Registro de un leve terremoto en Barelona, durante un gol a un kilometro del estadio
Ansiedad es un estado mental que se caracteriza por; inquietud, excitación e inseguridad.

Los SINONIMOS de ansiedad son tan abundantes que invitan a la confusión. Citemos algunos de ellos y veremos que son usados indistintamente en la definición de la ansiedad.

Zozobra, afligirse, angustiarse, alteración , ansiedad, incertidumbre, inquietarse , desazón, desasosiego. nervios, nerviosismo, excitación, agitación, histerismo. Y posiblememnte muchos mas. El mas suave quizas sea “mal cuerpo”

¿Pero que produce esta patología tan lesiva?
La discordancia entre las vías inflamatorias y circuitos neuronales en el cerebro, conducen a alteraciones del comportamiento, tales como no tener los atributos de ataque-huida. No atender a la alarma. Es probable que los primeros seres humanos al conectarse con los agentes patógenos y depredadores modificaran las respuestas biologicas. Sin embargo, en los tiempos modernos, tales interacciones entre la inflamación y el cerebro parecen impulsar el desarrollo de la depresión y pueden contribuir a la falta de respuesta a los tratamientos antidepresivos actuales. Los datos recientes han demostrado los mecanismos por los cuales la inmunidad innata y adaptativa interactúan con los neurotransmisores y los circuitos neuronales para influir en el riesgo de depresión.
La depresión afecta a hasta el 10% de la población adulta en los Estados Unidos y representa una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo. Aunque existen tratamientos eficaces, aproximadamente un tercio de todos los pacientes con depresión no responden a la terapia convencional con antidepresivos
Las respuestas inmunitarias del huésped tanto a patógenos, como depredadores y factores sociales desde nuestros ancestros hasta nuestros días han sido responsables de estas respuestas.
Los seres humanos y animales de laboratorio proporcionan evidencia convincente de que el estrés neuro-relevante y la inmunidad forman un sistema integrado que evolucionó
para proteger a los organismos de una amplia gama de amenazas ambientales.
La respuesta clásica “lucha o huida” se caracteriza por aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial, así como en cortisol y catecolaminas, conocidas como estrés activan las vías inflamatorias periféricas que son claves para movilizar en células mononucleares de la sangre, incluyendo la activación del factor de transcripción factor kappa B nuclear (NF-kB), y conlleva un aumento acusado de los niveles circulantes de pro-inflamatorias citoquinas, tales como interleucina-6 (IL-6).
El organismo no responde a un germen, sino a una serie de circunstancias potencialmente peligrosas para él.
En estudios experimentales, se ve que las personas que han tenido estrés en los primeros años de su vida, presentan más riesgo de presentar depresiones, que son más intensas cuando el factor desencadenante es más intenso.
Recientemente se demuestra repetidamente que las interacciones entre inflamación y cerebro conducen a la depresión y posiblemente también a la falta de respuesta a las terapias antidepresivas.
El síndrome de adaptación a la enfermedad descrito Seyle, incluye desarreglos sociales, disminución del apetito, letargo, deterioro de la concentración, humor deprimido, irritabilidad, dolores musculares y fiebre
La derpresion es vista como una respuesta del huésped. Intentar explicar la inmunidad como simplemente otro sistema fisiológico dentro del cuerpo esta en la actualidad abandonado y explicado como producto de la evolución de millones de años tanto en el mundo de los microorganismos y parásitos, como los humanos y su adaptación al medio. Cuando posteriormente aparecieron múltiples agentes agresivos, aunque persistió el estrés de sufrir heridas, infecciones, hambre , aparecieron otros agentes patógenos mas numerosos, entre los que destaca los de causa psíquica y ello obligó a desarrollar mecanismos inflamatorios para contrarrestarlos.
Se cree que la inflamación que se ha mantenido bajo control durante gran parte de la evolución humana por la exposición a organismos patógenos, mínimamente invasivos en el tradicional medio rural, engendraron respuestas inmunológicas que se caracterizan por la inducción de células T reguladoras (Treg), células B BREG inmunorreguladores M2 macrófagos, así como la producción de los anticuerpos anti-inflamatorio, citoquinas, factores de crecimiento, interleucina-10 (IL-10) y la transformación del factor-β (TGF).
En los tiempos modernos, pese a la desinfección de los entornos urbanos de las sociedades más desarrolladas en que han sido vencidas gran parte de las infecciones responsable de grandes mortandades, se acompaño al mismo tiempo de multiples problemas que desafiaban nuestra psique .
En la actualidad una vez dominado parcialmente los problemas infecciosos, aparecieron de una manera imperiosa los problemas psicológicos tan frecuentes en el mundo moderno. que nos inducen a la producción de agentes inmunológicos diferentes y al desarrollo de una inflamación más contundente, y la depresión puede ser una lógica consecuencia de esto.
El aumento de los síntomas depresivos en las mujeres a través del tiempo, puede haber sido al mismo tiempo beneficioso en la en edad de procrear, ya que al aumentar la inflamación que controlaban mejor los procesos infecciosos, también aumentaban el número de depresiónes.
El marcado aumento nuestros tiempos de la inflamación, ha aumentado la prevalencia de enfermedades autoinmunes, alérgicas e inflamatorias enfermedades ha aumentado notablemente en los últimos 100 años, y continúan haciéndolo.
La evidencia creciente sugiere que este patrón de extensión y desregulación inmune puede resultar de interrupciones en nuestra relación y / o contacto con una variedad
de microorganismos inmunorreguladores no letales y parásitos, especialmente los comensales y simbiontes en la microbiotas del intestino, piel y fosas nasales y cavidades orales. Estos organismos (a menudo referido como ‘Viejos amigos’) comparten una tendencia a reducir la inflamación y suprimir las células inmunes efectoras a través de la inducción de IL-10 y factor de crecimiento transformante-β (TGF) así como fomentar el desarrollo anti-inflamatorio de esas poblaciones de células inmunes. Los humanos modernos ahora carecen de capacidad Inmuno-reguladora suficiente, especialmente durante la infancia y la niñez.
La inflamación y la depresión
Los pacientes con depresión severa, tienen aumentada la respuesta inflamatoria sobre todo proinflamatorias y sobre expresan, citosinas y sus receptores y aumento de los niveles de reactantes de fase aguda, quimosinas y las moléculas de adhesión solubles en la sangre periférica y líquido cefalorraquídeo (LCR) . Además, aumentan la expresión de una variedad de genes de inmunidad innata y sus proteínas, IL-1β, IL-6, TNF, receptor 3 Toll-like (TLR3) y TLR4, encontradás en estudios post mortem de cerebros de las víctimas de suicidio que tenían depresión.
Los metaanálisis de la literatura concluyen que en sangre periférica, la IL-1β, IL-6, la proteína TNF y C-reactiva (CRP) son los biomarcadores más fiables de inflamación en pacientes con depresión. Los polimorfismos en genes de citoquinas inflamatorias, incluyendo los que codifican L-1β, TNF y la PCR, también se han asociado con depresión y su respuesta a tratamiento. Además se han encontrado otros genes implicados en la depresión que derivan de meta-análisis en todo el genoma
Es evidente también que los marcadores inflamatorios están elevados no sólo en un subgrupo de pacientes con depresión sino también en pacientes con otros trastornos neuropsiquiátricos incluyendo trastornos de ansiedad y esquizofrenia.
Después de prestar gran atención a las vías neuroendocrinas y su comportamiento en el estrés lo que incluye el eje hipotálamo-adrenal (HPA) y el sistema nervioso simpático (SNS), los cuales tienen función moderadora el inmunidad, recientemente se ha utilizado el término inflamosomas, como representante de la interface entre estrés e inflamación. Los Inflamosomas son complejos de proteínas que se forman en las células mieloides en respuesta a microorganismos patógenos y no patógenos o, a factores de estrés “estériles”.
La dopamina tiene un papel fundamental en la motivación y la actividad motora, y las citoquinas han demostrado disminuir la liberación de dopamina en los ganglios basales en asociación con disminución de la motivación del esfuerzo, así como reduce la activación del circuito de recompensa en los ganglios basales, en particular el estriado ventral. Estímulos inflamatorios en el cuerpo estriado se han asociado con reducciones en la respuesta a la recompensa mediante plataformas de neuroimagen, lo que demuestra la validez y la reproducibilidad de estos mediadores por citoquinas
Dado el impacto que las citoquinas tiene en los sistemas de neurotransmisores que regulan la actividad funcional de los neurocircuitos en todo el cerebro, no es de extrañar que estudiós con neuroimagen, revelen alteraciones inducidas por citoquinas en la actividad cerebral regional. En consonancia con la ventajas evolutivas de la asociación entre el cerebro y el sistema inmune, citoquinas primaria objetivos en el SNC implican esas regiones del cerebro que regulan la motivación y la actividad motora (promoción del desarrollo social la evitación y la conservación de la energía), así como la excitación, la ansiedad y alarma (hipervigilancia promoción y protección contra el ataque) .
Este trabajo da un camino para unir lo psíquico con lo físico.
El sistema inmune de los mamíferos y el sistema nervioso han evolucionado bajo la influencia de la infección y lesiónes estériles . El conocimiento de los mecanismos homeostáticos por el cual el sistema nervioso controla la función del órgano fue aplicado originalmente a la cardiovascular, gastrointestinal, musculoesquelético y otros sistemas del cuerpo. Desarrollo de técnicas neurofisiológicas e inmunológicas avanzadas activado recientemente, el estudio de los circuitos neuronales reflejas que mantienen la homeostasis inmunológica, y que son esenciales para la salud en los mamíferos. Tales reflejos son evolutivamente antigua, que data de los gusanos nematodos invertebrados que poseen los sistemas inmunológico y nervioso primitivos. El fracaso de estos mecanismos reflejos en mamíferos contribuye a la inflamación, no resolutiva y a la enfermedad. También es posible dirigir estas vías neuronales utilizando estimuladores nerviosos eléctricos y agentes farmacológicos para acelerar la resolución de la inflamación y proporcionar un beneficio terapéutico.

¿Qué sucede en el cerebro en un estado de ansiedad, de fuerte estrés? ¿Cómo se desencadenan las respuestas químicas en esas situaciones? ¿Qué mecanismo molecular está implicado? Un equipo científico internacional partió de estas preguntas y ha tardado cuatro años en encontrar una respuesta, descubriendo un proceso químico del cerebro que dispara la respuesta ante situaciones fuertemente estresantes o acontecimientos traumáticos.
En abril del 2011, se encuentra una proteína que dispara la respuesta química al estrés en el cerebro
Las respuestas que se disparan, la reaccion a los agentes externos se llama ESTRÉS, y con frecuencia se cambia el orden y se llama estrés a lo externo.
Robert Pawlak (Universidad de Leicester, Reino Unido), afirma que Los problemas relacionados con el estrés afectan a un porcentaje alto de la población y generan un impacto enorme tanto desde el punto de vista personal como social y económico. «Se sabía ya que ciertos individuos son más susceptibles a presentar efectos negativos en el estrés que otros, y, aunque la mayoría de nosotros experimenta acontecimientos traumáticos, sólo algunas personas llegan a padecer trastornos psiquiátricos relacionados con ellos, como depresión, ansiedad o síndromes postraumáticos, por razones que no están claras».
Lo que motivó la investigación fue precisamente la aparente falta de correspondencia entre la exposición común de las personas a situaciones psicológicas potencialmente traumáticas y el desarrollo de patologías en algunas de ellas.
El objetivo era buscar factores que hicieran a algunos individuos más vulnerables a los estados de ansiedad y estrés que otros. En la revista Nature, Pawlak y sus colegas explican cómo han abordado el problema combinando técnicas genéticas, moleculares, electrofisiológicas y de comportamiento, partiendo del centro emocional del cerebro, la amígdala, que reacciona al estrés incrementando la producción de una proteína denominada neuropsina. Esto desencadena una sucesión de pasos químicos que acaban por provocar una mayor actividad de la amígdala, y, como consecuencia, se activa un gen que determina la respuesta a nivel celular.
«Examinamos entonces las consecuencias de esas seria de procesos celulares provocados por el estrés en el comportamiento de ratones», explica Pawlak en un comunicado de la Universidad de Leiceter. «Los estudios en ratones revelaron que, al sentirse estresados evitaban zonas del laberinto de experimentos donde se sentían especialmente inseguros, espacios abiertos e iluminados que evitan cuando sienten ansiedad». Sin embargo, cuando se bloquea la producción de la proteína clave en la amígdala, ya sea con fármacos o con manipulaciones genéticas, los ratones abandonan ese comportamiento motivado por el estrés. » Pawlak opina que la actividad de la neuropsina y los mecanismos asociados pueden determinar la vulnerabilidad al estrés.
La neuropsina había sido descubierta ya por Sadao Shiosaka, uno de los investigadores de este equipo que ha unido fuerzas de expertos del Reino Unido, Polonia y Japón. Su logro ha sido desvelar y caracterizar este mecanismo de control de la ansiedad en la amígdala. Además del conocimiento básico, los científicos no descartan que su hallazgo pueda tener implicaciones clínicas para desarrollar terapias preventivas y curativas de desórdenes psiquiátricos asociados al estrés.

Las células nerviosas (en naranja) se conectan y comunican entre sí en sinapsis (en verde) y emiten compuesto químicos implicados en los procesos de ansiedad. UNIVERSITY OF LEICESTER
La RM descubre un estrechamiento cortical regional en sujetos con depresión y ansiedad
En el marco de la Reunión Anual de la Sociedad Norteamericana de Radiología, se han presentado los resultados del estudio de la Universidad de Chengdu, en China, acerca de si pacientes con depresión mayor o con trastorno de ansiedad social sufren anomalías en la estructura del cerebro.
06/12/2017 Investigadores de la Universidad de Sichuan, en Chengdu, China, han determinado una anomalía estructural cerebral común en los pacientes afectados bien por una depresión o que experimentan ansiedad social
El autor principal del estudio, Youjin Zhao, y sus colaboradores emplearon la RM de alta resolución para analizar las imágenes de 37 pacientes con depresión mayor y 24 con trastorno de ansiedad social, que compararon con 41 sujetos control sanos. Se centraron en cuantificar el espesor del córtex en determinadas regiones cerebrales implicadas en el análisis de qué estímulos merecen centrar nuestra atención.
Los resultados preliminares de este estudio se han presentado en la Reunión Anual de la Sociedad Norteamericana de Radiología, ofreciendo datos de que ambos trastornos psiquiátricos comparten la imagen de un estrechamiento cortical en la región insular del córtex, que es fundamental para la percepción y conciencia de uno mismo.
Evolucion e inflamación son los responsables de la ansiedad, distimia, depresión y todos los nombres que queramos darle a esta abundante y malvada epidemia que estamos sufriendo. Enumerar las causas que la producen, es el camino pàra encontrar un vértice mas asequible a la terapia sobre el que actuar.
Referencia
06/12/2017 Investigadores de la Universidad de Sichuan, en Chengdu, China