EL EFECTO DEL LAGO WOBEGON O CONSIDERARSE POR ENCIMA DE LA MEDIA

 El escritor Garrison Keillor creó una ciudad ficticia denominada “El lago Wobegon”. Un lugar en el que, según sus palabras, todas las mujeres son fuertes, todos los hombres son bien parecidos y todos los niños están por encima de la media. Esta definición dio nombre a un sesgo cognitivo como SUPERIORIDAD ILUSORIA.

Si nos pidieran que valorásemos nuestro nivel de inteligencia en comparación con la del resto, la mayoría de nosotros diría que estamos por encima de la media. Algunos quizás se situaría más cercanos a esta, pero serían muy pocos quienes reconocerían estar por debajo.

No hace falta ser muy listo para encontrar individuos que se sobrestiman y por el contrario otros que se infravaloran.

Lo que llama la atención es que un escritor Garrison Keillor, escriba un libro tan interesante pero cuyas conclusiones son del dominio general  y y además lo sitúa en un pueblo donde todo el mundo responde a este patrón

El efecto del lago Wobegon también se relaciona con la superioridad ilusoria, es decir, con la creencia de considerarse superior a los demás y obviar los defectos y errores. De esta manera, el individuo establece una falsa superioridad en relación a varios aspectos como la inteligencia, la belleza o el comportamiento.

La superioridad ilusoria de considerarse por encima de la media , había sido observado por distintos eruditos.

Pero que conste son  del dominio público  

Unos ejemplos de cómo distintos autores describían esta postura , qué más que extraña es humana

Charles Darwin “la ignorancia engendra más confianza que el conocimiento”. Por lo tanto, la superioridad ilusoria suele darse más en personas incompetentes que tienden a sobrestimar sus habilidades. Personas miopes para reconocer las habilidades y capacidades de los demás.

Este autoengaño y problema de concienciación cognitiva suele estar vinculado con la vanidad que caracteriza a este tipo de personas; por lo que, además de considerarse superiores, estos individuos son incapaces de reconocer su error. Aceptar que no saben algo o que no tienen ciertas capacidades o habilidades es imposible para ellos.

Lo más interesante de este sesgo cognitivo es que cuanto más incompetente se es, menos conciencia se tiene de ello. Suelen ser personas que se vanaglorian de sus capacidades intelectuales, de su cultura y de su inteligencia, cuando realmente no presentan tales habilidades cognitivas ni culturales. Y, lo que es peor, no son conscientes de ello e incluso, la inseguridad les domina aunque no la muestren.

Esta actitudHumana no es buena ni mala pero es equivoca y falsa  Y la mayoría de los humanos lo sabemos y procedemos en consecuencia A la mayoría no hay que crearlos que forma parte posiblemente del mal entendimiento entre los Humanos

“Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se deben a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas”.

Keillor Afirmaba que esta ciudad del Lago Wobegon, está situada  en «el centro de Minnesota, cerca del condado de Stearns, alrededor de Holdingford, no lejos de St. Rosa y Albany y Freeport, al noroeste de St. Cloud»,

El efecto Lago Wobegon es una tendencia humana natural, real y omnipresente a sobreestimar las capacidades de uno mismo en relación con los demás y fue así nombrado, al parecer por David Myers, en honor al pueblo de ficción.

La pretensión era la de creer que los habitantes de este pueblo eran superiores en todo

Una serie de experimentos se han hecho sobre ese tema y en general tienen las mismas conclusiones sus hombres tienden deformar sus cualidades

Una serie de conclusiones confirman   lo anterior

 Los  trabajos de Messick et al., 1985, usaron como muestra 78 estudiantes universitarios, matriculados en una asignatura de introducción a la psicología y participaron en el estudio como parte de los requisitos del curso. Se pueden poner en duda las condiciones en que se ejecutaron

Como material se les dio a los alumnos unos cuestionarios que tenían una página inicial, para que anotaran sus datos biográficos y dos páginas adicionales. En la parte superior de una de estas páginas estaba el siguiente párrafo:

En el espacio de abajo, por favor escribe todas las cosas que puedas pensar o hacer, o que otras personas hacen, que describirías como injustas. Si tú crees que haces esas cosas más a menudo que los demás, empieza la frase con «Yo». Si piensas que los demás hacen esas cosas más a menudo que tú, entonces empieza la frase con «Ellos». Por ejemplo, «Yo copio en los exámenes» o «Ellos aparcan en plazas para discapacitados». Tienes 5 minutos para esta tarea.

En la segunda página existía un párrafo similar pidiendo comportamientos «justos». La mitad de los estudiantes recibieron cuestionarios en que primero estaba el párrafo de las cosas injustas y luego el de las justas y la otra mitad al revés. Los sujetos contestaban las preguntas en la primera hoja. El investigador entonces les pedía volver la hoja y leer las instrucciones, luego les cronometraba durante cinco minutos y después les mandaba parar y les pedía volver la siguiente página y les cronometraba durante cinco minutos más. Los investigadores revisaron las listas, registraron cuántos empezaban con «Yo» y cuantos con «Ellos». En algunos casos la frase empezaba con «Nosotros» y entonces se puntuaba como medio punto para «Yo» y medio para «Ellos».

Zuckerman y Jost (2001) estudiaron la popularidad de los estudiantes, cómo la valoraban ellos mismos y cómo se veían frente al resto de sus compañeros y, en particular, frente a sus amigos más próximos. Es un tema importante en investigación sobre cognición social y sobre redes sociales. La distinción entre comparaciones con amigos y con una población general es clave en lo que se conoce como el modelo del «mantenimiento de la autoevaluación». Según este modelo, la gente se siente más amenazada por el éxito de sus amigos que por el de extraños en dominios que son relevantes para uno mismo y, por lo tanto, hay más evidencias de tener sesgos a nuestro favor en las comparaciones con nuestros amigos que en otras comparaciones sociales, con grupos menos cercanos.

Al distinguir entre dos grupos de comparación («amigos» y «otros»), es también posible extender la paradójica demostración de Feld de que la mayoría de la gente debe tener menos amigos que sus amigos. Esta «paradoja de la amistad» es una consecuencia matemática del hecho de que la gente popular participa en más círculos sociales que la gente menos popular.  El lado objetivo de la paradoja de la amistad es que la mayoría de gente tiene menos amigos que sus propios amigos; el lado subjetivo es que la mayoría de la gente, en contra de la realidad, cree firmemente que tiene más amigos que sus propios amigos.

La paradoja de la amistad añade interés y significado porque plantea la posibilidad de que la gente está motivada para creer que están por encima de la media no solo en situaciones en las que están en torno a la media sino incluso en situaciones en las que son, por definición, inferiores a la media. Uno de estos es lo que se ha llamado el efecto Kruger-Dunning, en relación por el artículo publicado por estos dos autores en 1999.

El efecto Dunning-Kruger es un sesgo cognitivo según el cual los individuos con escasa habilidad o pocos conocimientos adolecen de un sentimiento de superioridad ilusorio, considerándose más inteligentes que otras personas más preparadas, y estiman incorrectamente su habilidad, que consideran por encima de lo real. Este sesgo se explica por una incapacidad metacognitiva del sujeto para reconocer su propia ineptitud. Por el contrario, los individuos altamente cualificados tienden a subestimar su competencia relativa, dando por sentado erróneamente que las tareas que son fáciles para ellos también son fáciles para otros. David Dunning y Justin Kruger, profesores de la Universidad de Cornell, concluyeron que: «La sobrevaloración del incompetente nace de la mala interpretación de su propia capacidad. La infravaloración del competente nace de la mala interpretación de la capacidad de los demás».

En primer lugar, los sesgos cognitivos reflejan la tendencia de los individuos a confiar en criterios simples y atajos mentales cuando hacen juicios complicados. Incluso cuando esos juicios tienen consecuencias importantes, las personas confían frecuentemente en cosas como la «disponibilidad», la «representatividad» y la «vivacidad» de ciertos elementos de información, que a menudo no son adecuados a la tarea de juzgar. En segundo lugar, los deseos de  auto-presentación positiva llevan a la gente a hacer comparaciones egoístas entre ellos mismos y los demás. Así, la mayoría de la gente creemos que somos «mejores que el promedio» en una amplia variedad de rasgos, habilidades y resultados.

Una consecuencia importante del «efecto Lago Wobegon» se da a la hora de elegir un camino en un tratamiento médico complejo. Muchas veces los médicos presentan con claridad a los pacientes las opciones disponibles y sus probabilidades de éxito, pero el paciente piensa que ese pequeño porcentaje de posibles buenas noticias es el suyo. Por supuesto que hay que mantener la esperanza, pero engañarse a uno mismo es algo totalmente diferente. El problema del efecto Lago Wobegon es que tres cuartas partes de las personas con un cáncer de pulmón incurable piensan que se van a curar (Smith, 2013).

Los pacientes que sobreestiman o niegan su pronóstico no viven más que los demás y tienen una probabilidad mayor de tener una «mala» muerte en el hospital, con técnicas de resucitación o pasar sus últimos días inconsciente y conectado a una máquina.

Prairie Home, señaló que, en consonancia con su ascendencia escandinava, los wobegonianos prefieren restar importancia, en lugar de sobreestimar, sus capacidades o logros. Son gente reservada y modesta, buena gente de pueblo.

Me parece deducir de lo anterior que no estamos terminados qué nos gusta tener de nosotros una idea hipervalorada o infravalorada pero desde luego no es real .

O no nos interesa o no nos conviene pero no es real y la mentira está asegurada para la convivencia .

Bibliografia

Heath C, Heath D (2011) Switch. How to change things when change is hard. Thorndike Press, Waterville (ME)

Kruger J, Dunning D (1999) Unskilled and Unaware of It: How Difficulties in Recognizing One’s Own Incompetence Lead to Inflated SelfAssessments. J Personality Social Psychol 77: 1121-1134.

Messick DM, Bloom S, Boldizar JP, Samuelson CD (1985) Why We Are Fairer Than Others? J Exp Social Psychol 21: 480-500.

Smith TJ (2013) Commentary: “The Lake Wobegon Effect, a Natural Human Tendency to Overestimate One’s Capabilities” (Wikipedia). Milbank Q 91(4): 729–737.Svenson O (1981) Are We All Less Risky and More Skillful Than Our Fellow Drivers? Acta Psychologica 47:143-148.

Wolf JH, Wolf KS (2013) The Lake Wobegon Effect: Are All Cancer Patients above Average? Milbank Q 91(4): 690–728.

Zuckerman EW, Jost JT (2001) What Makes You Think You’re So Popular? Self Evaluation Maintenance and the Subjective Side of the “Friendship Paradox”. Social Psychol Q 64(3): 207-223.