Las pocas personas que leen en España son grande lectores.
En la vanguardia de hoy, Xavi Ayen, enviado especial en Rekiavik, escribe sobre el escritor Gudbergur Bersson. Este señor es el patriarca de los escritores islandeses. Habla un perfecto español y tradujo el Quijote al islandés.
De entrada el enunciado de la entrevista me parece un insulto para el español. Y me lo parece porque no es verdad. En España se lee mucho, probablemente no tanto como le interesa a los relacionados con la industria del libro. Lo que sí me parece es que el señor Bersson no está informado.
Deduzco que no le gusta el mundo y pone pegas a casi todo.
Cuando le pregunta su opinión sobre la literatura islandesa actual, dice, no hay renovación. No digo que la calidad haya bajado, creo que no baja. No son escritores muy originales, por ejemplo, Jòn Kalman escribe sobre cosas, que ya nos contaron en el siglo pasado.
El mismo Bersson, que le gusta traducir autores famosos, su última novela traducida es “Perdida”, que son las reflexiones de un hombre solitario, en su vejez en un piso donde sólo se oye el rumor del hervidor de agua. La novela debe ser una maravilla, pero creo que rompe su afirmación, al tachar a la literatura islandesa actual, de no contar novedades.
Este artículo tiene un sentido, quiero decir el que estoy escribiendo, solamente para manifestar mi malhumor, producido por la cacareada frase, * en España se lee poco *. Esto no es verdad, es más, es mentira. En España se lee mucho, y se lee mucha monotonía llena de ripios, pero cada autor cree que su novela o libro es fundamental y si alguien no lo lee, es un inculto.
Se publican en España alrededor de 80.000 libros al año. Me parecen mucho, posiblemente es el compendio, de libros, y suplementos de revistas. Pero lo que me niego a admitir es que haya que leerse todos estos libros, y si no lo haces, eres un inculto.
Desde luego los devaneos que el Señor Bergsson, tiene con la sociedad catalana, ni me parecen interesantes, ni creo que tengan utilidad. Si alguien no lee el artículo del periodista Ayen sobre Bergsson, seguro que no le va a pasar nada y en el deposito del conocimientos de cada español no se va a echar en falta sus comentarios.
La literatura es fundamentalmente la herramienta del conocimiento. También nos entretiene, y fundamentalmente es muy útil para los que viven de la industria del libro. Creo que es vital discernir entre leer y aprender. No creo que haya en España ni una sola persona que no lea algo cada día pero no exactamente leen, lo que a los autores del libro les interesa.
Los medios de comunicación son fantásticos; radio, televisión, periódicos, son magníficos e informan de una manera actualizada, aunque llenos de datos, que nos inducen al desasosiego. La información no tiene que venir forzosamente en un libro, que también. Los procedimientos informáticos son tan eficaces que dan noticias actualizadas, en sólo horas despues de su elaboración o producción. Pueden venir también en libros, o en papel impreso. Lo importante es informarse. Harari, dice en su libro Homo Deus, que el datismo, la acquisición de datos, en manos de muchos, salvara al mundo. Pero no forzosamente en papel.
Que cada autor, no se crea portador de tanta fuerza, y de tanta verdad, como para creer, que si no se lee su libro se es un infiel.
Cuando estudiaba medicina en Sevilla, hace ya mucho tiempo, visitaba a diario la biblioteca americana. Era el único lugar donde encontraba información sobre la contracción muscular. Temas que me interesó mucho tiempo. Cuando encontraba una cita bibliográfica, tenía que buscar el libro o artículo mencionado. Unas veces estaba en la biblioteca americana, pero otras muchas no . Lo cual demoraba terriblemente mi hallazgo y me inducía a que lo obtenido era parcial. Hoy no me ocurre eso nunca. Si en un artículo de Medscape, encuentro una cita. Preguntó a Google, o a otro buscador y unos minutos más tarde, encuentro lo que buscaba o algo fraternalmente relacionado con ello. De forma que si lo que busco es el conocimiento, los libros ya no me son imprescindibles.
No quiero decir con esto, que estoy en contra de los libros. Leo libros a diario, escucho la radio, veo alguna vez televisión, pero sobre todo mi vanguardia, me tiene informado, o me avisa de cosas sobre todo científicas que se están produciendo.
Se aduce, que internet está llena de equívocos. Pero no más que cualquier libro o revista. El director de “The Lancet”, en una entrevista a radio nacional de España, decía hace unos días. Que uno de cada dos artículos publicados en esta prestigiosa revista, no era verdad. Casi nada. Dudo mucho que este margen de error sea superado por Wikipedia.
Con respecto al libro, tengo la impresión que la nostalgia domina parte de nuestra vida. En una época de descubrimientos diarios utilizamos parámetros ancestrales, para verificarlos.
El Sr. Bersson, cuenta en este artículo que aterrizó en Barcelona en los años cincuenta, porque entonces no se pensaba tanto como ahora. Y le atrajo esta ciudad porque había, y pese a la dictadura mucha más libertad en España que en Islandia. Y sobre todo no había tanto elitismo. En su país si no procedías de determinados colegios elitistas no podías estudiar en la universidad. En este país tan denostado y criticado. Hace 65 años se podía estudiar en todas las universidades estatales. Yo, hijo de un obrero y becario estudié con relativa comodidad en Sevilla. Una buena universidad, una buena facultad de medicina para aquellos tiempos. Eso sí con una discreta altivez por parte de algunos compañeros que se querían mantener fieles a las diferencias. Pero no había impedimento para que el hijo de un obrero estudiará en la universidad estatal que deseaba.
Seguro que el Sr. Bersson escribe muy bien y traduce muy bien, e incluso sabe varios idiomas. A mi generación le costó mucho al inglés, pero nuestros jóvenes lo manejan estupendamente. Asi como otras lenguas. Lo que tengo muchas dudas, es que haya que gastar parte de la inteligencia, en aprender idiomas. Estos son el vinculo para comunicarnos y para obtener conocimiento. A esto le quedan dos telediarios. Javier de Felipe el famoso investigador en anatomía cerebral del instituto Cajal, ante la pregunta, de como se van a aprender lenguas en el futuro, contesto. No se hará, utilizaremos las máquinas. Y esto me parece precioso. El ser humano tiene derecho a la comodidad, a cierto grado de felicidad, a emplear su esfuerzo en obtener datos. Obtener la sabiduría y por el medio más sencillo. El trabajo repetido y memorístico, cansa y deteriora. Mi cerebro tiene que estar cómodo para aprender.
Pero volviendo a Sr. Bersson, lo que me cuenta a través del periodista Sr Ayen , son chismorreos discretamente interesantes. Los entresijos sociales y el poder de las élites, los conocemos, los habitantes de esta España y concretamente de Barcelona también como él y además de una manera más extensa. No estamos limitados al conocimiento de una élite intelectual. Y también sabemos sacarle partido a una buena charla, que no tiene porque ser celestial. Una charla, sin mucho más, pero plagiada de curiosidad y con lenguaje abarcable.
Es verdad que los literatos, poetas y gente que vive del libro, tiene tiempo para conocer mucha gente y contar curiosidades. Pero esto en el tiempo en que estamos viviendo, no es mas que curiosidad. Su utilidad me gustaría conocerla mejor, pero no me entra.
Vuelvo a repetir que este articulo que estoy escribiendo, es solamente es un berrinche. Y además sin solución. Siempre me ofendo cuando oigo o leo, que en España se lee poco. Vuelvo a decir que no es verdad. Nos informamos lo suficiente como para tener uno centros universitarios magníficos. Una investigación exportable y además nuestro centro de investigación están llenos de investigadores extranjeros a los que tenemos cosas que aportary también ellos a nosotros.
Vivimos el mejor de los tiempos, pero estamos en la etapa intermedia del conocimiento.
Si no sabes nada, rara vez te preguntas algo.
Quien lo sabe todo, tiene todas las respuestas.
El saber intermedio te llena de inquietud y la toma de decisiones, facultad intelectual terriblemente compleja, está llena de inexactitudes. Porque cuando sabemos todas las respuestas nos cambian las preguntas.
Me pareció muy acertado lo del complejo de inferioridad del español. Un poquito de más seguridad no nos vendría mal.
Hace una semana aproximadamente, mi nieto que vive en el sur de España, tenía alojado en su casa a un amigo, analista político Belga. Era semana Santa Y yo me aloje en casa de mi hija, donde se alojaba el Sr. Belga. Estábamos comiendo al aire libre con un sol bendito, con unas copitas de jerez y una enorme variedad de tapitas. Y aquello invitaba a una charla productiva.
Le pregunté al Belga, como estaba el conflicto entre Flamencos y Valones, y el Señor que ya se había tomado dos copitas, nos lleno de angustia con el conflicto que tienen entre ellos. Yo le hice dos preguntas.
¿Cree usted que el idioma Español está entrando en Europa?, si para personas como yo que hacen un trabajo sobre política española.
¿Cree usted que España está siendo admitida en Europa como un país de futuro?. Sí para pasar vacaciones.
A continuación charlamos, de lo bien que se come en España, lo aceptable de sus precios, lo fácil que son las relaciones sociales y la temperatura genial. El Sr. Belga lo aceptaba sin equivocos. Pero lo de país de pandereta, lo tenía in mente.
España es un gran país. Tantos si leemos libros, como si aprendemos en medios informáticos o audiovisuales. Lo importante es aprender y también aumentar nuestra autoestima. Hacer un esfuerzo por oponernos a lo contrario. Entre otras cosas porque no es verdad.