/>LA PINTURA ES CAPAZ DE MODIFICAR NUSTRA CONDUCTA
Hubo una época de la evolución de la humanidad, donde seis grupos de homínidos, vivían con cierta comodidad, y no tenían mas capacidad conductual que el resto de los animales con que convivian. Pero súbitamente, uno de estos grupos el Sapiens, nosotros, da un salto y se convierte en líder y manda a todos y cambia al mundo, se empieza a parecer a un Dios.
¿ Y esto porqué ocurre?
El homo sapiens gobierna el mundo, porque somos el único animal capaz de cooperar con agilidad en grupos numerosos, con objetivos comunes. La auténtica diferencia entre nosotros y los demás prehominidos y homínidos, es que podemos cooperar de forma efectiva, millones de seres humanos.
La imaginación común de los seres humanos. Puede pensar y convertir sus pensamientos en realidad. Este puede ser el axioma más grande en que está envuelto el hombre, el Sapiens Sapiens.
No hace mucho tiempo escuché una charola, de un médico pintor destierro. Se trataba de retratos de niños por pintores destacados y que pintaron en distintos tiempos.
Me gustó tanto la charla, que le dije
Las pinturas que me muestra, no son sido trazos y colores, que se convierten en movimiento y sobre todo tienen un sentimiento. Pero hay dos versiones de interpretación:
El pintor tenía la capacidad, de motivarme para interpretar unos trazos coloreados, ni más ni menos, que en movimiento y sentimiento. Era capaz de convertir lo puramente material y estático en algo con movimiento y sentimiento. Esto lo hacía el pintor, pero me convecia de ello el conferenciante.
Los humanos tenemos la capacidad de convertir nuestras ideas en realidad.
Eso nos ha hecho evolucionar.
La fuerza de la pintura es tan notable puede dirigir. Nuestros elementales órganos de los sentidos, ofrecen datos al cerebro para que los manipule y les convierta en la sublimidad de la belleza y sobre todo del sentimiento.
Por supuesto que está mediado por el entorno.
Viendo el cuadro del Greco en Toledo, “ El entierro del conde de Orgaz”, como un estado anímico previó, absolutamente norma. Y me puse a llorar y tuve que ocultarme tras una columna, para no dar espectáculo, aunque algunos pudieron verme”. Por supuesto que se acompañó de un estado emocional y por supuesto su cmpnente vegetativo, donde la confusión tomaba parte y me dejó unos minutos ligeramente ausente. Después, aunque pensé en el tema no me molestó demasiado demasiado.
Años más tarde repetir la visita, y no me pasó nada. Incluso me pregunte, porque ahora no y antes si.
Está claro, debía haber la primera vez un estimulo externo no perceptible por mi que me proporcionó una emoción, emoción no, no un sentimiento. Y la segunda vez esto no existía, el estimulo externo podía existir o no, pero sistema límbico no estaba para fiestas.
El pintor los hace participar de la materia y del espíritu, tiene capacidad, pero estoy seguro que no siempre puede manejarla, aunque cuando lo hace puede bajar Dios.
Pretender explicar la pintura sin el observador no lo admite la física cuántica. El observador modifica la reacción. La realidad no existe, no es sino aleatoria, algo que no dominamos