El Propionebacterium acne, responsable del acné, se ha asociado a la aparición de la artrosis vertebral o enfermedad discal degenerativa y no es el único germen que parece relacionado con ella, según Enrique Rubio, del Centro Médico Delfos y uno de los ponentes que ha tratado sobre las nuevas teorías de la etiopatogenia de la artrosis vertebral en el V Congreso Nacional de Neuro Raquis, celebrado en Gerona.

Esta asociación sugiere que la inflamación que conduce a la artrosis vertebral se produce muy precozmente. ‘El disco intervertebral tiene poca circulación y está sometido a una gran presión y esfuerzo que puede ser la causa de la inflamación. Pero eso no explica que niños de 10 años ya estén inflamados’, ha señalado en referencia a un reciente estudio del profesor F. Smith, radiólogo del Hospital Woodend, de Aberdeen. El estudio ha revelado que uno de cada diez niños antes de la pubertad, sin clínica ni molestias lumbares, presenta estigmas de degeneración en la resonancia magnética nuclear de la columna. Y a nivel experimental, se han detectado diversas sustancias proinflamatorias, según Rubio.

En la misma línea, en los últimos años han aparecido trabajos como el de Elliott y su equipo, publicado en The Lancet en el 2001, que probó la presencia de la Propionebacterium acne en el 53 por ciento de discos cultivados extraídos de microdiscectomías quirúrgicas. También se han hallado proteínas específicas de gérmenes Gram negativos y es posible ‘que otros gérmenes por investigar o que actúan golpeando y huyendo’ estén en el origen de la artrosis vertebral. Así, se está viendo que ‘un germen que se creyó bondadoso y tolerante’ no lo es. ‘Es inflamatorio y es posible que sea infeccioso’, ha explicado Rubio.

A su juicio, estas evidencias deben llevar a replantear el enfoque terapéutico de la enfermedad, ya que ‘no es degenerativa. En vez de actuar localmente sobre el disco lesionado, habría que evitar la infección, curarla con antibióticos o bloquear los procesos que producen la inflamación’.