Ni siempre se interpretó como un órgano fundamental.
Con gran frecuencia la historia nos engaña .Sorprendentemente los Egipcios lo consideraron un órgano accesorio, y nunca lo estudiaron porque lo extraían por la nariz durante las practicas de embalsamarlo, Aristoteles ubicó los procesos mentales en el corazón, hubo que esperar mas de una centuria para que Hipócrates de Cos, Paracelso, pensara en el cerebro como órgano del pensamiento y Juan de Huarte de San Juan que vivió entre 1529 y 1588, tuvo ya una idea clara de la función mental del cerebro, Descarte ya en el siglo XVII creía que la mente, la llamada alma, era ajena al cuerpo aunque se relacionaba a través de la glándula pineal con el cerebro. Llama la atención de un pensador con tanta difusión será lo conociera la anatomía por los dibujos de Vesalio.
Sorprende esta torpeza en los tiempos pasados donde los niveles de creación eran importantes, por lo menos en arte, aunque por supuesto no en biología. Cualquier hombre, de nuestro tiempo, que se pregunte, ¿conque estoy pensando?, sabe de inmediato que lo hace con algo alojado en el cráneo. Esta pregunta la hago a múltiples personas de mi entorno y no falla ni una sola. No me resigno a admitir lo contrario. Me cuesta esfuerzo aceptar esta torpeza, y me explico parte de la estupidez humana.
Este órgano y sobre todo por su capacidad de convertir algo tan físico como la materia en pensamientos, es capaz de hacerlo todo. Posiblemente sea capaz de hacerlo absolutamente todo. Es un órgano maravilloso, pero no se deja entender
Como dice Morgado, solo el cerebro es capaz, aunque con mucho esfuerzo y tiempo, de resolver estas dudas.
Sorprende la multitud de células del cerebro. El humano posee 10 elevado a 11 neuronas con sus multiples ramificaciones y conexiones. Pero el simple número de conexiones de las células que lo componen y las neuronas que conecta, no es capaz de explicar cómo este órgano pasa de lo material a lo sublime. Necesitamos poder pensar cómo el cerebro lo hace, para poder entender al cerebro.
La falta de acuerdo ente los seres humanos, no es una eventualidad, es una constante. Y además evitar que nos comprendamos. Que no lo hacemos seguiremos repitiendo maniobras estúpidas. Es muy posible que en los tiempos que vivimos, hallados logrado bastantes comodidades. Y son muy numerosos los bienestares que el hombre ha conseguido.
Pero ponerse de acuerdo para repartir, ni lo ha conseguido, y posiblemente nisiquiera está en su proyecto.
El porvenir no puede ser tan negro como yo lo veo, pero ahora sí es negro y me temo que con el cerebro que estamos utilizando, no podamos reparar el problema.
Necesitamos un nuevo cerebro, más fácil de manejar, más resistente al medio y más fácil en ponerse de acuerdo con los demás.
Posiblemente hace falta ser un Dios para conseguir esto. Pues si, hace falta ser un Dios, y como no tenemos otro remedio, hay que seguir intentándolo.
Y para conseguirlo hace falta saber cómo está funcionando nuestro cerebro actualmente, si volvemos a repetir la maniobra de utilizar lo que tenemos. Se pueden imaginar lo que va a ocurrir. Más de lo mismo
Muchos problemas mentales son automáticos e inconscientes sin embargo la mayoría de ellos como las percepciones, las emociones o la memoria también son conscientes aunque buena parte de sus componentes son siempre inconscientes.
Se define la conciencia como un estado de la mente en la que nos damos cuenta de cosas que pasan en ella aunque no de todo lo que pasa. Y la perdemos, cuando, dormimos, nos anestesian o sufrimos traumatismo varios.
Nos permite la conciencia recordar o sentir miedo pero lo que percibimos puede ser no recordado bien
La conciencia es un estado crítico de la mente y consiste en un pensamiento sobre otro pensamiento es decir su naturaleza es reflexiva.
Cuesta mucho admitir que después de tanto navegar, estamos todavía tan cerca de la orilla.
Como podríamos pensar mejor y conocernos mejor, y entendernos mejor.
Repitiendo lo que estoy haciendo no, tengo que tomar nuevos atajos para entender mejor mi cerebro y hacerlo más tolerante por lo menos. E ir añadiendo conciencia a a lo inconsciente.
Y lo más elemental y necesario es no mentir. Tengo un querido amigo muy inteligente que repite, “ dijo tanta mentiras, que no se cuando digo verdad”.
Lo que va suceder es inimaginable, porque seguramente no está escrito, ni andado, porque no hay caminos, de fabrican al andar.