NEURONAS EN ESPEJO Y EMPATIA.
Quizas estemos cansados de investigadores, que nos copiamos unos a otros, pero excepcionalmente decimos algo nuevo
Esta claro que los circuitos de recompensa intervienen, y sabemos algo de ellos y los localizamos en áreas fronto-limbicas e incluso los transmisores que lo muevan o activen. Pero la inhibición de las funestas consecuencias que lleva consigo la repetición, ni estamos muy seguros de ellas, ni sabemos bloquearlas.
Sherrithon, mostro una especial atención por el mecanismo inhibitorio del sistema nerviosos para realizar actos tan elementales como la flexion de una articulación, si el musculo activado, no lleva para consigo la inhibición del oponente, la articulación no se mueve.
Esto de manera ideal se puede aplicar a los mecanismos superiores que forman nuestra conducta, pero eso si con un mucho de “adivinanza”.
Nuestra relación con los demás, esta motivada por un mecanismo de excesiva complejidad, pero que se puede esquematizar , con todo el riesgo que ello conlleva.
La empatía es una habilidad compleja que nos permite identificar y compartir las emociones que sienten otros individuos sólo con observarlos. Esta habilidad es fundamental para los animales sociales ya que para que una sociedad funcione correctamente es necesario entender los pensamientos, acciones e intenciones de los demás y ser capaz de transmitir los nuestros.
– La simpatía se definiría como la capacidad de sentir emociones positivas hacia otras personas o negativas cuando vemos que sufren. A diferencia de la empatía, sentir simpatía no significa sentir lo mismo que el individuo que observamos. Por ejemplo cuando una persona por la que sentimos simpatía está enfadada nosotros solemos sentir pena y no furia.
– El contagio emocional se produce cuando sentimos la misma emoción que la persona que estamos observando pero no la identificamos como ajena, si no como propia. Un ejemplo de contagio emocional sería el hecho de que un bebé empiece a llorar cuando ve a otro llorando, en dicho caso no estaríamos hablando de empatía puesto que el bebé es incapaz de saber por qué está llorando. Afortunadamente el contagio emocional suele darse ante emociones positivas, a menudo nos sentimos contentos porque las personas a nuestro alrededor están felices.
– La teoría de la mente es la capacidad de inferir qué está pensando otra persona o las intenciones que tiene solo con verla y, a diferencia de la empatía, sin necesidad de compartir sus emociones. Un buen ejemplo de la diferencia entre estos dos fenómenos es la conducta de las personas que sufren un trastorno de la personalidad psicópata. Estas personas suelen tener una correcta teoría de la mente, por lo tanto son capaces de entender qué piensan otras personas, pero no tienen una correcta capacidad empática, por lo cual son inmunes a las emociones de los demás. Es decir son capaces de saber qué está sintiendo la otra persona pero no comparten dicha emoción.
Para ser capaz de sentir empatía es indispensable el correcto funcionamiento de dos regiones cerebrales, la ínsula anterior y la corteza cingulada anterior. Estas regiones están relacionadas con la motivación y la percepción de nuestras propias sensaciones.
La ínsula está relacionada con la percepción visceral, por ejemplo el sentimiento de nudo en el estómago cuando vemos a otra persona llorar, mientras que la corteza cingulada estaría más relacionada con la motivación ya que tiene un papel fundamental en la identificación de errores y de la conducta necesaria para evitarlo.
A lo largo de la historia se han realizado numerosos estudios que relacionan estas áreas con la empatía. Se podría decir que la “madre” de estos estudios es Tania Singer quien demostró en un estudio con macacos que al experimentar dolor se activaban las mismas estructuras que al ver a otro individuo experimentándolo.
Más tarde, la misma autora, comprobó que dicho efecto se observaba también en humanos. Por ejemplo en un estudio con parejas registró la actividad cerebral de la pareja femenina cuando esta recibía una estimulación dolorosa y cuando veía que su pareja sufría la misma estimulación.
Como resultado se comprobó que en ambos casos se activaban las mismas áreas, la ínsula anterior y la corteza cingulada anterior. En posteriores estudios se ha encontrado que estas áreas se activan cuando vemos a una persona desconocida sufriendo e incluso cuando observamos vídeos o fotos en los que aparecen individuos con expresión de dolor.
Un fenómeno muy interesante también relacionado con la empatía es la simulación sensorial, este fenómeno es el responsable de que percibamos sensaciones sensoriales cuando vemos a otra persona.
La corteza somatosensorial secundaría se activa en los individuos cuando le acariciaban la pierna así como cuando observaban vídeos de otras personas que también eran acariciadas.
Para sentir empatía son imprescindibles las neuronas espejo, estas neuronas se activan igualmente cuando realizamos una acción y cuando vemos que otra persona la está realizando. De manera que cuando vemos a una persona realizando una acción nuestro cerebro se comporta como un espejo imitando mentalmente al individuo que estamos observando, de ahí su nombre.
El descubrimiento de las neuronas espejo fue uno de los más importantes del siglo XX para el campo de las neurociencias. Este tipo de neuronas fueron descubiertas accidentalmente en 1980 por dos investigadores italianos, Rizzolati y Pellegrino.
Estos investigadores pretendían monitorizar los mecanismos neuronales que se activaban al realizar una acción motora, para ello registraron la actividad neuronal con electrodos de un macaco mientras éste cogía cacahuetes y se lo comía.
En un momento dado durante el experimento uno de los investigadores tomó un cacahuete y se lo comió, imagínese su sorpresa al descubrir que al mono se le habían activado las mismas áreas cerebrales que al hacerlo él mismo, en concreto el área F5 de la corteza ventral premotora. De modo que podría decirse que las neuronas espejo se descubrieron gracias al apetito de uno de los
investigadores.

En posteriores investigaciones se ha encontrado que no hace falta ver a otro individuo realizando una acción para que estas neuronas se activen, basta con escucharlo o inferir que se está realizando dicha acción.
Dada la descripción anterior, podría parecer que las neuronas espejo sólo se encargan de la simulación motora, pero gracias a ellas podemos saber qué está haciendo una persona y por qué lo está haciendo, es decir cuál es su objetivo.
Por ejemplo en un estudio realizado por Iacoboni se observó que si se mostraban imágenes de personas realizando la misma acción, coger un vaso, pero con diferente contexto, platos sucios o limpios, los participantes del estudio atribuían intenciones diferentes a las acciones. En el caso de los platos sucios inferían que la intención era recoger el vaso y
en el contexto de los platos limpios se infería que la intención era beber.
Aún así lo En humanos se han encontrado neuronas espejo en el área motora F5, área 44 de Brodmann (parte de la corteza premotora), y en la corteza parietal posterior. Estás regiones no están conectadas directamente, lo hacen a través del surco temporal superior, estructura con la que se comunican de manera bidireccional, es decir envían y reciben información.
El área 44 de Broadman, la cual forma parte del área de Broca implicada en la producción motora del habla, nos serviría para conocer el objetivo de la acción, mientras que la corteza parietal inferior sería la encargada de codificar los movimientos necesarios para realizar dicha acción. En dicho circuito el surco temporal superior actuaría como un nexo entre las dos estructuras y no tendría propiedades “espejo”.
Al parecer nuestras neuronas espejo están activas desde el nacimiento ya que las conductas de imitación son innatas y pueden observarse desde edades muy tempranas.
Las neuronas espejo van desarrollándose a medida que crece el individuo, de manera que las conductas de imitación van perfeccionándose poco a poco a través de la experiencia. Es decir a mayor experiencia con una conducta concreta, mayor activación de las neuronas espejo y mayor perfeccionamiento de la simulación.
El valor evolutivo de las neuronas espejo se hace patente ya que facilitan el aprendizaje mediante la observación así como la transmisión de información, según Ramachandran “ el hay en ti es como si estas neuronas estuvieran adoptando la perspectiva del otro, es como si estuvieran realizando una simulación Padre y de realidad virtual de la acción de otra persona”.
Por ejemplo en un estudio realizado por Buccino en 2004 se observó que al imitar virtualmente tocar la guitarra se activaban más las neuronas espejo de los músicos que había tocado la guitarra con anterioridad al de las personas que no habían tocado nunca la guitarra.
Referencias
1. Antonella, C., & Antonietti, A. (2013). Mirror neurons and their function in cognitively understood empathy. Consciousness and Cognition, 1152–1161.
2. Carlson, N. R. (2010). Control of Movement. En N. R. Carlson, Physiology of Behavior (págs. 280-282). Boston: Pearson.
3. Carmona, S. (2014). Cognición Social. En Redolar, Neurociencia Cognitiva (págs. 702-706). Madrid: MÉDICA PANAMERICANA.
4. Lamma, C., & Majdandzic, J. (2014). The role of shared neural activations, mirror neurons, and morality in empathy – A critical comment. Neuroscience Research, 15-24.
5. Singer, T., Seymour, B., O’Doherty, J., Kaube, H., Dolan, R., & Frith, C. (2004). Empathy for Pain Involves the Affective but not Sensory Components of Pain. Science, 466-469.