PATOLOGIA AÑADIDA EN LOS ANCIANOS

Mis enfermos, tienen más de 70 años y hasta 96 y el mal más corriente es de múltiples infartos cerebrales, diabetes, demencias, y caidas y sobre todo dolores articulares y dominandolo todo; están tristes, no duermen bien, no tienen ganas de nada y están llenos de dolores, cansancio extremo y tienden a la inmovilidad.

El trato que se les da es siempre exquisito y la medicación lo mas ambiciosa posible para cubrir todos los aspectos de su patología. Y si que mejoran, recuperan las parálisis o parte de ella, se mejora la cifra de azúcar en sangre, duermen algo mejor y les quitamos los dolores. Pero con frecuencia los resultados no son buenos y con frecuencia recidivan los brotes.

Cada vez vivimos más. Yo recuerdo mis tiempos de Neurocirujano en Sevilla y la edad media era sensiblemente menor, de forma que si algún paciente con mas de 60 años, tenía un tumor cerebral o un hematoma o una patología importante en el cerebro, “nos pensábamos en operarlo”, porque los resultados no eran buenos.

Hoy no es infrecuente que operemos a un señor con 90 años y además quede aceptablemente bien.

Es verdad que la técnica, las unidades de cuidados intensivos y todo un arsenal de medicina ha permitido esto.

Pero yo hablo del señor enfermo y su familia que están metidos en la tristeza, y que le dan vuelta a todo y que cualquier cosa es en su opinión insufrible. Un paciente que ha tenido un cuadro de insuficiencia vascular cerebral ,o una caída, por ejemplo, y le produce un defecto de la motilidad de uno de sus hemicuerpos, por muy bien que quede, no estará nunca como antes de sufrir el ictus, o de la caída. Forzosamente aquel enfermo queda peor que antes y no solo físicamente sino siempre con quejas, con matices poco importantes que le amargan la vida. Porque ser feliz no es un estado sublime que nos acerca a lo exquisito. Ser feliz es no tener dolor ni malestar interior. Así de sencillo y así de terriblemente difícil.

Un psiquiatra conocido, dulce y sabio al que repetidamente he oído hablando del poder de la palabra y como él consigue mejorar el ánimo de los pacientes, jóvenes y viejos con simple consejos y lo que más me sorprendio, es que los pacientes le hacen caso.

Esto no es distinto de lo que vende determinada literatura, con fármacos mágicos con los que obtienen la salud fácilmente, y convierten en bienestar unos simples consejos.

Cuando hablo con mis colegas a los que puedo abordar, y les habló del tema, ellos afirman que cuando un enfermo, afectado de un grave proceso logra sobreponerse y es capaz de superarse y de despreocuparse de sus dolores, insomnio, insatisfacción y ganas de no salir a la calle y estar siempre en la cama. Ellos me contestan que si, que es posible y además me parece que tienen cara de decir la verdad.

Yo me confundo, pues esto no ocurre ni una sola vez en mis pacientes. si no duermen, y no les doy algo que lo induzca al sueño, que le mejore el dolor y algún antidepresivo. Les aseguro que se quedan sin dormir, se levanta cansado, no tienen ganas de leer, ni ver TV, ni salir a la calle, ni casi de nada.

Esto que parece un estado de desesperación ante lo poco efectiva de la ayuda que estamos prestando a los enfermos con enfermedades cerebrales y distimias, que son muchos , y que estamos intentando convencerlos que la ayuda viene de ellos, que se puede autoayudar. Nunca lo he creído. Es posible que lo consigan algunos profesionales muy ensayados, pero a mi cuesta creerlo.

Hace falta conocer que le pasa a nuestro cerebro, porque se lesiona tan fácilmente y ello no le permite no solo la alegría, sino le induce a la tristeza.

Estudios sobre las enfermedades demenciales sobre todo de la enfermedad de Alzheimer, demuestran  que  el cerebro de estos enfermos llenos de detritus, placas seniles, por acúmulo de proteínas beta amiloidotica y la Tau intracelular, que representan un fenómeno inflamatorio, pero como reacción a una agresion previa, que siempre creo debida a un germen o a varios de ellos.   Esto difícilmente se va a curar con la palabra por muy amorosas que estas sean.

Lo que si parece logico es la posibilidad que algún tipo de germen , o varios de ellos, sean los iniciante del proceso y una reacción de nuestro cerebro y de nuestro organismo en general llene al cerebro de basura que dificulta la conducción neuronal.

El otro factor es la frecuencia con que se reagudiza su enfermedad, con un disgusto, con un cambio de hábitat, con una intervención o con un cambio de medicación y sobre todo con una caída. Entonces, todo se torna dramático, pasan de un estado de alucinaciones, agitación y desespero a otros de una indiferencia, quietud y hasta coma. Todo ello parece un estado terminal que no solo asusta a los familiares, sino a médicos y enfermeras que pese a su frecuencia no se habitúan a este delirio del anciano. Pero en la mayoría de los casos se controla con medicamentos que inhiben la DOPA, aunque si la dosis de medicación no es la adecuada, aparece un cuadro extrapiramidal, también dramático.

Tras una medicación acertada  y el paso de unos días el paciente vuelve a su estado previo de una manera sorprendente en un alto porcentaje de casos.

Pretendo decir, que cualquier accidente, precipita o desencadena el asiento de gérmenes y la reacción inflamatoria consiguiente

Un germen, una reacción inflamatoria que tiende a la cronicidad, un deterioro y en ocasiones el proceso inflamatorio.

Esta organicidad de la evolución condiciona su alteración psiquica que con frecuencia conduce al final.

De forma que yo no me niego a la terapia de la palabra y al cariño que hay que dar a cualquier paciente, sino lo que afirmo es que la palabra ni el cariño tienen fuerza para controlar el proceso y si el conocimiento y la medicación adecuada.

La psicoterapia tiene sus indicaciones el amor y el máximo de los cuidados al paciente hay que practicarlo siempre como principio, pero las enfermedades son orgánicas y hay que tratarlas como tales, el cuadro psíquico que se les añade es también por deterioro de su cerebro y rara vez porque el enfermo presida su deterioro.

Pero la palabra cuando la organicidad es la responsable del daño, no sirve para casi nada.

Este “el golpe”, desencadena una serie de fenómenos hasta entonces ocultos, que terminan lesionando o matando al enfermo.

Las caídas son una causa de mortalidad en los pacientes añosos. Esto se comporta como las enfermedades neurodegenerativas, las cuales, no las tenemos aun  por la mano.

Prensa.com: Cápsula de Salud - Efectos de caídas en ancianos - YouTube

Investigar el porque del deposito de proteínas. Matar los gérmenes antes que actúen y mientras tanto todo el cariño del mundo y sobre todo evitar las caidas