emocional. La descripción romántica de estos hechos se puede hacer desde varias formas, “La sensación de dolor produce una cierta liberación de ansiedad. Algunos adolescentes se realizan heridas (cortes o quemaduras, o hasta beber su propia sangre) en momentos de crisis o de sufrimiento, porque el dolor físico les ayuda a soportar su sufrimiento psicológico. En otras circunstancias la autoagresión se utiliza para sentir poder sobre uno mismo”.
Casi siempre esta patología esta unida con las adicciones, trastornos de alimentación como bulimia y anorexia.
La autoagresión o conductas autolíticas son también muy frecuentes en personas que padecen un trastorno límite de la personalidad o personalidad borderline.
También puede utilizarse la autoagresión como forma de demostrar públicamente el sufrimiento interno, de forma similar a la costumbre judía de «rasgarse las vestiduras y echarse ceniza sobre la cabeza». En este caso el objetivo último es la búsqueda de ayuda o comprensión.
Por último añadir que en una serie de enfermedades mentales (como demencia y esquizofrenia) o trastornos (como discapacidad intelectual y autismo) los afectados se producen a sí mismos daños sin ningún objetivo sino a consecuencia de su enfermedad, y esta conducta también se considera autoagresión.[cita requerida]
Estos pacientes tienen con mucha frecuencia pensamientos suicidas
Varias entidades a nivel mundial se dedican a la evitación y estudio de esta patologia
La Sociedad Internacional se dedica a acercar recursos sobre Autolesión No Suicida a la comunidad hispanoparlante para su comprensión científica, prevención, evaluación, tratamiento, educación y política. Liderada por sus usuarios, fomenta la colaboración y unión entre pacientes, familiares y profesionales.11
Creada en 2017 bajo la infraestructura de ASeFo, que desde 2009 dispone sus recursos internacionalmente para personas que se autolesionan, familiares y allegados, así como profesionales de la salud y de la educación.12 Está gestionada y colaboran profesionales de la salud y personas con experiencia personal en autolesión.13
International Society for the Study of Self injury[editar]
La Sociedad Internacional para el Estudio de la autolesión se compone de investigadores, médicos y estudiantes que están interesados en una mejor comprensión, la evaluación y el tratamiento no suicida autolesión. La misión de la Sociedad Internacional para el Estudio de la auto-lesión es avanzar en la comprensión científica de la autolesión no suicida; influencia y mejora de la evaluación de la autolesión no suicida, el tratamiento, la prevención, la educación y la política; y para fomentar la colaboración entre las personas dedicadas a estos objetivos.14
Asociación inglesa. «Lifesigns es una pequeña beneficencia dirigida por sus usuarios acerca de la comprensión de la autolesión. Fundada en 2002, ahora estamos en nuestra segunda década y es nuestra misión continua para guiar a las personas que hacen daño a sí mismos hacia nuevas formas de afrontamiento, cuando estén listos para el viaje.»
Lifesigns es administrado y dirigido por personas con experiencia personal en auto-lesión, y están libres de prejuicios, no son directivos y son respetuosos con sus miembros y visitantes, sus experiencias de vida y percepciones. La página web es el centro de su comunidad, y proporciona acceso a todos sus servicios, incluyendo el boletín de noticias, libros y formación 15

Ana Machperson en su articulo de LA VANGURDYA, refiere el caso de una periodista que sufre o ha sufrido esta tologiaAutolesiones: el 30% de las chicas se cortan

La protagonista de Heridas abiertas, serie estrella de este año de HBO, es una joven periodista –Amy Adams– que tiene el cuerpo lleno de cortes.Sobre todo se pincha, cada vez que el sufrimiento le desborda. Internet y sus diferentes plataformas muestran con todo lujo de detalles las lesiones autoinfligidas como las que se ven de la serie y hay páginas dedicadas a cómo hacerlo (.)
ANA MACPHERSON, BARCELONA
07/10/2018 01:22Actualizado a07/10/2018 07:47
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Lo más frecuente son cortes en la piel, brazos sobre todo, seguido de muslos. Especialmente entre las chicas. Ellos estrellan más el puño, el pie o la cabeza contra una puerta o contra la pared, algo que antes se consideraba una agresión y ahora se clasifica como autolesión, porque sólo pretenden hacerse daño a ellos mismos.
Los servicios de psiquiatría juvenil tienen la impresión de que las autolesiones han crecido mucho y en muy poco tiempo. Hasta hace veinte años, diez en España, prácticamente sólo se asociaba al trastorno límite de personalidad (TLP). Es uno de sus síntomas. Pero ahora se percibe como una epidemia y parece otra cosa: “Sólo en el 9% de los casos hay una patología detrás de la autolesión. El 21% restante responde a otras muchas causas”, explica Iria Méndez, psiquiatra juvenil del hospital Clínic y miembro del grupo Greta para el estudio de las autolesiones que forman los equipos de Sant Joan de Déu, Clínic, Igualada, Manresa, Parc Taulí y Sant Pau. “Parece la epidemia de esta década, quizá como fue en los 80 la heroína”.
“Las autolesiones son la punta de un gran iceberg y debajo hay cosas muy diversas, algunas muy importantes y la mayoría en absoluto un problema de salud”, puntualiza Anna Sintes, la psiquiatra juvenil de Sant Joan de Déu experta en autolesiones. “Pero vemos muchas. Es un fenómeno general y según el más reciente estudio europeo, el proyecto Seyle del 2014, se trata de un fenómeno común en la mayoría de países. Prácticamente el 30% de las chicas y chicos entre 12 y 18 años. Y la edad clave, según los propios datos del hospital, entre los 13 y 14. Muchas más chicas que chicos”, resume Sintes.
El efecto que produce cortar la piel que más se explica es probablemente el del control del malestar. Cuando sienten una emoción negativa que no saben cómo digerir, el corte es una dolor físico que distrae, que deriva la atención. “El dolor físico es mucho más manejable que el emocional”, apunta Iria Méndez.
“Lo que más vemos en el hospital”, explica Anna Sintes, “son intentos de llamar la atención de padres negligentes, tanto ausentes como sobreprotectores. Y chantajes, una forma de manipular el entorno; venganza, ‘me has dejado’; muestra de tenacidad en personas muy rígidas; el deseo de llevar las sensaciones al límite, como probar una droga… En otros casos con posible patología vemos personas con una mala regulación de los afectos, chicas muy perfeccionistas, con anorexia y en las que la autolesión es un ejercicio de autocontrol o una forma de autocastigarse. Es a menudo una forma de comunicar que te pasa algo, no una manera de llamar la atención, sino de expresar algo porque no sé decirlo”.

Autolesiones en adolescentes (Clara Penín)
El grupo Greta que reúne a los seis equipos catalanes intenta homogeneizar sus protocolos para abordar un fenómeno en el que hay que empezar por distinguir la enfermedad de lo que no lo es. Observan autolesiones para calmarse por un malestar, también una reacción muy exagerada ante el rechazo de otros o una humillación; ven la incapacidad para expresar emociones de otro modo, o una demostración de autonomía: mando sobre mí. “Una conducta disruptiva que vemos en aumento, como el sexo precoz y con mucha promiscuidad, el consumo de tóxicos, los pequeños delitos o la violencia física y verbal, especialmente contra los padres”.
Los resultados de estudios sobre prevalencia de este fenómeno oscilan demasiado como para asegurar en qué medida aumenta, pero la impresión de los servicios de salud mental infantil y juvenil de los hospitales es que, desde luego, crece y mucho. “Nuestras urgencias se han multiplicado por ocho”, dice la psiquiatra del Clínic. “Coincide con la crisis, con la extensión de las familias desestructuradas, con una ausencia de los padres en casa, con la falta de ofertas de ocio extraescolares y con la doble vida de toda una generación en internet. Es más barato que hacer deporte. Y los padres, en la inopia. Sólo saben que pasan horas y horas, días a veces, en la habitación con sus teléfonos, sus ordenadores y sus redes. Y en las redes desarrollan su avatar, que tiene sus propias relaciones. En los watsaps de pacientes hemos visto recomendaciones del tipo, ‘si estás mal, córtate un poco’”, explica Méndez.
También hay páginas que asesoran sobre el cutting, como las de anorexia. Hace un par de años se puso de moda escribir diarios personales en plataformas como Tumblr. Cuanta más sangre en los relatos, más seguidores: el modo de conseguir más memoria para colgar fotos. “Todo tiende a reforzar esa conducta”.

Autolesiones, por sexos (Clara Penín)
Así que sí hay contagio. Sobre todo a través de esa vida paralela en internet. “Cuando publican las fotos de los cortes y un ‘¡me quiero morir’ hay reacción en la red, todos responden ‘no te mueras, te queremos’. Más refuerzo”, detalla Anna Sintes.
Qué hacer
No busque un psicólogo: hable
Descubrir que una hija se corta o un hijo se quema o se golpea contra la pared impacta lo suyo. “Pero no te escandalices, no hay que magnificarlo, probablemente sea una conducta disruptiva y lo primer que hay que hacer es hablar con ellos, escucharles”, recomienda Anna Sintes. “No pretenda solucionar todo con un psicólogo o en urgencias del hospital. La mayoría de veces no es un problema de salud. Ni pretenda solucionarlo rápidamente”, remarca Iria Méndez.
El fenómeno se ha extendido en una generación con escasas herramientas para tolerar el malestar. Todos sus modelos, sus referentes son felices, sonrientes y más o menos triunfantes. “No saben llorar, y es buenísimo, de veras”, sostiene Méndez. En sus plataformas no cabe estar pasándolo mal, todos tienen una imagen. Pero en casa no hay tampoco mucho hueco para aprender que estar mal a veces es lo normal. “En los casos que sí tratamos, utilizamos terapia dialéctico-conductual en la que se procura que adolescentes y padres juntos y por separado encuentren ese manejo del malestar aprendiendo a aguantarse, a veces con ayuda de los propios ejemplos de los padres”. Para los que no necesitan tratamiento alguno, la gran mayoría, “no hay que hacer nada, sólo hablarlo y contarles cómo se aguanta uno el dolor, el malestar, el que las cosas vayan mal, haciéndoles caso sin magnificar”.
Nada de decir “será por chicos en el mundo” cuando el que más le gustaba le ha dejado. Ni mirar para otro lado. En clase, mejor no dar charlas sobre el tema ni hablar con las amigas, “sólo con la alumna y de modo totalmente privado, y explorar”. A veces en el instituto basta con destacarle lo que sí le va bien en oposición a lo que les causa malestar.
“Hay que estar con ellos. No es verdad que puedan ir solos en cuanto dejan la primaria y entran en la ESO. Hay que estar ahí, porque son muy vulnerables”.

María, nombre supuesto, dice estar orgullosa de saber plantearse otras opciones cada vez que el agobio atenaza su pecho. Sus cortes ya no son visibles (Llibert Teixidó)

Empecé en sexto de primaria, cuando me hicieron bullying. Pero tercero de la ESO fue el peor: me cortaba cada noche para intentar dormir, en todas partes, los brazos, los muslos, la barriga”.
Maria (nombre supuesto porque quiere proteger su intimidad) lleva manga corta y saluda sonriente. Tiene 18 años, prepara selectividad, está sacándose el carnet de conducir y aún no ha decidido qué carrera estudiará. “¡Ya tengo el alta! ¿Los cortes?, casi no se ven. Me he cuidado mucho, con rosa mosqueta”.
En sexto tres compañeras fueron a por ella una y otra vez. “No sé por qué empecé a cortarme, seguro que lo había visto en algún sitio, pero necesitaba sacar la rabia, hacerme daño, con cuchillas de afeitar de mi padre, con sacapuntas, hasta con las uñas. No sabes cómo llegas a ingeniártelas para hacerlo.”.
“Al principio me cortaba de vez en cuando, cuando pasaba algo en el cole y no podía dormir. Pero llegué a hacerlo cada día. Era más de piernas porque me daba vergüenza, sabía que estaba mal. Hasta que un día me pilló mi madre, en el Bershka. Entró en el probador. ‘Qué es esto. Júrame que son de verdad?’, me dijo. Le pedí que no se lo contara a mi padre, tenía una relación superbuena con él y estaba fuera. Cuando ella se puso a llorar me sentí el triple de mal”.
“Por la noche me empezaba a agobiar, aquí, en el pecho, sabía que no podría dormir. Y me cortaba. Era como un sssss, (hace un ruido como si saliera aire) como si bajara la presión y estabas bien. No dura mucho, quizá cinco minutos. Luego volvía a subir. Sé que no sirve de nada. El que no lo ha pasado no se lo puede creer. Pero no podía respirar. Lo dices y te contestan ‘pero si estás respirando’. Mi madre sí lo entendió”.
Siguió en el mismo cole sin que se tomaran medidas contra las chicas que le asediaban. “También estaban ahí mis amigas y no quería perder ese apoyo. Pero cuando una de las amigas cambió de centro, me fui con ella y todo cambió. Ahora cuando paso delante de aquel cole aún me ahogo”.
“En tercero de la ESO empecé fatal. Tenía un novio que me ayudó muchísimo y lo pasó mal conmigo. Me ingresaron por un intento de suicidio. Arrasé con todas las pastillas que encontré. No sé. Quería que parara todo. Estaba cansada de sentirme tan mal. Me corté muchísimo. Fui a tomar agua y mi padre me vio. Luego solo recuerdo la ambulancia y el carbón para vomitar todo. Y me pusieron el horrible pijama azul de las ingresadas”.
“Me fui bien, pero se me pegaron otras cosas, como fumar. Fumo como un camionero”.
“Lo suspendí todo. Nadie creía que pudiera sacarlo en septiembre, pero lo aprobé todo, por mis ovarios. Y en 4º me fui al otro cole. Descubrí que ¡no estaba tan mal! Gente nueva. No tenía la necesidad constante de cortarme”.
“He visto gente que se arrancaba el pelo, se daba golpes. A mí me ayudó mucho buscar otro métodos para sentirme bien. Por ejemplo, coger hielo, notaba dolor, pero no me hacía daño como el corte. Es muy heavy parar en ese momento, máximo malestar, agobio y ser capaz de parar y pensar: ir a por el hielo en lugar de la cuchilla, buscar otra opción.
“Estoy orgullosa de mí, por calmarme sin hacerme daño, identificar el momento justo en que notas que empieza a ir mal. También me ayudaba irme a dormir con mi madre. Y fumar. O me daba una ducha. Es hacer un clic. La música, complicado. Me la ponía mientras me cortaba. Y hacer ejercicio. Empecé con yoga y me pasé a defensa personal, que parece una contradicción, pero me ha gustado mucho”.
“Me sigue costando no hacerlo. Pero sé que puedo hacer muchísimas más cosas”.
“Con mi madre empecé a estar superbien”.
“Tengo bajones, un mix de sentimientos. Pero me ayuda desmenuzarlo todo y así no se me hace ‘bola’. En los años que llevo de psicólogos me he encontrado a muchas que conozco. Hay quien se corta por ver qué se siente. El 70% de mis amigas ha ido al psicólogo”.
Mi opinión sobre esta y otras patologías donde lo fiisico se asocia a la psiquico, y que son respuestas a patógenos plurales entre otras cosas, y que no hacen decir sin romanticismo, ¿Qué esta pasando?
Referencias
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Farber, Sharon K.; Jackson, Craig C.; Tabin, Johanna K.; Bachar, Eytan (2007). «Death and annihilation anxieties in anorexia nervosa, bulimia, and self-mutilation». Psychoanalytic Psychology 24 (2): 289-305. PMID 17932979. doi:10.1037/0736-9735.24.2.289.
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Ana Macpherson AUTOLESIONES LA VANGUARDIA 7 Octubre de 2018