*Al Doctor Enrique Rubio, a mi amigo*

A ti querido amigo, para muchos eminencia en tu sector, ese mundo infinito de la medicina, para mí, persona afable, incluso descarada cuando la ocasión lo requiere, pero sobre todo amigo, de los de verdad te quieren; de los que a mí me gustan, políticamente incorrecto, diciendo siempre lo que piensa, aunque eso haga que suba el pan.
Siempre que escuché hablar de ti, querido y admirado amigo, fue bien. Cierto es que mis principales asesores fueron mis padres, Ricardo y María Dolores, amigos tuyos, de los de siempre, de los que crecen a medida que van pasando los años.
Doctor, padre, pero sobre todo Enrique Rubio. Sentarse a tu lado a escucharte contar cien mil anécdotas es aprender, disfrutar, vibrar, algo tan importante y vital para el ser humano. Escribir del doctor sería fácil, porque ahí está tu curriculum y tu impresionante trayectoria, pero yo me quedo con la persona, el amigo, tan peculiar como imprevisible. Perfectamente imperfecto, tu gran virtud y lo que te hace ser un ser único.
Gracias por estos ratos de charla, por tu compañía, por tu sapiencia, tu chispa y por ese cerebro y esa mente privilegiada.
Un gran médico, pero sobre todo permíteme que te diga, con la admiración y el cariño que te profeso, que usted querido amigo Enrique Rubio, es… un genio.
Tu amigo

José Miguel Muñoz
Esto lo escribe un periodista deportivo, ni mas ni menos que hijo de mi amigo Ricardo Muñoz, y su madre la «Marquesa» Maria Dolores. No se si de verdad era Marquesa pero siempre nos llamabamos asi. Yo a Ella Marquesa del Guadalete y ella a mi Marques del Mamelon. Muy joven se fue pero con todo nuestro cariño.
Le digo a mis amigos Catalanes:
No sois capaces de pasar por la playa de Fuertebravia y donde tienen el chiringito Ricardo muñoz y sus hijos y nietos. Y no aceptar una y muchas copas mas. Es un espectaculo de tronio. Siempre hablamos de todo, pero con todo nuestro amor y alli, en ese sitio sagrado del verano es donde el hijo de Ricardo, Jose >Miguel, escribio eso de mi.
Que Dios se lo pague, y cuento pueda me voy corriendo a tomar una o varias copitas de esos vinos maravillosos de su bodeguita