INTELIGENCIA ARTIFICIAL

La inteligencia artificial es el sueño actual, imita la inteligencia humana y debe servir para aumentar nuestro conocimiento de manera útil.
La inteligencia artificial (IA) es la capacidad de aprendizaje de ciertos algoritmos para detectar patrones de comportamiento complejos en datos, abundantes y con diversos formatos que imiten la inteligencia humana
Debe tener la capacidad de ofrecer descubrimientos y también predicción que mejoren lo establecido en precisión frecuencia, calidad y conseguir procesos que hasta ahora no han conseguido los humanos, y que ofrezcan ventajas a las organizaciones que la utilicen.
De ellos se derivaba la adopción exitosa de una nueva tecnología de manera transversal en todo el mundo, en el sector público y el privado, y la generación de una nueva industria especializada de alto valor añadido
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La inteligencia artificial es una nueva revolución Como las revoluciones industriales previas, transformará también cómo producimos y consumimos productos y servicios y, más en general, cómo vivimos. La revolución de la IA es una subrevolución de la transformación digital. La primera hace que toda acción del mundo real tenga su correspondiente digital; la segunda, que la inteligencia activable, la que utilizamos para tomar decisiones en el día a día, salga del cerebro por primera vez en la historia.

En el mundo empresarial aún estamos en una etapa inicial de la IA, con una minoría de empresas pioneras que han conseguido integrarlas en toda su operativa y conseguir impacto visible en la cuenta de resultados. La incorporación de la IA en la toma de decisiones requiere muchos datos y matemáticas, también organización y procesos para integrarlas con éxito con negocio y tecnología.
La inteligencia artificial detectó antes que nadie la epidemia del virus de Wuhan
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El 31 de diciembre un software canadiense que rastrea múltiples fuentes de datos para detectar la posible propagación de enfermedades advirtió sobre la enfermedad del Coronavirus

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La empresa BlueDot apenas es conocida. Pero está ayudando a salvar vidas por todo el mundo a través del análisis de datos masivos. Dispone de varios productos de software que son capaces de anticiparse a los datos oficiales sobre epidemias. Algo que en el caso de ciertos gobiernos, reticentes a dar información precisa como el de China, puede ser vital para que una epidemia no se expanda y se transforme en pandemia.
De hecho, las autoridades chinas desde un primer momento prometieron castigos para los que difundieran datos no oficiales sobre el virus. Como la cantidad de personas que podrían estar enfermas o haber fallecido. Pero no sólo el Gobierno de China usa estas prácticas. Por lo general para mantener la calma de la población las autoridades de varios países tienden a ser conservadoras a la hora de informar sobre la peligrosidad de algunas enfermedades contagiosas.
Ahí es dónde entran sistemas de inteligencia artificial como el de BlueDot. Como informan en Wired, se detectó un posible foco de infección del virus de Wuhan el 31 de diciembre. El software de esta empresa se basa en el análisis de múltiples fuentes de datos en internet. Como informaciones de medios de comunicación, datos oficiales, bases de datos sobre enfermedades de animales o plantas e incluso comentarios vertidos en foros. Aunque no rastrea las redes sociales por mostrar información demasiado caótica.
BlueDot también acertó, a partir de los datos de tráfico de personas por avión, hacia dónde se podía propagar el virus en los primeros días: Bangkok, Seúl, Taipei y Tokio. Así que los clientes de esta empresa, normalmente gobiernos o instituciones sanitarias, conocían con días de antelación que algo estaba pasando en Whan. Incluso disponían de información sobre que el brote pudo estar en un mercado de esa ciudad en el que se venden animales sacrificados y vivos.
Kamran Khan, especialista en enfermedades infecciosas y fundador de BlueDot, decidió fundar esta empresa en 2004 tras probar otros programas que no cumplieron sus expectativas. Desde entonces este no ha sido su primer logro. Según la empresa ellos lograron predecir seis meses antes el virus Zika que asoló Florida seis meses antes de que se produjera el primer caso.
Google compró recientemente la empresa de pulseras de actividad y relojes inteligentes Fitbit. El software de estos productos es capaz de detectar síntomas sobre si estamos contrayendo la gripe, que por supuesto deben ser verificados por servicios médicos. Pero las pulseras de Fibit pueden enviar información valiosa a las autoridades para el control de estos brotes.
Las pulseras de Fitbit intentan predecir si estamos enfermos a partir del ritmo cardiaco y los datos de sueño. A pesar de que es un avance tímido, el Apple Watch ya dejó claro que era una poderosa herramienta de control de la salud al predecir cosas como las alteraciones del ritmo cardiaco e incluso realizar cardiogramas.
Estas pulseras podrían ser útiles para detectar otras posibles enfermedades si se incluyen más sensores. De hecho, existen algunos modelos de relojes inteligentes capaces de medir nuestra temperatura corporal, para detectar si tenemos fiebre, e incluso la cantidad de oxígeno en sangre. Estas variables pueden no ser exactas para tener un diagnóstico médico certero, pero su uso como datos masivos que se cruzan con otras informaciones pueden revelar la propagación de enfermedades.
Esto sin embargo esto plantea un dilema: ¿estamos dispuestos a que nuestros datos de salud sean tratados como información? Se debería blindar la privacidad de los datos para que muchos estuviesen dispuestos a compartir una información de ese carácter. Aunque esto sólo sería interesante en el caso de que un gran número de personas dispusieran de estos dispositivos.
Pero volviendo al presente, la tecnología puede orientarnos por ejemplo a la hora de viajar a zonas en las que hay epidemias peligrosas. Como la del ébola, que azotó sobre todo a África pero incluso dio el salto a España. En el caso concreto del virus de Wuhan . En Google Mapas encontramos este mapa en el que se puede ver su propagación. Aunque, como sucede con toda la información médica, conviene que sea consultada sin caer en el pánico injustificado.