“LAS EMOCIONES SON FUERZAS BIOLÓGICAS, NO LAS DETIENE LA MENTE”

Hilary Jacobs Hendel,bioquímica, psicoanalista y psicoterapeuta

Esta señora que parece muy documentada, vuelve a hablar del famoso binomio, emoción y sentimiento y lo hace de una manera romántica como si esa estructura tan rígida encargada de la alarma pudiera ser modelada por nuestra voluntad

El titulo de su comunicación se contrarresta con su solución posible, «Esta en nuestra mano».

                                       “A que no”

Este magnifico articulo como muchos de la Vanguardia, me llena de contradicciones, pero permítanme que lo comente.

Miedo a sentir

Tenemos miedo a sentir: un poco de tristeza, un poco de ira vale, pero ¡ay si nos embarga!, que nos den lo que sea. “Las emociones no pueden ser ignoradas sin tener consecuencias, de ahí los niveles crecientes de ansiedad y depresión en el mundo. Evitar las emociones tiene múltiples costes”, nos explica esta terapeuta con consulta en Nueva York y articulista en The New York Times , Oprah Magazine , NBC, Fox News… Hija de una familia de freudianos cuyo mantra era “la mente por encima de la materia”, conoce bien el precio de reprimir las emociones. Sufrió un par de depresiones en la treintena. Su trabajo personal y profesional la llevó a diseñar el triángulo del cambio, una brújula hacia uno mismo que explica en No siempre es depresión (Eleftheria).

Enfatizamos la importancia de los pensamientos y de la razón pagando un precio muy alto.

Lo pone en nuestra voluntad, la gran falsedad de la historia. Ponernos de acuerdo con nosotros mismos y frenar aquellas cosas que son inesperadas y que van corriendo a  informar a todo el cerebro de que se prepare para la lucha y sobre todo para que este prevenido ante nuevas emociones. Pero ello, sin el conocimiento de lo que despierta nuestra emoción y sin la detención del persistente estado que proporciona la alarma.

No esto no depende de nuestra voluntad.

Estamos constituidos preferentemente para estar en guardia y la persistencia de este estado, no  hace enfermar, sobre todo de ansiedad a un numero enorme de la población.

 El continio cambio de las condiciones, físicas y soocialres, lqas que estamos sometidos, nos hacen sobreutilizar el estado de alerta y la necesidad de remediarlo, como sea. Drogas de todos los tipos. Pero la autoayuda tan predicada también en nuestros tiempos. Dudo mucho que sirva

¿Qué precio?

No darnos cuenta de lo que nos ocurre emocionalmente. No tenemos conciencia de cómo las emociones afectan a la salud física y mental.

Nos da miedo entregarnos a ellas.

Cierto. La mayoría de nosotros no sabemos cómo lidiar de manera efectiva con las emociones. En lugar de eso nos esforzamos en intentar gestionarlas mediante la evitación.

Al mal tiempo, buena cara.

Es un error. Las emociones bloqueadas causan estrés en la mente y en el cuerpo. Este estrés conduce, entre otros, a síntomas como la depresión, la ansiedad, los trastornos alimenticios, las autolesiones, las adicciones, los trastornos de personalidad, la agresividad.

Ahora todo el mundo se expresa, hay activismo, protestas, redes… y mucha depresión.

Se trata de asumir y manejar las emociones, pero para eso debemos encontrar la manera de reconocerlas y validarlas, entender qué nos está ocurriendo. No sirve de nada ni reprimirlas, ni expresarlas sin pensarlas primero.

Normalmente no sabemos qué hacer.

Tenemos que llegar a sentirnos cómodos y no asustados con la experiencia de nuestras emociones; y tenemos que tener la habilidad de controlar los impulsos sin tener que enterrarlos mediante drogas legales e ilegales.

¿Cómo reconocerlas y afrontarlas?

De entrada hay que entender que las emociones son fuerzas biológicas y por tanto no las podemos detener con el poder del pensamiento.

Ese dato es importante.

Todos lo sabemos: las emociones son fuerzas poderosas que, en un instante, se apoderan de nosotros y nos hacen sentir cosas, hacer cosas, y reaccionar de maneras que a menudo son perjudiciales. Pero si las enterramos o anestesiamos acabarán abriéndose paso.

Las emociones no son racionales.

No, son programas de supervivencia profundamente integrados en el cerebro y no sometidos al control consciente.

Es decir son fortuitos en su aparicion, externa, “emoción” y fortuitos en la respuesta donde la voluntad no interviene para casi nada, “sentimientos”.

Cuando el periodista le pregunta :

¿Qué propone?

El triángulo del cambio. Imagine un triángulo invertido: en las esquinas superiores tenemos las emociones inhibitorias y las defensas, y abajo las emociones fundamentales.

Vayamos por partes.

Las emociones fundamentales (pena, tristeza, miedo, ira, culpa, vergüenza y excitación), detonadas por eventos dentro o fuera de la persona, suben hacia arriba para ser sentidas, experimentadas, reconocidas y expresadas. Nos dicen qué queremos, qué necesitamos, qué nos gusta y qué no nos gusta.

¿Y cuáles son las emociones inhibitorias?

Las que como la ansiedad, la vergüenza y la culpa bloquean las emociones fundamentales: no lloro porque me da vergüenza. Son un mecanismo de seguridad para evitar que las emociones nos desborden.

Y nos defendemos como podemos.

Esto lo pueden hacer algunas personas muy ensalladas, pero la mayoría, cae en la enfermedad crónica, con un componente de ansiedad que nos inutiliza y precipitas a las drogas. Y sobre los que determinados componentes de la psicología, nos hacen responsables y agravan el problema

Eso es. Las defensas son la manera que tiene la mente de protegernos del dolor emocional y de que nos sobrepasen los sentimientos, pero mantener comportamientos defensivos requiere una energía que, de otra forma, podría estar disponible para otras conductas vitales.

Las emociones tienen un ciclo.

Son como una ola: suben, culminan y bajan. Si este movimiento no tiene impedimentos nos sentimos bien. Pero si nos da miedo sufrir y bloqueamos la emoción mediante un copazo, un ansiolítico o distracciones, la tensión y la ansiedad se acumula y se distorsionan nuestros pensamientos.

Entendido.

Toda nuestra vida rota alrededor de ese triángulo. Las emociones son la brújula para dirigirnos en nuestro camino y relaciones. Si no tenemos acceso a ellas no sabemos qué es lo que de verdad estamos necesitando en ese momento.

Póngame un ejemplo cotidiano.

Cuando uno de mis hijos me dice algo que me daña, en lugar de irme a la cabeza y empezar a darle vueltas tal y como solía hacer, ponerme tensa y reaccionar diciendo cosas estúpidas que dañan nuestra relación, voy a mi cuerpo.

¿Qué significa eso?

Hago un escáner de los pies a la cabeza para poder nombrar las emociones que me han impactado. Y lo primero que detecto es que tengo muchas emociones al mismo tiempo.

¡Incluso contradictorias!

Sí, siento tristeza, rabia y también amor por mis hijos. Saberlo me evita la reacción. Luego, con calma, pienso cómo quiero responder a eso.

Un buen aprendizaje.

Que mejora con la práctica. El secreto está en sentir la emoción en el cuerpo, porque el propósito de la emoción es detonar una acción y preparar nuestro cuerpo para dicha acción, y esa acción siempre es adaptativa. Intente siempre saber en qué esquina del triángulo está y qué emociones subyacen.

Lo intentaré.

Entienda que las emociones simplemente son. Juzgarse a sí mismo no es útil. Creer que podemos parar las emociones para que no sucedan es falso. En lugar de eso, adéntrese, conozca qué está experimentando.

La emoción y el sentimiento son parámetros constantes a los que intentamos abordar desde el punto de vista mecánico, pero no hay que olvidar que lo que lo perpetúa es psíquico y difiucil de manejar . El número de pacientes afectados por desórdenes de la emoción y el sentimiento es decir del sistema de alarma es enorme . la complejidad creciente del mundo que vivimos lo incrementa, y llegan a sufrilos de forma aproximada un tercio de la población.

La alteración de la vía periférica, su conducción por el diencéfalo hasta la corteza cerebral sobre todo prefrontal, debe ser muy lábil y  sometido a múltiples agresiones.

De los trabajos más claros que he leído, son los de Antonio Damásio en su libro “El error de Descartes”. Topografíar anatómicamente este circuito es muy difícil y lo es mas su función y química. Y por ello es muy frecuente encontrar marcados errores de interpretación .

Cuando cualquier expresión psíquica se produce, intervienen múltiples estructuras y actúan varios neurotransmisores que actúan armonicamente en la salud, sobre un cerebro cargado de información. Y sirve de manera fundamental a la conservación del sistema de alarma .    

Las emociones y sentimientos se presentan de una manera universal sin importar razas, género, condición social o geográfica.

Son múltiples las teorías que intentan explicar este binomio te emoción y sentimiento y cada  uno lo expresa fundándose en su cultura.

Lo malo de este problema es que los ricos en palabras lo hacen de una manera más romántica y bella que los anatomistas. y así tenemos definiciones múltiples que no se contradicen en sí sino que son expresadas de forma distinta.

La vía periférica diencéfalo cortical , soporta la emoción y el sentimiento. Su anatomía y fisiología son muy complicadas y sometida a interpretaciones humanas  

Pauld Edman, afirmaba que  las emociones no dependían de raza o de género sino que eran universales.

Aristóteles decía de las emociones,  que es toda la afección del alma acompañada de placer o de dolor, y en las que el placer y el dolor son la extensión del Valor que tiene para la vida la situación misma.

René Descartes sostenía lo que él llamaba el dualismo ontológico que sostiene el alma y el cuerpo, que el alma es divina e inmortal y que pertenece a Dios. Mientras que el cuerpo  es terrenal y pertenece a los hombres. Alma y cuerpo están separados

Baruch Spinoza sostiene que la mente humana es la idea del cuerpo, del cuerpo  humano o sea uno mismo. Esta postura es sostenida en el siglo XX por Antonio Damasio

Paul Broca en 1888 hace la primera definición del sistema límbico, lo llamo gran lóbulo límbico o rinencéfalo. El lóbulo límbico se sitúa en la mitad interna de los hemisferios cerebrales que forman un limbo alrededor del tallo cerebral y  creyó que era el lóbulo de la olfasion.

En 1928 Phillid Bard  señala el hipotálamo como el centro crítico para coordinación del comportamiento emocional. Bard extirpo ambos hemisferios cerebrales, corteza y ganglios basales de gato. Y observó que los gatos  presentaban comportamiento de enojo, una intensa. dilación pupilar,  erección de los pelos del dorso y cola y aumento de la presión arterial. Pero esta reacción no se presentaba cuando también separaba el hipotálamo y su unión con el mesencéfalo. Pensó que la corteza cerebral debía estar intacta en los procesos subjetivos de la emoción, pero que la corteza no se utilizaba en los procesos emocionales coordinados.

Walter R Hess estimulaba distintas áreas del hipotálamo en gatos despiertos y observaba las conductas resultantes. Al estimular la zona lateral del hipotálamo se producía una respuesta estereotipada de no y rabia en los datos. Mientras que si estimulaba la zona medial ocurrió lo contrario.

El concepto de sistema límbico nace entre 1930 y 1940 y define un sistema de emociones y de su expresión.

James Papez en 1937, anatomista americano. Propone una estructura donde las distintas formaciones se proyectaban hacia el hipotálamo que se encargaba de regular la expresión de las emociones. Papez encontró un papel fundamental del hipocampo en las emociones. Sus investigaciones las hizo en perros con rabia en los que en la disección post mortem encontraba lesiones extensa en el hipocampo. Su circuito de las emociones se aproximó al modelo moderno. Pero no incluyó la amígdala en el circuito de las emociones.

Según Papez , en las emociones el estímulo externo llega al tálamo y desde aquí toma dos vías. Una larga que llega a la corteza y otra corta que va hacia el hipotálamo pasando por una serie de circuitos.

Kluver y Bucy en 1929 estudiaron lesiones extensas del lóbulo temporal en simios y observaron que la lesión de la amígdala producían una serie de síntomas y convertian los animales en extremadamente dóciles y no tenían miedo a                las serpientes. Dicha síndrome se acompañaba también de hiperoralidad, hipersexualidad y agnosia visual, y se le conoce actualmente como síndrome de Kluver & Bucy. Los monos con los que experimentaban tomaban Mezcalina, para estudiar sus emociones, pero después de la extirpación de las amígdalas no presentaban cambios en las alucinaciones y si en su conducta.

Yo creo que he laborado el termino de investigador “Romántico”.

Piensa algo a certado y documentado, y el resto y complejo devenir, se lo imagina y lo escribe.

Este es mi desacato.

No somos responsables de nuestro estado de animo, de nuestra ansiedad, viene impuesta y por ahora no sabemos  reprimirlas, salvo con drogas, que es casi peor.

Que Dios reparta suerte

La Vanguardia

IMA SANCHÍS

31/12/2020 00:27Actualizado a 31/12/2020 07:48

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