¿Los virus son inmortales?

De nuevo el tópico de si el virus es un ser vivo o no lo es

La comunidad científica no tiene claro si los virus son o no organismos vivos. Pueden ser estructuras al límite de la vida. Pero lo que sí son con toda seguridad agentes infecciosos, que necesitan de un organismo vivo para multiplicarse, es decir, parásitos. No son células pero infectan a todo tipo de organismos vivos: animales, plantas, hongos, bacterias y protozoos, ¡hasta se han encontrado parasitando a otros virus! Son tan pequeños –100 nanómetros de media o lo que es lo mismo, una milésima parte del grosor de un cabello- que no pueden observarse con el microscopio óptico, solo cuando se inventó el microscopio electrónico, en 1931, que es capaz de ver objetos minúsculos, pudimos tener una imagen de ellos. Al observar al microscopio electrónico los virus extraídos de un organismo infectado se pudo comprobar que aparecían múltiples partículas. Cada una de esas partículas víricas era extraordinariamente sencilla, estaba formada por una cubierta hecha de proteína y llamada cápside en cuyo interior se protege el material genético que puede ser ADN o ARN. En algunos tipos de virus las partículas tienen también un envoltorio lipídico, es decir formado por lo que normalmente llamamos grasas, que roban de las membranas de las células que infectan.

1) El virus de la gripe se une a una célula epitelial diana. 2) La célula engulle el virus mediante endocitosis. 3) Se libera el contenido del virus. El ARN vírico se introduce en el núcleo, donde la polimerasa de ARN lo replica. 4) El ARN mensajero (ARNm) del virus sirve para fabricar proteínas víricas. 5) Se fabrican nuevas partículas víricas y se liberan al líquido extracelular. La célula, que no muere en el proceso, sigue fabricando nuevos virus. CNX OPENSTAX, CC BY

Un virus puede existir como ente individual pero en cuanto entra en un organismo vivo, si es competente para multiplicarse, replicarse, lo hará en muy poco tiempo creando múltiples copias de sí mismo. Así que cuando en ciencia nos referimos a un virus que infecta un organismo no hablamos de una sola de esas partículas sino de una población de partículas.

Son o no inmortales la respuesta no es fácil Para ser mortal -o inmortal en este caso- un organismo debe, primero, estar vivo y, no está del todo claro que los virus lo estén. Es verdad que los virus tienen estructura genética, evolucionan por selección natural y se reproducen creando réplicas, aunque no idénticas, de sí mismos pero no están compuestos de células y, según la teoría celular, esas son las estructuras básicas de la vida así que sin ellas no podría considerarse que un virus sea un ser vivo. Hay otro argumento más en contra de considerarlos seres vivos, los virus no tienen metabolismo propio, necesitan las células de los organismos que infectan para replicarse.

Una partícula de virus tiene una existencia muy corta fuera de un ser vivo pero cuando entra en un hospedador empieza a replicarse a un ritmo fortísimo. Sabemos, por ejemplo, que en un individuo infectado por el virus del VIH o de la hepatitis C puede haber entre 10.000 millones y 100.000 millones de virus. Su vida media es de 6 a 24 horas pero como se replican tan rápido esas poblaciones enormes están en continua renovación. Y eso quiere decir que nunca estamos hablando de un solo virus sino de poblaciones de virus en equilibrio que en virología se conocen con el nombre de León del este no tenemos que y tengan también algo hacia lo ha oído el salto del consenso de colágeno yamasaki y, en la especies víricas. Así que la respuesta a la pregunta de si son inmortales es que si estamos hablando de un solo virus o partícula vírica, por supuesto que no es inmortal, está claro que desaparece. Pero dado que realmente no podemos hablar de un solo virus sino de una población de virus esa sí podría no desaparecer nunca si a la muerte de su hospedador se hubiera transmitido ya a otro huésped. No será exactamente la misma entidad porque se replica en copias que no son idénticas pero a menos que evolucione tanto como para convertirse en otro virus diferente seguirá siendo el mismo virus. En mi opinión no hay nada inmortal pero lo más cercano a la inmortalidad sería ese conjunto de mutantes que sin parar de replicarse van poco a poco cambiando en el tiempo para seguir manteniéndose ellos mismos y en condiciones óptimas podrían perdurar indefinidamente. Ello sucedería hasta el momento en que no tuvieran ningún ser vivo al que parasitar, entonces desaparecerían.
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Por qué existen los virus?
La razón de su existencia es anterior a la nuestra. Nosotros existimos porque antes hubo microbios y, entre ellos, los virus, que son la forma más elemental de transmisión genética.

“El virus que infecta mucho, como este,

Muy probablemente la pandemia por este virus está cambiando nuestra conciencia está cambiando nuestra conciencianuestras conciencias; pero sí que ya habían cambiado. Porque hoy no toleramos la muerte con la resignación de antaño frente a otras epidemias. Hemos demostrado que estamos dispuestos a sacrificar nuestra prosperidad por salvar a la población de riesgo sin importar su porcentaje. Y damos fe quienes hemos vivido pandemias con tasas de mortalidad más altas frente a las que los gobiernos reaccionaban, sin embargo, con resignación y un cómodo pésame. Hoy podemos hablar de tardanza en la respuesta, pero no de inoperancia. Y si ya no toleramos ni una muerte evitable, sólo una gestión epidemiológica mundial que, como pide Macip, coordine las soberanías sanitarias logrará impedir las del próximo virus.
Por qué existen los virus?
La razón de su existencia es anterior a la nuestra y la explica. Nosotros existimos porque antes hubo microbios y, entre ellos, los virus, que son la forma más elemental de transmisión genética.
¿La transmiten y de paso nos matan?
Su misión no es matarnos –los virus que nos enferman sólo son un 1% del total– sino, como la todo organismo, propagarse. Y sólo pueden propagarse si infectan una célula.
¿Nos sirven de algo o sólo nos atacan?
Sólo nos enferman de paso en el cumplimiento de su misión difusora; pero nos han hecho posibles, porque transportan información genética entre individuos y especies. Y también nos han dotado así de la que nos ha hecho mejores.
¿Cómo?
Utilizamos su información para mejorar nuestra adaptación al medio y sus cambios.
Cell publicó que un virus infectó nuestro cerebro y originó la conciencia.
He leído que usted recoge esa hipótesis en su libro, Homo rebellis , y no la descarto. Al fin y al cabo, la conciencia es otro gran instrumento de adaptación humana al medio al permitirnos anticipar sus cambios: el cerebro es una máquina de anticipar.
¿Por qué los virus nos hacen mejores?
Porque la mutación es parte de la vida, que es adaptarse: siempre habrá virus nuevos.
¿Por qué sabemos tan poco del virus de la Covid-19?
Porque es nuevo y eso es lo fascinante de los virus. Tienen una estructura muy simple: total son cuatro genes y cuatro proteínas.
Los chinos lo deconstruyeron rápido.
En cambio, no es tan fácil averiguar cómo actúa. Y este ha mutado para que las proteínas de su cáscara se adhieran fácilmente a las células de nuestro aparato respiratorio.
¿Los de la gripe no tienen esa capacidad?
Ni esos ni otros coronavirus como el SARS. Tan sólo la mutación de un trocito de gen le ha dado al de la Covid-19 habilidades inesperadas que han logrado que, mientras el SARS quedó localizado, este sea ya una pandemia.
¿Qué habilidades exclusivas tiene este?
Los infectados de la Covid-19 generan más carga viral que los del SARS y se unen con más facilidad a las células de los pulmones.
En cambio su letalidad es menor: ¿qué ¬relación tienen la tasa de contagio y la de -letalidad de un virus?
Los virus más letales, como el ébola, se contagian poco y no provocan pandemias. En cambio, los menos letales son los más contagiosos.
¿Y los muy contagiosos matan menos?
Sí y eso es importante. Y lógico; porque si un virus mata rápido no le da tiempo a contagiar a muchas personas.
Los muertos ya no contagian.
No tienen tiempo de contagiarlo. Así que los virus se autorregulan.
Menos mal.
Los suaves, como este, tienen un período de máximo contagio en el que el infectado con¬tagia sin darse cuenta, porque no detecta los síntomas. Pero, sí algún día alguien diseñara un virus a la vez muy infeccioso y muy letal…
¿Nos liquidaba a todos?
Sería mucho peor que ahora.
¿Podríamos diseñar ese Armagedón?
De hecho, diseñamos virus en el laboratorio para saber cómo se convierten en más o menos letales o contagiosos.
¿Alguien podría haber diseñado en un laboratorio el virus de la Covid-19?
Este no ha sido diseñado.
¿Cómo lo sabe?
Porque se han estudiado los genes y se aprecia una evolución lógica de sus parientes; y sus predecesores son iguales, pero con algún rasgo diferente. Se ve que en él no ha habido ningún trabajo de laboratorio.
Todos nos alegramos de oírlo.
La naturaleza es lo bastante sabia como para crear virus nuevos buscando las combinaciones mejores. El virus de 1918 fue tan terrible como la guerra. Y nadie lo había diseñado. Por tanto, no hace falta crearlos en el laboratorio para que sean letales.
¿La Covid-19 disminuirá con el calor?
Hay países ahora con calor y pandemia. Tal vez se propague menos con temperaturas altas; pero no desaparece. Hay que vigilar.
¿Puede mutar a peor?
Por suerte, este muta poco. El de la gripe, en cambio, es diferente cada año. Este es bastante estable, lo que puede ser bueno para nuestra inmunidad. Si se generan anticuerpos y el virus no cambia, significa que estás protegido contra él mucho tiempo.
¿Si se va en verano, volverá en otoño?
Los de la gripe sí vuelven; pero suelen volver debilitados; pero el de 1918 volvió mucho más letal; aunque no es comparable aquella situación a la nuestra. Lo importante ahora es salvar al máximo de gente hasta que haya vacunas y para eso hay que espaciar el ritmo de infecciones con el confinamiento.
¿Y si hubiéramos confinado sólo a la población de riesgo?
El virus es imprevisible También mata a gente joven y sana. Dentro de un año sabremos quién acertó en sus estrategias.

Referencias.

Ana Grande Pérez. Doctora en Biología, profesora titular del Área de Genética de la Universidad de Málaga y coordinadora de Encuentros con la Ciencia-Málag

LLUÍS AMIGUET

08/04/2020 00:45 Actualizado a 08/04/2020 06:51