Casi todo lo que se, lo adquirí en los libros, y muy pocas cosas están consolidadas en mi cerebro como productos de la observación o de la charla, pero si algunas y posiblemente mas de las que yo creo.
En las alturas de la edad en que me encuentro, estoy absolutamente confuso y perdido. Solo algunas elementales ideas, pululan por los circuitos de mi mente y digo bien de mi mente y no de mi cerebro, que es algo demasiado complejo para no dividirlo.
Hablo de lo que mi cerebro puede conectarse, que no sé qué es pero me huelo que muy grande y sabio.
Ya estaba asustado de pequeño y ya estaba confuso, pero con la ilusión de que al ser mayor lo vería con más claridad. Pero llego el ser mayor y nada cambio demasiado.
Aspiraba a ser sabio, sin saber que tipo de sabiduría quería tener y para que quería serlo, pero si que esta idea era fuerte gravativa y desafiante.
La lectura don divino que adquirí me ayudó a compararme, sin que llegase en ningún momento a la claridad ni a la iluminación. Quiero tener las cosas claras, No preguntarme, de donde vengo, que hago aquí y a donde voy, sino a no preguntarme nada, quedarme aquí el tiempo que tenga que estar e importarme un pepino para que estoy aquí e imaginarme que vengo de lejos.
Pero creo que si empiezo desde tan lejos, no voy a llegar a muchos sitios, de forma que tengo que ponerme una meta mas concreta.
Recuerdo que estudiaba primero de bachiller, que era como entonces se llamaba a los estudios después de unos primarios, mi amigo Maure y yo que nos apoyábamos en una columna durante el recreo, nos quejábamos de que nuestras notas escolares eran deficiente y no soportábamos la idea de permanecer en este defecto.
No era comparativa la idea, era absoluta, estoy aquí , no me gusta estarlo y quiero desplazarme y no se como hacerlo. La culpa siempre iba referenciada a mi persona o a su persona, “no estudio suficiente tengo que hacerlo mejor pero no se como”. Los intentos repetidos eran desvencijados, confusos e irregulares y sobre todo con desorden. Pero con la clara idea que estaba en mi mano conseguirlo aunque si que necesitaba ayuda. No ayuda de un profesor que en aquellos días y pese a que algunos amigos, los consideran fantásticos y encantadores, yo siempre los vi. y los veo, como malvados a los que los alumnos le pesábamos y hacían todo lo posible por desprenderse de nosotros. Es verdad que algunos chicos conseguían ser bien vistos por estos profesores y coincidían fundamentalmente con su estado social y su vestimenta. Posiblemente se expresaban mejor y tenían mejores modales, pero la consecuencia practica era que yo me sentía mal, muy mal, separado ellos y de parte del resto y que mi esfuerzo por situarme, por conseguir un lugar confortable no lo obtenia. La impresión que sacaba y saco era de que me soportaban mas de lo que me querían. Pero no consigo tener claro si yo necesitaba ser querido, situarme, ser el mejor, o por el contrario me importaban todos unos rábanos. Esto ultimo parece lo mas posible, pues a medida que paso el tiempo y me fui situando en este mundo de la academia, ellos a mi parecieron quererme y haberlo hecho de siempre , yo a ellos nunca los quise y salvo a contados de ellos a los que les tengo verdadero cariño, a los demás nunca los quise, y sobre todo si no los quería de pequeño, ahora y sobre todo con una prodigiosa y nefasta memoria que me permitida acordarme de los detalles mas sutiles que me hacían daño, continuo sin quererlos o por lo menos con una sensación cuando los veo de “ ojo que te atacan”.
Todavia alguno se desmelena queriendo volver a aquellos tiempos y tengo recientes recuerdos de alguno que dijo cuando estábamos ante un enfermo “ahora es muy buen estudiante, pero de pequeño no lo era”,
Maria que siempre ve lo que escribo, me dice cuando le leo lo escrito. Esto seria similar a las cartas que Kafka escribio a su Padre. Me fastidiastes y marcastes la vida, ya paso todo, ahora no debe dolerme nada, pero me sigue doliendo.
En momentos de lucidez cuando fantaseo con los conceptos suelo discutir casi todas las definiciones de felicidad y me he fabricado una simple, simple como me imagino que funciona el Universo. “Felicidad es no tener dolor ni malestar interior”, y termino por pensar siempre. Mi malestar interior sobre todo es orgánico, algo por los circuitos de mi cerebro no va bien, no esta bien engrasado y no lo han estado nunca y por supuesto no depende de mí su reparación, o yo no hacerlo.
Estoy oyendo estos dias algo que me regalo un amigo, una grabación de las confesiones de San agustin que en un momento que me sorprende, dice en su acercamiento a Dios. “Cuando era joven” fornicar me poseia” y pese a todos los esfuerzos, no conseguía apartarme de ello. Y se contesta, pero no estaba en mi mano el impedirlo, tenia que recurrir a la ayuda de Dios, para conseguirlo.
Santo Dios donde esta mi libertad, ni siquiera cosas tan elementales las conseguia el bueno y fuerte San Agustin. Si el tenia que acudir a Dios para obtener la abstención del sexo, como podemos los demas intentar algo similar si San Agustin Padre de la Iglesia, y con toda la fuerza de su Fe, tenia que pedir a Dios que lo fortificara, ¿Dónde esta la libertad? Humana.
Lo logico , lo deseable, seria.
¿Quiero hacer esto y lo hago?- No lo quiero hacerlo y no lo hago. Quiero aprender y con algo de esfuerzo, comprendo y retengo lo aprendido.
Pues no. No puedo modularme, no puedo aprender, sino tras ímprobos esfuerzos y a veces toda la vida.
Dígamelo a mi con el Ingles, que ha sido mi tortura intelectual, toda mi vida intentándolo y hablo un Ingles de Indio. Y lo que mas me duele es que siempre, pero siempre hay un adelantado que me culpa de no hacerlo bien, de no tener orden de no usar los textos adecuados.
Como decia San AGustin. Dios de mi corazon, no hay manera de abreviar esto, no se me podia poner un mundo mas facil
Hace unos dias me contaba Maria una frase de Descarte. El mayor miedo de mi vida ha sido debido a cosas que nunca ocurrieron, o algo similar.
Despues de estas divagaciones, solo me queda pensar. O no estoy bien terminado o las vias y sistemas que estoy utilizando no son los adecuados.
Periodicamente sostengo un axioma, que posiblemente no sea el mismo que unos años mas tarde y a veces incluso se contradiga.
Esta vez le toca a la libertad, o mejor dicho desde hace algún tiempo me opongo a la libertad humana individual. Me opongo a que yo tenga libertad.
Hace casi 100 000 años que el hombre adquirió el complejo sistema del lenguaje. Digo lo adquirió porque los pre homínidos no lo tienen, el Orangután por ejemplo no tiene mas que un rudimento del área 41 de Browman, y por tanto ni podia hablar, ni posiblemente tenia ideas que expresar, consecuencias de ello es que nunca hizo nada que no fuera estar todo el dia comiendo y fecundando a una cuantas hembras y peleandose con sus competidores. Esto en los prehominidos. El mono no dijo nunca nada, porque no tenia nada que decir y porque no tenia como decirlo.
Desde entonces, el cerebro no ha ganado nada, o por lo menos no ha ganado nada nuevo y lo necesita, necesita ser el dueño de sus decisiones o dueño de no tomarlas. Pero sobre todo que la sociedad no le tache de libre, cuando el pobre hombre dudosamente es capaz de pensar razonar y ejecutar lo pensado. Y si lo hace será tras muchos años de dudas y desavenencias.
Hubo una época, larga, larga y larga, vamos que persiste en la actualidad, que el entorno me frenaba, vamos que me hacía daño. Sobre todo social. Nací en una familia con pocos medios, sin dinero y notaba carencias de cosas elementales.
Quizás el vivir en una casa con muchos vecinos y un solo “cagadero”. Bueno es verdad que en el patio había otro. Con gente achuchada por la carestía y con un denominador común. “Nunca estaban de acuerdo”. Siempre había peleas. Pero al mismo tiempo se ayudaban y eran a veces tolerantes. Mis padres me lo pusieron fácil. No muchas limitaciones. Eso sí, no hablar de política, pero el resto de mi peri mundo ni me miraba, o yo lo veía asi.
En los alrededores de nuestra casa casi humilde, crecían palacios, enormes y sofisticados y además con propietarios aristócratas llenos de titulo, que no tenían capacidad de rotar el cuello para mirarnos. Esto si, esto creo que me fue dañino, pero al mismo tiempo impulsivo. En voz interior me decía, tengo que salir de aquí y sacar a los mios. O por lo menos quiero pensar que lo decía. Porque lo más probable es fuera mi fabula de siempre-.
Debajo de esta pelea frecuente conmigo, y cuando lo miro de lejos , veo que si podía y lo hacia. Aunque no se muy bien que tenia que hacer, salvo concreciones.
La verdad es que me sigo debatiendo entre mi libre albedrío y el no tenerlo.
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