“A los epidemiólogos, microbiólogos… no se nos tuvo en cuenta en absoluto”

Magda Campins, un referente en la pandemia, lamenta especialmente que no todas las decisiones se hayan basado en el criterio científico.

Magda Campins es jefa de Medicina Preventiva y Epidemiología en el Vall d'Hebron.
Magda Campins es jefa de Medicina Preventiva y Epidemiología en el Vall d’Hebron.

Que hacer para la proxima. Dra.

Francisco Juan Martínez Mojica

Eso le pasa por estar todo el dia trabajando en el laboratorio y no tener alguna participacion en politica. Pero no es España sino en el mundo. Acuerdese de nuestro compatriota creador del CRISPR 9. Francisco Juan Martínez Mojica. no solo no le dan el Nobel, sino que ni lo mencionan.

Pero que sepan usted y todos como los que actuan, que tienen el agradecimieno, de todos los que nos beneficiamos, con su experimentos e inventos, que son los que utilizan los colocados, para vivir, simplemente vivir. esto no es mas que la vida.

Pero querida Dra: Usted es la que crea

Ahora me parece muy honrado por su parte que lo cuente

La voz de Magda Campins, jefa del Servicio de Epidemiología y Medicina Preventiva del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, era ya respetada mucho antes de la pandemia, pero durante esta ha sobresalido por su criterio técnico y su tono sereno, nada fácil en medio de la crispación y las polémicas estériles.

Pregunta: ¿Qué nos faltó, que parece que nos pilló el toro?
Respuesta: Era previsible para epidemiólogos y salubristas, aunque se esperaba una de gripe, como la de gripe A, que tuvo poca afectación finalmente. Pero como teníamos sistemas sanitarios potentes, lo que no podíamos era esperar lo que ha pasado, y para lo que no estábamos preparados desde el punto de vista de la vigilancia epidemiológica. Lo podíamos haber frenado con una buena vigilancia epidemiológica, con rastreo y con laboratorios preparados y conectados a la asistencia. Ahora sí tenemos todo eso.

P: En la primera ola hubo días en que morían hasta 600 personas en residencias de mayores en España. ¿Se podría haber evitado?
R: Se hubiese podido evitar con un nivel de conocimiento y formación del personal. A las residencias, al no depender de la sanidad, llegaron tarde los protocolos. Cuando fuimos de los centros sanitarios a darles apoyo, nos encontramos con que no tenían equipos de protección individual (EPI), no separaban a infectados y sospechosos del resto, si había sanitarios no estaban integrados en el sistema… Y se tendría que haber previsto porque se trata de personas frágiles en entornos cerrados.

P: ¿Diría que se escuchó desde el principio a los epidemiólogos, microbiólogos, infectólogos…?
R: No se nos tuvo en cuenta en absoluto. En Cataluña, debíamos seguir de forma estricta los protocolos de Salud Pública del Departamento de Salud de la Generalitat, que no permitían un diagnóstico rápido de los casos sospechosos y no se actualizaban con la velocidad necesaria. Nosotros, en los hospitales, reclamábamos poder hacer el diagnóstico de los casos (PCR) en nuestros propios laboratorios (algunos ya teníamos capacidad para hacerlo), pero no nos hacían caso; todos los hospitales teníamos que derivar las muestras de los pacientes sospechosos al Hospital Clínic de Barcelona, cuyo laboratorio estaba colapsado. Eso nos obligaba a tener a personas aisladas a la espera. Epidemiólogos e infectólogos pedimos que nos dejasen tomar decisiones, pero no nos dejaban salirnos del protocolo, lo que creó un cuello de botella. Nos rebelamos porque no podíamos seguir en aquella línea y, finalmente, pusimos la directa: a cada paciente con posible neumonía le hacíamos una PCR y casi siempre el resultado era positivo: teníamos ya transmisión comunitaria.

P: Los políticos que han formado parte de la gestión de la pandemia en el Gobierno y las comunidades autónomas, ¿han estado a la altura? ¿Qué opina del trabajo del Consejo Interterritorial?
R: En esto no se pueden tomar decisiones políticas ni desde un partido u otro porque nos jugamos la salud de las personas y la economía. Hay que trabajar todos a una y escuchar a los técnicos, dejarse asesorar. Se han tomado decisiones que no puede ser que las hayan recomendado técnicos. Las confrontaciones políticas que se han dado han sido muy perjudiciales y han creado confusión entre los ciudadanos. En el Consejo Interterritorial se tenían que tomar acuerdos en base a indicadores epidemiológicos para que las comunidades autónomas los tuviesen que aplicar en función de su situación. Eso se hizo, pero no se ha aplicado de forma homogénea. La Comunidad de Madrid, por ejemplo, con las restricciones más laxas ha tenido los peores indicadores. Esto se ha hecho mal. Y la población no lo ha entendido. Se ha perdido la credibilidad de los políticos. Los sanitarios nos hemos ganado el respeto y la confianza de la población; pero en el caso de los políticos no sucede lo mismo.

P: Forma parte del mayor hospital de Cataluña: ¿qué le resultó más complejo hasta que lograron reorganizarse para hacer frente a la avalancha de pacientes con covid-19?
R: Lo más difícil no fue reorganizar todo el hospital porque todo el mundo se ofreció a hacer lo que hiciera falta, con mucha solidaridad y entrega; yo esto no lo había visto nunca. Así se convirtió rápidamente todo el centro en un hospital para covid-19. Lo más difícil fue la gestión de los EPI y la avalancha de pacientes. Como temíamos no disponer de suficientes EPI para tanta actividad, nos pusimos a hacer durante varios días pruebas para esterilizarlos y poderlos reutilizar con garantías. Eso nos ayudó muchísimo, pero al principio hubo profesionales que no se sentían seguros, y tuvimos que hacer muchas reuniones informativas, en plantas de hospitalización y en las UCI. La comunicación es esencial en una crisis como ésta. A mí, personalmente, ese problema me generó mucha ansiedad.

P: ¿En algún momento pensó en tirar la toalla? Muchos sanitarios arrastran secuelas psicológicas y emocionales por lo sucedido en la primera ola.
R: He estado muy cansada y he sufrido insomnio y mucha angustia por la situación. También he sentido miedo en algunos momentos de no ser capaces de poder atender al gran volumen de pacientes que llegaban a urgencias, de infectarme y de contagiar a la familia. Pero no he necesitado apoyo psicológico; quizá la experiencia profesional de muchos años de trabajo me haya ayudado.

P: Se desconocía todo sobre esta enfermedad y sobre cómo tratarla, parece que de los grupos de WhatsApp salía humo…
R: Ayudaron mucho los grupos de WhatsApp y hablar con la gente de otros hospitales, incluidos los de Italia, con los que tuvimos mucho contacto porque ellos iban 10 o 15 días por delante. Nosotros creamos en el hospital desde el principio de la primera ola un comité de crisis en el que participamos profesionales de diferentes servicios, junto a la Dirección asistencial, lo que nos dio mucha confianza y nos reforzaba; tomar decisiones consensuadas nos dio seguridad.

P: Se publicó mucho desde el principio pero en preprint. ¿Eso ayudó o complicó más, si cabe, las cosas?
R: Ayudó. Había algunas publicaciones en preprint que no tenían valor y que pudieron confundir, pero en general ayudaron a poder ver resultados de estudios de forma muy rápida, que era importante puesto que no podíamos esperar el tiempo que suele tardar en ver la luz una publicación convencional.

P: ¿Qué opina de la campaña de vacunación y de la polémica constante en torno a la vacuna de AstraZeneca? ¿No hubiese sido mejor de entrada una primera dosis para muchos?
R: Se tendría que haber seguido el modelo inglés: alargar el plazo entre la primera y la segunda dosis. Lo confirman los resultados en Reino Unido e Israel. Con la primera dosis ya hay un 80% de protección. Así iríamos más rápido con la vacunación y su impacto en hospitalizaciones y fallecimientos. Esto está demostrado. Alemania y Francia, entre otros países, ya han alargado el plazo.
La vacuna de AstraZeneca ha suscitado mucha polémica las últimas semanas, pero tiene una efectividad muy alta. Su efectividad en Reino Unido para prevenir hospitalizaciones y casos graves ha sido del 90%, superior a lo observado en los ensayos clínicos en fase III. Es cierto que se asocia a un riesgo muy bajo de un tipo infrecuente de trombosis de senos cerebrales, pero como digo, los beneficios superan a los riesgos. Este riesgo aparece en especial en personas jóvenes y en primera dosis. En segundas dosis, la incidencia es similar a la de la población no vacunada. No hay que causar alarma con ello, lo está afirmando cada día la EMA. ¿Por qué no hacemos caso a las agencias reguladoras? Pasan cosas que no se entienden. Tenemos que ir todos a una y no cada país por su cuenta. La vacuna de AstraZeneca se ha desprestigiado y eso es muy lamentable. Hay que administrar ya las segundas dosis que han quedado atrasadas de AstraZeneca.

P: ¿Se le está prestando suficiente atención sanitaria a la covid-19 persistente?
R: No está bien organizada aún la atención de estos pacientes; tendría que haber dispositivos bien montados en atención primaria. Sé que en Cataluña se está trabajando mucho para lograrlo, pero aún no está totalmente puesto en marcha.

P: ¿Viviremos una quinta ola o la vacunación masiva lo va a impedir?
R: Quizá sí, pero no con la presión asistencial de las anteriores, excepto que surja alguna variante que escape al efecto de las vacunas. Puede haber aumento en el número de casos, pero la afectación del sistema sanitario será menor, ya que las personas con mayor riesgo de hospitalización y complicaciones están vacunadas. No obstante, hasta que estemos todos vacunados, mejor que seamos prudentes.

P: ¿Se están vigilando bien las mutaciones del SARS-CoV-2? ¿Puede haber sorpresas?
R: Estamos secuenciando poco en España; el 10% es lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud, y estamos por debajo. También es importante cómo se hace la selección para ese 10%, que no solo puede ser aleatoria; hay que secuenciar casos de personas vacunadas que se han infectado, casos de brotes importantes, casos importados o de viajeros recientes… Quizás aún no se está secuenciando el número necesario para tener un buen conocimiento de la situación.

P: ¿Qué opina de los test de antígenos?
R: Un test rápido en un asintomático de manera aislada tiene poco valor porque la sensibilidad es baja. La PCR es una técnica mucho más sensible que nos permite detectar más casos, en especial cuando se trata de casos asintomáticos. Si esos test se hacen de manera repetida, entonces aumenta la sensibilidad. Habría que ir a una estrategia de este tipo. Y también habría que autorizar a las oficinas de farmacia a su venta y a formar a la población sobre cómo tomarse la muestra. Registrar el resultado después también es muy importante porque hay que hacer rastreo de contactos de positivos.

P: ¿Y del pasaporte covid-19 que la UE quiere tener en marcha para este verano?
R: Sería útil para reactivar la economía y el turismo, pero crea desigualdades importantes y cuestionables éticamente.

P: ¿Deben suspenderse temporalmente las patentes de la vacunas contra la covid-19?
R: Estamos en un mundo globalizado y hay que intentar que estemos todos vacunados para controlar de forma eficaz la circulación del virus. Hay países a los que no ha llegado ni una sola vacuna. Estoy absolutamente de acuerdo con que, en una situación excepcional como es esta, hay que liberarlas.

P: ¿El SARS-CoV-2 ha llegado para quedarse?
R: Es probable que sí, se quedará y se convertirá en endémico. Irá circulando y, dependiendo del nivel de circulación que tenga y de la duración de la protección conferida por las vacunas, nos tendremos que ir revacunando. Pfizer ya ha dicho que sería oportuna una revacunación a los 9 meses. El comportamiento del virus y el aumento de circulación estará probablemente vinculado a los inviernos. Pero falta más evidencia científica para hacer predicciones a largo plazo.

Carmen Fernández. Barcelona Jue, 10/06/2021 – 09:00