Siempre me he negado a pensar que la educación modifique la conducta, si no se tiene un cerebro previamente preparado.
Nunca un lerdo será un sabio por mucho que estudie y un dotado le costara mucho menos el aprendizaje y probablemente lo hará con menos esfuerzo.
Primero el cerebro, luego el conocimiento, sino hay cerebro el conocimiento es débil y mal interpretado y mal digerido. No quiere esto decir que cuando existe un buen cerebro, poco esfuerzo y cualquier cosa va a resultar en un sabio.
La verdad es que la frase de Churchill , «lo mas probable es que cualquiera sabe», sigue teniendo vigor, pero lo que yo veo, lo que yo he vivido es que nacemos bastante dirigidos y el éxito social lo tienen unos mas fácilmente que otros. Mirar alrededor permite aun con poco tiempo de vida, ver que las cartas están echadas muy poco tiempo después de nacer.
Pocas veces me he equivocado cuando sentenciaba a un alumno, pero si muchas veces se equivocaron conmigo.
El prototipo del Juanito, serio talentoso, callado bien vestido y con discreta displicencia ha tenido un favor enorme de la sociedad y a todos nos lo han puesto como ejemplo.
Pobre del morenito, que lleva la camisa por fuera y come con la boca abierta. Esta sentenciado. Por el contario, el partido que Federiquin saco a su cuerpo discretamente espigado, vestido aceptablemente en clase de pobre y callado con mirada horizontal. Durante muchos años fue el prototipo que nuestros familiares nos ponían como norma a imitar.
Después no fue así, esto era parte de la verdad, servia para lo que servia, pero cuando no le cuadraban los números le echaba las culpas al mundo y no a el mismo.
El torbellino, que miente como bellaco, que todos quitan ceros a sus cifras, tiene salida si es rápido en determinaciones y en horquillar el tiro. Este nunca pierde y confiesa con frecuencia, “digo tantas mentiras, que no se cuando digo verdad”.
El torbellino sin modales, mas inteligente que las palomas, pero desordenado, algo sucio, muy fumador, que no cumple nunca una cita. Este pobre no se muere de hambre pero lo pasa mal a ojos de los demás aunque el no lo percibe.
El bueno de siempre, moderado estudiante, moderado hablador que no dice mentiras, que suele ser discretamente impuntual, pero no va de compararse continuamente, este es muy aceptado y se le quiere aunque el tiene siempre la impresión que no se le aprecia en sus justos valores y creo que es verdad.
En fin, el problema no esta en ser muy estudioso, hacer incluso dos carreras, vestir bien, ser moderadamente charlatán, nunca embustero y poco impuntual. Si no sabes Ingles, informática y recoger las velas cuando estas fantaseando, lo tienes mal,
Se calladito, no se te ocurra obtener elogios de los demás, que no se te note, desprécialos por fuera, por dentro guárdalo, anótalos y procura no vivir de ellos. No te olvides nunca de los que tarde o temprano te van a molestar, ten preparada siempre una respuesta que aturda a aquellos que siempre te van a decir algo molestos, aunque des el numero.
No es ético lo que escribo pero si útil. Estoy pregonando una discreta mentira. No muestres tus sentimientos, se bueno pero que no se note que lo intentas mucho,y sobre todo, que te importe un pepino lo que pinsen de ti y no se te ocurra admirar a casi nadie. Nadie es muy diferente. Utiliza la famosa frase acuñada por no se quien. “me gustaría ser como soy pero en bueno”