ACATISIA SECUNDARIA A LA VACUNA CONTRA EL COVID 19

Ugur Sahin y Öezlem Türeci son la pareja fundadora de BioNTech.

El termino acatisia, se usa, para describir un trastorno de la motilidad voluntaria, sobre todo en miembros inferiores. exceso de movimientods, de forma involuntaria y repetitiva.

Su origen es plural, y se suele asociar a Parkinson, a un varias medicaciones ansioliticas y multiples veces, se le considera simplemente una especie de mania. Pero sin una autonomía para separarlo claramente de un contexto de enfermedad mas amplio.

Se me ocurrió esto porque:

Un señor que conozco, sanitario, le inyectan, la primera dosis de la vacuna Pfiser. Unas horas mas tarde empieza con cefaleas soportables y dificultad para mover los miembros, inferiores, como si no los manejara voluntariamente. Dice no poder lanzar el pie hacia delante, y le cuesta estar de pie y se acompaña de cierto grado de ansiedad.

Su esposa que es enfermera lo lleva al hospital, donde le inyectan un antiinflamatorio y valiun en vena. Esto lo tranquiliza y mejora en general.

El cuadro mejora, vuelve a su casa y 24 horas mas tarde, esta prácticamente bien y sin cefaleas.

Su mujer  que es enfermera, dice esto es “Acatisia”. Y yo repienso, y resulta, que he visto este cuadro de distonía y ansiedad múltiples veces, pero no lo desligaba del contexto, que era lo importante, sobre todo en enfermos con enfermedad de Parkinson.

Y me decido revisar el tema.

Y encuentro varias definiciones, hipermotilidad involuntaria y cierto grado de inquietud, junto a una enfermedad o extrapiramidal o toxica. Y encuentro varias definiciones en la literatura, que no se diferencian unas de otras.

1.- La acatisia es la incapacidad para mantenerse quieto que se acompaña de una sensación de intranquilidad a nivel corporal, sin llegar a la angustia.1

La necesidad imperiosa de estar tranquilo lleva al paciente a cambiar de lugar y de postura, a levantarse y sentarse en forma reiterada, a cruzar y extender las piernas, a dar largos paseos, a acostarse y levantarse inmediatamente sin poder descansar, Definición

2.- La acatisia es una sensación de inquietud y tensión interna que se acompaña de necesidad de moverse. Los pacientes con acatisia presentan una gran diversidad de movimientos de complejidad variable (Gershanik OS 2002). La manifestación puede ser en forma de movimientos repetitivos (golpeteo de dedos, cruzar piernas, caminar incesantemente sobre el mismo sitio, balanceo del tronco…). A veces la manifestación motora puede ser la emisión de ruidos o quejidos (Linazasoro G 2004).

Cualquier persona puede sufrir el síndrome y su patología es difícil de diagnosticar ya que se confunde con manias.


3.-La acatisia es un síndrome que genera la necesidad irresistible de estar en constante movimiento. Sólo hay alivio cuando el paciente se mueve y si trata de estar quieto, se produce una intensa sensación de malestar.

El psiquiatra estadounidense Keneth Kendler, director del Instituto de Virginia (EE. UU.) de Psiquiatría y Genética del Comportamiento, lo describió en 1976: “La idea de caminar era particularmente atractiva. No podía concentrarme. No podía permanecer sentado. Cuando dejaba de moverme la ansiedad incrementaba. La sensación de que una influencia extraña me forzaba a moverme fue dramática y la severidad de la disforia era asombrosa”.

Daniela Ruiz, una antioqueña que sufrió el síndrome, le dijo a Semana.com que estuvo enferma de dengue y esto le producía vómito. Entonces los médicos le sugirieron que tomara Plasil, un fármaco muy usado para reducir las náuseas, vómitos y dolores de cabeza. Luego le dieron metroproclamida, un fármaco que puede tener efectos adversos. El más frecuente y severo es la acatisia.

“El desespero es absurdo. No podía quedarme quieta un segundo, me quitaba la ropa de la ansiedad, estaba molesta, terminé con mi novio, quería y no quería hablar”.

Síntomas

El neuropsiquiatra checo Lad Haskovec reportó a la Sociedad de Neurología de París dos casos en 1901: el primero fue un hombre de 40 años que presentó temblor generalizado e incapacidad para estar quieto y que además tenía sensación de vértigo, malestar, piernas inquietas y temor a caerse en cualquier momento. El segundo caso fue el de un hombre de 53 años que tenía episodios de inquietud, agitación e incapacidad para estar quieto.

El cuadro clínico puede durar entre dos y cuatro horas y generalmente es inducida por el consumo de fármacos. Puede aparecer después de transcurridas las primeras horas del inicio de la administración de un medicamento, aunque normalmente se desarrolla en días o semanas, y menos frecuentemente de meses.

Ya que los síntomas de acatisia son muy similares a otras enfermedades y síndromes, como el de piernas inquietas (SPI), fibromialgia o la mioclonía nocturna, es difícil hacer un diagnóstico.

Según un estudio realizado por Marle Isabel Duque, psiquiatra de la Universidad de Antioquia, y Carlos Alberto Cardeño Castro, psiquiatra del Hospital San Vicente de Paúl de Medellín, los síntomas más típicos son movimiento frecuente de las piernas, caminar en un mismo lugar cuando se pone de pie, arrastrar los pies y balanceo de una y otra pierna de una forma compulsiva o hiperactiva mientras se permanece sentado.

La acatisia también puede ser causada por un trastorno cerebral que se ve reflejado en el movimiento o trastornos de locomoción, dificultad en la coordinación, demencia, ansiedad y temblores corporales. La enfermedad de Parkinson también puede causar acatisia crónica, y los trastornos neurológicos asociados que se pueden accionar por la misma.

De hecho, Sinemet, recetado para tratar Parkinson, también pueden provocar el síndrome, según lo estudiado por el psiquiatra Édgar R. Vásquez-Dextre, del Hospital Nacional Arzobispo Loayza de Lima.

Diagnóstico diferencial

La acatisia puede ser un efecto adverso de los neurolépticos, y por tanto no se debe confundir con manifestaciones motrices de tipo ansioso.2​ Fármacos como la metoclopramida (un fármaco procinético) también pueden provocar este efecto adverso. También se debe hacer el diagnóstico diferencial con el “síndrome de las piernas inquietas”, en el cual lo que sucede es que los movimientos se exacerban con el reposo (suelen aparecer al acostarse) y ceden con el movimiento (a diferencia de la acatisia).

También aparece como parte del síndrome serotoninérgico, efecto adverso de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y se ha descrito su asociación con el cuadro clínico que puede presentar una anemia ferropénica.3

Epidemiología

Los datos epidemiológicos publicados para la acatisia se limitan principalmente a los períodos de tratamiento que preceden a la llegada de los antipsicóticos de segunda generación. Sachdev (1995) informó una tasa de incidencia de acatisia aguda del 31% para 100 pacientes tratados durante 2 semanas con medicamentos antipsicóticos. Un rango de prevalencia de 0.1% a 41%. Con toda probabilidad, las tasas de prevalencia son más bajas para el tratamiento actual, ya que los antipsicóticos de segunda generación conllevan un menor riesgo de acatisia.4

Después de ver estas descripciones y repensar e el tema, he llegado a la conclusión, que este síndrome es frecuentísimo, en los niños es aun mas frecuentes y en los adultos, también frecuentes.

Personas que se mueven tanto, que es necesario decirle “quédate quieto ”, las hay y muchas, y cada uno de nosotros ha tenido alguna vez, y en medio de cuadro organicos, como una sepsis por infección prostatica, una ingesta de ansiolíticos y antidepresivos y muchas mas cosas, trastornos de la motidad de este tipo, que se etiquetaban como voluntarios y susceptibles de ser modificados por la voluntad.

Es un cuadro funcional, que afecta a estructuras nerviosas posiblemente diencefalica, y que acompaña enfermedades del sistema nervioso, y que mas de una vez, y de nuevo recordando, se le asocia o confunde con neurosis obsesivas.

El termino, ansiedad, piernas inquietas y otros muchos donde el enfermo se mueve de manera irracional, entran dentro de este desorden y son enormemente frecuentes, pero enmascarados por la ansiedad de una enfermedad general

Referencias[

Soni, S.D.; Tench, D.; Routledge, R.C (1993). Serum iron abnormalities in neuroleptic-induced akathisia in schizophrenic patients. pp. 669-672.

 Kane, J.M (1992). Adverse effects of psychotropic drugs. Nueva York: Lieberman J.A.

 Farreras Rozman (2016). «16». Medicina Interna 18 ed vol 2. p. 1560.

 Bratti, Irene M.; Kane, John M.; Marder, Stephen R. (1 de noviembre de 2007). «Chronic Restlessness With Antipsychotics»American Journal of Psychiatry 164 (11): 1648-1654. ISSN 0002-953Xdoi:10.1176/appi.ajp.2007.07071150. Consultado el 20 de julio de 2020.