Células tumorales de adenocarcinoma de páncreas que muestran signos de daño en el ADN del núcleo (puntos blancos) y de micronúcleos (en verde), después de un tratamiento con taxol seguido de inhibidores de CDK4/6.
IMPEDIR QUE LOS TUMORES AGRESIVOS GENEREN RESISTENCIA A LA QUIMIOTERAPIA
El término “cáncer” engloba un amplio conjunto de enfermedades cuya característica principal es la multiplicación incontrolada de un grupo de células que pueden invadir tejidos contiguos.
En condiciones normales una célula se multiplica de manera controlada siempre que el cuerpo lo necesite. Durante la infancia las células se multiplican constantemente para permitir el crecimiento; mientras que en la edad adulta, las células se multiplican para reemplazar a las que mueren o para reparar heridas. Cuando las células son viejas o están dañadas el cuerpo lo detecta y envía señales para que mueran (esto se denomina “apoptosis”).
Las células cancerosas (también llamadas tumorales) se diferencian de las normales en muchos aspectos que permiten esta multiplicación sin control:
• son menos diferenciadas (se parecen menos a las células de tejidos normales).
• son capaces de ignorar las señales que evitan que la célula se divida o muera, por lo que se multiplican incontroladamente.
• son capaces de influir en los tejidos que les rodean y crear un entorno que favorezca su propio crecimiento.
• algunas adquieren la capacidad de evadir el sistema inmune (sistema que protege al organismo de infecciones o agentes externos) o incluso de utilizarlo para aumentar su crecimiento.
Las células tumorales pueden extenderse a otras partes del cuerpo a través de los vasos sanguíneos o los ganglios linfáticos, esto es lo que conocemos como metástasis.

En el cáncer son comunes una serie de cambios en los genes que controlan la función de las células. Estos cambios se pueden adquirir a lo largo de la vida debido a errores acumulados en la multiplicación normal de las células. Una de las causas puede ser las exposiciones medioambientales (tabaco, alcohol, radiaciones ultravioletas…). En otros casos y de manera menos frecuente (5-10%), las personas pueden presentar una predisposición genética a desarrollar cáncer debido a que han heredado genes ya alterados, se trata de lo que conocemos más comúnmente como cáncer hereditario.
El algoritmo de multiplicación celular en el cáncer, no es simple y en consecuencia la terapia es no acertada la mayoría de las veces para el control de la multiplicación celular
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En este artículo se muestra la acción de dos inhibidores de CDK4/6 sean usados, no al mismo tiempo que la quimioterapia, sino después de la misma.

Células tumorales de adenocarcinoma de páncreas que muestran signos de daño en el ADN del núcleo (puntos blancos) y de micronúcleos (en verde), después de un tratamiento con taxol seguido de inhibidores de CDK4/6. Un día

Esta investigación está dirigida por el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) en colaboración con investigadores del Centro Weill Cornell Medicine y Pfizer Inc (Estados Unidos), propone una nueva estrategia combinada para evitar la resistencia del cáncer de páncreas a la quimioterapia. De esta forma se puede lograr que los tratamientos puedan eliminar estas células tumorales de manera eficaz. El trabajo se publica en la revista Cancer Cell.
Su eficacia en el cáncer de mama
El cáncer es la alteración del ciclo celular, es decir, la actividad normal relacionada con el crecimiento, maduración y muerte de las células. Las moléculas CDK4 y CDK6 están implicadas en el crecimiento celular descontrolado que acaba generando una masa tumoral.

En los últimos años, se han desarrollado unos fármacos que inhiben la acción de CDK4 y lo mal y la Madre DK6 y son muy eficaces para detener el crecimiento del cáncer de mama avanzado. Su uso clínico ya está aprobado para las pacientes de este tipo de cáncer, en combinación con terapia hormonal, y se ha convertido en el tratamiento estándar para estas pacientes. Sin embargo, hasta ahora no estaba claro si estos beneficios se podrían extender a otros tipos de cáncer.
“Un problema de los inhibidores de CDK4/6 viene dado por su mecanismo de acción que impide que las células tumorales se dividan”, explica Marcos Malumbres, jefe del grupo de División Celular y Cáncer del CNIO e investigador principal del proyecto. “La mayor parte de las quimioterapias actuales –como los derivados de platino o taxol, entre otras–, actúan solo precisamente sobre las células tumorales que se están dividiendo. Por tanto, si inhibimos CDK4/6 y evitamos así que estas células se dividan, impedimos que las quimioterapias funcionen correctamente. Por este motivo, hasta ahora se ha creído que no podíamos combinar los inhibidores de CDK4/6 con quimioterapia clásica”.
Nueva estrategia
Beatriz Salvador, investigadora del CNIO diseñó una nueva estrategia en la que los inhibidores de CDK4/6 sean usados, no al mismo tiempo que la quimioterapia, sino después de la quimioterapia para impedir la recuperación de las células tumorales. Los resultados del trabajo muestran que aplicar los inhibidores de CDK4/6 a continuación de los fármacos comúnmente usados en diversos tumores metastásicos impide que las células tumorales resistan estos tratamientos y vuelvan a crecer tras suministrar quimioterapia.
El trabajo se ha desarrollado tanto en modelos de ratón modificados genéticamente como en ratones con injertos de pacientes con adenocarcinoma de páncreas. Las células tumorales tratadas con taxol u otros agentes reparan en pocos días el daño que les han producido estos agentes terapéuticos. Por su parte el tratamiento adicional con inhibidores de CDK4/6 impide esta reparación de las células tumorales y hace que continúen acumulando daño, evitando así que sigan creciendo. “Todos los animales tratados con esta combinación mostraron un tumor estable, mientras que los ratones que no fueron tratados con ella perecieron rápidamente”, continúa Malumbres.
El tratamiento más frecuenta para los casos de cáncer metastásico sigue siendo la quimioterapia clásica. “Poder usar inhibidores de CDK4/6 para impedir que las células tumorales se recuperen de estos tratamientos puede abrir nuevas vías para mejorar la eficacia de estas terapias en diversos tipos de cáncer, que en la actualidad se tratan con radioterapia o quimioterapia clásicas”, indica Malumbres. Esta nueva estrategia podría impactar positivamente en miles de pacientes que se tratan en la actualidad con estas terapias. “Sin embargo, esta estrategia ha de ser validada en la clínica. Actualmente estamos en contacto con compañías farmacéuticas para mover esta propuesta a ensayos clínicos, probablemente en cáncer de mama y de pulmón”.
Este trabajo ha sido financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, el Instituto de Salud Carlos III, el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, la Comunidad de Madrid, Pfizer Inc. y la Asociación Española contra el Cáncer (AECC).
Redacción
28 febrero, 2020