Mary L. Gray, antropóloga, investigadora de Microsoft y jefa de su comité de ética
Tiene 50 años. Es americana El trabajo de oficina está a punto de desaparecer en pos del trabajo precario.

“Los contratos fijos están pasando a la historia”

Miembro de los comités de ética sobre sociedad e internet de Harvard y Stanford, es experta en el trabajo del futuro y advierte que la nueva economía va a crear una clase social superprecaria si no lo evitamos. Es coautora de Ghost work , donde desvela cómo los servicios prestados por empresas como Amazon, Google, Microsoft y Uber solo pueden funcionar gracias al juicio y la experiencia de una vasta e invisible fuerza laboral humana. Estas personas y su “trabajo fantasma” hacen que internet parezca inteligente. Gray ha participado en un debate sobre el trabajo del futuro de Digital Future Society, un programa de Mobile World Capital Barcelona que aborda los dilemas éticos de la nueva economía digital.
Cuando empecé a trabajar en Microsoft nos preocupaba que la automatización del trabajo dejara a las personas sin empleo, así que iniciamos un estudio concienzudo sobre cómo iba a influir la inteligencia artificial (IA).
¿Y?
De entrada constaté que la mayoría de la gente en el mundo no tiene acceso a un trabajo fijo y que en realidad la IA da trabajo a cientos de miles de personas. Detrás del traductor de Google hay miles de lingüistas.
Trabajadores invisibles.
Sí, a los que se paga por una tarea concreta.
¿La inteligencia artificial no es tal?
No.
¿Está llena de curritos tras ella?
Efectivamente, se necesitan muchas personas para enseñar al software a pensar. Para identificar, por ejemplo, el spam se debe consultar millones de e-mails y escoger palabras e imágenes clave que luego se introducen en el software.
Pues los listos son ellos.
Y están detrás de esos programas, constan¬temente actualizados, que al escribir te acaban la palabra y te sugieren la próxima. Tras cualquier modificación, cambio cultural o modismos ¬está el trabajo de muchísimas personas.
¿Detrás del control de contenido de Facebook hay muchos profesionales?
La automatización no puede mantener el ritmo de la humanidad; en Facebook las conversaciones son informales y los programas no son sutiles. Para evaluar el contenido se necesitan personas que conozcan el contexto cultural.
¿Cuál es el perfil de esas personas?
Licenciados alrededor de los 30 años, que cobran por tarea y están muy mal pagados. He dedicado años, con Siddharth Suri, informático, a estudiar el día a día de esos trabajadores fantasma que hacen que internet parezca inteligente.
¿Qué le ha sorprendido?
Que se busquen y se conecten entre ellos por internet, socialicen por Skype, se feliciten el cumpleaños, y hagan una colecta cuando a “un compañero” se le estropea el ordenador. Tienen una red más potente que los autónomos.
¿Por qué le sorprende?
Los ingenieros distribuyen trabajo para que los que lo realizan no se relacionen, quieren evaluaciones independientes. No pensaron que las personas necesitan comunicarse, que todos buscamos un significado a nuestro trabajo.
¿Un trabajo más precario que el de los repartidores de Deliveroo?
Sí, porque es menos visible y más difícil de rastrear. La nueva economía va a crear una clase social superprecaria si no lo evitamos.
¿Es el trabajo del futuro?
Sí, es una manera de organizar el empleo. Lo abarca todo. La tendencia es crear plataformas en la red que te permitan contratar por tarea cualquier cosa, de un abogado a un periodista, un médico, una enfermera, un asesor fiscal. Los contratos fijos han pasado a la historia.
¿Alguna razón para el optimismo?
Ahora todos tenemos una causa común: establecer los derechos de los trabajadores bajo demanda, empezando por valorar ese trabajo cuando utilizamos una app. Debemos garantizar que este nuevo tipo de trabajo cree oportunidades en lugar de miseria.
Como antropóloga, ¿qué nos pasa que tendemos a esclavizar al vecino?
Pregunta difícil… Creo que tenemos miedo.
Las multinacionales nos dan miedo.
Hay que temerlas porque hemos permitido que se hagan muy grandes, que manden sobre los gobiernos, y no nos damos cuenta del control que tienen, se han metido en nuestras vidas.
¿No podemos organizarnos con empatía?
Durante más de cien años hemos competido por el trabajo a tiempo completo; esa es nuestra historia. Pero cada generación tiene la oportunidad de ser generosa y pensar la manera en que podemos beneficiarnos todos, y este es el momento.
¿Qué hace el comité de ética de Microsoft?
Valoramos propuestas de investigación de informáticos e ingenieros dentro de la empresa que involucran a los usuarios y sus datos.
¿Estamos muy expuestos?
Somos vulnerables como individuos pero como sociedad tenemos poder para protegernos.
¿Algún día la IA será inteligente?
No lo creo.
Nos pasamos la vida hablando con máquinas estúpidas por teléfono. Es frustrante.
Sí, ja ja ja. Las empresas de tecnología y los ingenieros pensaban que lo que querían los usuarios era información y resolución. Pero lo que queremos es tecnología que nos ayude, no que decida por nosotros: no me diga lo que tengo que hacer, dígame lo que puedo hacer.
Una manera de abaratar costes.
La ironía es que las empresas pensaban que, además de abaratar costes, los consumidores lo valorarían positivamente. Pero las personas queremos hablar con personas que entiendan nuestro problema y empaticen.
Parece obvio.
Por eso tenemos un comité de ética, para ayudar a los ingenieros a que no olviden la dinámica social.
¿Cómo ve el futuro de esta interacción hombre-máquina?
Es el momento de valorar lo que nos hace humanos, que es nuestra capacidad de servirnos unos a otros y de escucharnos; cosas que las máquinas no pueden hacer.

Mary L.Gray.
Es americana y afirma que el trabajo de oficina está a punto de desaparecer
De nuevo me atrevo a comentar un artículo de la vanguardia y en esté la Señora Gray. nos alienta al decir que la inteligencia artificial es el producto del trabajo de múltiples
* curritos * que aportan material para enseñar al software a pensar. Es decir no pueden prescindir del hombre. Es posible que el trabajo fijo desaparezca, y que los trabajadores de internet pasen desapercibidos. Los trabajadores están detrás de esos programas, constan¬temente actualizados. Tras cualquier modificación, cambio cultural o modismos ¬está el trabajo de muchísimas personas. la mayoría de la gente en el mundo no tiene acceso a un trabajo fijo y que en realidad la IA da trabajo a cientos de miles de personas. Detrás del traductor de Google hay miles de lingüistas.
La mayoría de la gente en el mundo no tiene acceso a un trabajo fijo pero en realidad la IA da trabajo a cientos de miles de personas. Detrás del traductor de Google hay miles de lingüistas
Y si el trabajador gana suficiente para vivir y además educa al software , no parece que perdamos mucho.
Estos trabajadores suelen ser licenciados de alrededor de los 30 años, que cobran por tarea y están muy mal pagados. Y el día a día de esos trabajadores hacen que internet parezca inteligente´.
Estos trabajadores se conectan entre sí y tienen una red más potente que los autónomos.
Gray dice que los ingenieros distribuyen trabajo para que los que lo realizan no se relacionen, y quieren evaluaciones independientes. Esto parece contradictorio, el que distribuyan el trabajo no impide que las personas se comuniquen. Ni tampoco está conlleva que la persona que trabajan pasen desapercibidas. Ya se encargarán ellos de hacerse valer
Es evidente que somos vulnerables como individuos pero como sociedad tenemos poder para protegernos. La IA no será nunca inteligente y esto de predecir el futuro no se lo puede c reer nadie. Solo estamos seguro de lo pasado, ni siquiera de lo actual y menos de lo que esta por venir
Lo que llevamos mal, es hablar con las máquinas, que hasta ahora, nos repele, Las empresas de tecnología y los ingenieros pensaban que lo que querían los usuarios era información y resolución. Pero lo que queremos es tecnología que nos ayude, no que decida por nosotros: no me diga lo que tengo que hacer, dígame lo que puedo hacer.
Las empresas pensaban que, además de abaratar costes, los consumidores lo valorarían positivamente. Pero las personas queremos hablar con personas que entiendan nuestro problema y empaticen.
Por eso tenemos un comité de ética, efectivamente ayudara a los creadores de la IA que no olviden la dinámica social.
Saber lo que nos hace humanos, que es nuestra capacidad de servirnos unos a otros y de escucharnos; cosas que las máquinas no pueden hacer, esto esla interacción hombre-máquina.
Lo único cierto es que la evolución no hay quien la pare, y dudoso que podamos hacer algo por modificarla a nuestras necesidades.
Wait and see.

IMA SANCHÍS.
02/10/2019 02:13