El presente trabajo tiene por misión discutir con mucho cuidado si la conciencia y sobre todo su contenido está dentro o fuera del cerebro. No es la primera ves que se discute de este tema y seguramente será a prolongar largamente. Es muy posible que el tema no sea tan difícil como incapacitado esta nuestro consciente para entender el problema. No debe ser diferente a cuando después de discutir largamente la reproducción se encontró el ADN, se han escrito mucho tiempo, controversias y discusiones pero cuando se le descubrió todo se ha hecho mucho más fácil. Antonio Damasio dice de una manera acertada que:

La vida psíquica es el esfuerzo permanente entre dos cerebros.

Un cerebro emocional inconsciente, preocupado sobre todo por sobrevivir y ante todo conectado al cuerpo.

Un cerebro cognitivo, consciente, racional y volcado en el mundo externo

Estos dos cerebros son independientes entre si, cada uno de ellos contribuye de manera muy distinta a nuestra experiencia de vida y a nuestro comportamiento.

De forma que tenemos dos funciones cerebrales una donde predomina la materia  física química y biología, y una segunda compleja que se escapa a la razón y que habla de funciones superiores y que a mí me gusta llamar,  espiritual, pero que no tengo ningún inconveniente en aceptar que realiza funciones sociales, y que esta ambigüedad viene como consecuencia de nuestra necesidad de fundamentar el conocimiento en lo material y  separarlo de lo psíquico, donde están las funciónes superiores.

La idea de un creador lo explica todo fácilmnte, pero sólo el 50% de los que se preocupan del tema lo aceptan, y la discusión se hace eterna.

Como imaginar está permitido, y otros autores como Descarte lo había imaginado y afirmado, puede ocurrir que nuestro cuerpo se ponga en contacto con nuestra alma a través de un contacto o corpúsculo cerebral como la glándula pineal por ejemplo y así quedasriamos todos discretamente satisfechos.

Einstein a través de su teoría de la relatividad demostró que el espacio “no esta vacio”, el llamado éter resulta que está lleno de partículas que por ahora se llaman ondas y podrían ser el cobijo del conocimiento.

Sigamos con la idea de Descarte y de Eisntein y ya tenemos como el cuerpo  se pone en contacto con la sabiduría, y esta está alojada en forma de conocimiento en el Cosmo y constituiría lo que llamamos conciencia.

El filósofo francés René Descartes define la consciencia a través de su famosa máxima filosófica Cogito ergo sum, en latín; Je pense, donc je suis, en francés;Pienso, luego existo, en español.

Parafraseando sería: “me doy cuenta de que pienso (consciencia); y ese acto hace de mi un ser que “es”, que existe: un ser humano.” La consciencia sería, según Descartes, propia de los seres humanos.

Para Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, la conciencia no es sino, la psique, “la punta del iceberg” de algo más grande; donde el inconsciente ocupa el lugar mayor. La consciencia sería apenas lo que se conoce de uno mismo. Freud pues, no le da mucha importancia.

Descartando toda idea de Dios y de espíritu o alma, la consciencia es, en pocas palabras, el producto de un conjunto de reacciones químicas y eléctricas; en otras palabras, el cerebro “secreta” la consciencia; cuando el cerebro muere, la consciencia desaparece.

La consciencia es creada por una parte del cerebro (el claustro) que integra la actividad de las diferentes regiones del cerebro en una sola experiencia holística.

Según los empiristas, la ciencia busca entender más el cómo y no el porqué. El método científico se basa en la observación de la experiencia, la ciencia es empírica.

Nuestro tiempo, aunque con algunas duda quiere demostrarlo todo, es fundamentalmente empirista, sin embargo con esta fundamentación no encontramos o explicamos determinados fenómeno.

Dados a encontrar una frase, podíamos decir en favor de los empiristas “ lo que no se explica no existe, hasta que lo expliquemos “.

Sin embargo, existen algunos médicos que basándose en la experiencia definen la existencia de un fenómeno, que nos hablaría de un timbre en el cerebro o contacto,  cuyo estimulo devolvería la conciencia.

Jean Jacques Charbonier, médico anestesista y reanimador francés, que la consciencia humana no necesita del cerebro para “existir” y operar; la consciencia sería algo inmaterial (¿el alma?) que no depende de lo material (el cerebro).

Constantemente aparecen casos de personas que han vuelto de la muerte clínica a la vida Según los estudios, un 20% de estas, recuerda lo que pasó mientras estaban muertos.

Estas personas pudieron describir (manifestando una gran agudeza mental, mucho más eficiente que cuando su cerebro funcionaba) detalles de la operación y otros eventos que ocurrieron durante su estado de muerte clínica comprobada.

¿Debemos desechar la existencia de una consciencia independiente del cuerpo de un ente inmaterial? Científicamente deberíamos decir que no. El hecho ha sido demostrado, aunque no se entienda cómo funciona, ni cuál es su origen.

La religión tiene también sus explicaciones, pero no tienen bibliografía. Veamos en él libro del Génesis dice que Dios “… sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre llegó a ser un ser viviente.”  el aliento de vida es el alma dada por Dios al hombre. Solo al hombre Dios “sopló… aliento de vida”, a los animales solo “los hizo”.

Es el alma que hace del hombre un “ser” consciente de sí mismo y de pensar en la existencia de su creador.

Existe además, el espíritu, dado por Dios a los que ejercen fe en él, y que les permite una relación cercana; pero eso ya escapa a nuestro tema.

Si científicamente se ha podido demostrar la existencia del alma (aunque no se entienda su naturaleza); si esta posee una consciencia dentro y fuera del cuerpo; y si aceptamos la definición cristiana del “alma consciente”, por simple lógica podríamos deducir la existencia de Dios, quien dotó al hombre de consciencia de sí mismo, y de su cualidad de “ser”, al darle un alma que va más allá de lo material.

Muchas persona que se definen como muy racionales y amantes de la ciencia, reaccionan visceralmente a la simple posibilidad de contemplar la idea de alma, y peor aún, la idea de Dios. Pero como dice el Dr. Charbonier: seamos más humildes con aquello que no entendemos, y más bien prosigamos con la investigación.

La prueba que accionando una estructura podríamos conectar con la conciencia, con el conocimiento, con la sabiduría solamente se ha hecho de una manera no reglada y sólo pequeños ejemplos nos llevan a ella y nos dejan de nuevo la necesidad de explicar lo todo .

Es muy curioso el pensamiento de los que creen o no creen en la divinidad Richard  Dawkins está obsesionado con negar a Dios y en su libro el espejismo de Dios y  busca siete opiniones de creyentes y no creyentes.

Cuando preguntan a C.C Young sí cree en Dios, dice “ yo no creo, yo sé”, la última encuesta en la que habla Dawkins sobre la existencia de Dios, el encuestado dice “ sé que no hay Dios, con la misma convicción con la que Joung sabe que hay uno”

Como neurocirujano polarizado algún tiempo a la cirugía estereotaxica, no he encontrado nunca un punto cuyo estímulo devuelva la conciencia  pero sí las lesiones difusas cerebrales,  de ambos talamos, en los pedúnculos cerebrales y parte superior de la protuberancia inducen al coma.Encontrara un punto cuyo estimulo devuelva la conciencia, nunca lo he encontrado.

Hassler en enfermos en coma, estímuló el “glomus palido”al parecer con recuperación de la vigilia aunque brevemente.

No hemos encontrado en la llave que encienda la conciencia desde el coma, pero es posible que salvó en lesiones estructurales, ésto sea posible.

Tengamos o no tengamos fe , pero sigamos que el saber nos hará libres.