Abel Azcona y su derecho a no haber querido nacer

Cada día, pero cada día, estoy deseando levantarme, para desayunar y leer la Vanguardia, pero hoy me he pasado,.

Me interesan los artículos de divulgación científica y sobre todo la CONTRA, es divina.

Pero hoy no, hoy me ha hecho sufrir, no he leído historia mas triste y además meditada y en todo un artista.

Este señor Abel Azcona, tiene todo el derecho a contar lo que cuenta y lo que su cuerpo, o mejor su alma ha sufrido, le da licencia, para decir las cosas que dice.

Seguro que hay una patología mental subyacente, el lo dice, pero los demonios, que le asaltaron, no se portaron demasiado bien con el.

Esto no es un cuento, es la versión de un artista, y como todos estos señores, cuentan una cosas con tal gravedad, que me dan ganas de decir “si lo se , no vengo”. Vamos que no lo hubiera leído, o si.

​Pongo aquí, notas de su devenir y toda la charla que mantiene con INMA SANCHÍS.

Al rato de haber leido su entrevista, ya no estoy tan triste, pero entiendo su axioma, de no haber querido nacer

Este señor, nace en  (Madrid, 1 de abril de 1988) y es un artista contemporáneo español dedicado al arte del performance.. Sus obras de marcado cariz autobiográfico, suelen versar sobre la identidad personal y los límites del dolor. ​

La obra de Azcona ha sido expuesta en exposiciones temporales y festivales de arte contemporáneo como el Arsenal de Venecia, la Bienal de Arte de Asia en Daca y Taipéi, la Bienal de Lyon, el Festival Internacional de Performance de Miami o la Bienal de Arte Vivo de Bangladés, en la que fue el primer artista europeo en ser invitado. También ha estado presente en diversos museos y centros culturales como el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga, el Museo de Arte Moderno de Bogotá, el Art League de Houston y el Círculo de Bellas Artes de Madrid.78910​ El Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá le dedicó una exposición retrospectiva en el año 2014. 

Entiendo que se hayan impreso en su cerebro,  asuntos como los abusos sexuales, la pedofilia, la religión, el suicidio, la prostitución, la enfermedad mental, las drogas o el terrorismo ha sido motivo de encendidas polémicas públicas, amenazas en las redes sociales y denuncias judiciales

Como el lo cuenta a Inma Sanchiz.

Tengo 32 años. Nací en Madrid y vivo entre Madrid y Portugal por mi situación de busca y captura. Vivo en pareja, sin hijos. Soy de izquierdas, feminista. Yo hago arte político porque la política no funciona y se hace más política desde el arte que desde la propia política. Soy ateo

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Abel Azcona, artista conceptual

Su vida es de película. Es una figura dentro del arte contemporáneo ha realizado más de 200 exposiciones y está considerado uno de los artistas más prolíficos.  Fue el mejor artista internacional de performance según la prensa inglesa en el 2014 . ya está en los libros de historia del arte de las Universidades. Tiene más de 20 libros publicados .Dice ser un azote político para un sistema que lo obligó a nacer .

Inma dice  que nunca ha oido una historia de vida más dura que la tuya . Se comio un Coran  y escribió la palabra pederastia con hostias consagradas

Soy hijo de los ochenta, de la epidemia de heroína, de un madre prostituta y toxicómana.

¿La ha vuelto a ver?

Hace ocho años. Estaba enfadada con el mundo, se sentía víctima. Contó que había dado a luz seis veces pero no sabía ni dónde ni cómo.

¿Y qué siente usted?

Ella está presente en mi obra, pero hay gente que me ha hecho mucho más daño. Ella quiso abortar en tres ocasiones y no se lo permitieron. Esos intentos fueron el mayor acto de amor que yo he tenido en mi vida.

Yo, hijo de una prostituta heroinómana con un cliente, no debería haber nacido, y esa defensa está en mi obra. Fui un prematuro. Me abandonó en la clínica acompañada de su novio del momento que acabó secuestrándome del acogimiento familiar en el que estaba.

¿Qué edad tenía?

Tres años. En mi obra Volver al padre , he repetido con él el secuestro. Como era heroinómano y traficante y entraba y salía de la cárcel me dejó con su familia que me tenían abandonado.

¿Los servicios sociales le sacaron de allí?

Pero acabé con su pareja, una prostituta de 17 años que hacía tríos conmigo y sus clientes. Recuerdo que me arrastraba desnudo cogido por el pene por la habitación.

¿Qué fue de usted?

Fui adoptado a los 7 años por una mujer muy católica. La relación fue mala. Era severa y yo, una pequeña fiera que no me adapté al colegio católico, mordía a todo el mundo. Me expulsaron.

Estuvo ingresado en clínicas psiquiátricas.

Sí, intenté suicidarme con las pastillas que me daba la psiquiatra. Entré en coma. Al salir del segundo psiquiátrico me desnudé, me senté en una silla en medio de una gran avenida de Pamplona y empecé a dar alaridos. La profesora de arte dijo que aquello era una performance y el psiquiatra que era un brote.

¿Cómo era su vida?

Mi madre adoptiva se casó, y no me dejaba rememorar mi infancia, me decía que debía dar las gracias por haber sido adoptado, así que tenía un trastorno enorme porque no había podido elaborar lo que me había sucedido. Sufría terrores nocturnos, todavía hoy, en los que abusan de mí y no sabía como manejar eso.

De los 12 a los 15 años me iba a lugares donde sabía que había señores mayores y me dejaba tocar y abusar sin saber qué me estaba pasando. A los 17 empecé a prostituirme y cambiaron la cerradura de casa. Me fui a Madrid: año y medio viviendo en la calle y sufriendo abusos. Actuaba por impulso, no reflexionaba.

¿Qué es lo que más le marcó?

En la campaña de frío me llevaron a un albergue y por la noche señores de 60 y 70 años se me metían en la cama, y cuando ya pasaron por ella 15 viejos decidí abandonar hasta la maleta y volví en pleno diciembre a la calle. Fue durísimo.

¿Cómo sobrevivía emocionalmente?

Me mantuve cuerdo porque tenía una rutina: me lavaba a diario y pasaba las tardes en una librería leyendo. En realidad aquella vida de precariedad y abuso me parecía más coherente con mi infancia. Al negarme durante diez años mi propia realidad, a los 17 lo que hice es rebozarme en ella y entenderla de verdad.

¿Y qué descubrió?

Soy consciente de mi enfermedad, trastorno límite de personalidad, subo y bajo, pero anestesio mi dolor y sigo adelante. Mi arte es una metáfora real de esa andadura, entendiendo mi caminar como un acto político, crítico y social que me permite funcionar e ir aprendiendo.

¿Odia a alguien?

No. Me parece que todo es accidental, aquel hombre que se me llevó era un esclavo de la heroína, una tecla más de este piano dañado.

¿Su arte le cura?

Cura y hiere. Durante años intenté cerrar esa herida, y como no se puede cerrar decidí mostrarla en carne viva, conocerla y que no me asquee. Y en esa catarsis individual otras personas al verla me muestran la suya y se convierte en una catarsis colectiva.

Dejó que le vejaran por un euro.

Sí, en una pieza, Empatía y prostitución, en la que, desnudo en una cama en el centro de una galería en Bogotá, Houston y Madrid, la gente por un euro podían estar conmigo tres minutos. Pasaron 142 personas sexualmente por mi cuerpo. Una mujer se tumbó junto a mí, tenía la cara totalmente quemada. Me dijo que el beso que me iba a dar era el único después de los abusos de su padre que le lanzó ácido a la cara cuando ella se lo contó a su madre.

Dolor sobre dolor, abuso sobre abuso.

Sí, pero ahora lo decido yo. Tengo la capacidad de soportarlo y crear un proceso catártico.

¿Qué anda buscando?

Las ganas de despertarme cada día, algo que me ha costado muchos años. Hacer obras nuevas, y después tengo una pieza diseñada en la que quiero descansar, en la que decido morir.

¿Morir simbólicamente?

No, no, físicamente. En todas mis obras está el discurso del derecho a no haber nacido y en la última pieza mi cuerpo muere . Tengo lugar, espacio y tiempo. Yo nací muerto. Es un discurso racional, sé lo que hago, cómo y por qué.

Yo diría que Abel Azcona, tiene un demonio en el cuerpo, me es mas fácil esto que pensar en un tipo de patología psiquiátrica.

Perdoneme Don Abel, por atrevido, pero su vida impresiona a cualquiera.

Me imagino que es parte de lo que usted, consciente o inconscientemente pretende.

Espero que cuando se reencarne, tenga mas suerte en el reparto de suertes.

No obstante me atrevo a decirle “que Dios le bendiga”

Periodista

IMA SANCHÍS

16/03/2021 00:52 29