Nueva investigación arroja luz sobres

El tratamiento contra el cáncer con inmunoterapia es ilusionante y prometedor.
Los pacientes no sólo viven más tiempo sino que algunos de ellos con tumores sólidos como el melanoma y el cáncer de pulmón, , se han curado.
Los altos niveles de linfocitos T~en los tumores confieren una mejor respuesta a la inmunoterapia que fue un pensamiento que se mantuvo durante año y se pensaba que era la defensa natural del organismo contra los invasores, lo que los hace más sensibles a la inmunoterapia. Los investigadores llaman a esos tumores “calientes”. Lamentablemente, el cáncer de páncreas no ha respondido bien a la inmunoterapia. Una posible causa es que esos tumores a menudo son “fríos”, lo que quiere decir que tienen menos linfocitos T.
Diversas investigaciones sobre. los niveles de linfocitos T que contiene un tumor puede no ser la única causa por la que un tumor puede o no ser sensible a la inmunoterapia? ¿O es que ocurre algo más?
El Abramson Cancer Center de la Facultad de Medicina Perelman (Universidad de Pensilvania, Filadelfia) descubrió que la información contenida en las células cancerosas determina si un tumor es frío o caliente y la manera en que responde al tratamiento.
“Hace veinticinco años, todo el campo de la inmunoterapia era un tema atascado en la investigación del cáncer, y actualmente es lo más emocionante que se pueda imaginar, pero toma tiempo descifrar los detalles de cómo hacerla funcionar”, explica el Dr. Ben Z. Stanger, en la revista Immunity y profesor de gastroenterología y biología celular
Este equipo utilizó el cáncer de páncreas para su estudio
Este cáncer es resistente al tratamiento por muchos motivos. Uno de ellos es que estos tumores se consideran “heterogéneos”. La heterogeneidad tumoral en sí significa que el tumor de páncreas de una persona es diferente del tumor de páncreas de otra persona. Si se lleva ese razonamiento al siguiente nivel, los tumores de páncreas, según la persona, pueden de hecho ser “calientes” o “fríos”. Eso también puede influir en la reacción de un tumor a la inmunoterapia, dice Stanger, director del Centro de Investigación del Cáncer de Páncreas de Abramson Cancer Center. “ que intentaron ver la forma en que un tumor de páncreas puede tornarse caliente o frío”.
El primer paso fue observar la heterogeneidad tumoral y las numerosas y distintas formas en que esas células crecen, se propagan, responden al tratamiento y exhiben su naturaleza diversa. Con ese fin, el equipo obtuvo células tumorales de páncreas de varios tumores de ratón. A continuación, crearon lo que se denomina clones celulares de esos tumores individuales implantándolos en ratones sanos con sistemas inmunitarios normales. “ y permitieron, que la heterogeneidad surgiera de forma natural en los ratones, de modo que pudiéramos comprender la manera en que se producen las diferencias y las repercusiones para la terapia.
Lo que se halló fue que algunos de esos tumores eran “calientes”, contenían muchos linfocitos T, pero que la mayoría de ellos eran “fríos”, contenían menos linfocitos T. Además, el hecho de que un tumor fuera caliente o frío determinaba su respuesta a la inmunoterapia. De hecho, más de la mitad de los ratones con tumores calientes presentaban regresiones tumorales después del tratamiento con medicamentos de quimioterapia e inmunoterapia. Esta combinación incluyó inhibidores de puntos de control que es un tipo de medicamento utilizado en la inmunoterapia que a menudo se compone de anticuerpos que desatan un ataque del sistema inmunitario contra las células cancerosas. El efecto del medicamento del punto de control se hizo más potente al agregar un agonista anti-CD40 (un agonista como este activa el sistema inmunitario para iniciar una respuesta inmunitaria).
Los ratones con tumores calientes que recibieron tratamiento con esa combinación de quimioterapia e inmunoterapia tuvieron una respuesta duradera a la terapia y sobrevivieron por más de seis meses. No obstante, ninguno de los ratones con tumores fríos mostró la misma respuesta a este tratamiento.
Los investigadores querían averiguar la razón. En otras palabras, ¿cuál era la base molecular de este hallazgo?
Al parecer, a medida que los tumores crecen, desarrollan dos maneras diferentes de evitar un ataque de los linfocitos T del sistema inmunitario, los cuales reconocen cosas específicas, como proteínas de un virus o proteínas de una célula cancerosa (a menudo denominadas “antígenos”). “Una explicación trivial es que posiblemente los tumores con muchos linfocitos T tengan más antígenos, y ese es uno de los principales conceptos detrás del melanoma, el cual tiene gran cantidad de mutaciones y muchos posibles antígenos que el sistema inmunitario puede reconocer”,. Los tumores de páncreas calientes y fríos parecen tener una cantidad comparable de mutaciones pero Stanger, afirma que el hecho de que el sistema inmunitario sea fuerte y esté preparado para combatir el cáncer no depende de cuántas mutaciones tenga un tumor.
A nombrar El equipo descubrió que el tumor de páncreas “frío” de hecho fabrica una proteína de comunicación denominada CXCL1 que recluta otro tipo de célula inmunitaria denominada célula mieloide. Estas células mieloides son inmunosupresoras, lo cual significa que entran en el tumor e impiden el ataque de los linfocitos T que se encuentran disponibles.
“En esencia, la forma en la cual el tumor (de páncreas) está cableado determina si capta células mieloides o no, y si capta esas células mieloides no será sensible a la inmunoterapia”, asegura Stanger. Agrega que la supresión de CXCL1 en los tumores fríos permitió que los linfocitos T infiltraran el tumor y lo hicieran más sensible a la inmunoterapia.
Aplicación del descubrimiento a los tratamientos con inmunoterapia
Aunque en la actualidad este descubrimiento no se traduce directamente en un tratamiento para pacientes, este tipo de trabajo preclínico es lo que permite los avances en el tratamiento del cáncer de páncreas con inmunoterapia. “Necesitábamos averiguar los detalles —el ‘por qué’—, de uno de los motivos por los cuales la inmunoterapia no es tan eficaz en el cáncer de páncreas”, dice Stanger, y agrega que aun en el caso de los tumores calientes, es necesario agregar tratamiento para evitar que el tumor crezca sin control.
El ensayo multicéntrico del Instituto Parker (consulte el artículo de Ciencia prometedora “Ensayo de inmunoterapia multicéntrico y colaborativo aborda CD40 y PD-1”), dirigido por Abramson Cancer Center, como ejemplo de que el campo está avanzando en una dirección positiva con respecto a la inmunoterapia. En el ensayo del Instituto Parker se está examinando la combinación de quimioterapia convencional con dos agentes de inmunoterapia: un inhibidor del punto de control anti-PD-1 y un novedoso anticuerpo dirigido al CD40, una proteína que, al activarse, puede causar que el sistema inmunitario ataque los tumores; una combinación similar a la utilizada en el estudio de Stanger.
“Hay una gran cantidad de personas sumamente dedicadas a la resolución de los detalles, y cada descubrimiento que hacemos responde algunas preguntas y, en ocasiones, plantea incluso más”, dice Stanger. “Sin embargo, todos tienen el mismo objetivo, que es tratar a más pacientes de forma satisfactoria. Y sin duda alguna, lo lograremos” un
La aparición de este artículo, refuerza la idea de la eficacia de la en la inmunidad en los tumores y quieren demostrar que la vacuna de la gripe estacional potencia la inmunoterapia tumoral
Las vacunas de la gripe estacional parecen ofrecer beneficios en el abordaje inmunoterapico tumoral

Inocular antígenos de las vacunas contra la gripe estacional, sin los adyuvantes sintéticos compuestos usados para mejorar la respuesta inmune, en tumores podría ejercer un doble efecto: reducir el crecimiento tumoral y sensibilizar la tumoración a la inmunoterapia, según una investigación realizada por el equipo de Andrew Zloza, del Centro de Medicina Rush de la Universidad de Chicado, Estados Unidos.
La inmunoterapia que se emplea para enfermedad tumoral es particularmente efectiva en tumores a los que se ha denominado “calientes”; aquellos en los que el estudio celular revela mayores niveles de linfocitos T, frente a los que presentan menores niveles, a pesar de que parecen entrar en juego otros muchos factores. Sin embargo, sólo una minoría de lesiones tumorales se consideran “calientes”, lo que limita el número de personas que pueden beneficiarse de las inmunoterapias.
Ben Stanger, M.D., Ph.D., Perelman School of Medicine, University of Pennsylvania
author Tumores ‘frios’ y ‘calientes’

Las vacunas de la gripe estacional se inyectó directamente en tumores de ratones. Al monitorear los indicadores de sensibilidad inmune del tumor, los investigadores encontraron que los tumores “fríos” en los que se inyectó la vacuna inyectados con la vacuna experimentaron respuestas inmunes sistémicas y sensibilidad a los tratamientos que bloquean las defensas antiinmunes de los tumores, indica el estudio que se ha publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Según Zloza, “los tumores se habían calentado, con la particularidad añadida de que la inoculación ofrecía el beneficio adicional de conferir protección contra la gripe. Una inyección similar de la vacuna contra la gripe con un adyuvante sintético resultó en una respuesta diferente, en la que los ratones estaban protegidos de la gripe, pero las defensas antiinmunes de los tumores permanecieron en su lugar”.
La eliminación del adyuvante o el agotamiento de las células B tumorales inmunosupresoras restableció el efecto proinmune de la vacuna sobre los tumores. Según los autores, las vacunas antipatógenas deben estudiarse como un potencial beneficio adicional en inmunoterapias contra el cáncer.
Estamos hablando de lo mismo calentar los tumores o lo que es el mismo hacerlo inmunológicamente más competentes, beneficiar el resultado final