NOTICIAS FALSAS. FAKENEWS,
Gracias a Dios que no acabó ayer el mundo Sr. JOHN CARLIN, pero me gusta su articulo y lo comparto.
Ya esta bien de hablar mal, pensar mal y verlo casi todo mal. Esto no es verdad. Así que comparto lo que dice.
Es verdad que persisten emociones mal digeridas convertidas en sentimientos molestos y reiterados y difíciles de borrar
Es posible, pero solo posible que los periodistas tengan algo de culpa. “lo ven asi” y tienen que contarlo, ¿ pero están claro los datos ¿, La evolución humana ha ¬sido muy buena. En lo tangible esto no es discutible. “Nunca, ni de cerca, hemos vivido mejor que hoy”.
Lo que si me parece es que a nivel personal , dos o tres parámetros nos están impidiendo la marcha. Esto se le llamó distimia o al menos se le llamó así mucho tiempo en psiquiatría, y consiste en:
No dormir bien, no me gustan las cosas qe antes me gustaban , tengo dolores frecuentes o siempre sobre todo en mi esqueleto y estoy tristón.
Los pobres no se mueren de hambre como antes ni mucho menos, ni los ricos se mueren de la risa, se mueren de cardiopatías y vasculopatías y enfermedades neurodegenerativas, lo que pasa en los estados unidos que no están bien informados y dicen mentiras, cuando creen que la extrema pobreza en el mundo se ha duplicado en las últimas dos décadas, los hechos demuestran que se ha cortado por la mitad.
Está claro que nuestras supervivencia ha aumentado en casi todo el mundo y también lo ha hecho la cultura y el domir bien y la higiene y multitud de cosas y no digamos esas ONG, que cada días se superan y tanto bien hacen.
Según usted cuenta el psicólogo canadiense Steven Pinker, señala la ignorancia, o el prejuicio, o el perverso impulso humano al pesimismo que nos impide reconocer lo mucho que hemos avanzado en cuanto a educación, justicia social e incluso paz. Hoy, por ejemplo, el 90% de la población mundial de menos de 25 años sabe leer y escribir. Lo que dicen Pinker y Gosling, que también se informan en datos de la ONU y otros reputados organismos internacionales y demuestran que casi todos vivimos con menos miedo que en cualquier otra época. El índice global de muertes en guerras ha caído progresivamente de casi 300 por cada 100.000 habitantes planetarios durante la Segunda Guerra Mundial a un poco más de uno por cada 100.000 en lo que va del siglo XXI. Y eso pese a las matanzas en Siria, Afganistán, Congo, Yemen e Irak.
No obstante me impresiona la maldad que un grupo de personas y me impresionó tanto que cuando escuché a su santidad el Papa Francisco, hablar sobre demonio. Qué estaba entre nosotros, que tenía muchas capacidades y era muy perseverante. Me pareció esto más fácil de creer, que responzabilizar al desorden biológico. Que es lo que es, o lo mejor estoy hablando de lo mismo.
Estamos saliendo de la crisis del 2008, y al parecer lo estamos consiguiendo, pero el añadido constante que corrupción, y de contiendas políticas y una serie añadidos terribles a los que no nos acostumbramos.
Nunca he creído libertad humana al menos en sentido amplio, es muy posible que después de la vida una vida fructífera, inteligente y sensata y desprovista de grandes accidentes, permitan a algunos humanos, llegará a viejos con autodominio, pero tengo también una tendencia a verlo todo con un desorden para los cuales el ser humano no está preparado biológicamente y el medio ambiente que le rodea, no lo permite
Me parece muy bien que acuda a la ilusión y solicite la ayuda de San Jordi para que no os dirija y proteja. Pero me temo que necesitamos un paso más en la evolución de los homínidos y tener un próximos cerebro más dotado aunque éste, para entenderlo primero y domesticado después.
Solicitar al humano de nuestros tiempos, que se ponga de acuerdo con los demás, porque, hablando se entiende la gente es una de las grandes mentiras de la historia. Esto no ha llegado todavía, está por venir
Los medios distorsionan el mundo, porque no saben hacer otra cosa y si hay algo que nos acerca a Dios es la búsqueda rectificando a cada paso. Quizás Bill Gates tenga alguna razón cuando dice , “las cosas han mejorado porque la gente se enfada y hace algo al respecto”.
Me parece muy bien qué caíga en el optimismo señor Carlin de Aparquemos nuestra ne-cesidad congénita de indignarnos, regocijándonos en la contemplación ¬selectiva del lado oscuro de la vida, y démonos, como especie, un pequeño aplauso, es su deber como escritor.
LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL Y ENFRMEDADES
La revolución industrial supone un hito en la evolución del hombre. Con una perspectiva global la revisión de la literatura nos proporciona una visión satisfactoria de cómo la revolución industrial ha mejorado el medio de vida, las enfermedades y en General el bienestar social. Al mismo tiempo nos ha llenado de patógenos que han cambiado la conducta de la enfermedad. Nuestro organismo sabe mejor defenderse y ha cambiado el patrón de enfermedades microbiana con gran mortalidad y morbilidad, por otro de menor mortalidad, pero con mayor número de enfermedad de curso crónico y cuyo origen es plural. Vamos a hacer una revisión grosera de cómo el hombre se ha ido adaptando a los cambios significativos que le han proporcionado la revolución industrial . El cambio ocurrio de manera lenta y progresiva.12 13
El fundamento filosófico de esta corriente se asentaba en el racionalismo, y la innovación científica.17
Desgraciadamente estos avances fueron potenciados por las guerras, y las religiones intervienen en este desarrollo, la Reforma protestante de Martín Lutero y Juan Calvino , el protestantismo considera al trabajo y al esfuerzo como un bien y un valor fundamental, al contrario que la ética católica que lo considera un castigo a raíz del pecado original.19. esto ocurre mas rápidamente en países insurgentes religiosamente como Gran Bretaña, Alemania u Holanda y se demora en países católicos, España, Portugal e Italia
La riqueza previa de los países debía intervenir de manera eficaz en esta revolución los países como Inglaterra, su materia prima y mayor aprovechamiento de ella fueron también los que más se desarrollaron. Y una serie de condiciones sociales facilitan esta evolución. Posiblemente todo el mundo tuvo la posibilidad de sumarse a esta nueva era, pero sólo algunos lo consiguieron.
Es evidente que la revolución industrial ocurrió y ello cambio la evolución
La mayoría de las enfermedades históricas tiene su origen en las zoonosis en un intento de domesticar los animales con los que convive el hombre, la viruela, difteria, gripe y tuberculosis son ejemplo de ello.
Una serie de ejemplos de pandemia nos llenan de temor y de piedad aquellas personas que se vieron afectadas sin ningún medio de evitarlo por una mortalidad terrible.
Permítame que agrege el trabajo de Garry Egger, PhD, MPH, Salud y Ciencias Humanas, Southern Cross University, Lismore, Nueva Gales del Sur, Australia, y el Centro de Promoción de la Salud y la Investigación, Sydney, NSW, Australia. Sobre la LA APARICIÓN DE LA ENFERMEDAD CRÓNICA y su responsabilidad en nuestro proyecto de vida.
La lucha contra las enfermedades infecciosas hizo avanzar de manera que los condujo a los avances médicos y de salud pública (por ejemplo, vacunas, antibióticos, higiene en general) pero a su vez aumento las enfermedades crónicas no transmisibles, para los que no hay una sola causa subyacente.
El descubrimiento de una forma de bajo grado de inflamación sistémica y crónica («metaflammation»), vinculado a los inductores (en general como «anthropogens») asociados con las modernas hechas por el hombre entornos y estilos de vida, sugiere una base subyacente para la enfermedad crónica que podría proporcionar una equivalente del siglo 21 de la teoría de los gérmenes. En esta transición, aparecen las enfermedades crónicas (por ejemplo, enfermedad del corazón, cáncer, diabetes, problemas respiratorios crónicos) – a menudo llamadas «enfermedades de la civilización» (3) – reemplazan las infecciones como la fuente principal de la enfermedad. (Enfermedades crónicas y condiciones se definen como aquellas que son transmisibles, recurrente duradera, y sin una causa microbiana primaria. Estas condiciones pueden incluir lesiones [por ejemplo, traumatismo de vehículos de motor, ocupacionales / Lesiones Deportivas], pero excluyen las enfermedades agudas [por ejemplo, el SIDA ] que se han convertido en crónica gracias a los avances en los tratamientos médicos) La transición epidemiológica se produjo en la segunda mitad del siglo 20 en muchos países desarrollados. aproximadamente el 70% de las enfermedades en la actualidad como resultado de enfermedades crónicas (4). Esta evolución de la enfermedad ha cambiado no solo el pensamiento sobre la enfermedad, sino también un cambio sociológico , haciendo hincapié en las dificultades en la asignación de causalidad cuando se pasa de un enfoque mono-causal (promovido por la teoría de los gérmenes para hacer frente a las enfermedades infecciosas ) a un enfoque multi-causal para hacer frente a la enfermedad crónica.
El envejecimiento de la población y el cambio metabólico que se asocia (dismetabolismo) ha afectado a la prevalencia de enfermedades crónicas,
No cabe duda que los genes tienen menos actividad de lo que se imaginaba en la enfermedad y que es el perimundo el que condiciona a estos genes. Pero el fenotipo es tan grande que tenemos muchas dificultades para identificar a todo los factores ambientales implicados, y por tanto aún no tenemos una teoría que explique con claridad la enfermedad crónica.
El descubrimiento de una forma de inflamación de otro modo no reconocido en la década de 1990 (6) y su amplia presencia en muchas enfermedades crónicas (7) a llevado a la sugerencia de que muchas, si no todas, de tales enfermedades pueden tener este tipo de base inflamatoria (8).
Conocemos la la inflamación desde hace 20 siglos. Pero conocerla no como enfermedad, sino como respuesta destinada a eliminar el estímulo infeccioso y permitiendo la reparación del tejido dañado, en última instancia resulta en la curación y un retorno a la homeostasis. Sin embargo, en 1993, los investigadores descubrieron un tipo diferente de respuesta inflamatoria prolongada, mal regulada o inadaptado asociado con la obesidad, lo que sugiere que puede explicar los efectos patógenos de la ganancia excesiva de peso (6). «Metaflammation» (9), como se le llamó más tarde a causa de su vinculación con el sistema metabólico, se diferencia de la inflamación clásica en que 1) es de baja calidad, lo que sólo un pequeño aumento en los marcadores del sistema inmune (por ejemplo, un 4 – a 6-veces mayor frente a un aumento de varias cientos de veces), 2) es persistente y crónico en los resultados, en lugar de alostasis aguda, y 3) tiene sistémico en lugar de los efectos locales; 4) tiene antígenos que son menos evidentes como agentes extranjeros o patógenos microbianos y, por lo tanto, se ha hecho referencia como «inductores», 5) parece perpetuar, en lugar de resolver la enfermedad, y 6) se asocia con una reducción, en vez de aumentar, la tasa metabólica.
En esencia, aunque la inflamación clásica tiene un papel curativo en la enfermedad aguda, metaflammation, debido a su persistencia, puede tener un papel mediador, ayudando a agravar y perpetuar la enfermedad crónica.
Un número cada vez mayor de los biomarcadores de medición, pro-o anti-inflamatorios para metaflammation han sido recientemente identificados (16), y varias vías de investigación han tratado de identificar sus inductores nutricionales, conductuales y ambientales (10,15). Inductores Se han identificado muchas. Estos incluyen no sólo los comportamientos relacionados con estilos de vida modernos facilitados por los entornos post-industriales – por ejemplo, la mala alimentación, la inactividad, falta de sueño y el estrés (17) -, sino también los componentes de estos ambientes propios, tales como particulas (18) y relacionados con el tráfico contaminación del aire (19), disruptores endocrinos químicos (EDC), llamado Obesogens por su posible relación con la obesidad (20), las condiciones sociales y económicas que generan la desigualdad y la inseguridad económica, incluida la injusticia organizacional percibida o prejuicios en el lugar de trabajo (21) y los vínculos entre la desigualdad y la raza / etnia, como se propone en el «hipótesis del desgaste», lo que sugiere que los resultados del parto son más perjudiciales en las madres mayores de ciertos grupos desfavorecidos raciales / étnicos (22). Tales estilos de vida y entornos constituyen una categoría de inductores que pueden ser etiquetados como «anthropogens» por sus hechos a medida orígenes y la influencia potencial sobre la salud. Anthropogens se definen como entornos creados por el hombre, sus derivados y / o estilos de vida alentado por esos entornos, algunos de los cuales tienen efectos biológicos que pueden ser perjudiciales para la salud humana.
Todos los inductores anti-inflamatorios o neutrales son aquellos con los que los seres humanos han tenido la experiencia de cientos o miles de años, la mayoría de los cuales son naturales (por ejemplo, frutas, frutos secos) o mínimamente modificadas (por ejemplo, vino, cerveza). Pro-inflamatorios inductores son recientes y de origen humano (por ejemplo, los EDC), se modifican (por ejemplo, alimentos procesados) o inducida (por ejemplo, estilo de vida, inactivo), o son efectos de resultado (por ejemplo, ingresos / desigualdad social) de un hecho por el hombre ambiente. El envejecimiento es un interesante pro-inflamatoria inductor. Los efectos típicos “dysregulatory y metaflammatory” del envejecimiento (también llamado inflammaging [23]) se redujo en los estilos de vida saludables. Por lo tanto, el envejecimiento, aunque inmutable, se puede considerar en el ámbito de un anthropogen, como el aumento de la longevidad en las poblaciones modernas pueden atribuirse a factores positivos antropogénicas (por ejemplo, la medicina, la inmunización), que conduce a la disminución de las infecciones.
El sistema inmunológico humano está reaccionando a nuevos entornos creados por el hombre y estilos de vida (anthropogens), a la que ha estado expuesto durante un breve período (es decir, desde el comienzo de la Revolución Industrial, aproximadamente 1800 dC) y el sistema inmunológico no ha tenido tiempo para desarrollarse.
El aumento de las enfermedades crónicas es una aberración reciente y probablemente refleja un inevitable punto de rendimientos decrecientes en un sistema de crecimiento económico exponencial, lo que se refleja en nuestros sistemas fisiológicos. Anthropogen inducida metaflammation podría ofrecer una etiología genérico para las enfermedades crónicas de significado similar, aunque ligeramente diferente en su alcance, para que de la teoría de los gérmenes de enfermedades infecciosas.
La teoría de los gérmenes tuvo implicaciones inmediatas para la medicina clínica. Su relevancia se hizo extensiva a la salud pública a través del concepto de la tríada epidemiológica, que hizo hincapié en la necesidad de prestar atención a los 3 vértices de un triángulo: acogida, vector (y agente) y el medio ambiente, para el control eficaz de los brotes de enfermedades. Un enfoque en los gérmenes (por ejemplo, agentes) por sí sola no era suficiente
Obviamente, no todos los anthropogens son saludables (aunque hay muchos otros, no mencionados aquí, que posiblemente son [por ejemplo, el asbesto en los materiales de construcción, trabajo por turnos, el aumento de dióxido de carbono en la atmósfera]). Cualquier sugerencia de detener el progreso humano o regresar a las condiciones del Paleolítico sería como tratar de eliminar todos los gérmenes – buenas y malas – para manejar las infecciones. Reconocimiento de anthropogens insalubres, sin embargo, cambiar el enfoque de las causas orgánicas y multifocal de las enfermedades crónicas a los vectores y los entornos y sus conductores distales económicos, sociales y físicas, así como la teoría de los gérmenes se centró en los patógenos microbianos. Este enfoque también desviar la atención de un simple estilo de vida basado en la explicación. Un aspecto único del estilo de vida sin darse cuenta podrían desviar las críticas de las causas sistémicas y poner la culpa en el individuo, mientras que el reconocimiento de una etiología anthropogen basado proyectaría una red más amplia.
Las aplicaciones de este enfoque reside en la reorientación de las hipótesis comprobables relacionadas con la causalidad de enfermedades crónicas, así como el reconocimiento de un ámbito más amplio de influencias en la salud moderno y el bienestar que puede incorporar un espectro de temas del mundo actual, tales como el crecimiento demográfico y el cambio climático (25). Tratamientos farmacéuticos, médicos y quirúrgicos, sin duda, seguirá siendo crucial en el tratamiento de enfermedades crónicas, como son las infecciones, pero la etiología anthropogen basado sugiere la necesidad de una perspectiva más amplia sobre la prevención de enfermedades y la gestión.

La lucha contra los patógeno la ha hecho nuestro organismo de una manera progresiva y beneficiosa sobre todo para enfermedad infecciosa, sin embargo la inflamación que conlleva a mutilado otras funciones vitales para nuestro equilibrio, en los tiempos modernos, tales interacciones entre la inflamación y el cerebro parecen impulsar el desarrollo de la depresión y pueden contribuir a la falta de respuesta a los tratamientos antidepresivos actuales. Los datos recientes han elucidado los mecanismos por los cuales los sistemas inmune innata y adaptativa interactúan con los neurotransmisores y neurocircuitos para influir en el riesgo de depresión. La búsqueda de medios eficaces para detectar esta pluralidad etiológica y su consecuente tratamiento no es fácil pero ofreció el ser humano el mayor de los desafíos y en ello estamos.

Referencias
Andrew H. Miller1 and Charles L. Raison2 The role of inflammation in depression: from evolutionary imperative to modern treatment target
Garry Egger, PhD, MPH, Salud y Ciencias Humanas, Southern Cross University, Lismore, Nueva Gales del Sur, Australia, y el Centro de Promoción de la Salud y la Investigación, Sydney, NSW, Australia.
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